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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo: Hola, hermosuras. He vuelto!
 
Disculpenme la larga ausencia pero he tenido muchos problemas y pensaba que me iban a consumir las pocas ganas que tengo de vivir, aun batallo contra eso pero el escribir me ayuda a olvidarme un poco de ello. Además tengo muchos deberes en la universidad pero por lo menos voy a tener unas pequeñas vacaciones para descansar así que podre dedicarle un poco más de tiempo al fic.
 
He estado un poco desconectado del mundo, solo pude ver el comeback de Triple H y de Mamamoo no se quien más ha hecho comeback ilustrenme(?
 
Ahora si, al fic...
 
Taekwoon se encontraba inquieto en la sala de su departamento, eran pasadas las ocho de la noche y Hakyeon no volvía. Ni una llamada, ni un mensaje de él o de Minhyuk. La preocupación lo embargaba, carcomía su cerebro y entrañas, y no podía salir a buscarlo por su pierna herida.
 
Escuchó la cerradura de la puerta abrirse y pudo respirar con calma, Hakyeon había vuelto.
 
Se puso de pie para recibirlo pero grande fue su sorpresa al verlo ingresar desarreglado como si lo hubiesen golpeado y su postura era de alguien abatido por la tragedia.
 
—Cha Hakyeon, ¿qué te sucedió?
 
El moreno se acercó a él, pudo contemplar mejor las áreas rojizas y los arañazos. La pena en sus ojos.
 
—Leo, escapa conmigo. Solo tu y yo.
 
El nombrado parpadeó confundido.
 
—¿A qué viene eso tan repentino? —Hakyeon se abrazó a él, lo escuchó gimotear en su hombro—. ¿Qué sucede, Cha Hakyeon?
 
—Woonnie, perdoname... Yo... te juro que nunca planeé esto...
 
—¿Qué sucedió? ¿Qué tengo que perdonarte? Habla, Hakyeon —Leo temblaba, estaba asustado por el estado y las palabras de su pareja y más aun porque intuía lo que le sucedía.
 
Hakyeon se apartó un poco de Leo, lo miró con sus ojos rojizos y empapados de lágrimas.
 
—Eunyoung volvió... y me dijo que está embrazada...
 
Taekwoon se apartó rápidamente de Hakyeon, se dio la vuelta buscando mantener distancia del moreno.
 
—No, no, no... Me niego a creer eso, seguro es una mentira de su parte —se apresuró a decir mientras atravesaba la estancia con ayuda de sus muletas.
 
—Ella me mostró las ecografías, los exámenes, la prueba que confirmó su embrazo. Leo... es real...
 
—¿Y si no es tuyo? —inquirió molesto, celoso, herido—. Estuvo lejos, en otro país, cabe la posibilidad de que te haya sido infiel y quiera meterte la responsabilidad de un niño que no es tuyo.
 
—Ya estaba embrazada cuando se fue de aquí —confirmó—. Es mi hijo, no puedo abandonarlo.
 
Leo se dejó caer en el sofá y arrojó con furia sus muletas a algún lugar en el piso de la sala. Estaba frustrado, enojado, triste, decepcionado. Llevó sus manos al rostro y lloró, un llanto fuerte y quebrado como quien recibe la peor de las noticias.
 
Hakyeon lo observó asustado, temblando. ¿Cómo se le había salido de las manos esa situación? ¿Cómo pudo descuidarse con algo así? ¿Cómo fue capaz de destruir su vida con Taekwoon? Se acercó a él temeroso de su reacción, previendo una explosión de emociones de parte de su menor. Taekwoon no estaba en su mejor momento pero ambos debían hablar, aclarar las cosas y tomar una decisión.
 
Se arrodilló frente a él y posó sus manos en las piernas de su pareja.
 
—No me toques —dijo Leo sin verlo—. No soporto que me toques.
 
—Por favor, Woonnie...
 
—No, no quiero que me toques, no quiero que me hables —habló entre dientes amenazante, con la voz rota denotando todo el dolor que hervía en su interior—. No sabes lo que has hecho... lo que nos has hecho...
 
—Se exactamente lo que hice... se que esto es algo... algo difícil de afrontar pero... podemos...
 
—No —cortó las palabras de Hakyeon y lo enfrentó con la mirada tan gélida que heló a su pareja—. No quiero que me involucres en esto, no quiero tener que compartirte con esa mujer y su hijo, ¿me entiendes? Es ella o yo, piensa bien lo que vas a elegir.
 
