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Komorebi por hokagay

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Kakashi miraba con orgullo al joven frente a él, Naruto había encontrado la manera de mezclar su elemento viento con el legendario rasengan. Un clon se encarga del chakra, otro de moldear el estilo viento y Naruto de mantener el flujo de ambos.

– Tal y como esperaba de un ninja como tú, Naruto. Estas lleno de sorpresas – Felicita Kakashi a Naruto logrando que este despegue su vista de la técnica para mirar al peliplata –  Te felicito, no estoy seguro de cómo decirlo, pero creo que cada vez me gustas más

– ¡eeeghh! – Grita Naruto sorprendido, perdiendo el control sobre la técnica haciendo que esta explote logrando que sus clones también desaparezcan – ¡No digas esas cosas, sensei!

– oh, vamos – se queja el peliplata acercándose a Naruto mientras este se aleja – no le dije de esa manera, aunque…

El peliplata divertido sigue avanzando para que el rubio se aleje, hasta que la presencia de Izumo quien solo el día anterior había salido de la aldea en una misión importante logra llamar su atención. La forma en que el siempre inexpresivo rostro de Tenzou parece contraerse en una mueca de dolor le hace saber que no son precisamente buenas noticias las que el chunin traía. El ex anbu se acerca ellos y aclara su garganta para hablar.

– Asuma Sarutobi – dice el usuario del mokuton haciendo una pequeña pausa antes de seguir hablando– fue asesinado  

La preocupación inunda el pecho de Naruto y sin dar explicaciones a sus superiores comienza a correr en búsqueda de Shikamaru quien también había ido en aquella misión. Recorre cada lugar que el Nara suele visitar sin encontrarlo en ninguna parte, ya caída la noche y dándose cuenta que en realidad el pelinegro no quiere ser encontrado hasta el momento se rinde y vuelve a su hogar.

**

Naruto no puede evitar pensar en que a los dos funerales que ha asistido siempre ha estado nublado con amenaza de cualquier momento ponerse a llover, cómo si el cielo supiera lo cruel que sería que el sol brillara mientras tanta gente llorar la perdida de una persona apreciada. Kurenai deja un ramo de flores sobre la tumba de su amado y Naruto reconforta a Konohamaru quien llora la pérdida de su tío.

Shikamaru tampoco se presentó al funeral, ocupo se tiempo para jugar con el encendedor de asuma mientras miraba a la nada en los tejados cercanos a aquel restaurant donde el sarutobi solía llevarlos, y luego solo se dirigió a su hogar pasando la tarde sentado mirando al patio interior, su pecho dolía y en su mente se repetían una y otra vez las últimas palabras de su mentor.

“La historia del rey, acerca tu oído te la contare – dijo asuma con dificultad – En realidad el rey puede ser interpretado de dos formas. El rey puede ser la futura generación que heredara la voluntad de fuego, pero también puede ser la persona más importante para ti; la persona que más amas en este mundo. Protege a mi rey, por favor, shikamaru esa es mi última petición”

– Shikamaru – dice Yoshino suavemente – la cena está servida

– Yo… – murmura el pelinegro mirando el color anaranjado que ha tomado el cielo– no tengo hambre    

Yoshino decidió no presionar a su hijo y se retiró en silencio. Shikamaru se mantuvo en la misma posición hasta entrada la noche, cuando shikaku lo llamo hasta su despacho para que jugaran una partida de shōgi

– Hoy estas algo distraído – dice Shikaku moviendo sus piezas – jugando así no vas a ganar

– Me da igual, papá – dice Shikamaru moviendo una de sus piezas en respuesta, sin mirar realmente al tablero –

– Los Akatsuki son fuertes – dice el jefe del clan Nara intentando entablar conversación –

– Sí – responde Shikamaru monótonamente –

– ¿sabes lo que haces? – pregunta Shikaku observando a su hijo para luego mover una pieza –

– Parece que cada quien está en su juego – responde Shikamaru desinteresado en el intento de conversación que su padre intenta entablar, no se encuentra de humor para aquello –

– No, Hijo – dice Shikaku moviendo su caballero para conseguir así tres de las piezas del joven Nara – No hablo de shōgi. Quiero creer que no harás ninguna tontería, solo quiero tener esa seguridad; ningún padre quiere asistir al funeral de su hijo. Tú has hecho las cosas muy bien, estoy orgulloso de ser tu padre y estoy seguro de que en el futuro serás una persona muy importante para esta aldea… pero hoy, asuma está muerto y… – 

Shikamaru molesto voltea la mesa de un solo golpe, las piezas se desparraman por el piso

– ¿¡Qué me estás diciendo!? – grita Shikamaru molesto, alzándole la voz a su padre por primera vez en la vida – ¿¡Quieres callarte!? Tu discurso me está dando nauseas, dilo que quieras pero yo sigo siendo un inútil cobarde a pesar de todo lo que he hecho para cambiar

