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Obsesión virtual por Dtzo

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Notas del capitulo:

holi holi <3 :3 muchas gracias a todas las que me han esperado con la ocnti de este fic ^w^ antes que nada un aviso.

:'v creí que con un solo capítulo lo terminaría peeero no fue así n.nU digamos que me extendí más de lo planeado y hubíera sido más extenso de lo que ya está ( :'( aunque para mi es poco lo que escribí) 

Otra cosilla ... Dx pride o rival?¡ mi cerebrito no se decide :'( me gustan ambas y se me ocurre como meter ambas. ¿Algún consejo?

Nada, espero les guste.

 

“Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado.
El mejor arrepentimiento es, sencillamente, cambiar.”

-José Saramago.

 

Ciertamente no le servía de nada el lamentarse ahora, no. Si algo caracteriza y siempre caracterizara a Seto Kaiba es su diligencia, y eso significaba: Nuevo proyecto.

Para no desperdiciar su valioso y bien invertido tiempo, rescató lo que pudo del simulador; la interfaz de realidad aumentada. Con esto consiguió más que capital suficiente para expedir un permiso, permiso que le permitiría hacer una excavación con fines “culturales”.  Ahora su objetivo se centró en encontrar hasta la última pieza del rompecabezas del milenio, con la vaga esperanza que Atem emergiera una vez más. Muy a su pesar en sus planes también venían incluidos los artificios restantes.

Gracias a la admirable competencia del grupo que estaba a cargo de las maniobras de excavación, en menos de dos semanas ya habían recolectado más de tres cuartos del rompecabezas. Ahora un par de semanas después se supone que tenían todas las piezas. La tarea fácilmente se puede decir que fue sencilla, pero si tomamos en cuenta que la piedra en la que se encontraban los siete artilugios del milenio se fisuro y derrumbó a una profundidad de más de 500 metros bajo los cimientos, los artilugios prácticamente volaron en todas direcciones, no obstante entre más removían el escombro, más piedras se resquebrajaban causando derrumbes con daños menores, no resultaba tan sencillo. Más aún que Seto estuvo al pendiente de los avances consultando los resultados con Mokuba. ¿Cómo fue que su pequeño hermano termino envuelto en aquello?

*FLASHBACK*

Cuando regreso de su letargo científico, fue bien recibido en la mansión por el menor de los Kaiba con una enorme sonrisa y un gran abrazo, a pesar de que Seto no era una persona que demostrara mucho su afecto por su pequeño hermano acepto con todo el gusto del mundo aquel gesto. Sabía de antemano que la inocencia de Mokuba no sería eterna y en algún momento sería cómo él, un hombre de negocios hecho y derecho, lo suficientemente competente para hacerse de la empresa y de lo que él se propusiera, era por ello que a veces se recriminaba un poco por no estar el tiempo necesario con él aunque Mokuba le decía que entendía cuán difícil era para su hermano tener que estar al pendiente de toda actividad en la empresa. Por ello mismo cuando Kaiba le explico el nuevo proyecto que estaba en puerta, él mismo Mokuba le pidió que le dejara encargarse de la supervisión. Tanta determinación había en su mirada que Seto acepto con un gesto lleno de orgullo y satisfacción.

*FIN FLASHBACK*

Así que también gracias al esfuerzo del menor era que estaban más cerca de completar la ambición de su querido hermano mayor.

Ahora solo había un ligero inconveniente… Aparentemente nadie tenía la más remota idea de cómo ensamblar el rompecabezas aun cuando conocían la forma original. Excepto cierto enano tricolor.

“¡NO!” se dijo a sí mismo; si pudo crear un holograma excepcional de Yami no iba a solicitar ayuda del pequeño. Después de todo no querría causarle una baja emocional. Kaiba confiaba al mil por ciento en sus habilidades como para programar un sistema que lograra en ensamblar la pirámide.
No hace falta mencionar que lo intentó, para su mala suerte y por razones místicas, las piezas no se movían en lo más mínimo de la mesa en la que fueron depositadas. Era increíble que la innovadora tecnología de KC no lograra nada con el artilugio milenario. Cosa que irritó de cierta manera a nuestro CEO.

No le quedaba de otra más que recurrir a su último recurso… su existente rival.

Ahora la pregunta era ¿Cómo convencerlo para que armase el rompecabezas? Claro que Kaiba no es tan insensible como suele aparentar, debajo de esa coraza de orgullo y pulcridad ocultaba lo caritativo que realmente era. Seguramente pesaría algún método para engatusarle la tarea de un modo empático, pues nadie más que Yugi – y Kaiba – ansiaba con estar con el espíritu de quien alguna vez fue Faraón.

Algo que le resultaba muy curioso era el hecho de que nunca se permitió voltear al pasado, ahora, irónicamente, se negaba a dejar una parte de él.