Se levantó del sofá sin importarle el dolor en su pierna, fue cojeando hasta su habitación y se encerró bajo llave dejando a Hakyeon de rodillas en la sala, temblando y con su mirada carente de vida.
 
Esa noche durmió en el frío sofá con sus pensamientos carcomiendole la mente, pensando en Leo, pensando en Eunyoung y en su hijo. Quiso llamarla y preguntar por su estado, porque no estaba bien cuando se fue después de la pelea y que esta se descargara contra él, que le gritara y llorara decepcionada al enterarse que Hakyeon había elegido a Taekwoon. Eunyoung no estaba en condiciones para recibir una impresión tan fuerte pero ella no lo quería cerca, no quería verlo porque le causaba dolor y era comprensible. Aun así, estaba preocupado por la mujer que fue su compañera por muchos años y que ahora le daría un hijo.
 
A la mañana siguiente, Hakyeon preparó café y el desayuno esperando poder hablar con Taekwoon con más calma y la cabeza fría pero este no salió de su habitación. Lo esperó pero al no recibir señales ni intención de salir por parte de su pareja decidió irse a trabajar, quizás cuando volviera podrían hablar.
 
Abandonó el apartamento y se dispuso a llamar a Eunyoung, ella si parecía medianamente más calmada.
 
—¿Cómo te sientes? —preguntó Hakyeon genuinamente preocupado por ella.
 
Mi pecho dejó de doler pero no estoy mejor... Me has lastimado mucho, ¿qué haré sola con un hijo y enferma? —se escuchaba afectada y eso golpeó fuerte en Hakyeon.
 
—No estás sola, sabes que no lo estás. Es mi hijo y voy a verlar por él siempre, ¿entiendes?
 
Esta no era la idea de una familia que tenía pensado para nosotros, yo quería que estuvieras a mi lado cuidandonos. Que criaramos juntos a nuestro hijo hasta que fuera adulto, que viera a sus padres juntos.
 
—Eunyoung, lo lamento... siento haber arruinado todo...
 
No estoy bien y lo sabes, ¿por lo menos estarás junto a mi cuando dé a luz? ¿Me sostendras a mi y a tu hijo cuando no tenga fuerzas? Tengo miedo, cariño.
 
Hakyeon se quedó observando la pantalla de su celular cuando Eunyoung colgó, la impotencia lo embargaba y su labio inferior temblaba por el llanto contenido. Taekwoon y Eunyoung habían puesto una carga muy pesada sobre sus hombros y lo tenían atado de manos, era difícil tomar una decisión en ese momento.
 
Por su parte, Taekwoon se dignó a salir de la habitación luego de varios minutos de escuchar la puerta principal cerrarse. Asegurándose así que Hakyeon estuviera lo suficientemente lejos. Su pierna molestaba así que recogió sus muletas que estaban cuidadosamente colocadas contra el respaldo del sillón.
 
Vio dos platos llenos de comida sobre la mesa y la jarra de café llena, Hakyeon seguro ni había probado un poco. Le preocupó que su moreno no haya desayunado y se culpó por ello, ¿había sido muy duro con él? ¿Estuvo mal ser egoísta? Él no quería a Eunyoung y mucho menos a ese bebé, quería a Hakyeon para él solo. Era egoísta, era enfermizo, pero si fuera capaz de encerrar a Hakyeon en un lugar lejano, lo haría.
 
Dio un pequeño salto al escuchar toques en la puerta. Sabía que no era Hakyeon pues este tenía la llave del departamento y tampoco era Minhyuk, ya que él siempre lo llamaba al celular antes de subir. Receloso fue a abrir a la persona que tocaba, tal vez era algún vecino.
 
Cuando abrió la puerta se topó con la figura de una mujer muy bonita pero sin mucho maquillaje y una ojeras profundas como si el sueño le fue negado la noche anterior. Taekwoon tardó unos segundos en reconocerla, un sudor frío atravesó su espalda.
 
—¿Jung Taekwoon? —inquirió la mujer y él asintió—. Soy Jo Eunyoung, debemos hablar sobre...
 
—No voy a hablar contigo sobre Cha Hakyeon —la cortó en seco con su voz áspera y dura.
 
—Lamentablemente hay que hablar de muchas cosas, permiteme pasar que este no es un buen lugar para lo que te voy a decir.
 
A regañadientes Taekwoon le permitió el acceso a su hogar, suyo y de Hakyeon. Vio a la mujer sentarse en uno de los sofás, se veía cansada y solo por eso se apiadó de ella.
 
—¿De qué quieres hablarme?
 
