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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaaa.

 

¿Que tal,  mis hermoso lectores?

 

Jsndkdkdkd siiiii,  ya esta la nueva actualización. Uufff,  ¿verdad que no me tarde tanto? Yo sé que nuu. Verán... como no tengo compu, me picaban mucho las manos por escribir.había buscado una aplicación de Word para mi cel pero nada era compatible. Hasta que al fin. Jdnxkdndld entonces,  me puse muy rápido a escribir y por eso esta luego el cap (en comparación de la actu anterior),  y de paso,  como estaba demasiado picada y carcomiendome la cabeza con otro fic que tengo en la mente (de Kuroko no Basket), aproveche para sacarme una escena de una vez. Uuufff fue una gran liberación mental.

Mi punto,  hahaha,  es que no prometo actualizaciones semanales,  pero al menos no tardare tanto en traerles el nuevo cap.

Muchas gracias,  pastelitos,  por la paciencia que me tienen y continuar leyendo. A quienes me dejaron su hermoso y sensual review en el capituli anterior: eve.kurosaki,  Neji_hyuga, Martina, Neilan, Luneta, Itery, y SotenSama. besotes y abrazos de oso para todos. Los quiero mucho.

Los personajes pertenecen al increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los horrores ortográficos,  dos mil disculpas. Lo revise pero estoy segura que más de un par se me paso.

Sin más que decir excepto que, espero y el cap sea de su agrado, los dejo leer.

 

SUGERENCIA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

 

No es que Sakura fuera precisamente una chica fuerte, hablando de emociones. Ella misma creía que era demasiado llorona para su gusto. Intentaba actuar con fortaleza en diversas situaciones aunque fallaba en la mayoría, mientras que en las otras simplemente se dejaba caer al suelo, cuando estaba en soledad, y lloraba cual niña pequeña. Ella pensaba que incluso Ino era más fuerte. Su rubia novia solía decirle que no tenia que fingir; que si quería llorar, que lo hiciera. Para eso estaba ella, como su novia y mejor amiga, para consolarla y apoyarla en momentos difíciles.
Sakura amaba a Ino, ella era el amor de su vida. Las luz al final del túnel. Su fuerza. Su razón de ya no querer ocultar su verdadero ser.

Pero…

¿Y si la persona por la cual se levantaba en las mañanas con una sonrisa, era quien ahora lloraba?

¿Qué sucedería con ella entonces?

¿Qué ocurría con ambas?

La peli-rosa conocía la respuesta incluso antes de que dicha situación se diera: Ella debía ser fuerte por las dos.

Basta de llorar y apoyarse en su novia, por una vez en la vida debía ser ella quien la consolara y abrazara contra su pecho, mientras susurraba contra su oído que todo estaría bien. Que ahora todo parecía derrumbarse bajo sus pies, pero que todo eso solo era temporal. Que estaba bien si lloraba, había motivos para hacerlo, pero no podía continuar haciéndolo para siempre. Había que avanzar y si la vida ponía murallas frente a su camino, debían poner toda su fuerza en derribarlas. Juntas.

Así como Ino era el soporte que sostenía su techo, y evitaba que todo se derrumbara sobre ella, ahora Sakura debía serlo para su novia.

—¿¡Desde cuando!? — la impotente voz del padre de Ino hizo que la chica se estremecía en su lugar, el cual era el sofá de la sala, Sakura junto a ella.

La peli-rosa, quien la abrazaba por el hombro con su brazo derecho, mientras que con la mano izquierda se encontraba entrelazada con la de su novia, mostraba una expresión sería pero decidida. Sus padres estaba serenos, como si la noticia realmente no los sorprendiera, la cual realmente si lo hacia. Era solo que a ellos en realidad no les alarmaba la idea de que la pareja de su hija fuera otra chica. Aunque si que les sorprendió que se tratara de Ino.

Los padres de la joven rubia eran un caso diferente.

—Hac…Hace tres años — susurro la de ojos celestes.

—¡Así que desde hace tres años nos ves la cara de idiotas a tu madre a mi!

—¡Padre, no es así!

