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Orfanato Thousand Sunny por Eyaoi

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Notas del capitulo:

Corto, preciso y tedioso. Estudio. 

eh estado completmanete ocupada en el estudio que no tenia tiempo en actulizar, menos se si alguien lo leera. Espero que quien lo lea lo ame y que me pregunte si tiene alguna consulta. 

Este capitulo no se genera en una paeja en concreto, pero si en lso probelmas encargados que pesan a los que se escaparon, posee reglas concluyentes que se deben seguir y cosas importantes que no debemos olvidar. 

en final, espero que les guste. 

Guía de supervivencia en la casa de emergencia.

 

Las semanas se hicieron eternas para algunos y larguísimas para otros, puesto para los que se les olvidaron que estaban en esa casa por emergencia de que estaban siendo perseguidos por Marinos. Se aventuraban a descubrir lo rincones más escondidos de esa casa. Llegando a romper varias cosas y escaparse al pueblo. En una de las ocasiones fue Kid quien provoco un pequeño disturbio cuando se tropezó con un fornido pescador mientras escapaba de Doflamingo que lo buscaba. En consecuencia, destruyo el pequeño puerto, un bote y la pierna del pescador. Crocodile tuvo que pagar los daños y el silencio del pescador. Estaba por llamar a los marinos. Otra de las travesuras que provocaron este hermoso grupo de niños. Fue perderse en un bosque.

Para la suerte fueron los Mugiwara que por la historia de Loca, creyeron que existía una aldea de hombres-lobo después del bosque. A lo mismo confiaron en Zoro para guiarlos y a consecuencia, se perdieron. Smoker con Ace y Sabo los encontraron acurrucados los unos a los otros frente a una hoguera pequeña que construyo Franky que iba con ellos. Siendo el mayor, igual no recordaba el camino de vuelta. No estaba en condición de regresar si no era con los Mugiwara. Corazon lo felicito por la madurez que se tornó en el asunto. Pero castigo a los Mugiwara un mes sin salir de la casona y limpiando los baños.

-¿en la que se metió nuestro hermanito? ¿No Sabo?- comentó Ace mientras se cambiaba de ropa en la habitación de los chicos. El rubio no le respondió, hace una semana que no le hablaba y a Ace le estaba molestando -¿aun sigues así? Vamos no era para tanto….- le ignoro y se colocó la camisa de dormir –Sabo- le llamo pero su hermano ya se metía dentro del cubrecamas. El pecoso apenado bajo la cabeza para adentrarse a su cama y dormir.

¿Qué fue lo que paso? Bien, luego de la escena que paso con Sanji la última vez, Sabo se enojó tanto que no le ha hablado desde entonces. El pecoso trataba de que le hablase para decirle porque no le hablaba y menos con las razones. Aun estaba insistiendo de que le hablase rogando o hacerlo indirectamente. Pero no servía de nada.

-¿Capitán? ¿Dónde va?- pregunto por la noche Penguin cuando se percató que el ojeroso se escabullía a puntillas de su cama. En un quejido se detuvo para mirar a Penguin.

-Iré con Papa Cora-san- susurro –no quiero que nadie se entere ¿bueno?-

-¿es para quedarte con Papa Cora-san para ti solo?- pregunto Kid inesperadamente saliendo de su cubrecama. Ambos le miraron de sorpresa –oye a la próxima hazla piola que otros quieren dormir ¿ya? Me lleva, tengo que dormir con este pelafustán y con los ronquidos del oso ¡y sin Killer! Maldita mi suerte- y se volvió a acurrucar. Law le miraba muerto de vergüenza, pero se controló en no sacarle la tráquea. Abrió la puerta para salir sin antes que Penguin se levantó y le tomo del a camisa de dormir.

-No se vaya- rogo Penguin con miedo

-¿Por qué?- pregunto Law. El pequeño giro la cabeza para mirar al bulto que se llama Kid roncando –oh Penguin, no tengas miedo- le tomo de los hombros –no te asustes ¿bien? Killer está en la otra habitación con candado y Kid duerme como tronco- el pequeño temblaba de miedo –vamos Penguin, mira que para ser parte de mi tripulación debes ser valiente ¡valiente! ¿Entendiste?- el asintió. Law sonrió y se volteó para irse a la habitación de Corazon.

-Espero que Killer no haya escuchado- murmuro sin querer Penguin

Law en tanto caminaba por el pasillo helado buscando la habitación del fondo de Corazon, era la que más escondía estaba y la más caliente. Como dormía con la cuna de Chopper. Debían dormir en una de las habitaciones más calientes y así el pequeño no se enfermara.

-recuerda Law, era a la izquierda. Cerca de la ventana con marcos rosa…. ¿qué?- un retrato le llamo la atención. Era un hombre gigante muy musculoso con un enorme bigote entre un grupo de niños sonrientes menos uno. Que tenía el pelo negro peinado hacia atrás cruzando los brazos y mirando al contra de los demás niños. Se veía enojado – ¿este es Papa Croco? Se ve gracioso- al diablo con las invocaciones, que le tomaron de la ropa.

-¿no deberías estar en la cama?- pregunta serio Crocodile, usaba el pijama y no llevaba su garfio

-Voy con Papa Cora-san- le dijo sin enojarse –cuando niño era bien escuálido- se burlo

-es que de niño el Viejo Shirohige me obligaba a comer. Me amarraba en la silla para comer- dijo el sin molestarse –era muy regañón con la comida. No comía casi nada hasta que cumplí doce-

-¿Cuánto? Un momento, bájeme- dijo Law y Crocodile obedeció -¿Cuándo llego a esta casa y cómo?-

-¿para que quieres saber?- le pregunto Crocodile

-para distraerlo y que me deje ir con Papa Cora-san luego- confeso sin ni una molestia el niño.

-buen truco- dijo el hombre. Suspiro y se sentó en el suelo contra la pared. Law hizo lo mismo –el Viejo me saco de un apuro bien grande a los ocho y para que no me preguntes, vivía en la calle por mucho tiempo. Robaba seguido en los mercados y en especial cuando llegue al puerto del pueblo vecino dentro de un barco mercader que ataca aquí todavía para descargar verduras y semillas cada cierto tiempo. El primer día me atrapo la policía del mercado, por casualidad el Viejo Shirohige estaba comprando cuando me pillo cuando saludaba a su amigo que era el policía. Preguntándome quien era y que era que hacía en el mercado. Recuerdo que Bellmere se reía de mí. Si, desde ese tiempo que el Viejo Shirohige adoptaba niños que eran huérfanos por las guerras. El me adopto diciendo que me educaría, que me protegería y que se me convertiría en mi padre, el mio no lo veo desde los siete, me trajo a esta casa y aunque me quise escapar muchas veces, él tuvo la paciencia en cuidarme. Hasta que falleció- se detuvo por un momento apenado –ándate con Cora o te mato que me está dando vergüenza esto- chillo Crocodile, Law se levantó rápido.

