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¡Malditos celos! por Girlyfairly

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Notas del capitulo:

Holis... Bueno, saben que me gusta echarles el chambres antes de empezar, así que aguántense.

 

primero que nada, pedir disculpas por el retraso T.T 

No sé si quienes me leen aquí también leen mi otro fic pero si alguien lo hace... También perdón por no haber actualizado No te enamores. Si tengo las ideas pero algo por ahí me desanimo un poco, pero prometo continuarlo. 

 

Por otra parte, ya le había dado mucha larga a este fic, el cual pensaba hacerlo corto como ya dije.

 

dejando eso atrás (agradezcan que he olvidado lo demás que les diría) podemos empezar. 

Muchas gracias preciosuras por sus lecturas :*

4.ÚLTIMA OPORTUNIDAD

 

Todo estaba oscuro, sabía que estaba acostado sobre el pasto pues la humedad de este le rozaba su desnuda espalda, de igual forma sabía que aún se encontraba en El Pital ya que el constante correr del río se seguía escuchando a unos metros de distancia, el sol caía de lleno en su cuerpo completo, dándole una calidez exquisita, era la mejor sensación desde que habían llegado a ese tonto lugar, a ese lugar al cual no quería asistir, recordaba haber refunfuñado todo el día viernes pero Matt no le permitió quedarse solo en casa. Y aquí estaba, sintiéndose completamente relajado, si se concentraba lo suficiente podía asegurar que esa sensación era como estar descansando sobre las nubes, así de excitante.

¡Un momento!

Justo cuando estaba paseando sus brazos por el rocío de la envolvente grama, su mente volvió a la realidad, como un golpe fuerte y certero recordó que por más bien que esto se sintiera, no estaba en la realidad. Abrió los ojos de par en par solo para encontrarse que el cielo estaba oscuro, Light no estaba y las risas de sus amigos no se escuchaban. Se sentó raudo, la calidez que sentía desapareció y fue cambiado por un frío que le helaba hasta la médula; lo relajado que estaba cambió a un palpitar acelerado de su corazón al no entender qué diantres estaba sucediendo nuevamente

 

-¿Ryuk?-
Llamó nervioso mientras se ponía de pie, aquello debía ser otro sueño. Debería estar feliz puesto que podría solicitar su tercer deseo, pedir las cosas bien y sin artimañas del shinigami, pero por algún motivo no estaba feliz, de hecho, tenía miedo.

 


Con cautela vio su alrededor, tratando de vislumbrar algo, pero todo estaba completamente oscuro . Una parte de él quería caminar y dejarse absorber por aquellas penumbras hasta encontrar una salida, pero otra parte de él —la dominante— no se atrevía a mover ni el más ínfimo músculo. Pero cualquier pizca de valentía desapareció cuando, detrás de él, le fue posible sentir el aliento de alguien —o algo— sobre su nunca.

 

Tragó grueso y por un momento tuvo la intención de salir corriendo, pero la lógica le decía que simplemente debía tratarse de Ryuk, aquel fastidioso shinigami, con la poca valentía que le quedaba, giró su cuerpo, pero no estaba preparado para lo que vio.

 

Sus piernas se aflojaron e inevitablemente cayó sentado, el silencio era tan ensordecedor que podía jurar haber escuchado su cadera crujir ante el golpe.

 


-No sé porque te asustas cuando eres tú quien me ha llamado-


Vale, que la voz de Ryuk era profunda, pero no le hacía temblar como la voz de aquella criatura. Su rostro carecía de cualquier expresión, Ryuk tenía una sonrisa de un pésimo bufón pero este shinigami lo veía de manera seria mientras se mantenía de pie frente a él, el aspecto cadavérico de aquella cosa tampoco le ayudaba en mucho para relajar sus nervios.