—¿Enseung te contó que estoy embrazada? —inquirió acariciando su ligeramente abultado vientre por sobre el vestido blanco ceñido.
 
—Su nombre es Cha Hakyeon y si, lo hizo —contestó de mala gana.
 
—Se que no fue una noticia agradable de recibir... pero para mi tampoco lo fue enterarme que mi novio me cambió por un hombre —acusó la mujer— y debes entender que yo lo conocí como Enseung cuando vivíamos en Boston, me arrepiento mucho de habernos mudado para acá.
 
—¿A eso viniste? ¿A lamentarte conmigo? —la mujer lo miró intensamente, no supo si estaba molesta o afectada por sus palabras pero lo que le dijo lo descolocó.
 
—Estoy muriendo —confesó—. Le mentí, dije que estaba bien pero la verdad es que el embarazo me está consumiendo lentamente. Mi corazón no es lo suficientemente fuerte para soportarlo.
 
—¿E-Entonces porque te empeñas en tenerlo si sabes que...?
 
—Estaba sola cuando lo conocí... Enseung... Hakyeon me salvó de mi soledad, me enseño a vivir con mi débil corazón, me protegió de mis padres y me dio un hogar. No queríamos casarnos a pesar de las insistencias de su padre y de los míos, eramos felices tal y como estábamos... Quería darle mis últimos latidos porque ya no hay nada que pueda hacer por mi, quiero darle esta última parte de mi que está creciendo en mi vientre. Este niño es lo único que quedará de mi.
 
Taekwoon se vio a si mismo temblando con las manos empuñadas sobre sus rodillas mientras era testigo de como esa mujer exponía su débil condición a él, su rival. Sus finas lágrimas ablandaron su corazón.
 
—¿Hakyeon lo sabe?
 
—Sabe que estoy enferma del corazón, hemos buscado donantes pero... ya es muy tarde porque una operación así es riesgosa para el bebé. Él piensa que voy a sobrevivir pero ni yo misma estoy segura de ello.
 
—Pero debe haber otra alternativa... algo... —tenía un nudo en la garganta, no sabía como estaba soportando todo ello.
 
—Esta bien así porque prefiero eso a estar sola, a soportar la presión de mis padres y de la sociedad. Hakyeon te eligió a ti y yo me quedé sola, no tengo razones suficientes para luchar. Lo siento, soy así de débil...
 
Taekwoon quiso refutarle, decirle que luchase pero no pudo emitir sonido alguno. Vio la resignación en sus ojos, en su postura. Eunyoung había renunciado a vivir y Taekwoon no sentía que fuera capaz de cambiar eso.
 
 
 
 
 
Hongbin había terminado su terapia y su caminata matutina pero no se sentía con el deseo de volver a su habitación, esa mañana despertó inquieto pensando en Hakyeon y Taekwoon. Se preguntaba si era alguna clase de presentimiento. No podía hacer llamadas ni recibir visitas para constatar que sus hyungs estuvieran con bien.
 
Dio varias vueltas por la clínica inquieto, quería salir y correr, y buscar a sus amigos pero tenia miedo de lo que podría pasarle. La idea de que el mundo lo viera, que lo juzgaran y lo miraran con lastima le ponía enfermo, paranoico. Aún se sentía sucio, impuro y ya no soportaba sentirse de esa manera. Estaba haciendo todo lo posible por enterrar, quemar y olvidar esa sensación pero muchas veces despertaba con deseos de arrancar su piel, de gritar, de maldecir a ese hombre que desgració su vida.
 
Llegó a su habitación, resignado, con la intensión de leer algo y distraer sus pensamientos, olvidarse de su realidad por un momento. Se sorprendió que al entrar a su habitacion se encontró con un enorme ramo de rosas sobre la mesa de noche.
 
—¿De dónde salió esto...? —preguntó a la nada.
 
Se acercó a las rosas vislumbrando una nota que colgaba de uno de los tallos.
 
"Hongbin-hyung, perdón. Se que no debo acercarme a ti, aunque no estoy cerca justo ahora, pero te extraño y quiero creer que tu también me extrañas así que decidí enviarte rosas. Muy cursi, ¿cierto? No sabía que podía mandarte, de que otra forma podía hacerte sentir que estoy a tu lado aun si no puedes verme. Quiero que sepas que te amo, que cada segundo ese amor crece y que cada instante rezo por tu bienestar. Tomate tu tiempo, se que es un proceso largo, seré paciente. Voy a esperar por ti hasta que estés listo, solo dejaré de hacerlo si tu me lo pides.
 