-ha se puso sensible- le sonrió sarcástico –no sabía que existía un lado sensible de Papa Crocodile- dijo, pero el reptil se enojó. Lo iba a atrapar aun así Law huyo con éxito entrando a la puerta de al fondo. Aun así Crocodile se sentó y sonrió.

-Oye Viejo ¿se parece a mí no? Maldición-

Law entro en la habitación de Corazon con cuidado, Chopper dormía en la cuna tranquilo a lo contrario Corazon se veía muy raro. El niño se asustó por ver como el adulto estaba agarrando las sabanas con miedo, sudaba a montones mientras que movía la cabeza en espasmos. Era un sueño y no de los bonitos. Law con cuidado pero muy preocupado se acercó, pero al borde de tocar la mano de Corazon se percató de que murmuraba cosas.

-no…no te vayas… no… no era intención- apretaba la sabana con más fuerza –no… ¿Por qué? No quería hacerlo, pensé que era bueno…no…- en un momento Law se crispo al mirar como una lagrima recorría el pómulo del hombre –mamá no…- de golpe abrió los ojos. Giro la cabeza y se encontró con las ojeras del niño –Law… ¿Qué haces aquí?- pregunto con la boca seca.

-yo…quería dormir….aquí- dijo el niño asustado. Corazon se sentó agarrándose la cabeza, le dolía mucho pero lo oculto sonriendo -¿quieres que me vaya?- pregunto con miedo.

-no, no- susurro Corazon –siéntate- Law obedeció escalando la cama acomodándose junto al cuidador

-¿estás bien? ¿Papa Cora-san?- pregunto Law procurando en pensar sus palabras.

-si- respondió Corazon asintiendo. Lo afirmaba, pero su rostro decía otra cosa.

-no lo creo- le contradijo Law serio. Corazon le miro sorprendido. Le sonrió.

-no te puedo mentir- le confeso –solo me atrapaba un recuerdo no es nada-

-lloraba- le dijo tajante Law –no me gusta que llore- la carcajada penosa de Corazon lo distrajo, el hombre le abrazo con suavidad -¡o…oiga!- chillo Law -¡no soy como un peluche! ¡No me abrace!- se forcejeaba deteniéndose al percatarse de las lágrimas que mojaban su hombro

-Law, eres tan buen niño- dijo Corazon apretujándolo, su voz se entrecortaba de tristeza –eres un buen niño-

-No…no me diga niño- a Law se le coloraba la cara queriéndola esconder inútilmente. Corazon se separó y con el rostro surcado en lágrimas, a Law se le escapo el ama al suelo. Instintivamente con su mano, le seco las lágrimas con suavidad. El adulto le sonrió penosamente imitándole acariciando su cabello con suavidad.

-para mi serás el niño que encontré en esa caja durmiendo enfermito hace cinco años- acerco su frente con la suya –no quisiera que crezcas, pero nunca me doy cuenta que sabes hacerte las cosas solos. Cosas que ya no me necesitas- al niño que debía tomarlo del cuello, lo hizo –ya ni siquiera necesitas que te cargue a todas partes como antes. Que te cocine los dulces que te gustan cuando me lo pide por qué me dices que debo darse a los más pequeños ¿Por qué Law? ¿Eh?- el niño le agarro del pijama.

-Papa Cora-san- murmuro –cállese-

-¿eh?-

-que se calle- dijo Law

-¿Por qué?- pregunto Corazon sorprendido

-por qué no quiero llores- le dijo –porque se supone que los adultos no lloran- le apretujo las mejillas –si eres el adulto acá ¿no crees que debes ser más fuerte que nosotros? Quiero que se calme- el adulto con una penosa mirada se sonó los mocos con la manga –dígame que soñó. Así se puede calmar ¿no cree?- Law trato de sonreír pero ver a su adulto favorito de esa manera le rompía. Le rompía mil y una veces.

Se encontraron la noche mientras como en el hombro de Corazon hasta dormirse de su historia. La historia del incendio de su casa, la historia de cómo un par de niños corrían por su vida ante unos marinos que los perseguían por que saber por qué. Del como corrieron por una colina y durmieron el regazo de su madre hasta el amanecer cuando paso lo peor. Llenos de sangre despertaron y la dejaron ahí, enterrada en el mismo punto de su isla natal. No han vuelto y no creía que volverían algún día. Pero si fuese así, sería la única oportunidad que tuviera Corazon para pasar la siguiente página de su vida. Aunque fuese así, Law se preocupaba más cada día del cuidador, soñaba más cada noche y desde que se vinieron de emergencia a la casona antigua de Shirohige. En las tarde se venía desganado cocinando los desayunos, almuerzos y cenas. En veces confundía la cena con el desayuno y terminaban comiendo sopa de albóndigas con cereales para primera hora de la mañana. Todos hacían caso omiso comiendo esa asquerosa comida (a Luffy ni a Bonney le importo) solo para no molestarlo en su error.

Regla numero 1° No estreses más a Corazon de lo que ya está.

Kid y Killer estuvieron fuera (fuera en rango Kid) de problemas. De las ocho veces a la semana que molestaba a Corazon, se redujeron a cinco al día. Para terminando la semana Kid se pasaba las tardes oculto en una alacena para no molestar a nadie o se escapaba al pueblo a espiar a la ente junto a Killer quien supo del cumpleaños del pingüino seria en unos meses o menos y le buscaba un regalo puesto los años anteriores lo olvidaba y no le daba nada. Era eso y Law descubría el regalo y lo botaba a la basura. Los mayores estaba a pendiente de entretener a los más pequeños en tareas tontas como limpiar o que leyeran libros que se encontraban por la biblioteca de Shirohige quien tenía un arsenal de libro de niños. Como cuentos y esas cosas. Drake era tutor de algunos quienes les costaban un poco leer, sea Luffy y Zoro. En el colegio eran los menos que leían por estar siempre escapándose para besarse en los rincones del colegio o se dormían solo abriendo un libro.

