Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Incomplete [VKook/Taekook] por knvlchan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Su mamá le había insistido en que la puntualidad era lo primero. Así que Jungkook se encontraba refunfuñando en aquel camión para llegar a su escuela más temprano que cualquier otro alumno. Sabía que llegaría treinta minutos antes de la hora de entrada y todavía no lograba comprender la manía de su madre para llegar tan temprano.

 

Un accidente podría ocurrir, tienes que ser precavido hijo siempre decía su mamá cuando le preguntaba lo mismo. Era su segundo año en la universidad pero su progenitora seguía empeñada en tratarlo como un bebé.

 

Se sentó en un lugar cerca de la ventana y se puso los audífonos. Miró durante un rato el paisaje que le brindaba el trayecto cuando el camión paro. Al pelinegro le gustaba cuando sentía aquella sensación en sus pies del viaje pero no le gustaba cuando el camión se paraba durante horas para esperar clientes.

 

Miró a los pasajeros que subían cuando sus ojos se depositaron instantáneamente en un joven de cabello castaño. Los ojos del chico se veían sumamente apagados porque quizás había estado llorando. Tenía grandes ojeras pero eso no le quitaba el gran atractivo que poseía.

 

Se sentó en la fila contraria en la que se encontraba Jungkook. Miró al chico durante un buen rato. El joven simplemente miraba hacia la ventana evitando cualquier contacto con la gente.

 

Esa imagen no era tan mala pero parecía lamentable. Jungkook no comprendía como un ser tan hermoso podía estar tan abrumado internamente.

 

Bajó en una parada poco concurrida. El chico no quería perderlo de vista así que bajó en la misma parada. Aún tenía tiempo de sobra, simplemente tenía curiosidad pero cuando el tiempo se le acabara se prometió internamente que iría corriendo a sus clases.

 

Caminó detrás de él pero el castaño ni siquiera parecía haberlo notado. Entró a un café que parecía nuevo en el lugar. Pues la pintura aún se veía nueva y de alguna manera desentonaba en la zona.

 

Cerrado temporalmente rezaba un letrero en la puerta de aquel establecimiento. Cuando vio la hora se fue corriendo del lugar. Perdió más tiempo de lo esperado y si no se apresuraba no lo dejarían entrar a la primera clase.

 

Corrió lo más que pudo a la parada y subiéndose en el primer camión que vio prometiendo que regresaría algún otro día a ese café.

 

Como era de esperarse, en menos de una semana Jungkook ya se encontraba en aquel café, sin embargo este seguía sin abrir por lo que no le quedó otra opción que irse a sus clases. Después de aproximadamente dos meses el café volvió a abrir sus puertas. Jungkook, por su parte no había dejado de ir constantemente para enterarse de cuando eso ocurriera.

 

Así que ahí lo tenían observando el negocio con la ligera esperanza de volver a encontrarse una vez más aquellos ojos que tanto le habían llamado la atención. Por primera vez agradeció que su mamá le insistiera llegar tan temprano a sus clases.

 

Entró al negocio encontrándose con un mundo diferente al exterior. El lugar desprendía un aroma a café y además su interior estaba arreglado de tal forma que fuera acogedor. Los chicos vestían un uniforme que emulaba a los mayordomos, pero se veían muy bien con esa vestimenta.

 

Checó el menú con lentitud esperando encontrar al chico que había visto en aquella ocasión. Justo cuando sus esperanzas se habían ido a los suelos por verlo, el chico apareció detrás de una puerta llamando a uno de sus empleados.

 

Salió brevemente pero aquel rostro lo hizo sentir mariposas en el estómago. Ese rostro lo hacía desear quedarse todo el día pero tenía deberes en su escuela. Después de estar observando el menú durante un rato, al final se decidió por un Caramel Macchiato con leche deslactosada y mientras esperaba su orden pensaba que a partir de entonces regresaría más seguido al lugar.

