Noticia....
Habían pasado ya algunos días de aquella extraña cita y aun sentía aquellos cálidos labios sobre los suyos.
-suspiro pesadamente.
-Kuroko-sensei, Kuroko-sensei ~ la tierra llamando a Kuroko-sensei. -un castaño intentaba llamar la atención del celeste.-
-Perdón Kiyoshi-sensei ¿me llamaba?
-Si, desde hace un par de minutos pero pareces muy distraído últimamente. -comenzó a recoger los juguete de la sala de juegos.-
-ayudo al castaño con los juguetes tirados. -Lo lamento es solo que... -imágenes de aquel beso furtivo aparecieron en su mente. -es solo que estoy distraído.
-¿Algo de lo que preocuparse? -pregunto enderezándose y con semblante algo preocupado.-
-No, gracias por su preocupación pero no, es solo algo personal. -su rostro se tiño casi imperceptiblemente de rojo.-
-Por cierto antes de que te vayas Hyuga-sensei quiere hablar contigo.
-¿Algo de que preocuparse? -aunque su voz no lo demostrara estaba algo preocupado, si perdía esa fuente de ingreso no sabía que iba a hacer.-
-No lo creo, si menciono que era algo importante pero seguro que son buenas noticias. -continuo con su labor.-
-¿Por qué lo dice? -pregunto algo curioso.-
-Bueno, estaba feliz. -comenzó a sonreír y pudo ver como pequeñas flores flotaban a su alrededor.-
-Yo no lo vi muy feliz o diferente a lo habitual. -se quedo mirando con seriedad y seguridad al castaño.-
-Creme, lo estaba, lo conozco bien. -sonrió con un aire de suficiencia. -
-Si ese es el caso entonces voy con sempai. -dejo los juguetes que traía consigo en cima de un estante y se dirigió a la sala de descanso, un vez fuera de la puerta toco. - ¿Sempai puedo pasar?
-Adelante Kuroko.
Al entrar vio a su sempai sentado frente a la mesa de descanso mientras tomaba un café y leía unos documentos que traía en su mano.
-Qué buen momento, estaba apunto de llamarte. -dejo los documentos que estaba leyendo sobre la mesa y lo miro de frente. -siéntate por favor.
-tomo asiento algo nervioso pero con las palabras de Kiyoshi en la mente.-
-Recuerdas que hace tiempo se rumoraba del retiro de uno de los maestros.
-Si, lo recuerdo sempai.
-Bueno pues resulto ser verdadero, se estará retirando a finales de este mes, por lo tanto eso deja una vacante libre. -mientras hablaba una sonrisa aparecía en su rostro.-
-Eso quiero decir que... -sentía emoción y ansias y aunque sabía que normalmente había un proceso algo difícil de selección esperaba que le dieran la plaza debido al tiempo laborado ahí hasta el momento.-
-Bueno aunque normalmente se haría un proceso algo cansado de selección, en esta ocasión y gracias a varios padres de familia has sido contratado –mostro los papeles que hasta hace un momento estaba leyendo. -me asegure que todo estuviera en orden, lo único que falta es tu firma. -extendió su pluma. -
-¿Esto es verdad? -dijo atónito al ver aquel codiciado contrato frente a él.-
-Así es, es la recompensa a tu duro trabajo. -sonrió y puso su pluma en la mano más pálida.-Una oportunidad única.
-Lo sé, -tomo la pluma y firmo los documentos, casi con lagrimas en los ojos.-Gracias, en verdad muchas gracias.
En otro lado, en una oficina se encontraba un pelinegro con algunos documentos en la mano.
-Así que finalmente se retirara ese viejo maestro. -sonrió recordando a aquel adorable maestro.-
-Bueno, ya esta en edad no crees, además es hora de que sangre fresca tome su lugar. -sonrió el pelir rojo desde su escritorio.-
-Entonces enviare una convocatoria a algunos.. -no pudo terminar de decir pues fue interrumpido.-
-No es necesario, ya he contratado a alguien para que tome el puesto libre.-
-esto lo dejo algo descolocado. -¿Disculpa? ¿Y quién es? ¿Lo conozco? ¿Por qué tomaste una decisión así sin consultarme? -sentencio algo molesto por la situación.-
-Bueno, seguí tu consejo, -dejo los papeles que tenía en sus manos a un lado para mirar directo a los ojos del que era su tío. -No lo conoces pero ya lo habías recomendado, es el maestro practicante de medio tiempo, dijiste que debíamos de contratarlo por todas las buenas referencias y felicitaciones de los padres, ¿no lo recuerdas?
-¡Ah! ¿Es ese muchacho?-se tranquilizo un poco al escuchar eso. -Pensé que no me estabas poniendo atención.
-Siempre pongo atención, es solo que tu casi nunca te das cuenta de eso. -retomo su trabajo.- ¿Algo más?
