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Gracefully por WhisperingPrincess

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Notas del capitulo:

Holaaasasas! Aquí vengo a subir el siguiente capítulo y pues... gracias por leerlo xD

 

Espero les guste /.

-Cariño, por favor deja de jugar con la comida y termínatela de una vez. Tienes entrenamiento en media hora-lo reprendió su madre.

 

Kanzel parecía estar en otro mundo menos en ese, traía un humor de perros que al parecer su madre o no se había percatado o estaba dispuesta a ignorar.

 

-No tengo hambre. -anunció y se levantó de la mesa.

 

-Hijo, por favor no te vayas a perder por ahí. Si vuelves a faltar al entrenamiento no me haré responsable cuando Izzard pregunte por ti.

 

-No te preocupes mamá, solo saldré un momento. Necesito aire fresco.

 

-Lo tendrás en el entrenamiento.

 

- ¿De cuándo acá Izzard es aire fresco?

 

Su madre soltó una risita.

 

-Tienes razón, pero ya quedas advertido.

 

-Sí mamá, además creo que me lo merezco, no he faltado en toda la semana. -y salió del comedor a paso veloz antes de que su madre pudiera decir algo más para entretenerlo.

 

 

 

Fuera del pequeño castillo sentía las irrefrenables ganas de salir corriendo y perderse entre las callejuelas de Groys, la hermosa capital de Gracefully. En medio de la ciudad, en la gran plaza, el rey había mandado a hacer una extraordinaria fuente de piedra que también era un monumento en memoria del mayor guerrero que Gracefully había tenido, su familia estaba especialmente orgullosa por ese mausoleo porque claro, el mayor guerrero de toda Gracefully había nacido ahí en Groys, bajo la cuna del gran apellido Denshtel, porque quién sino podría ser mejor guerreo que un Denshtel. Mientras caminaba por las calles y veía pasar a otros elfos con sus carretas, caballos y demás, él se preguntaba si podría llegar a ser tan buen guerrero como su familia lo esperaba, parecía que querían que él fuese el nuevo Blankts, el nuevo orgullo… y el próximo jefe. De igual forma pensar en eso le molestaba, en realidad todo en ese momento le molestaba. Por qué maldita sea tuvo que soñar con ese recuerdo, a qué venía eso después de tantísimos años.

 

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta que un muchacho venía corriendo a toda velocidad en dirección contraria a la de él, por lo que cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde, la colisión fue inevitable y ambos cayeron al suelo.

 

- ¿¡Pero qué…!?-empezó a estallar Kanzel, el golpe lo había dejado fuera de combate y apenas se estaba incorporando cuando vio a la persona que lo había derribado. Se le hacía tan familiar y a la vez desconocido, ese cabello rubio platinado, esas facciones de ángel, esos ojos grises.

 

- ¡Oh maldición! Perdona, no te vi, traigo prisa, perdona.

 

El muchacho se levantó y volvió a salir corriendo mientras se tallaba la frente roja y adolorida.

 

Kanzel se había quedado de piedra, seguía medio incorporado con sus brazos en medio de la calle y todos se le quedaban mirando al pasar, pero a él no le importaba, sentía que había visto a un fantasma.

 

-¿Kanzel?

 

El aludido alzó la mirada.

 

-¿Qué demonios haces ahí tirado? Ven, dame la mano.

 

Kanzel tomó la mano que su primo le tendía y le ayudó a levantarse.

 

-Gracias Görkem.

 

-No, de nada. ¿Se puede saber qué hacías ahí tirado?

 

-Un tarado chocó contra mí y me tiró. -rezongó molesto.

 

- ¿Que alguien te tiró?, vaya esto definitivamente lo tiene que saber Izzard. -empezó a burlarse Görkem.

 

-No te atrevas a decírselo, no sé qué clase de entrenamiento de tortura me pondrá a hacer si se llega a enterar.

 

-¿Si me llego a enterar de qué?. -Sonó una voz llena de autoridad a sus espaldas.

