"¡Déjeme ir!"
Exigió gritando pero su boca únicamente dejaba salir desagradables gruñidos. Su cuerpo ya no era suyo y por más que estaba luchando contra sus ataduras, estas ya no se estaba rompiendo y le dejaban todo el control a esa monstruosa cosa.
Lo único que podía hacer era ver todo y gritar ahí donde nadie lo escuchaba. Sabía que estaba siendo arrastrado a la que sería su prisión hasta el último de sus suspiros igual que Lu que estaba sido llevado al mismo lugar.
La bestia dio un movimiento brusco y los humanos, que sujetaban las ataduras sobre su cuerpo casi pierden al equilibrio, todos y cada uno de ellos estaba siendo consumido por el miedo pero era obvio que era mucho mayor el que le tenían a Kyungsoo ya que seguían obedeciéndolo.
-¡Más les vale que no se libere o dejaré que los devore!-ladró exasperado.
Ellos temblaron y se aferraron con mucha más fuerza las ataduras comenzando a tirar de ellas hasta aquel lugar y fue encerrado en aquel minúsculo lugar, comenzó a arañar las paredes y bramar con furia en busca de su libertad, varios pares de ojos estaban sobre ellos y supo entonces que era su final.
-¡Aléjense de las puertas!-ordenó alguien a lo lejos.
Le costó mucho poder girar su rostro en dirección a Han y sintió un hueco en el pecho al ver que realmente ya no era él, los sonidos del exterior comenzaban a escucharse lejanos y sentía su corazón latir cada vez más lento, había algo alrededor de su muñeca y aunque no lograba recordar que era, de igual manera apretó lo que colgaba de eso.
La bestia golpeaba frenéticamente y él ya no podía mantener sus ojos abiertos, escucho un grito lejano proveniente de Kyungsoo y dio un último suspiro antes de finalmente cerrar los ojos.
"¿Qué es eso?"
Se preguntó al sentir sensación fría recorriéndolo, ya no tenía ganas de abrir los ojos y sin embargo se obligó a hacerlo sólo para encontrase en un lugar que, aunque le resultaba familiar, no terminaba de reconocer. Tardó un poco en darse cuenta pero descubrió con asombro que todo el dolor que había experimentado antes ya no estaba.
Se miró rápidamente las manos pero ellas estaban blancas y sin ningún rasguño al igual que todo su cuerpo que vestía una túnica negra. Se puso de pie dubitativo sin saber que hacer hasta que el recuerdo de Han volvió a su memoria y sin detenerse a pensar en nada más, comenzó a correr en busca de algo que le dijera dónde estaba y cómo podría salir de ahí.
-¡LO PROMETISTE!-escuchó gritar con voz rota a alguien tras una puerta junto a la que pasaba.
-Por favor, escucharme-le suplicaba alguien más.
-¡No!-volvió a gritar y fue entonces que Lu pudo identificarla.
Era ella, la voz que siempre le hablaba en sueños a Sehun, la misma que había guiado cada paso de su actuar y la misma que había susurrado en su cabeza la cuenta regresiva de sus últimos días junto a Sehun.
-Por favor-pidió esa otra voz desconocida.
-¡LO JURASTE! ¡ME JURASTE QUE NADA IBA A PASARLE A SEHUNNIE SI YO ACEPTABA TODO ESTO! ¡ME DIJISTE QUE PODRÍA PROTEGERLO ACEPTANDO AYUDARTE Y AHORA ESTÁ MUERTO!-gritó desgarradoramente.
Lu sintió su corazón hundirse luego de escuchar aquello, un sentimiento de desesperante angustia se instaló en el interior de su pecho y sin importarle nada más, se adentró a aquella habitación.
-Díganme que no es verdad, díganme que Sehun no… no es cierto-dijo al borde de las lágrimas.
Los tres ocupantes de la habitación se giraron hacia él mirándolo de diferentes formas; Han lo observaba inmutable desde su lugar cerca de su tío Jongin que lo miraba con cariño y pena a diferencia de la tercera persona ahí. Ella lo observaba con sus grises orbes llenos de desprecio y lágrimas.
-Todo es tu culpa-masculló entre dientes y cuando dio el primer paso hacia él, Jongin intervino.
