-¿Qué fue eso?-interrogó finalmente el mayor.
Había sido llamado a la oficina de Suho tan pronto había puesto un pie dentro del edificio, Sehun estaba con Jena y Han se había metido quien sabe donde mientras él tenía que enfrentar todo por su cuenta.
-Yo… simplemente me canse de él-susurró sin saber que más decir además de eso, porque esa era la verdad.
-No me refiero a eso y lo sabes, se suponía que tú no…
-Es porque al cumplir once años… todo lo que soy esta marcado finalmente… mis alas nacen, o se completan como fue mi caso, mis habilidades se perfeccionan y las que desconocía surgen y… se marca mi destino, para este punto yo ya concluí la primera parte de mi desarrollo y se dejara de pensar en mi como un niño-explicó, se oía bien y era lo que todos los niños de su mundo esperaban con ansias pero para él… no era así de simple.
-¿Ya no eres un niño?-inquirió algo muy confundido y poco convencido con sus palabras.
-Es durante esta etapa donde se me empieza preparar para el papel que jugaré dentro de la sociedad: soldado, sanador, protector o lo que sea que se haya decidido en base a mis habilidades, en mi caso, se me prepararía para tomar el lugar de mi madre.
-No lo entiendo pero no voy a ser yo quien se meta en algo que no comprende, sin embargo, ahora tú estás bajo mi protección y por ello harás lo que yo diga y no quiero que eso vuelva repetirse-sentenció severamente.
-Lo lamento-murmuró.
-De ninguna forma permitiré que ustedes pongan en peligro a los demás únicamente porque no se llevan bien, Sehun ha tenido suerte hoy y no estoy dispuesto a que esto se vuelva a repetir.
-Lo siento-susurró nuevamente con la cabeza agachada.
-Te lo diré sólo una vez más y no habrá otra ocasión, no voy a tolerar nuevamente este tipo de comportamientos, ¿entendido?-dijo severamente.
-Lo entiendo pero… -la mirada autoritaria del mayor lo hizo dudar unos instantes antes de atreverse a continuar-Yo no fui el único que ha actuado mal, Han también debería estar aquí-afirmó inconforme por tener que ser el único que cargara con toda la culpa de lo sucedido.
-Han no es mi protegido-le recordó.
-Pero es también parte de todo esto y lo justo es que él también sea reprendido por lo sucedido-sentenció.
-Está bien-dijo dejando ir un largo y pesado suspiro-Hablare con él.
-Bien-murmuró, sabía que aquello había marcado el final de la conversación pero no podía irse todavía.
-¿Sucede algo?-preguntó el mayor al verlo aún ahí.
-¿Puedo…?-la frase terminó inconclusa y tuvo que mirar al suelo para poder tener el valor de seguir-¿Puedo ver a Sehun?-preguntó esperanzado.
-Jena todavía está revisándolo.
-Lo sé pero…
-Déjame ver que puedo hacer, yo te avisaré y mientras tanto quiero que vayas a tu habitación y no salgas de ahí por nada del mundo-ordenó.
-Pero…
-Es una orden, obedece-dijo severamente.
Lu apretó los puños y asintió con la cabeza gacha, sentía que podría llorar de enojo pero en su lugar simplemente hizo una pequeña y respetuosa reverencia y salió del lugar para hacer lo que Suho acababa de ordenarle que hiciera.
***
« ¡Esto no habría sucedido de no ser porque eres un estúpido necio que siempre me quiere culpar de todo! ¡Es tu culpa y no voy a dejar que vuelvas acercarte a él! »
Eso seguía repitiéndose en su cabeza y sólo servía para hacerlo enojar más y más, obligarse a mantener el control era lo que menos quería hacer pero perder los estribos y comenzar una nueva pelea con Lu iba a hacerlo todo peor y ya estaba lo suficiente mal todo.
La mirada del de ojos grises no dejaba de aparecer en su cabeza y de alguna forma lo hacía estremecer, ahora un enorme poder era irradiado por ese pequeño niño y también era obvio que lo odiaba inmensamente, él no sólo había cambiado en su exterior sino también en su interior.
En realidad era irónico ver tanto odio en la mirada de alguien que se suponía tenía prohibido sentir ese sentimiento, sin embargo, ahí estaba y era algo realmente nuevo, él no había demostrarlo odiarlo ni luego de que pusiera a Sehun en su contra, ¿qué había cambiado entonces?
-Sí continuas aquí vas a resfriarte-dijo alguien a sus espaldas.
