Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Evento de Halloween por Arenka

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tanto tiempo fuera, me disculpo de corazón.

Prometo ya no hacerlo...mucho.

 

La molestia podía apreciarse en sus ojos, aun así el poder de Envidia estaba tranquilo

—Nunca te di permiso de quitarme sangre—la frialdad en sus palabras hicieron relamerse los labios, su sonrisa iba expandiéndose en su cara, lo que causo que el primogénito de los Alicein se molestara más

Aun así ninguno de los dos dijo nada, el Jeje original era tímido, retraído y bastante ingenuo, sin mencionar que no tenía mucha confianza en sí mismo, pero si en las pistolas que le colgaban al lado de sus caderas.

En cambio el poder era lo contrario, su vestimenta no era tan reservada y mostraba su rostro con picardía, Mikuni le odiaba por eso ¿No podía dejar la sensualidad y reemplazarla por lo misterioso?

Sus negros cabellos se mecían por el aire inexistente, como si quisiera seducirle, gruño bajo.

Odiaba estar ahí dentro porque su amada Abel-chan desaparecía

—Ve al grano y deja de causarme escalofríos…eres más escalofriante que Jeje—

El cuerpo de Mikuni se sumergió parcialmente en un pequeño pantano, se quitó su sombrero porque sabía lo perdería, porque quiera o no debía estar de acuerdo con lo que el poder de Jeje le dijera

[…]

—No me pondré esa vestimenta—se cruzó de brazos mirando con molestia al poder de su Servamp, quien solo le ofrecía un taparrabos, y bien, Mikuni podía estar medio sumergido en esa sustancia pegajosa y oscura, pero no cedería.

—Tienes que estar vestido de acuerdo a la época—

—Me niego rotundamente a cumplir una de tus fantasías—

— Soy parte de Jeje también ¿Lo sabes verdad?—

—Una parte que odio de él—

—Yo odio tu parte infantil—

—Amas todo de mí—

—A ninguno de los dos nos gusta tu parte sádica, tramposa e infantil—

—No me importa—canturreo divertido, mirando como el malhumor del poder volvía, gruñendo inconforme, desvaneció el taparrabos como si nunca hubiera existido, Mikuni intento ignorar eso y concentrarse en los ojos del subconsciente de Jeje, el cual poseía los mismos ojos afilados e intimidantes, su piel morena parcialmente descubierta por esa sudadera de manga larga, el cabello negro que Jeje cargaba largo dentro de sí mismo estaba corto.

Cuando se adentró completamente a los recuerdos de su Servamp y tuvo que usar un Shenti deseo tanto golpear a su guía, quien le devoraba con la mirada

—Deja de mirarme de una forma lujuriosa—anuncio con un sonrojo en sus mejillas—te acusare con Abel-chan—lloriqueo lo ultimo

El shenti era una faldilla compuesta de una pieza larga de tela rectangular hecha de tela de lino de color blanco, envolvía su cintura y era únicamente sujetado por un cinturón de tela, para su vergüenza fue “Sub-Jeje” quien se la puso, la había enrollado por su vientre varias veces, lo había pasado entre sus piernas y lo anulo por delante, intento ignorar el hecho de que pareció disfrutar eso.

Llevaba solo unas sandalias hechas de juncos y su torso estaba expuesto, su piel blanca quedaba totalmente expuesta al sol antiguo

—Te odio tanto ahora mismo—

—Y yo te deseo tanto en estos momentos—

— ¿En qué época estamos?—pregunto para evadir ese tipo de pláticas, Mikuni era inteligente podía darse cuenta fácilmente que no estaban en Japón, sino más bien en Egipto, el rio Nilo lo delataba, aun así vio como Sub-Jeje se encogía de hombros

—Esto ocurrió hacía mucho tiempo atrás—se sacudió el oscuro cabello desinteresadamente—realmente no recuerdo—

…­

.

.

.

El primer recuerdo provoco que Mikuni se sonrojara con violencia, ahí estaba Jeje con su cabello negro corto y revuelto, su piel morena totalmente expuesta, únicamente cubriendo sus partes con un taparrabos, su tonificado cuerpo estaba sudoroso por razones que desconocía, el poder gruño detrás de él, posiblemente por el sonrojo que el “Jeje” original provoco en él.

Mikuni creía que ese subconsciente de Jeje era estúpido, básicamente eran las mismas personas, misma apariencia, solo cambiaba la personalidad.

Suponía que los celos le hacían medio estúpido.

Y sus propios celos hicieron reír al poder, y es que esa despampanante egipcia se acercaba confianzudamente al futuro Servamp, y sabía que no era vampiro porque sus ojos no eran rojos como todo buen vampiro, sino negros como el carbón, algo raro porque siempre pensó que serían de un color azul oscuro

—Relájate—susurro el poder tan cerca de su oído que se estremeció, Mikuni le fusilo con la mirada ¿Cómo debía tranquilizarse si una chica sensual y para nada fea se le acercaba a su Jeje mirándole de una forma lujuriosa?