Puede que no considerara la posibilidad de que Yugi no accediera a reconstruir una parte muy importante para él, era difícil el hecho de aceptar la posibilidad de que aún ensamblado nuevamente la pirámide, Yami no regresaría. Había que intentarlo siquiera.

Paso un muy buen tiempo para que Kaiba se decidiera a mandar llamar a Yugi. Repaso un cien número de veces las posibles reacciones de su rival y cómo reaccionar a ellas. Algo muy melodramático de su parte pero de algún modo u otro ese rompecabezas debía ser ensamblado de nuevo.

-Mokuba ¿Cómo va todo?

Ja, ¿Esperaban que el mismísimo Seto Kaiba se dignara a ir por Yugi? No. Además de que no era su estilo, su omnipotente orgullo era tan grande como su éxito en la vida. Claro que no era que se aprovechara de la “buena relación” que tenía su hermanito con su rival, pero podría ayudar a estabilizar la situación.

-Aún no ha salido de la casa de su abuelo, recientemente llego y no ha dado señales de querer salir.

-Bien, sabes qué hacer cuando salga, no lo dejes escapar. Te lo encargo.

-Cuenta con ello, hermano.

 

Por su lado nuestro pequeño rey de los duelos no estaba ajeno a que era vigilado por alguien desde una ostentosa limo a unos cuantos metros de su casa, a pesar de ese aire infantil que irradiaba, no era en lo mínimo tan despistado como se supone. Se percató del vehículo desde que salió a primera hora de su casa, obviamente nadie podría pasar por alto un auto de aquel porte. Al paso del día corroboró que lo seguían, no le asusto totalmente pues recordaba haber visto aquellas placas varias veces en algún lado pero ¿A quién pertenecía? ¡Claro! ¿A quién más si no a Kaiba? Con toda la naturalidad del mundo, después de haber cambiado su atuendo escolar por algo más casual, se dispuso a ir junto al auto con toda la cautela del mundo.

Se acercó tan discretamente que ni Ronald ni Mokuba le vieron aproximarse.

Se inclinó a ver a través del vidrio polarizado para alcanzar a distinguir una pequeña figura de larga cabellera.

-¿Mokuba?

-¡Y-Yugi! Ho-hola ¿Qué tal?

-Mokuba ¿Me estas espiando? – ups, sorprendido con las manos en la masa.

No tenía caso negarlo – Yo… lo siento, Yugi. – Éste sonrió divertido por la reacción del menor de los Kaiba.

-No me molesta, pero ¿Sucede algo?

El chico se apresuró a negar rotundamente con la cabeza y mostrando las palmas de sus manos – No, no, en lo absoluto. Es sólo que… Mi hermano quiere verte urgentemente. Él, como ya sabrás, se encuentra ocupado dirigiendo la empresa y por ello me envió a buscarte.

-De acuerdo, iré - ¿Cómo había dicho? ¿Por qué accedió así de fácil?

-¿En serio? – el menor le dirigió una mirada dubitativa.

-Si ¿Por qué no? Hace buen tiempo que no veo a Kaiba. Pero antes respóndeme algo Mokuba.

-Seguro.

-¿Era muy necesario que me siguieran desde la mañana? – El peli-azabache se sonrojo hasta las orejas, gesto que le pareció sumamente tierno a Yugi – Sólo tenías que pedirlo, somos amigos ¿no?

-E-en verdad lo lamento, Yugi. Mi hermano insistió en algo así como raptarte en caso de que te resistieras.

El semblante del tricolor se volvió curioso -¿Por qué habría de negarme? Es un poco raro ¿Sabes algo al respecto? Parece que es algo muy importante para tu hermano sí tiene que recurrir a la fuerza.

-Para nada, sólo sigo órdenes. Será mejor que entres, parece que está por llover.

Sin más que decir y con Yugi en la limo rumbo a KC, el menor notificó a su hermano, quien al recibir la noticia no se reprimió esbozar para sí una amplia sonrisa.

 

Una vez frente al imponente edificio de KC, Mokuba guío a su amigo hasta el último piso del recinto y le dejo hizo pasar al despacho de su hermano, que aún estaba vacío.

-Toma asiento, Yugi. Mi hermano no tardará en venir, está terminando una junta de negocios.

-De acuerdo.

Durante la pequeña espera, Yugi contemplaba por el enorme ventanal frente a él como las nubes se ceñían sobre Domino.

Pasaron al menos unos minutos desde que Mokuba se retiró, cuando las puertas de la oficina se abrieron de par en par con un bien vestido y serio Kaiba.

-Con que viniste por las buenas ¿eh? – Típico de Kaiba…

Yugi no dijo nada, sólo se removió algo incómodo en el asiento – Ha pasado tiempo, Kaiba – Creyó prudente el no voltear a verle.

-Hmp, ahórrate los saludos ¿Quieres? No te invite por gusto – Hubo un pesado silencio, inhalo hondo y soltó – necesito que hagas algo por mí.