-Nada es culpa de Lu-afirmó-Además ya te he dicho que él está bien-aseguró.
-¡Mentiroso!
-No es mentira, sabes que él tiene a su guardián a su lado-le recordó.
Lu vio como agachaba la mirada aún derramando lágrimas pero sin decir más, miró a Han sintiéndose más que confundido pero él únicamente esbozó una sonrisa cálida y la vez triste entras estiraba una mano hacia él.
-No hay nada que temer, Lux lo mantendrá con vida, esa es la misión por la que vive después de todo-sonrió Jongin.
***
Un lastimero gemido fue emitido mientras ella continuaba sentada junto al pelinegro y volvía a mover su cabeza con el hocico pero él no despertaba, gimió nuevamente e intentó lamiendo un costado de su rostro sin importar que estuviera cubierto de sangre.
Un quejido fue emitido por Sehun y lentamente ella vio como sus ojos comenzaban a abrirse, la alegría no tardó en hacerse presente mientras caminaba en círculos y volvía a lamerle el rostro cual cachorro emocionado.
-¿Lux?-murmuró confundido al verla.
Lo último que él recordaba era estar peleando con Kai y el cómo su collar le había sido arrancado antes de que las garras de ese malnacido se clavaran en su carne, todo se había vuelto oscuro tras eso y ahora, al abrir los ojos de nuevo, se hallaba a si mismo fuera del laboratorio central y de la Ciudad.
-¿Qué pasó?-preguntó sólo para recordar que Lux no podía responder a eso y algo mucho más importante-¡Lu y Han!-dijo alterado poniéndose de pie de golpe.
Miles de pinchazos de dolor le atravesaron el cuerpo y lo hicieron tambalearse pero no llegó a caer gracias a la hermosa criatura de blanco pelaje que se colocó a su lado como un apoyo, sentía un insoportable ardor en uno de sus costados pero se obligó a mantenerse en pie.
Escuchó los suaves gimoteos que escapaban del hocico de la hermosa loba y supo entonces que no podría hacer nada si decidía ir solo, dejarlos tampoco era algo que deseaba pero solo iba a ser tan inútil como no hacer nada.
-Lux-llamó aún cuando la boca le supo a tierra luego de eso-Llévame con Suho-ordenó.
Ella se echó en el suelo permitiéndole montarla y sin estar seguro de cómo lo consiguió hacer sin desmayarse, ya se encontraba en su loma y luchaba por mantenerse consiente cuando ella comenzó a correr a toda velocidad de vuelta a la ciudad.
***
Una estruendosa carcajada llenó la habitación tan pronto él y su acompañante cruzaron la puerta; finalmente estaba a nada de conseguir su más grande objetivo y no podía estar más complacido por ello, eran apenas unos pocos instantes antes de que finalmente saboreara la victoria absoluta.
-Así que... finalmente estás por volver realidad tu más grande objetivo-murmuró tranquilamente el moreno.
Su tono de voz detuvo cualquier plan de celebración que Kyungsoo pudiera tener y al girarse para mirarlo a la cara, Kyungsoo sintió la última fracción de su alma ser arrancada de un sólo tajo.
-Estoy orgulloso de ti-aseguró con una sonrisa de adoración.
-No-musitó.
-Kyungsoo-llamó con tristeza.
-Aún podemos hacer algo, sé que puedo obtener una cura y entonces tú no...
-Kyungsoo-lo cortó-El humano no era tan débil-murmuró y únicamente así se obligó a mostrarle la profunda herida que Sehun había hecho en su abdomen.
-No quiero-sollozó abrazándose a su cuerpo como un niño aferrándose a su madre.
-Estoy feliz de haberte conocido y que me concedieras el gran honor de haber estado a tu lado hasta ahora-susurró.
-Kai-lloró con fuerza.
-Yo no quiero irme... -las lágrimas lo traicionaron incluso a él y lo estrechó aún con más fuerza-Pero nada puedo hacer tampoco, por eso… hazlo Kyungsoo… te lo suplico-sollozó.
-No quiero quedarme solo-dijo trabajosamente.
-No estarás-aseguró-A donde quiera que yo vaya estaré vigilándote y sé que él también está mirándote.
