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Gracefully por WhisperingPrincess

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-Por favor Görkem, ya dime algo.-le imploró desesperado Kanzel.


Desde que Lotto se había marchado ambos primos se habían quedado callados, mirándose mutuamente. Görkem en especial parecía dolido y escéptico, Kanzel podía ver cómo se debatía interiormente y eso lo exasperó. No se habían movido ni un ápice y ya estaba cansado, cansado y adolorido.


El pelirrojo fortachón lanzó un suspiro, parecía igual de cansado que él.


-No tengo nada para decirte. No tengo idea de lo que estés planeando, pero más te vale que te andes con cuidado, jugar con los Adashyna puede resultar peligroso y no solamente para ti sino también para la familia.


-No estoy jugando a nada, lo que dije hace un rato era enserio. Ya estoy cansado de comprar pleito ajeno, ya no le hayo sentido a esta rivalidad entre familias, Görkem. No tenemos por qué pelear cuando podemos aliarnos y ser más fuertes, podemos crear todo un gremio.


-Estás hablando boberías, ¿qué hizo ese elfo Adashyna en ti? No sabes lo que tuve que pasar por ti y ese elfo, esa chica, Lotto… -sacudió fuertemente la cabeza- Nunca había pasado tanto tiempo con un Adashyna, fue tan extraño, ¿por qué tengo que sentirme así por tu causa? Me siento culpable, siento que le estoy fallando a mi padre, al abuelo, a la familia. ¿Cómo puedes hablar de esa forma tan desvergonzada?


Kanzel se acercó a su primo y lo agarró fuertemente por los hombros.


-Escúchame Görkem, sé que puede resultar confuso y difícil de aceptar, no te pido que lo hagas, solo no juzgues tan fácilmente. ¿Te parece lógico odiar a alguien solamente porque te dijeron que lo hagas?, ¿despreciarlo? Piénsalo, el rey siempre ha beneficiado a las dos familias por igual, ¿por qué crees que sea? Ambas tenemos algo que él necesita. Nuestras habilidades y dotes no son las mismas, no tenemos verdaderos motivos por los cuales pelear entre nosotros.


-¿Y piensas que Izzard se dejará convencer tan fácilmente?, ¿el abuelo?, Kanzel, tú podrías ser el próximo jefe, estás teniendo ideas demasiado peligrosas.


-Eso no me importa.


Görkem malhumorado se soltó del agarre del pelirrojo.


-Olvídalo, no tiene sentido seguir discutiendo de esto. Me voy de aquí.


-¿Irás a casa?


-No lo sé, tengo mucho que pensar, tampoco es como si pudiera verte salir al encuentro de un Adashyna.


A Kanzel se le entristeció la mirada, le dolía la reacción de su primo a quien consideraba más como un hermano, pero no lo culpaba. ¿Él no había reaccionado de forma similar cuando se enteró de que Lure era un Adashyna? Solo podía esperar que con el tiempo lo asimilara, y que como él, dejara esa enemistad que ya no tenía nada que ver con ellos.


-En ese caso nos vemos luego.-se despidió Kanzel algo cabizbajo.


-Sí, lo que tú digas.-respondió su primo ya de espaldas y avanzando sin rumbo alguno.


Sin mucho más preámbulo, el elfo de esmeralda mirada se encaminó a su hogar, su plan era pasar desapercibido el resto del día. No quería que su madre le hiciera preguntas sobre su persona maltrecha y quería ponerse más o menos presentable para su encuentro nocturno con Lure. No veía otra forma de encontrarse sin levantar sospechas más que en ese lugar, el lugar que solo ellos conocían.


No entendía muy bien por qué, pero se sentía especialmente emocionado. Rogaba porque su mensaje fuera dado a su destinatario. Quería verlo. Necesitaba más tiempo con él. Era un fuerte sentimiento que se había arraigado en él desde que lo había conocido, pero con el tiempo de su ausencia lo había enterrado muy dentro de sí, y ahora estaba volviendo a aflorar y parecía que con más fuerza que antes, como si todos esos años escondido no hubieran hecho nada más que fortalecerlo.


