Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Do you have a cigarrette? por MikitsuLee

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

El primer capitulo desde hace mucho, espero que sea de su agrado, la Kiseki en un principio no se conoce y todo es un revolvedero. 

Disfruteen! Lamento la demora, y vengo con el aviso de que las actus comenzaran a realizarse el dia sabado.

El rechinido del tenis contra el suelo resonaba en todo el gimnasio. Era un entrenamiento de baloncesto, la misma rutina de siempre, la misma exhibición de siempre. Aomine Daiki llevándose a todo el equipo para hacer una canasta qué lucía fácil, pero que requería la técnica que no todos poseían. En gradas, una peli rosa quedando asombrada por el juego del moreno que limpiaba el sudor de su frente con el antebrazo, a su lado, una presencia apenas notoria: un peli azul a quién le llamaban "la sombra".


-¡Tetsu!


Grito la chica llamando la atención de todos mientras lo saludaba con la mano en el aire con una enorme sonrisa y los atributos visibles, sonrojando a más de uno de los presentes, el peli azul no hizo mucho caso. Siempre eran así, ese trío era así: Aomine, Kuroko y Momoi siempre juntos, uno detrás del otro.


-Akashi-kun no vino hoy -dijo de repente el peli azul en los vestidores.


Aunque daba la espalda al moreno este pudo descifrar la preocupación que denotaba la voz del menor, y después se preocupó también. Akashi nunca faltaba.


-Deberíamos pasar por su casa -atinó a decir el más alto.


-Midorima-kun tampoco se ha aparecido al entrenamiento -y fue como un click para ellos.


-Vaya, parece que ha pasado algo -dijo una tercera voz con una toalla en la cabeza.


Esos ojos siempre entrecerrados con o sin anteojos, esa sonrisita que rara vez se turbaba. Imayoshi Shoichi.


-Es algo adelantado decir esas cosas -dijo el peli azul


-¿Qué se puede esperar? Midorima no es nada discreto.


No se dijo más. Terminaron de vestirse, Imayoshi se fue por su lado mientras los otros dos seguían el camino a casa de Akashi. Pero a mitad del camino, el moreno recibió una llamada, no dijo de quién era, solo se disculpó con Kuroko y se fue en dirección contraria. El peli azul suspiró. Nunca encontraba un espacio para pasar tiempo con el moreno, no ahora que estaban en la universidad. Antes, solían estar muchos tiempos juntos... pero nunca tuvo el valor de decirle una sola palabra a Aomine sobre sus sentimientos, nunca tuvo ese valor porque estuvo convencido de que no tenía oportunidad con él rodeado de chicas. Aomine siempre estaba rodeado de chicas.


Pero lo que encontró al llegar a casa de Akashi le preocupo más que sus propios sentimientos: Akashi estaba fuera de su casa, con maletas incluidas, tenía la mirada clavada en el suelo, sostenía el balón de baloncesto con la zurda, estaba inmóvil. Lo habían corrido.


-¿Akashi-kun?  -había llamado, pero fue ignorado por completo- Akashi-kun, ¿qué sucedió?


Kuroko se acercó más al susodicho, entonces el pelirrojo reparo en su presencia,  aún tenía la vista perdida en algún lugar desconocido. Después, sus labios se abultaron en una especie de pucheros, sus ojos comenzaron a humedecerse, pero no derramó lágrimas. Permanecieron en sus ojos mientras miraba al peli azul.


-No tengo a donde ir -dijo en un murmullo, tenía la voz entrecortada.


-¿Qué sucedió?


Akashi negó una vez. Después limpió sus ojos tomando aire.


-Mi padre decidió echarme de casa. No sé qué haré.


-Puedes venir conmigo. Podemos vivir en mi departamento.


El pelirrojo miró al contrario con una ligera sorpresa en los ojos.


-Pero...


-Akashi-kun, si no te gusta, puedes irte después. Pero a mí, no me molesta en absoluto vivir contigo. -sin más, tomó una de sus maletas- Vamos. Nos preguntaremos qué hacer después.


Akashi le siguió un segundo después con la otra maleta en la mano y su mochila de deporte en el torso. Como era de esperarse, Kuroko no soportó llevar la maleta todo el tiempo, así que Akashi le ayudó un poco más antes de tomar un taxi.


-Lamento todo esto. Te pagaré.


-Akashi-kun, no es necesario -dijo el peli azul mirándolo un momento


-Lo es.


-Tienes que trabajar ahora -dijo directamente- No es la forma que pido de pago, pero debes de trabajar. Akashi-kun, aún no gano lo suficiente para cubrir el gasto de los dos.


