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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Hello people!!!

Disculpen la tardanza pero aquí me tiene y espero los capítulos de hoy les gusten :3

Disfruten~

-¿Qué haces aquí?-preguntó con un murmullo al pequeño rubio que estaba frente a esa tumba que tanto había evitado.

-Le traje flores... lamento si acaso no son las más bonitas-su voz estaba quebrada y él no entendía por qué.

-Está bien-sonrió levemente y se arrodillo al lado del más pequeño-Seguro que le hubieran gustado mucho porque... él en realidad no pudo ver una flor antes y... seguro le hubiesen gustado mucho-aseguró.

Lu llevó su triste mirada al rostro de Han, las lágrimas del castaño lo hacían sentirse despreciable y  le dificultaban la tarea de no llorar como se había propuesto.

-Lo siento-murmuró.

-¿Sabes?, de alguna forma se siente como si hubiese fallado; encontrarlo y llevarlo de vuelta junto a ella, y en lugar de eso...

-No es tu culpa, tú eres el menos culpable aquí-dijo apresuradamente.

-¿Es qué acaso no viste lo que sucedió?-inquirió sintiendo la ira volver a invadirlo-¡Yo lo mate!

-¡Lo sé!-soltó el atormentado niño.

Las lágrimas de ambos se volvieron unas solas con la lluvia que se desató tan pronto el de ojos grises comenzó a llorar. Han vio la lucha que estaba teniendo a través de sus tormentosos ojos grises que ya no estaban ni cerca de ser esas hermosas y relucientes joyas que irradiaban alegría que Han conoció la primera vez que lo vio.

-¡Sé lo que hiciste pero no es tu culpa, eres tan sólo una víctima de todo este maldito destino que tan sólo debemos aceptar con la cabeza agachada!-soltó desgarradoramente.

-¿De que hablas?-preguntó confuso.

-Yo... yo... no puedo decírtelo.

-¿Cómo que no puedes decirme?-masculló entre dientes.

-Lo siento-sollozó el pequeño.

-¡¿Kris murió y aún así tú prefieres quedarte callado aunque tú sabes toda la verdad acerca de toda esta mierda?!-soltó rabioso importándole menos que nada que la copiosa lluvia se hubiera transformado en una intensa tormenta.

-¡Es que no puedo!-casi gritó-Sé bien que soy de lo peor y que merezco el peor de los castigos pero tan sólo no puedo, ¡Y LO ODIO!-gritó lo último haciendo con ello que el cielo retumbaran-¡Odio mi destino, odio a quienes lo eligieron y me odio a mí mismo por no poder oponerme!

Ambos se miraban a los ojos con las respiraciones agitadas, Han veía en sus ojos el dolor y el peso que tenía que arrastrar, y aún así quería destrozarlo con sus propias manos, pero sabía que eso iba a lastimar a Sehun también y de alguna forma eso era algo que no podía ni quería hacer.

Las amargas lágrimas del pequeño niño no paraban y sentía que comenzaba a quedarse sin aire mientras trataba de tranquilizarse, la mirada de Han eran como afiladas flechas incrustándose en su alma y ya no podía soportarlas, quería gritarle la verdad pero había todavía una parte suya que le exigía quedarse callado.

-Lo siento Han. Tal vez esto sea lo peor que podría decirte ahora pero es lo único que si puedo revelarte-musitó con la mirada gacha-Yo ya sé que Kris no merecía esto pero... fue su elección-reveló.

La expresión de Han se transformó en una mueca de incredulidad y rabia que Lu estaba dispuesto a enfrentar, si él decidía atacarlo él no iba a defenderse en esa ocasión.

-¡¿Cómo mierda se supone que me conforme con eso?!

-Porque él quería que te lo dijera.

El rostro de Han se deformó aún más a causa de la creciente furia, sus ojos se volvieron negros y aún cuando Lu sintió que sus alas querían desplegarse, como un modo de auto defensa, no lo permitió.

-Vas a explicarte-ordenó con esa tenebrosa voz que se parecía más a la  de las bestias.

