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Accidente (Wolversilver) por amerikita12

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Notas del capitulo:

Al fin actualizo :v

Sí, tienen permiso de insultarme porque tardé demasiado :'v

Sintió su cuerpo adormilado, apenas estaba consciente, se removió por unos segundos en la comodidad que su cama le ofrecía, hasta que su brazo palpó ligeramente un cuerpo extraño en su costado. Lo recordó todo. Abrió sus ojos con rapidez, sólo así pudo asegurarse de que en realidad había alguien con él. Cerró los ojos y suspiro, vio el cuerpo plácidamente dormido del peliplateado. Pensó en lo tierno y apacible que se veía, se reprimió por ese pensamiento.

Los recuerdos lo golpearon con tal fuerza que no tuvo tiempo de meditar la situación. Una ligera opresión en su pecho se hizo presente, el castaño se sintió mal consigo mismo por haber disfrutado verdaderamente la relación carnal con el chico. Y se sentía aún peor por no arrepentirse de manera sincera.

Vio de nuevo a Peter, su rostro plácido reflejaba la serenidad y jovialidad tierna que el castaño jamás tendría. No quería arruinar a ese niño inocente, no quería que nada malo le pasara, no quería que el menor se viera afectado, él realmente deseo poder sentir indiferencia, pero lastimosamente le importaba el velocista.

Se levantó de la cama, se sentía aletargado, realmente se lo atribuía a lo rápido que estaba pensando su cerebro, irónicamente él se sentía tan lento. Buscó su ropa entre el suelo y las sábanas, de paso, por qué no, levantó también las prendas regadas del menor. Se puso su ropa, dobló la del menor para dejarla en la silla que yacía junto a su cama, acomodó todos los accesorios sin saber por qué lo hacía. Tomó un papel y un lápiz, realmente se sorprendió de encontrar ambas cosas con facilidad, con ello hizo uno nota:

En la cafetería que está a dos cuadras, a las 8.

-Logan.

La dejó doblada en su mesa de noche, usando su lámpara como pisapapeles, para evitar que ésta se cayera o perdiera. Esperó dentro de sí que el peliplateado encontrará la nota, o que se tomará la molestia de buscarla.

Era aún muy temprano como para ir directamente a la cafetería, así que, sin más fue a buscar un desayuno a la cocina principal de la Mansión. ¿Hambre? Realmente no tenía mucha, pero pensó que comer lo ayudaría a dilucidar y aclarar mejor la situación actual.

“Si te levantas en la madrugada con hambre, sólo debes ir al microondas, allí guardan la comida restante que nadie quiere, te puedes dar un festín con todo lo que dejan” Recordó las palabras de Peter, no pensó que necesitaría tal información, pero ahora le venía muy bien saber tal cosa.

Revisó en el microondas, un par de rebanadas de pizza y lo que posiblemente sea comida china, se encontraba adentro de él. Sacó la pizza, sólo una, pues tomó en cuenta que iría a la cafetería dentro de unas horas.

Se sentó en la mesa, quizá no era el mejor o más nutritivo desayuno, pero sin dudas tener algo entre los dientes le daba una sensación reconfortante. Lo ayudaba a pensar, esclareció.

Después de eso pensó, sólo eso, pensó, pensó y pensó. El chico le agradaba, era tan jovial y espontaneo,  era  todo lo contrarió a él. Tal vez por eso Peter estaba tan flechado con él. Tal vez simplemente Peter era un niño tonto que se fijó en el peor partido. Tal vez.

Logan estaba un poco molesto, recordaba la sensación del amor, recordaba el vació y el aleteó que se forma en el estómago,  la sensación extraña al tener el corazón acelerado, el placer y satisfacción al estar con la otra persona, el revuelo que se causa en el cuerpo y la paradójica sensación de mesura y calma. Lo recorvada todo, pero le molestaba saber que ya no podía hacer lo mismo, él ya no sabía amar, y se había resignado a eso.

Sabía que Peter se merecía algo mejor que un amor incompleto, la inocencia, pasión y deseo que tanto expresaba no merecían ser apagadas por un desamor injusto. Él lo sabía, y se sintió egoísta al desear ese amor desinteresado y puro. 

Él realmente quería ser egoísta para aceptar ese amor.

[…]

Salió de la Mansión, era sábado, ningún alumno o profesor merodeaba por los jardines, nadie lo vio, se sintió internamente agradecido por eso. Caminó unas calles, no sabía con exactitud por qué sentía que huía de una escena del crimen, por momentos tuvo ganas de correr kilómetros para alejarse, librar a Peter de la maldición que era tenerlo cerca. Pensó que, no importa cuánto corriera, el menor siempre lo alcanzaría, sonrió por eso.  

Al castaño le hubiera gustado presumir que todo el tiempo que estuvo caminando lo uso para reflexionar seriamente la situación, pero no fue así, él sólo se perdió entre sus pensamientos, dejo que sus piernas lo guiarán a cualquier lugar, mientras contenía su deseo para no correr en dirección a Peter. Se sorprendió cuando al fin había llegado a la cafetería, sintió que apenas habían pasado segundos, pensó que el tiempo de verdad es relativo.

Eran las 7:45, quince minutos antes, no se molesto al saber que tendría que esperar. Tomó haciendo en una de las mesas especiales para dos personas, rápidamente le entregaron un pequeño y sencillo menú, lo hojeó desinteresado, pasaron unos minutos, el camarero llegó con un “¿Qué va a pedir?” Logan pidió una café negro, algo simple para empezar.

Pasó aún más tiempo, los minutos se acumulaban y ya daban más de las ocho, dilucido que el peliplateado no vendría y que seguramente no vio la nota, de otra manera Peter hubiera estado allí lo más temprano posible. Imaginaba con claridad su rostro jovial y entusiasmado, cómo movía sus labios para pedir un pastel de chocolate, o cómo hacía un puchero al quemarse la legua con su bebida, lo imaginaba como si ya lo hubiera visto, decidió que sí quería verlo.

No se decepcionó totalmente al verse solo en la cita, lo vio como una oportunidad de seguir pensando, era lo que más necesitaba, o eso creía, él no sabía nada con certeza en ese momento. Por alguna razón le gustaba eso.

Realmente agradeció ese fin de semana.