-Buscaré trabajo -dijo sin más, con completa seguridad... y un segundo después, pensó en que no sabía donde conseguiría trabajo alguno.


-Pensaremos en algo


El peli azul le dedicó una sonrisita casi diminuta, era bien sabido que él casi no se expresaba por medio de gestos. Akashi por un momento se preguntó si Kuroko siempre había sido tan cálido. Le quedó observando un momento para después regresar una sonrisa más expresiva, le daba seguridad, podía confiar en él, era un verdadero apoyo.


-Te lo agradezco, Tetsuya.


Pronto, llegaron al edificio dónde se encontraba el departamento de Kuroko, un lugar simple en Shibuya, hasta cierto punto, tranquilo. El peli azul vivía en el cuarto piso, apartamento 32, el lugar constaba de apenas una habitación, sala que servía de cocina igual y baño, no era bastante amplio, se notaba que era de un universitario. No había mayor decoración en el lugar, al fondo el balón de baloncesto y sus cosas de entrenamiento, fuera de eso, todo estaba ordenado.


-Podemos compartir la cama o dormiré en el suelo -continuó Kuroko deshaciéndose de sus zapatos- Obviamente, si lo deseas, tendrás la cama.


-Está bien si compartimos la cama.


Dijo Akashi aunque en realidad quería esta para él, pero considerando su posición asumió que no era demasiado correcto. Ese no era su departamento.


-Dormirás en la cama -dijo el peli azul dejando en jaque al pelirrojo.


Akashi dejó sus maletas en un rincón cerca de donde se encontraban las cosas de entrenamiento de Kuroko y se sentó al borde de la cama mientras observaba al contrario revolver en la alacena, quizás para preparar algo qué comer.


-¿Trabajas? -cuestionó, pero eso no hizo que la tarea del peli azul se viera interrumpida


-Sí. Fines de semana y viernes solo en la noche.


-¿En dónde? -Kuroko le miró un momento


-Cuido niños. Soy niñera. Basta para pagar esto.


Akashi no dijo otra cosa, se quedó pensando en la respuesta mientras Kuroko servía en dos platos arroz blanco con algo de pescado, le entregó uno al pelirrojo con sus palillos y se sentó en el suelo frente a él a comer también.


-Nunca me dijiste que trabajabas.


-Todos trabajan.


Akashi enarcó una ceja mientras lo miraba. No entendía exactamente.


-¿Todos?


-Kise-kun, Aomine-kun, Momoi-san, Midorima-kun, Imayoshi-kun. Todos trabajan.


Akashi abrió los ojos sorprendido. ¿Por qué nunca se enteró de eso? ¿Por qué ninguno de sus compañeros le había dicho que necesitaban dinero? Él bien pudo haberles ayudado... cuando podía.


-No tenía idea de eso...


-Nadie te dijo nada porque no queríamos que quisieras ayudarnos -esta vez, Akashi frunció en entrecejo- No queríamos causarte problemas -aclaró- Siempre estabas presionado por tu padre, no queríamos causarte un problema más. Además, debíamos valernos por nosotros mismos. Ya no somos unos niños.


Akashi no dijo nada, se atrevió a probar el primer bocado del plato que cordialmente habían preparado para él. No sabía mal, pero se notaba que era de un día antes. Kuroko debía hacer comida para dos días, no solo para uno. No debía alcanzarle el dinero, y debía economizar.


-Ahora todos trabajaremos -murmuró Akashi


-Te ayudaremos -y Kuroko volvió a sonreír.


Esa primera noche, Akashi no pudo dormir bien. Pensó en la razón que tenía su padre para desear deshacerse de él, para correrlo de su casa, también pensó en lo que le había dicho su amigo, en que todos trabajaban, incluido Midorima. Luego pensó en que él jamás había trabajado, en que jamás  había experimentado la cruel sensación de no tener nada. Suspiró mirando el techo. Deseaba una palabra de su madre. Su recuerdo si acaso, era lo único que tenía de su antigua vida. Una vida llena de fantasías. Nunca vio la realidad dentro de su mansión.


A la mañana siguiente, fue el segundo en ocupar la ducha, inclusive el espacio ahí era bastante reducido. El agua no estaba del todo caliente, apenas y tibia, y no debía de demorar mucho si no salía completamente helada. Después, desayunaron el resto del arroz con pescado que habían cenado la noche anterior, Akashi se preguntó entonces cómo le haría Kuroko para tener la comida lista después para la cena.


-Akashi-kun, no podemos llegar tarde, vamos.


