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Orfanato Thousand Sunny por Eyaoi

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Notas del capitulo:

Lean bien. La ultima parte que mostre en el capitulo anterior, es parte de PASADO DE CORA!!!! PASADO! no emparejarlo, es una parte de la historia del Orfanato. ¿Claros? que bueno por que ya tenia problemas. bueno estecapitulo emepzara a comabiar algunas cosas y se resumira como inicia el climax de la historia.

Inicios variados y destinos acomplejados.

Franky fue castigado. Iceburg enojado, con sus gritos resonando por la mansión le castigo un mes entero limpiando la mansión solo.

-¡No se vale! ¡¿Cómo mierda lo hare?!- grito Franky

-¡hazlo de un vez! ¡O no saldrás al orfanato!- le grito Iceburg desde su oficina

-¡que el estúpido barco se hundiera no es mi culpa!- le grito Franky

-¡hiciste que explotara y se hundiera! ¡Tú fuiste quien quiso “reparar el motor”! ¡Cuando estaba perfectamente bien!-

Franky se enojó, pero tuvo que limpiar las estanterías de la sala de estar. Ubicada como se dijo a dos puerta de su habitación y al lado de un gran ventanal. En el había dos estanterías llenas de libros de barcos. También figuras de barcos de muchos diseños. Extranjeros y de varias épocas. También maquetas de islas lejanas y una que otra foto. Mientras que Franky de mala gana sacaba los libros y los colocaba desparramados o en columnas en la alfombra. Saco un galeón de cerámica, pero como andaba como de mala gana sacando las cosas. Casi se le resbala de las manos.

-¡con un…!- chillo y con las punta de los dedos sujetaba poco el galeón.

Con el alma en la garganta, se relajó colocándolo más suave. Sin embargo, se fijó en algo que sobresalía debajo del galeón. Franky lo miro curioso, sentado de rodillas. Era un papel, lo tomo con los dedos y sacando despacio. Era una fotografía.

-¿esta es Nami?- se preguntó mirando la fotografía.

En tanto, en el Orfanato. Hace una semana que Corazon había tenido esa noche libre. Sin embargo, con medida que hacia el almuerzo. Tenía a Law agarrado a su espalda, como si fuera un bebé.

-Law, tengo que cocinar- dijo Corazon tranquilo sonriendo –ve al comedor- el niño se apretó más a su espalda

-no quiero- le dijo poniendo su cara contra su ropa

-bueno- dijo sonriendo, dejando que el niño estuviera en su espalda.

El orfanato estaba tranquilo. Extrañamente tranquilo. Los niños jugaban tranquilos, como si fuera un día que al estar nublado estaba felices. Vestidos con ropa abrigada. Se notaba que llovería así que nadie le interesaba, pero algunos ya se estaban asustando luego de la lluvia de la otra vez.

-¿crees que abra truenos?- pregunto Penguin a su amigo Sachi sentados al lado del comedor esperando el almuerzo. Bepo estaba dormido con un moco saliendo.

-que miedo….- dijo Sachi apretando sus manitas

-¿sabes? Ya no les tengo miedo- dijo Penguin y su amigo le miro sorprendido

-¿Por qué?-

-por qué el Capitán dijo que no les temiera- dijo el niño sonriendo –si él dice que no les debemos temer ¡no lo hare! ¿Ok?- su amigo le sonrió. Sin embargo….

-¡BOOOM!- un grito a su lado asusto a los niños.

Los niños saltaron del susto, tropezándose al estar parados.

-¡Kid! ¡Deja de molestarnos!- chillo enojado Penguin en contrario de Sachi que lloraba. El pelirrojo se reía fuerte.

-¡nah! ¡Nah! Llorones- dijo riéndose -¿Qué pasa si no quiero?-

-¡yo te pegare!- chillo Penguin enojado, Kid se rio más fuerte

-¿Qué? ¿De verdad? ¡Que niño más tonto!- le dijo encarándolo agachándose a su altura – ¿crees que me puedes pegar? Que tarado- se rio otra vez fuerte. Penguin estaba furioso, llegándole a salir lagrimas porque también estaba aterrado de que Kid fuera tan malo y grande y tenebroso. Pero como le dijo el Capitán, debía ser valiente. Pero le temblaban las rodillas.

-¿se te fueron las palabras? ¿No tiene tu lengua? ¿Eh?- dijo amenazante –vamos, pégame ¿eh?- se alejó para provocar con sus manos –ven, ven pégame- canto moviendo sus manos hacia él.

Penguin estaba hartándose. Era molesto, pero como no estaba el Capitán para defenderlo o Bepo que estaba dormido y Sachi asustado. Consiente o no consiente de lo que hacía defendiéndose. No le servía de mucho, era endeble y chiquito. Pero pensando viendo a Kid sonriente sarcástico, mirándolo y viendo que…era tenebroso. Con sus sonrisa malévola y su aliento a galletas. Se estaba asustando.

Penguin no era valiente.

-¡Kid!- bramo Corazon desde la puerta -¡¿molestando de nuevo a Penguin?!- Kid chillo del susto. El pingüinito estaba llorando rascando sus ojos.

-¡es su culpa!- chillo Kid hipócritamente

-Kid ¿Qué te dije? No molestes a los niños-

-¡que no fue mi culpa!- se excusó, Penguin estaba llorando más fuerte. Law que bajo dela espalda de Corazon se acercó al niño lloroso. Él se lanzó a sus brazos.

-Si Penguin está llorando, es que lo molestaste ¿ahora por qué fue? ¿Eh?- le dijo Corazon amenazándolo. Kid bufo molesto desviando su mirada a Law y a l niño que abrazaba mientras que lloraba a gritos. El ojeroso le acariciaba el gorrito –Kid-

-es que Killer desapareció y creí que era su culpa- dijo Kid cruzando sus brazos –no lo encuentro en ningún lado- el cansado cuidador se rasco la cara con la palma de la mano

-Killer fue a comprar con Doffy- le dijo Corazon y el niño le miro –faltaba helado para el postre. Deberías habérmelo preguntado en vez de molestar ilógicamente a Penguin- al escucharlo Kid se sonrojo hasta las orejas.

-eh… es que….- tartamudeo nervioso. Se había equivocado.

