-¿Cómo está la mujer?-preguntó seriamente Suho.
-Bueno...
-Hice todo lo que pude pero hasta ahora mi habilidad de sanación es insuficiente, se necesita algo más poderoso-dijo Lay interrumpiendo a la doctora Jena.
-¿Algo más poderoso?-gruñó Chanyeol que también se encontraba en aquella estrecha y desagradable habitacioncita-Haz pasado cientos de años jactándote de ser todo poderoso pero no puedes curar a una simple humana-farfulló.
-Tú mejor que nadie deberías saber lo frágiles que son los humanos. Ellos no tienen nuestra capacidad para curarse a sí mismos, pero eso ya lo sabes, después de todo, tu príncipe mestizo utiliza guantes para cubrir las cicatrices que el fuego dejó en ellas-soltó burlón.
-¡Repite eso!-vociferó el furioso general de Tenebris.
-Tu patético príncipe mestizo-repitió mordaz.
-¡Voy a...!
-¡Basta!-rugió Suho poniéndole fin a aquello-Les recuerdo a ambos que yo soy el único que manada aquí y ustedes no son más que meros invitados que puedo echar cuando lo crea conveniente, más les vale comportarse-advirtió severamente.
-¿Quién se ha creído usted?-masculló el juez de Incendium.
-Su líder, mientras permanezcan aquí-sentenció.
-Tú...
-Entiendo-dijo Chanyeol que nuevamente estaba sereno.
Suho no comprendió cual fue la razón de su rápida aceptación y mucho menos comprendió porque la mirada amenazante de Baekhyun intimidaba tanto al gran hombre, decidió dejarlo pasar por esa ocasión y volvió a posar su mirada en el rubio que aunque no precia nada feliz, ya no decía nada.
-¿No hay nada más que puedas hacer...?
-Mi nombre es Lay, y la respuesta es no. Yo no puedo hacer más que esto-afirmó-A menos que...
-¿A memos qué...?-dijo Suho.
-Ese chico tiene agua del lago Signum corriendo en sus venas, esa es la razón de que ahora sea un mestizo-explicó señalando a Baekhyun que ya tenía el ceño fruncido-El agua del lago de Signum tienes propiedades curativas mucho más poderosas que las mías, y si su intención es curar a la humana tan sólo deberán dejar que yo extraiga el agua del cuerpo del chico.
-No-sentenció Chanyeol, ya que Baekhyun estaba demasiado aturdido como para defenderse.
Lay le envió una mirada fulminante al de ojos violeta, regresándola rápidamente a Suho cuando lo escuchó emitir un extraño sonido.
-¿Qué pasará con Baekhyun sí haces eso?-preguntó.
-Naturalmente morirá-respondió con simpleza-Es esa agua lo que lo mantiene con vida después de todo.
-No lo harás-dictaminó Chanyeol.
-Tú no lo decides-gruñó en respuesta el rubio.
-En eso tienes razón-intervino Suho-Sin embargo, no vas a hacerlo.
-¿Estás seguro?
-Sí. Te agradezco todo lo que estás haciendo aquí pero no voy a sacrificar a ninguno de mis colegas por esa mujer-aseguró.
Lay se quedó mirándolo con mucha atención antes de asentir comprensivo y ponerse de pie.
-Entonces continuaré haciendo lo que pueda por mí mismo-informó.
-Te lo encargo-sonrió agradecido recibiendo un asentimiento de parte del rubio antes de que se fuera. Sus ojos fueron hasta Baekhyun que le sonreía agradecido y negó con la cabeza; no le tenía que agradecer nada.
-¿Cómo está Sehun?-le preguntó al ojiverde.
Él agachó la mirada tristemente e hizo puño ambas manos, haciéndole saber aún sin palabras, que Sehun continuaba mal y ellos nada podían hacer para ayudarlo.
Suho suspiró frustrado y se pasó una mano por el cabello, internamente maldecía el hecho de que Sehun hubiera recuperado algunos de sus recuerdos porque ahora sólo estaba sufriendo y eso ni siquiera era la punta del iceberg. Suho aún no le decía nada pero Chanyeol les había entregado el expediente completo del proyecto Zeus además de llevarles a Kana, la líder de dicho experimento.
