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Gracefully por WhisperingPrincess

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Notas del capitulo:

¡Hey! ¿qué tal gente bonita? Es turno de colgar el nuevo capítulo, ¿les ha parecido interesante la trama de la historia? Si es es así dejénmelo saber con un review :3

 

Este capítulo quisimos hacerlo un poco intenso, espero se haya podido transmitir ese sentimiento.

Avanzaban en silencio lo más rápido que podían, evitaban correr para no verse sospechosos o al menos no más sospechosos de lo que ya se veían. Görkem y Kanzel llevaban puestas unas capas sobre sus ropajes de gala, se habían puesto lo más viejo que encontraron en su guardarropa y para cubrir su cabello usaban unos sombreros de ala ancha con una pluma como adorno. A pesar de su atuendo medianamente ostentoso y de estar caminando rápidamente en mitad de la noche por las solitarias calles de Groys, Kanzel se sentía invisible, no había ni un alma por aquella zona. La mansión de los Adashyna se encontraba casi al otro lado de la ciudad, debían pasar por la plaza central y otras callejuelas para llegar ahí.

 

Pasaron por la fuente de Blankts y Kanzel se le quedó mirando a su antepasado. ¿Qué se supone que estaba haciendo? ¿cómo un Denshtel podía ir con esas fachas y presentarse en casa de su enemigo? Y más aún, en una fiesta donde no habían sido invitados.

 

-¿Kanzel? -le llamó Görkem.

 

-Ya voy.

 

Y siguieron andando el resto del trayecto.

 

Casi llegando empezaron a notar por qué no había nadie en las calles, todo el pueblo estaba allí. Típico de los Adashyna, hacer un gran revuelo por poca cosa.

 

Después de pasar el gran momento de tensión que fue cruzar los grandes portones de la entrada, tanto Kanzel como Görkem debían de admitir que sus rivales daban buenas fiestas. Había comida de a montón y bebidas también, los músicos tocaban desde una esquina en el gran salón que era iluminado por unas hermosas y enormes lámparas de araña llenas de velas y casi justo en medio iba a parar una magnífica escalera de mármol blanco.

 

En ese momento, la música calló y un hombre de hermosa cabellera rubia oscura, ojos violeta y ataviado en ropajes hechos de la mejor seda llamó la atención de todos los presentes. A pesar de ser un hombre de mediana edad sus facciones se veían delicadas, suaves.

 

-Atención todos mis queridos invitados. Antes que nada, me gustaría agradecer su presencia esta noche en mi humilde hogar, como todos saben esta no es una fiesta cualquiera, es una fiesta de celebración por el retorno de un querido y valioso miembro de nuestra familia. Por favor demos un fuerte aplauso a mi hijo: Lure Adashyna.

 

Todos los presentes comenzaron a aplaudir y a vitorear al recién llegado, todos excepto Kanzel que se había quedado de piedra ante la mención de ese nombre, <<Lure…>>, en ese momento en lo alto de la maravillosa escalera apareció un hermoso ser de luz iluminado por el resplandor de las velas, era precioso.

 

Verlo bajar lentamente las escaleras, con una sonrisa esplendorosa y saludando a los invitados con una mano. Iba engalanado con un traje blanco adornado en las mangas y el cuello con hilos dorados. Eso era ya demasiado para Kanzel, ese muchacho era el mismo con el que había chocado ese mismo día, el mismo que le había parecido tan familiar pero no recordaba en qué. Ahora lo sabía, uno no tenía sueños con personas nada más porque sí, había sido una señal, la señal de su regreso y él lo había ignorado completamente. Pero… ¿un Adashyna?, ¿su amor de infancia resultaba ser su enemigo?, ¿qué clase de mala pasada le estaba jugando el destino?

 

Kanzel sentía que todo le daba vueltas. No, eso no podía ser posible. Lure; su ser de luz no podía ser un Adashyna, no podía, simplemente no podía.

 

-Mi hijo, -continuó hablando Volk Adashyna con orgullo- ha viajado todos estos años para aprender el arte y la magia de la curación, así como sus hermanos, tendrá el honor de servir a nuestro rey cuando se le requiera y se espera que llegue a ser el mejor médico de toda Groys y hasta de toda Gracefully.

 

Kanzel estaba que no podía salir de su estupor, <>.

 

-Hey Kanzel, resultó ser toda una joyita el recién llegado ¿no? -le dio un codazo su primo mientras se hacía escuchar en medio de todos los aplausos.