-Si, deberías salir a comer antes de ir a la guardería. -tomo algunos papeles del escritorio del pelirrojo y comenzó a leer.-
-se quedo estático con lo que escucho. -¿Visita a guardería?
-Sí, cada año vas a la guardería y la fecha ya había sido programada, me sorprende que no te acuerdes. -se río de la expresión del más joven.-
-si iba ese día lo m{as probables que su celeste se encontrara trabajando, por lo tanto se enteraría de todo. -Creo... creo que es mejor recorrer esa visita al viernes.
-¿Viernes? No se supone que querías ese día libre. -dijo entre divertido y curioso.-
-Solo fue por una ocasión así que no tienes porque extrañarte. -comento mientras firmaba algunos documentos.-
Si su memoria no fallaba, y nunca lo hacía, el viernes era el día de descanso de su celeste y por lo tanto no descubriría su pequeño engaño, aunque sonaba mal eracierto, lo había engañado y ser descubierto por algo así afectaría la poca confianza que por el momento el pequeño había depositado en él, por lo tanto no se arriesgaría.
-Reo, solo programa la visita sorpresa para el viernes, de ser posible que sea a la hora de la siesta de los niños no quiero causar tanto alboroto. -ordeno sin mirar al pelinegro. -
-Por cierto no deberías salir a comer, ya es algo tarde. -menciono algo distraído.-
-Bueno, -vio su reloj de mano. - creo que tienes razón, bueno... -soltó un suspiro y dejo los papeles en la mesa. -
-Lleva a Chi-chan contigo, él tampoco a salido a comer por ayudarte. -dijo de manera algo seria. -
-¿Mayzumi? -pregunto algo sorprendido. -
-Así es, a estado aquí contigo todo el rato ayudándote a poner en orden todos los documentos. -su posición se torno algo severa al igual que su tono de voz.-
-se sentía algo culpable y temiendo la ira de su tío solo atino a decir. -Cla.. Claro, Mayzumi vallamos a comer algo. - se puso de pie rápidamente y tomo sus cosas.-
-Akashi-sama, no tiene porque..- se escucho su voz algo apenada.-
-Aprovecha ahora que puedes. -susurro al oído del de cabello gris. -Vamos, vamos, apresúrense. -empujo al más joven en dirección a la salida donde se encontraba el pelirrojo esperándolo.-
-Vamos Mayzumi-san. -abrió la puerta, los modales eran primero, además si lo pensaba bien aquella persona siempre estaba ayudándolo más allá de sus deberes, así que, una pequeña comida no estaría mal en forma de agradecimiento ¿o si? -
-Gracias Akashi-sama.-paso por la puerta hacia la salida, aprovecharía esa oportunidad para poder congeniar con aquella persona a la cual admiraba y quería en secreto.-
Ambos caminaron a una cafetería cerca de la empresa, si bien lo hubiese podido llevar a un restaurante lujoso sin embargo ese no era su estilo, a pesar detener dinero y poder sus padres se habían encargado de educarlo de manera adecuada, siempre trabajando y no jactándose del dinero que poseía, mientras esperaban su pedido su compañero comenzó a hablar.
-Akashi-sama lamento enormemente las molestias, se que Reo-sama.. -pero antes de poder terminar la frase fue interrumpido.-
-No te preocupes, en realidad tómalo como una ¿recompensa? -ladeo su cabeza como pensando en algo. -Lo lamento, es solo que no se si este sea el termino adecuado, -dio una sonrisa natural, casi sincera. -siempre me ayudas y te quedas hasta altas horas de la noche algo que en realidad no tendrías porque hacer. -tomo un sorbo de su café antes de continuar hablando.-
-No diga eso Akashi-sama, es parte de mis obligaciones como su asistente, poder ayudarle en todo lo posible. -hablo determinado, aunque no era una persona que expresara normalmente lo que sentía no podía controlarse con su jefe.-
-Me complace que lo pienses de esa manera, pero no tendrías porque sobre exigirte, a veces ni siquiera tomo descansos para comer y viéndote bien ahora supongo que tú tampoco. -y era cierto, el rara vez tomaba descansos para comer así que suponía que su asistente tampoco.- Reo me comento que... -sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de su celular. -Disculpa.
-No se preocupe, por favor conteste.
-asintió levemente con un movimiento de su cabeza y contesto rápidamente sin fijarse en la pantalla. -¿Hola?
-¿Akaai-san?-se escucho del otro lado de la línea.-
-¿Kuroko? -una sonrisa sincera y casi amorosa se extendió en sus labios. -¿Qué pasa?