Llegando a su casa hizo todo lo posible por no encontrarse con nadie, la cual era lo suficientemente grande como para cumplir su cometido. Estaba a punto de entrar a su habitación victorioso cuando la voz de su madre lo detuvo.


-Kanzel, ¿pero dónde te habías metido? Izzard te ha estado buscan… ¡qué te ha pasado en la cara!


La expresión de su madre al verlo fue de tal espanto que pensó que tenía peor aspecto del que ya temía.


-Nada de lo que tengas que preocuparte madre, sólo tuve una pequeña disputa con Görkem.


Dazha lo miró contrariada.


-Espero lo hayas dejado peor a él de lo que te dejó a ti.


-En lo absoluto, nadie puede ganarle a Görkem en un combate cuerpo a cuerpo, ni siquiera yo…además yo tuve la culpa.


-¿Es algo de lo que tengamos que hablar?


Kanzel se quedó pensativo un momento, no creía que fuera buena idea explicarle a su madre la situación, quizás no en ese momento. Su madre podría ser la persona más comprensiva del mundo, pero si se trataba del honor de la familia entonces podía llegar a ser intransigente, siempre y cuando no afectara directamente a la familia podía ser una lindura de persona y presentía que su amistad con Lure Adashyna no le asentaría nada bien.


-No lo creo, o al menos no en este momento.


-Hijo, ¿todo está bien? No puedes pelearte con tu primo solo porque sí, por más cabezota que él sea, en eso definitivamente se parece a su padre. Pero la familia es familia.


Se quedó mirando a su madre fijamente, su madre era definitivamente una de las elfas más guapas que había visto, podía decir que su belleza la había heredado de ella. Bajita y con una complexión bastante atlética, teniendo en cuenta sus raíces, pero aun así conservando la elegancia de toda una dama, con su rostro enmarcado en finas facciones, su cabello cortado a los hombros (como toda Denshtel debía ser rojo) pero era más bien un color rojo bastante pálido, no como el de él y poseía los mismos ojos verdes. Aquella verde mirada que lo observaba con una gran preocupación maternal y curiosidad. Cómo la quería.


-No te preocupes mamá, no es nada que yo no pueda resolver ni tampoco por lo que tengas que mortificarte. Todo está bien.


-De acuerdo, si tú lo dices entonces lo creo. Ve a lavarte y de ahí encuéntrate con Izzard, ya me cansé de escucharlo preguntar por ti.


-Creo que lo veré mañana, me siento demasiado cansado como para escuchar sus regaños.


Su madre viró los ojos.


-Eres imposible. Hasta luego hijo, descansa. –le dijo al tiempo que le daba un dulce beso en la frente.


-Hasta luego, mamá. –murmuró el pelirrojo en respuesta. Esperó a que ella se hubiera alejado más en el pasillo para entrar a su habitación. Lanzó un suspiro de pesar antes de cerrar la puerta.


 


Bien, ahora podía declararse oficialmente como perdido. Sentía que había estado dando vueltas por el mismo lugar durante los últimos veinte minutos. No recordaba que el camino para llegar al claro fuera tan largo (aunque hacía muchísimo tiempo que no intentaba llegar ahí), pero de todas formas le parecía exagerado. Pero no perdería la fe, no si se trataba de la única forma de reunirse con Lure. Debía pisar con extremo cuidado ya que el camino solo era iluminado por la luz de la luna, pero a medida que se adentraba más y más al bosque las copas de los árboles iban negando el paso de la pálida luz de luna. Como guerrero, debía estar entrenado para que aquella situación de dificultosa visión no le impidiera realizar sus acciones. Costaba trabajo, pero los elfos tenían la mejor visión nocturna de todos los seres mágicos.


Siguió andando en dirección al norte. Pasado un tiempo más, estaba empezando a desesperarse cuando vio algo que se le hizo familiar, no sabía cómo podía recordar a detalle una roca blanca en el camino pero al verla se animó, sabía que debía ir por ese rumbo. Era como un sexto sentido que le decía que lo siguiera, una intuición.