 

Kanzel no respondió. Seguía sin creerse lo que estaba pasando. Sus manos convertidas en puños bien cerrados contenían toda la frustración que sentía en aquel momento.

 

-¿Oye, te encuentras bien?

 

En ningún momento perdió de vista a Lure, verlo nuevamente parecía un milagro, uno desastroso, pero milagro al fin y al cabo. Seguía sonriendo y saludando hasta que se colocó a lado de su padre y se dieron un afectuoso abrazo. Entonces Lure lo miró y su corazón comenzó a latir al mil por hora, tantos años y aún provocaba la misma sensación en él. Relajó las manos y la mandíbula que la tenía apretada y desvió la vista hacia su primo, la música había vuelto a sonar.

 

-Sí, estoy bien. Movámonos de aquí antes de que alguien nos reconozca.

 

-De acuerdo, iré a dar la vuelta para cuchichear un poco. Acabo de ver a un grupo de elfitas que creo se sienten algo solitarias, no debería privarlas de mi encantadora persona.

 

Kanzel puso los ojos en blanco.

 

-Claro, si tú lo dices. Sólo no te pierdas demasiado, no es buena idea quedarnos mucho tiempo más aquí.

 

-Seguro, ¿tú qué harás?

 

-Yo voy a… -vio como Lure parecía perderse entre la multitud sigilosamente y salir a los amplios jardines de la mansión. -Voy a ver por ahí. -y salió casi corriendo.

 

Görkem no prestó especial atención al comportamiento de su primo, él ya sabía que era un bicho raro. Optó por ir a buscar a ese pequeño grupo de elfas que gritaban por su presencia.

 

 

 

Kanzel se sentía estúpido. Realmente estúpido. Llevaba casi diez minutos tras una de las columnas que adornaban las escaleras que iban al jardín y no podía dar el paso para ir hacia Lure y hablarle. Pero en cierta forma tampoco le incomodaba. Cuando fue tras Lure sin pensarlo, creyó que le costaría encontrarlo, pero ni bien dio un paso fuera cuando fue corriendo a esconderse tras aquella columna porque Lure estaba ahí, a solo unos pasos del pie de la escalera, mirando el cielo.

 

La luz de la luna le asentaba de maravilla, de hecho, pensaba que cualquier cosa le asentaba a ese elfo. ¿Cómo es que sin ser un hada era tan hermoso? Se suponía que en belleza las hadas se llevaban de calle a todos los demás seres mágicos, a él le constaba ya que una de sus ex novias era un hada, pero ahí estaba admirando a uno de los suyos como si fuera la cosa más magnífica que había visto nunca.

 

Tenía medio cuerpo fuera de la columna cuando vio que Lure comenzaba a avanzar hacia adelante, llevaba un paso de lo más tranquilo y relajado. Eso le dio ánimos a Kanzel para salir de su escondite y bajar las escaleras lo más silenciosamente posible. Bajaba con absoluta precaución, de puntitas casi sin tocar el escalón, estaba seguro que Izzard se sentiría orgulloso de él por ese ataque sorpresa. Y justo cuando pensaba que todo había sido un éxito Lure se detiene de golpe y él tropieza con una piedra que había en medio de un escalón.

 

La caída fue inminente, rodó los últimos escalones que le quedaban y quedó boca arriba sobre el césped. Sombrero y capa salieron volando y su cabello rojo se desató del listón con el que lo había amarrado.

 

-Aayy… -se quejó adolorido.

 

Una mirada gris apareció en su campo de visión nublando las estrellas de la noche. La sorpresa fue tal que se levantó de sopetón y chocó su frente con la del otro. Ambos se separaron e hicieron un gesto de dolor.

 

-Perdona. -masculló Kanzel algo ruborizado. Seguía tirado sobre el césped.

 

-No te preocupes, creo que me lo merecía.

 

Kanzel lo miró confundido.

 

-Me refiero al golpe por haber chocado contigo hace rato. -se explicó Lure. -Perdona por dejarte ahí tirado, ven, dame la mano.

 

Con una ligera sonrisa y la mano tendida Lure se veía como un adonis. Kanzel tragó saliva y saliendo de su estupor tomó la mano que le tendían. Fue levantado muy fácilmente a pesar de la apariencia delicada y enclenque del festejado. Entonces se dio cuenta de la ligera musculatura que se marcaba en el traje blanco… quizás no era tan enclenque.