 

-¿Q-Quien eres y d-donde es-está Ryuk?-
Se mordió los labios con temor que su pregunta fuese a molestar a aquella criatura, y que está decidiese mandar su alma al reino de las sombras por la eternidad


El shinigami suspiró y alzando su mano izquierda, chasqueó sus dedos haciendo aparecer frente a ellos a Ryuk pero con sus manos atadas por adelante

 

-¿Qué sucede Rem?, pensé que le habías dicho a nuestro jefe qué harías el trabajo sola-
Espetó con una leve sonrisa. Estaba molesto por estar atado, pero a la vez satisfecho que Rem no hubiese podido hacerlo sola como tan altaneramente había dicho que lo haría

 

-Pues tenías razón al decir que el chico es un tonto, ha sido él quien ha preguntado por ti-

 

Lawliet se puso de pie, un poco más confiado de ver a Ryuk, como dice el dicho, más vale malo conocido que bueno por conocer

 

-¿Por qué estás atado?-
Cuestionó, deteniendo las miradas asesinas que aquellos Shinigamis se hacían entre ellos

 

-A mi jefe  no le pareció gracioso la pequeña broma que te jugué-
Se defendió pronto Ryuk soltando un resoplido.


Los ojos de Lawliet se abrieron por completo, ¿broma?, ¡ja!, ¡lo sabía!, ese shinigami no había cumplido su deseo como él quería


-Estúpido Shinigami, sabía que este enrollo solo podía ser culpa tuya-
Espetó y Ryuk se ofendió. Con sus muñecas atadas como estaban, chasqueó sus dedos rápidamente, haciendo aparecer el mejor sueño y a la vez, la peor pesadilla de Lawliet


-¡Lawliet, mi amor! Te extrañe tanto-


Lawliet tragó grueso al escuchar esa melodiosa voz, giró su rostro y se encontró con Light acercándose a él, quería decir que estaba feliz de ver a alguien conocido, pero la realidad era otra. La mirada lasciva que el castaño tenía lo hizo temblar.


-Lawliet, ¿sabes que te amo?-


En esta ocasión la voz había venido de atrás, mientras unas manos comenzaron a subir por su torso


-No les creas, Lawliet. Ellos no te aman, solo yo puedo hacerlo-


Su corazón le dio un vuelco, esta vez tenía a Light frente a él. Aquella voz comenzó a llenar el lugar pero venia de todas partes, no importaba donde su vista se dirigiese, Light estaba ahí, comenzó a sentir más de un par de manos recorrerle el cuerpo, perdiéndose dentro de su short y alcanzando su miembro


-¡No!, ¡Haz que se detenga!-
Ordenó de una manera lastimera mientras se retorcía entre aquellas manos, sus ojos se encontraron con los burlones de Ryuk, pero el shinigami no parecía dispuesto a detenerlos, aún viendo la desesperación que le embargaba al verse rodeado, y, casi ahogado por todos aquellos Light que continuaban apareciendo
-¡Rem, haz algo!-


-No estamos para juegos, Ryuk-
Rem chasqueó sus dedos, y todos los calenturientos Light, desaparecieron al instante.
-Niño, he sido enviada para cumplir tu último deseo y para que Ryuk no lo arruine-
Le explicó al chico quien aún se notaba alterado por el altercado de unos segundos atrás

 


-¿Y tú sí cumplirás mi deseo correctamente?, es decir, ¿no usaras mi deseo y lo transformaras en tu diversión personal?-
Se cruzó de brazos, intentando lucir confiado, pero la única razón por la que no se había desmayado es porque el mismo miedo no se lo había permitido.

 


-Me tomo mi trabajo muy en serio, niño-

 


Lawliet paseó sus ojos entre ambos Shinigamis, no había duda que Rem parecía ir en serio puesto que en todo ese momento no la había visto sonreír, muy por el contrario sucedía con Ryuk, aún atado y fastidiado, continuaba teniendo aquella tonta sonrisa

 


-Parece que no es la primera vez que Ryuk juega con los deseos de las personas, entonces ¿por qué aún es un shinigami de los deseos?-


-A ningún shinigami le interesa cumplir los deseos de los humanos, prefieren aplicar para los puestos de cuidador de tumbas o dioses de la muerte. Aunque Ryuk sea muy infantil, ha sido leal a su puesto desde hace algunos miles de años atrás-

 


-Pensé que cumplirías su último deseo, no darle explicaciones sobre el mundo shinigami-
Bufó Ryuk. Que si bien estaba molesto porque estaría castigado los próximos cinco años, la diversión obtenida a costas de la desesperación de aquel chico no se la quitaría nadie

 


-Sí deseo que Light me ame, ¿tú lo harás de la manera correcta?-

 

Ambos Shinigamis suspiraron ante la tonta pregunta, ¿es que no había aprendido nada durante ese día?