 […]

Peter tenía un diario, tan cursi como sonaba, él tenía un diario, lo había tenido desde los 16 años en realidad jamás apuntaba nada, nunca ha llenado siquiera un par de hojas, pero lo atesoraba como una reliquia, “Sentimental”, pensó.

Ese día decidió que debía apuntar algo.

Cosas que debo hacer para ser mejor:

*        Ir a todas mis clases.

*        Tomar mis pastillas.

*        Hablar con Eri… Papá, hablar con papá.

*        Abrazar a papá.

*        Hablar con Logan.

*        Besar a Logan.

*        No ser tan yo.

*        Ser más yo.

*        Descubrir quién carajos es «yo».

Parecía tan sencillo, deseo que de verdad fuera así.

Quizá era él quien lo complicaba tanto.

[…]

Ya era lunes, un aburrido, monótono y fastidioso lunes. Logan no pisó la Mansión en todo el fin de semana, hubo un peliplateado que extraño su presencia. Peter fue con Hank para que le diera las benditas pastillas que lo ayudarían con su ansiedad, rogó porque sirvieran de algo. El mundo siguió girando y era medianamente bueno, todos estaban felices con eso.

El mayor debía dar clases, el menor debía asistir a ellas. Ambos hicieron eso. Ambos se vieron, y tenían las mismas ganas de hablarse el uno al otro. Sólo tenían que esperar al receso, sólo esperar.

Como si fuera tan fácil.

[…]

Ya había llegado la tan ansiada hora del receso, el merecido descanso para los alumnos y profesores. Peter corrió por la Mansión, estaba emocionado, ya quería ver a Logan, quería hacerle muchas preguntas, quería hablar con él, quería hablar del sol, de la comida, de los libros, de la historia, de por qué lo había dejado solo todo el fin de semana. Formó una mueca al recordar lo último. Realmente quería preguntar eso último.

Peter rebuscó por los jardines de la Mansión, sabía que el mayor disfrutaba del aire libre, mucho más que la asfixiante sala de maestros, en cierta parte eran muy parecidos en eso, ambos anhelaban y disfrutaban la libertad. Aunque caminar por los jardines tampoco era de su agrado, ligeramente paradójico, quizá.

Cuando encontró al castaño, no pudo evitar consternarse enormemente. Logan, el fiero Wolverine, estaba tranquilamente sentado en una banca, dándole la espalda a un estanque, mirando directamente a un par de rosales y matorrales con flores llamado jardín, contemplando la simple belleza de éste. Si bien eso era normal, lo insólito fue que él tenía unas flores, él tenía un ramo de flores.

El corazón del menor latía desenfrenado al pensar que aquello era para él, unas flores para él, un regalo. No puedo contener su euforia y corrió en dirección al mayor, llegando en menos de un segundo, literalmente.

Logan no se sorprendió ante la llegada abrupta y rápida del menor, simplemente sonrió y se recorrió un poco en la banca para darle un lugar a Peter, lo estaba invitando a sentarse. El peliplateado puso toda su fuerza para reprimir su emoción, aún así su entusiasmo era palpable en el ambiente.

Cuando el menor se sentó el castaño le extendió el ramo, no dijo palabra, sólo lo miró y le dio las flores, Peter las tomó y aspiró el dulce aroma que desprendían, replicó un “¡Gracias!” Con fuerza, y una sonrisa muy amplia, sentía sus labios adoloridos por tanto sonreír, su rostro se sentía caliente y sabía de sobra que estaba sonrojado.

Él no esperó el beso. La mano del mayor sujetándolo del rostro, juntando sus labios sin permiso. Peter correspondió después de un segundo de sorpresa, de algo servía pensar tan rápido. Sus labios torpes seguían el compás habilidoso que demostraba el mayor, era tan dulce y tan fuerte a la vez, la perfecta amalgama de contrarios.

Y ahí estaban besándose en una de las bancas del jardín, en pleno día, en público, sin censura y sin restricciones, eran tan libres que le daba miedo y era tan real que le dolía.

Ambos estaban tan completos con la compañía del contrario que no les importó el miedo o el dolor. Ambos estuvieron muy bien con eso.

[…]

Era de temprano en un perfecto y radiante sábado, o quizá sólo Peter lo veía perfecto y radiante. El menor estaba con una sonrisa dibujada en su rostro y un aire juguetón que parecía estar muy activo ese día. Logan no puedo evitar notar el excelente humor que su pareja tenía. Sonrió por inercia ante la imagen tierna del menor.

Se acercó hacia él y le plantó un pequeño beso en sus labios, fue corto y casto, pero logró sonrosar un poco al peliplateado. Ninguno de los dos pudo soportar la sonrisita traviesa que por alguna razón nació en sus rostros.

-¿Por qué estás de tan buen humor?- Interrogó el mayor, mientras se servía una taza de café, ésta acción no fue ignorada por su pareja.

-No lo sé, simplemente estoy feliz- Explicó sin argumentar mucho, esperó unos segundos para olfatear el aire y llenar sus pulmones con el olor placentero que tenía el café. Lástima que él no debía tomar café.

-¿Quieres un poco?- Le ofreció su pareja al compadecerse de la imagen del menor. Este por su parte negó con la cabeza de una manera tierna. Logan se preguntó por qué todo lo que hacía el menor le parecía tierno.

-No debo, pero hay otra cosa que quiero…- Logan escuchó la frase y de inmediato pensó que el menor lo besaría o abrazaría, pero no fue así. En un segundo, una estela y una gran corriente de aire lleno la cocina. Cuando el menor paró de correr Logan vio lo que sus manos cargaban, sonrió con libertad ante la imagen de su pareja.

-Tenemos lo necesario para hacer hot cakes- Exclamó con entusiasmo y con una gran sonrisa plasmada en su rostro, dejo todos los ingredientes en la mesa y se fue a rebuscar en la alacena un bol lo suficientemente grande.  

-¡A desayunar!- Gritó, y estuvo a punto de ponerse en acción para preparar la mezcla, pero algo, o alguien lo detuvo.

Cuando giró su rostro para ver al mayor no espero ver su rostro con una sonrisa tan jovial. El mayor lo sujeto de la cintura y le dio un ligero beso en la frente, no evitó presionarlo tenuemente contra su pecho, restregó ligeramente su rostro contra el menor, no le importó parecer un cachorro. “Eres muy tierno” Susurró contra su oído. Peter se sonrojo un poco.