 

Sin soltarse aún de la mano ambos elfos se quedaron mirando fijamente, intentando descifrar los pensamientos del otro. Entonces como un flashazo Kanzel se dio cuenta de la situación y de a quién tenía enfrente, rápidamente soltó la mano de Lure y se alejó un paso de él.

 

-Perdona, creo que debería irme.

 

-Kanzel. -lo detuvo Lure.

 

Kanzel se quedó sorprendido, no solo lo había reconocido, sino que también le había llamado por su nombre, ¿qué acaso no sabía quién era él? ¿cómo podía hablarle de esa forma a su enemigo? Se dio media vuelta para enfrentarlo.

 

-Eres un Adashyna. -le escupió dolido. No sabía por qué había dicho eso, lo había dicho sin pensarlo.

 

-Y tú eres un Denshtel. -contestó Lure en tono neutro, casi como diciendo lo evidente.

 

-¿Lo sabes y aun así me retienes aquí?

 

-¿Cómo no hacerlo? Hace tantísimos años que no nos vemos.

 

Kanzel no contestó a eso. Ya habían pasado casi quince años desde la última vez que se habían visto en aquel claro, lo recordaba perfectamente porque no sólo había sido su primer amor sino también su primer mejor amigo, lo había echado tanto de menos cuando desapareció de repente. Ya se había resignado a no verlo nunca más.

 

-Has cambiado. -le espetó Lure.

 

-¿A qué te refieres con eso?

 

-Antes hablabas hasta por los codos y ahora ni me sostienes la mirada.

 

No le sostenía la mirada porque quisiera sino porque estaba demasiado avergonzado, ¿qué él no escuchaba el rápido palpitar de su corazón? Kanzel lo sentía hasta en las orejas, pero Lure se veía tan sereno, tan impasible que comenzó a pensar que el único emocionado era él y que para Lure sólo era un encuentro casual de un par de viejos amigos de la infancia.

 

-Tú también has cambiado. -le rezongó.

 

Lure soltó una ligera risita y se le quedó mirando pensativamente.

 

-Sí, supongo que tienes razón.

 

Se volvieron a quedar mirando fijamente. Había algo, algo en el ambiente que a Kanzel simplemente no le permitía irse y alejarse de Lure o quizás simplemente lo estaba utilizando de pretexto, quizás es que en realidad solo era él el que no quería irse, no después de un reencuentro de tantísimos años.

 

-Te he echado de menos. -le susurró Lure.

 

Aquello lo desarmó por completo, quería abrazarlo, quería estrecharlo entre sus brazos fuertemente como había hecho tiempo atrás, cuando se encontraban en el claro y reían y jugaban juntos.

 

-Lure, yo…

 

-¡Kanzel!

 

Lure y Kanzel voltearon la mirada al mismo tiempo, en lo alto de las escaleras estaba Görkem, venía bajando rápidamente y en un dos por tres ya se encontraba a lado de su primo.

 

-Con que aquí estabas, ¿quién es el que decía que no debíamos perdernos? Te he estado buscando por todas partes.

 

En ese momento se dio cuenta con quién estaba hablando su primo, se le ensombreció la mirada y su mandíbula se tensó.

 

-¿Todo bien por aquí? -preguntó en tono serio.

 

-Sí yo solo, -dudó un momento -yo estaba conversando un poco con el joven Adashyna.

 

Görkem abrió los ojos como platos. Se le quedó mirando a Lure descaradamente hasta que a éste lo hizo sentirse incómodo.

 

-Ya veo. Hemos estado mucho tiempo fuera, Izzard se puede dar cuenta en cualquier momento, lo mejor será volver ya mismo.

 

-Entiendo. -dio una larga mirada a Lure, como si quisiese grabar todo su ser en su memoria. -Adiós, Lure.

 

-Adiós, Kanzel.

 

Se dio media vuelta y comenzó a caminar junto a su primo. No miró atrás, aunque sintió la mirada de Lure perforando su espalda.

Notas finales:

Bien, ya andando sin rodeos quisiera dejarles un pequeño aviso: a partir de ahora las actualizaciones se volverán semanales, esto debido a que mis vacaciones se han terminado y no tendré el tiempo suficiente para estar actualizando constantemente. He pensado que el mejor día para mí puede ser un sábado o un domingo, les prometo que las actualizaciones serán dentro de esos días.

 

Espero que el capítulo de hoy les haya gustado, les mando muuuuchos saluditos mis queridos/as lectores/as anónimos/as XD

 

Saludillos conrdiales o/


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