-Ya te dije que no puedo...

-No me lo digas entonces, tan sólo ponlo de un modo que pueda entenderlo sin que me digas algo que no debas-dijo más tranquilo.

-Yo...

-Me lo debes-le recordó antes de que Lu pudiera darle una negativa más.

-Está bien-dijo al fin.

-Bien, comienza entonces-ordenó.

-Sí pero... ¿desde dónde?-preguntó nerviosamente.

-Desde el inicio.

El pequeño rubio lo miró con una expresión confundida pero él mantuvo su postura, ya no quería más rodeos y más le valía a ese pequeño decirle toda la verdad, o la que pudiera por lo menos.

-Yo... -musitó nervioso e indeciso.

-¿Por qué no comienzas explicándome como mierda pasaste de ser un mocoso casi humano a esto?-lo señaló de pies a cabeza-Tú ni siquiera hablabas.

-Es... es que ni yo término de entender-explicó recibiendo un gruñido de parte del mayor.

La mirada dura del castaño le recordó que no estaba para juegos y que más le valía darle una respuesta que él de verdad no tenía en esos momentos.

-Yo nunca mentí-habló nuevamente-En verdad que yo fui así desde que tengo memoria. Todos decían que si mi condición no cambiaba yo no iba a poder tomar el trono de Incendium, esa fue mi mayor preocupación por años pero mi madre nunca dejaba de repetirme que eso daba igual porque mi destino era mucho más grande que eso... pero yo siempre pensé que mentía para hacerme sentir bien-sonrió con tristeza.

-Ya lo sé-dijo Han de la nada-Yo me di cuenta desde el inicio que algo fallaba en ti y no sólo era tu habla. Tú no olías de la misma forma que ella que olía a flores, tú... tan sólo no olías a nada.

-Era porque no era nada en ese momento. Mi condición incluso me impidió comenzar a prepararme como el gran guerrero que se supone debía ser y el consejo ni siquiera discutió esa decisión porque para ellos yo era una pérdida de tiempo. Mi madre decidió todo por mi bien e incluso puso un sello para que mi voz no apareciera sino hasta el momento indicado.

-¿Qué pasó para que te volviera esto?

-En Incendium, cuando los jóvenes cumplen los once años son llevados al lago de Signum para que de esa forma la Luna les otorgue sus alas y les muestre el destino que les aguarda, y fue eso lo que yo hice esa noche de nuestros cumpleaños.

-¿Cómo lo hiciste si sé supone que necesitabas del lago de Signum?

-Con ayuda de Lux, ella encontró un equivalente y de esa forma yo pude llevar a cabo el ritual... esa noche la Luna me otorgó mis alas, despertó mis habilidades e incluso quitó el sello de mi madre... y también...

-Te mostró tu destino-agregó al ver que Lu no parecía querer decirlo.

-Sin embargo... -musitó con la voz rota y los ojos nublados por las lágrimas-El destino que me aguarda es algo que jamás estuvo en mis manos... absolutamente todo en mi vida se ha hecho para prepararme para algo que no quiero pero de lo que tampoco puedo huir... algo que todavía desconozco porque sé que todo lo que sé hasta ahora ni siquiera es ni la mitad de todo lo que me aguarda... porque de lo único que estoy seguro es que soy una mera herramienta-sus pequeños puños se apretaron con fuerza y un pequeño lamento escapó de sus labios.

-¿Qué tenía que ver Kris en todo esto?-preguntó indiferente al sufrimiento del pequeño rubio.

-No puedo decirte... y... lo siento por eso... porque de verdad me gustaría decirte todo lo que sé para así tal vez hacerte todo esto menos doloroso pero... no puedo... -balbuceó llorando.

-Supongo entonces que quiera o no, voy a terminar involucrado en todo esto, ¿no es así?

-Perdóname por favor-pidió.

-Esto es una mierda-bufó.

-Yo...

-Ya deja de llorar-ordenó-Todo ya es demasiado malo dentro de ese montón de escombros como para que tú lo jodas más con la puta lluvia-gruñó.