 

Lentamente Kanzel se dio la vuelta y se topó frente a frente con su tío y maestro Izzard. El hermano mayor de su madre y padre de Görkem. Como todos los que tienen sangre Denshtel en sus venas, su tío tenía una larga cabellera pelirroja, facciones duras y un cuerpo musculoso y robusto. La complexión física de los guerreros. Su primo, Görkem, con un cabello más corto que el de su padre y un color más zanahoria, era igual de robusto y tenía toda la pinta de poder derribar a diez drows de un solo plomazo.

 

A veces Kanzel se preguntaba si realmente era un Denshtel, él no tenía un cuerpo tan grande y musculoso como el de sus parientes; es verdad que tenía músculos, por supuesto, su camisa de seda empezaba quedarle algo estrecha por esa masa muscular, pero a comparación de su primo o su tío… bueno, quizás porque era más alto que todos ellos es que se veía así; y luego estaba su cabello, es cierto que era rojo como la mayoría de los Denshtel, todos tenían unas cabelleras pelirrojas de todos los tonos posibles, incluso habían algunos un poco rubios o castaños, pero el suyo era un rojo fuego, según su madre “ningún Denshtel había tenido un rojo tan potente e impresionante como ese”, con facciones más delicadas que los demás miembros de la familia, unas orejas menos picudas y unos grandes ojos verdes, podría decirse que era guapo. Y eso le incomodaba, ¿un guerrero para qué quiere ser guapo? Su belleza no servía para levantar una espada o lanzar con precisión una flecha, aunque sí que servía para salir con chicas, no había nada que derritiera más a una chica elfa o cualquier chica del mundo mágico que un chico con carita de ángel.

 

-¿Y bien?, ¿qué me están ocultando? -volvió a exigir Izzard.

 

-Oh, no es nada del otro mundo padre, solo taclearon a Kanzel y tuve que ayudarlo a levantarse. -le contó Görkem mientras se echaba a reír.

 

Su tío le lanzó una fulminante mirada.

 

-¿Es eso cierto?

 

-Bueno, sí, ¡pero en mi defensa! Andaba distraído y el tipo venía corriendo, no lo vi venir.

 

Su tío le jaló de la oreja.

 

-¡Elfo idiota! ¿cómo puedes llamarle a eso defensa? ¿es que no te he enseñado nada? Siempre alerta Kanzel, un guerrero siempre debe de estar alerta, no puede darse el lujo de andar en las nubes, ¿qué hubiera sucedido si traía un cuchillo y te apuñalaba con él?, Görkem hubiera encontrado un cadáver.

 

-¡Ay!, Tío suéltame… ¡ay, por la madre naturaleza! Me duele, suéltame.

 

Después de un pequeño forcejeo Kanzel logró zafarse del agarre de su tío.

 

-No seas tan fatalista Izzard, ¿quién en la tierra delinquiría aquí en Groys? Sabiendo que aquí vivimos nosotros, debería estar mal de sus facultades mentales para intentarlo.

 

Izzard le dió un coscorrón.

 

-Elfo idiota, eso no garantiza nada, siempre puede entrar un drow en nuestras tierras y hacer su desastre.

 

A Kanzel se le ensombreció la mirada. Un drow. Su tío tenía razón, no podía ir por la vida pensando en el polvo de las hadas cuando los drows podían entrar a su ciudad y atacarlos sin miramientos. No solo eran expertos en la lucha cuerpo a cuerpo y de espadas, sino que también contaban con el poder de la magia oscura, un regalo que alguna de las hechiceras les dio con el fin de convertirlos en sus guerreros y guardaespaldas.

 

-De todas formas, ¿qué haces aquí?, ¿no deberías estar entrenando al ejército del rey?

 

-Entrenamiento en el que deberías estar. -le regañó- Como no apareciste vine a buscarte. No es buen momento para estar en las calles.

 

-¿No es buen momento?, ¿a qué te refieres padre? -preguntó Görkem metiéndose en la conversación.