-Tú pareces un lobo- Afirmó el menor. Logan gruñó juguetón y le dio un beso en la mejilla.

-Vamos a hacer tu hot cakes- Declaró Logan. Peter sonrió por esto.

[…]

 Peter estaba feliz con su relación con Logan, Logan estaba feliz con su relación con Peter, Ororo estaba feliz por ver a su amigo feliz, Charles estaba feliz por ver a sus alumnos felices. Todo el mundo parecía estar de acuerdo. Todo el mundo excepto Erik.

Apenas un día después de hacer su relación “Semipública”, el Amo del Magnetismo mostró su inconformidad y molestia, de una manera poco o nada sutil.

La pareja se encontraba sentada en el sofá, en una de las muchas salas que había en la Mansión. Era agradable pasar tiempo el uno al otro, aún cuando el menor no parará de hablar ni un segundo, de cierta forma esto le gusta a Logan, la efusividad y energía que el menor irradiaba. Curiosamente era el mismo lugar donde habían pasado mucho tiempo juntos cuando Peter tenía el fastidioso yeso. Y como ya antes había pasado, cierto mutante interrumpió su calma.

 -¡¿Qué intenciones tienes con mi hijo, malnacido?!- Espetó abrupto y con un odio e ira palpable. Magneto no tuvo que preocuparse por las garras de Adamantium que nacían entre los nudillos del contrario, eran simple metal, tan controlables como sus pensamientos quisieran.

-Yo sólo quiero estar con su hijo, no tengo malas intenciones- Replicó con dificultad, Logan se encontraba paralizado por los poderes de Magneto, aún con esto su expresión  no tenía atisbo de miedo.   

-¡Mientes! Vil y sucio…-

-¡Erik!- Gritó una voz más juvenil, Peter se encontraba asustado y consternado por la situación, pero el semblante amenazante de ambos mayores lo hizo reaccionar. Con rapidez, uso su cuerpo como escudo enfrente de Logan, el mayor debatió con preocupación, pero Peter decidió ignorar sus quejas.

-¡Déjalo, lo lástimas!- Rogó el menor, usando su fuerza para bajar el brazo extendido de su padre, en un vano intento de detener su manipulación. Erik bufó inconforme y frustrado, pero antes las suplicas del menor dejó de aplicar fuerza sobre el esqueleto metálico de Logan.

-Estás equivocado si crees que te dejaré estar cerca de este malnacido- Profirió, para después tomar a Peter de los hombros para guiarlo detrás suyo, en una pose protectora. El menor se removió bajo el toqué del mayor y gritó “¡No!”, Logan reaccionó por instinto ante el grito de su pareja, saltando hacia el cuerpo de Erik, listo para atacar si parecía necesario. 

 El mayor reaccionó, y con una mano manipuló el adamantium que se encontraba en el cuerpo de Logan  para mandarlo volando a una pared, impactando con fuerza sobre esta, sin poder mover su cuerpo.

Logan se quedo incrustado en la pared gracias a Magneto, Peter no podía estar más preocupado por su pareja, así que vibró hasta que logró zafarse del agarré fuerte que ejercía su padre. En un segundo llegó a donde estaba Logan.

-¡No te le acerques!- Demandó con fiereza, pero el velocista ignoró su petición, y se apresuró en rebuscar con la mirada alguna herida grave sobre el cuerpo de su pareja. Erik alzó su mano, con los ojos hirviendo en odio, lentamente comenzó a cerrar su puño, Logan gritó de dolor ante esto, verdaderos aullidos y alaridos de aflicción. Peter jadeo con miedo y desesperación, sin permiso cuantiosas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, resbalándose con rapidez por su rojizo rostro.

Los tres sabían qué pasaría cuando Magneto cerrará su puño. Los sollozos del menor no fueron suficiente para calmar la furia de Erik, quien sólo brindó una expresión de preocupación, siguiendo con la tortura hacia Logan.    

Hasta que una conocida voz hizo presencia en su mente “¡Erik, no!” Gritó ésta, con el mismo desespero que Peter. Magneto cerró los ojos con fuerza y se llevó ambas manos a la cabeza, dejando libre al castaño. “No lo hagas, piensa en Peter” Siguió hablando la voz, Erik deseó tener su casco.

Peter abrazó a su pareja con preocupación, sintiendo calma sólo entre sus brazos. Logan lo apretó con ligera fuerza contra su pecho, quizá por el deseo inconsciente de mantenerlo seguro, o por el deseo consciente de tenerlo cerca.  

Charles hizo acto de presencia, después Magneto abrió los ojos para mirarlo. Se tranquilizó un poco. El profesor tenía un ceño fruncido con preocupación, sabía muy bien lo que estaba pensando su compañero,  no le gustaba en lo absoluto.

-¿En qué estabas pensando, Erik?- Cuestionó Charles, con una visible preocupación. El acusado lo miró receloso y molesto, no se digno en disculparse, pero sí en darle una contestación- ¡No voy a permitir que ese malnacido este cerca de Peter! ¡No sé qué intenciones tiene con él!- Su tono estaba inundado con una aura celosa y hostil. Charles no se sorprendió realmente ante esto.

-Peter ya es mayor, y sabe lo que quiere, no puedes entrometerte en sus asuntos, Erik. Déjalo ser feliz al lado de quien quiera- Lo escarmentó, el aludido vaciló un poco y soltó otro par de comentarios antes de asentir de mala gana con su cabeza.

-Tú y yo tendremos una charla sobre eso después- Advirtió el profesor hacia su compañero, Erik por su parte fingió indiferencia- Ahora, debes disculparte con Peter y Logan- Magneto se mostró incrédulo y molesto ante esto, pero el ceño serio que el contrario le mostró no le dio tiempo de titubear o rebatir.

-Está bien- Se rindió, para después girar su cuerpo hacia donde estaba la pareja- Lo lamento, quizá me deje llevar un poco. Eso no significa que no te estaré vigilando- Comentó eso último con un aire amenazante. Peter y Logan simplemente asintieron, un poco cansados de la situación.

Dos meses después.

Peter se removió entre sus sábanas sin abrir los ojos. La necesidad desesperante de usar el baño lo había despertado más de tres veces esa misma noche, gimió cansado y exasperado.