-¡despierten!- les grito Drake con un libro en la mano y los dos niños sentados en el suelo. Era una tarde hace dos días -¡Cuando volvamos a casa deberían tener terminado ese libro!-

-¡es que es aburrido!- reclamo Luffy sobre el libro –quiero uno de los cuentos de la Señorita Loca. Eran entretenidos-

-la Señorita Loca no ha parecido, así que léelo o no dejo que Papa Cora-san te de postre ¿entendiste?-

-ni que fueras su profe- dijo Bonney sarcástica, acostada en la alfombra comiendo un panque –n ni siquiera cuanto estaremos aquí- el niño se enojo

-¡tú también ponte a leer y deja de robar la maldita comida!- le grito Bonney le saco la lengua –niña incorregible- murmuro –bien Luffy, bien Zoro sigan después de mi…. ¡se durmieron!- grito. Ambos niños dormían sobre el libro con la cabeza junta. Bonney acostada se rio de buena gana.

Es la pregunta que hacen ahí mientras. Es más, que hacen juntos. Drake fue mandado como dije, pero por razones de la vida, Corazon le pidió a Drake que la vigilara. No sabe por qué, sin embargo ver la palidez que se le generaba en la cara (del cansancio y la angustia) ni uno se negó. Aunque no se soportasen.

Volviendo al presente. En este encierro se generó nuevas reglas al paso de la semana. Una de ellas es:

Regla numero 2° no te alejes de los que te importan y no te niegues a ayudarlos.

Eso ha pasado con Kid. Si el pelirrojo rebelde y celoso, no podía no estar lejos de esto. Al poco salir Law de la habitación, se quedó mirando el techo. No, no era que el sueño se le espanto al salir el, si no que seguían en vela desde el momento que se recostó en el futon. No podía dormir.

-Tonto Law. Me hace separarme de mi amigo ¡tonto pingüino!- murmuro –estaría con mi amigo si no fuese por ellos-

-¿y por qué no vas?- pregunto en la oscuridad Penguin. Kid es un salto se sentó en el futon –si no quieres estar lejos de Killer ¿Por qué no vas?- el pelirrojo confundido le miro doblando el cuello

-¿de qué hablas?- dijo nervioso –yo no necesito a Killer-

-nunca dije que lo necesitabas- le corto Penguin –dije que si quieres ir con el ve- Kid se encogió de hombros

-la puerta esta con candado-

-la llave la tiene Papa Doflamingo pero hay una copia debajo de la maceta- le indico Penguin a la puerta –si quieres, pon almohadas debajo de tu futon así nadie se da cuenta hasta la mañana- Kid estaba más confundido frunciendo el ceño con las cejas que existían en su frente –si no me crees ve-

-la pregunta es ¿Por qué me ayudas?- dijo Kid desconfiado -¿acaso no te molesta que te este siempre molestando?- redundante. La ventana daba un reflejo luminoso a la cara de Penguin.

-sé que no te caigo bien. Pero es bueno ayudarnos en estas situaciones- dijo Penguin sonriendo –sé que eres malo conmigo, pero como dijo el Capitán hay que ayudarnos los unos a los otros. Como para que Papa Cora-san este tranquilo y nosotros también ¿no lo crees?- Kid sorprendido se levantó. No quería que se note, pero estaba rojo de vergüenza.

-bueno, bueno- dijo queriendo salir de una vez de la habitación –que nadie sepe que en ayudaste ¿entendiste?- y salió. Penguin espero un rato antes de:

-qué bueno que se fue- cayo rendido a la almohada.

Kid en la oscuridad de nuevo del pasillo, escucho los murmullos de la habitación de Corazon, era él y Law charlando y llorando. Era común que pasara ello así que le dio lo mismo. Dio la vuelta y se encontró la vasija que ocultaba la llave que según ese pingüino escondía llave para entrar a la habitación que tenían enclaustrado a Killer. La saco de ello con cuidado para que no se cayera, alegre abrió entrando al cuarto.

Era pequeño, un holocausto que según Crocodile lo usaban como bodega. Ahora por las instrucciones del cuidador era la nueva habitación de Killer hasta nuevo aviso. Con ella, le pusieron cadenas y un candado. Exagerado de por visto según Kid. Killer dormía en un futón arropado en una esquina, la luz de la luna pasaba por la ventana enana, dejando líneas de azulado color mediante un denso movimiento de las nubes y el viento. El niño rubio se acurrucaba gruñendo entre sus ronquidos muy gordos para que sea tan pequeño.

-Killer…- llamo Kid –oye Killer- murmuraba porque estaba, nervioso. Se acercó más con miedo. Con el pie trato de empujarlo un poco, no respondía –Killer…- le aplasto un poco. Solo gruño -¡oye Killer!- grito pateándolo. El rubio se levantó de golpe blasfemando 

-¡AH KID! ¡¿Qué te paso ahora?!- le grito. De sorpresa el pelirrojo se lanzó a su torso -¿eh?- con complejidad se incorporó mejor para reaccionar con su amigo, sonriendo -¿pesadillas? ¿No?- Kid negó -¿Te molesta Penguin?- bromeo, el volvió a negar – ¿Law?- negó -¿Qué entonces?-

-No puedo dormir- le murmuro –me cuesta dormir-

-¿Por qué no estoy yo?- Kid asintió. Su amigo se rio –que tierno y pensar que solo eras un niño que se hacia el rudo- el pelirrojo se acurruco más con pena –no me digas que lloraras-

-no- dijo más tranquilo –tengo sueño Killer- el rubio le acaricio con suavidad –quiero dormir aquí-

-ya sabía menso- le dijo el rubio. Se acomodó un poco mejor para que el pelirrojo se acurrucara en sus rodillas

-¿me cuentas una historia?- murmuro Kid no avergonzado. Killer se rio

-¿Un cuento de princesas? Y tan macho que te profesas-

-¿Qué es eso?- pregunto Kid confuso

-nada- se adentró al futon, Kid le imito adentrándose con el agarrándole del pecho. Pesándole los parpados -¿ya te duermes?-

-es calientito-

-¿calientito? Papa Doffy me mando al pútrido rincón más frio de la casona ¡es una suerte que vengas! Así por lo menos no me resfrió- en un momento se detuvo. El ronquido estruendoso de Kid. Con una linda sonrisa que le pasaba por la luz de la luna, Killer le acaricio el fuego de su cabello, murmurando –buenas noches, pelirrojo- y poco después, se durmió.

 

3° Regla: no salgas y pases al puerto.

Regla nueva. Esta va hace solo… tres días. Cuando por el puerto apareció un barco marino navegando por el mar. Doflamingo fue quien se dio cuenta, mientras compraba comida con Marco y Apoo, el de los brazos deformes se dio cuenta. A ello, grito:

-¡Marinos!-

-¡no tan fuerte!- le reclamo Doflamingo –esto es malo- agarro a los chicos, arrastrándolos por las calles hasta la casona.