Lu asintió sumisamente y comenzó a limpiar sus lágrimas con sus manos mojadas, sus hipidos y sollozos fueron un poco más difíciles de controlar pero al final todo había pasado y ellos no eran más que dos empapados y sucios bultos sentados sobre el lodo frente a una tumba adornada con pequeñas flores amarillas.

Ninguno dijo nada más luego de eso. Han tan sólo se concentró en las florecillas sobre la tumba de Kris hasta finalmente atreverse a mirar a Lu de reojo; toda la tristeza era visible en cada centímetro de su inocente y bello rostro manchado por el fango, en esos momentos él se veía incluso mucho más pequeño y frágil que la primera vez que lo había visto, pero aún así no dejaba de pensar que era especial. Todo él siempre había apuntado a algo desconocido y extraordinario, inclusive la fragancia que desprendía era algo realmente singular.

Porque mientras los demás habitantes de Incendium olían a flores cuales quiera, Lu olía a Reina de la noche, esa flor que significaba excelencia entre los suyos y que se suponía significaba un gran privilegio si te otorgaba su aroma.

-¿Qué harás a partir de ahora?-preguntó finalmente luego de un largo silencio.

-Me iré-susurró.

-¿Qué?

-Soy peligroso para todos aquí y también sé que podré arreglármelas yo solo hasta que vengan por mí-aseguró.

-¿De verdad crees que tan sólo vas a poder enfrentarte a todo tú solo?-cuestionó molesto.

-Tengo que intentarlo... permanecer aquí ya no es una opción para mí... yo... no quiero que nadie más muera y mucho menos me perdonaría si algo llega a sucederle a Sehunnie... yo tan sólo no podría con eso.

-¿Por qué te importa tanto alguien que ni siquiera volverás a ver cuando todo esto acabe?-interrogó desconcertado.

-Es... simplemente porque lo amo-respondió con una sonrisa temblorosa, un par de lágrimas cayeron por sus mejillas y a pesar de eso, finalmente algunos rayos de Sol comenzaban a asomarse entre las oscuras nubes.

-Eso está prohibido para ti, Sehun es alguien imposible-le recordó sin una sola pisca de consideración.

-Lo sé, pero no puedo cambiarlo y mucho menos me arrepiento porque sin duda él siempre será lo más bonito que me ha pasado-dijo casi con adoración.

-¿Estás seguro de esto?

-Sí.

-Bien... me voy contigo entonces-declaró.

-No tienes que...

-Nunca quise estar aquí en primer lugar, además, Kyungsoo nos busca a ambos y si me quedo, él sin duda volverá y también estoy seguro de que podremos dar más pelea si somos dos y no sólo uno-afirmó.

-¿Estás seguro?-preguntó.

-Sí, tan sólo dame unas horas para que pueda recuperarme-pidió.

-Bien.

-Entonces, nos reunimos luego de media noche en la azotea.

Lu asintió rápidamente, vio al mayor ponerse de pie para finalmente comenzar a alejarse deteniéndose nuevamente a unos cuantos metros.

-Sólo te recuerdo que esto no significa que seamos amigos ni nada, ten presente que de una u otra forma me cobraré que me ocultaras lo de Kris-advirtió.

-Me parece justo-asintió con calma, se lo debía de cualquier forma.

Fue el turno de Han para asentir y finalmente retirarse dejándolo solo con la mirada fija en las florecillas amarillas.

-Creo que será la última vez-murmuró-Lo lamento.

Esas fueron las últimas palabras que le dedicó a Kris antes de ponerse de pie, era probablemente la última vez que vería a Sehun y debía aprovechar cada minuto, tenía poco tiempo después de todo.

Asearse le restó más tiempo del que hubiera deseado gastar pero una vez acabó no perdió ni un sólo segundo más y comenzó a correr por los pasillos hasta la oficina de Suho donde se encontró con un muy estresado pelinegro.

-¿Sehunnie?-lo llamó con preocupación al verlo masajearse la frente con un gesto de dolor.

-Oh, Lu. No te escuché entrar, ¿qué pasa bebé?-preguntó tan cariñosamente como siempre.