Te ama, Sanghyuk."
 
Se quedó observando la nota embelesado, acariciando la descuidada letra de su niño. Lo extrañaba, por Dios que si lo hacía, pero no quería que lo viera aun en un estado tan deplorable. Quería estar fuerte, sano, sin ninguna perturbación en su vida. Debía recuperarse por completo, ser capaz de hacerle frente a Sanghyuk y poder sonreír y abrazarlo, vivir a su lado como una pareja normal.
 
Se aferró a ese propósito, a esa meta. Volvería al lado de Hyuk lo más pronto posible.
 
 
******
 
 
Hakyeon volvió tarde a su departamento luego de que Xiumin intentara levantarle el ánimo, fue difícil concentrarse en el trabajo con tantos problemas acuestas. Su cabeza palpitaba horriblemente y su cuerpo se sentía desgastado, sumado a ello no había comido muy bien durante el día.
 
Para su sorpresa encontró a Leo sentado en el comedor con las manos entrelazadas observando hacia la nada.
 
—Woonnie... —se acercó esperando que su pareja le diera una evasiva o que le exigiera una respuesta pero se mantuvo en silencio. Tomó asiento en la silla frente a él—. He estado pensando mucho y a la vez siento que no he pensado en nada —sacudió su cabeza sintiendo que se estaba yendo por las ramas—, no se si tengo una respuesta. Te amo, eres la persona con la que quiero estar el resto de mi vida pero voy a ser padre... no puedo desentenderme de mi hijo. No puedo...
 
—Ve con ella —dijo Leo sin voltearlo a ver.
 
—No la quiero a ella, estoy preocupado por mi hijo...
 
—Fue tu pareja mucho tiempo, va a darte un hijo y esta enferma... ella me lo dijo...
 
—¿Vino aquí? —preguntó incrédulo.
 
—Si, estaba preocupada de que la fueras a abandonar y a dejar a tu hijo huérfano. ¿Por qué nunca me dijiste de su enfermedad? —inquirió algo molesto—, ¿Por qué dejaste que odiara a una persona que está muriendo? ¿Por qué me hiciste pelear contra alguien como ella?
 
—Yo nunca esperé que las cosas resultaran así —se sinceró—. Nunca esperé que mi vida se basara en mentiras, que me enamorara de ti al punto de que no puedo respirar si no estoy a tu lado. Nunca creí que abandonaría a Eunyoung en su condición.
 
—Entonces ve con ella.
 
—No me estás escuchando, Taekwoon. Te elegí a ti, te quiero a mi lado para siempre —le reclamó Hakyeon.
 
—¡Pero ella te necesita! —exclamó Taekwoon elevando su vista—. Está haciendo todo lo posible por darte un hijo pese a que se está muriendo, ¿la has visto? ¿Has visto su rostro demacrado o su delgada figura? ¿Has visto el brillo en sus ojos cuando acaricia su vientre? Cha Hayeon, no puedo pelear contra eso. No voy a pelear... me rindo.
 
—¿Qué estás diciendo, Jung Taekwoon?
 
—Que nunca debí luchar por ti —contestó con los ojos cristalizados—. Debí apartarme cuando estabas con Hyuk, debí apartarme cuando me dijiste que estabas con Eunyoung, pero fui un idiota que se empecinó en amarte cuando todas las señales me indicaban que yo... que yo sobraba en tu vida. Fui el causante de muchas de tus desgracias y ahora es que lo entiendo.
 
—No digas eso, Woonie —las lágrimas de Hakyeon empapaban su rostro silenciosas, herido por sus palabras.
 
—Es la verdad, Cha Hakyeon. Si no hubiese aparecido en tu vida tal vez no habría sucedido todo esto y tu tendrías una vida normal y tranquila. Tu enfermedad no se habría agravado, tu padre no estaría preso, tus recuerdos no habrían desaparecido... —Taekwoon se puso de pie, sosteniéndose de la mesa aun con la cabeza inclinada. Hakyeon lo observó sin moverse de su lugar, las gruesas lágrimas abandonaban sus ojos mientras veía como todo lo que había construido junto a Taekwoon se derrumbaba—. Gracias... por seguirme en esta locura, por intentar formar una vida a mi lado, fue bueno mientras duró.
 
Intentó alejarse con sus muletas, ya no había nada más que discutir. Todo había acabado.
 