-¡¿Marinos?!- chillo palideciendo Corazon

-Sí y no grites- le dijo Doflamingo –llame a Genzo, si llegaban adentro del pueblo el diría que no había nadie y que nadie estaba en esta casona. Además que hablo con los demás del pueblo para ello, según él le dijo que sería por la memoria de Shirohige. Pero no más, como a gracias de Luffy o de Kid o Bonney que roba los pasteles de la pastelería o Nami que se roba también las mandarinas, no confían mucho en nosotros- se calmó –mira, no saldremos hasta nuevo aviso ¿bueno?- Corazon asintió con nervioso. El hermano le tomo de los hombros –mira, los niños están seguros. Los mayores están a su cuidado. No te preocupes-

Aun así, Corazon se agarró la cabeza y se adentró a la habitación. No salió hasta el día siguiente. Con la cara hinchada de llanto.

Esta regla fue ejecutada. La mañana siguiente de lo de las escapadas en las habitaciones en el presente. Corazon un poco más tranquilo, hizo un buen desayuno. Deliciosos y consistente.

-¡al fin comida real!- grito Bonney salivando

-¡CALLATE TONTA!- le bramo Drake

-¡callase los dos!- grito Law. Todos comenzaron a comer con gusto, saboreando con alegría los huevos revueltos con pan y tomate frito. También algunas galletas recién compradas en un gran montón. Jugo de frutas, té y café. También leche para algunos. Terminado de comer, una orquesta de eructos se resonó en el comedor. De inmediato se tomaron los turnos para limpiar los platos, este día Hancock, Koala y Law. Los demás corrieron hacia el patio.

-¡Hoy vamos a jugar a las escondidas!- ordeno Luffy a sus amigos.

-¡SI!- chillaron

-¿a que juegan?- pregunto Kid llegando curioso. Los niños le miraron confundidos –no se pongan así, también quiero divertirme- los mugiwara se miraron y asintieron al mismo tiempo -¿eh? Hawkins ¿quieres jugar?- pregunto el pelirrojo al rubio silencioso.

Se encogió de nervio, jugando con sus dedos asintió con timidez.

-¿Por qué no jugamos todos?- llego de pronto Marco sonriendo divertido, detrás llegaba Ace con Sabo -¿Qué les parece? ¿Eh? ¿Ace? ¿Sabo?- enfatizo con coqueteo a Ace.

-¡bien! ¡Pero solo con Sabo y Luffy! ¿Eh Sabo?- el rubio se debió enojado. Ace se entristeció un poco y claramente, Marco lo noto.

-¡QUE BIEN! ¡Juguemos todos!- chillo Luffy.

-pero hay que tenerle reglas- indico Robin

-¿Mas de las que hay?- pregunto Kid. Ella asintió

-la niña genio le pone reglas a muchas cosas- dijo Franky apuntándola –una vez puso las reglas de como comer sopa de fideos sin ensuciarte o como poner los libros de la casona-

-o ganarle a Usopp en competencia de tiro al blanco- dijo Robin –la otra vez perdí una bolsa de galletas contra Nami por que Franky nunca ganaba en algún tiro- el niño se cristo de nervio. En tanto Kid se aguantaba las risas -¡bien vamos a jugar!- exclamo Robin animada pero con su rostro indiferente. Antes de pronunciar las reglas, llegaron Law y los demás para integrarse al juego. Incluido Apoo, Koala y Drake. Bonney y Hancock. Todos ya se ponían en conjuntos para decirse que eran las reglas: primero, no se deben golpear o molestar a algunos mientras se esconde. La segunda era que no existía el “por mí y por todos mis compañeros”. Las jugadas eran individuales, jamás colectivas. La tercera era que no debían salir del terreno de la casona.

-¡Bien! ¿Quién cuenta?- pregunto Luffy

-¡Franky!- chillo Robin

-¡¿eh?! ¿Por qué?-

-por qué me debes una bolsa de galletas- le indico en seco. Todos se rieron por en voz baja.

-bien- dijo apoyándose en un tronco de un árbol -¡1!-exclamo y los resonantes pies de todos se disiparon por todas partes, corriendo hacia la casona o como lo hizo Luffy. Detrás de un árbol. Kid escapa de los demás ocultándose en un arbusto pegado a l bosque que se fronteriza el patio con el pueblo. Drake se mimetizo con ramas y hojas, algo de barro. Como todo un militar entre la maleza. Bonney se escapó y se escondió en la cocina. Comiéndose cosas por supuesto. Como los mugiwara, Nami, Usopp, Robin y Zoro. Corrieron a la casona para esconderse en los muebles. Armarios y cobertizos…. ¿Zoro no se escondió con Luffy? Fue a pedido del mono, Zoro lo acepto -¡33! O esperen no me dijo hasta cuanto… ¡ya Salí!-

Desierto.

Todos se escondían bastante rápido. Camino algunos pasos, queriendo escuchar alguno ruido que los delataba. Franky tenía una gran audición. Así que concentrándose bien, quiso tomarse unos segundos… ¡primero! Corrió al árbol y toco la madera.

-¡Por Hancock dentro de la cabina de jardinería!- grito

-¡Ay no puede ser!- chillo enojada la niña. En un segundo, otro ruido

-¡Por Apoo que esta escondido en el árbol!- de la copa de un pino, se deslizo el niño hasta el suelo

-¡qué mala onda!- exclamo, un silencio más

-¡Koala en el sillón de jardín de Crocodile!- exclamo. La niña se levantó riendo

-¡me atrapaste!-

-bien, a explorar- dijo caminando hacia el patio

En silencio, los demás niños se escondían con más sigilo. El talento en este juego de Franky era impresionante, así que decidieron que ser sigiloso era el punto más óptimo en seguir. Sin moverse, en tanto Franky caminaba tranquilamente queriendo oír cada sonido, respiración, agitación de corazones. Exagerado pero, él podría sentirlo. En un minuto.

Una rama.

Corrió lo más que pudo y toco el árbol.

-¡por Killer! Y… ¿Penguin?- dijo curioso de que Killer saliera con Penguin agarrado del cuello.

-¡MENDIGO KILLER!- grito desde un arbusto Law -¡descalificado! ¡Me atrapo en esta cosa!- tenia medio cuerpo atrapado en el arbusto de enredaderas y no lograba zafarse.

