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Gracefully por WhisperingPrincess

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Notas del capitulo:

¡Hola, holaaa! Lo prometido es deuda y aquí les traigo el cuarto capítulo de Gracefully. Es un poco corto pero tiene algunos detalles importantes.

Lure estaba que daba vueltas en la cama y no lograba conciliar el sueño. La fiesta por fin había acabado y todos habían regresado a sus respectivos hogares. Seguía sin gustarle las fiestas, haber tenido que pararse ahí y sonreír y saludar a todo el que se le cruzaba era de lo más agotador, pero su padre había insistido y ante eso no podía hacer nada. Se había sentido tan agobiado que había salido al jardín principal para tomar aire fresco, pero se lo estaba pasando tan bien allá fuera que las ganas de volver a la fiesta se le habían ido.


Y luego escuchó que alguien lo seguía… sólo atinó a escuchar cómo caía de las escaleras y se llevaba el porrazo de su vida antes de darse la vuelta y salir corriendo en su busca. Era un idiota, ¿por qué tendría que salir corriendo por uno de sus invitados que lo estaba acosando? Entonces vio cuál de todos sus invitados había sido, incluso estaba seguro que no era un invitado. Esa cabellera roja la reconocería en cualquier lado, había esperado demasiados años para volver a verla.


Había creído verlo en el salón en medio de la multitud, pero no había estado seguro, no creía poder tener la misma suerte dos veces en un día. Porque sí que ya lo había visto, ese mismo día más temprano había chocado con él accidentalmente mientras corría para reunirse con Lotto, su media hermana. Se moría de ganas de verla después de tanto tiempo. Haberlo visto de forma tan repentina había sido demasiado shockeante para él que lo único que se le ocurrió en aquel momento fue huir, obviamente mientras se alejaba se arrepintió de su decisión, pero no podía dar media vuelta, ¿qué le hubiera dicho?


Y ahí estaba nuevamente ante él, brindándole una nueva oportunidad para redimirse. Tan guapo y espectacular como había sido siempre, con esos brazos fornidos, esos grandes ojos verdes, tan brillantes como la hierba de aquel claro donde se vieron por primera vez y aquel largo cabello rojo, ondeante como una llama viviente. Sus facciones duras pero a la vez delicadas, la línea que perfilaba sus pómulos y su mandíbula, sus labios rosas y carnosos; los años le habían asentado, no podía creer en lo guapo que se había puesto. Él era todo fuego y poder, desprendía energía y protección por donde le mirara. Instintivamente se inclinó ante él para verlo mejor, pero pronto se percató de que había sido una mala decisión al ver la sorpresa en sus ojos, el golpe que se llevó solo confirmó sus sospechas.


No podía negar en lo dolido y decepcionado que se había sentido cuando Kanzel, su amor de toda la vida, lo había mirado con un ligero desdén y le había echado en cara su apellido. Era cierto que sus familias no se llevaban en lo absoluto, podía decirse que hasta se odiaban, pero no tenían ellos que hacer lo mismo, después de tantos años lo había comprendido y se arrepentía de no haberlo entendido antes.


Cuando iba a despedirse de él, a decirle que se iría por un tiempo con su tía a vivir fuera por orden de su padre, y lo vio salir de la mansión de los Denshtel, no hizo otra cosa que sentirse confundido y enojado, optó por no decirle nada y desaparecer. Quizás solamente había sido un niño, pero estaba seguro que por ese entonces a Kanzel no le hubiera importado la familia de la que él proviniera, simplemente le sonreiría, le tomaría de la mano como solía hacerlo y le diría que si se tenían el uno al otro nada más importaba, entonces él le devolvería la sonrisa y le creería: lo demás no importaba si se tenían el uno al otro. Pero ahora ya era tarde, Kanzel ya había pasado demasiados años odiando a su familia como para que cambiara de parecer con el solo hecho de volver a aparecer en su vida.


Pero él estuvo a punto de decirle algo, antes de que llegara su acompañante y lo interrumpiera, sabía que era importante o quizás solo quería pensar que lo era. Verlo irse le había provocado un dolor casi físico, hubiera querido retenerlo, aunque bien sabía que en aquel momento sería imposible.


No quería perder la esperanza; ahora había regresado. Por fin estaba de vuelta en Groys y haría todo lo que estuviera a su alcance para conseguir el perdón de Kanzel. Con esa seria determinación Lure cerró sus ojos y encontró un plácido sueño, soñó con Kanzel, como casi siempre solía hacerlo.

Notas finales:

Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer esta obra, nos leemos la próxima semana o//


Besoteeeees!!


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