¿Seto Kaiba pidiendo ayuda? Debía en serio estar muy desesperado.

Yugi rio un poco – Bueno, siempre y cuando sea algo que este a mi alcance y no algo suicida, no tengo objeción alguna – Típico de Yugi - ¿Qué debo hacer?

No, no estaba con la guardia baja, quizá le aterraba un poco el hecho de que era algo que sólo a él le podría pedir. Para haberlo casi secuestrado, se imaginaba algo de vital importancia. Frente a él, Seto colocó un pañuelo anudado.

Yugi se inclinó hacia adelante para desatar el nudo.

Hubo un extenso silencio, ninguno se atrevía a decir nada.

-Ármalo – Le exigió el castaño.

Yugi se tensó ante la demanda ¿En qué estaba pensando su rival? ¿Acaso era una broma de mal gusto?

-¿No me escuchaste? Ármalo – Sí que tenía tacto.

Por fin después de un rato, Yugi se decidió a voltear a verle, su expresión era neutra y justo cuando comenzó a llover, se volvió nostálgico.

-Él no volverá, Kaiba.

-¿Te pedí tu opinión? Dijiste que harías cualquier cosa, no te retractes ahora y cumple con tu palabra – se acercó hasta la puerta del despacho y se recargó en ella – de aquí no te iras hasta que esa pirámide este ensamblada de nuevo ¿Entendiste?

-Kaiba… - Era extraño y a la vez no. Yugi entendía un poco lo que Seto debía estar sintiendo; frustración, su más grande y no tan eterno rival había regresado a donde pertenecía y él nunca logró una victoria a su favor – Lamento mucho que no hayas podido tener un duelo final contra Atem. Pero tenía que ser así.

-¿De qué hablas? Esto no se trata de un juego frustrado, que te quede bien claro, Yugi. Sólo te estoy devolviendo todos los favores que quedaron pendientes, no quiero deberle nada a nadie. Es sólo por una deuda.

-No nos debes nada, Kaiba. Y por cómo lo estás haciendo, realmente parece que esperas que algo suceda.

Kaiba pasó por alto a Yugi y lo fulmino con esa fría y austera mirada que usaba para persuadir a los empresarios necios que no le aceptaban las negativas a sus horrendos contratos. Parecía que a Yugi en vez de asustarlo, lo entristecía de alguna manera.

-Por favor Kaiba, entiende. También lo extraño pero ya está donde pertenece.

Una vez más el castaño le ignoró – Si lo armas, te lo puedes quedar.

Era el colmo, no lo escuchaba ¿Qué más podía hacer? Lo conocía lo suficiente como para saber que hablaba en serio al decirle que no lo dejaría marchar a menos que armara el rompecabezas. Inclusive si le tomaba años.

No dijo nada más, se acercó a la mesa y tomó las piezas, una por una, cada pieza le recordaba aquellos días en que paso horas, días, semanas, meses… años fascinado por aquella reliquia egipcia. Desde niño estaba más que familiarizado con el puzzle. Jamás se imaginó que tuviera que armarlo una tercera vez; era frágil, sí, pero sólo en manos equivocadas.

La primera; fue cuando más tiempo se llevó. El rompecabezas le fue entregado cuando aún era un niño.

La segunda; le tomó menos tiempo del que hubiera esperado. Entre las llamas y la desesperación, lo que menos le importaba era si salía ileso o no. Su Yami era por quien estaba más angustiado.

Ahora, sin presión alguna y con “tiempo” ¿Cuánto podría tardar? No sabía por dónde empezar.

-¿No te importa si me tomo mi tiempo, Kaiba?

-Es tu tiempo el que gastas, no el mío. Por mí, sabes bien que te puedo dejar bajo custodia.

¿Recordaría como ensamblar cada pieza? Meditó por unos momentos y dudo ¿Podría volver a tener completa la pirámide?

Nada, Yugi no hacía absolutamente nada. Lo cual crispó la paciencia del oji-azul.

-¿Cuánto tiempo más vas a estar como estatua? Creí que eras tú quien más le echa de menos.

No respondió, sabía que era cierto. Él más que nadie compartió un lazo especial con su oscuridad.

Habían pasado cerca de dos horas, la lluvia no amainaba y la pirámide ya tomaba forma. Así de complicado recordaba el rompecabezas y era por ello que no se rindió, amaba los retos.

-Está… incompleto – Respiró con un aire de alivio, regresará o no su Yami no se sentía preparado.

-¿Qué dices?

El menor se volvió hacía el joven empresario con la reliquia en sus manos, efectivamente había un hueco. Exactamente como en su pecho, claro que ese era el doble de grande.

 

CONTINUARA…

Notas finales:

Ya era justo y necesario la conti <3 espero les haya gustado, esto no termina hasta que termina.

^^ besos y abrazos hermosas 


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