-Kai… yo t-te…
-No lo digas-pidió con una sonrisa resignada y melancólica-Es que si lo dices no podré irme y… ya no me queda tiempo.
-Y-yo… al final… l-logré verte… sólo a ti… a mi Kai… perdóname porque es demasiado tarde-sollozó estrechándose con fuerza a su cuerpo.
-Mi-mierda… a-ahora q-quiero besarte como nunca… pero… y-yo…
-Es-está bien, lo entiendo-sonrió cotosamente y fue esa la única y primera vez que Kyungsoo hizo algo tan tierno como besar su frente-T-te extra-ñaré-balbuceó.
-T-te amo-le dijo una última vez.
Kyungsoo dejó ir un suave lamento y cerró los ojos de fuerza para no verse haciendo eso que no deseaba hacer en realidad, un gemido de dolor brotó de los labios de Kai mientras su mano era cubierta con la sangre de ese maravilloso ser al que no había podido decirle que lo amaba.
Sus ojos se abrieron lentamente y un lamentó desgarrador salió de sus labios al ver la última sonrisa que él estaba dedicándole, se diestra estaba incrustada en el pecho de Kai y supo que eso era el jodido karma ya que ahora él estaba haciendo lo mismo que había orillado hacer a Han con Kris, era ahora él quien le arrancaba el corazón al hombre que amaba.
Un grito de dolor fue imposible de contener mientras extraía ese órgano que le arrancaría la vida a Kai, el cuerpo del menor se derrumbó en sus brazos y poco a poco el fuego de Tenebris comenzó a consumirlo.
-¡Los haré pagar por esto, te lo juro!-dijo en medio de su llanto mientras se aferraba a su cuerpo hasta que este desaprecio por completo dejándolo solo una vez más y sabía ya que en esa ocasión sería para siempre.
***
-Es un placer volver a verte-dijo Jongin mientras le dedicaba una sonrisa dulce.
-¿Volver a verme?
-Debemos decirle-habló por primera vez Han.
-¿Decirme?
-Sí-respondió Jongin, su mirada se volvió entonces una cargada de culpabilidad y eso sólo empeoró eso que intentaba ahogarlo.
-¿De qué hablas? ¿Qué está pasando aquí? ¿Dónde estamos?-preguntó asustado y confundido.
Jongin lo miró atentamente pero únicamente le sonrió, un fuerte sonido vino desde el exterior y su tío rápidamente corrió hasta él y lo alejó de la puerta para luego cerrarla. Los otros dos miraban con angustia la puerta y él tan sólo sintió su miedo crecer.
-Tengo que salir, quédese aquí mientras tanto-les ordenó Jongin.
-Pero...
-No temas Lu-dijo poniendo sus manos sobre sus hombros-Pronto todo esto acabara-prometió y sin más salió de aquella habitación.
La mirada confundida del pequeño rubio fue rápidamente hasta Han que seguía sonriéndole de aquella manera mientras aquella mirada fría y rencorosa continuaba observándolo también pero él no entendía y lo único que deseaba eran respuesta.
-¿Hannie?-habló con la voz quebrada.
-Perdóname, Lu.
-¿Por qué?-preguntó con un hilo de voz.
-Por hacer esto tan difícil-respondió arrepentido.
-¡No!-negó frenéticamente-¡Tú no has hecho nada, todo es su culpa!-señaló al tercer ocupante de la habitación.
-No Lu, no es así-dijo afligido.
-¡Sí lo es!-elevó la voz-¡Todo esto es culpa de su maldito plan! ¡Tú no merecías esto, tú merecías algo mucho mejor y fue por eso que intente detener esto para que fueras feliz con Sehun! ¡¿Por qué viniste?!-exigió dolido y asustado.
-Fue porque no había forma de que eso que tú querías sucediera-explicó con tristeza.
-¡Mientes! ¡Sehun y tú se amaban, podían ser felices!-afirmó.
-¡Tú…!
-¡No!-dijo Han interponiéndose en su camino-¡Él aún no entiende, déjeme explicarle!-suplicó con desesperación y vio como alivio como retrocedió-Lu, escúchame por favor-pidió suplicante.
-¡No!
