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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Segundo y último por hoy!!!

-No llore-ordenó autoritario el mayor.

-Pe-pero... e-ellos...

-Usted es un príncipe y ellos simples súbditos, no les de la satisfacción de verlo derrotado-dijo con firmeza.

-Pero... ¿por qué me odian tanto?-preguntó entre hipidos-Y... y no sólo son ellos... to-todos aquí me miran co-como sí...

-Yo no lo hago-lo interrumpió y en un segundo su mirada severa se había vuelto una llena de dulzura.

Sus llorosos ojos miraban sorprendidos al tierno hombre que se encontraba en cuclillas sosteniendo con delicadeza su rostro con la mano izquierda mientras que con la derecha le enjuagaba las lágrimas.

-Yo lo quiero mucho-afirmó.

-¿D-de verdad?-inquirió incrédulo.

-Claro que sí-asintió.

-¿Por qué?, no tienes ninguna obligación si es por tu trabajo-susurró con decepción al pensar que no era más que temor a su padre lo que Kris sentía.

-¿Se ha vuelto loco?-soltó fingiendo estar escandalizado-¿Qué acaso usted no se ha dado cuenta de la cosa tan hermosa y adorable que es?, estoy seguro de que no había habido un ser tan agraciado como usted desde la princesa Scatha.

Las mejillas del menor se tiñeron de un adorable color rojo, su corazón volvió a latir de esa forma tan extraña en que lo hacía de un tiempo a la fecha siempre que estaba con él y dejó de saber que decir.

-Yo lo quiero por eso y por todas esas muchas hermosas virtudes que usted tiene. Su alteza debe entender que es alguien muy especial y quien diga lo contrario puede irse a la mierda-sentenció.

-¡Dijiste una mala palabra!-chilló escandalizado.

-¿Lo hice?-preguntó algo apenado.

-Sí, pero está bien, prometo que no le diré a papá-aseguró.

-Ufff, sí que me salva de una grande-dijo dramáticamente logrando hacer reír al pequeño castaño.

-¡Es porque yo también quiero mucho a mi maestro!-exclamó lanzándose a los brazos del mayor que lo recibió gustosos y entre carcajadas.

><><>< 

¿Cuántos años habían pasado de ese día?

En realidad no lo sabía pero era gracias a ese bonito recuerdo que podía mantenerse en una sola pieza ahora que aparentemente él era la criatura más diabólica del mundo.

Eso era lo que decían todos luego de varios días de su pelea con Lu, era algo molesto ser llamado demonio pero en realidad lo único que realmente le importaba era saber que Sehun estaba bien aunque actualmente él se encontraba evitándolo a toda costa pero no había opción, tenía que hacerlo aun cuando estaba algo preocupado ya que últimamente lo notaba algo extraño.

-Han.

La piel se le erizó tan pronto escuchó esa voz y aprovechando que él no podía verlo, se mordió el labio inferior con fuerza porque eso lo ayuda a guardar la calma cuando más llegaba a necesitarlo.

-¿Qué?-soltó de la forma más indiferente que pudo fingir.

-Suho nos necesita a todos abajo para empezar la operación-respondió en tono neutral.

-Ya bajo-respondió tajante.

Esperó unos minutos esperando que Sehun se fuera y sólo cuando escuchó la puerta cerrarse, sólo entonces, se giró esperando no encontrarlo pero no fue así, él continuaba ahí y ahora lo tenía cara a cara.

-¿Por qué estás evitándome?-preguntó sin rodeos.

-¡Ja!, debes ser bastante vanidoso como para creer que yo realmente me estoy tomando mi valioso tiempo solamente para huir de ti-soltó arrogante.

-No fijas-exigió.

-No tendría porque hacerlo-se escogió de hombros.

Su postura cambio mientras fingía desinterés, su mano izquierda estaba sobre su cadera mientras aparentaba mirarse las uñas de la mano derecha.

-¿Hice algo mal?

La pregunta lo tomó con la guardia baja y por una fracción de segundo su máscara de indiferencia se quebró dejando que Sehun viera la sorpresa y el arrepentimiento que su pregunta habían provocado, pero tan rápido como la máscara había caído, también volvió.

-Siempre estás con esa peste pegada a ti, ¿eso responde tu pregunta?-masculló.

-¿Esto es sólo porque te tomaste como una traición lo de Lu?-cuestionó casi incrédulo.

-No, pero es obvio que eso fue lo que él dijo y tú no vas a poner en duda su palabra sólo por mí-bufó.

-¿Qué te hacer pensar eso cuando ni siquiera me has dado la oportunidad de juzgar por mí mismo?-su ceño se encontraba fruncido y Han estaba casi seguro de que él iba a entenderlo, aunque fuera una poco, si trataba de explicarse pero no lo haría.