 

Con el tiempo Jungkook se convirtió en un cliente frecuente en Le Beau Rose. Fueron dos años completos de tener un amor platónico con aquel chico, que además era el dueño de lugar. Aunque le gustaba que las cosas fueran de esa manera porque era temeroso para tomar algún paso más adelante.

 

Cuando probaba aquel café es como si estuviese en el cielo, sin embargo no podía ir todos los días porque le daba mucha pena. Era un chico tímido cuando se encontraba en ese lugar, mucho más cuando el castaño lo miraba. Estaba seguro que el dueño del lugar ya había notado su existencia lo cual lo hacía más vergonzoso para él.

 

Un día como cualquier otro regreso a su casa más temprano de lo usual. Su madre se encontraba muy emocionada arreglándose mientras su padrastro limpiaba el coche.

 

–Hijo, ya prepárate –Le decía su mamá mientras se pintaba los labios de un color rosa pastel.

 

–Ya voy mamá –Dijo Jungkook aventando la mochila en el suelo.

 

Entró a su habitación y vio que sobre su cama se encontraba lo que su mamá ya le había preparado para ponerse. Se encontraban perfectamente doblados unos pantalones de mezclilla, una camisa e incluso cerca de la cama ya estaban acomodados unos tenis blancos.

 

Su madre le había avisado con anterioridad que irían a ver una película que ella tenía muchas ganas de ver. Motivo por el cual Jungkook no se quedó a platicar con Jimin después de clases.

 

El chico era su mejor amigo desde que eran niños, incluso hubieron algunas veces donde él también los acompañaba a sus salidas. Jimin era ese hermano que no había tenido e incluso era considerado un hijo más para la familia.

 

Su papas se habían divorciado cuando él era todavía un niño. Tendría unos nueve años cuando ocurrió por lo que no recordaba mucho lo sucedido. Su papá ya tenía una familia pero tampoco es que tuviera comunicación con ellos. Desde que su mamá se había casado con su padrastro, su padre había cortado toda comunicación con Jungkook.

 

Su padrastro era una persona gentil, el problema era la madre de este. Que vendría a ser su abuela política. Siempre sintió que ella no lo quería pero tampoco dijo nada porque su mamá parecía ser feliz después de mucho tiempo. Además consideraba a su padrastro como un verdadero padre por lo bien que los cuidaba. No se podía quejar porque a su manera tenía una familia casi perfecta.

 

Ambos vivían tranquilamente en la casa que su padrastro había comprado cuando recién se casaron. Llevaban viviendo en esa casa seis años, pero Jungkook era feliz en ese hogar. Además no estaba tan lejos de su antigua casa, lugar que a veces visitaba con frecuencia para recordar viejos tiempos de su infancia. Aunque no podía entrar porque ya tenía nuevos habitantes desde hace algún tiempo.

 

Se cambió completamente del uniforme a las prendas que su mamá había preparado. Se sentía cómodo cuando vestía de esa manera, y sentía que su mamá lo conocía muy bien porque siempre le compraba ropa con ese estilo.

 

Salió cuando ya estaba listo. Su madre también se había terminado de arreglar y su padrastro ya se encontraba en el auto esperándolos.

 

–Es una película que tenía muchas ganas de ver –Se emocionó su mamá mientras entrecruzaba sus dedos de felicidad.

 

–Espero que no sea como la última vez. Esa película que elegiste fue totalmente horrible –Le advirtió su padrastro mientras paraba el vehículo por el semáforo que ya había cambiado su color.

 

Jungkook estaba sentado en la parte trasera con los audífonos puestos. No escuchaba lo que ellos decían pero tampoco tenía muchas ganas de escuchar. Porque lo que más le gustaba era dormir durante sus viajes.

 

Tenía los ojos cerrados cuando sintió un golpe en la parte trasera. Abrió los ojos en seguida, pero lo que estaba a punto de pasar fue más rápido. Sintió un fuerte golpe que empujó al coche hacia la derecha. Luego como todo su cuerpo daba vueltas, apenas estaba consciente, después veía negro y nada más que negro.