—Piérdete—bufo

—Eso fue antes de que siquiera existieran tus tatarabuelos—

—Lo sé—y lo sabía, pero no podía evitar sentirse de esa forma, jamás se había sentido verdaderamente celoso de algo, y ahora quería golpear a todos porque no aceptaba que el antiguo Jeje lo hiciera sentir así.

No hubo mucho que observar, en realidad Mikuni no estaba muy interesado en ver a Jeje hacer tareas diarias mientras esa egipcia estaba todo el día junto a él, hostigándole…parecía una acosadora, una para nada fea acosadora, esa mujer estaba mal.

Todos sabían que las acosadoras eran de anteojos, feas y socialmente inadaptadas…o así casi siempre era en los animes que no veía.

Todo eso se derrumbó cuando llego la noche, llego en un parpadeo, por lo tanto, Mikuni supuso que habían cambiado de recuerdo. No entendía por qué le mostro en un principio a un Jeje realizando deberes del hogar.

—Era un esclavo—la voz del Sub-Jeje le hizo observarlo, el Jeje “original” estaba recostado en paja, por lo tanto, dejar de observarlo no requería gran pedida —El primer recuerdo fue el primer día que la conocí—

Oh…menudo descubrimiento

— ¿Tu amante mortal? —

La envidia era una perra, mirándole divertido pensando erróneamente que estaba celoso. Pero se equivocaba, Mikuni Alicein no sentía celos por nada, ni nadie…bueno, hay excepciones…, pero esta no era una de ellas.

—Ella es la principal causa de mi inmortalidad…no recuerdo haber tenido sentimientos románticos por ella—Mikuni diría algo inteligente, algo como “¿Y a mí qué?” pero el sonido de una puerta siendo abierta anulo cualquier movimiento defensivo.

La misma chica, la misma pobre mujer, la misma infame y bella mujer, la misma…bueno ya.

Sintió como Sub-Jeje rodeaba su cintura, Mikuni no hizo nada, mirando indiferente como se desarrollarían las cosas en frente de él.

La infame doncella tenía su cabello negro suelto, sin ningún tipo de adorno, su ropa era de una fina tela, tan suave como la seda, no obstante, no creía que fuera eso. Jeje estaba tal y como en el inicio, solo con ese absurdo taparrabos que hacia destacar su cuerpo esculpido por…un plebeyo sin talento.

A estas alturas seguiría negando cualquier cosa positiva que su Servamp cause en él.

—Mi señora— Jeje se levantó tan aprisa que Mikuni frunció el ceño, aun podía sentir las manos del poder en su cintura, haciendo pequeños movimientos circulares, ese acto extrañamente le calmaba

—****— ¡Maldita sea!

Incluso su voz era bella, tan aterciopelada, como si hablaran los ángeles…oh como si hablara Abel-Chan, si esta hablara, definitivamente tendría una voz aún mejor que los ángeles.

— ¿Si? ¿Desea algo mi señora? —No desea nada ¡Ya se va!

Lo siguiente que ocurrió fue algo que no desea recordar en lo más mínimo, no obstante, podría narrar los hechos pasados con bastante claridad y enojo, ira, tanta furia que podría hacerle competencia a la Servamp de ese pecado.

Nunca le prestó atención al nombre de la “ama” de Jeje, simplemente estaba más concentrado en la apariencia de su Servamp y de las caricias del Sub-Jeje, esto último por si en algún momento quería violarlo, como odiaba cuando intentaba eso, parecía que no comprendía que él quería mantener su pureza…

No te distraigas Mikuni, concéntrate en los hechos que pasaron y pasaran. Como iba diciendo, el rubio no le prestó atención a la mujer, no tanta al menos, pero en cuanto la chica quiso obligar a Jeje a mantener relaciones no aptas para ojos puros como los de él, entonces fue que lo hizo, la “doncella” era una mujer casada, por lo que pudo escuchar de los labios del Sub-Jeje, quien risueño recordaba todo con diversión, murmurando un “Había olvidado esto” cada cierto tiempo, todo a centímetros de su cuello.

Maldito Servamp.

Prosigue, la mujer estaba obligándolo, aprovechando que Jeje era incapaz de negarse debido a su posición como esclavo (Cree en las palabras del Sub-Jeje Mikuni, no asesines a todos ahí), así que, cuando llego el marido y dueño absoluto de todo, y encontró dicha escena comprometedora que Mikuni deseara borrar de su inocente mente brillante.

La cosa fue intensa, el primogénito miro con horror como el hombre furibundo atacaba a Jeje, y miro como este patéticamente acepto su destino.

