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Essendo coppie por Samantha0507

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Notas del capitulo:

No me encanta como quedo, pero bueno 

 

Kei había sido posesivo desde pequeño, primero con su madre, luego con su hermano, posteriormente lo fue con Yamaguchi, pero ninguno de ellos sabía que era capaz de hacer el rubio cuando alguien se atrevía a tocar lo suyo.

 

— Tsk, que patético. —Se reprendió a si mismo por estar poniendo más atención a sus estúpidos pensamientos que a la clase, pero es que realmente se sentía frustrado, el recuerdo de la noche anterior aparecía en su cabeza a cada instante.

 

La noche anterior había sido perfecta, había salido con unos compañeros de la universidad, a celebrar la buena calificación en un examen, había llegado encontrándose con su novio metido en la cama con el torso desnudo, mientras leía un libro que fácilmente podía reconocer como de la universidad.

 

Kei estaba distraído, las palabras de sus compañeros lo habían dejado un poco incomodó, según había entendido uno de los chicos había sido engañado por su novia, al parecer esta chica había estado enamorada de otra persona y lo había usado solo para olvidar a esa persona.

 

El rubio sabía que su situación se podía considerar similar a la  de su compañero, pero evito los comentarios, después de todo Kuroo  estudiaba en la misma universidad que él, no era sano que algún tipo de rumor se esparciera.

 

Kei entró a su departamento sabiendo que encontraría a su pareja, Kuroo estaba recostado en la cama, con el dorso descubierto y según parecía sin nada de ropa que lo protegiera del rubio.

 

—Kei, bienvenido

 

 —No crees que estas siendo demasiado sugestivo esta noche. —Probablemente era el alcohol o la acumulación de días sintiendo el cuerpo caliente de su pareja a su lado, sin poder aprovecharlo lo estaban acalorando más de la cuenta, pero la sensación de su miembro, junto con la angustia que se había instalado en su pecho no lo dejaban pensar.

 

Kei fue rápido, de un movimiento había dejado el cuerpo de Kuroo completamente a su vista, cada musculo, cada marca, cada parte de su piel estaba frente a sus ojos, sus manos avanzaron por el plano abdomen del moreno, a pesar de su musculatura sus costillas podían distinguirse bajo su piel.

 

—Tsukkiii. —Kuroo sentía su miembro tirante, con los años había descubierto que Tsukishima tenía miles de facetas, podía ser el hombre más frio del mundo o un niño consentido que necesitaba que lo mimaran, pero si había una faceta de la que Kuroo jamás se cansaba, era la que estaba frente a sus ojos, ese que lo dominaba, que tomaba el control como una bestia y que perdía la razón y la conciencia mientras lo llevaba al borde de la locura con el placer que le generaba.

 

Fue una milésima de segundo, en que los ojos de Kei se alejaron del esbelto cuerpo de su compañero, lo que necesito para que Tsukishima se percatara de la ropa que descansaba sobre una silla.

 

—Eso no es tuyo. —la voz del rubio sonó vacía, algo estaba diferente al seductor Tsukishima que estaba devorándose su cuello segundos antes.

 

—¿qué? —Kuroo siguió la mirada de su pareja. —¿eh?, no,  me reuní con Bokuto y Akaashi, tú sabes cómo es Bokuto, terminamos en la cancha y sudamos demasiado, así que me prestaron su ducha y su ro…— el de lentes no dejó que el moreno terminara, rápidamente lo giró dejando su trasero al descubierto, en una  posición incómoda para el mayor—Kei, ¿Qué demonios?

 

— ¿Te acuestas con Bokuto? —coloco su miembro entre los glúteos del mayor, presionándolo para que entrara — ¿o con Akaashi? Dime, con cual me engañas. — la espalda del moreno se arqueaba al sentir como el otro buscaba el espacio necesario en su entrada, no lo había preparado, no estaba dilatado, era terriblemente doloroso.

 

—Kei, detente, me haces daño. — Kuroo sentía que las fuerzas le fallaban, estaba asustado, nunca había visto al rubio de esa forma, no quería si quiera mirar el rostro del menor, no era una imagen que quisiera conservar, esa era una faceta que le hubiese gustado no conocer. — no te engaño Kei, no pienses estupideces.

