Shikamaru despierta cinco minutos antes de que su despertador suene, se queda mirando a un punto vacío de su habitación sin ánimos de levantarse ya que odia cuando despierta antes de que la alarma suene, el bendito aparato comienza a sonar cuando el pelinegro estaba replanteándose volver a dormir, de malas ganas cruza su habitación hasta el lugar en que se encuentra el despertador y lo apaga antes de que su madre comience a gritarle
Entra al baño dándose una rápida ducha con agua fría, una vez listo se pone su uniforme chūnin y amarra su cabello en una coleta alta. Baja las escaleras hasta el comedor donde el desayuno ya está servido, shikaku sostiene un periódico entre las manos mientras Yoshino bebe su taza de té
Una vez Shikamaru ha desayunado y su madre lo ha molestado lo suficiente con el tema de la “novia” que está escondiendo de ella, se despide y camina perezosamente en dirección al departamento de inteligencia donde debe ayudar con la parte logística de una misión. Su burbuja de ensimismamiento se ve interrumpida cuando escucha la voz de Naruto y Sakura gritándole a Kakashi que ha llegado tarde nuevamente (como si el peliplata fuera a corregir su mal habito por aquello), está a punto de alejarse cuando el rubio nota su presencia y no duda en saludarlo
– Buenos días, Shikamaru – saluda animadamente Naruto – ¿vas de misión?
– No precisamente, más bien tengo que trabajar dentro de la aldea – responde Shikamaru, intentando mantener el gesto despreocupado en su rostro mientras Naruto lo observa con esa sonrisa que logra derretirlo por dentro –
– Entiendo, nosotros vamos con la abuela Tsunade para que nos asigne una misión – explica Naruto a pesar de que Shikamaru no le ha preguntado –
Shikamaru duda breves instantes antes de hablar, pero recuerda su conversación con su padre y decide arriesgarse
– ¿Qué te parece si cuando vuelvas de tu misión vamos a comer ramen? – invita Shikamaru, muriéndose de las ganas de haber podido ocupar la palabra cita –
– ¡Eres el mejor, Shikamaru! – grita Naruto alzando sus brazos en triunfo
– Cuando estés de vuelta ve a visitarme, ¿recuerdas aquel lugar que íbamos cuando nos escapábamos de las clases de Iruka-sensei? – Dice Shikamaru y Naruto asiente riendo al recordar las travesuras de antaño – aún sigo yendo ahí por las tardes cuando el trabajo se pone problemático y necesito un descanso
– Vago – se burla Naruto a lo que Shikamaru solo se encoge de hombros, dando media vuelta y haciendo una pequeña seña con su mano en forma de apresurada despedida. Una vez está lo suficientemente lejos de la vista del rubio, cubre su rostro sonrojado entre sus manos; demasiado feliz de poder haber empezado a avanzar en el camino que será poder declarar sus sentimientos por aquel rubio problemático.
Y por primera vez está impaciente porque el tiempo pase rápido… aunque Shikamaru no sabía que ese mismo día Naruto recibiría una misión por parte de la aldea de la arena para rescatar al kazekage que tomaría semanas
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Dos semanas después, mientras Shikamaru tomaba una siesta bajo la sombra de los árboles en aquella parte de la aldea cercana al lago siente una insistente molestia cerca de sus costillas…cuando despierta se encuentra con Naruto picándolo con una varilla insistentemente
– ugh – se queja Shikamaru fregando sus ojos, cuando al fin puede observar a Naruto este parece decaído – ¿Ha pasado algo?
Naruto se deja caer junto a Shikamaru, sentándose de tal manera que el Nara no pueda mirarlo a la cara mientras habla y eso es señal suficiente para Shikamaru que las cosas no van bien
– Mi última misión me dio mucho para pensar – responde Naruto jugando con el pasto entre sus dedos – Siempre dije que el destino no existía y que cada uno lo formaba, pero siento que solo hay un destino para la gente como yo y no me gusta.
Naruto hace una pequeña pausa y Shikamaru observa como la mano del rubio tiembla ligeramente antes de volver a hablar
– Gaara hizo de todo para por fin ser reconocido por las personas en su aldea y llegar a convertirse en el Kazekage, pero eso no evito que al final muriera solo en manos de Akatsuki. Eso realmente me hizo pensar que al final, todos los jinchūriki compartimos el mismo y único destino – dice Naruto, Shikamaru hace un esfuerzo sobre humano para no abrazar a Naruto y solo se limita a jalarlo de la mejilla para que voltee a verlo directamente a los ojos
– No te preocupes por eso – Dice Shikamaru restándole importancia – Tú no eres solamente un jinchūriki. Tú eres Naruto, un ninja de Konoha que se ha esforzado más que cualquier otra persona para ser reconocida. El Naruto que conozco no se deja abatir por algo como el destino, él lo enfrenta sin darse por vencido y gana
Lentamente el rostro de Naruto se ilumina con una pequeña sonrisa, las palabras de Shikamaru fueron suficiente para recordarle quien es él y que es lo que anhela
– ¿Qué te parece si vamos por ese ramen que te prometí hace unos días? – pregunta Shikamaru poniéndose de pie, sacudiendo la tierra de sus pantalones al notar que ha logrado cambiar el humor del rubio
Naruto se pone de pie en un salto, abalanzándose sobre Shikamaru por la espalda y aferrándose fuertemente a él – ¡Eres el mejor, Shikamaru!
Shikamaru ríe sinceramente mientras trata de sacarse de encima a Naruto, siente que ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que pudo estar así con el rubio y es que en realidad han pasado varios años desde que ambos se escabullían de clases para poder visitar aquel lugar para mirar las nubes, hablar de trivialidades y jugar
Naruto termina cediendo, quitándose de encima de shikamaru para comenzar a correr y animar al Nara para hacer lo mismo
– ¡Vamos, Shikamaru no seas vago y apresúrate! – Grita Naruto moviendo sus brazos en alto – Ichiraku se llena a estas horas
Shikamaru no le toma mayor importancia y sigue caminando en su ritmo habitual, Naruto se acerca, lo toma de la mano y lo arrastra consigo sin saber lo que el contacto de su mano causaba en el pobre Shikamaru