El castaño se giró lentamente hasta encontrarse con Max que le sonreía igual que siempre, una mueca se dibujó en su rostro y se dio la vuelta para así no tener que ver al mayor a la cara, sentía que lo había decepcionado y no era un sentimiento agradable.
-Sehun está bien, se necesita más que exóticos trucos mágicos para matarlo-comentó tranquilamente mientras se colocaba a su lado recargando sus brazos sobre la cerca de metal que rodeaba la azotea.
-No son trucos mágicos, se llama 'Invocatione, et imperium'-farfulló.
-¿Qué?
-Nosotros podemos invocar ciertos elementos naturales que después materializamos y usamos como armas por medio de la telequinesis-explicó con algo de fastidio.
-¿Es así?, yo lo llamó magia-dijo risueño.
Han frunció el ceño y dirigió su inconforme mirada al mayor que continuaba sonriendo como un tonto, resopló en parte molesto y en parte contento de que él estuviera ahí en esos momentos.
-Deberías estar molesto igual que todos los demás-murmuró.
-¿Debería?-inquirió extrañado.
-Por lo que hice, lastimé a Sehun-le recordó con pesar.
-Tal vez pero... yo sé que Hannie no lo hizo a propósito-aseguró con esa voz paternal que siempre dejaba atontado al castaño-Además, no es como si todo fuera sólo culpa tuya, Lu también tuvo que ver y no es que vaya a ponerme en su contra ni nada pero... las cosas como son-se encogió de hombros.
-Gracias-susurró con un hilo de voz, tenía la cabeza agachada así que no pudo ver la sonrisa cálida que el mayor le dedicaba.
-No tienes nada que agradecer, somos amigos después de todo-soltó casi con orgullo.
-Pero es que tú siempre eres muy bueno conmigo y no se me ocurre otra forma de agradecerte todo más que con palabras.
-¡Ya, me haces sonrojar!-chilló escandalosamente y se lanzó a abrazar al menor.
-¡Eso duele!-se quejó el menor intentando alejar las manos del pelirrojo de sus mejillas.
Max se echó a reír escandalosamente y sin dar aviso lo abrazó igual que siempre que se le daba la gana, escuchó sus quejas un poco más hasta que finalmente dejó de hablar y terminó abrazándolo también, un nudo se formó en su garganta al oírlo suspirar profundamente porque él ya sabía que estaba tratando de ser un niño grande que no lloraba.
-Van a decirte muchas cosas desagradables de ahora en adelante, pero no debes escuchar-musitó a la vez que lo estrecha entre sus brazos, sólo un poco más fuerte.
-Lo sé-respondió con un susurro.
-Sé que lo sabes, pero igual te lo diré una vez más. No es culpa suya sino del miedo a lo desconocido, ellos le temen a eso que no comprenden y por ello los señalarán con el dedo, perdónalos por eso-pidió.
-Está bien.
-También sería buena idea que visitáramos a Sehun-propuso.
-No.
-Pero estoy seguro que le alegrara verte-aseguró.
-No voy a volver a acercarme a él-sentenció.
-¿Por qué? ¿Fue por lo que Lu dijo?, sí es así, seguro él no sabía lo que decía, estaba muy asustado y...
-Es porque ambos somos muy peligrosos-dijo en voz casi imperceptible-De ahora en adelante Lu y yo siempre vamos a estar chocando y es probable que esto vuelva a pasar, eso es malo así que uno tiene que hacer lo posible por evitar al otro y ese seré yo.
-Entonces...
-Lu siempre está alrededor de Sehun y es por eso que lo mejor es poner distancia entre ellos y yo, además...
-¿Además?
-Tú y yo sabemos que por muy bueno que Sehun sea, sí tiene que elegir entre Lu y yo... él ni siquiera lo pensaría para decidirse por él-afirmó con algo de decepción reflejada en sus bonitos ojos.
Max nunca había deseado que alguien estuviera equivocado como lo estaba deseado en esos instantes, pero la realidad le daba la razón a Han y lo único que él podía hacer era consolarlo y tratar de animarlo, después de todo, era su trabajo como mejor amigo de ese pequeño.
***
-Me voy-dijo por trigésima vez y trató de ponerse de pie, siendo frenado por Jena y Cho Ah.
-Debes ser paciente y dejarnos hacer nuestro trabajo-exigió la fastidiada enfermera.
-Estoy bien-le repitió a la rubia de cabello corto como ya lo había hecho muchas veces atrás e intentó marcharse una vez más.