—¿¡Entonces, que!? ¿Me aseguras que cuando decías que ibas a hacer tareas a casa de Sakura no mentías? ¿¡Que cuando nosotros confiamos que estabas con tu amiga, no estaba haciendo quien sabe que cosas con ella!?

Ino separo los labios para hablar, sin embargo no supo que decir. Desde luego que siempre que decía que se trataba de tareas el motivo por el cual visitaba la casa de su novia, cuando aun estaban en el Instituto, así lo era. Y por supuesto que tampoco era el único motivo por el cual ir, además de que había veces en que decía que iría a visitar a su amiga. Y era cierto, porque puede que fueran novias, pero también eran mejores amigas. Y hasta hacia no mucho ellas al fin habian dado ese paso en su relación,  así que no mentían en nada. Aun así estaba segura que no importaba lo que dijera, su padre no cambiaria de idea. 

—Por supuesto que no mentía — Sakura dijo con voz segura. Su novia alzo la vista hacia ella. La peli-rosa se veían tan hermosa con esa seguridad en su mirada —. Puede que, sí, fuera una excusa para así vernos, pero cuando Ino decía que teníamos tarea que hacer juntas, era porque se trataba de la verdad. No sé que clase de ideas esta teniendo, señor, pero nosotras no hacíamos nada malo.

El padre de su novia clavos sus ojos en ella, con furia, sin embargo no la interrumpió. Los padres de la chica eran grandes amigos suyos y por lo tanto merecían respeto, ellos y la niña.
—Sabíamos de antemano que el esfuerzo de ustedes al darnos los estudios, no podíamos lanzarlos a la basura. Y no, señor, no estoy diciendo que por ello no nos tomáramos el tiempo para nosotras como pareja. Porque lo hacíamos y no tiene nada de malo. Pero le aseguro y lo sabe, que nosotras siempre hemos sido responsables con respecto al instituto.

—No puedo creer el descaro que tienes — dirigió la vista hacia los padres de la chica —. ¿Cómo pueden mostrarse tan tranquilos ante lo que esta diciendo su hija? ¿Están escuchando siquiera la que dice?

—Por supuesto que lo hacemos — dijo el hombre de cabellos como estrella de mar —. Lo que sucede es que no tenemos nada que objetar.

—Esto es el colmo — el rubio de coleta alta y ojos verdes estaba indignado —. ¡Oh, por dios! ¿¡Y ustedes que hacen así!? Sepárense ahora mismo.

Era tanta su indignación, que hasta ese momento había caído en la cuenta que las chicas habían permanecido abrazadas todo ese tiempo. Había pensado que lo que tenían que decirles era muy serio y que por ello la había abrazado, y se había alarmado ante tal gesto. ¿¡Estaba embarazada!? ¡Era eso, ¿verdad?! Pero no se trataba de ello. Y el hombre se había sentido aliviado, ¿para que negarlo? Pero ciertamente el tema a tratar tampoco era algo por lo que alegrarse. Motivo por el que comenzó a hablar y hablar de la estupidez que estaban diciendo, maldiciendo y cuestionando que pasaba por sus cabezas al decir semejante tontería.

Su madre, por otro lado, se encontraba en silencio. La mujer de cabellos y ojos castaños no mostraba desacuerdo pero tampoco estaba feliz por lo se acababan de confesar. Sólo permitió que su esposo se expresara con libertad cuando ella quizá intentaba aguardar las apariencias. Así que, por estar enfrascado en la negatividad de todo el asunto, no había dado importancia, mientras pudiera decir lo que pensaba, al como permanecían ellas. Abrazadas.

—¡Joder, he dicho que se separen!

—¡Con todo respeto, señor, no lo hare! — Decir que los cuatro adultos presentes se sorprendieron, no era mentir. Ciertamente ninguno espero la reacción de la chica. Que alzara la voz de esa forma. No con enojo, si no con seguridad y firmeza —. ¿Sabe porque no lo haré? — no es como si esperara alguna respuesta, pues era una pregunta retorica —. No lo haré porque amo a su hija. La amo con todo mi ser y no me separare ni ahora ni nunca de ella.