Akashi solo asintió, estaba callado, pensativo, el peli azul casi podía leer sus pensamientos, pero no le decía nada, prefería que siguiera pensando en todo. Al llegar a la universidad, observaron de primero a Midorima que, casi ignoró a Kuroko para dirigirse directamente al pelirrojo.


-Akashi, ¿por qué no asististe ayer?


-Una complicación, Shintaro. Me estaré quedando con Tetsuya.


Midorima abrió los ojos y entreabrió la boca por la sorpresa.


-¿Qué sucedió? ¿Algo grave?


-Hablaré con todos después. No te preocupes.


Midorima no se sentía nada conforme con esa respuesta, mucho menos con lo escuchado antes. ¿Por qué se quedaba en casa de Kuroko? ¿Por qué de él, precisamente? No pude evitar sentir unos celos que trato disimular, pero al peli azul nada se le escapaba. Este le quedó mirando mientras negó, después señaló con la mirada al moreno que se acercaba a espaldas del peliverde. Midorima comprendió.


-E, Akashi, ¿qué te sucedió ayer?


-Es mejor que estén todos para que se los explique. Buenos días, Daiki.


-Aomine-kun, ¿sucedió algo ayer?


El moreno observó al peli azul con una mano en la nuca y luego negó.


-Asuntos sin importancia.


Justo en ese momento llegaba el rubio, que al escuchar el comentario forzó su sonrisa frente a todos.


-¡Akashicchi!


De inmediato fue a abrazarlo, lo estrecho para luego tomarlo de los hombros.


-Akashicchi, ¿qué sucedió? ¿Por qué te ausentaste? Estábamos muy preocupados.


-Ryota, todo está bien. Suéltame.


-Ah, Akashi está aquí -dijo tranquilamente otra voz- Espero que no haya pasado nada grave.


-No tanto -el pelirrojo negó- Gracias por preocuparte, Shoichi.


-¡Akashi-kun!


La peli rosa llegó al último, yendo frente al pelirrojo con un gesto entre aliviado e intrigado.


-Akashi-kun, que bueno verte. ¿Paso algo?


-Satsuki, gracias, todo está bien. Y ahora que estamos reunidos, creo que puedo decirles. Ayer, mi padre me corrió de la casa... así que ahora me estoy quedando en casa de Tetsuya. He pensado en solicitar una beca  a la universidad mientras encuentro un trabajo que me deje cubrir todos los gastos del próximo cuatrimestre. Y bueno... eso es todo.


Hubo un momento de silencio, todos, por su puesto, estaban por demás sorprendidos al recibir esa noticia, Midorima era el más estupefacto de todos. ¿Qué había obligado el señor Masaomi a echar a su hijo de casa? ¿Por qué había tomado esa decisión? Cualquier pensamiento en su cabeza no llevaba como resultado ese, el que su Akashi no tuviera hogar en ese instante. ¿Por qué?


-¿Te dijo algo?


Cuestionó el peliverde ligeramente exaltado.


-No. Solo que no era digno. Creo que... está decepcionado de mí, aunque no sé por qué.


Midorima encontró ese argumento aún más ilógico. Su Akashi era perfecto.


-Le he dicho que no hay problema. Le ayudaremos en todo -irrumpió el peli azul.


-¡Por supuesto que sí, Akashicchi! Solo tienes que decirnos -el rubio pasó un brazo por los hombros del pelirrojo, el moreno hizo una mueca


-Gracias a todos -Akashi sonrió.


Del otro lado, un trio llegaba, un azabache agarrado del brazo de un peli lila y un azabache más mirando todo a su alrededor, topándose con el grupo del otro lado. La vista del azabache con lunar se enfocó en el pelirrojo, pero no solo la de él, si no que también de ese titán.


-Atsushi -llamó- ¿También lo viste?


-Neeh, Muro-chin.


-Sería divertido, ¿no? -curvó una sonrisa, una sonrisa pícara.


-Tatsu, ¿planeas jugar con él? -cuestionó el otro azabache.


-Solo quiero saber cómo son los chicos de Japón -se encogió de hombros.


-Sería demasiado cruel...


-Kazunari, tranquilo -suspiro el azabache del lunar- Mi hermano llegará pronto. Busco cosas importantes para él.


Himuro quedó observando después al peli azul. Era lindo.


-Murasakibara -llamó Takao- Vamos ya, es tarde.


Este asintió perezosamente con una paleta en la boca y siguieron su camino. Murasakibara Atsushi sabía qué su amigo planeaba divertiste con el pelirrojo que había quedado observando, y no supo por qué razón quería impedirlo.