-Pídele disculpas a Penguin- le ordeno Corazon. El niño negó enojado –Kid…- enfatizo más su nombre –Kid- siguió pronunciando su nombre gravemente, el niño se estaba aguantando el grito -¡Oye Kid!-

-¡no!- chillo enojado saliendo corriendo por el pasillo. Corazon iba perseguirle, pero le dio por caso perdido y regreso a la cocina. Que se le quemaba la comida.

Law y los demás aún estaban en el pasillo. El ojeroso se encargó de consolarlos. Mas a Penguin que seguía llorando en su pecho.

-Hey, Penguin deja de llorar- dijo acariciando su pompón rojo -¿te asustaste? ¿Tanto miedo le tienes?- el pingüinito aun llorando con sus mocos pegado en la ropa de Law. Le miro subiendo la mirada.

-es que soy una gallina- le dijo Penguin volviendo a llorar pero más tranquilo. Law le sonrió.

-no eres una gallina, eres un pingüino- dijo, el niño no entendió –no digas que eres gallina ¿quieres?- Penguin se sonaba los mocos en su camisa, pero seguía temblando.

-es…. Es que…. Es que usted me dijo…me dijo que no debía temer a Kid…pero…pero…- Penguin volvió a llorar  -¡el da mucho miedo!- se puso a llorar a gritos. El niño chillaba enjuagando sus lágrimas con sus manitas.

-Penguin…. Hey Penguin- le llamo Law, pero el niño seguía llorando a gritos sobre su camisa –Vamos Penguin, no llores ¿quieres?- era tranquilo a la calma Penguin dejo de llorar unos momentos. Subiendo su mirada a Law –mírame y para tu orejas- el niño se secó los ojos –Sé que te da miedo ese pelirrojo. Pero recuerda que siempre debes llamarme ¿entendiste? Cuando te molesten me llamaras y yo te defenderé ¿entendiste?- El año le sonrió, una sonrisa iluminada.

-¡si Capitán!- chillo.

-¡si capitán!-

 Sachi a su lado. Estaba feliz abrazando a su amigo pingüino.

-Lo siento- dijo Bepo durmiendo

-¡se disculpa durmiendo!- gritaron a unísono Sachi y Penguin. Law dio una sonrisa.

 

 

La habitación de las niñas esta en cuarentena. En la noche, Nami empezó a tener fiebre y ha estado postrada en cama. Llena de jugos naturales de naranja y miel. A su cuidado fue entregado a Doflamingo, puesto que si lo hacia su hermano. Los demás niños estarían en peligro de contagiarse. En ello, que la niña respiraba con dificultas, con la cara roja cubierta de frazadas puesto tenia frio. Doflamingo entraba con la cara tapada en una mascarilla blanca y una bandeja con la comida especial que le había hecho Corazon a la niña.

-Nami, despierta- dijo Doflamingo dejando la bandeja en una mesa rosa

-ya estaba despierta- dijo Nami abriendo los ojos. Se sentó con dificultad, le dolía todo.

-no te sientes, estas enferma- le dijo enojándose el emplumado

-¡yo hago lo que quiera!- chillo Nami, pero la fiebre le gano y se cayó a la cama.

-te lo dije- dijo orgulloso Doflamingo. Nami le saco la lengua –ya, abre la boca- tomo la cuchara y saco un poco de sopa. Nami abrió la boca obligada y empezó a darle comida.

Afuera, Robin estaba enojada. No podía entrar a su habitación a cuidar a su mejor amiga y Franky aún no llegaba al Orfanato. Estaba en la puerta con las mejillas infladas y con los brazos cruzados. En ello, la otra residente de la habitación llegaba con un pedazo de chocolate mordisqueado en su mano y parte de su boca.

-¿Qué haces aquí?- pregunto mientras comía 

-enojada- dijo Robin sin dejar de inflar las mejillas. Bonnie miro raro y volvió a morder el chocolate. Se acercó para sentarse en el pasillo. Miraron un rato el patio hasta que la puerta se abrió y salió Doflamingo con la bandeja vacía.

-¡Hey! Ustedes dos no deben estar aquí- dijo mirándolas desde arriba.

-¿puedo entrar?- pregunto con cortesía Robin. El otro entendió perfectamente que era falsa.

-no- dio rotundo y la niña se enojó, inflando sus mejillas otra vez –Nami puede contagiarte y no querrás eso. Te lo aseguro… Bonnie ¡¿de dónde sacaste eso?! Ya vamos a ir a almorzar-

-de algún lado- dijo con el chocolate entero en la boca tranquilamente. Le gruño el estómago –quiero comer-

-ya te comiste un chocolate entero-

-¡mas! ¡Más!- dijo riéndose. Pero Doflamingo le agarro de la gorra de poleron y se la llevo.

Robin se quedó sola en la puerta de la habitación. Sin embargo, alguien se le acerco poco antes de que Corazon llamara a todos a almorzar. La habitación de las chicas quedaba al lao del mini-living y a lado del otro cuarto de las otras chicas mayores y Califa. En ello, quien se acercaba y Robin no se percató de lo enojada que estaba, la asusto.

-oye niña genio, necesito tu ayu….- Franky iba pedirle ayuda, pero ella le agarro el cuello sin piedad empujándolo al suelo -¡oye suéltame!- la niña le hizo caso sentándose de rodillas y Franky se sentó en el suelo –oye no te emociones ¿quieres? Necesito tu ayuda y la de Nami-

-Nami está enferma- le respondió Robin –la habitación esta en cuarentena y yo tengo que dormir con las otras chicas- le explico la niña a Franky

-¿Qué? ¿De verdad? Me lleva. Es que tengo algo que enseñarle- dijo Franky, pero justo Corazon grito que la comida estaba lista y se fueron al comedor.

En el comedor, todos almorzaban tranquilos. Luego de ello, a algunos les tocaba día de baño. Eso incluía a Zoro, Sanji, Usopp y Luffy. Que no se habían bañado en una semana y estaban asquerosos. Así que estos, menos Sanji, comían como dios mandaban para que no les tocara baño y pudieran escaparse por las verjas que Ace usa. Pero, para su suerte y común idiotez. Ya lo habían hecho más de diez veces o más, haciendo que los Cuidadores supieran la táctica. Así que los tenían más vigilados pidiendo ayuda a Ace y Sabo a cambio de lo que quisieran.