-¡Lu, tienes que entender que todo esto fue parte del plan desde el principio!-exclamó para que él lo escuchara de una vez.
Lu se quedó paralizado tras eso, su mirada incrédula estaba fija en Han que lo miraba con tristeza pero se negaba a creer eso porque se suponía que Han no sabía nada.
-No, imposible, tú no...
-Lo sabía, todo, incluso sé todo eso que tú nunca supiste hasta ahora, yo siempre lo supe, sólo que no lo recordaba hasta ahora-explicó.
-¿Qué?-murmuró incrédulo.
-Lu, tienes que entender que esto, todo esto no fue más que una ilusión para él, nosotros realmente no existimos Xiao Lu-dijo con cariño esperando que él entendiera por fin.
-¡No lo entiendo, explícate!-exigió llorando.
-Eso que acabó de decir, nosotros no existimos-sonrió levemente-No somos más que meros recipientes y nacimos de la Luna para guardar en nuestro interior las mitades de un alma-explicó.
-¿Un alma?
-El alma de la persona que Sehun realmente ama-murmuró dirigiendo su mirada a la persona que solamente los observaba-Porque él nunca nos quiso porque éramos nosotros y no fuimos tampoco nosotros quienes se enamoraron de él. Todo este tiempo fueron sus almas las que se llamaban.
-No, eso no...
-Luhan-dijo mientras miraba al joven de ojos grises que agachó la cabeza entonces-Fue ese el nombre que Sehun le dio al experimento 01, no somos él y aunque seguramente tenemos ciertas características similares, lo más seguro es que él sea muy diferente a nosotros dos. Sin embargo, él no pudo abandonar su nombre y nuestra imagen es la representación de la primera y última vez que Sehun lo vio. Porque todo esto-señaló todo su alrededor-Lo hizo porque fue Jongin quien le pidió sacrificarse en ese entonces y a su muerte dos recipientes se crearon para dividir su alma en dos, dos mitades que después fueron entregadas por un mensajero.
«Mi nombre es Kris, soy el mensajero enviado por la Luna para entregarle al niño que deberá criar como su hijo, reina Yi Jie...»
-No es cierto-musitó incrédulo.
-Lo has recordado-sonrió antes de continuar-Uno de los contenedores fue llamado Han y en él fue sellada toda la información de lo sucedido, la luz de la Luna de Tenebris, la personalidad que Sehun nunca vio de Luhan y su lado humano... mientras que el otro fue llamado Lu y en él fueron sellados cada paso a seguir de nuestra misión, la luz de la Luna de Incendium, la personalidad que sólo Sehun conocía de Luhan y sus valiosos sentimientos hacia él, fue por eso que eras el recipiente que yo debía proteger.
-¿Por qué?-preguntó llorando-¡¿Por qué aceptaste sufrir tanto por un plan tan cruel y egoísta?! ¡Yo me salí del plan para que Sehun y tú...!
-Fue porque realmente yo no sufrí, en realidad siempre supe que todo lo que me pasó iba a sucederme y siempre fue parte del plan y lo acepte porque era parte de mi misión y esa, la mitad del alma de Luhan que Sehun nunca la conoció y que él probablemente no habría amado, esa parte si lo ama y sabía que la otra mitad era demasiado valiosa porque ahí estaba todo lo que Luhan era, fue por eso que yo acepté soportar todo lo malo, lo doloroso y cruel para proteger al contenedor con esos valiosos sentimientos. Nunca fue por ti sino por Sehun.
«Cosas horribles pasarán y uno de ustedes deberá soportarlas por el bien del otro... has tomado una sabia decisión al ofrecerte, Han...»
-Yo...
-De todos modos fallamos, Kyungsoo incubó en mí a esa bestia que tomó el lugar de su lado humano y tu pureza también desapareció. Él por fin hizo lo que siempre planeó hacer, convirtió a Luhan en un monstruo.
Lu miró entonces al pelinegro que se mantenía con la mirada agachada y los ojos aguados, no lo había notado antes pero veía entonces lo asustado que lucía y no supo que decir o hacer.