Mientras que Franky encontraba a los demás dentro de la casa. Kid vio la oportunidad de ganar la partida. Sin embargo al momento que iba a correr…

-¿puedo ir contigo?- pregunto Luffy justo detrás suyo. Él se asustó girando y encarándolo

-¡no me asustes así!- le grito en voz baja -¿quieres que Franky nos encuentre?-

-¡por Kid, Luffy y Hawkins! ¡Detrás de los arbustos de rosas!- grito Franky contento -¡a la próxima más callados!- se rio con ganas. Los demás niños se reían a los lados, por culpa del mono atraparon a los tres que quedaban en el juego. El resto había sido encontrado con rapidez, eso incluye que a Drake y a Bonney los encontraron peleando y así perdieron

-¡por la…!- grito Kid, pero Luffy le interrumpió

-¡si! ¡De nuevo a empezar!- chillo de alegría. Hawkins que estaba a su lado los miraba indiferente, pero internamente interesado con la mirada de furia del pelirrojo.

-¡niñato tonto! ¡Yo quería ganar!- le chillo enojado

-¿eh? ¿Y no divertirte?- dijo Luffy ingenuamente sonriendo

-¡quería ganarle a Trafalgar!- le bramo. Tomándole nervio a Hawkins -¡ahora por tu tonta culpa será yo quien deba contar!-

-¡¿eh?! ¿Cómo que mi culpa? ¡Es un juego! ¡Y ni sabes si vas a contar o no!- le chillo enojado Luffy. La conversación era una pelea innecesaria. A Hawkins le ponía nervioso verlos pelear, queriendo mirar a Apoo para buscar alguna ayuda. Pero el de los brazos amorfos no se encontraba por ahí, solo los demás a quienes no confiaba ni su cabello, ni sus muñecos que construye miraban preocupados por los grito de Kid.

-¡ah! ¡Odio este lugar! ¡No me gusta perder! ¡Y no me gusta esta fea casona!- chillo irritado Kid

-¡entonces vete!- chillo Luffy -¡no me gusta pelear si no es necesario! ¡Pero me estás haciendo enojar!-

-¡¿enojar eh?!- se enfatizó en la última silaba para cuando, Kid se lanzó a Luffy.

El mono con rapidez lo esquivo y escapo al bosque. El pelirrojo con su ira en su cabeza, lo persiguió.

-¡¿eh?! ¡Luffy!- grito Ace desde lejos -¡¿Dónde vas?!- lo iba a perseguir… pero se tropezó con una pala de jardín -¡¿Quién pone esta mierda aquí?!-

-¡tonto Drake! ¡Lo dejaste ahí!- grito Bonney

-¡yo no hice nada de eso! ¡Ni me metí en el armario!- le bramo enojado. Hancock la que se escondió en el armario, desviaba la mirada silbando.

-¿estás bien?- pregunto Marco acercándose a Ace, este de nervio salto

-¿Qué te importa? Me encuentro bien- dijo rápidamente cortante -¡Sabo! ¡Vamos por nuestro hermano!- el rubio no dijo nada, estaba mirando para todas partes -¡por la puta Sabo! ¡Ni por nuestro hermanito me hablas!- le bramo furioso el pecoso. Sabo se volteo para encararlo

-¡cálmense!- chillo Koala

-¡nada de eso!- Ace se levantó -¡ni me hablas y ahora que se supone que hay que seguir a nuestro hermano! ¡Menos me hablas! ¡Por lo menos dime porque no lo haces!- miro fijamente a Sabo. Queriendo descifrar ese enojo. Esa congelado silencio que le molestaba cuando lo ignoraba. Odiaba ello, odia eso, odiaba que no le hiciera caso.

-¿puedes hablar esto luego?- sugirió Marco queriendo calmar la situación. Ni uno le hizo caso.

-yo quería jugar tranquila- dijo Robin en un puchero, Franky a su lado le acaricio la cabeza para animarla -¿Por qué están peleando?- pregunto curiosa

-mira lo que pasa mejor niña genio- dijo Franky –esto esta interesante-

-¡Vamos! ¡Dime algo!- bramo Ace, con angustia y furia. Todos se quedaron callados mientras que entre ellos se formaba un aura de furia. Un aura pesada, un ambiente pesado, grueso. Tan pesado y grueso que era posible cortarlo con un cuchillo son sencillez. Pasaron algunos minuto hasta que…

-¡Hey!- se anunció Apoo antes de que Sabo desplegara los labios -¿y Hawkins?- miro a todos lados. Como los menores y los mayores miraron a su alrededor, el chico silencioso no estaba -¿y Kid y Luffy?....-

Desde lejos se oyó, helando a todos del miedo.

-¡HAWKINS!- la voz del pelirrojo a lo lejos.

Ahora, sin más que pensar o mirar. Todos los mayores se fueron corriendo disparados al fondo del bosque.

Viajando en el tiempo. En la huida del mono por las malezas y los arbustos, se escondió subiendo a un árbol. El niño era muy ágil y rápido, no fue necesario mucho esfuerzo. Escondido en una rama y por las hojas del árbol. Kid se detenía mirando para todos lados.

-¡mono de porquería!- grito -¡Estúpidos marinos! ¡Quisiera estar en casa ahora mismo! ¡En vez de jugar a un estúpido juego que perdí!- chillo enojado. Luffy se mantuvo en silencio, escondido – ¡tonto Trafalgar! ¡Tonto ese Spandine! ¡Tonto todos! ¡Tontos! ¡Tontos! ¡Ton…! ¿Eh?- corriendo detrás de él, cansado respirando con dificultad aparecía Hawkins -¿y tú? ¿Te perdiste?- el niño mayor alzo la mano queriendo respirar un poco.

Recuperado, se puso enfrente de Kid con el ceño fruncido, poniéndole en la cara tres dedos.

-¿eh?- se preguntó -¿Qué tres cosas?- pregunto. El mayor insistía en corregirle los tres dedos en la cara –podías hablar ¿no? Le harías un favor a todos los papas y a Apoo, así no es tu interprete siempre-

Hawkins puso los ojos en blanco, camino hacia un arbusto. Arranco con increíble fuerza un arbusto, mostrando el mar. Si, la casona de Shiroge se encontraba en un barranco no muy alto. Mostraba el mar en todo su esplendor y debajo se escondía un camino donde pasaban autos y carretas. También gente que viaja a otras ciudades. Hawkins (quien era más alto que el niño) miro desde arriaba a Kid, primero indico al mar luego indico los tres dedos y negó con la cabeza.

-¿Qué?-

-Creo que dice lo de la regla número 3- dijo desde el árbol Luffy, Hawkins asintió -¡si soy más inteligente que un mayor!-

-¡ahí estas!- le grito Kid sonriendo. A Luffy se le fueron los colores quedando paralizado, Kid comenzó a darle patadas al árbol para que se cayera y poderle darle de golpes. Luffy, quien tiene fuerza para ser pequeño, se agarraba como podía de la rama.