El pequeño rubio sintió sus mejillas calentarse sólo por escucharlo llamarlo de esa forma mientras sus labios le mostraban aquella sonrisa, ya sabía, Sehun estaba prohibido pero ya nadie podría arrancárselo del corazón aún sí no volvía a verlo.

-Yo... pensé que podrías necesitar ayuda pero... creo que en realidad necesitas un descanso, ¿quieres venir a caminar conmigo?-ofreció con una preciosa sonrisa.

-Claro, vayamos.

¿Alguien pensaría que era un tonto únicamente porque sentía como si su corazón fuera a hacer erupción sólo porque  Sehun lo había tomado de la mano?, seguramente muchos si iban a pensarlo pero le daba igual, no quería ignorar y mucho menos detener lo que sentía cada vez que estaba con Sehun.

Sus ojos se mantuvieron fijos en su mano unida al mayor y aún cuando se sintió un poco cohibido, se atrevió a entrelazar sus dedos con los del mayor que inmediatamente le dio otra de esas sonrisas que pronto iban a hacer que su corazón reventara.

-¿A dónde vamos?-preguntó Sehun.

-S-sí tú quieres... po-podemos ir a un lugar que descubría hace poco-propuso tímidamente.

-Me parece perfecto.

Lu asintió frenéticamente luego de la aprobación dada por el mayor, su pequeña mano sujetó con fuerza la del mayor y sé echó a correr hacia el lugar que había descubierto y de dónde sacaba las flores para Kris, estaba cerca de lo que quedaba de la Fortaleza y no tardaron mucho en llegar. Su mirada curiosa y a la vez nerviosa viajó hasta Sehun sintiéndose dichoso al verlo maravillado con el hermoso prado lleno de flores silvestres.

-¿Te gusta?-preguntó aunque ya sabía la respuesta.

-Es maravilloso. ¿Cómo lo hallaste?-inquirió asombrado.

-Lux me trajo aquí cuando le dije que quería flores para el maestro de Han-explicó.

-Es realmente maravilloso, gracias por traerme, pequeño-dijo antes de abrazarlo y hacer que todo su mundo diera vueltas únicamente por eso.

-De nada-susurró avergonzado-¿Vamos a sentarnos?

Sehun asintió y ambos se dirigieron hacia la sombra de un gran árbol, ambos se sentaron uno al lado del otro y únicamente sé mantuvieron de esa forma. Lu con la cabeza recargada sobre el pecho de Sehun y él acariciando suavemente su cabello.

Momentos así eran los que más atesoraba pero sabía que pronto iban a terminar; negó varias veces con la cabeza luego de ese pensamiento y lo envió tan lejos como pudo, no podía estar triste ese día.

-Hueles a flores-dijo risueño el mayor haciéndolo reír.

-Todos en Incendium huelen como alguna flor.

-¿En serio?

-Sí-asintió al tiempo que decía eso-Recuerdo que papá olía a rosas y mamá a jazmín-relató con melancolía.

Sehun se tenso tan pronto Lu mencionó a su madre, había dejado de lado eso porque no creía estar preparado y ella tampoco lo había visitado hasta ahora, pero evitarlo ya no era una opción y también deseaba saberlo.

-¿Sehunnie?-llamó al notarlo distraído.

-Tú madre... ¿cuál es su nombre?-preguntó dubitativo.

-Su nombre era Yi Jie-respondió confuso.

-Y el humano del que se enamoró... ¿cómo se llamaba él?

-No lo sé, ella nunca mencionaba su nombre, ¿por qué preguntas?-cuestionó desconcertado.

-No es nada... realmente es simple curiosidad-dijo mostrándole a Lu la mejor sonrisa que pudo esbozar.

-Ya veo-sonrió de lado-Me hubiera gustado mucho que la conocieras.

-A mí también me hubiera gustado conocerla-aseguró sintiendo un nudo formándose en la boca de su estómago.