-¡Ace! No me quiero bañar- decía Luffy al lado de su hermano

-tienes que bañarte Luffy, hueles a mierda- dijo sin piedad mirando a otro lado y comiendo el postre.

-¡Vamos Ace! ¡Ayúdame! ¡Tú tampoco te gusta bañarte!-

-que no Luffy. Te lanzaste al basurero ayer para buscar sobras junto con Bonney- le escruto Sabo que estaba sentado con Ace –ayer la bañaron a ella. Ahora te toca a ti ¿entendiste?- Luffy chillo enojado y se amurro cruzando los brazos.

-¡no te enojes! ¡Hazle caso a Sabo o…!- de pronto. Luffy uso su táctica más efectiva -¡no! ¡No! ¡No!- grito Ace tratando de apartar sus ojos a…..”¡La táctica de los ojos de amor de Luffy!” Táctica que usaba seguido Luffy para convencer a su hermano. La última vez fue par que le diera su postre -¡deja de usar esa mirada de monito lastimado! ¡Sabo!- chillo, pero el rubio ya estaba hipnotizado con la mirada de grandes ojos castaños oscuros brillantes de Luffy. Junto a un adorable puchero e inflando sus mejillas para verse más adorable. El ataque le duro, hasta que Sanji le dio una patada a la cara de Luffy.

-¡deja de hacer eso! ¡Que hueles feo y me quiero bañar de una vez!- chillo enojado. Los hermanos mayores salieron del trance agitando sus cabezas.

-Gracias Sanji- dijo Sabo agarrándose la cara

-de nada Sabo- dijo serio

-bien hecho Lollipop. Siempre salvas a Luffy cuando lo necesita- dijo Ace. Sanji se sonrojo sin querer –la otra vez fue el zoológico y ahora su ataque de amor. Eres buena niñera ¿eh?- el pecoso le sonreía. Sanji desvió la mirada casi de instinto

-¡lo que sea! ¡Lo hago porque en el cuarto ya huele mal!- chillo volviendo a comer su postre.

Ace le pareció algo extraño su comportamiento y luego lo ignoro. En ello Franky estaba a su lado con Robin, él ya había almorzado así que solo esperaba a los demás. La niña le miraba y se recostaba en su hombro, pero el niño se alejaba al sentirla y ella se resbalaba a la silla. En realidad, el niño estaba tratando de averiguar por que Iceburg se negó en decirle porque tenía una foto de Nami con una mujer desconocida y otra niña. Él se negó y lo mando al orfanato. Era algo extraño. Una era que ocultara donde estaba su madre, que no había visto hace más de un año. Pero que oculte algo que se niega hasta decir el nombre. Era algo extraño. Indago por Paulie en la salida. Pero también se negó. Se encontró con Crocodile que almorzaba con los demás en el comedor, pero también se negó. Casi le quita la fotografía, pero logro correr y encontrarse con Robin. La niña era inteligente así que ella debería saber algo o por lo menos tener un indicio de donde buscar. Por qué hay que decirlo. Franky no era muy listo.

-Recuerden sujetar bien a Luffy ¿quieren Ace? ¿Sabo?- dijo Corazon con Usopp y Zoro en los brazos. Para que no escaparan.

Sanji estaba más que listo con su toalla de patitos, un escobillón para limpiarse la espalda y para la risa de muchos. Un gorrito de baño. Ace y Sabo sujetaban a Luffy de brazos y piernas. Entraron al baño en donde había una tina larga y grande, redonda que fue comprada en el inicio del orfanato y ya estaba algo rota. Cual, Luffy que se quiso escapar pero se dio en la cabeza y trizo la bañera. Aquel artículo se llenaba con agua caliente mientras que Corazon le quitaba la ropa a los más pequeños, son niños no hay pudor. Ace y Sabo estaban tratando de sacarle la ropa a Luffy y lanzarlo a la bañera.

-¡Ace! ¡Sácame de aquí!- chillo Luffy tratando de salir de la bañera.

-¡tú te quedas ahí! ¡Y no funciona más lo de los “ojitos de amor”! ¡¿Entendiste?!- dijo Ace, Luffy le saco la lengua enojado.

-¿y ustedes?- dijo Corazon echando a Zoro y Usopp en la bañera. Los niños mayores lo miraron -¿pensaban que no me di cuenta? Fuera la ropa (sonó feo) usted se bañan también- los hermanos se miraron

-bueno, les encargamos a Luffy. Mucho gusto…-dijo Ace pero Corazon, sin que nadie se percataba coloco un seguro especial contra niños en la puerta del baño

-a la bañera ¡ahora!- ordeno. Ambos perdieron.

Con el agua tapando la mitad de su cuerpo. Luffy jugaba con uno de los patitos de goma de Sanji para distraerse al mismo tiempo que Ace le restregaba con fuerza el sucio cabello negro y enredado de su hermanito. Zoro estaba bañándose solo al igual de Sanji al otro lado, eran los únicos que sabían bañarse solos. Sabo se estaba bañando del más tranquilo y Corazon restregaba la cabeza de Usopp.

-¿Qué haces con tu cabello Luffy?- dijo Ace tirando de sacar sus dedos del cabello de Luffy -¿Cómo puedo tener un hermano tan cochino?-

-¿a quién le hablas?- pregunto Sabo -¿a ti o a Luffy?- se rio, Ace enojado le salpico agua en toda la cara. Sabo hizo lo mismo, llegándole por erro a Sanji. El niño se resbalo y se le sumergió la cabeza al agua. El niño volvió a subir enojado, ante la advertencia del adulto en el baño. Sanji agarro un balde para llenarlo de agua y lanzárselo de lleno a Ace y Sabo que distraídos y riéndose. Les llego de lleno en toda la cara.

-¡déjenme bañarme! ¡¿Quieren?!- chillo Sanji enojado

-¡¿Qué te pasa Lollipop?!- chillo Ace levantándose. Olvidando que estaba desnudo. Sanji grito de la vergüenza, rojo se tapó los ojos con sus manitas.