Su sueño había sido perturbado tantas veces que se esfumó poco a poco, dejando al peliplateado un ligero insomnio, quería dormir de nuevo, pero su cuerpo no, aferrándose al capricho de mantenerse despierto a pesar del cansancio que lo inundaba.

 Abrió los ojos en la plena oscuridad de su habitación, su visión no era la mejor y apenas podía distinguir algunos detalles, pero fue lo suficiente como animarlo a desfilar por el cuarto hasta llegar a la puerta principal de ésta.

Al abrir su puerta, sintió la luz tenue del pasillo impactar contra su pupila, obligándolo a cerrar los ojos ante la molestia, tuvo que parpadear varias veces para acostumbrarse a dicha luz, después de eso tomó camino hacia la habitación de su pareja.

Decidió que no quería correr, decidió, pensó que podría chocar con algún otro alumno que también se encontrará despierto y tuviera la mala fortuna de encontrarse, absolutamente no era porque su cuerpo estaba cansado y fatigado, o porque nuevamente tenía ganar de orinar, absolutamente no era eso.

El trayecto no le pareció del todo largo, sólo, quizá, un poco tétrico debido al ambiente frío y sombrío de la Mansión, no quería admitir que su cuerpo temblaba gracias a su aprensión y no a la temperatura helada de los pasillos. Cuando al fin llego procuró que el impactó de sus nudillos contra la madera fuera lo menos ruidosa posible, solo lo justo y necesario para alertar al mayor de su presencia, a pesar de ello, él mismo sintió como si sus golpes retumbaron a lo ancho y largo del pasillo.

Cuando el mayor al fin abrió la puerta, su ceño fruncido mostró su cansancio, y a pesar de la somnolencia que portaba, se esforzó para brindarle una sonrisa pequeña a su pareja.

-Peter- Susurró- ¿Qué haces aquí? ¿No puedes dormir?- Dilucidó, dejando su duda al aire mientras él se abría espacio para dejar pasar al menor, quien le sonrió como agradecimiento y entro en la habitación del mayor.

-Sí, no pude dormir- Contestó, aún sin saber muy bien el por qué había ido a esa habitación.

-¿Pesadilla?-

-Mmm, no, de hecho es sólo un poco de insomnio, mi cuerpo no me ha dejado dormir en toda la noche- Se excusó. Lentamente y con curiosidad pasó sus ojos por todo el cuarto, examinando todo con ahínco, como si fuese la primera vez- Y bien, ¿Puedo quedarme a dormir aquí? Sólo será esta noche, si te molesto podr…- El mayor no dejo que continuará su frase, y se atrevió a interrumpirlo  con un “Está bien, Peter, claro que puedes quedarte aquí” Y un asentimiento afirmativo.        

El menor se subió a la cama, era igual de suave a como la recordaba, las sabanas tenían el inconfundible y embriagante aroma de Logan, estaba impregnada de esa esencia natural y silvestre que siempre lo acompañaba.

Sin pedir permiso acaparó casi por completo las sábanas para enrollarse con ellas. En un esfuerzo para disminuir el frío que subía por su columna y hacía temblar ligeramente su labio. Logan lo miró con una mueca divertida, para después negar con la cabeza, escondiendo una pequeña sonrisa de sus labios.

Cuando el cuerpo del mayor se introdujo con lentitud en la cama, Peter se removió para brindarle un pedazo de tela y abrigar su cuerpo con un abrazo tenue. El peliplateado apoyó su cabeza contra el pecho de Logan, quien no protestó y decidió cruzar su brazo por debajo del cuerpo del menor, atrapando casi sin fuerza su cintura. Después de algunos minutos, ambos se encontraban dormidos de nueva cuenta.

[…]

Logan abrió lentamente sus ojos, despertando del trance cautivador que le brindaba su plácido sueño. Lentamente se conectaba al mundo consciente, hasta que en cierto punto de su despertar notó la falta de compañía, con descuido tanteo el resto de la cama buscando el cuerpo con el cual se suponía compartía el lecho.

La lentitud que su estar somnoliento se vio atacada por la preocupación que de golpe inundó sus pensamientos. El ruido fuerte de arcadas era la fuente de su preocupación, internamente se preguntó cómo es que no lo escuchó antes con tanta claridad. Sin pensar se acerco con presteza al cuarto de baño, donde él suponía venía el ruido.

Empujó la puerta para aventurarse dentro de la habitación, rápidamente captó la imagen de su pareja postrado en cuclillas frente el inodoro, con la cabeza por encima de la taza y sus manos apoyadas con desesperación en las orillas de ésta. El mayor no pudo evitar notar cómo Peter parecía devolver toda la comida del mes, literalmente, no creía posible que esa cantidad de alimento pudiera haber sido ingerido o soportado por el menor.

Se abstuvo de preguntar algo como “¿Estás bien?” o “¿Te sientes mal?”, porque tenía la suficiente inteligencia para saber que no estaba para nada bien. Quizá Peter agradeció un poco esto. Pero no se mantuvo inmutable ante la situación, se acercó a su pareja, sabía que no podía hacer nada para ayudar en ese momento, así que sólo acarició lenta y dulcemente su espalda, intentando ser lo más reconfortante que podía.

Pasaron unos minutos que parecían interminables hasta que el menor dejó de volcar alimento dentro de la taza. Las arcadas y los espasmos habían cesado poco a poco hasta desaparecer, y ya no derramaba lágrima alguna, Logan se fijó en esto y se apresuró a preguntar “¿Quieres un vaso con agua?” El menor se encontraba un poco afectado todavía, pero se esforzó para articular un “Sí”, su voz de escuchó terriblemente rasposa y claramente dañada. Ambos sabían que no podía decir más palabras en ese momento, así que Logan se disculpó un momento para salir, a por el deseado vaso con agua.

Durante los minutos de su ausencia, Peter intentó limpiar su rostro para eliminar las gotas de lágrimas que se habían secado en sus mejillas y cerca de sus ojos, también aprovechó para lavarse un poco la boca con agua. Justó cuando iba a usar el enjuague bucal para deshacerse del sabor desagradable de su boca, el mayor interrumpió con el vaso de agua.

No sabía cuánta sed tenía hasta que tomó todo el vaso en segundos, jadeo necesitado de más agua, pero desistió de pedir más. Después de eso enjuagó más su boca, hasta que se sintió lo suficientemente limpio.

