Entre a la habitación, ya no quería escuchar nada mas, solo quería irme de ahí, pensar que aquello que conecta a tu cuerpo con el mio había entrado en otra persona me llenaba de impotencia y coraje, se supone que tu cuerpo solo me pertenecía a mi...
-¿Que estas haciendo?
-Me voy, esta casa es tuya
-Es de los 2.
-Yo no puedo estar con alguien que me engaña, quédate con la otra persona por favor.
-¿La otra persona?
Tomo un puñado de ropa y la llevo hacia la cama de reojo puedo ver tu cara confundida, después de salir de tu shock me sigues a la cama.
-¿De que otra persona me estas hablando?
-Con la que me engañas.
Me tomas del codo para voltearme a verte, pero yo jalo el brazo para que no me toques, de pronto siento un empujón y me tiras a la cama subiéndote en mi.
-¿Como puedes pensar eso de mi?
-Los mensajes en tu celular ¡Acabo de ver uno ahora mismo!
-Estas malinterpretando las cosas
-¡Tu mismo lo reconociste! –Comienzo un leve forcejeo
-¿Cuándo?
-“Solo le di un poco y me gusto”
Observo cuidadosamente tus expresiones y puedo notar como tu cara de enojo cambia nuevamente a una de confusión, luego una pensativa y finalmente… sonríes divertido.
-Eres un tonto… -Me miras directamente a los ojos -¿Cómo crees que sería capaz de engañarte?
Incluso ni yo mismo lo creía, Kagami-kun es muy fácil de leer para mí. Pero no cabía duda después de esos mensajes.
-Entonces…
-Lo de dar y todo eso, yo hablaba de los batidos que me haces, son muy buenos así que a veces les vendo por porciones en el trabajo. ¿Te das cuenta? “Solo le di un poco” y el mensaje de ahora, donde me pedía mas ración de la habitual.
Sentí mis mejillas arder de la vergüenza y como un gran peso se quitaba de mi cuerpo.
-¿Crees que yo sería capaz de engañarte?
Negué con la cabeza mientras lo miraba incrédulo y trataba de ocultar mis lágrimas. Mi tigre se dio cuenta así que bajo a darme un suave beso en los labios, uno que me transmitió tranquilidad.
-Entonces… ¿el tema de la infidelidad quedo clara?
Asentí con mi cabeza.
-Iré a bañarme, ¿podrías hacerme un batido? Además saldré.
-¿Con quién? –Me incorpore aun tembloroso.
-Con… Aomine. Mmm… quiere que lo acompañe a recoger unos tenis.
-Está bien -dije finalmente con la mirada en el vacío, misma que segundos después pose en su espalda viendo cómo salía de la habitación, escuche la puerta del baño cerrarse.
Me quede ahí pensando aun ingenuo eh incrédulo, no hubo discusión, ni tema, solo fue “no te estoy engañando” y ya. Algo no estaba bien.
Y odio cuando tengo razón.
Escasos segundos pasaron para que el celular tirado en el suelo volviera a sonar, dudoso mire la pantalla y presuroso me dirigí a abrir el mensaje.
Reí interno, intentando sin éxito ocultar estas lagrimas de dolor ¿Qué pretexto tendría ahora para este mensaje?
Hice lo primero que me vino a la mente, sentía la desesperación correr por mi cuerpo.
Caminaba con desespero, ese mensaje me había partido el alma, todo este tiempo miraba a mi tigre como un ser inocente, alguien que incluso con darme un beso en la mejilla se ponía rojo hasta las orejas, ahora estaba teniendo una aventura con otra. Aquí de lo único que me sentía afortunado era que no había nada que me atara a el, solo podíamos romper nuestra relación y ya.
Después de leer aquel mensaje lo cerré, me dirigí a la cocina, hice el batido mas grande que pude y Salí de ese departamento, era obvio que no iría con Aomine, yo solo espero tenga una buena noche con aquella mujer, que seguro lo será, ya que tal parece abra trajes eróticos y juguetes sexuales… eso decía el mensaje.
Quizás yo tengo la culpa que me haya engañado, yo no soy capaz de hacer todo eso, es decir… ¿Cómo podría usar algo así? Aunque si tan solo lo hubiese pedido, probablemente por él lo hubiera hecho.
Solo quería ir a la casa de Kise, corroborar que ahí estaba Aomine, y después que juntos me acompañaran a recoger mis cosas, aunque casi estaba seguro que si Aomine se enteraba se le iría a golpes, aunque me doliera, yo no quería que dañaran a Kagami-kun.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que de pronto choque con alguien, al levantar la mirada se trataban de Takao-kun y Himuro-kun… Jamás creí que el verlos seria lo peor que pudiera pasarme.
Al mirarme ambos pusieron cara sorpresiva, Takao fue el primero en salir de su enorme duda.
-Kuroko-chan si tu estas aquí…
-Kazunari yo creo que…
-¿Pasa algo Takao-kun? -Pregunte ansioso
-Es que… Acabamos de ver a Kagami en aquella dirección –Dijo, para final y dolorosamente señalar hacia la calle donde se encuentra la zona de hoteles.
¿Cuántas lagrimas mas derramaría el dia de hoy?
Corría, no miraba bien por donde, no me importaba si iba por la acera oh por la carretera, solo corría lo mas que mi tembloroso cuerpo me permitía hacia la zona de hoteles, estaba demasiado llena de gente. Me daba coraje ver a tantas parejas felices por ahí, si no entraban a los hoteles, entraban a las joyerías cerca. Y yo solo miraba para todos lados tratando de identificar ese maldito pelo rojo.
Seguí corriendo unas calles más, las luces brillantes de una joyería que tenía en su exhibidor diamantes preciosos, relojes, collares y todo ese tipo de cosas deslumbraron mi vista haciendo que la desviara un poco y ahí lo encontré. No hubo necesidad de ir a la zona peligrosa.
Trate de calmar mi enojo mientras cruzaba la calle sin siquiera mirar a los lados, escuchaba los claxon y personas que me insultaron por cruzármeles en la carretera, pero nada de eso me importaba, solo podía sentir el calor de mi cuerpo, mis piernas temblar y manos sudar, mientras mi respiración comenzaba a hacerse agitada ¿Qué iba a decirle?
Fue fácil para mí, ni siquiera se percato de mi presencia detrás de el
-Entonces, ¿Qué te pareció?
-No estuvo mal pero te falta experiencia, incluso Tetsuya lo hace mejor.
-Entonces iré con él a que me diga cómo te gusta
-¡¿Estás loca?! Tetsuya no sabe nada.
-¿Cuándo se lo dirás? ¡Hazlo pronto! Quiero ver su cara.
-Quizás en esta semana… Mas te vale no vayas a verlo, el no lo sabe.
-Pero ahora lo sé.
Ambos voltearon a mirarme, él y su amante, ella me miro burlesca, contraste a Kagami-kun quien abrió sus ojos asustado y su cara palideció.
-Entonces, no estabas engañándome.
Kagami-kun no me quitaba la mirada de encima, volteo a todos lados la mirada en cuestión de segundos dándose cuenta que el lugar y la situación no le ayudaban para nada, pocos segundos pasaron para que reaccionara nuevamente.
-Tetsuya… no es…
Quiso tocarme, pero comencé a caminar hacia atrás para que ni siquiera se me acercara.
-No quiero saber nada.
-Solo escúchame…
Mi respiración se cortaba, ya ni siquiera podía hablar del llanto incontrolable que trate ocultar, ahora solo quedaba una cosa por decir.
-Terminamos.
Nuevamente salí corriendo.