-¡Ace siéntate!- grito el cuidador tapando los ojos de Usopp

-ñe- dijo Ace y se sentó refunfuñando. En tanto Sanji estaba dando la espalda sorprendido de lo que había visto, el pecoso se dio cuenta de ello y solo, solo para ser malo. Se acercó con sigilo hacia el rubio que aún no se recuperaba. Corazon no intervino, solo terminaba de tallar la cabeza de Usopp. Con las manos rasposas del pecoso, este mismo, agarro los costados de Sanji y le empezó a dar cosquillas por la cintura. El niño se reía de una manera que era tortura.

-¡ACE! ¡Suéltame!- dio pero se reía tanto que no le dejaba ni respirar.

-¡no! ¡No! ¿Querías un baño tranquilo? No lo tendrás- bromeo Ace sin dejar de hacerle cosquillas.

Tanto era que quería molestar al rubio, que las cosquillas fueron más pronunciadas. Más rápidas y de manera busca que rajaba al rubio. Dolía, pero las risas eran más dolorosas. Sanji seguía riendo chapoteando, lanzando el agua por la fuera de la tina. En un momento que el agua se salía. Sabo en una esquina se percató.

-Oye, Ace. Detente….- dijo Sabo

-¿para qué? ¡Mira como lo está disfrutando!- bromeo, Sanji se le estaba quitando la respiración cuando sus piernas

- lo digo porque está a punto de…- tarde. Porque algo tibio pasaba por al piernas de Ace –eso…- dijo Sabo apuntando al agua.

Sanji se meo. 

Fuera del baño. Ace trataba por todos los medios hacer que Sanji le hablara, o por lo menos dejara de llorar. Porque al hacerse pipi dentro de una tina con más niños dentro, todos se alejaron corriendo de la tina. Dejándolo solo y comenzando a llorar.

-vamos, vamos. Deja de llorar Sanji- dijo Ace tratando de calmarlo, no funcionaba –vamos, vamos, sonríe o Papa Cora-san me va a castigar- comento con el cuidador mirándolo furioso desde atrás. Luffy  y Zoro estaban juntos secándose el cabello y Sabo se agarraba a la cabeza por la imbecilidad que hizo que provoco el pecoso.

-te advertí, pero eres más idiota que un burro- le dijo Sabo

-¡no fue mi intención!- dijo Ace desesperado con la mirada penetrante de Corazon detrás suyo –Vamos Sanji. Te compro un chocolate  ¿o quieres un dulce? Vamos, deja de llorar. Por favor- decía suplicante Ace tratando de que niño parara de llorar.

-¡Ace tonto!- dijo entre sollozos Sanji -¡me hizo mearme!-

-al menos no fue en el pantalon- dijo Zoro, Luffy asintió.

-¡que sea el pantalon o no, hizo que me meara en frente de todos ustedes!- le dijo enojado Sanji a Zoro -¡Ace tonto, tonto, tonto!- al pecoso se le estaba descontrolando, si no paraba de llorar el cuidador lo iba a castigar. Bueno estaría castigado de todos modos, pero el chillido de Sanji era desesperante y le hacía volverse loco de tanto llorar. Datos de hermano mayor sobreprotector, cualquier pequeño que llore a su lado. Le desespera porque piensa que es Luffy.

-¡Ace!- le llamo este mismo mientras le secaba el cabello Zoro -¿Por qué no le besas?- pregunto con toda ingenuidad

-¡ni loco!- gritaron ambos a unísono

-vamos beso ¡beso! Así deja de llorar- se entusiasmó Luffy

-¡Papa Cora-san! ¡Dígale que no quiero!- chillo enojado Ace

-¡menos! ¡Yo besare a Nami o a Robin o a Bonney o a Hancock o a Koala o a Califa! –dijo con la cara de ojos rosa. El cuidador se rio posando su mano en la cara sonriendo

-yo solo miro como termina esto- se burló. En ello los niños refunfuñaron con las mejillas inflados. Se enojaron y le ignoraron -¿ven? Sanji dejo de llorar- los niños miraron al rubio pequeño. Había dejado de llorar desde que Luffy les pregunto eso. No se sabe bien la razón, pero Sanji enrojeció hasta las orejas. Luego se enojó en un sombrío mirar.

-¡te odio Ace!- y se fue corriendo descalzo. No se había puesto zapatos.

-Ace, ve por el- le ordeno el cuidador serio.

-¡¿eh?! Él dijo que me odia. No es mi culpa-

-es meramente tu culpa- dijo con madurez su hermano –ahora, ve- le ordeno. Ace bufo molesto y a regañadientes fue por el otro rubio.

-va…yo quería ver un beso- dijo Luffy en un puchero. Todos le miraron extrañados.

En otra parte, en exactamente al lado dela recepción. Franky y Robin trataban de averiguar una manera de entrar a la recepción sin ser vistos ¿para qué? Para entrar a la oficina del cuidador e investigar de la mujer. Robin se le ocurrió que si Franky le pregunto a Crocodile, quería decir que el la conoció y que si conoció a Crocodile y Iceburg, debería estar alguna pista con aquel cuidador. Además, son niños. Aunque Robin sea más inteligente que los adultos en sí. Si fue siendo una niña y Franky, es Franky así que lo que sucede es que lo que hacen no tiene mucho sentido. Pero igual lo harán, el niño para averiguar una duda y la niña, solo para estar con él.

-bien niña genio- le dijo Franky –quédate aquí y vigila que no llegue nadie ¿entendiste?- la niña de los ojos profundos empuño sus manitas en frete de su cara con los dedos pulgares levantados. Sin cambiar su expresión seria. Franky asintió y entro a la puerta despacio.

La recepción estaba fría porque nadie la había usado en todo el día. Además que habían dejado las ventanas abierta, aclarando que estas tienen puesto rejillas y no se podía pasar. A eso, Franky camino sigiloso sin usar zapatos que nunca usa. Vigilo por si alguien estuviera, como loco y sudando del nervio, con la mirada seria. En ello se fijó en el escritorio. Anticuado y con astillas salidas, se acercó. Lo primero que reviso fue debajo del escritorio, luego reviso las estanterías de atrás. Bajo la silla, bajo de los mueble. Entrándose por los cajones del escritorio y volviendo a los armarios. Cuando ya se iba a rendir y dar la vuelta, abrió la puerta y algo le cayó en el pie. Gritando de dolor. Un marco con foto.