-Debes ir al médico, estás enfermo, Peter- Manifestó el castaño, casi como si fuese un decreto o una orden. Peter contuvo sus ganas de entornar los ojos con hastío, pero no pudo contener el puchero que dibujaba su rostro.

-No lo estoy-Afirmó- Sólo comí algo en mal estado o alguna cosa así- Argumentó en su defensa, sonando más como una excusa que otra cosa.

Logan le dio una mirada, Peter odiaba esa mirada, reflejaba tanta certeza y seguridad, que parecía que gritaba un “Sé más que tú, niño tonto”, quizá sí era verdad, pero no perdonaba el desdén involuntario que también mostraba.  

-Al menos deberías tomar una pastilla- Comentó el castaño, casi parecía más una petición que una orden.

-No creo que las pastillas normales me hagan efecto- Señaló Peter, después de unos segundos recordó de pronto el pequeño asunto de su propio medicamento para la ansiedad.

Formó una mueca de descontentó, pero no pudo más que encogerse de hombros, resignado. Logan miró estás expresiones y no tardó  en dilucidar cuál era el detonante de la expresión del menor.

-Me debo ir, tengo que tomar mis pastillas- Logan asintió disconforme, pero después sonrió con cierta dulzura a su pareja.  Antes de que el menor se fuera, lo sujetó de la cintura y le plantó un pequeño y esperado beso en sus labios, Peter sonrió cual colegial después de eso.

-Al menos prométeme que irás con Hank- Susurró a centímetros de sus labios, con un aire tan seductor que el menor sólo pudo asentir hipnotizado. “Sólo si me vuelves a besar”, normalizó el peliplateado, no esperó mucho para que otro beso se plantara en sus labios.   

[…]

Peter no tardó mucho para llegar a su habitación, tampoco tardo demasiado para encontrar en frasco con las pastillas que debía tomar. Aprovechó eso para saciar la sed que antes no fue atendida.

Peter se recostó en su propia cama, no pensaba dormir, tenía un ligero dolor de cabeza que se lo impedía, además de una sensación tenue de malestar y bochorno en su estómago. No supo que tenía su rostro tenso hasta que sus músculos cedieron y obligaron a relajar sus facciones. Suspiró cansado. Cansado. Esa era su nueva palabra.

Llevo ambas manos hacia su estómago, se sintió tan extraño. Todo estaba tan fuera de lugar, o quizá simplemente era él quien estaba fuera de lugar. Movió su lengua dentro de su boca, sus sentidos estaban fatigados al igual que él, odió el sabor molesto y poco agradable que no se borraba de su boca, odió el tintineó continuó y tortuoso que captaban sus oídos, odió el olor irritante que no dejaba su nariz, y sobre todo odió a su cuerpo por no ser capaz de soportarlos.

Agitó su cabeza para alejar sus pensamientos, quería estar en blanco, quería que su cerebro se apagara tanto como lo estaba su cuerpo, pero al parecer su mente estaba muy ocupada catando cada insignificante aroma, sabor o sonido a su alrededor como para aceptar sus demandas.

Un jadeo de escapó de sus labios, el dolor de cabeza se acrecentó y sintió cómo toda la habitación giraba errática entorno a él. La oleada de nauseas no se hizo esperar, su boca se lleno con saliva casi liquida y de sabor amargo. No pudo abrir los ojos, se obligó a correr a ciegas hasta el baño. Devolvió todo lo que su vació estómago retenía, se sorprendió a sí mismo por la tardanza de eso, ni siquiera sabía que podía vomitar con el estómago sin nada.

Dos veces en un día, él bien sabía que no iba a ser la última de ese día. Se enjuagó, de nuevo, lloriqueó exhausto con la cabeza gacha, no tenía fuerzas para levantarla y aceptar la imagen demacrada que reflejaba en espejo. Demacrado, suena mejor que cansado.

Se incorporó de modo que pudiese caminar sin flaquear sus piernas, agradeció en sus adentros poder mantenerse erguido. Su cabeza aún daba vueltas, su estómago escocía y sentía calambres en la parte baja de su vientre. Mátenme, pensó, obviamente se arrepintió después, cuando su visión se vio atacada por sombras oscuras y sintió cómo el equilibrio abandonaba su cuerpo. Sus ojos se llenaron de un profundo y frío negro, su corazón se encogió con miedo y latió con tanta fuerza como se permitía, pudo sentir la adrenalina correr por sus venas.

Hizo lo que sabía hacer, corrió, más inconsciente que consciente, lo último que vio fue el rostro estático de su amiga.

Todo se apago.

[…]

La luz golpeó su retina, dolía. El aroma a medicina le quemó la nariz. La sensación de asco de su boca casi le provoca una arcada. Todo a su alrededor se escuchaba como estática, veía las sobras, sabía que gritaban, podía sentir la tensión.

Se esclareció todo, poco a poco de dio forma a las sombras y claridad a los sonidos. Logan, él estaba allí, vio su rostro tenso, distinguió el olor de su colonia y el sonido grueso de su voz. Erik, también tomaba presencia junto a él, sus ojos resaltaban sobre toda su figura, el aura que lo rodeaba con recelo, pudo sentir cómo el metal de la camilla se movía un poco, lo pudo sentir a él.

No sabía por qué discutían, su cuerpo no parecía hacerle caso a sus deseos de intervenir, se sintió mal de nuevo. Comenzó a temblar, las imágenes se hacían más y más lentas, ahora casi eran estáticas, inmóviles, como una fotografía que captaba la esencia del paisaje, él era la cámara.  

Su cuerpo flaqueó, la vibración enérgica y rápida de su cuerpo se convirtió lentamente en un temblor suave, lo suficiente para permitir la resolución normal de su entorno. Ahora todos lo miraban  a él. 

-¿Peter?- Una voz distante le hablaba, era fuerte, se escuchaba como un paradójico susurro por lo alto. Todos movían sus labios, no sabía de quien venía el sonido.

-Estás… Llevaremos… Hospital… Doctora Ceci… Mutantes…- Alguien le hablaba, pero Peter estaba demasiado ocupado luchando con la inconsciencia, sus oídos no se molestaron el escuchar toda la frase, quizá no podían hacerlo. Su mente pudo procesar apenas unas palabras antes de rendirse.