¿Pero cómo decírselo cuando ni siquiera estaba asimilando del todo la muerte de la persona que amaba?
Yi Jie. Suho no era capaz de recordarla y aún así ya la estaba maldiciendo sin poder evitarlo, ya que sólo ella era la razón del sufrimiento de la única persona a la que podía llamar familia.
***
Tras el día que Sehun despertó, tiempo continuó con su curso normal, trayendo además una enorme sombra oscura que se cernía sobre todos, atormentándolos con su presencia; a algunos los torturaba con miedo, había otros a los que los torturaba con rechazo, había quien estaba por volverse loco por la culpa que sentía, quienes se volverían locos por la confusión, los que eran agobiados por la preocupación, quien lloraba por saber que su vida había sido una maldita mentira y Sehun, a quien lo torturaba su pena.
Lu había intentado hacer algo por él al igual que por Han pero ninguno quería escucharlo y él ya no sabía que hacer y sumado a eso también estaban sus propios problemas. Lay y Minseok no lo dejaban a sol ni a sombra insistiendo en volver a casa y quien más molesto se comportaba era Minseok.
Él se había empeñado a seguirlo a todos lados y sobre todo si ese lugar incluía a Sehun, estaba volviéndolo loco pero ya tenían muchos problemas como para que él fuera el causante de más si tenía un enfrentamiento con Minseok, pero él simplemente no desistía y lo estaba agobiando, no lo soportaba y temía explotar.
Y todo empeoró cuando Minseok se entero de su decisión. Lu había decidido hacer por lo menos el ritual de coronación pero se había negado rotundamente a llevar a cabo el de unión aún a pesar de saber que Minseok no iba a tomarlo bien y era precisamente por eso que estaban ahí en primer lugar, era por eso que Lu estaba luchando por no responder con violencia al ataque del mayor aún cuando odiaba lo cerca que estaba de él; no podía crear una pelea innecesaria.
-Aléjate-ordenó con ese gélido tono de voz que siempre usaba con él.
-¿Por qué?-masculló entre dientes el enojado castaño, sus azules ojos brillaban por las lágrimas de frustración que luchaba por retener.
-Apártate-exigió aferrándose a su poco autocontrol.
-¿Por qué me haces esto?-exigió saber.
-No estoy haciéndote nada, yo dejé muy claro que no te aceptaba desde el inicio-le recordó.
-Tú mejor que nadie sabes que no es tu elección, la Luna me ha elegido a mí y debes aceptarlo-sentenció.
-No.
-¡No puedes oponerte!-casi gritó dejando que sus puños se estrellaran contra la pared a cada lado del rostro del pequeño rubio.
-No quiero hacerte daño, mejor aléjate-aconsejó.
-¿Es por él, no es así?-preguntó dolido-Lo haces por ese humano-declaró firmemente.
-¿Y qué si es así?-soltó desafiante.
-Sabes que el amor es algo que tienes prohibido-le recordó desdeñosamente.
Lu permaneció inmutable tras esa declaración, sabía que él iba a darse cuenta de sus sentimientos hacia Sehun, porque en realidad eran más que evidentes, y aún así no cambiaría de opinión.
-Los celos también son algo prohibido para nosotros-contraatacó.
-No son celos-afirmó viéndose incluso más molesto.
-¿Qué es entonces? ¿Envidia? ¿Soberbia? ¿Obsesión?-inquirió seriamente-Todos esos sentimientos también son prohibidos.
-No es eso-masculló.
-Entonces dime porque te molesta tanto. Tú no me amas porque ni siquiera me conocías hasta ahora, pero aún así vienes aquí mostrándote tan disgustado y posesivo aún cuando no tienes derecho alguno, ¿por qué?-exigió saber.
-La Luna me eligió para estar eternamente a tu lado, te he esperado y buscada como un loco por años y aún así tú... -su voz se quebró, sus puños se apretaron fuertemente y sus ojos finalmente derramaron las saladas gotas de agua que intentaba retener-¿Por qué eres tan cruel?-preguntó sollozante.