 


-¿En serio te importa tanto ese chico?-
Lawliet enarcó la ceja, claro que le importaba Light, venía de tonto por él desde hace dos años, ¿cómo no le iba a importar?
-¿Lo quieres más a él que a ti mismo?-

 


Hoy sí que no entendía nada, ¿a qué se refería con eso?, Lawliet consideraba tener un buen amor propio, pero esta shinigami insinuaba lo contrario, hasta estaba comenzando a extrañar a Ryuk y su infantilismo

 


-Creo que el niño no entendió que le quisiste decir hyuk hyuk-
Lawliet frunció el entrecejo al escuchar aquella burlona risa por parte del shinigami, ¿ambos estaban jugando con él?, ¿qué clase de shinigami eran?, ¿no debían solo cumplir su deseo y marcharse?

 


-Lawliet, nuestro trabajo es hacer ver a los humanos que no necesitan nuestros poderes para hacer realidad sus sueños. Tú, por ejemplo, podrías hacer que Light se enamore de ti, sin necesidad de un tonto poder mágico-
La voz de Rem se le había hecho igual de profunda pero con una leve pizca maternal

 


-Light ya ama a alguien más-
Bajó la vista y sintió las lágrimas agolparse tras sus párpados, él estaba seguro que Light no lo amaría como Rem decía, él sabía que Light y Mikami se traían algo

 


Ambos Shinigamis se vieron entre sí, suspirando al mismo tiempo ante los porfiados humanos

 


-Cumpliré tu deseo pero antes que lo hagas, solo quiero que pienses en esto... ¿Realmente deseas que Light te ame?, es decir, sí tan seguro estas que él ya ama a alguien más, tu deseo solo causaría que él se apartase de la persona que lo hace feliz, por otro lado, estarías sembrando un falso sentimiento en aquel chico, ¿aceptarías un amor de alguien aún sabiendo que no es un amor genuino?, ¿que jamás se enamoro de ti y que solo actuará de tal manera a causa de un poder mágico?, ¿Tan poco te amas, Lawliet?-

 


Ryuk sintió un aire gélido recorrerle su monstruoso cuerpo, no quería ni imaginarse cómo se habría sentido aquel chico, y es que cuando Rem se lo proponía, podía ser muy sabia, dura, pero sabía.

 


De repente, aquella oscuridad no sólo existía alrededor de sí, había comenzado a embargarle sus adentros, aquellas palabras lo habían dejado petrificado, ¿no hubiese sido más fácil decirle que no querían cumplirle su deseo y ya?, ahora su cabeza estaba llena con aquel pensamiento que Rem había implantado. Amaba a Light, por ende quería verlo feliz, ¿verdad?, ¿y si la felicidad de Light no estaba a su lado, estaba dispuesto él a sacrificar la suya propia?, definitivamente aquello era más difícil a como lo muestran en las telenovelas, no era tan fácil como decir "María, vete con él y se feliz" como muchas veces se presentaba en estos dramas, ¿por qué? Porque Lawliet también quería ser feliz, y se le estaba haciendo añicos el corazón de solo imaginarse a Light junto a alguien más. Una espesa lagrima comenzó a bajarle por su mejilla mientras se mantenía cabizbajo, apretó sus puños al igual que sus ojos, ¡carajo!, obviamente si amaba a Light pero no estaba dispuesto a ser amado de una manera falsa, por un sentimiento que no fuese propio del castaño.

 


-Y bien, ¿cuál es tu deseo?-
Por imposible que parezca, una leve sonrisa surco los labios de Rem por un momento al ver a Lawliet temblando. Si, probablemente estaba tomando una decisión dura, pero su reacción le hacía saber que estaba eligiendo la correcta.

 


-Solo... Solo deseo que todo sea como antes-
Su voz fue apenas audible, no se atrevió en ningún momento a levantar su rostro ya que no deseaba que alguna de aquellas criaturas lo viese llorando, porque es como estaba, llorando al entender lo que sus palabras significaban, dejar a Light ser feliz junto a Mikami, aunque eso costase su propia felicidad.