Podría decir que sintió furia, tristeza e impotencia al observar todo lo ocurrido, los recuerdos se desvanecieron, siendo reemplazados por otros nuevos, miro con asombro el mismo momento de la transformación de Jeje, observo al padre de este y como masacro a todos en un alto rango de sadismo.

En ese preciso momento Mikuni se creyó mala persona, el placer culposo de observar la muerte de las dos criaturas que condenaron al Servamp de la Envidia, también el agradecimiento de ello.

Su mente estaba hecho un caos, al sentir tantas cosas positivas y negativas al mismo tiempo, y siempre era por Jeje.

Odiaba ello.

No sabía porque, pero en un parpadeo volvía a su vestimenta típica, incluso se sintió raro al ya tener camisa, algo que el Sub-Jeje no agradeció.

Pensó que ya había acabado, había visto todo lo que debería, entre ellos la muerte y resucitación del Servamp, el que sabía, era el único requisito para salir.

Pero no volvía, no despertaba… ¿Estaba muerto?

—Falta algo mas—El Sub-Jeje hablo como si leyera su mente, lo cual sabía que no era así.

Pero Mikuni no sabía, que ni el propio poder conocía lo que faltaba.

Un recuerdo más, esta vez fue algo más reciente, el Servamp de la lujuria estaba ahí, el cabello rubio era más largo, Mikuni miro a sus espaldas, quería ver al poder, pero solo el oscuro pasillo lo recibió, podía observar que estaba solo…en ese pasillo que podía decir cuál era…

Era el mismo lugar al que no pudo llegar.

El sótano.

Recordaba algo, Jeje no había tenido amo, se la había pasado encerrado en ese lugar desde que fue llevado por Snow Lily.

La Lujuria dio una reverencia y salió del lugar, pasando por su lado causándole un estremecimiento.

Mikuni cubrió sus labios, una risa amenazaba por salir de su belfo...

— ¿Quién eres? —la poca sangre que tenia se congelo, sus ojos se dilataron al tener al Servamp de la Envidia tan cerca de su rostro, con una pistola apuntándole las cienes.

No pudo más, la risa salió sin que pudiera controlarse, su corazón acelerado por la adrenalina y confusión

—Que cruel es esto Jeje-Chan—

Estaba cansado, tan cansado que no analizaba que eso era un recuerdo, por lo tanto, aun no caía en la cuenta de que Jeje nunca debió verlo ¿Por qué lo ve?

El arma fue disparada y el arma solo le atravesó, como si de un fantasma se tratase. Mikuni abrió sus ojos con sorpresa.

Jeje jamás le disparaba en serio.

— ¿¡Que rayos crees que haces Jeje!? —

Las cosas no se tranquilizaron solo hasta que Jeje comprendió que no podría dañarlo, Mikuni estaba furioso, el silencio reino entre ellos, Mikuni seguía estático, sus piernas no reaccionaban y en cambio se encargaba de mirar al más alto

Un murmullo se dejó escuchar. Mikuni sonrió arrogante, él siempre había escuchado a Jeje aun cuando este solo hablaba en murmullos, lo demás lo hacía para molestar a tan callado Servamp

— ¿Qué has dicho? ¡No te escucho! —Se llevó la mano al oído para darle énfasis a sus palabras— ¿Desde cuándo me ves? —la pregunta salió de sus labios una vez que los engranajes de su cerebro ordenaron las cosas, en un murmullo salió la respuesta— Esto está mal—susurro para sí mismo, acuclillándose para cubrir su rostro, inconscientemente se tocó donde Jeje había encajado sus colmillos—Se supone que son solo recuerdos…solo recuerdos ¿Por qué? —

Las cosas no cuadraban, y al ver llegar a aquella mujer que había amado y respetado supo en que momento estaba

—Acéptala—fue lo que salió de sus labios antes de perder la consciencia, desvaneciéndose ante los inmortales ojos del Servamp de la Envidia.

Y es que las cosas habían cambiado para él.

La respuesta de Jeje no tenía sentido

—“Desde Siempre”—

Algo realmente malo había ocurrido.

Porque ¿Realmente eran solo recuerdos?

 

Notas finales:  

¡Volví! Y ya me voy :v

Les daré cierto tiempo para que puedan digerir mi llegada.

Tenía planeado el final de este capítulo bastante diferente al inicio, pero a la hora de terminarlo salió esto… ¿no odian cuando eso sucede?

Les diré quién sigue…un especial. Gula e Ira. Sin Eves conocidos, bueno solo Gula, ya conozco al de Ira

Como sabran, me ausente por mucho tiempo, problemas técnicos con mi computadora y realmente lo siento.

Ya termine la Universidad asi que ya tengo tiempo para escribir cosas sin sentido, claro, todo eso hasta que me digne a volver al trabajo :v

Que tengan buena noche/tarde.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).