-¡mierda!- exclamo al verse el pie morado.

-¿Quién anda ahí, Robin?- pregunto una voz fuera de la oficina. Franky, internamente pensó: ¡cague!

En la puerta la niña estaba obstruyéndole el paso al alto rubio. Con los brazos estirados a ambos lados.

-déjame entrar Robin- dijo Doflamingo enojándose. La niña se negaba con la cabeza e inflando sus mejillas -¿Qué te pasa? Te hace mal juntarte con ese pelo azul. Hablando de malas influencias como yo- comento con orgullo

Robin no quería que echaran a Franky del orfanato, le dio miedo que si se fuera no lo volvería a ver. No conoce bien el camino hacia su casa y era muy pequeña para ir sola en la calle. Si Doflamingo viera que Franky estuviera hurgando por las cosas del cuidador, lo echaría sin piedad. Tenía miedo.

Mucho miedo. Tanto miedo, que no aguanto en llorar.

Sus lágrimas alarmo a Doflamingo. La tomo en brazos tratando de consolarla, pero ella se quedó muda mientras lloraba y se rascaba los ojos. Franky lo oyó, más preocupado de su ser al ver como la manilla se giraba. Doflamingo entro sin más, con la niña llorando a gritos.

-ya, ya. Deja de llorar Robin ¿vemos si Cora tiene chocolates? ¿Quieres uno?- trato de animar Doflamingo, pero la niña seguía llorando –Robin vamos. Deja de llorar…. ¿qué paso aquí?- preguntó retóricamente cuando vio un montón de archivos desparramados en el suelo. Que recorría prácticamente a uno de los grandes archiveros de metal que se colaban en medio de una ventana. Doflamingo nunca ha entendido el sentido de decoración del cuidador, pero le dio lo mismo. Dejo a la niña en el sillón enfrente del escritorio y se agacho para abrir el archivero.

Encontrándose con Franky todo torcido y son una sonrisa idiota.

-¡hola! ¿Cómo está?- dijo el niño con el brazo alzado. En el fondo Robin rompió a llorar más.

Luego de un rato que costo que Franky saliera del archivero. Lo puso con fuerza en el sillón y con ello, Robin se apegó a su brazo con fuerza mientras lloraba.

-¿Por qué llora?- pregunto Franky -¿le pego?-

-no, creo que fue porque no quiere que entrara, la niña es inteligente ¿Qué hacías aquí por cierto?-

-¿Qué le importa? ¡Deja de llorar Robin!- le chillo austero a la pequeña que seguía llorando con sus mocos pegados en la ropa de Franky, ella se detuvo en un momento mirándolo con ojos húmedos y brillantes de lágrimas.

-primero que nada. Si me importa porque entrarte a la oficina sin permiso, si no quieres que llame a Iceburg para que te saque de aquí. Dime la verdad- le afirmo Doflamingo con los brazos cruzados enojado, de inmediato Robin comenzó a llorar a gritos -¡espera! ¡Espera!-  exclamo y la niña dejo de llorar solo unos segundos -¿no quieres que lo hecho?- pregunto Doflamingo, ella negó –que bueno. Aunque algo malo, si dice porque estaba aquí no lo echare ¿entiendes?- ella asintió con los ojos lagrimosos -¿me lo dirán? o llorara ¿o no Franky?- el niño hizo una mueca de disgusto y tuvo que meter su mano en el bolsillo del vestido morado oscuro de la niña, que era tan adorable muy parecido a un uniforme. En ella, saco la fotografía se robó de la mansión de Iceburg. Se la tendió, haciendo que Doflamingo se crispara del susto. -¿de dónde la sacaste?- pregunto

-Iceburg la tenía debajo de un estatuilla- confeso Franky –sé muy bien de que bando trabaja Iceburg, le he visto muchas veces, en otras me a sobornado por ello. Por ello me parece extraño que tenga la foto de una mujer- dijo solemne casi maduro. Dejando a Robin brillando de emoción al escucharlo –también ¿Por qué esta Nami ahí? ¿Ella es su madre?- Doflamingo le miro un buen rato. Pensando en que haría, puesto ambos niños eran pequeños. Robin dejo de mirar a Franky expectante y se concentró en la decisión del rubio, concentrándose con sus ojos tan hermosos y profundos.

-Cora me mataría si les cuento- suspiro antes de continuar –es algo largo y me encanta hacer enojar a mi hermano ¿lo comprenderán?-

-yo si- dijo Robin de inmediato

-yo también- confirmo Franky.

-bueno, pero no le digan a nadie. A nadie si es suficientemente importante decirlo ¿lo entienden?- ambos asintieron.

Para dejar el entusiasmo, un cuidador estornudo cerca de la cocina. Había terminado recién de bañar a los niños y era comienzo de preparar la cena. Law le estaba ayudando, comúnmente lo haría Sanji, pero Ace todavía lo estaba buscando por el orfanato.

-¡ahora no te enfermes, Papa Cora-san!- chillo Law a su lado

-¿ah? No, solo pensé que alguien debe estar hablando de mí. Nada más- dijo el rascándose la nariz -¿Qué quieres comer, Law? ¿Umeboshi? ¿Pescado?- Law saco la lengua con asco

-odio el Umeboshi- el cuidador se rio -¿Qué no te gusta Papa Cora-san?- mientras cocinaba el hombre quedo pensante

-el pan- dijo finalmente

-¡entonces también odio el pan!- exclamo de pronto Law golpeando la mesa es rasposo y sabe feo- de nuevo saco la lengua. El cuidador se volvió a reír

-¿Qué pasa si digo que no me gustan los chocolates?- dijo de pronto de juego. El niño se puso serio y grito

-¡también odio el chocolate!- le repitió. El cuidador volvió a reír

-Qué pena ¡porque amo el chocolate!- dijo riendo –pero también me gusta el Umeboshi- confeso pensante. Law chillo, miro al suelo queriendo decir algo –pero a ti no te gusta- comento Corazon, el niño le miro –así que no habrá Umeboshi hoy ¿ya?- el niño asintió enérgicamente y comenzó a cortar un poco de lechuga –oye Law- llamo el cuidador. El niño hizo un sonido que oía –escuche por ahí que te portaste muy bien con Kid cuando Salí la otra noche ¿te has hecho amigo del?-

-¡no!- bramo el niño dejando de cortar –solo lo hacía porque me aburría, además, solo vi como desmantelaba esa cosa. No me hare amigo de el- afirmo el niño

-una vez dije, nunca y ese nunca sucedió- dijo Corazon colocándole sal al pescado cortado de la tienda

-¿y que dijiste nunca y ese nunca sucedió?- pregunto Law

-nada importante. Pero lo que paso me cambio mucho Law. Si un día le das la oportunidad de ser amigo de Kid ¡sorpresas vendrán! Créeme- dijo el cuidador sonriéndole

-que molesto- dijo con un puchero Law.