Los penetrantes ojos grises del menor se clavaron como agujas sobre él, no le dijo nada pero aún así ya sabía que Lu lo detestaba. Se vio obligado a retroceder, su mano cubrió su boca para ahogar sus llamemos y únicamente cuando escuchó la puerta cerrarse pudo desahogarse como necesitaba hacer tan desesperadamente.
***
-Yi Jie-susurró a la nada.
Su nombre le dejó un sabor amargo tras deslizarse fuera de sus boca, sus labios se apretaron y odio el hecho de sentirse a punto de llorar una vez más, pero no podía evitarlo porque la extrañaba y ahora que la imagen, antes difusa que tenía un rostro, se había aclarado cada uno de sus recuerdos se sentía como afiliados trozos de vidrio cortando por partes su maltrecho corazón.
El aire se sintió más frío que de costumbre cuando lo golpeó al llegar a lo más alto de aquella colina, cerró los ojos durante unos instantes y no los volvió a abrir sino hasta que en quedo lamento lo obligó a hacerlo. Miró al frente buscando la fuente de débiles sollozos y se topó con Han.
Pensó seriamente en retirarse y dejarlo solo porque él mismo no iba a ser una buena compañía para el menor y sin embargo se quedó y avanzó hasta él tendiéndole una mano.
Los llorosos ojos avellana del atormentado chico se clavaron en los suyos, mostrándole un mar de confusión y tristeza. Sehun se puso de rodillas frente a él y con mucho cuidado acunó su rostro para retirar sus frescas lágrimas.
-¿Por qué lloras?-la pregunta salió en un murmullo de los finos labios del castaño que también había comenzado a limpiarle las lágrimas.
-¿Por qué lloras tú?-preguntó de vuelta pensando que no iba a recibir respuesta pero no fue así.
-Es porque siento que no pertenezco a ningún lugar... y... y que la vida que he vivido hasta ahora es falsa-sollozó.
Sehun lo miró algo confuso pero se las arregló para sonreírle, y esa de hecho era la primera sonrisa que había podido esbozar desde aquel día.
-¿Te quieres desahogar?-preguntó, recibiendo una afirmación de parte del menor.
Han comenzó hablándole de su condición como mestizo, le dijo que comprendía entonces el porqué de que no fuera aceptado por su pueblo, le contó sobre el altercado con Chanyeol y todo lo que él le había dicho, pero lo más importante fue cuando le dijo que no quería volver a Tenebris porque entonces sentía como si ya no fuera su hogar.
-¿Qué será de tu padre si te quedas?-preguntó Sehun, utilizando ese tono comprensivo que hacía sentir mejor a Han.
-Él no es mi padre-masculló entre dientes, quería ocultar lo quebrada que estaba su voz pero era inútil.
-Lo es-sentenció Sehun ganándose una mirada de reproche-No tienes su sangre pero fue él quien te cuido y amó incondicionalmente todo este tiempo.
-¿Amarme? ¿Cómo podría amar al producto de una mentira de esa que se decía su esposa?-cuestionó.
-Tienes razón-asintió haciendo sentir peor al menor-Seguramente se sintió muy confundido con tu llegada, probablemente él se preguntó mil veces el porqué de que la persona a la que amaba lo había traicionando, seguramente hasta se sintió dolido pero...
-¿Pero?-preguntó un poco esperanzado.
-Aún cuando tuvo la oportunidad de deshacerse de ti no lo hizo-los ojos del menor se ampliaron tras sus palabras-Piénsalo bien Han, en ese entonces tú eras un recién nacido y tu madre había caído enferma tras el parto, nadie iba a detenerlo y hasta lo iban a apoyar porque la traición era obvia, pero... aún así él decidió aceptarte-sonrió ante la mirada del menor-Estuvo contigo siempre y te protegió aún tras la muerte de tu madre, hizo todo por tu bienestar y por ello trajo a Kris para ti e incluso ahora envió a su mejor soldado para buscarte, ¿qué es eso sino amor?
-Y-yo...
-Sé que ahora estás confundido pero... ¿no crees que él merece una oportunidad?
-S-sí pero... -sus ojos se cerraron con fuerza y su labio inferior terminó apresado entre sus dientes-Yo también adoro a mi padre y sé que no tiene la culpa de nada pero... aún así... yo no quiero volver-sollozó.