-No tendría por qué darte esa oportunidad cuando obviamente tú ya elegiste un bando y no es el mío. Ahora, apártate que voy a pasar-dijo con falsa irritación.

-No te creo-su mano sujetó la del menor tan pronto pasó a su lado y lo obligó a enfrentarlo-Dime la verdad-ordenó.

-Es problema tuyo si no me crees. Suéltame ahora-exigió tirando con fuerza para liberarse.

-Yo te prometí ayudarte pero no voy a poder hacerlo si continuas así-advirtió.

-No me importa, yo no te necesito en lo absoluto-gruñó.

-Tú...

-¡Hannie!-casi gritó Max antes de jalarlo a un efusivo abrazo que lo liberó de Sehun-Venía a buscarte porque ayer me dijiste que querías venir conmigo, ¿estás listo?

-Sí-respondió y sin más huyó.

Sehun hizo ademan de querer seguirlo pero se encontró con Max cerrándole el paso y mirándolo con seriedad.

-¿Ha pasado algo?-preguntó el pelirrojo.

-En absoluto. Será mejor que bajamos-sugirió.

-Después de ti.

Sehun asintió y pasó a un lado de su amigo que lo siguió de cerca todo el camino hasta la entrada principal donde todos ya los esperaban, vio de reojo hasta donde Han estaba y no apartó la mirada sino hasta que lo vio subir al vehículo.

Un suave apretón en la mano lo regresó a la realidad y al mirar hacia abajo se encontró con la sonrisa de Lu, él mismo no pudo evitar sonreír cuando notó que el pequeño rubio llevaba los googles que le había obsequiado y con cuidado lo ayudó a acomodarlos antes de subirlo a la motocicleta tras él.

-Sostente fuerte-indicó.

-Síp-lo escuchó decir y una vez más esa sensación desagradable lo invadió cuando él lo rodeó con los brazos, la sentía desde aquel día que habían hablado en la enfermería y aunque todo parecía indicar que era rechazo, él se negaba a aceptarlo aún.

***

-¿Estás seguro de esto?-le preguntó el moreno por quinta vez consecutiva.

-Eso a ti no te importa, limítate a obedecer-ordenó.

-Pero… sacrificaras algo importante sólo por… tú ni siquiera vas a obtener nada-señaló.

-Pareciera que no me conoces-dijo con arrogancia, su vista dejó de estar fijos en el contenedor frente a él y se posó en el menor, una sonrisa ladina estaba pintada en sus labios y sólo al verla, Kai supo que estaba errado-Yo no actuó para no obtener nada a cambio.

-Eso ya puedo verlo pero… ¿realmente tengo que ir con C-450?-inquirió inconforme.

-De que lo acompañes depende esta misión-dijo seriamente.

-¿Sabes lo manipulador que es que me digas eso sabiendo que no puedo decirte que no a nada?-dijo con una tono demasiado empalagoso.

-Sí, ¿puedo confiar en ti?-preguntó seriamente.

-¡Por supuesto!-exclamó entusiasta-Déjalo todo en manos de tu chico-le guiñó un ojo coqueto.

-No falles-advirtió.

-Nunca-afirmó-No fallaré porque es importante para ti.

-Suerte-dijo aunque sabía que Kai iba a hacerlo bien.

El asintió sonriente y se separó de él para colocarse junto a C-450, una de las manos del moreno se posó sobre la espalda de la desfigurada criatura y al segundo siguiente ambos habían desaparecido, Kyungsoo permaneció inmóvil durante largos segundos en los que podía sentir un agridulce sabor instalándose en su boca.

-¿Estás seguro de esto?-preguntó Kana que se había mantenido mirándolo únicamente.

-Sí.

-Lu podría matarlo, ya no es el débil niño al cual adorabas tortura y también sabe de tu plan-le recordó.

-Él no morirá así de fácil, cumplirá con esta misión y yo no le tengo miedo a esa pequeña peste-aseguró.

-Ya veo, aunque ahora que lo pienso... Kai parece ser tu hombre de confianza pero aún así él todavía no sabe que está peleando por una venganza que no es suya-soltó con algo de burla la científica.

-Cállate-gruñó mientras su único ojo se volvía negro a forma de advertencia para la atrevida mujer.

-Eso ya no me asusta-le recodó.

-Tan sólo mantén tu enorme boca cerrada, mi propósito es cosa mía y de nadie más. Kai sabrá todo a en su debido momento-aseguró.

-Bien-se encogió de hombros-Es cosa tuya de cualquier forma.