-Ella era maravillosa, ¿sabes? Ahora yo tal vez no entienda muchas cosas pero nunca dejaré de sentirme bendecido de cada instante que pasé con ella-su voz falló un poco al decir la última palabra pero pronto todo volvió a sentirse cálido cuando Sehun lo estrechó contra su cuerpo.

-Estoy seguro de que ella debe sentirse muy orgullosa de ti donde quiera que este-afirmó.

-Eso espero porque de verdad estoy esforzándome con todo esto.

Nuevamente las lágrimas estaban peleando por salir pero no contaban con que en esa ocasión Lu tenía el mejor de los remedios para cualquier cosa que le provocara tristeza.

-Hey, todo está bien, no hay porque llorar-susurró Sehun con dulzura, misma con la que acariciaba una de sus suaves mejillas.

Sus grises orbes se quedaron prendados de los singulares y hermosos ojos de Sehun, abandonándose a ellos para de ese modo ser arrastrado por su irresistible hechizo. Todo se volvió más intenso en sólo esa fracción de tiempo, el dulce aroma de las flores silvestres danzaba en el aire y los colores eran más brillantes, podía sentir el latir de su corazón en todo el cuerpo y sin tratar de resistirme más, dejó que todo simplemente sucediera.

Sus ojos se cerraron y al segundo siguiente sus torpes e inexpertos labios estaban sobre los del pelinegro, y sólo eso desató un millón de sensaciones; algunas nuevas y otras tantas demasiado familiares, eso era sin duda lo mejor que había experimentado en su corta vida y simplemente mejoró millones de veces más cuando los labios de Sehun se movieron contra los suyos.

Su cerebro inmediatamente ordenó que retrocediera pero ese era su momento, y decidió armarse de valor quedándose justo dónde estaba, sólo disfrutando de esos instantes e intentando imitar con timidez cada una de las acciones de Sehun, que lo besaba con tanta lentitud y suavidad que Lu comenzaba a temer terminar derritiéndose antes de que Sehun finalmente se separara se sus labios.

"¿Esto quiere decir que él siente lo mismo que yo?"

Pensó con emoción cuando lentamente los labios de Sehun se alejaron de los suyos, él sé mantuvo con los ojos cerrados saboreando el momento sólo un poco más y al abrir los ojos Lu esperaba encontrarse con la mirada de Sehun cargada de amor solo para él, pero...

Sólo halló culpa y arrepentimiento.

Y fueron únicamente esos dos sentimientos los que bastaron para hacer que su corazón se quebrara llenándose de grietas que ardían como brazas con cada agobiante latido; sus piernas actuaron solas en cuestión de segundos, poniéndolo de pie para sacarlo de ahí cuanto antes pero al final él lo detuvo.

-Lu, yo...

-Está bien-habló con la voz en un hilo. Sehun lo había rechazado y eso ya lo sabía, no necesitaba escucharlo-Fue culpa mía-trató de sonreírle por todos los medios pero en su lugar rompió a llorar con fuerza, llamando a la lluvia de vuelta y recibiendo un abrazo compasivo de Sehun.

-Lo siento pequeño, pero es un error-musitó sintiéndose un bastardo por hacerle eso a él.

"No lo hagas, por favor. No me tengas lastima."

Eso quiso pedirle y en lugar de eso lo abrazó más fuerte y se permitió llorar todo cuanto pudo hasta que no pudo más y cayó rendido en los brazos de Sehun, que no paraba de repetirle cuanto lo sentía.

Para cuando despertó, descubrió que no sólo estaba de vuelta en la Fortaleza sino que también lo habían cambiado y metido a la cama, afuera ya era de noche y la habitación se encontraba únicamente iluminada por la oscuridad. Se recordó a sí mismo lo que debía hacer y se puso de pie.

Afuera los pasillos ya estaban complemente vacíos y él caminaba sin prisa, después de todo, aún tenía tiempo de sobra para subir a la azotea y esperar por Han pero antes tenía algo que hacer, tan sólo quería verlo una última vez.

Volvió a sentir como su corazón dolía cuando se detuvo frente a la puerta de su habitación, comenzó a dudar entonces pero al final se negó a retroceder y tomó el picaporte girándolo despacio hasta que la puerta se abrió.