-molesto tu abuela, que es cierto y sería divertido ¿no?- dijo el hombre

-¡pero no quiero ser amigo de Kid! Si soy su amigo no me dejara pasar más tiempo con Papa Cora-san y me olvidara….- no lo quiso decir pero se le salió -¡no dije nada!- rojo a cual rubí, volvió a cortar las verduras. Pero luego de un rato, no se dio cuenta y volteo. Corazon tenía la cara atónita de hace más de cinco minutos -¡qué pasa con esa cara!- le grito

-¡es que no podría ver lo adorable que eres!- dijo volviendo a una compostura atónita y emocionada

-¡no soy adorable! ¡Y ponte a trabajar que se te va a caer el pescado!- le grito.

Ambos volvieron con su trabajo, pero Corazon siguió con una sonrisa de imbécil imaginándose a Law cuando ir más pequeño y le pedía que lo cargase a todos lados. Cuando tenía que dormir con el cuándo viajaba en barcos de polizones o en cabinas estrechas con su hermano vigilando o durmiendo a tronadores ronquidos. Cuando le tenía miedo al agua la primera vez que fueron a la playa todos juntos o cuando le temía a las gallinas en la granja al lado del mar del viejo Shirohige. Bueno, las gallinas le persiguieron hasta que choco con una verja de madera.

Inconscientemente se rio. Se empeñó en cortar el pescado, con un reojo de que Law no se cortara e imaginándose a el más pequeño. Ya no podía, crecía. Era imposible pararlo.

Tiempo consiente del pasado y el recuerdo de la gente. No puedes mantener algo estable a medida del tiempo, baja y sube. Las personas, encuentros y despedidas… ¿Qué pasaran con Cora cuando el paso vuelve y no se quiere ir? Por su culpa y por otros que no quiere deshacerse de la realidad.

Solo uno sueña que las esperanzas del tiempo. Pararan en ese momento, cuando eres feliz.

-oye Papa Cora-san…-dijo la voz de Law entre la mente de recuerdos del cuidador –se te está quemando el pescado…- Corazon miro la sartén y no se fijó que el pescado, ya era un carbón. De carbón, exploto y se convirtió en llamas -¡ah! ¡Papa Doffy! ¡Papa Humitos!- grito Law saliendo corriendo de la cocina con el cuidador corriendo con el brazo incendiándose, corriendo y empujando si querer a los niños hasta el baño y meterse en la ducha mientras que un desesperado Smoker entraba con un extinguidor que por suerte estaba al lado de la puerta de la cocina.

Al final los cuidadores terminaron comprando pizza de Don Cangrejo.

-¡Bonney deja un poco de pizza a los demás!- grito Corazon con el brazo vendado por algunas quemaduras de menor grado.

-déjala hombre, que quiere comer. Mírale que le dejaste sin cena- dijo la anciana Kureha

-cállese señora- dijo Corazon y la mujer sentada a su derecha le dio un codazo a la altura de la vendada- ¡digo Kureha, Doctora!- lo dijo al revés pero la mujer se ir de orgullo. En tanto Chopper que tenía sus dientes, trataba de comer la masa de la pizza sentado en las piernas de la mujer.

-oye ¿y Ace y Sanji?- pregunto Crocodile invitado a comer

-Ace está sin cena hasta que encuentre a Sanji y le pida disculpas- le dijo el cuidador

-¿todavía no aparece?- se sorprendió el reptil -¿no lo bañaron en la tarde?-

-el orfanato es grande, cualquiera se pierde. Eso incluye Zoro- dijo riéndose Doflamingo

-¡oiga!- el niño escucho

-dime que no- se burló más el rubio y Crocodile le golpeo. En ese momento, también se fijó que alguien mas no estaba -¿y el cabello de piña?- pregunto.

 

La noche se presentaba más. Manto naranjo, entregándose por los recovecos pequeños que formaban sombra entre los muebles y algún que otro agujero. Como en el cuadrado que estaba escondido el pequeño Sanji. Encogido y llorando todavía.

-me molesta Ace, es molesto ¡molesto! ¡Molesto!- chillo entre sollozos -¡siempre me deja en vergüenza!- se escondió en sus rodillas abrazándolas más.

-¡Sanji! ¡Sanji! ¡¿Dónde estás?!- la voz de Ace lo asusto golpeándose en la cabeza con el techo del cobertizo del cual se escondía.

-¡no quiero que me oiga!- susurro Sanji, como se sabe, últimamente ha tenido muy mala suerte cuando está al lado de Ace. Sea que le golpee una chica cuando este para y por error le da una palmada en la falta y le dan una cachetada. O cuando esta con sus amigos y por azares de la vida, el pecoso tiene la manía de cargarse en su espada y hacerle caer al suelo. También estaba lo del festival de Halloween tratando de olvidarlo, inventado que beso a una chica en vez de a él y ahora, mearse enfrente de todos y más encima ver cosas que nos e supone que debería ver ¡le ponía nervioso! Ya sabría lo que diría su padre, lo castigaría a él. Diciéndole lo débil que siempre dice que era antes de escaparse hace unos meses. Lo único que deseaba es que le dejar en paz y que le besara una niña. O eso creía. Niños influenciables, contradicciones al crecer. Obvia respuesta, sencilla agonía. Rápida decisión de seguir y decirse la verdad.

-¿Qué haces aquí?- otra voz le asusto. Melancólica y caballerosa. Sanji se volvió a golpear con el techo del cobertizo. No se dio cuenta de que la puertecilla la abrieron y quien la abrió, era sin nada menos que Marco. Uno de los niños más populares del orfanato al igual que Ace y uno de los mayores.