 


-Otro trabajo bien hecho, ¿no, Ryuk?-
Rem apoyó su cadavérica mano sobre el hombro de su compañero, quien solo le asintió mientras rodaba los ojos, ¡cómo odiaba a la presumida de Rem!
-Tus deseos son ordenes, Lawliet. Y un consejo-
Continuó deteniendo su mano en el aire.
-Controla tus celos-
Chasqueó los dedos

 


Lawliet se encontraba temblando cuando sintió aquel frío desaparecer, abrió los ojos dudando, solo para encontrarse que el cielo seguía oscuro pero que el lugar no estaba en completa oscuridad ya que podía vislumbrar la luna y los árboles de alrededor

 


-Mikami... ¿Ya pensaste en lo que te dije?-

 


Lawliet reconoció aquella voz, y ocultándose detrás de un árbol, asomo su cabeza para encontrarse con Mikami y Light recogiendo leña a unos metros de él. ¡Genial!, aparte que no le dejaron cumplir su deseo a gusto, ahora lo mandan de regreso al peor momento de su vida. Pudo ver de nuevo a Mikami sonrojándose pero antes de salir furioso, prefirió morder su propia lengua mientras recordaba las palabras de Rem sobre controlar sus celos.

 

-Bu-bueno... Es que...No estoy tan seguro Light... No creo estar listo para iniciar una relación-

 

¡Carajo! Eso de controlar los celos no era tan fácil, ¡maldita Rem y maldito Ryuk!, si él ya había decidido dejar a Light ser feliz con otro, ¿por qué tenían que regresar el tiempo justo a ese instante?, ¿tan detestable les parecían los humanos como para hacer algo tan bajo?. Se encaminó entre los árboles, de manera lenta para no llamar la atención de aquellos dos, pero sin detenerse puesto que, definitivamente, no deseaba escuchar la respuesta que el castaño tenía para decir

 


-¿Dónde carajo estabas, Lawliet?-
Sintió su brazo ser apretujado por la mano  de su hermano tan pronto salió de entre los árboles, pero sus ánimos estaban tan por los suelos que ni siquiera tenía deseo de pelear con él

 


-Lo siento, solo quería distraerme un poco, ¿en qué puedo ayuda?-
Esbozó la mejor sonrisa que pudo, aunque estaba seguro que está había salido torcida, así como sabia que sus ojos probablemente se encontraban rojos por las lágrimas, pero que no eran visibles por la oscuridad de la noche

 


Beyond aflojo su agarre ante la voz apagada de su hermano, sobretodo porque también este se veía más encorvado de lo normal, con un pose de derrota en todo su cuerpo

 


-Si... Bueno, puedes ayudarnos a encender la fogata tan pronto Light y Mikami aparezcan-

 


Lawliet suspiró, escuchar aquellos dos nombres en la misma oración le continuaba dejando un mal sabor de boca. Decidió solo asentir a su hermano y encaminarse a las tiendas, a esperar que la pareja regresase

 

 

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

 

 

La comida enlatada nunca había sabido mejor, al menos para la mayoría. Hace un rato que habían logrado encender el fuego y todos habían tomado asiento alrededor de aquella fogata mientras se disponían a comer y hablar de cualquier tontería, casi todos, menos Lawliet.


Todos estaban muy juntos mientras compartían sus vivencias y reían escandalosamente, sobretodo por las locuras que Mello y Matt relataban sobre ellos mismos. Lawliet por su parte, había intentado ser parte del grupo para que nadie notase su estado de ánimo, pero no le estaba funcionando muy bien, sin quererlo se había sentado un poco distante, y ya tenía diez minutos jugando con su comida pero sin llevar un bocado a sus labios.