De pronto se vio acorralado contra la pared, apresado por dos finos pero fuertes brazos y besado por una hambrienta boca. Sintió como sus huesos se derretían y se quedaba sin aliento, todas sus terminaciones nerviosas vibraron por el toque de Hakyeon. La boca del moreno descendió por su barbilla y atacó el blanquecino cuello del más alto.
 
—N-No... Cha-a Hakyeon... para... para... ¡No! —forcejeó con él pero estaba muy débil y sus piernas cedieron cayendo al suelo. Hakyeon lo sujetó contra su pecho mientras este se revolvía furioso hasta que se cansó y simplemente lloró—. ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué eres tan cruel...?
 
—Te amo...
 
—No... vete...
 
—No quiero —dijo sin titubeos.
 
—¡Vete! ¡Ve con ella! —exclamó Leo desesperado.
 
—Me iré si es lo que quieres —Leo tembló ante sus palabras y su dureza, sostuvo el brazo de Hakyeon de forma instintiva. Su interior gritaba que no dejara ir a Hakyeon—. Voy a cuidar de Eunyoung y de mi hijo, y cuando estén bien... volveré para casarme contigo.
 
—¿Qué...? ¿Qué dijiste? —inquirió incrédulo de lo que escuchaba.
 
—¿Quieres casarte conmigo, Woonnie? —aún con el rostro rojizo cubierto de lágrimas, Hakyeon fue firme con su propuesta.
 
—Te volviste loco, Cha Hakyeon. No puedes hacerme una propuesta así... en esta situación... ¿crees que estoy bromeando cuando te dije que terminábamos? —Taekwoon lo enfrentó, no estaba en mejor condición que él.
 
—Creo que si lo estoy, mi amor.
 
—No. Basta. Esto terminó, tu no puedes abandonarla en esa condición —Hakyeon lo sostuvo de mejor manera, colocó uno de sus brazos por debajo de las piernas de Taekwoon y lo sostuvo entre sus brazos—. ¡No! ¡Bajame!
 
Hakyeon lo llevó a la habitación que ambos compartían, lo colocó sobre la cama con delicadeza. Se arrodilló delante de él y sostuvo sus manos, posó su frente sobre estas.
 
—Ella lo entenderá, ella podrá cuidar bien de si misma. Yo la ayudaré con nuestro hijo.
 
—Ella no está bien, Hakyeon. No va a estar bien. No va a luchar por su vida si la abandonas —temblaba mientras emitía cada una de sus palabras, había pensado demasiado como renunciaría a Hakyeon y ahora solo quería aferrarse a él aún si era a costa de la vida de alguien.
 
—Ella es fuerte, se que podrá con todo esto y voy a ayudarla. Es así. Ya lo he decidido.
 
—¿Y si... al final la eliges a ella? —no supo como se atrevió a preguntar eso y no sabía si quería escuchar su respuesta.
 
—Eso no pasará. Ya no soy un adolescente, mi corazón ha madurado —le aseguró besando la palma de sus manos con devoción.
 
Taekwoon estaba mareado por toda la presión de sus emociones y el fuerte llanto del que minutos antes era víctima. Besó la cabeza de Hakyeon, entre sus sedosos cabellos, y dejó sus labios allí varios segundos.
 
Hakyeon elevó su rostro cuando Taekwoon se apartó y atrapó sus labios en un apasionado beso. Poco a poco fue recostando a Taekwoon contra la cama, sintió las manos de su pareja aferrarse a su espalda con desesperación.
 
—¿P-Por qué es... es tan difícil alejarme de ti? ¿Qué me hiciste, Cha Hakyeon? —inquirió sobre sus labios devorándolos.
 
—Es nuestro destino estar juntos hasta que nuestros huesos se vuelvan polvo y aun así seguir amándonos.
 
No sabía si aquello podía ser posible y no le importaba saberlo, él creía en las palabras de Hakyeon. Se sentía hipnotizado, embrujado por su grave tono de voz y la suavidad con la que articulaba sus palabras. Su cuerpo se había doblegado ante él.
 
Fue víctima de la desesperación, de la necesidad de sentir la piel de Hakyeon acariciar la suya. No tardó en hacérselo saber mientras, prácticamente, arrancaba la ropa del cuerpo del moreno. Hakyeon respondió a su demanda, lo ayudó a desvestirse, acarició su cuerpo, lo besó en cada tramo de su cuerpo. Lo adoró como nadie nunca lo adoraría.
 
Taekwoon se encontró de pronto en el centro de la cama, apoyado en las almohadas con las piernas extendidas, gimiendo, mientras Hakyeon hacia maravillas con su boca. Sentía las manos de Hakyeon sostener sus piernas con fuerza, ejerciendo presión que seguramente le dejaría marcas y la idea le encantaba. Quería ser marcado por Hakyeon.
 
