Dulces celos
Virus tenía algunos días tenso, la extraña actitud de Trip lo estaba mortificando. Era algo inaudito, algo sin precedentes, Trip le sonreía estúpidamente a su coil cuando creía que él no le estaba viendo. El mayor sentía que en cualquier momento comenzaría a comer sus uñas gracias a la ansiedad, Trip le estaba ocultando algo, y Virus se había vuelto una persona que lo conocía como la propia palma de su mano, y el hecho de que ese rubio artificial osara ocultarle algo le alteraba los nervios. Claro que él era Virus, jamás dejaría que Trip notara cuanto le afectaba eso, pero él descubriría que era eso que lo hacia ver tan estúpido, y no hablaba precisamente del menor.
Llegaron al apartamento cansados, Virus suspirando y Trip estirandose y bostezando, hoy habían tenido un pequeño conflicto en la mañana en sus terrenos y además mucho papeleo en la oficina por la tarde. Ambos se dirigieron a la habitación que compartían y se tumbaron en la amplia cama. Eran compañeros desde que estaban en los laboratorios de Toue como pequeños conejillos de indias, ya que cuando notaron que la sola presencia de Virus calmaba a la bestia de Trip los pusieron a compartir el mismo cuarto, el pequeño pelirrojo apenas decía algunas palabras en japonés, su único medio de defensa era la fuerza bruta, lo habían sacado de algún país de habla inglesa, y como Virus leía mucho, pronto terminaron compartiendo incluso la misma cama para que Trip pudiese leer a la vez con él, así le pudo enseñar el idioma.
—Iré a darme un baño—El menor se levantó de la cama y se encerró en el baño privado de la habitación. Virus asintió siguiéndole con la mirada.
Espero un rato prudencial hasta oír el agua chocar contra las baldosas y él también se acercó al baño quitándose el sacó en el camino. No podía entrar en absoluto silencio, Trip sospecharía, por lo que toco un par de veces la puerta pero igual entro antes de que el otro pudiese responder.
—¿Pasa algo, Virus?
—No es nada, sólo he venido por esta pinza.
Aunque las puertas de la ducha eran de vidrio tenían un sistema inteligente que cuando se cerraba, el vidrio se opacaba, dejando sólo ver siluetas algo difusas. Virus pudo tomar del lavamanos, sin preocuparse, el coil de Trip junto con la pinza con la que a veces sostenía su flequillo cuando no se echaba todos esos productos para mantenerlo en su sitio y luego salió y se sentó en el esponjoso sofá de la sala. Ya estaba por poner la clave en la pequeña pantalla, hasta que su ceño se frunció y soltó un gruñido.
—¿Qué diablos estoy haciendo?—Dejó caer su cabeza hacia atrás y sus manos con el coil sobre sus piernas.
Estaba actuando estúpido, ¿Cómo iba a estar haciendo eso? Estar hurgando como un espía barato en un coil que no es el suyo. Agonizaba en su monólogo interno hasta que el pequeño aparato vibró en sus manos, llamando su atención y haciendo que lo levantase a la altura de sus ojos. Sus labios se contrajeron con molestia, el coil avisaba que había llegado una imagen de un remitente de nombre Sweetie. Apretó tanto la correa que dejó la impresión de su huella dactilar en el cuero. Ya lo había descubierto todo, Trip tenía una novia... De la cual no le había ni comentado nada. No le molestaba el hecho de que saliera con otra gente, él mismo lo hacia, de hecho, aunque ellos dormían juntos y muchas veces se bañaban juntos, nunca había pasado nada, sólo algunas veces se creaba un poco de tensión entre ellos que quemaban fuera de casa.
Con algo de brusquedad metió la clave en la pequeña pantalla, y como por maldad del destino, al mismo tiempo que se abría la imagen, Trip también entraba a la sala sólo con la toalla enrollada en su cintura y llamándole con algo de duda. La imagen se abrió en la pantalla holografíca, Virus había olvidado desmarcar esa opción, era un espía bastante malo y se sonrojó a la vez que apretaba sus dientes con fuerza y Trip le sonreía de medio lado. La imagen era un pastel de esos con muchos adornos y crema, y a su lado la receta del mismo. Era un boletín de repostería. El mayor se tapó el rostro con una de sus manos y se dejó deslizar por el espaldar del mueble hasta que cayó de costado.
Jamás en su vida se había avergonzado frente al rubio oxigenado, pero esta vez de verdad quería que el mueble se abriera y se lo tragara derechito a otra dimensión. Trip se comenzó a carcajear sonoramente a la vez que se acercaba a él y se sentaba pegado a su trasero, luego apoyándose por completo sobre él con su cuerpo, le quitó el coil de las manos.
—Venía a preguntarte precisamente por esto. Descuida, te contare todo a lo que me suscriba para que no te pongas celoso—Una sonrisa traviesa adornaba sus labios.
—No fue eso—Desvío sus ojos hasta ver los similares de Trip, quien estaba muy, muy cerca de su rostro. Sus palabras se escucharon algo distorsionadas porque aún no quitaba su mano de su boca.
—¡Sí, claro!—Aún manteniéndole la mirada al mayor se acercó un poco más a su rostro y de la nada le soltó un lametazo desde el cuello hasta la sien.
—¡¡Ah, Trip!! ¡No hagas eso!—Empujó al más alto con ambas manos por la frente.
Con el forcejeo que comenzaron casi se caen del mueble. Ambos se empujaban como podían sobre la angosta superficie, riendo en su juego rústico. Entre tanto movimiento se prendió el televisor, alguno había aplastado el control, marcando el botón por accidente, estaban pasando una de esas películas espaciales que le gustaban a ambos, así que se quedaron como anestesiados viéndola. Virus había quedado boca arriba, con las piernas abiertas lo justo para que Trip estuviese entre ellas con su cabeza recostada en el pecho del mayor. No llegaron a ver ni media película cuando cayeron dormidos, Trip había olvidado que aún debía vestirse y Virus que aún debía bañarse.
Fin.