Suspiró por enésima vez esa noche, Matt había comenzado a relatar la vez que puso pegamento extra fuerte en el asiento de Near, una historia que siempre le sacaba las más estruendosas carcajadas, y de hecho podía escuchar a todos riendo con ganas por el suceso, pero no él, no cuando se estaba sintiendo el hombre con peor suerte en el mundo

 


-Lawliet, ¿puedo saber que te pasa?-

 

Estaba tan ensimismado que no se percató en qué momento Light había dejado su lugar para situarse junto a él. Alzó su vista por primera vez en todo ese rato y dirigió su cabeza al lado izquierdo, donde aquel castaño se encontraba, donde el fuego de la fogata se reflejaba en aquellos ojos color miel, y que dicha luz pegaba en una parte de su cara haciéndola lucir más radiante, más lindo... O es que Light siempre se veía hermoso para él, pero el saberlo de otro lo hacía desearlo más.

 


-Estoy bien-
Se encogió de hombros para restarle importancia y regreso su vista a su lata de comida para seguir jugando con ella y el tenedor

 


-Pensé que era tu mejor amigo-
Light apretó los puños sobre su pantalón, Lawliet estaba evitándolo y hasta parecía que ya no quería hablar con él, desde que habían salido de casa de Matt, el azabache había andado con cara de pocos amigos, no, no sólo desde esa tarde, Lawliet ya tenía unas semanas con esa actitud esquiva y simplemente lo estaba volviendo loco.

 


Lawliet, por su parte, quiso aventar aquella lata lo más lejos al escuchar la respuesta de Light, ¿Light estaba insinuando que lo había remplazado?, pero es que eso sí estaba para reírse, ¡él jamás lo había remplazado!, era Light quien lo había abandonado por el tonto de Mikami

 

 

-Y yo pensé que YO era tu mejor amigo-
Espetó entre dientes sin poder retener aquellas palabras

 


Light frunció en entrecejo, ¿de qué hablaba Lawliet?, por supuesto que él era su mejor amigo, eso no había cambiado en años. Estaba a punto de indagar más al azabache cuando Mikami se agachó situándose frente a ambos

 


-Light, seguiré tu consejo-
Su sonrisa no podía ser más amplia, y en parte, Light también sonrío al saber que al menos alguien si actuaba coherentemente

 


-Me alegro mucho Mikami, yo sé que todo te saldrá bien pues eres un buen chico-

 


Lawliet revolvía con más fuerza la comida en aquella lata sin atreverse a alzar la vista, tenía miedo de encontrárselos comiéndose la boca, es serio ¿cuánto lo odiaba la vida como para que tuviese que soportar una conversación marital entre esos dos?

 

 

Mikami se lanzó emocionado, rodeando con sus brazos el delgado cuerpo de su amigo mientras le susurraba un suave "gracias" al oído. Lawliet estuvo a punto de mandar todo al carajo e irse a su tienda de dormir puesto que no quería cometer otra estupidez por sus celos, pero es que se los estaban poniendo a prueba de la manera más cruel posible; sin embargo, Mikami soltó a Light antes que él se marchase a las tiendas, por lo que prefirió quedarse, al menos disfrutar la compañía del castaño aunque fuese un momento

 


-Siempre me emocionan estas cosas-
Fue Light quien rompió el silencio entre ellos, le dio un suave codazo en las costillas a su amigo para que éste se animara un poco, aunque fuese la mitad de lo feliz que él estaba.

 

 

-Todo te emociona-
Light lo miró seriamente y Lawliet no pudo evitar sonreír, sonreír ante su gesto y a la vez por el momento que ambos estaban pasando, se parecía mucho a la escuela, cuando solo existían ellos y nadie más

 

 

-¿Y es que a ti no te emocionaría que alguno de tus amigos decidiera declarar su amor a otro de tus amigos?-
Lawliet frunció los labios, ¿aquello era una pregunta capciosa?, ¿otra prueba de los shinigamis?, ¿es que acaso debía decir que si estaba feliz que él y Mikami fuesen novios cuando la realidad era otra?
-¡Oh por Ra!, ¡lo hará!-

 


Light junto sus manos, apretándolas para contener su emoción. Desvío su vista hacia dónde Mikami había partido y Lawliet lo vio sonreír tan ampliamente que, por primera vez, decidió dirigir sus ojos hacia dónde Light veía, solo para encontrarse a Mikami y a Misa alejándose y adentrándose a los árboles

 


-¿A dónde van esos dos?-
Preguntó  acercándose a su amigo, habló suavemente para que nadie más fuese a escuchar pero supo que su pregunta no le cayó en gracia al castaño quien automáticamente que cruzó de brazos y le dedico una mirada asesina