Los dedos de su moreno fueron dibujando trazos en sus muslos hasta llegar a sus glúteos y marcar su camino más allá. Leo se estremeció al sentir un dedo intruso dentro de su ano, acariciando y jugando con él. Todo su cuerpo se estremeció. 
 
—Es-Espera... Yeon... Ahhh... ¡Ahí! —exclamó en contra de su lógica, en contra de su cerebro que le gritaba que no debía hacerlo pero su cuerpo no razonaba.
 
—¿Te gusta así? —Hakyeon ascendió con un camino de besos hasta llegar a la boca de Taekwoon, sin dejar de trabajar en la parte baja de este último.
 
—Espera... —así como se encontraba excitado también estaba asustado, temía que eso fuese una despedida por parte de Hakyeon y que, al culminar el acto, él se iría—. H-Hakyeon... no así...
 
—¿Qué sucede? Voy a tratarte bien... si te duele pararé... —dijo pensando que eso era lo que le preocupaba a su menor.
 
—N-No... Solo... Solo promete que despertaré a tu lado... solo quiero eso... —emitió con un débil hilo de voz.
 
—Te lo prometo, mi amor.
 
El cuerpo de Taekwoon se arqueó, el dolor recorrió sus terminaciones nerviosas cuando el miembro de Hakyeon se introdujo en él. Sus brazos se anclaron a la espalda del moreno así como sus piernas a la delicada cintura, por más que doliera se aferraría a él hasta el final.
 
Lo sintió moverse, entrar y salir con estocadas certeras y electrizantes. Hakyeon estaba tomando todo de él y Taekwoon no se molestó en entregárselo, a fin de cuentas él le pertenecía a Cha Hakyeon ahora y por siempre.
 
Gritó el nombre de Hakyeon, le suplicó por más y recibía todo del moreno. Lo colocó boca arriba, aprisionándolo contra la cama, lo montó ante la sorprendida mirada del mayor. Sus movimientos fueron salvajes, frenéticos. Hakyeon lo sostuvo de las caderas ayudándolo a llevar el ritmo, lo atrajo más cerca de su cuerpo y lo besó.
 
Taekwoon no creía que algún día tomaria el papel de pasivo pero por Hakyeon era capaz de hacer lo que sea.
 
Sintió descargas eléctricas desde su parte baja recorriéndolo, enterró sus uñas en la espalda de Hakyeon. Mordió su hombro para no dejar escapar el grito de su orgasmo pero fue en vano, la voz gutural de Hakyeon hizo cortocircuito en él y lo llevó a la locura.
 
Su cuerpo quedó langido, sin fuerzas, cuando la última gota de su esencia salía de su cuerpo. No supo más de si mismo ni del mundo, podia morir allí mismo y no le importaría, solo se concentró en la lejana voz de Hakyeon diciéndole que lo amaba.
 
Su moreno cumplió su promesa porque al día siguiente despertó entre sus brazos y lo hicieron otra vez.
 
 
******
 
 
Ken estaba nervioso constatando de que todo estuviese en su lugar, era un lugar pequeño ya que era una boda muy intima con pocas personas pero las suficientes para que fuera algo creíble. No quiso decirle a sus padres pero Hani lo convenció. Su madre se veía muy risueña cuando entró a la sala, no quiso ver la expresión de su padre pero daba por hecho que era de satisfacción al creer que su hijo enderezó su camino.
 
—Ken-ah, calma o te dará un ataque. El juez Leeteuk ya llegó, solo falta que Hani venga —le dijo Hakyeon colocando su mano en el hombro de su dongsaeng. Él y Leo lucían esmoquins hechos a su medida, aunque Leo estaba un poco más informal sin corbata y los primeros tres botones desabrochados.
 
—Lo sé, hyung. Es solo que quiero que todo salga bien... ¿y Larva? —inquirió al ver que su pareja no estaba allí.
 
No tardó ni dos segundos cuando el nombrado apareció con Jongin y Taemin sosteniéndolo por ambos brazos, tras ellos los seguían Minho y Kyungsoo. Ken no sabía si sentirse aliviado o preocuparse por la presencia de Taemin.
 
—Pense que no vendrías —dijo Leo.
 
—Al principio no tuve el valor pero llegó el apoyo moral al rescate —dijo señalando a sus dos amigos.
 