 

Su cuerpo dolía por la posición en la que estaba. Su espalda se sentía incómoda, de seguro porque había estado mucho tiempo acostado. Despertó porque oía mucho ruido por todos lados.

 

Era un sonido inconfundible, el lugar era un hospital. Abrió los ojos lentamente por la luz que había en la habitación. Una enfermera se percató de que ya había despertado. Revisó sus signos vitales y salió de la habitación inmediatamente.

 

Cuando recuperó más la conciencia un doctor joven entró al lugar.

 

 –Jungkook, ¿cómo te sientes? –Le preguntó el doctor mientras una luz muy brillante alumbraba su ojo derecho.

 

La luz era muy molesta pero sabía que era por su bien.

 

–Me siento adolorido. ¿Cuánto tiempo dormí? –Respondió con dificultad mientras el doctor tomaba su pulso nuevamente.

 

No le gustaba nada la sensación que tenía su cuerpo. Sentía que había dormido una eternidad por el dolor de su espalda.

 

–Han sido tres días. Deberás estar algunos días más en el hospital –Le indicó el doctor antes de retirarse de la habitación.

 

Recordó repentinamente como había llegado ahí. Había estado involucrado en un accidente de auto junto a sus padres.

 

–Doctor, ¿cómo están mis padres? –Lo cuestionó porque el chico quería saber que había pasado con ellos en el accidente.

 

–Por ahora debes descansar –Le ordenó el doctor antes de irse del lugar.

 

Esa respuesta no le gustó para nada al menor. Tenía que saber que había pasado con ellos pero al mismo tiempo tenía miedo de saberlo. El tono que usó el doctor lo hacía sentir agobiado. Optó por dormir un rato más.

 

Fue casi una semana la que estuvo en ese lugar. Pero no había recibido una visita de nadie, ni siquiera de su amigo Jimin. Le preocupó porque pensó que él habría sido el primero en visitarlo.

 

Tampoco se sentía a gusto en el lugar. Interrogó varias veces al doctor acerca de sus padres pero siempre le decía la misma excusa. Primero preocuparse por su salud y ya después podría preocuparse por los demás.

 

Esa semana y media fue muy frustrante para Jungkook. Lo único que quería saber era que su mamá estuviera a salvo. También quería saber que su padrastro se encontrara bien pero las vagas respuestas del doctor lo hacían tener miedo.

 

Cuando lo dieron de alta, le dio gracias al doctor que lo estuvo cuidando durante todo ese tiempo. Recogió sus cosas del hospital y aprovechó para preguntarle a la recepcionista por sus padres. Quizás sus heridas había sido más graves y habían sido enviados a otro lugar.

 

La enfermera buscó los nombres que se encontraban registrados en las habitaciones sin embargo la búsqueda no lanzó resultados con esos nombres. Después entró a otra lista que era desconocida todavía para el muchacho, esa lista estaba referida a las personas que entraban al hospital cuando estaban agonizantes o muertos.

 

Los nombres Jeon Sun Hee y Jeon Chung Ho en la lista coincidían con los proporcionados por el pelinegro. La enfermera entonces lo miró con lastima antes de comunicárselo.

 

–Esas personas fueron ingresadas al hospital, pero su estado era grave –Dijo la enfermera lentamente.

 

Lo decía como si estuviera procesando poco a poco lo que le comunicaría al chico. Porque ella era nueva y porque era su primera vez comunicando una noticia de ese tipo. La mirada de la chica estremeció a Jungkook, no quería escucharlo pero a la vez ya necesitaba saberlo.

 

–La señora Sun Hee falleció a las 16:03 mientras que el señor Chung Ho falleció a las 16:30 del mismo día –Explicó la enfermera.

 

Todo su mundo se le vino encima de repente y escuchaba vagamente lo que decía la enfermera. Lo único que recordaba era la sonrisa de su mamá. La risa de su padrastro. Los momentos que había pasado con ellos. ¿Ya no los vería más?