 


-¿Pero en que mundo vives, Lawliet?-

 


El azabache arqueó una ceja, más confundido que nunca, pero sus dudas fueron esclarecidas cuando de la nada, sus demás amigos interrumpieron

 


-¿Realmente creen que Mikami lo haga?-

 

Fue la voz de Kiyomi quien llamó su atención, todos aún rodeaban la fogata, pero cada quien aprecia tener su vista puesta en la dirección que aquellos dos habían desaparecido

 


-Yo opino que deberíamos ir a ver-

 


-Yo secundo a Mello, si Mikami no se confiesa con Misa, entonces nosotros nos encargaremos de hacérselo saber-
Matt se puso de pie y Mello lo siguió.

 


Los demás los veían, entre dudando si hacer lo correcto o si seguir a aquellos dos; por una parte, deseaban darle privacidad a Mikami, sabiendo lo tímido que este era y lo enamorado que estaba de Misa, pero por otra parte, querían ir corriendo detrás de ellos solo para escuchar aquella confesión

 


Matt y Mello se abrieron paso alrededor de la fogata, importándoles poco o nada si sus amigos los seguían o no, pero nadie dudó en ponerse de pie e ir tras ellos, solo porque el chisme es entretenido

 


-Son unos inmaduros, espero que no pongan nervioso a Mikami-
Resopló Light,  abrazando sus piernas y pegándolas a su pecho por el frío  mientras veía a sus amigos alejarse silenciosamente para no ser percibidos por la pareja que estaba en alguna parte de aquellos árboles

 

 

-Pensé que Mikami estaba enamorado de ti-
Lawliet aún no salía de su asombro, ¿desde cuándo Mikami sentía algo por Misa?, él solo lo veía junto a Light, lo más lógico era pensar que ellos se tenían algo

 


-¿¡De mi!? ¿Por qué de mi?-
Esta vez era él quien no cabía en su asombro, vio directamente a su amigo y aquellos ojos negros parecían querer calarle hasta lo más profundo

 


-Cualquiera podría enamorarse de ti-
Confesó, derrotado y con voz apagada. Si, cualquiera podría enamorarse de Light como él lo había hecho, simple y llanamente porque Light era perfecto, pero no podía evitar sentir como si estacas de hielo le clavasen el corazón al saberse no correspondido... O al menos, eso creía, pero no pudo dejar de sentirse sorprendido al ver el rostro de Light completamente rojo luego de sus palabras

 

-Jeje... A veces... A veces dices cosas muy extrañas-
Apartó la vista rápidamente mientras tamborileaba sus dedos en sus rodillas.

 


Lawliet se mordió el labio, ¿qué significaba aquel sonrojo?, ¿y aquel nerviosismo en su voz?, era el mismo nerviosismo que había escuchado en la voz de Mikami cuando los escuchó hablando en el bosque, cuando creía que Light se le estaba declarando al de lentes, pero resultaba que el castaño solo estaba alentando a su amigo para que se confesase con Misa

 


-¿Por qué extrañas?-

 

Recuperó su valor levemente y sin pedir permiso, le tomó de la quijada, obligándolo a regresar su rostro y que sus ojos se encontrasen de nuevo.

 


-Creo... Creo que debo dormir.-
Como pudo, se echó para atrás, soltándose del agarre del azabache y logrando ponerse de pie

 

-¡LIGHT, NO NOS ARRUINES LA DIVERSIÓN!, ¿ A DÓNDE VAS?, ¡DÍSELO DE UNA VEZ!-

Aquel grito, proviniendo de lo lejos le hizo detener sus pasos, vio a su grupo de amigos quienes los observaban expectantes y el dueño de aquella voz había sido Matt. Definitivamente tenía los amigos más curiosos del mundo .

 


Lawliet no desaprovechó la oportunidad de ver a Light tieso como una roca dándole la espalda aún, se puso de pie y con cuidado tomó aquella estrecha cintura, pego su pecho a su espalda y apoyo su quijada en el hombro del otro.