-¡Ace!- chillaba -¡Zoro!-

-¡pidiendo ayuda! ¡Que patético!- con maldad, Kid tomo del torno y lo agito. Atrás suyo, Hawkins pidiendo la compostura, le tomo de los hombros -¡ahora tú! ¡Espérate que me encargo luego de ti!-

-¡Papa Cora-san!- chillo Luffy más fuerte

-¡deja de pedir ayuda! ¡Mono de mierda! ¡Mira que aquí me las vas a pagar!- grito Kid, Hawkins volvió a zamarrearlo, estaba medio angustiado. Quería que envolvieran antes de que los adultos vieran que no estaban -¡déjate de molestas Hawkins!- grito molesto el pelirrojo, empujándolo con el hombro.

Pero lo malo.

Es que Hawkins no vio la tierra mojada.

-¿eh?- Kid miro detrás de él ¡HAWKINS!- grito

Hawkins, iba rodando colina abajo. El barranco era muy alto, pero era liso como una colina. Era de pura tierra y rocas pequeñas, el niño iba girando rasgándose las ropas. Dejando pedazos de sangre entre las puntas de tierra y las raíces sobresaltadas. Cayó en seco, boca abajo a la calle medio noqueado con la vista borrosa por toda la tierra pegada en sus parpados. A lo lejos oiga la voz de Kid gritando si estaba bien, también la voz de Luffy gritando si llamara a los adultos. Recobrando un poco la conciencia, quitándose la tierra de los ojos manchándose la manga de su suelta camiseta blanca d un carmesí. Toda su ropa estaba rota y sucia. Le dolía todo. Se estaba por levantar pero se agarró del brazo derecho en gesto de dolor.

-niño ¿estás bien?- del susto levanto la cabeza con dolor -¿me oyes? ¿Estás bien?- Hawkins no podía pensar, quedo paralizado. Era un marino -¿niño?- el uniforme, la escopeta en cinto sobre su espalda, la gorra y un gesto amable…. ¡que lo salven! Lo único que salía de sus labios era angustioso balbuceos -¿niño? ¿Puedes hablar?- tenía miedo, tenía mucho, mucho miedo -¿tienes padres? ¿Están cerca?- lo que murmuraba se le salía un poco de saliva y lágrimas se asomaban por sus ojos –mejor voy por ayuda… vamos te cargo- el hombre estiro los brazos para tomarlo, pero Hawkins se reusó arrastrándose por el suelo –mejor llamo al Inspector Sengoku o a el Instructor Garp… Hey vamos, no te hare daño…- los ojos de Hawkins ya se inundaban en lágrimas.

-¡oiga deje a Hawkins!- grito desde arriba Kid, el niño bajo arrastrando los pies hasta caer a la calle. Luffy le siguió -¡usted ni nadie nos llevara!-

-¿eh? ¿Son más? ¿De qué hablas niño?-

-¡los marinos nos quieren llevar! ¡Los marinos son malos!- grito Luffy enojadísimo

-pe…pero ¿Qué dicen niños? Venimos aquí porque al Instructor Sengoku le vino una diarrea infernal- dijo el hombre compungido

-¡mentiras! ¡Nos quieren llevar a todos!- chillo más fuerte Kid

-¡Kid! ¡Luffy! ¡Hawkins! ¡Quien hable!- escucharon la voz de Drake a lo lejos.

-¿Cuántos hay?- dijo el marino acomplejado –niños, mejor será que me acompañen. Hay unos locos que están secuestrando niños y no quiero que les hagan daño- los tres se reusaron retrocediendo

-¡ni crea que me la creo! ¡Aquí si se quiere llevar a alguno! ¡Se las verá conmigo!- grito furioso Kid

-¡no me hagas reprimirte niño! Ya vamos- le tomo del brazo pero Kid le mordió -¡¿Qué te pasa?! ¡Es pos su bien!- Kid y Luffy retrocedieron más, dejando al frente a Hawkins paralizado del pánico -¡vamos niños!-

-¡que no saco de mierda!- grito Kid

-¡Ace! ¡Sabo! ¡Zoro!- grito Luffy -¡Marinos!- el pequeño vio al hombre -¡los marinos son malos! ¡Y no les hare caso en nada!- 

El hombre perdiendo la paciencia. Agarro al primero que estaba a su alcance, a Hawkins aterrado y herido. El niño se levantó de instinto por el zamarreo del marino.

-igual, me lo llevare porque creo que es único que es educado o por lo menos callado ¡vamos niño!- le arrastro mientras que Hawkins aterradisimo se le helaba la piel y sudaba frio. Le dolía todo. En un momento, el niño no aguanto más.

Su miedo lo superaba.

Pero su urgencia de alguien era más importante de su timidez o su odia a hablar. Era el mayor, estaba aterrado, era tenebroso según muchos, era alto, más alto que Drake y un poco menos que Marco. Debía de dar miedo o ser más fuerte para querer cuidar a los pequeños y que Corazon se sintiera orgulloso de él. Porque desde hace tiempo creía que era solo un estorbo para el orfanato. Que era solo un niño más que solo lo dejaron entrar por lastima. Que con la amabilidad de Corazon le dejo quedarse en una lluvia, la tarde que lo arrojaron del mercado a la calle cuando robaba para comer. Desnutrido y llorando de rabia, alguien le dio la mano. Un hombre altísimo y sonriente, con maquillaje y una mirada triste. Sujetando a un niño mucho más pequeño. No hablaba ni una palabra, el cuidador supo su nombre porque lo escribió. Viviendo un años, llego otro niño, que sus padres lo vendieron a un circo. Luego de que Doflamingo quemara el lugar liberando a todos quienes trabajaban por ese cruel hombre que manipulaba a todos con collares de electroshock en el cuello. Se compadecieron del niño que llego a su puerta por seguir a Doflamingo. Este era Apoo. Curioso, desde lejos y escondido lo miraba. Entre la puerta y el pasillo cuando Corazon le pidió su nombre y su historial. Curioso lo miraba. Expectante lo espiaba.

Le provocaba curiosidad sus brazos.

-oye niño ¿Qué son esos muñecos?- la tarde que comenzó solo a hablar a él, estaba construyendo muñecos raros de tirantes y tela -¿puede hablar?- él le sonreía socarrón. Divertido y a la vez creía que era sarcasmo.

-no lo intentes- dijo la voz de Drake hace cuatro años –no habla, Papa Cora-san y Papa Doffy ha intentado que hable hace un año-

-¿un año? Qué curioso- dijo Apoo hincado en el suelo. Hawkins estaba sentado con todo su material de tejido a su alrededor –te llamas Hawkins ¿no?- el asintió con indiferencia -¿te acuerdas? Soy Scratchmen Apoo ¿te gusta la música? ¿Cuál te gusta más?- el rubio le miro extrañado -¿sabes que es música? Si no, tendrás todo mi odio- dijo de broma pero a Hawkins  le dio nervio. El niño que llego hace un mes no conocía el espacio vital, lo hacia encoger de hombros y desviar su vista.

