Capítulo 2: La canción de cuna del viento
Warara warara nibasha wa hashiru
Konjiki no magi yurahite hashiru
Warara warara fusha utau
Kinezumi tachi no komori uta
Hahaue no sugata mienaku temo
Naku no wa oyoshi hahaue wa
Kumo ni na atte niji ni na atte
Omae no koto wo mitsume te kureru
Una joven de aproximadamente 15 años de edad con un hermoso cabello rizado que le llegaba hasta la cintura, entonaba esa melodía en el dormitorio de sus padres adoptivos mientras acariciaba la cuna donde hace algunos meses descansaba su pequeño hermano. Las lágrimas brotaron de sus orbes marrones, estaba tan esperanzada en compartir sus experiencias y vivencias con su hermano menor pero por azares del destino no pudo hacerse realidad.
Esa canción de cuna era proveniente de su pueblo natal, su madre le cantaba en aquellas noches antes que caiga a los brazos de Morfeo. Pero al momento que se enteró del embarazo de su padre Wolfram, todas las noches entonaba esa canción antes de dormir mientras acariciaba con suavidad el vientre de Wolfram.
Al comienzo parecía el rubio algo tímido por la actitud de su hija, pero al pasar los días se fue acostumbrando y hasta le acompañaba a entonar aquella canción de cuna, ante la mirada del maou.
Flash back
-Buenas noches; Yuuri, Wolfram-la doncella asomó por la puerta de la recamara real; cuando vio que el rey extendió su mano hacia ella, decidió caminar hacia donde los reyes estaban descansando- como te encuentras Wolfram?- preguntó con algo de preocupación mientras miraba como el rubio era ayudado por su esposo a sentarse en la cama.
-Cada vez se hace más difícil pero estoy ansioso a conocer a Yuu- Wolfram le mostraba una gran sonrisa mientras acomodaba algunas almohadas en su espalda-
-Pero porque escogieron ese nombre?-preguntó con curiosidad Greta, mirando a sus padres. Yuuri se rasco la mejilla con algo de vergüenza.
-Pues el nombre Yuichiro significa "Primer hijo superior" o "Amable primer hijo"-susurró con una gran sonrisa en los labios mientras acariciaba el abultado vientre de su consorte-además Wolfram aceptó porque dice que tiene algo parecido a mi nombre- el de orbes esmeraldas desvió su mirada con un sonrojo en sus mejillas
-No digas estupideces henachoko- frunció el ceño algo fastidiado, Greta le encantaba ver aquella tranquilidad en su pequeña familia que pronto se incrementará- además Greta vino a dar las buenas noches a Yuu, verdad? – acarició la mejilla de su hija
-Eso es verdad!- se recostó en medio de sus padres- pero también quiero conversar con ustedes, fui a visitar a Mikaela y estoy aprendiendo a ser una buena hermana mayor- exclamó con mucha energía la de cabellos rizados ante la mirada divertida de sus padres- espero que Yuu salga tan tranquilo como Mika, de seguro que Yuu tendrá los ojos verdes igual que Wolfram y el cabello negro igual que Yuuri- apoyó su mano derecha en su mentón, imaginándose como seria su hermano. Sus orbes marrones se posaron en la silueta del rubio y veía que aquellos hermosos orbes empezaban a cerrarse por culpa del cansancio, acaricio el vientre de su padre y empezó a entonar la canción de cuna.
Aquella suave melodía inundo la habitación real con tranquilidad y paz, esa canción de cuna hacia que su corazón se estremezca al recordar a su querida madre. Pero sabía que ella siempre le cuidaba donde sea que se encuentre.
Warara warara nibasha wa hashiru
Konjiki no magi yurahite hashiru
Warara warara
La joven fue interrumpida por un grito estremecedor de parte de Wolfram, se tocaba su vientre mientras Yuuri trataba de tranquilizarlo acariciando su espalda.
-Greta! Avisa a Gisella que venga urgentemente- exclamó con autoridad el rey de los demonios mirando con preocupación a su hija adoptiva-
Pero algo de ella le impedía moverse, su cuerpo no respondía lo que su mente le ordenaba. Ver aquella escena donde Wolfram estaba sufriendo mientras cerraba con fuerza sus orbes esmeraldas tratando de aminorar el dolor que tenía, unas lágrimas corrieron en su mejilla
-Gre…ta…- susurró con dificultad Wolfram posando su mirar con el de su hija- apúrate… tu hermani…to… ya va venir- le regaló una sonrisa cansada
Al escucharlo se limpió las lágrimas que se habían escapado de sus ojos y salió con apuro a cumplir con la orden de sus padres.
Fin Flash Back
-Yuichiro…-susurró Greta mientras pasaba sus largos y finos dedos en la madera de la cuna donde descansaba unos meses atrás su pequeño hermano- espero que te encuentres bien; Yuuri, Wolfram y yo te amamos-
Sin percatarse de la presencia de dos adultos que observaban aquella escena donde su hija estaba siendo sincera con ella misma, la familia real empezó a derramar lágrimas por el futuro incierto del príncipe de los demonios.
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El sonido de varios platos rotos llamó la atención a las personas que Vivian en ese lugar, hace tiempo que parecía un sitio que había perdido la alegría y los colores de la angustia y desesperación tiñeron en aquel hogar donde antes era tranquilidad.
-ACASO CREES QUE SOY IDIOTA!!!!- se escuchó el grito de una mujer muy desesperada mientras zarandeaba con fuerza a su marido-ESE NO ES MI HIJO!!! RECORDE TODO!!! –Empezaba a posar sus manos en su cabeza mientras su cuerpo caía de golpe- ESE!!! ESE ES EL HIJO DE UN DEMONIO!!!- la señora Amane señalaba a un pequeño con orbes esmeraldas que estaba asustado por la acción de su madre, acaso había escuchado bien? Era otras de las crisis que tenía su madre últimamente. Trató de acercarse para darle consuelo a su angustiada madre pero su rechazo hizo que hiera su pequeño corazón- ALEJATE DEMONIO!!! NO TE ATREVAS A TOCARME!!!
-Cariño, tranquilízate…-susurró el señor Amane tratando que su mujer entrara en razón, hace algunos días atrás empezó a decir que su hijo Yuichiro es un demonio y cosas similares. Al comienzo pensó que era una etapa de sus crisis de stress pero esto empezaba a preocuparle en demasía. Su mujer sabía algo que él desconocía; cuando trataba que le explicara los fundamentos de su acusación hacia su hijo, ella solamente repetía una y otra vez la frase “EL ES UN DEMONIO”. Lo decía tanto que hasta empezó a creerlo.- Yuichiro, por favor ve a tu habitación- con una mirada fría le dirigió a su hijo mientras el pequeño se retiraba a sus aposentos.
Cuando entró al lugar donde descansaba, se tumbó a la cama y empezó a llorar. No entendía mucho a los adultos pero su rechazo de sus padres hacia que su pequeño corazón duela con demasía. En medio de lágrimas consiguió entrar al mundo de los sueños donde una suave canción de cuna le arrullaba y la silueta de dos personas le hacía compañía susurrándole lo importante que era para ellos y el amor que le tenían hacia su persona.