Los padres de la peli-rosa sonrieron orgullosos ante tales palabras de su hija. Puede que quizá si estuvieran un poquito reacios aun ante la relación de las jóvenes, pero Sakura acaba de quitar esas dudas de sus cabezas. ¿Si ellas se amaban sinceramente, porque obligarlas a separarse? Porque Inoichi, el padre de Ino, no solo había exigido que terminaran el contacto que mantenían hasta ese momento, si no que el noviazgo entre las chicas terminara.

La madre de la rubia, por su parte, se limito a alzar las cejas. En verdad ella no estaba en absoluto de acuerdo, si no al contrario. Pero tenia que admitir que las palabras de Sakura fueron dichas con tanta pasión y seguridad, que era imposible solo ignorarlas. Dirigió la vista hacia su hija, Ino había estado llorando en silencio, aferrando la mano de Sakura en busca de consuelo; la mujer ahora la veía llorar, pero su llanto no se parecía en lo más mínimo al llanto que provocaron las palabras de su esposo.
Ellas realmente se amaban… ¿cierto?

Ino no podía encontrarse más feliz a pesar del obvio rechazo de sus padres. Sakura estaba luchando por ella, por el amor que sentía hacia su persona. Estaba gritándole a sus padres cuanto la amaba, sin importar nada. ¿Cómo podía no estar feliz? En ese momento se enamoro aun más de ella.

Estaba segura, era el amor de su vida.

—No vuelvas a decir eso — el hombre rubio y de coleta alta dijo. Sorprendentemente, su tono de voz no era hostil o algo parecido, solo… solo pareció como si estuviera a punto de darse por vencido.

Y la madre de Ino sonrió. Sonrió y una lagrimita escapo de sus ojos al mismo tiempo. Ella, mejor que nadie, entendió el porque del cambio repentino en su esposo.
Él había dicho, exactamente, las mismas palabras hacía mucho tiempo atrás, cuando sus padres no estuvieron de acuerdo en la relación que mantenían. Y helos allí, sin importar cuanto intentaron separarlos, ellos permanecieron firmes ante sus palabras y su amor. Amor que dio un hermoso fruto, el cual se encontraba en ese instante frente a ellos defendiendo su amor, al igual que ambos hacia tiempo atrás.

«Es duro cuando te enfrentan con tus mismas palabras, ¿verdad?», pensó la mujer.

—¿Por qué no? — Sakura cuestiono —. Solo lo estoy diciendo la verdad, señor — ella dirigió la vista hacia sus padres, sus progenitores le sonrieron. Eso y el amor que sentía por Ino, le dieron más fuerza para continuar hablando —. ¿Por qué tiene que sentirse tan alarmado? Ino sigue siendo Ino. Sigue siendo ella misma. Sigue siendo su niña. Tiene pruebas del empeño que pone en los estudios. Sabe mejor que nadie que es una buena hija.

El hombre no dijo nada, por supuesto que lo sabía.

—Que estemos enamoradas no cambia quien ella es, no cambia o modifica su esencia. Sigue siendo Ino… nuestra Ino.

Orgullo. Sakura llenaba aun más de orgullo a sus padres.

Rendición. Fue lo que la madre de Ino experimento ante las palabras de la peli-rosa.
Vergüenza. El padre de la rubia se sentía tan estúpido.

—Lo sé — susurro el rubio luego de eternos minutos de silencio —. Lo sé.
Los celestes ojos de Ino buscaron los de su padre. Esperanza fue lo que sintió en ese momento. ¿Podía tener, en verdad, su aceptación sincera? La rubia rogaba que sí. Ella amaba a su padre y lo ultimo que quería era tener que estar alejada de él por no estar de acuerdo con lo que había elegido para su vida. Porque, por supuesto, no importaba las veces que le de dijera que terminara con la peli-rosa… Ino jamás lo haría.

Ella amaba a Sakura con cada parte de su ser.

—¿Papi?

Le llamo la rubia. Y con ese dulce llamado las murallas del hombre terminaron por derrumbarse.

Inoichi se cubrió el rostro con una mano. La vergüenza le impedía ver a su hija a los ojos. ¿Cómo pudo comportarse tan jodidamente estúpido? ¿Qué clase de adulto era, si una niña tenía que darle tremenda lección?

—Lo siento — susurro luego de minutos de silencio.

Los tres adultos restantes sonrieron.