-¡Ya quédate quieto!-ordenó un escandaloso Baekhyun que era quién lo detenía en esa ocasión.
-¡Me quiero ir!-exclamó usando el mismo elevado tono de voz empleando por el más bajito.
-¡No puedes!
-¡No tengo nada!
-¡Una flecha luminosa y un rayo te atravesaron!-le recordó.
-¡Ya te dije que no fue así!
-¡Todos lo vimos!
-Baekhyun-gruñó.
-Por favor Sehun-suplicó-Hazlo por mí por lo menos-pidió.
-Estoy bien-repitió fastidiado.
-¡Eso es lo que tú dices porque no fuiste tú quien vio todo derrumbándose a su alrededor luego de pensar que estarías muerto!-casi gritó dejando ir con libertad sus lágrimas.
-Baek-murmuró Cho Ah ya que Sehun estaba atónito.
-Tuve miedo de pensar que esa vez era la última que podría verte... muchas cosas pasaron por mi mente y... sólo podía pensar que no quería perderte a ti-sollozó-Por eso... sólo por esta vez... haz lo que te pido-suplicó.
-Ya te dije que estoy bien-dijo Sehun y dio un resoplido-El escudo que Lu me regalo se activó en último instante y lo único que me pasó fue que me golpee la cabeza al caer-explicó fastidiado.
-De todas formas...
-El temor a perder a un amigo es algo que deberías superar, sabes que no podemos sentir eso-le recordó.
-¡Tú no lo entiendes!-elevó la voz-¡No es miedo a perder una amigo!
-¿Qué es entonces?-inquirió con el ceño fruncido.
-Yo... yo tenía miedo de perderte porque... porque yo te...
-¡Sehunnie!-la dulce voz del intruso se escuchó por toda la habitación y Baekhyun sintió unas inmensas ganas de matarlo por aparecer ahí justo en esos momentos.
Sus ojos verdes miraron con resentimiento a Sehun que en dos segundos ya había arrancado de su cuerpo cualquier cosa o intravenosa que lo mantuviera pegado a la cama para por fin correr al encuentro de ese pequeño que en ese momento no era más que un estorbo para él.
-Estaba tan preocupado por ti y cuando Suho dijo que no podía verte yo... yo...
-Tranquilo, estoy bien-aseguró-No tienes nada de que preocuparte.
La sonrisa que él sólo había visto en sus sueños apareció únicamente dedicada a ese pequeño niño, que ahora sabía, era el centro del mundo para Sehun y lo odiaba, porque él había deseado fervientemente ese puesto durante años.
-Vamos, iremos de vuelta a mi habitación.
-¡No!-exclamó el rubio-Debes quedarte aquí hasta que estés curado-sentenció.
-Estoy bien-prometió.
-No-dijo a la vez que agitaba su cabeza-Por favor, quédate para que te revisen-pidió suplicante.
-Está bien-aceptó finalmente.
¿Está bien? ¿Así, tan fácil solamente porque era él quién lo pedía?
¡Pues claro que sí!, que más podía esperar Baekhyun cuando él era nadie al lado de ese pequeño ángel, porque daba igual que hubiese sido él quien había estado en las buenas y en las malas para Sehun, no importaba las veces que lo había puesto a él antes que a sí mismo, tampoco valían para nada todos esos años juntos, ni los besos, ni las caricias, ni todo su maldito amor unilateral, ¡no valían nada!
Simplemente porque Lu era más importante y Sehun no tenía nada para nadie que no fuera ese pequeño que únicamente sabía mentir y esconder cosas. ¡Joder!, Baekhyun ni en sueños podría ser así de maravilloso.
-Baek-oyó la preocupada voz de Cho Ah y sintió su mano sobre su hombro.
-Me largo-masculló entre dientes y salió azotando la puerta.
Los ojos del menor de todos se quedaron en la puerta durante unos instantes antes de volver a posarse sobre Sehun que tenía el ceño fruncido tras las acciones de parte de Baekhyun.
-¿Qué demonios le sucede?-farfulló recibiendo una mala mirada de la enfermera.
-Tendrás que hablar con él después, ahora regresa a la cama-indicó la molesta rubia.
Sehun bufó por eso pero igual obedeció a sabiendas de que el pequeño rubio se encontraba ahí. Tuvo que sacar paciencia de donde no la tenía para aguantarse la siguiente hora donde Jena le hizo varios exámenes y preguntas que no tenía idea de cómo logró soportar y en verdad que estaba sorprendido de sí mismo para esas alturas.