—Es nuestro amigo, no lo íbamos a abandonar —dijo Jongin.
 
—Y si intenta gritar e impedir la boda, lo detendremos —bromeó Taemin—. Debemos asegurar a mis sobrinos.
 
Ken suspiró un poco más aliviado pero ese alivio se esfumó cuando Jin y Sandeul aparecieron corriendo para indicarle que debían ir a sus puestos. Ken fue rápidamente a donde estaba el juez, la música empezó a sonar y todos los presentes se mantuvieron a la expectativa. Vio a Hyuk, Taehyung y Jungkook deslizarse rápidamente en las últimas sillas intentado pasar desapercibidos. Sonrió de que estuviesen allí también como los niños que el recordaba en la secundaria siempre llegando tarde.
 
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la presencia de Hani, engalanada con ese bello traje de novia ceñido a su cuerpo y repleto de brillantes que la hacían parecer una joya. Venía del brazo de Junghwa quien tenía un vestido turquesa y la hacia ver preciosa, además parecía querer llorar en cualquier momento.
 
Todo sucedió tan rápido que apenas podía procesarlo. Junghwa entregándole a Hani, sus palabras de aliento, el discurso del juez y sus votos que resonaron tan fuerte en su cabeza comprobándole que todo era real.
 
—Si alguien tiene una razón que impida esta unión, hable ahora o calle para siempre —dijo el juez. Ken rezó porque Ravi no hiciera un escándalo.
 
Para su mayor sorpresa no fue él sino otra persona que llegó de improvisto y quien no veía desde hace algún tiempo.
 
—Yo me opongo a esta boda —Hyuntae apareció fatigado, seguro había corrido hasta ese lugar—. Kenny, no puedes casarte. Sé que no la amas.
 
—¿Pero qué rayos hace este aquí? —exclamó Ravi parándose de su asiento.
 
—No sé que te orilló a casarte —dijo ignorando olímpicamente a Ravi— pero es un grave error el que estás cometiendo. Kenny, renuncia a todo esto y ven conmigo.
 
—Creo que él que se está equivocando eres tu —dijo Ken algo nervioso.
 
—No, estoy claro en lo que quiero. Te amo y no estoy dispuesto a irme de aquí sin ti.
 
—Suficiente. Saquemos a este chiflado de aquí —entre Ravi, Hyuk y Minho tomaron a Hyuntae de sus brazos y piernas y lo sacaron cual costal del lugar mientras este gritaba su amor por Ken.
 
—¿P-Podemos continuar, juez Leeteuk? —pidió Ken casi en un ruego.
 
—Si... claro. 
 
Procedieron a colocarse los anillos y a firmar el acta de matrimonio al igual que los padrinos quienes eran Jin y Junghwa. La fiesta luego de la ceremonia fue un poco más animada que la boda aunque todos comentaban la aparición del pretendiente de Ken, incluso sus padres habían exigido una explicación de ello. El nombrado dio una vaga respuesta y se dispuso a atender a sus invitados, y tomar tantas fotos como fuera posible.
 
Por su parte, Hyuk se había convertido en el paño de lágrimas de Jimin. Escuchaba sus quejas de lo raro que se comportaba Suga y que temía que terminaran, Hyuk intentó darle ánimos a su pequeño amigo. Una pequeña sonrisa picara se asomó por la comisura de sus labios pero la disimuló muy bien, prometió no decir ni una palabra. Le encargó a Taehyung el cuidado de un lloroso Jimin mientras él se disponía a ir hacia uno de los balcones del salón que daban vista hacia el jardín donde había visto una figura conocida.
 
Colocó sus manos en la cintura de esa persona y las apretó suavemente arrancándole un brinco de impresión.
 
—¿Qué hace aquí, Hakyeon-hyung? La fiesta es allá adentro —dijo situándose a su lado.
 
—Necesitaba pensar un rato a solas —dijo taciturno.
 
—Escuché de Minhyuk-hyung que te irás... —su voz se apagó en un susurro—. ¿Volverás pronto?
 
—Eso espero. Debo cerrar esto de la mejor manera.
 
Vio tristeza en la mirada de Hakyeon, sabía que no quería irse pero también sabía que Hakyeon no estaría tranquilo hasta terminar lo que debía terminar.
 
—¿No te parece esto un déjà vú? Todo empezó en un balcón, ambos tristes con unos tragos encima, y justo era una fiesta de Ken-hyung —comentó Hyuk.
 
—Eso me pone melancólico —dijo recordando esa escena como algo lejano y difuso. Aun sus recuerdos no estaban muy claros en su cabeza.
 