 

Desde que conoció a su padrastro se dio cuenta que él había sido más padre que su propio padre. Y su mamá era la persona más especial de todas, ella era quien lo cuidaba como a su propio tesoro. Lágrimas inundaron por completo su rostro, no se dio cuenta cuando pero sus rodillas ya habían tocando el suelo.

 

La enfermera se asustó y lo abrazó por unos segundos. Decías cosas que eran inaudibles para el chico. Sabía que lo estaba consolando pero en estos momentos nadie podía hacerlo. Otras enfermeras se acercaron para ayudarle a la joven practicante pero la chica se negó a cederles su lugar.

 

Entonces la enfermera se lo llevó a un lugar más apartado porque la gente comenzaba a reunirse para ver el espectáculo. Una enfermera que llevaba más tiempo en el lugar se fue a su puesto para no dejarlo vacío. Jungkook lloró durante una hora porque aún no cabía en su cabeza como se había quedado huérfano de la noche a la mañana.

 

Cuando se tranquilizó miró a la enfermera que lo seguía abrazando. Se limpió las lágrimas y pronunció un débil gracias antes de despedirse de ella. La chica le dio su número de teléfono para que le hablara por si tenía alguna inquietud o algo así. El gesto fue amable pero no quería causar molestias a nadie.

 

Su celular se había destruido por el accidente, razón por la cual no podía hablarle a Jimin o a alguien para que lo ayudara. No tenía dinero por lo que tuvo que caminar un largo trayecto para ir a casa.

 

Sus pies ya le dolían de tanto caminar pero cuando llegó a su casa se sintió completamente aliviado. La puerta estaba cerrada pero sabía que debajo de la maceta detrás de la casa tenía una llave de repuesto por si alguien perdía la original.

 

Fue hacia la parte trasera y buscó la maceta pero no la encontró. Un niño pequeño salió de entre los pequeños arbustos que estaban en ese lugar mirándolo extrañado.

 

–¿Quién eres? –Le preguntó el niño que quizás no rebasaba la edad de siete años.

 

–Soy Jungkook y vivo en esta casa –Le sonrió al pequeño infante.

 

–No es cierto. Mis papas y yo nos acabamos de mudar a esta casa hace poco –Le dijo el niño muy seguro de sí mismo.

 

Jungkook se sorprendió por lo que dijo el niño. Lo dejo ahí y fue corriendo a la puerta para comprobarlo con sus propios ojos. Tocó el timbre repetidas veces antes de que una mujer joven saliera de la que había sido su casa.

 

–Disculpe, ¿hace cuánto que viven aquí? ––Le preguntó el chico totalmente desesperado.

 

La mujer lo miro extrañada.

 

–Nos mudamos hace media semana, ¿buscaba a alguien? –Le preguntó al joven parado frente a ella.

 

–Sí, buscaba a alguien pero creo que ya recordé que me lo había mencionado –Le contestó el pelinegro con una sonrisa.

 

La mujer también le devolvió la sonrisa y cerró la puerta. La que alguna vez había sido su puerta.

 

Se sentía completamente perdido. Sin ganas y completamente hambriento camino nuevamente. Buscaría a su abuela política, quizás ella lo acogería por un tiempo. Ella vivía a una hora de distancia de su ex-casa, a pesar de que estuviera exhausto camino durante un largo rato.

 

Cuando llegó la mujer abrió la puerta.

 

–¿Qué necesitas? –Le contestó despectivamente.

 

Jungkook le hizo una reverencia a la señora.

 

–La casa… mis padres… el accidente… –Pronunció Jungkook desesperadamente.

 

–Tú no eres hijo de mi hijo. Suficiente hice con pagarte las cuentas del hospital –Le dijo la mujer antes de cerrarle la puerta en la cara.

 

Jungkook ahora ya no tenía a nadie a su lado. Se dio cuenta que estaba completamente solo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).