Avanzando unos metros más entre la espesura del bosque, con los animales nocturnos a su alrededor, divisó un pequeño sendero iluminado por la luz blanca de la luna; estaba hecho entre la hierba y rodeado de pequeñas florecitas de múltiples colores, era demasiado hermoso. Sin dudarlo continuó con su camino, siguiendo el sendero. Y un par de metros después por fin llegó a su destino. Era mucho más espectacular de lo que recordaba, no sabía si era por la noche o simplemente el tiempo no había hecho más que embellecer aquel lugar.


Parecía que bajo la luz del plenilunio las hojas de los frondosos árboles eran plateadas, junto con toda la vegetación que ahí se encontraba, las grandes rocas que sobresalían del pasto eran de un blanco muy pulcro y en medio de toda aquella belleza vegetal se encontraba el pequeño lago, su agua tan cristalina reflejaba a la gran y redonda luna en todo su esplendor, y a su alrededor y por todos lados habían un montón de pequeñas florecillas blancas. Dándole un toque final, algunas luciérnagas se paseaban por el lugar en su lento andar, pululando aquí y allá.


Kanzel se quedó admirando el paisaje durante algunos segundos, aguantando la respiración al temer que cualquier movimiento brusco estropeara la magia que ahí se respiraba y todo volviera a desaparecer. No se había dado cuenta que alguien se encontraba recostado sobre la hierba hasta que se sentó y entonces su pulso se aceleró al mil por hora. Era Lure.


El Adashyna, entre tanta belleza le parecía más magnífico que de costumbre y se le vino a la mente el recuerdo de cuando lo conoció, de cómo al principio había pensado que era un ser de luz antes de darse cuenta que también era un elfo. Soplaba una ligera brisa nocturna y los cabellos de ambos revoloteaban al viento. Así bajo la luz lunar, el rubio elfo le seguía pareciendo un ser de luz, sus cabellos rubios parecían destellar con reflejos plateados.


Cuando Lure también lo divisó se levantó de un brinco y le sonrió. ¡Por la madre naturaleza! Esa sonrisa reluciente lo desarmaba por completo, no pudo por menos que devolverle la sonrisa de la manera más encantadora que fue capaz. Quería llamar su atención, quería convertirse en alguien importante para él, como él ya se había convertido en alguien importante para Kanzel. Si eso significaba que debía emplear toda su galanura y encanto para conquistarlo entonces lo haría, se atrevería a desafiar a todo lo que se le pusiera en frente para que el rubio y él pudieran estar juntos, incluso si eso significaba desafiar a sus respectivas familias, estaba dispuesto a todo y no lo lamentaría.


-Perdón, -se disculpó Kanzel- llegué tarde.


Lure negó con la cabeza.


-No te preocupes, yo también acabo de llegar. Por un momento pensé que ya te habías ido.


-Yo te esperaría el tiempo que fuera necesario.-le respondió Kanzel con voz aterciopelada.


El Adashyna pareció estremecerse.


-¿Tienes frío?-preguntó el pelirrojo algo preocupado. Quizás no había sido tan buena idea reunirse al intemperie, estaban cerca del invierno, por consiguiente el aire se estaba empezando a tornar frío por las noches.


-No, no… no es nada.-contestó rápidamente Lure con un ademán de manos, al tiempo que un ligero sonrojo comenzaba a colorear sus mejillas.


-¿Estás seguro?


-Totalmente, además como médico no es fácil que me resfríe. Por favor no pienses que padezco de una salud delicada.


Kanzel se echó a reír.


-Tienes razón, discúlpame. No fue mi intención ofenderte.-argumentó divertido.


-¿Te estás burlando de mí?-lo miró de mala manera.


-En lo absoluto, palabra de honor.


Kanzel alzó la mano en ademán de promesa para darle más valor a sus palabras mientras le regalaba una de sus mejores sonrisas.

Notas finales:

 


 


 


Sean felices o/


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