-Ese siempre fue el objetivo, Lu. Kyungsoo en realidad nunca busco dañarnos a nosotros sino a él, porque una vez que nosotros devolvamos eso que no es nuestro, todo el dolor, angustia, miedo, rencor, rabia, desesperación y cada cosa mala que Kyungsoo nos ha hecho se quedaran con él y nosotros seremos libres porque en realidad a quién buscaba torturar y romper era a Luhan-explicó.
-Entonces...
-Él busca un arma pero tal como Luhan es... primero debía quebrarlo.
Un nuevo estruendo resonó fuera de la habitación y en cuanto ambos niños vieron a Luhan extender sus brazos y ambos corrieron a ellos en busca de refugio, majestuosas alas se desplegaron y los tres miraron atónitos el color negro que ellas poseían entonces.
-No-susurró con un hilo de voz el pelinegro.
-Lo siento tanto, maestro-dijo afligido el castaño.
-No, soy yo quien lo lamenta... por todo lo que les he hecho pasar... ustedes nada tenían que ver y sin embargo... yo siempre les exigí demasiado e incluso sentía enviada porque ustedes podían estar junto a él mientras que yo... únicamente podía verlo en sueños y ni siquiera era a mí a quien miraba... y tan sólo podía tragarme mis celos cada vez que me llamaba Yi Jie-sollozó-Soy egoísta, ya lo sé pero... yo simplemente...
«No quiero llamarte así, yo te daré un nombre... ¡Lo tengo!, a partir de hoy te llamaras Luhan...»
-¡No quiero que se aleje de mí!
-Pero nadie lo ha apartado de ti-aseguró el castaño que le hablaba con un tono casi maternal-Él me lo dijo, a mi otro yo falso, te eligió a ti-le recordó.
-Aún así, yo...
Los tres gritaron asustados cuando la habitación comenzó a desmoronarse, se abrazaron con fuerza en un intento por protegerse pero resultó inútil y la habitación continuó cayéndose a pedazos y Lu no podía dejar de mirar a esa persona; ¿él realmente era bueno?, se preguntaba.
«Gracias por hacer esto... nunca terminaré de pagárselos así que por favor protéjanlo, sé que está prohibido y no debería estar diciéndoles esto pero... deben prometer que no importa que pase, ustedes cuidaran a mi Hunnie, es lo único que les pido...»
Sí, Luhan lo era.
-No tema-musitó Lu-Y tampoco hay nada de lo que deba disculparse porque gracias a usted conocimos a una persona extraordinaria, así que gracias a usted por eso-sonrió entre lágrimas.
En realidad los tres lloraban.
-Tengo miedo-admitió Luhan.
-Lo sabemos, pero si ha podido luchar hasta ahora podrá seguir haciéndolo-afirmó Han.
-Es su turno de protegerlo-le recordó Lu.
-¿Y si me odia?-preguntó temeroso.
-No lo hará-le aseguraron.
-Yo...
La habitación se sacudió por completo y terminó de desmoronarse bajo sus pies, arrastrándolos a un oscuro vacío.
***
Las alarmas se activaron todas repentinamente y los gritos de todos los del exterior no demoraron en hacerse presentes acompañados de ese rugido y los muchos escabrosos sonidos en el exterior; todo eso sólo significando algo...
Él había vuelto.
Hubo golpes desesperados en la puerta de la habitación donde él se hallada, gritos de ayuda iba y venían pero Kyungsoo se mantenía en la misma postura que había adoptado hacia algún tiempo.
Seguía sentado con las piernas cruzadas, su mano derecha jugaba con copa de vino y su rostro continuaba sucio por los restos de sus lágrimas secas.
Un grito desgarrador se oyó al otro lado de la puerta, que segundos después cayó al suelo revelando a la hermosa y mortal criatura que rugió enfurecida tratando inútilmente de llegar a él. Una sonrisa se extendió en sus labios y lentamente su puso de pie para acercarse a ese ser que bien podría matarlo con un parpadeó pero al cual no le temía en lo más mismo.
-Bienvenido de vuelta, Luhan-dijo sonriente-Mi más bello descubrimiento, el único y quien nada tiene que ver con esas dos falsas ilusiones que la Luna creo para alejarme de ti, su valioso niño. El amado ángel de Zeus-ronroneó acariciando su rostro, burlándose de su limitación e impotencia.