2 DIAS DESPUES…
Me encontraba en el consultorio esperando los resultados de mis análisis, mis manos sudaban y sentía un hueco en el estomago ¡los nervios me estaban matando!
Necesitaba estar sano para ir por lo que me pertenecía.
Kyuhyun estaba destrozado, en el colegio no era más que un zombi moviéndose por inercia, todo lo hacía en automático.
Una tarde mientras el secretario de mi padre me entregaba unas fotos, Kyuhyun me miro serio y pregunto -¿A quién estas vigilando?-
Con una sonrisa le conteste que a Ryeowook, el hecho de que no estuviera las 24 horas 7 días a la semana tocando su puerta para verlo no significaba que lo hubiera dejado tranquilo.
-JongWoon déjalo en paz, el chico ya ha sufrido demasiado ¿No lo entiendes?- contesto Kyuhyun intentando “hacerme entrar en razón”.-
El no lo entendía, debía mostrarle a Wookie que había cambiado y que sería el novio perfecto, mire las fotografías y mi sonrisa se convirtió en una mueca.
¿Quién era ese chico? ¿Por qué estaba con Wookie? Y eso no era lo peor, Ryeowook le sonreía y se veía de lo más contento.
Estaba enojado, ese tal Henry era amigo de mi Wookie, por lo que mande a investigar si ellos habían sido más que amigos y mi sorpresa fue que ellos solo eran muy buenos amigos, me sentí tan feliz ¡Mi Wookie no me estaba traicionando!
Pero si no hacia algo rápido Ryeowook podría intentar algo con él, después de todo yo también era un chico que amaba a las mujeres y gracias a Wookie ahora no tenia ojos para nadie que no fuera él.
Debía recordarle a Ryeowook que su dueño era yo, que no podía mirar a nadie más.
Recordé el momento en que lo hice mío, se miraba frente al espejo y yo no pude evitar pensar que se arreglaba para ver a otro, por eso tuve que enseñarle que todo su cuerpo me pertenecía.
De un momento a otro mi pene estaba erecto, estaba excitándome solo al recordar su estrechez y la forma en que mi miembro se enterraba en su interior.
Esperaba que todo saliera bien para poder ir a visitar a mi Wookie y darle la buena noticia.
Quizá salir a comer e ir al cine ¿Le gustaría ir al parque de diversiones? ¡Claro que sí! Mi Wookie no podía decirme que no.
Minutos después el doctor confirmo que mi cuerpo estaba sano y que no debía preocuparme. Estaba que brincaba de la felicidad, agradecí al doctor con una sonrisa enorme.
Iría a comprar rosas, un enorme ramo de rosas para darle la noticia a Wookie… en el camino sonó mi celular era el secretario Park y la noticia que me dio me dejo con unos celos enormes.
Mi Wookie había reservado un vuelo para el fin de semana a Canadá solo de ida, era obvio que no tenía la intención de regresar y lo más espantoso del asunto era que ese tal Henry y su familia se irían con él, se lo querían llevar para alejarlo de mi.
¡¿Quién se creía ese estúpido canadiense?! ¡No le iba a permitir que alejara a Wookie de mí!
Ryeowook no se alejaría de mí y para eso tenía que mostrarle quien era su dueño.