Y la oscuridad lo invadió de nuevo.

[…]

Se levantó, no de manera lenta, él era demasiado rápido. Su corazón latía errático, y no tuvo tiempo de procesar lo que pasaba, sus ojos parpadearon miles de veces tratando de enfocar a los objetos a su alrededor, la luz blanca y penetrante no era de ayuda. Después de segundos se percibió con claridad y un poco más de calma en su alrededor.

Estaba en un hospital.

Tembló de manera involuntaria, no le agradaban del todo esos lugares. Supo de inmediato que no era ningún lugar de la Mansión, se veía todo tan pulcro y blanco, tanto que lastimaban sus retinas.

No sabía que estaba jadeando hasta que una voz lo llamo a serenarse. “Está bien niño, cálmate” Esa voz, la reconocía perfectamente, giró su rostro hacia el lugar del llamado. Suspiró casi feliz cuando vio a Logan ahí, el mayor tenía el rostro marcado por la preocupación, sus facciones se relajaron un poco al captar la imagen de su pareja en un estado consciente.

-¿Dónde estoy?- Fue lo primero que pudo formular, su voz aún se sentía rasposa y débil, intentó tragar saliva para humedecer su garganta, pero su boca estaba seca. Una mueca de descontento de dibujo en su rostro.

-Estamos en un “Hospital” para mutantes en Salem Center- Respondió el castaño, su tono no delataba mucha seguridad. Peter parpadeó intentando procesar la información dada, recordó algo sobre hospitales y doctoras que había escuchado antes de desmayarse.

-¿H-Hospital?- Interrogó en voz alta, realmente fue lo primero que su boca pudo articular. 

-Hospital- Confirmó Logan- En Salem Center, con la Doctora Cecilia Reyes, una mutante- La información ayudó un poco a Peter a esclarecer su mente y saber dónde estaba. Después de unos segundos intentó decir unas palabras, pero nada salió de su boca y se obligó a cerrarla inconforme. Supo que el mayor se rió un poco de eso.

-Quizás estés un poco mareado o lento. La doctora nos dijo que era normal debido a tus síntomas- El mayor intentó crear algún tipo de conversación, pero su comentario hizo que una duda naciera de los labios de Peter.

-¿Ya saben qué tengo?- Preguntó, de manera casi instintiva un nudo de preocupación creció en su estómago, apenas con eso le prestó atención al dolor similar a un calambre que se formaba en la parte baja de su vientre. Se llevó una mano al lugar adolorido intentando sosegar el dolor con un débil masaje, esto no paso desapercibido por el mayor.

-Todavía no. Saber todos los síntomas ayudarían con el diagnostico- Respondió, con un tono tan suave que casi rozaba lo reconfortante.

Como si alguien la hubiese invocado, una figura femenina irrumpe ron rapidez dentro de la habitación, Peter se tensó un poco por el susto, no lo suficiente para hacerlo notar, pero sí para dejar su corazón a paso rápido. Logan no reaccionó en lo absoluto, como si hubiera sabido en qué momento exacto llegaría.

-Hola… ¿Peter?- Saludo dudosa mientras hojeaba unos papeles que estaban en sus manos- Sí, Peter. Soy la Doctora Cecilia Reyes, soy la doctora que se encargara de ti, ¿Está bien?- El peliplateado asintió hacia la joven morena y en cierto punto de la larga frase le devolvió el saludo con un tenue “Hola”.

-Mandamos hacerte pruebas de sangre para averiguar qué tienes exactamente, eso tardará un tiempo. Por el momento me gustaría que me platicarás sobre todos los síntomas que has tenido y desde hace cuánto tiempo- Peter estaba tan absortó escuchando a la doctora, que no prestó atención al momento en el cual su pareja se había retirado. No supo qué hacer exactamente después de la explicación de la morena, así que simplemente se aventuró a contar sus síntomas.

-Bueno pues, empezó hace unas semanas. Los primeros días no era casi nada, se sentía como un bochorno, después, al pasar los días el dolor, el hambre, la irritabilidad y el insomnio eran más notables y molestos-La doctora escribía todo sin perder detalle, parecía realmente fascinada- Después empezaron las nauseas y los mareos, generalmente eran en la mañana, pero se extendían casi todo el día- Peter relató esto y por alguna razón se sentía como si confesará un crimen o como si estuviese delatando a alguien.

-Muy bien, Peter. Ahora, ¿Podrías contarme algo de tus poderes?- Dejó su escritura ligeramente aún lado y lo miró fijo, el menor se cohibió un poco por su mirada expectante.

-Soy un velocista. Corro muy, muy rápido, tengo un metabolismo acelerado, pienso muy rápido, tengo mucha fuerza en las piernas y el abdomen, resistencia física, reflejos veloces, básicamente mi cuerpo está preparado para ser rápido en todo sentido. También puedo cambiar mis moléculas para atravesar objetos- Le explicó, intentado no saltar ningún detalle o poder importante.

La doctora asintió mientras apuntaba más en unas hojas, parecía muy entretenida en eso. Cuando su mano dejo de moverse le volvió a mirar, esta vez sin decir nada. Después de unos segundos de examinarlo ligeramente con los ojos abrió la boca con intensiones de hablar -¿No tienes nada más que decirme?-

-No realmente- Respondió el menor con una sonrisa ligeramente tensa, la doctora arqueó ligeramente su ceja pero no dijo nada.

-Mira, Peter- Enunció la morena mientras se quitaba los lentes- Los mutante generalmente creen que son humanos con una mutación y ya. Pero realmente somos una subespecie de los humanos que tiene características diferentes dependiendo de cada mutación, somos únicos de pies a cabeza y nuestra fisiología no tiene porque ser como la humana, aunque de muchas maneras seamos parecidos o compartamos enfermedades y síntomas- Peter comenzó a asustarse un poco con el discurso de la morena, así que simplemente asintió abrumado.

 -¿Por qué me dice eso? ¿Voy a morir o algo así?- Su voz salió más débil y quebradiza de lo que había pensado, se reprimió por eso. En ese momento su corazón latía furioso y no podía regular su respiración, lo asustó pensar que se desmayaría de nuevo.

-Creo que tú estás embarazado- Esas palabras resonaron por toda la mente del menor, la sensación se sintió similar a un golpe en la cabeza, como un fuerte, doloroso y certero golpe de realidad en su cara.        