-nada, me escondía- le dijo sinceramente el niño. Marco le sonrió tendiéndole la mano

-vamos, baja- dijo y Sanji le hizo caso. Le agarro de la mano y salto del cobertizo que guardaban útiles de jardín -¿de quién te escondía? ¿De Ace?- pregunto simpático y Sanji enrojeció

-¡¿Quién te lo dijo?!- chillo el rubio tuerto

-las noticias vuelan chiquito- le acaricio la cabeza y Sanji la aparto brusco –calma zorrito ¿vamos a cenar? Trajeron pizza-

-¡no quiero! Ace me encontrara y me hará mearme de nuevo- bufo Sanji enojado

-no, no pasara- dijo Marco

-¿Por qué, Marco?-

-porque estoy aquí enano- dijo Ace llegando con los brazos cruzados, Sanji de inercia se escondió detrás de Marco –no te escondas ¡vamos a cenar que tengo hambre!- le grito y el menor le saco la lengua molesto.

-no, no Ace- dijo Marco corrigiéndole –así no se trata a los menores-

-¿Qué te pasa Cabeza de piña? Papa Cora-san me mando a disculparme- dijo mirando a Sanji -¡perdón Sanji! Listo ¿vamos?- Sanji le volvió a sacar la lengua ahora con un parpado estirado con su manita, Ace estaba preparado a acercase y darle un coscorrón

-tienes malos modales- le dijo Marco, suspiro deteniéndole y sacando a Sanji detrás suyo. A él, también se acercó a Ace. Le tomo de la espalda, cosa que al pecoso le dio un escalofrió y fueron arrastrados para quedar frente a frente –bien, hagamos esto rápido ¿Ace?-

-¿Qué quieres hacer, Cabeza de Piña?- le dijo con mal carácter

-pídele disculpas como corresponde- le dijo Marco señalando a Sanji

-¿y si no quiero?- le dijo austero Ace

-le digo a Papa Cora-san y estarás castigado- dijo tajante Marco. Ace chillo nervioso

-ya de acuerdo- dijo. Se irguió y se reverencio ante Sanji formalmente –perdón Sanji, no te hare cosquillas mas ¿ya?- en ello Sanji sin avisar, le dio una patada en los bajos -¡HIJO DE SU….!- y cayo de rodillas

-tenía que, estas perdonado- dijo serio pero de inmediato se crispo de dolor sentándose en el suelo. Maroc quien se reía por lo de Ace, se percató agachándose hacia Sanji.

-¿te duele algo? A ver- dijo tomándole el pie y encontrándose que le sangraba la planta del pie -¿te fuiste corriendo descalzo?- pregunto Marco. Sanji asintió con dolor. El cabeza de piña, sonrió y dio la vuelta agachándose –ven, te llevo- le dijo. Con dolor, el pequeño se tambaleo y se acomodó en la espalda de Marco -¿vas bien?- el asintió –genial vamos, tú también Ace-

-apenas camino. Este enano tiene patadas muy fuertes- le comento con dolor Ace cerrando unos de sus ojos y cambiando a medias por el pasillo -¿Por qué siempre tratas así a los enanos?-

-por que a ti solo te interesa Luffy y a mí me interesan los demás- dijo serio y Ace no le entendió –ósea, que yo trata todos los más pequeños como se debe. Por igual y con respeto, te he visto. Solo tratas bien a Luffy y a los amigos de Luffy, menos al cabeza moco y ahora a Sanji- el niño detrás asintió

-bueno es mi hermano, lo tengo que cuidar y lo tato como se me da la misma gana-

-¿hacer mear a Sanji es una?- dijo prepotente Marco

-No fue intencional. Solo quería jugar- confeso medio sonrojado

-¡me da lo mismo! ¡Ahora todo el orfanato lo sabe!- chillo Sanji

-¡¿y tú crees que se los dije yo?!- grito Ace y Sanji asintió -¡que no fui yo! ¡Fue Zoro de más! ¡A él le debes pegar en las joyas no a mí!- le bramo más enojado

-¿Zoro? No lo pensé- dijo Sanji desviando la mirada rojo

Marco se rio ante los dos locos que peleaban tiernamente.

-son adorables- dijo a voz alta

-¡nada de eso!- gritaron. Sanji casi le pega, pero a que Ace lo miro a los ojos solo se quedó algo sin movilidad y se giró para no volver a ver al cabeza de piña un rato. Le daba calor cada vez que lo miraba.

 

Cuando llegaron, quedaban pocas sobras de las pizzas. Luffy y Bonney habían comido seis cajas cada uno de tamaño grande. Ahora estaban encima de la mesa dormidos. Mientras que los mayores junto con Smoker tratan de separarlos de las cajas de pizzas que usaban de almohadas. Franky estaba por irse, pero Robin le sujeto corriendo. En medio del patio y la noche congelando las manos de Robin.

-¿puedo dormir en tu casa?- pregunto tajante Robin, Franky giro los ojos desesperado

-¿sabes que eres igual que de terca que una tuerca?- dijo Franky y ella se enojó.

-es para hablar sobre lo de la Señorita Bellmere- dijo Robin, pero Franky le tapó la boca

-¿quieres que alguien nos oiga?- dijo en susurro Franky –Papa Corsa-san no debe saber que sabemos que estuvo con la madre de Nami ¿entendiste?-

-¿Qué pasa conmigo?- la voz de Corazon asusto a los dos. Franky escondió de inercia e instinto a Robin detrás suyo -¿Qué saben de mí que no me deben contar?- dijo el cuidador curioso

-nada, nada- dijo sonriente Franky –tonterías de niños-

-es que me quedare en la casa de Franky- dijo Robin detrás. Franky se crispo -¿no es cierto? El me invito-

-¡chantajista!- le grito

-qué bueno que  ya te caiga bien ¿pero quién me esconden? ¿Eh?- se agacho a su altura. Franky sabiendo que estaría en problemas en ambas partes, de su casa y el orfanato. Solo se le ocurrió

-¡que invite a Robin a dormir a mi casa! ¡Solo eso!- dijo riendo agarrándole la mano a Robin -¿Qué cree usted?-

-es que pasaba para hablar con Iceburg de algo, pero escuche algo extraño ¿dijeron algo raro? ¿Algo así como? ¿Bellmere?- enfatizo el nombre con siniestro tono.