Aunque también tenía la ligera sospecha de que todo era debido a la presencia de Lu y ese aroma a flores que su pequeño cuerpo emanaba, era gracias a él que había permanecido en calma tanto tiempo, aunque igual no pudo déjate de pensar que era una bendición cuando ellas finalmente se fueron.
-¿Cómo te sientes?-preguntó el menor luego de unos instantes.
-Aliviado ahora que ellas finalmente me dejaron en paz-refunfuñó.
Lu rió tras su comentario, logrando sólo con eso que todo a su alrededor se borrara mientras sólo podía mirarlo a él, porque su voz era el sonido más bonito que había escuchado nunca y estaba seguro de que la conocía de antes.
-Tú... ¿cómo puede ser estés aquí hablándome?-murmuró aún hipnotizado por el sonido de su voz, su rostro, sus ojos, su dulce aroma, su todo.
Una pequeña sonrisita se extendió en sus labios, una de sus pequeñas manos acunó gentilmente su rostro y se dio cuenta entonces que algo había cambiado en su mirada.
-Antes... también dijiste que habías nacido sin ninguna de tus habilidades pero ahora...
-Hay cosas inexplicables que te mostrarán sus respuestas sólo cuando sea necesario-susurró suavemente.
-¿Qué quiere decir eso?-preguntó inconforme.
-Que yo tampoco entiendo nada-mintió, aunque estaba mal y no quería engañarlo, no a Sehun.
-Pero entonces...
-Vayamos ver las estrellas fugaces algún día-lo interrumpió-En mi mundo no hay estrellas y mucho menos hay estrellas fugaces, quiero verlas contigo alguna vez-dijo con una tímida sonrisita.
« ¡Mira Sehunnie, son estrellas fugaces! »
-¿Q-qué?-balbuceó aturdido.
-Mamá solía decirme que tenía que verlas si alguna vez estaba en la dimensión humana, dijo que era algo simplemente increíble-aseguró risueño.
-¿Ella las vio?-interrogó casi en automático.
-Sí, me contó que solía mirarlas junto al hombre que amaba.
-Con tu padre-habló todavía sintiéndose fuera de sí.
-No-respondió Lu-Papá fue la persona con la que la Luna decidió que mamá compartiría su vida, pero ella no lo veía más que como a un buen amigo, ella amaba a otra persona muy distinta a nosotros-explicó.
-Un humano-musitó, tenía miedo entonces.
-Sí-la respuesta fue como un golpe y deseaba que Lu dejara de hablar-Hace mucho mamá vivió un tiempo aquí, en la dimensión humana. Ella gozaba de cierta libertad ya que un principio ella no iba a ser no iba a ser quién tomara el trono, fue por eso que ella quiso cumplir su sueño de conocer este mundo y vino a vivir aquí donde conoció a la persona de quien se enamoró-había una sonrisa en los labios de Lu mientras que él sentía ganas de vomitar.
-¿Y qué pasó con ese hombre?-deseaba la respuesta tanto como no la quería.
-Sólo sé que muchas cosas pasaron y aunque ella nunca me lo dijo con sus propias palabras, es obvio que tuvo que abandonarlo, ella siempre estaba triste cuando pensaba en eso, pero yo sé que nunca lo olvido porque la sonrisa que iluminaba sus labios al hablar de él era resplandeciente-sonrió al decir eso-¿Sabes?, acabo de pensar en algo muy raro pero... de alguna forma y ahora que lo pienso, la descripción que me dio mamá de esa persona me recuerda un poco a ti-rió suavemente tras esas palabras.
Sin embargo, Sehun no rió, sus ojos estaban fijos en Lu, ese pequeño que poseía esa mirada tan familiar, su voz también le resultaba conocida aunque no recordaba donde la había escuchado, también estaba lo rápido que se había encariñado con él y tal vez Lu era la clave que le revelaría su pasado, ¿por qué se sentía de tan asustado entonces?
-¿Sehunnie?-lo llamó angustiado al ver la expresión atemorizada de su rostro.
-Yo...
-¿Qué sucede?-preguntó preocupado.
-Estoy confundido, tanto que no sé que hacer.
Lu lo miró atentamente antes de abrazarlo con fuerza y él hizo lo mismo sin dudarlo, era en ese momento que sentía que la confusión iba a engullirlo por completo y necesitaba un ancla, y su ancla era Lu e iba a aferrarse a él con su vida.