El rostro de Sakura se ilumino de sobremanera ante la gran y hermosa sonrisa que se dibujo en sus labios. A Ino, sus hermoso ojos celestes le brillaron por las lágrimas contenidas. Ella se levanto del sofá y corrió a los brazos de su padre.
Inoichi la abrazo con fuerza y le pidió disculpas por como la había tratado. Por todas las palabras hirientes que había soltado. Por querer separarlas. Ino no tenia nada que perdonarle. Entendía su reacción, sabía que no podían solo tomárselo de buena manera. ¿Le dolió? Por supuesto. Pero amaba a su padre y él la amaba a ella. Sabia que solo estaba molesto. Tuvo miedo de que no aceptara su relación y que quizá se alejaran, pero ahora ya no más.

—Te quiero, papi — susurro ella contra su pecho.

—Y yo te quiero a ti.

Al contemplar la escena padre/hija, Sakura no pudo evitar soltar una lágrima. ¡Rayos! Había tenido tanto miedo de que las cosas no resultaran bien, pero fue así y lo único que podía hacer ahora era mostrar cuanta felicidad sentía. Estaba orgullosa de si misma, de como había manejado la situación y logrado lo que tanto Ino como ella deseaban: la completa aprobación de sus dos progenitores.

Ella no era fuerte y aun así logro serlo en el momento correcto. Sentía tanta satisfacción por haber tenido el valor de defender su amor.

Con el dorso de su mano, limpio la lágrima que resbalaba por su mejilla en ese momento. Dicho gesto capto la atención de su rubia novia, quien sonrió al sus miradas encontrarse. Ino se separó de su padre y beso su mejilla, luego se apresuro a llegar junto a Sakura y abrazarla con fuerza.

—Te amo tanto — susurro contra su cuello.

—Y sabes que yo te amo a ti — la peli-rosa se aferro a ella con fuerza y ningún deseo de soltarla.

Los cuatro adultos presentes las observaron en silencio, pero con una sonrisa dulce en sus labios.

 


—A ver, a ver, a ver — Sasuke levantó las menos a la altura del hombre en un acto de estupefacción —. ¿Qué? — fue lo único que logró articular.

Naruto suspiro por milésima vez.

—Kurama, ¿podrías golpearlo? — una sonrisita macabra se escucho por parte del peluche súper esponjoso.

«Sera un placer».

Sai, quien permanecía aun recostado contra el peludo cuerpo del Zorro y al igual que Sasuke, un tanto shockeado, fue empujado hacia un lado cuando Kurama se levanto de su sitio, más que deseoso de llevar a cabo la petición de Naruto.

—No, espera — el rubio le detuvo —, mejor se lo doy yo — dicho y hecho, Sasuke se quejo del coscorrón que su novio le dio la cabeza. Kurama bufó completamente mosqueado. Naruto río un tanto divertido cuando el zorro volvió a su sitio muy decepcionado, mientras Sai volvía a recostarse contra él.

—¿Y el golpe porque fue? — cuestiono Sasuke con el entrecejo fruncido.
El rubio se encogió de hombros.

—Ganas — río divertido una vez más, ante la sombría mirada que su novio le regalo —. No es tan difícil de entender, ¿okay? Incluso un ser como el Guardián puede llegar a sentir amor romántico.

—Sí, lo entiendo — Sai habló —, pero, ¿por mi hermano?

Naruto quiso darse duro contra la pared. Esos dos eran un caso.

—Ya les conté la versión del Guardián cinco veces, ¿Qué es lo que no entienden?
Los primos se observaron a los ojos durante algunos segundos, si el rubio les hubiera prestado verdadera atención en ese gesto, se hubiera dado cuenta que ellos se veían de forma cómplice. Luego volvieron la vista hacia Naruto y respondieron al mismo tiempo.
—Todo.

Al oji-azul le dio un tic en el ojo y ceja izquierda. Estuvo verdaderamente tentado a permitir que Kurama les diera un buen golpe con su suave y peluda pata, pero se limitó a suspirar.

«Paciencia, Naruto», se dijo mentalmente.

«Sería más fácil que yo los golpeara». El zorro insistió.

«No golpearás a Nadie, Kurama».