-yo… yo… ¿niña genio?- pregunto Franky y la niña se quedó muda. Para la suerte de la olla de acero en el sol. El claxon del auto de Iceburg, solo al sentirlo. Dio la vuelta y se fue corriendo con Robin tomada de la mano arrastrándola hacia el auto. Entrando con niña y todo.

-¡vamos! ¡Vamos!- le grito Franky

-¿Qué hiciste ahora?- le dijo Iceburg dando la vuelta

-¡luego te explico!- le grito y Iceburg acelero desapareciendo en la noche.

Con furia. Si furia, el cuidador iba a paso fuerte al comedor. Doflamingo seguía ahí supervisando a los niños que recogían las cajas. Mirándose en un espejo para una nueva cita con Crocodile, sin embargo, sin avisar, sin pensarlo. Corazon le dio un puñetazo en la cara a su hermano.

-¡¿Qué mierda te pasa?!- le grito

-¡tú le dijiste! ¡¿Les dijiste a Franky y a Robin?!- le grito el cuidador

-¿de qué?- dijo desafiante Doflamingo

-¡tú sabes de que estúpido! ¡De Bellereme!- le grito. En ello los niños que quedaban, Hancock, Drake con Bonney en su hombro y Sabo se quedaron mirándolos un rato –niños… váyanse. Necesito hablar con Doffy- dijo el cuidador con la cara tapada de vergüenza. Al irse lo niños casi corriendo del susto, el cuidador sacó un cigarrillo y lo encendió. Quemándose su manda. El otro le lanzo un vaso de agua para apagarlo.

-¿Qué pasa si les dije lo de Belle?- le dijo su hermano brusco –sé que es fuerte para ti, pero deben saber la que dio la verdadera idea para que todos estén aquí ¿no?- por un largo momento, el menor se quedó callado –no le dirán nada a Nami ni menos a los otros-

-Nami no debe saber que está muerta- dijo brusco el cuidador –aun esta con esperanzas de que esté buscando a su hermana-

-un día lo tendrá que saber Cora y si no lo sabe antes, será mucho más duro- el cuidador se agarró el rostro desesperado

-y si sabe la verdad, ella no volverá a sonreír- dijo Corazon atrapado entre la verdad y la mentira.

-También quise a Belle y eso que me gustan los chicos. Pero si su espíritu está aquí ¿no crees que debe descansar sabiendo que su propia hija sepe de su verdad?-

-no- dijo tajante el cuidador levantándose –y se quedara así hasta cuanto pueda-

Y salió. Dejando a Doflamingo en el comedor bebiendo un poco de agua que tenía el vaso que agarro, pensando. Pensando en esa tarde, aquella tarde que se llevó a una mujer tan maravillosa que cambio su mirada y le ayudo cuando más lo necesitaba. Aunque fuera un penoso recuerdo la tarde en el puerto ese de esa ciudad hace dos años. Le provocaba solo sonreír al escuchar la voz de la mujer, gritándole que sonriera.

Crocodile esperando aburrido dentro dela habitación de Doflamingo para irse de cita esa noche. Sin embargo, el Den Den mushi diseñado a la medida que estaba en la mesa de noche del emplumado. Agarro la concha para contestar.

-¿Orfanato Thousand Sunny? – Contesto –Crocodile al habla-

-¿eh Crocodile?- dijo la voz conocida –justo quería hablarte a ti-

-¿Quién habla?-

-Paulie menso- dijo el hombre rubio en el otro lado del Den Den Mushi. El suyo tenía un puro en la boca y unos lentes en la cabeza –quería hablar contigo de algo importante-

-¿Qué cosa?- se oyó como Pauli trago enérgicamente

-¿Cómo fue tu primera vez con Doffy?- pregunto y Crocodile se cayó de la cama

-¡¿Qué mierda?! ¡¿Por qué preguntas eso?!- le grito enojado

-¡por que es el único al que le puedo preguntar esto!- le grito Paulie -¿Doffy te dijo lo que me paso? ¿Con Iceburg?-

-si me lo dijo, con lujo y detalle. También con lo que se inventó el mismo- dijo y se oyó un quejido en el auricular, la boca del caracol -¿estás bien?-

-que horrible- dijo Paulie agarrándose el cabello

-¿ya? ¿Pero qué quieres Paulie?- le pregunto Crocodile

-necesito hablar contigo- le dijo el rubio -¿quieres que vayamos a un lado? Es algo importante y no creo que sea bueno que lo hablemos por Den Den mushi- Crocodile bufo medio molesto

-no tengo otra opción. Bien te ayudo- dijo –ve a mi trabajo el sábado, hoy es jueves y salgo con Doffy. Pero el sábado ve a mi trabajo y te espero en la puerta. Si quieres vamos al Baratie, tienen cabinas privadas y me dan un crédito si llevo cliente nuevos ¿Qué te parece?-

-ya ok. El sábado a las 16:00. Pero no se lo digas a nadie, no quiero que el emplumado ese sepa algo- dijo Paulie angustiado

-tratare- dijo, luego de eso dejo el Den Den Mushi tranquilo.

Solo, no se percató de que alguien pasaba por ahí. Oyendo todo y huir por su trasero.

 

Es una nueva manera de ver un inicio de algo importante señores. El desarrollo del problema como se trasforma del problema a un solución y un desenlace perfecto turbio. Depende. De cómo reaccione uno. Se empieza, se gira, se acaba. Vamos, que esto, está por ponerse mejor. 

Notas finales:

Jejejejeje, oh como amo la intriga. Pero ¿que era Bellmere para Cora? ¿amiga? ¿otra cosa? ¿Nami es su hija biologica? si me falta yaoi pero ¡epa! ¡epa! ya viene. Siempre se ve ahora en diferentes ambitos de amor. 

ya listo con lo hetenormatividad. El yaoi que viene viene. 

¿felices? bien

si, me gusta Iceburg x Paulie ¡por que no hay fanfics de ellos!

ATTE

E.yaoi, la escritora con la mente enredada. 

 


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