 

—¿No me engañas? Pero te desnudas en otra casa, te pones la ropa de otro hombre, de un hombre del que estuviste enamorado. — el rostro de sorpresa del mayor solo pudo enfurecer más al de lentes. — pensabas que no sabía que Bokuto-san y tú se acostaban. — un fuerte dolor se hizo presente en el trasero del moreno. — pensaste que nunca me enteraría de que estabas enamorado de él cuando comenzamos a salir, lo sé, siempre lo he sabido y también sé muy bien que te dejó por Akaashi-san.

 

Kei tomó las muñecas de su compañero, mientras clavaba sus dientes en el moreno hombro del antiguo capitán.

 

—Kei, lo siento…

 

—¿qué sientes? — que se sentía traicionado, sabía que Kuroo no se había acostado con nadie, podía saberlo por su cuerpo, pero también sabía que él moreno no lo amaba, que simplemente había aceptado salir con él para olvidarse de quien amaba. — ¿sientes haberme engañado?¿sientes haberme ilusionado?¿sientes haberme dicho que me amabas cuando era una maldita mentira? — Kei no pudo resistirlo más, su voz se quebró, sabía que lloraba, pero continuo, solo quería sacarse ese profundo dolor del pecho, penetro al moreno sintiendo la desesperación del cuerpo bajo sus piernas, Kuroo apretó la almohada bajo su rostro con desesperación, Kei sacó su miembro repitiendo la acción, una y otra vez, a la cuarta estocada su miembro libero la opresión dentro del cuerpo del moreno.

 

Un silencio sepulcral se instaló en la habitación, las respiraciones de ambos estaban agitadas, Kei llevó una de sus manos a sus mejillas, notando por primera vez como las lágrimas bajaban caudalosas, miró el cuerpo del mayor bajo el suyo. —Tetsuro…

 

—Kei… lo siento…— Kuroo no parecía tener fuerzas, la voz se le entrecortaba.

 

Tsukishima se levantó sin querer escuchar nada de lo que el mayor tenía para decirle, cerró la puerta recargándose, dejando las lágrimas bajar por su rostro, no solo había revelado uno de sus más grandes miedos, además había violado a su pareja en un minuto de irá, se fue al sofá de la sala, donde espero poder conciliar el sueño en esa larga noche.

 

Había terminado en la universidad sin siquiera entrar al cuarto donde había dejado a su pareja la noche anterior, pero poner atención en clase parecía una idea bastante estúpida.

 

El profesor dio por terminado el bloqueo cuando una voz conocida lo llamaba. Hey, Tsuki.— Bokuto estaba en la puerta, con el rostro serio, por un segundo se esperó un golpe de parte del mayor, quiso actuar con normalidad, cuando sintió como todo él era arrastrado hacía una de las áreas de descanso de la universidad.

 

—¿Bokuto-san que ocurre?

 

—Es Kuroo…— Kei  apuro el paso, hasta que pudo distinguir la figura de Akaashi en una de las bancas, nuevamente la irá se acumulaba en su pecho.

 

—Akaashi-san…

 

—No ha comido nada y tiene mucho dolor, por más que intentamos llevarlo a la enfermería no acepto.

 

Kuroo respiraba con dificultad, mientras se oprimía el estómago, Kei entonces recordó, se había corrido en el interior del mayor, ese dolor y las molestias que estaba sintiendo eran su culpa, se mordió el labio tratando de no soltar un comentario mordaz cuando las manos de Bokuto acariciaron la espalda de su pareja, el moreno elevó el rostro cuando una pequeña mueca se hizo presente en el rostro del rubio.

 

Kei decidió que  lo mejor era volver en taxi al departamento, Kuroo no parecía en condiciones de poder caminar.

 

No fue hasta que estuvieron en el departamento que el moreno habló. — lo lamento…sé que hoy acostumbras estudiar. — el dolor en su vientre parecía empeorar, Kuroo se apoyó en una de las sillas, mirando al suelo.

 

Kei tomó el rostro del moreno, nuevamente había recurrido a Bokuto, una nueva molestia se instaló en el pecho del rubio. — Nuevamente recurrirte a Bokuto-san, no te parece un poco arrastrado de tu parte.

 

—Kei, esto no puede…

 

—Tienes miedo gatito, pero no te preocupes, yo me encargaré de que solo dependas de mí — Tsukishima lo llevó al sofá, amarró sus muñecas y simplemente tomó nuevamente el cuerpo del moreno.

 

Kei siempre había sido posesivo, pero el único que sabía que era capaz de hacer el rubio era Kuroo y él único que lo amaba tanto para soportarlo por muchos años sería siempre Kuroo.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Nos leemos 


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