– Te equivocas – responde Shikaku negando con la cabeza – Aun no le tomas el peso a lo mucho que has cambiado en este tiempo

– ¿Qué es lo que pretendes con todo esto? – Pregunta Shikamaru de pie mirando a su padre que imita su acción, mirándolo fijamente a los ojos

– Sácalo, hijo – dice Shikaku, cruzándose de brazos – Todo ese coraje, tristeza y ese miedo. Todo lo que guarda ese corazón tienes que dejarlo ir – sus palabras sorprenden al joven Nara cuyos dientes castañean al intentar contener su llanto – Todo parte de ahí

Shikaku abandona la habitación, cerrando la puerta detrás de sí y deteniéndose breves segundos cuando un desgarrador grito se escucha por toda la casa.

Parecen haber sido horas cuando Shikamaru deja de llorar, mirando un rincón de la habitación donde las piezas de shōgi aún están desparramadas, sin apartar sus ojos de ellas Shikamaru se pone de pie caminando hasta poder mirarlas de cerca y ordenarlas. Toma pieza por pieza, acomodándolas junto a él hasta que cierta pieza en el fondo llama su atención y todos los engranajes de su cerebro comienzan a funcionar

Con el tablero de shōgi frente a él, crea su estrategia acomodando cada pieza y asignándole una posición clave, pasa de aquella manera horas buscando la estrategia acorde a su plan. Quiere vengar la muerte de su mentor, quiere eliminar a esos Akatsuki que son aún una amenaza latente para su rey y poder ser de utilidad para su aldea. Los pequeños canticos de los pajaritos le avisan que el amanecer ha llegado y para esa hora su plan ya estaba listo, incluso se atrevería a decir que hay un 98,9% de probabilidades que funcione a la perfección.

**

Luego de visitar la tumba de asuma, Shikamaru se despide de sus compañeros de equipo recordándoles a qué hora se encontraran en las puertas de la aldea para partir a su misión. Al joven Nara solo le queda una cosa que hacer y es por ese mismo motivo que sus pasos lo llevan hasta el departamento de Naruto. Luego de golpear un par de veces, su novio aparece frente a él rodeándolo entre sus brazos de inmediato 

– ¡Te busque por todas partes! – Regaña Naruto arrastrando a Shikamaru dentro de su departamento, sentándose en el pequeño sofá quedando frente a frente – ¿Estás bien?

Shikamaru asiente en silencio, sus ojos marrones miran fijamente aquellos orbes azules que brillan en preocupación por él y eso por breves segundos lo hace dudar de su decisión. La venganza es algo de lo que Naruto ha intentado salvar a su mejor amigo por tantos años y que él ahora tenga el mismo cometido que el Uchiha puede herir al rubio.

– Shika, ¿sucede algo? – pregunta Naruto observando como el pelinegro parece estar debatiéndose entre algo – ¿hay algo que quieras decirme? Puedes decirme cualquier cosa

– En unas horas partiré en una misión con Ino y Choji, nuestro objetivo es asesinar los Akatsuki que mataron a asuma – Dice Shikamaru apartando su mirada, no puede mirar a Naruto a los ojos y ver la decepción que más que seguro hay en ellos – ¿Está mal que desee venganza?

– No pienso que esto en realidad sea una venganza, es justicia – responde Naruto, sus manos se entrelazan con las de Shikamaru quien de inmediato besa el dorso de la mano bronceada – Mi novio es el ninja más inteligente de la aldea, de seguro tienes un plan infalible y además nunca llevarías a tus amigos en una misión que sabes correrían peligro.

– Gracias – dice Shikamaru depositando otro beso en la mano del rubio – no sabes lo mucho que significa para mí que me apoyes en esto

– Solo te pediré una cosa – dice Naruto mirándolo directamente a los ojos – Vuelve sano y salvo   

Shikamaru abraza a su novio y busca los labios contrarios, besándolos con devoción y ternura por largos minutos intentando trasmitirle todos sus sentimientos en el proceso. Pasan un par horas acurrucados en el sofá cuando ya es hora de que el pelinegro parta, Naruto lo despide en la puerta de su departamento y antes de que Shikamaru pueda voltearse para partir el Uzumaki lo toma del cuello de su camiseta como punto de apoyo para ponerse en la punta de sus pies y besarlo en la frente

– Es un amuleto de buena suerte – dice Naruto con una pequeña sonrisa al notar la sorpresa en el rostro del pelinegro – vuelve sano y salvo o te juro que me pondré de lado de Yoshino-san cuando te regañe

Shikamaru asiente una última vez antes de desaparecer por las vacías calles de Konoha hasta las grandes puertas verdes donde su equipo ya lo esperaba.


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