 


-Light... Es que acaso...-

 


Light se tensó de nuevo y la voz pareció fallarle a Lawliet, quien sabía si era por los nervios o por la falsa ilusión que se estaba armando, pero de repente le costaba hablar

 


-¡BÉSALO DE UNA VEZ!-

 

Esta vez fue Mello quien los alentó desde lo lejos y Lawliet pudo notar aquellas mejillas tornarse más rojas aún

 


-Tengo... Tengo que ir a dormir-
Colocó sus manos, las cuales estaban heladas, sobre las de su pálido amigo en su intento de que éste le soltase la cintura, pero solo consiguió que Lawliet lo apretase y pegase más a su cuerpo

 


-Light... ¿Es que acaso yo te gusto?-
Esa pregunta salió con el último hilo de voz que le quedaba, con la ultima esperanza, con la última ilusión, y sintió su corazón comprimirse al ver como Light había girado su rostro, quedando a muy pocos centímetros del suyo, pero sin decir nada, solo viéndolo directamente a los ojos

 

-Ves como y si vives en otro planeta-
Se mordió los labios avergonzando pero Lawliet no apartó la vista, lo sostenía con más fuerza y ninguno se atrevía a separarse del otro
-Desde hace mucho...-
Fue su única respuesta pero fue la única que Lawliet necesitaba.

 


Por un momento el tiempo se detuvo, al menos para él, y sintió como el corazón se le aceleró, amenazante con salirse de su pecho, solo rogaba que este no fuese ningún sueño. Una de sus manos paseo por la espalda del chico hasta llegar a aquellos cabellos castaños donde enredo sus dedos, sin perder tiempo o pedir permiso, jaló a Light para acortar esa tediosa distancia que separaba sus labios, y al fin pudo probarlos, el dulce sabor de Light sin estar poseído por magias extrañas.

 


Sintió los labios temblorosos de Light corresponderle de la mejor manera que podía, lo besaba lento, situándose completamente frente a él para poder pegarlo mejor a su cuerpo, escuchó los gritos de sus amigas emocionadas a lo lejos y sus amigos alentándolo, por un momento abrió los ojos, para encontrarse con que un sonrojo coloreaba las mejillas de Light de nuevo mientras esté mantenía esos lindos ojos color miel cerrados. Cerró sus ojos una vez más para disfrutar aquel momento, el castaño tenía incrustado sus dedos en la cintura del azabache, quien seguía dirigiendo su primer beso, aquel que lo hacía de manera lenta, de manera dulce, de manera paciente. Solo quería impregnarse de aquel embriagante sabor, guardar ese dulce sabor en sus papilas gustativas por mucho tiempo.

 


Light detuvo lentamente aquel beso al sentir que el aire comenzaba a faltarle, ambos juntaron sus frentes, perdiéndose en los orbes del otro, acariciándose las mejillas y sonriendo tontamente

 


-Tú también me gustas, Light.-
Susurró completamente avergonzado, aquello no era algo que él dijese a menudo, pero había valido la pena al ver aquellas mejillas sonrojadas de nuevo.

 


Lo rodeó con sus brazos, pegándolo a su cuerpo y colocando su quijada nuevamente sobre el hombro del castaño, embriagándose con el olor a miel de aquellos cabellos. Lo apretó con fuerzas y cerró sus ojos mientras sonreía, ¿cómo había sido tan tonto como para no notar desde antes que Light también lo quería?, Light era tan obvio con sus sentimientos, cuando estaban en la escuela siempre le era tan fácil saber cuando algo le pasaba puesto que el castaño era malo para mentir, sus expresiones siempre lo delataban, ¿entonces cómo no había notado aquel sonrojo y nerviosismo antes?, ah claro, porque se había cegado, estuvo a punto de arruinarlo, y todo por sus malditos celos.

 

 

FIN

Notas finales:

 

Gracias por haber leído ternuritas, realmente este fic no iba a ser largo xD

Ni sé porque en todos mis fics describo a Light con un olor a miel, xD...  pero bueno, lo importante es que a Lawliet le guste como huele su castañito:3 

Bueno, en mi país son las 22h25 y pues ando enferma, quisiera escribirle mucho aquí (la parte que nadie lee T.T) pero muero del sueño 

 

Nos vemos en la próxima 

 

Sayonara 


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