Kyungsoo le dio una última mirada a la científica antes de abandonar la habitación. Ella siempre hallaba la forma de hacerlo enfurecer y de no ser porque la necesitaba, tal vez ya la habría matado.

Al llegar a su oficina se dejó caer sobre uno de los sofás y tomó entre sus dedos la cadena de oro del collar con la piedra luna para darle un vistazo, sonriendo satisfecho al ver que la mancha se iba volviendo más grande y más raíces salían de su centro, tan sólo un poco más y podría llegar a la fase final de ese plan que le había costado años, lágrimas y sangre, sólo un poco.

“Espera sólo un poco más y pronto tendremos justicia.”

***

Algo había cambiado ese día y Sehun lo notaba en la expresión que Suho tenía en el rostro, él parecía estar a punto de llorar de alegría, todos  de hecho parecían estar más felices cuando generalmente esos días no eran más que de tristeza.

-Tranquila, todo irá bien-prometía ese dulce ser a la confundida joven que se aferraba a su mano.

-¿De verdad me llevaran a un lugar seguro?-preguntaba la angustiada chica.

-Tienes mi palabra-afirmó Lu.

No habían salvado a las personas que se habían convertido en Cazadores por completo pero Lu había sido capaz de revertir la transformación cuando se encontraba en la primera etapa, además de también haber salvado a algunos científicos que no estaban ahí por gusto sino porque Kyungsoo no les había dejado opción, él había salvado a tantos y Suho parecía estar más que orgullosos y agradecido.

Sehun aún no podía terminar de explicarse como era que lo había hecho y lo único que tenía claro era la imagen de alas blancas, no era una victoria del todo pero era lo mejor que lo que habían tenido hasta ahora y eso era más que suficiente.

-Ven conmigo-pidió Baekhyun a la joven que hasta ese momento no había parado de llorar y se aferraba a Lu.

-¿Señor ángel?-inquirió la asustada chica pidiendo de esa forma su aprobación.

-Está bien, Baekhyun también es un señor ángel-prometió.

Ella asintió finalmente y se sujetó de la mano de Baekhyun mirando un par de veces hacia atrás buscando a Lu que le sonreía con ternura, se atrevió a acercarse a él sólo cuando la chica estuvo dentro de uno de los vehículos junto con las demás personas que habían salvado.

-¿Cómo lo hiciste?-preguntó aún desconcertado.

-No sé, la verdad es que todavía no termino de entender todos los cambios-respondió.

-Suho está muy feliz-aseguró.

-Yo también, aunque también me hubiera gustado ayudarlos a todos-murmuró con algo de tristeza.

-Sin embargo, esto es mejor que lo que habíamos obtenido hasta ahora-afirmó.

-Supongo-susurró.

-Vamos, es hora de volver a casa-indicó.

El pequeño rubio asintió y comenzó a avanzar obedientemente, Sehun lo seguía de cerca hasta que sus ojos se quedaron fijos en Han, se veía exhausto y no le gustaba en absoluto la herida en el brazos que Max estaba encargándose de vendarle, dio un paso en su dirección con la intención de acercarse a él pero antes de dar el siguiente los ojos del menor se elevaron en su dirección pidiéndole en silencio que no se acercara más.

-Sehunnie-llamó el pequeño rubio.

-Ya voy-respondió y terminó de andar hasta donde él  lo esperaba.

El camino de vuelta fue más largo de lo que le había parecido cuando apenas se dirigían al laboratorio, la fría noche ocultaba algo en esa ocasión y ese mal presentimiento hizo que Sehun acelerara a tope rebasando a todos los demás vehículos, había algo que no le gustaba.

Sintió al pequeño niños tras él abrazándolo con más fuerza pero no fue motivo para que bajara la velocidad, iba a disculparse después, lo importante en esos momentos era llegar a la fortaleza. Llegaron antes que todos y Sehun dejó ir un suspiro de alivio al verla intacta, se bajó tranquilamente y en ese mismo instante el infierno apareció y todo fue cubierto por las llamas.

La tétrica iluminación sólo fue de ayuda para que tanto él como Lu pudieran apreciar las muchas ventanas salpicadas con sangre, en la entrada estaban los cuerpos de los que antes eran los guardias a cargo de las puerta y el momentáneo silencio terminó por ser destrozado por los agonizantes gritos que provenían del interior.

-No-escuchó la voz quebrada de Lu-No puede ser.

El chirrido que provocaron las llantas cuando los demás finalmente llegaron no sirvió para regresarlo a la realidad, escuchaba los gritos de Suho y sabía que todos estaban corriendo de un lugar a otro pero él seguía inmóvil mirándolo todo.