 

-Acaba de regresar a la capital un miembro de los Adashyna, andan haciendo rondines y demás por el susodicho, al parecer harán una fiesta en su honor. No quiero que te metas en problemas con alguno de ellos, en especial ahorita que estamos amenazados por el rey de no meternos con ellos por el momento, si lo hacemos caeremos de su gracia.

 

-¡Malditos Adashyna! -rugió Görkem- se creen la gran cosa solo porque uno de los suyos logró salvar a la reina de un virus, ¿cuántas batallas no hemos peleado nosotros por el rey?, ¿a cuántos de los nuestros no hemos perdido por sus caprichos?

 

-¡Görkem! -lo reprendió su padre.

 

-Es que no es justo.

 

-No se trata de si es justo o no, si nos metemos en una pelea con algún Adashyna no solo el rey tomará represalias, Klugh también lo hará.

 

Görkem enmudeció al escuchar el nombre del abuelo, el jefe de la familia Denshtel. Si su hijo Izzard podía dar miedo, Klugh Denshtel con solo su presencia podía intimidar a cualquiera y ni que hablar si se le hacía enojar.

 

-Así que andando, ninguno de los dos puede salir fuera por los próximos tres días.

 

-¡Estarás de broma!

 

-En lo absoluto Kanzel, son órdenes y las vas a cumplir. Hablo enserio cuando digo que no saldrán ni a la esquina.

 

Sin más que decir, Izzard dio media vuelta y empezó a regresar por donde había venido totalmente confiado en que lo seguirían. Kanzel dudó en escabullirse, pero tras pensárselo mejor optó por seguir a su tío y regresar a casa, no quería que esos tres días de encarcelamiento se convirtieran en un mes.

 

Caminaron en silencio los tres todo el trayecto, Izzard iba a la cabeza a paso veloz, seguido de Kanzel que caminaba más lento y se sumía en sus pensamientos, se lamentaba de quedarse encerrado durante tres días enteros. Görkem parecía igual de perdido que él, hasta que pareció reaccionar y se le acercó.

 

-Hey, Kanzel. -le llamó en susurros para que su padre no le oyera.

 

Éste alzó la vista y se le quedó mirando. Görkem se acercó un poco más, casi como para susurrarle al oído.

 

-¿Qué dices sobre ir a una fiesta esta noche? -lo miró con picardía.

 

-¿Una fiesta?, ¿dónde?

 

-En donde los Adashyna, ¿no tienes curiosidad por saber quién es el recién llegado?

 

-Tú estás loco, ¿no oíste lo que tu padre nos acaba de decir? Si se entera de que salimos y peor aún, si se entera de que fuimos a la fiesta de los Adashyna nos matará.

 

-¿De cuándo acá tú haces lo que mi padre te dice? Anda, no seas cobarde, capaz y es una linda elfa, vale la pena que vayamos a echar un ojo. Prometo no meternos en problemas.

 

Kanzel le dio vueltas a la idea.

 

-¿Y qué pasa si nos reconocen? No es que seamos de los que pasan desapercibidos. -dijo señalando su fisonomía y la de su primo.

 

-Nos disfrazaremos, por supuesto. Podemos usar ropajes viejos y quizás un sombrero, hasta crees que se van a fijar tanto en la gente que llega. Tampoco creo que se les ocurra que algún miembro de nuestra familia se pueda colar en su fiesta.

 

-Bueno, está bien. Nos encontraremos antes de la medianoche en la parte sur del castillo para saltar por la barda e irnos sin que nadie sepa nada.

 

-¡Vaya! Hasta ya pensaste la estrategia, como se podía esperar del futuro gran guerrero de Groys.

 

-Cierra la boca. -espetó Kanzel avergonzado mientras lanzaba un ligero puñetazo al hombro de Görkem. El agredido comenzó a reír estrepitosamente.

 

-Vale, vale capitán.

 

Siguieron andando en silencio, con el plan ya en marcha.

Notas finales:

Bien, hasta aquí por hoy. Pienso publicar el tercero lo más pronto posible. Espero pasen buen día, noche, semana, año, etc... ;D

 

Por ahí dejan su Review :B

 

Chaito!


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