-Apoo, deja de jugar- dijo Drake molesto –ese niño no habla y listo, no lo esfuerces-

-oye no le insultes, tal vez es tímido ¿no lo crees?-

-que tonto, si no pudieron los papas ¿podrás tú?- dijo Drake sarcástico –demás que solo es un cobarde ¿verdad?- eso enfureció a Hawkins. Lo que hizo fue: agarrarle de la ropa a Apoo, lo jalo hasta su altura y le murmuro en el oído.

-anota- dijo Apoo. Drake medio perplejo con la escena cruzaba los brazos –Hawkins dice que eres un tonto- se rio con ganas y Drake grito de nervio. Se volteo y se fue, cuando se alejó, Apoo miro a Hawkins -¿no fue difícil? ¿No lo crees?- cuando Hawkins se fijó de que hablo por primera vez en años. Solo sonrió.

Pero ahora, quería llamarlo. Su miedo a hablar era muy fuerte. Pero ese recuerdo de esa tarde… le lleno el corazón de coraje.

-¡PAPA CORA-SAAAAAAANNNNNNNNNNNNN!- un eco inmenso, un eco que acallo al hombre que lo sujetaba y sin que viera, deslizo una sonrisa. Kid y Luffy se quedaron atónitos parados en medio de la calle -¡PAPA CORA-SAN! ¡PAPA CORA-SAN!- chillaba entre lágrimas. Lloraba a gritos, a fuertes gritos que parecían de una agonía insufrible -¡PAPA CORA-SAN! ¡AYUDEME! ¡PAPA CORA-SAN!-

-¡por allá!- la voz de Law en el fondo, desde arriba se deslizo para darle una patada al marino y lanzarlo al mar.

 

Luego de eso. A Hawkins lo llevaron a la casona entre todos. Se había roto el brazo, entre sus llantos Corazon trataba de colocarle una venda queriendo no dañarlo más.

-con calma… lamento que no tengamos más para que te puedas recuperar, Hawkins- se disculpó Corazon angustiado –escuche que por fin hablaste ¿no? Me lo dijo Kid ¿no te alegra?- Hawkins se secó las lágrimas como pudo, aun le brotaban como sus mocos sobre sus labios -¿mejor?- el asintió lentamente

-me dio miedo…- murmuro. La voz de Hawkins era lenta y gruesa –me dio miedo el marino…- Corazon arrodillado a la cama que sentó al niño le acaricio la cabeza.

-no te preocupes, todo estará bien-

-¡claro que si niño!- en el umbral de la puerta, apareció un hombre de cabellera negra. Usando el sombre de marino con una gaviota posada en la punta y una capa de la misma institución en su espalda –todo estará bien desde ahora- del miedo, Hawkins, vendado y todo se arrastró a la cama.

-¡Sengoku!- grito sorprendido Corazon levantándose -¿Qué hace aquí?- dijo atónito, el niño sobre la cama estaba perplejo

-¿lo conoce?- pregunto directamente

-sí, es un viejo amigo… espere…- le miro serio –Esta con Spandine ¿no?- pregunto Corazon sombrío – ¿viene con él?- la habitación quedo callada unos segundo, antes de que. Sengoku se riera. Como el adulto y el niño, se miraron.

-¡ni loco!- dijo entre risas -¡ni loco estaría aliado con ese enfermo!-

-¿Qué?- dijeron a dúo Corazon y Hawkins

-que a ese enfermo no lo he visto en meses- dijo el anciano

-espere ¿Qué no los marinos nos están buscando?- pregunto perplejo Corazon. 

-¿de que estas hablando Cora?- dijo Sengoku desentendido

-¿Qué Spandine no está al mandado de marinos que nos buscan? Hace un mes que nos escapamos de Dressrosa por que nos están buscando-

-¿Qué? Pensé que estaban aquí de vacaciones- dijo Sengoku –hombre, a Spandine lo despidieron hace tres años de la marina-

 

Sengoku, Doflamingo, Smoker, Crocodile, Paulie, Iceburg y Corazon, se sentaron en la mesa del comedor. Mandaron a todos los niños al patio trasero para que no escucharan la declaración de Sengoku y de su subordinado Dementia. El marino que encontró a Hawkins en la calle.

-¿me quiere decir que ese enfermo de Spandine nos está buscando por qué si?- dijo Doflamingo atónito

-así es Doffy- confeso Sengoku –a Spandine lo despidieron de la marina luego de ser descubierto con los experimentos a niños a Ennies Lobby, Drum, Zou y en diferentes puntos de Arabasta. El imbécil luego de que un grupo de niños se escaparon o más bien se los llevaron llamo a los marinos para que lo ayudaran a que los encontrasen, el tarado se expuso solo. Al ser despedido compro todos los laboratorios y con ayuda de gente de otros ámbitos, los mantuvo a pie. Los marinos que vieron destruir Dressrosa eran prisioneros sacados de ImpelDown, prisiones que saco Spandine. También mercenarios y muchos piratas- Sengoku respiro para continuar –lo que hace es conseguir niños para hacer soldados y que él los controle a su gusto. También están involucradas muchos altos niveles de la delincuencia como Big Mom. Tú la conoces ¿no Doffy?-

-ni me lo recuerdes, menos a Kaidou- Doflamingo le dio un escalofrió por la espalda –siga-

-a Kaido lo encerramos hace un año- continuo Sengoku –Big Mom sigue desaparecida y por nuestras fuentes más confiables, reclutaron a más profesionales. Como lo son Monet una loca que se operó para ser mitad ave mitad mujer. Otro son BarbaMarron el guardaespaldas y para mi suerte y creo que la tuya Doffy, Vergo- Doflamingo golpeo la mesa cabreado –te lo dije-

-¡ese enfermo!- grito a viva voz

-¿Quién es Vergo?- murmuro Crocodile a Corazon, Paulie a su lado estaba interesado

-Su ex novio- dijo Corazon directamente

-¡¿eh?!- chillaron ambos interesados

-si tuve más novios que mi Croco- dijo Doflamingo sin dejar de mirar a Sengoku -¡ese maldito! ¡Me hace enojar!-