«Lo siento Sehunnie, realmente deseaba mantener nuestra promesa… »

-¡Sehun, reacciona!-pedía el alterado rubio al verlo de esa forma-¡Sehun tenemos que ayudar, aún hay gente con vida ahí dentro!

-¿De verdad crees que podrás ayudar en algo así?-soltó con malicia Han.

-Cállate-advirtió el pequeño niño.

-Lo más probable es que todos allá adentro vayan a morir y en realidad es lo mejor, de esa forma se evitan el sufrimiento innecesario que los espera-aseguró.

-¡¿Cómo puedes tener el corazón tan frío como para decir algo así?! ¡Eres un monstruo!

-Si ser consciente de que no podré salvar a todo mundo me hace un monstruo, creo que lo soy-dijo con calma.

Los ojos cargados de despreció y lágrimas de importancia del pequeño rubio estaban fijos sobre él que lo miraba sin interés, lo había visto incluso antes de llegar, todos ahí dentro estaban destinados a morir porque, o estaban ya mal heridos o los esfuerzos por salvarlos iban a ser inútiles, ese fuego no iba a apagarse porque no era fuego natural sino algo creado por alguien de su mundo, era inevitable aunque no le gustara esa idea.

Trató de concentrase en el fuego y todas las presencias a su alrededor pero al perecer quien quiera que hubiera hecho aquello, se había ido ya y por lo menos eso era algo que podía tenerlo tranquilo.

-¡Cho Ah!-escuchó gritar a Max y su mirada rápidamente viajó hasta él.

-¡No puedes entrar, es peligroso!-le decía Baekhyun que trataba de pararlo con ayuda de otros tres hombres.

-¡No, Cho Ah está ahí, tengo que ir!-gritaba desesperado.

La lágrimas del mayor pronto aparecieron y Han sintió una punzada de dolor al verlas, no quería ver así a Max, él no merecía pasar por eso, no ese buen hombre que nunca lo había mirado con nada más que dulzura pero nada podía hacer por él.

Por la persona que nunca había dejado de ser buena con él a pesar de su actitud de mierda y de haber descubierto eso que hacía.

«Eso… esa forma de alimentarte es… es por medio del sexo ¿no?»

La misma que le había pedido disculpas por aquella vez que había sido él quien lo había utilizado para alimentarse.

«Lo siento Hannie, perdóname por hacerte sentir de esa horrible manera… »

Esa que había estado a su lado apoyándolo y consolándolo todas las demás veces que tuvo que comer.

«Hannie, ábreme la puerta por favor, déjame verte pequeño…yo… yo te prometo que estarás bien… »

Él que siempre trataba de animarlo con sus bromas tontas.

«Hannie, Cho Ah no me quiere… a este paso tendré que casarme contigo jajajaja….»

Quien lo defendía y lo aceptaba tal como era.

«No los escuches pequeño, todos ellos son unos imbéciles que no son capaces de darse cuenta de cuan maravilloso eres pero ellos se lo pierden… »

Max, Su mejor amigo y él único que tenía.

«Mira Hannie, te traje esto… me dijiste que amabas esa cosa llamada ballet y por eso te conseguí estas zapatillas, el vendedor dijo que así se llamaban y que eran difíciles de encontrar, fueron un poco costosas pero tú la vales… »

Ahora él estaba sufriendo y Han no lo quería, no podía permitirlo.

-¡Maldición!-exclamó y lo próximo que Sehun registró fue el tintineo de su cascabel.

-¡Han!-gritó al verlo correr hacía el edificio en llamas y trató de seguirlo.

-¡No vayas, es peligroso!-dijo Lu y lo sujetó del brazo para detenerlo.

-¡Han entró ahí, debo ir tras él!

-Lo sé pero es peligroso para ti, debes esperar-indicó.

-Pero...

-Él estará bien-aseguró, conocía al castaño desde hacía mucho y sabía que él podría salir ileso.

Sehun volvió a llevar su angustiada mirada al frente, sabía que Han era fuerte pero algo ahí era de demasiado extraño. Un gritó lo regresó a la realidad y lo siguiente que sus ojos vieron fue rojo y ámbar.

Todo el suelo era cubierto de un oscuro color rojo mientras esos ojos ámbar brillaban con intensidad bajo la luz de las llamas, una sonrisa perversa estaba dibujada en los labios de esa persona y las personas que creían haber salvado ya no eran más que bultos sin vida a los pies de ese demonio.

-Bienvenido a casa, Xiao Lu.

Notas finales:

Max es un amor y yo sé que alguien querrá matarme en los siguientes capítulo que vienen jajajajaja

Y bueno... eso ha sido todo por hoy, espero que les gustaran y como siempre, muchas gracias por leer, hasta pronto :3

 


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