Mayzumi por su lado se encontraba totalmente sorprendido, jamás en el tiempo que llevaba trabajando para el pelirrojo había visto esa expresión en cara, tal vez cuando una vez llevo a su querido perro a su oficina, sin embargo esta sonrisa era diferente, su mirada se suavizo al instante y sus labios se elevaron de manera totalmente natural h inconsciente, se quedo en silencio admirándolo.
-No, digo, espero no molestarte. -el celeste se encontraba algo escéptico a sus propios actos, después de mandarle un mensaje a sus amigos anunciando las buenas nuevas un impulso se apodero de él y marco el teléfono de Aakai.-
-No, de hecho estoy almorzando ¿por qué? ¿paso algo? -su tono era de preocupación, en el corto tiempo de tratarse Akashi podía jurar que Kuroko no era del tipo que se ponía a llamar a sus amigos, así que esto debería ser algo realmente importante.-
-Nada de que preocuparse, es solo que hoy –su tono neutral que normalmente utilizaba fue remplazado por uno de felicidad absoluta. -me acaban de decir que consegui el trabajo de mis sueños.-
-él ya lo sabía, sin embargo le hacía feliz el escucharlo por parte de él. -¿Es así? Me alegro por ti. --su sonrisa demostraba el amor infinito que le tenía. -te lo mereces.
-agradecía de manera infinita el que estuvieran hablando por teléfono y no cara a cara, de otra manera no podría ocultar el sonrojo que se había apoderado de sus mejillas.--No diga cosas tan vergonzosas por teléfono por favor Akaai-san.
-La verdad nunca debe de avergonzarte, eres el mejor y lo sabes –sus palabras eran sinceras, quizas no lo conocía desde hacía micho sin embargo cuando el juzgaba a una persona digna de su confianza jamás se equivocaba.-
-Perdón, lo interrumpí en su comida creo que debería cortar. -alejo el auricular de su oido con intención de colgar muy a su pesar. -
-No es una molestia, no importa cual sea el momento tus llamadas siempre serán bien recibidas. -y era la verdad, las llamadas de Kuroko solo podían ser consideradas una grata sorpresa. -
En ese momento la comida que habían ordenado llego, hizo señas al mesero para que se fuera, era extraño pero no quería cortar aquella llamada, sin embargo una voz le hizo salir de sus ensoñaciones.
-Akash...
-alzo uno de sus dedos para hacer callar de manera rápida a su asistente, por un momento se había olvidado de él. -…
-Yo creo que será mejor que corte la llamada, también estoy en mi descanso y esta apunto de terminar. -no había querido, pero había escuchado una voz junto con la de él pelirrojo y eso no le había hecho sentir para nada bien.-
-No... -fue interrumpido antes de poder terminar, algo en la voz del celeste le parecía raro, había pasado de felicidad absoluta a seriedad, ¿acaso había escuchado a Mayzumi?, sinceramente esperaba que no.-
-Lamento las molestias. -y colgó.-
Aun después de escuchar el timbre de la llamada finalizada sostuvo unos segundos más el celular cerca de su oído, ¿qué demonios había sido eso? Miro con algo de enojo a Mayzumi quien le devolvía la mirada. Sabía que no había sido su culpa, de hecho si él no estuviese escondiendo su identidad le podría haber explicado con lujo de detalles su situación, pero no, ahora se encontraba sentado en una cafetería no sabiendo que hacer si es que el celeste estuviese enojado con él.
Se sentía incomodo, todo el aire tranquilo y casi amoroso que había envuelto a su jefe unos momentos atrás ahora había desaparecido por completo, solo y por su bien esperaba que no pasara nada.
-¿O.. ocurre algo Akashi-sama? -lo intento pero su voz sonó cortada.-
-Nada por lo que debas preocuparte Mayzumi-san. -guardo su celular e intento recuperar un poco de su compostura. -Comamos antes de que esto se enfrié más. -tenía que arreglar esa situación lo más pronto posible.-
Después de colgar su llamada simplemente miro la pantalla de su celular, ¿qué demonios pasaba por su cabeza en ese momento? Debía de respirar y tranquilizarse, cerro los ojos por un momento para intentar aclarar sus pensamientos, sin embargo unos ojos dorados aparecieron inmediatamente, ¿quizás también debería decirle a él? Es decir probablemente pasara por la librería otra vez y no lo vería, así que ¿por qué no mandarle un e-mail?
Los días habían pasado y por fin era viernes, los niños se encontraban durmiendo la siesta en este momento y él se encontraba acomodando los juguetes, sus sempais querían el lugar totalmente en orden ya que al parecer la visita del presidente de la compañía sería pronto y querían estar preparados, al terminar se dirigió a la sala de descanso pero antes de que si quiera se pudiese sentar su sempai apareció con tres personas tras de él, sus pensamientos huyeron de su mente al ver entrar por aquella puerta a cierto pelirrojo.
-Aakai-san.. ¿qué haces aquí..? -fue lo unico que atino a decir.-