-Kao-chin, ¿podrías adelantarte?


-¿Hmm?


-Esperaré a Muro-chin.


-Solo no lleguen tarde


El titán asintió mientras el ojo de halcón seguía. Lo sabía, conocía esa sensación. El más alto se estaba aburriendo de él, era cuestión de tiempo para que lo remplazara como al otro chico, como remplazaba a los dulces. Estaba aprendiendo a no hacerse mayores ilusiones. Murasakibara salía con las personas para entretenerse solamente, a él no le interesaban las relaciones. Jamás. Era uno más en su lista. Mientras pensaba en ello, camino con la vista baja hasta chocar con alguien: un peliverde alto, un tanto más que él.


-Lo lamento mucho.


Se disculpó de inmediato, pero el tipo lo observaba con cara de pocos amigos, como si le dijera que se alejará o lo mataría. Tenía unas pestañas hermosas, Takao no perdió detalle en ello. Después de estar un tiempo embobado, reparó en que ese tipo estaba junto al pelirrojo y el demás grupito en la entrada hace un momento. Miro a su alrededor, debió haber estado caminando en círculos, no había avanzado más allá del vestíbulo principal. ¿Tanto le afectaba ser juguete de Murasakibara?


-Ten más cuidado.


Escuchó al otro decir con voz fría mientras acomodaba sus anteojos. Daba miedo. Pero Takao no le perdió la vista hasta que no pudo verlo más en el horizonte. Ese tipo era raro... pero atractivo.


Takao siguió caminando hasta que se topó con un par de tipos, hizo una mueca. Himuro debía estar ahí.


-E y, Takao. ¿Y Himuro? Le he estado esperando.


-Ah, Hanamiya... -rio nervioso- Él te buscará después.


-He esperado mi encargo desde hace mucho


Y el tipo a lado tenía mala cara, ese maldito de Haizaki siempre tenía esa cara, pero ahora parecía estar más enojado al no tener a su proveedor de estupefacientes cerca. Takao no quería problemas, ni si quiera debería estar incluido en ese problema.


-Está justo a la entrada. Ve a arreglar eso con él.


Pasó de largo, debía zafarse. No sabía qué era exactamente Himuro Tatsuya, había venido de América y al parecer, estaba minscuido en todo lo que tuviera que ver con la mala vida. Lo conoció porque le pidió un cigarrillo, después en una fiesta le había presentado a Murasakibara. Este no bebía, ni fumaba, su mayor adicción eran los dulces, amaba jugar póker con Himuro, siempre estaban juntos, eran como uña y carne, el más alto era como una escolta para el traficante. Himuro podía conseguir de todo, no sabía cómo. Él mismo se abastecía de su licor y surtía su mercado de estupefacientes. Era una especie de gánster, deseaba que su hermano no fuera así, hace unos días había dicho que regresaría de América también. Deseaba por sobre todas las cosas que no fuera un contrabandista peor.


Mientras tanto, Murasakibara permanecía observando como Himuro no perdía detalle del pelirrojo. Le seguía molestando internamente. Himuro no debía jugar con todas las personas, menos con ese chico... algo tenía, algo desprendía que le daban deseos de protegerlo. Ese pelirrojo no debía de ser una víctima.


-Atsushi -le dijo el azabache- ¿Él te interesa?


Murasakibara no dijo nada, extrañamente. Himuro sonrió para sus adentros.


-Ya que veo que no, buscaré una manera de que nos divertimos. Puedes estar incluido si quieres.


El titán negó mirando a otro lado. Le irritaban esa clase de comentarios.


-Muro-chin, ten cuidado.


-¿Qué pasa?


-Solo ten cuidado conmigo -murmuró.


El gigante se fue, el azabache lo observó hasta que desapareció. Sonrió.


-Juguemos, Atsushi.


Murmuró para sí observando al pelirrojo y al peli azul, justo cuando sonó su móvil.


-Bro.


-Taiga, ¿llegaste?


-Estoy en el aeropuerto.


-Que bien. Mañana te mostraré con que divertirnos.


Himuro no despegó la vista del par. Uno para cada quién, estaba bien.


-No pretendo participar en tus juegos. Alex vendrá después.


-Cuando veas a los chicos cambiarás de parecer. Está bien, solo espero que no demore.


Colgó. El pelirrojo y el peli azul debían ser buenos juguetes.


 

Notas finales:

si resulto un poco aburrido mis disculpas, prometo que despues tratare de hacerlo mas interesante!

 

Gracias por su tiempo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).