Hyuk sostuvo su mano en un suave apretón.
 
—Voy a extrañarte... así que vuelve pronto, por favor —dijo en un susurro suave, palabras que acariciaban el sentimiento del amor que aun le profesaba a Hakyeon.
 
—Lo haré —respondió con ternura a su niño.
 
Soltaron sus manos y contemplaron la noche en silencio, compartiendo ese momento sin palabras innecesarias hasta que unos pasos los pusieron en alerta. Taekwoon llegó hacia ellos tambaleándose, sus mejillas sonrosadas y la mirada perdida, claramente estaba borracho.
 
—Te estaba buscando, Cha Hakyeon... Ravi fue corriendo tras de Ken y se encerraron en el baño, me dejó solo con la botella...
 
—Y decidiste tomartela tu solo —reclamó Hakyeon acercándose a él y sosteniéndolo por la cintura previniendo que no se cayera al suelo, Taekwoon entrelazó sus brazos en el cuello de Hakyeon.
 
—Es tu culpa también por dejarme solo... porque vas a dejarme solo mucho... mucho tiempo —hizo adorables pucheros con sus ojos cristalizados—. No te vayas, Yeon-ah.
 
Rozó su nariz con la de Hakyeon para luego atacar sus labios de forma voraz ignorando el mundo a su alrededor, solo eran Hakyeon y él. Sus dedos se hundieron en el cabello del moreno para profundizar el beso, se separaron un segundo solo para que la boca de Hakyeon bajara por su cuello y volviera a su boca en un beso intenso.
 
Hyuk huyó de aquel lugar y de esa escena amorosa que le causaba incomodidad. Volvió a la fiesta, donde debía estar. Caminó por la sala en busca de sus amigos. Se sorprendió al ver a Junghwa ir en su dirección con una copa de vino y los ojos rojizos del llanto.
 
—Ven acá, llorona —le dijo al tenerla cerca para envolverla en un abrazo.
 
—Se ve feliz, dentro de poco se irá a su luna de miel y... y va a ir por sus hijos. Tendrá una familia —decía entre pequeños gimoteos—. Estoy feliz por ella y por Ken pero... me siento muy triste también. Ellos dos son amigos pero ¿si deciden que están bien juntos? ¿Qué quieren esa familia para toda la vida? ¿Si en el camino surge algo entre ellos?
 
—Hey, hey, no te tortures la cabeza así. Nadie puede decir que pasará ni preverlo, no te adelantes a ello. Son amigos, hicieron esto porque quieren a esos niños y era su única forma de tenerlos por lo legal. Quizás... en el futuro ellos dos sigan siendo buenos amigos, solo eso —Hyuk frotó los hombros de su amiga de forma fraternal.
 
—Quizas tengas razón —dijo ella tomando un trago de su copa—. ¿Compartimos un beso?
 
Hyuk tomó la copa y la miró a ella, su ella. Brindó en silencio por Ken y Ravi, por Hakyeon y Taekwoon, por Hongbin y su futuro. Bebió un largo trago.
 
Después de esa noche, Ken se iría a vivir con Hani y Hakyeon tomaría un vuelo para cuidar de Eunyoung. Eso dejaría a Taekwoon y a Wonsik en brazos de la soledad igual que a él, quien aun esperaba paciente la recuperación de Hongbin.
 
Abrazó por los hombros a Junghwa mientras iban en busca de sus amigos, intentando que sus pensamientos esa noche fueran optimistas.
 
Rezó por la felicidad de las personas que amaba.
Notas finales: CHAN CHAN CHAN!!!!   Kenny se nos casó! Pero no tuvo que esperar mucho para meterle mano a Ravi xD ¡Ya tendremos a nuestras estrellitas!   Tuvimos un pequeño momento en los pensamientos de Hongbin, aún es duro para el superar lo del abuso pero por Hyuk sigue luchando.   Y el Neo... parece que siempre están sufriendo y separándose pero aun así se aman con locura. Aunque no era la mejor opción, Eunyoung renunció a su vida para dársela a su bebé y a N. Lo hizo por la felicidad de ambos.   El capitulo de llama 'Ella' porque tanto N, Ken y Hyuk tienen a su chica que son muy importantes en la historia y en sus vidas.   Solo queda un capítulo y el epílogo. Preparen los pañuelos ;-;   Nota: Disculpen cualquier horror ortografíco ya que no he podido revisarlo bien.   Comenten y denme amor para seguir escribiendo. Nos leemos pronto.  

 


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