-Peter estás pálido- Le advirtió la joven con trenzas, el menor por su parte sólo pudo parpadear en un estado muy similar al shock.

-No sabemos con certeza todavía si estás embarazado, los exámenes nos dirán qué es lo que tienes exactamente, sólo te estoy preparando para el posible diagnostico final- Intentó consolarlo, o algo por el estilo. El peliplateado asintió, muy en sus adentros no sabía cómo sentirse ni cómo tomar la noticia. No sabía si estar feliz o triste porque ese no fuese el resultado final. No sabía qué hacer si era verdad, ni qué hacer si no lo era. No sabía nada.

Sólo quería llorar.

[…]

-Peter- Una voz gruesa y conocida llamó la tención del aludido. Peter giró su cabeza y buscó con la mirada al ser al cual pertenecía la voz. Cuando la imagen de Erik se mostro ante él no pudo evitar el ligero nudo en su estómago, al igual que el golpeteo enérgico en su pecho.

-Papá…- Su voz no demostraba la efusividad ni la energía de siempre, trató vagamente de estudiar el rostro casi inescrutable que portaba el mayor.

-Nos asustaste niño. Por un momento de verdad pensé que te perdería- El corazón del peliplateado flaqueó al escuchar las palabras sinceras y aparentemente preocupadas de su padre. Se sintió aliviado al no percibir ira o enojo. Sin esperarlo, unos grandes brazos lo rodearon en un abrazo cálido y familiar, la sensación tibia y amena se sintió tan reconfortante que hizo chistar con fastidio a Peter una vez se acabó el abrazo. De verdad había amado ese abrazo. Amó sentirse amado.

-No quiero perderte- El lastimero susurro salió con voz cortada y frágil, el ambiente melancólico inundo de sentimientos encontrados al menor, quien ya no pudo retener las lágrimas que corrían de sus ojos. La imagen sufrida y preocupada que mostraba Erik era devastadora, ambos cuerpos añoraban el sentimiento acogedor y comprensivo del amor. Ninguno pudo evitar las lágrimas.

Los dos se miraron mutuamente, sus ojos chocaron con los del otro, afinando los sentimientos que compartían. Ambos leyeron lo mismo en el contrario, “Amor” estaba incrustado en cada centímetro de sus ojos. Los dos se dijeron “Te amo” sin mover los labios.

[…]

-Oh, Peter- Una voz conocida y con tono confortable interrumpió la meditación del peliplateado. El aludido no tuvo que esperar demasiado para obtener una serie de frases reconfortantes y miradas preocupadas.

-Hola, Profesor- Saludó el menor con mejor ánimo, dejando salir un par de sonrisas por el ambiente cálido que irradiaba el contrario.

-Te ves mucho mejor, Peter. Me alegra tanto que estés despierto, nos asustaste con los desmayos- Comentó con el mejor de los tonos, mientras veía al menor con una sonrisa amena, Peter aún con su estado no pudo evitar o camuflar el sonrojo tenue que coloró sus mejillas.

-No me lo recuerde- Agregó juguetón, siguiendo la plática con su tutor.

 Peter siguió conversando de la mejor manera con el Profesor, no le importó el ligero ambiente tenso que la habitación cargaba gracias a la presencia de Loga y de Erik simultáneamente. También intentó ignorar las posibles miradas fulminantes y retadoras que compartían.

En algún momento del día, la figura de su doctora hizo presencia de nuevo en la habitación, dejando a todos con la mirada expectante ante su esperada aparición. La doctora cargaba con unas hojas las cuales releía y hojeaba con ahínco. Peter sintió cómo su corazón se detenía un segundo al recordar la plática con la morena, la ansiedad lo carcomía lentamente y su cuerpo se sentía ajeno a la situación en sí. Realmente quería escuchar lo que la doctora tenía que decir. 

-Tengo los resultados de tus pruebas de sangre. Tienes niveles altos de la hormona gonadotropina coriónica, estrógenos y progesterona. Estas son, básicamente, hormonas del embarazo- Toda la habitación estaba en completo silencio cuando la doctora dejo de hablar, así que ella prosiguió  con el diagnostico- Peter, estás embarazado. Tu mutación no está ligada solamente a la supervelocidad, tienes ciertos dones fértiles como mutación secundaria- En ese momento todo el metal de la habitación comenzó a vibrar. Peter comenzó a vibrar. Logan tenía una expresión casi incrédula en el rostro, su ceño era difícil de descifrar. El Profesor, en cambio, tenía una plácida sonrisa dibujada en su rostro.

-Embarazado- Dijo Erik. Su voz era inescrutable, el peliplateado realmente quería encontrar alguna muestra de enojo,  incredulidad, sorpresa, felicidad, de lo que sea, pero no había nada de eso en su voz.

-Embarazado- Repitió Peter. Su cuerpo estaba tan cerca de un colapso que optó por calmarse inconscientemente, dejo de pensar tan rápido, pues sabía que aún con esto no podría asimilar la información.

-Embarazado- La voz de Logan sonó segundos después que la de su pareja. Su tono era casi tan insondable como el de Erik. Pero parecía que Logan mostraba más sorpresa.

-Tiene alrededor de un mes y unas semanas, todavía hay opciones si deseas no mantenerlo. De lo contrario, si tu decisión es concreta y decides conservarlo, deberás comenzar a tomar vitaminas y dejarás totalmente los ansiolíticos- Comentó la joven doctora, sus palabras interrumpieron en el shock colectivo que todos en la habitación sufrían. Ninguno dejaba su papel aletargado, Peter sólo asintió sin comprender, él no comprendía nada.

-Los voy a dejar para que piensen- Como advirtió, la doctora abandonó la sala en segundos.

Peter miró a Logan. Peter miró a Erik. Estaba en medio de una encrucijada que todavía no detonaba, pero estaba seguro que no faltaban muchos segundos para que lo hiciera.

-¿Vas a tenerlo?- Hablaron ambos castaños mayores al perfecto unísono. Sus tonos eran notablemente contrastantes, Logan se mostraba sorprendido y al parecer sobrexcitado por las emociones, Erik habló más adusto y con tono grave. El peliplateado no supo qué se supone debía contestar.