No podía ser descubierto y por eso primero entreabrió levemente la puerta para asegurarse de que Sehun se encontraba dormido y lo que halló fue eso que finalmente rompió su corazón en miles de fragmentos que tal vez jamás iba a poder volver a unir.

Sus ojos se llenaron de lágrimas volviendo borrosa su visión para que de esa forma no pudiera continuar observando como Sehun besaba con tanta entrega a Han, retrocedió tan rápido como pudo y corrió lejos de ahí en un desesperado intento por no llorar porque la lluvia no iba a ayudarlos. Lux le dirigió una mirada angustiada en cuanto lo vio salir con ese aspecto tan desgarrador.

"Lu."

-Yo... él me rechazo y ahora veo que... es... es...

"Tienes que tranquilizarte"-pidió.

-Duele, duele mucho-dijo con la voz quebrada.

"No puedes..."

-¡YA LO SÉ!-le gritó e inmediatamente se cubrió la boca aferrándose a la idea de no llorar.

"¿Puedes seguir con el plan?"-preguntó angustiada ella.

Lu dejó ir un lamento mientras su diestra se alzaba al cielo donde una esfera de luz azul explotó como si de una véngala sé tratara, sus lágrimas finalmente terminaron por ganarle la batalla y aún así la lluvia no acudió porque sus lágrimas estaban manchadas por algo que estaba prohibido para él.

"Sé que no puedo pero no puedo evitar sentir como si odiara a Han."

***

Los ámbares ojos del menor estaban fijos sobre sus labios mientras continuaba con ese estúpido juego de acorralarlo, bufó visiblemente irritado, y cuando se dispuso a ordenarle que hiciera algo de una jodida vez, sintió ese familiar calorcito que provenía de la piedra Luna.

Tiró bruscamente de la cadena de oro y sujetó rápidamente el dije para ver el cambio, sonriendo ampliamente al ver el muy significativo incremento de la mancha negra en la piedra.

-Prepara a todos-le ordenó al moreno empujándolo por el pecho y terminando su pasado juego.

-Pero nosotros íbamos a...

-Es una orden-sentenció severamente-Es hora de ir por ellos.

***

-¡Excelencia!-llamó el alterado soldado que entraba a tropezones a la enorme habitación.

-¿Qué sucede?-preguntó inmediatamente al ver el alterado estado del soldado.

-E-es e-el...

-¿El que? Habla claramente-ordenó ansioso.

-El príncipe Lu acaba de enviar una señal de ayuda-informó dejando al otro estupefacto-¿Excelencia?-llamó al verlo paralizado.

-¡No te quedes ahí parado y ve a preparar al equipo de rescate, iremos a la dimensión humana ahora mismo!-elevó la voz.

-¡S-sí!

El soldado salió a toda velocidad y él no demoró en seguirlo, sentía como su corazón latía a su máxima velocidad y una sonrisa inmensa se dibujaba en sus labios. ¡Por fin iba a tenerlo de vuelta!

-Excelencia-llamó una agitada voz a sus espaldas.

-Su alteza-murmuró al ver al bello joven de ojos azules.

-¿Es cierto? ¿Mi Lu de verdad ha enviado una señal?-preguntó esperanzado.

-Así es. Ahora mismo estoy saliendo a la dimensión humana para traerlo de vuelta-aseguró.

-Yo también voy.

-No, es muy peligroso y usted podría...

-La Luna me ha elegido a mí para estar con Lu sin importar lo que suceda y nadie va a detenerme para ir a buscarlo cuando más me necesita-sentenció.

-Está bien, pero hará todo lo que yo diga-advirtió.

-Sí-respondió lleno de alegría.

Lay asintió satisfecho y pasó su brazo derecho sobre los hombros del hermoso chico, ese que aunque no había visto a Lu en persona ni una sola vez, ya era así de dedicado y cariñoso, sin duda la Luna no había podido elegir a nadie mejor que él para su pequeño príncipe.

Notas finales:

Pobre Lu TT-TT


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