-¿Estás completamente seguro?-preguntó seriamente.
-Es... es que... ¿qué sentido tiene volver?-inquirió-Nadie allá me va a aceptar nunca aunque haga todo lo que se espera de mí. Aún cuando me vuelva un gran guerrero, o alguien muy sabio, o un brillante estratega, ellos no van a aceptarme aunque les dé el heredero que se espera que engendré con ayuda de Chanyeol, aún con eso seguiré siendo sólo un mestizo para ellos-hipó-Yo ni siquiera estoy seguro de poder cumplir con nada de eso cuando ni siquiera quiero casarme con Chanyeol y mucho menos tener un niño con él, la sola idea de él tocándome me produce asco pero se supone que... -sus labios emitieron un par de palabras que Sehun no pudo escuchar antes de que sus ojos volvieran a conectarse con los suyos-Yo jamás seré ese ser perfecto que ellos quieren.
-Lo eres-dijo en un murmullo, sus manos acariciaron las mejillas húmedas del menos y le sonrió-Eres perfecto tal como eres ahora.
-No es verdad-negó repetidas veces.
-Sí lo es.
-No mientas-pidió.
-No miento, porque es lo que creo, para mí eres perfecto. Lo que sucede es que tú debes darte cuenta que no importa lo que hagas alguien siempre va a hallar en ti algún defecto por mucho que tú te esfuerces, no hay ni un sólo individuo que pueda ser cien por ciento perfecto, es por eso que tienes que dejar de tratar de preocuparte por todos los demás y darte cuenta que así estás bien. Eres perfectamente único con cada una de tus virtudes y defectos-afirmó.
-Sehun-musitó débilmente, su nombre era lo único que pudo decir.
-Es por eso que te pido que lo pienses bien y si aún después de que todo haya terminado y de que o hayas pensado bien, tú decides quedarte... yo te prometo que me enfrentare a quien sea que trate de llevarte lejos de mí, ¿de acuerdo?
-De acuerdo-asintió alegremente, no sabía cómo lo había conseguido pero él había hecho desaparecer todo lo malo.
-¿Volvemos?-preguntó Sehun tras ponerse de pie ofreciéndole su mano para ayudarlo a levantarse.
-Sí, pero... tú aún no me dices cuál era la razón de tus lágrimas-comentó.
Eso tomó por sorpresa al pelinegro porque en realidad Han lo había hecho olvidarse de su propio dolor, negó levemente y tomó la mano del menor obligándolo a caminar, sintiéndose aliviado con el sonido de su risa y su cercanía. Han anestesiaba cada herida de su corazón y no sabía porque, tal vez era porque al estar a su lado lo único en lo que podía centrarse era en asegurarse de desaparecer el dolor del otro.
Lo sintió tensarse en cuanto llegaron al escondite donde todos se estaban refugiándose y al guiar su mirada en la misma dirección en la que apuntaba la del menor, se encontró con un par de feroces orbes de color violeta.
"Han no lo quiere."
Fue su único pensamiento antes de poner sus manos sobre los hombros del menor y besarlo frente a los ojos de ese tipo y de todo aquel que quisiera mirar, deleitándose con el dulce sabor de esos labios y ese calorcito que se extendió desde su pecho luego de que él le rodeara el cuello con ambos brazos.
Chanyeol rechinó los dientes y se preparó para ir tras ese atrevido sujeto pero en lugar de eso toda su atención fue a parar al pequeño chico de ojos verdes que derramaba varias lágrimas, sus piernas se movieron por sí solas y terminó corriendo tras él olvidándose de los otros dos.
Lamentablemente ese no fue el caso para cierto pequeño rubio de ojos grises que miraba todo con un hueco en el corazón y lágrimas abarrotando sus bonitos ojos claros.
-Mira-la voz de Minseok lo trajo a la realidad pero no miró al mayor a la cara-Tú lo has elegido a él pero es a otro al que él quiere, esto debe ser eso que los humanos llaman karma-fue todo lo que dijo antes de alejarse dejándolo ahí solo, dándole su espacio para que pudiera poner un nuevo parche en su herido corazón.