-Yo… No lo sé- Explicó para sí, se sentía fuera de lugar en ese momento, por instinto llevo sus manos a su abdomen, no pudo dilucidar qué significaba la sensación tibia en su pecho ni el hormigueo de su cuerpo, era similar a la ansiedad, pero tenía un dije placentero, por así decirlo.

-Deberías considerar abortarlo- Se escuchó la voz de Magneto, era fría, estoica, parecía como si encubriese otro sentimiento con fingida mesura sobria.  

-Tú no vas a decirle qué hacer- Fue la contestación en defensa de su pareja. Sus palabras sonaban beligerantes, su hostilidad hacía parecer que gruñía, quizá sí lo estaba haciendo.

-Yo soy su padre, puedo decirle qué hacer. No pienso permitir que cometa el error de tener a la creatura de una bestia como tú- La tranquilidad fría de Erik se convertía rápidamente en comentarios igual de hostiles y con oír molesto.

-Padre que jamás estuvo con él, tú lazo de sangre no te hace mejor para él que yo- Continuó con la disputa, el ambiente era tan tenso que se podría cortar con unas tijeras, estaba alterando ligeramente al cuerpo cansado del menor.

-¿Podrían guardar silencio?- En ese momento, Peter no supo decir si era su voz la que hablaba o la de alguien más, realmente no importaba mucho, la concisión y seriedad fueron los relevantes para callar a ambos castaños y darle un poco de paz al peliplateado.

Erik y Charles se dieron unas miradas, Peter no necesitaba estar del todo consciente o funcional para saber el significado de esas expresiones faciales, sabía de sobra que hablaban justo en ese momento, Logan también pareció notarlo.

Después de segundos de un tenso silencio ambos tutores se marcharon, aún con la mueca de descontento que Erik portaba. Ellos dos hablarían mucho, Peter sabía que así sería y se alegró un poco con eso, sabía  que el Profesor estaba de su lado, aunque ni él mismo sabía con certeza de qué lado estaba, o siquiera qué lados había.

-¿Entonces?- La única voz de la habitación a excepción de la suya habló de nuevo, haciendo temblar con ansiedad al menor. “Entonces” Repitió el Peter. 

Peter ignoraba el hecho de que sus dos manos aún cubrían con recelo su estómago apenas hinchado, apenas lo notó cuando bajo la miraba a su torso hacia su vientre. La balanza se inclinó en la cabeza del menor.

-Yo quiero conservarlo, creo, no lo sé- En verdad él no sabía nada. Su voz era titubeante y baja, como si alguien le estuviera apuntando con un arma y su cuerpo estuviera inundado con miedo. Realmente sí estaba llenó de miedo. Desconcierto, sorpresa, temor, pánico, su mente no recordaba más sinónimos para describir lo que sentía y lo que pasaba por su mente.

-Yo entiendo si t-tú no quieres hacerte cargo, o s-sí prefieres dejarme, p-pero y-yo creo que q-quiero te-tenerlo- Su tono se cortaba más y más a como avanzaba la frase, tuvo miedo de dejar de hablar, pues sabía que rompería en llanto en cuanto las palabras abandonaran su boca. No se equivocó. El líquido salino empezó brotar de sus ojos y a correr libres por sus mejillas, intentó con todas sus fuerzas no gemir o jadear lastimero, pero fracaso y ahora su pecho subía y bajaba a la par de sus sollozos.

-Los niños jamás estuvieron en mis planes, Peter- “Él realmente deseo poder sentir indiferencia” pero la sensación de calor en su pecho la conocía muy bien: Era amor. El más puro sentimiento de amor, tan completo como jamás pensó que podría tenerlo. El menor lo hacía sentir completo, aún cuando él creía que sólo podría brindar un sentimiento roto de cariño.

Supo que el peliplateado le había enseñado algo, pero sólo en ese momento esclareció el qué era: Le había enseñado a amar de nuevo, su amor ya no era incompleto. Y allí, sin saber cómo, su mano tentó con delicadeza en abdomen del menor, sintió que algo en su pecho se volcaba y se le iba el aire. Sonrió, sonrió y vio a Peter, con ese ceño indescifrable de angustia, sorpresa y algo más.  

-Pero yo quiero tener a este niño contigo- Su cuerpo jamás sintió tanta serenidad como en ese momento, estaba decidido a aceptar el amor ese amor desinteresado y puro que le ofrecía el menor. Y él estaba más que dispuesto a entregar todo lo que tenía para complacer la demanda de cariño que el menor le exigía.

Estaba dispuesto a aceptar y dar. Y no se sintió egoísta por eso.

-¿Hablas en serio?- La voz cortada sonó tan esperanzada que enterneció al mayor. Giró su vista hacia los ojos abiertos y con tonalidad rojiza irritada del menor, no pudo sentirse más seguro de sus palabras.

-Claro que hablo en serio, Peter. Yo quiero cuidarte, y cuidar al bebé que viene en camino- Los ojos de Peter brillaron con lo que parecía ser una amalgama de amor y esperanza ante el tono cálido y seguro del mayor.

-¿Y sabes por qué, Peter?- Interrogó, Peter lo miró con un ceño entre dudoso y ansioso por la respuesta- Porque tú y ese bebé son lo que más quiero en este mundo- Esas palabras llenaron de un sentimiento indescriptible al menor, su corazón latía tan rápido en un buen sentido y sus mejillas se tornaron rojizas.

No pudo soportar las ganas de acercarse al mayor. Jaló ligeramente su brazo para impulsar el cuerpo de Logan hacia el suyo, hasta que sus rostros estuvieron a centímetros uno del otro, ambos compartieron la misma mirada dulce e ilusionada antes de juntar sus labios en un tierno y casto beso. Ninguno pudo describir la sensación de plenitud que compartían ante el tacto tenue del contrario, el pecho de ambos se llenó aún más con ese sentimiento adictivo y de sentir cálido, se llenaron mutuamente del anhelado amor que deseaban.

Logan le entregó su amor ahora completo. Peter le entregó su amor sincero y puro.

Ambos estuvieron muy bien con eso.  

Notas finales:

Pues aquí está el final que tanto me pidieron. Espero que les haya gustado. Ya saben, comparta, dejen su rw y critiquen que me ayuda a mejorar. 

Perdonen las faltas de ortografía y así :)

Por ciero son más de 7000 palabras (Espero sus gracias, okno :v)


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