-luego te enojas- le corto Sengoku, el otro se sentó enojado –me llamaron por desórdenes en Dressrosa, cuando llegue Spandine se escapaba con su ejército, rondamos un par de días y luego volvió, según vecinos, un hombre con un niño con una máscara de hierro entraron al orfanato. Si, conozco el orfanato, bonito por cierto. Como no los encontraron se fueron, me dijeron que oyeron disparos pero nadie presento cargos, aun así, estuvimos vigilándolos hasta que se fueron por completo. Al pueblo le dijimos que los que destruyeron sus casas y negocios eran falsos, que a diferencia de los marinos reales, llevan un pin de un panda en la solapa. Egocentrismo de Spandine- el anciano se rasco la cabeza –parece que este imbécil no se detendrá hasta tener a los niños-

-¿no puede hacer algo?- dijo Paulie preocupado –Lucci y sus amigos son los niños que buscan-

-si lo sabemos, Paulie- dijo Sengoku –las fichas estaban tiradas en la oficina de Spandine-

-¿y cree que me quedare tranquilo?- casi grita Paulie –los niños están en peligro, sea Lucci, Califa, Kaku, Jabra, Kumadori, Blueno o Fukuro. Más, todos los niños del orfanato. Si llevan tres años tratando de atraparlo ¿no cree que debe tener un patrón o algo más que pueda atraparlo? Ya sabemos que Spandine es peligroso, pero es más peligroso si esta suelto- Iceburg a su lado le sentó, se estaba exaltando. Le ponía de los nervios la situación. Más si se trata de Lucci y sus amigos. Los pequeños dependían de él y no quería decepcionarlos.

-Tendremos vigilado la isla completa- dijo Sengoku directamente –agentes encubierto y si es posible, den den mushi de vigilancia. Era estricto, pero a seguridad de los niños y de la ciudad, se debe hacer- el pecho de Corazon se entumía. Eso dejaría al orfanato más mal de reputación de lo que tenía y algunos recursos se irían a la mierda, antes de reclamar, Sengoku lo interrumpió –para que estén más contentos, la marina les dará una compensación mensual de seis millones de berries al mes- los adultos quedaron seco

-¡¡¿SEIS MILLONES?!!- gritaron todos

-es un precio pequeño ¿lo agrando?- todos negaron, Doflamingo por obligación –bien, mañana por la mañana volverán a Dressrosa, les pediré que sea encubierto- se levantó –en el puerto mañana por la mañana, yo iré de playero para no llamar la atención. Así me ubicaran, bueno los veo. Dementia vamos- el soldado asintió y salió junto a Sengoku.

-¡podremos volver!- grito Corazon al escuchar la puerta cerrarse -¡qué alegría!- estaba tan feliz que se le salían las lágrimas -¡abra una cena entera medieval por esto!-

-llamare a Kureha, quiere saber de Chopper hace semanas pero me daba miedo los Den Den Mushi espías- dijo Doflamingo y salió

-yo me encargare de encubrir a los niños ¿tenemos más niños que niñas no? Espero que Nami o Robin tengan suficientes vestidos- dijo y salió al pasillo.

-espera que te acompaño- dijo Paulie siguiéndole el paso.

-quiero ver a Franky con un vestido- dijo Iceburg levantándose siguiendo a los otros.

En tanto que se preparaban para la salida de mañana. En la calle, una mujer de felina sonrisa se acercaba a Sengoku, este paro su caminata junto a Dementia.

-¿Seguro que no sabías que pasaba esto?- dijo Sengoku

-lo sabía completamente, por eso mande a Dementia a que pasara por marino- dijo Loca orgullosa –Corazon no me creería, pero seguramente a ti sí. Si Spandine era un maldito, pero su organización Ennies Lobby es real, más real que la marina misma y por eso les mentí que todos los marinos los buscaban-

-para que se alejaran lo más rápido posible- dijo Sengoku

-exacto, Dementia vamos- el muchacho de rostro amable, sonrió perversamente. Quitándose el uniforme para quedar con un poleron apretado colorido como sus pantalones claros y sus zapatillas manchadas de pintura. Usaba un gorro de orejas de perro.

-Hey Sengoku, un saludo al otro viejo y que me debe una competencia de comer donas ¡pasare las ciento cuarenta esta vez!- grito y se rio demencialmente.

El anciano los vio desaparecer por el bosque, despidiéndose con una sonrisa.

Volviendo a la casona.

-¡Drake encárgate con la ropa de los Mugiwara! ¡Hancock procura llevar toda la medicina y las ropas sucias! ¡Apoo! ¡Apoo deja tranquilo a Hawkins! ¡Ahora que habla no es parte de un circo como para que lo atormentes que hable más! ¡Bonney no te comas las sobras! ¡Vamos chicos que nos vamos a casa!- grito con alegría Corazon mientras cocinaba una cena monumental. Pasta, carne, verduras, todo lo que sabía cocinar mientras ordenaba a todos en tareas de que hacer. Smoker revisaba las ropas de las niñas que usarían algunos niños. Ropa de niños que usaran las niñas y así. También una manera de que los adultos pasaran desapercibidos. Iceburg y Paulie lo ayudaban en cocer algunas prendas.

-¡Papa Cora-san! ¿Pongo el servicio?- dijo Penguin con sus amigos al lado

-¡si! ¡Los tres! Como liebres! ¡Rápido!- dijo sonriendo Corazon. Al fin una noticia buena. Con todo lo que había pasado.

Al fin un día de calma…

Mentira.

Doflamingo, paso por el pasillo. Sombrío. Se agarraba la boca sujetándose por la pared. Los niños se detuvieron mientras caminaba arrastrando los pies a la cocina. Todos se detuvieron de pronto, incluyendo al hermano menor. Que se le borro la sonrisa al mirar a Doflamingo sujetándose de la encimera. Respirando hondamente para poder hablar. Incluso los adultos se preocuparon parando.

-Cora…- murmuro –Cora esto es malo-

-¿Papa Doffy? ¿Está bien?- pregunto Nami

-Nami aléjate un poco, necesito hablar con Cora- la niña obedeció aun estando preocupada. Doflamingo entro a la cocina. Llevando a su hermano al fondo de esta.

-¿hablaste con Kureha?- pregunto Corazon. El otro asintió -¿está viva?-

-sí, está viva. Pregunto por Chopper todo el tiempo- dijo forzando a hablar –Cora. Cuando volvamos iremos a la casa de Brook de inmediato-

-¿Por qué?- a Corazon se le helo el sudor que le daba el vapor.

-Por qué le dispararon a Yorkie-

Regla numero 4° no olvides a tus vecinos más fieles. 

Notas finales:

Espero que les alla guto y que me pregunten cosas si no entienden. ahora me vborro o me desaparezco 

cuidense 

ATTE 

E.yaoi, demencialmente genial OH YEAH!


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