«Al menos lo intente».

—Escuchen, chicos — el mayor de los tres retomo la palabra —. Fue como un amor a primera vista — los primos arquearon las cejas reprimiendo una sonrisita divertida —. Ya lo había observado infinidad de veces e incluso lo shippeaba con Itachi pero…

—Pero si ya lo había observado infinidad de veces, no puede tratarse de amor a primera vista, ¿verdad?

—Vuelve a interrumpirme y la próxima vez que te subas al lomo de Age, accidentalmente te caerás de cabeza — Sasuke levanto las manos en son paz, lo que provoco una risa burlona por parte de Kurama —. Estoy tratando de explicar lo mejor que puedo, ¿esta bien? — suspiro hondamente para poder tranquilizarse, pronto retomó la palabra —. Lo había observado muchas veces, pero no lo había visto en verdad. Ese día en el bosque, fue la primera vez que lo observo en serio. Su porte, su destreza, su atractivo físico, su…
Pero se vio nuevamente interrumpido, esta vez por las sonoras carcajadas que los chicos de ojos negros no pudieron reprimir.

«Yo que tú los golpeaba». Dijo Kurama. «Todo el rato han estado fingiendo que no entienden». Los chicos rieron con más fuerza ante la declaración del Zorro.—

—¡A quien golpeare será a ti por no haberme dicho nada!

La carcajada de Sasuke aumento de intensidad al escuchar como su novio regañaba al Zorro rastrero. Las risas continuaron durante un par de minutos. Naruto estaba muy molesto, pero observar la linda sonrisa de Sasuke calmo su humor. Le gustaba verlo tan alegre, pues sabia que antes no era así. El rubio aun no podía borrar de sus recuerdos, la expresión de Sasuke ese día que se vieron en el cementerio. Ese día que era su cumpleaños, pero lastimosamente también el aniversario de la muerte de la madre del azabache.

Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos. Volvió la vista hacia ellos y de repente su humor regreso.

—Idiotas — les dijo con una pequeña sonrisa en los labios.

Sasuke clavo sus ojos en él y le regalo una sonrisa aun más bonita, se acerco a su novio y deposito un piquito en sus labios. Luego muchos más en sus mejillas y sienes, provocando que Naruto se riera por la acción de su chico.

—Lo siento, amor — Sai se llevo el dedo índice a la boca y fingió querer vomitar, Sasuke lo fulminó con la mirada. Sus ojos volvieron a los de Naruto —. Es sólo que realmente necesitábamos reír un poco.

—Pasamos por un momento muy tenso en el hospital, antes de venir aquí — Sai concordó —. Pero sabemos de sobra que mi hermano tiene muchas cualidades y es un gran sujeto, por lo que cualquiera puede enamorarse de él.

—Nos tomó por sorpresa, sí — habló Sasuke nuevamente —. Pero no es algo que realmente nos haya descolocó. Como te dije, solo estábamos tratando de destensarnos un poco.

Ante la interrogante silenciosa en la mirada azul de Naruto, Sasuke procedió a contarle lo que había ocurrido con Shisui y con su padre. Desde que él escuchara la mención de su novio, hasta que salió de esa habitación con dirección al bosque. En medio de la extrañeza de ser mandado a llamar por Shisui, Naruto no pudo evitar sonreír con ternura cuando Sai le contó de como Sasuke había gritado que era su novio. Bien pudo imaginarse la cara de Sasuke en ese momento. Quien, al su primo hablar de dicha acción, trato de mostrarse tranquilo, pero tanto el de piel leche como el rubio sabían lo avergonzado que estaba aún. Sobre todo Kurama que podía escuchar los pensamientos asesinos que tenía para con su primo, por haber abierto la boca.

—¿Hablar conmigo? — Sasuke asintió.

—Esta completamente seguro que sabes algo.

—Y por lo que dices… que ustedes también.

—Mi hermano es muy listo — el menor dijo —, no le tomo nada de tiempo darse cuenta de ello.

—Entonces, ¿Qué hacemos? Si habla conmigo seguro se dará cuenta que más que saber algo, se todo y hasta más.

Sasuke lo medito durante un par de minutos. Si por suerte Naruto hablaba con él y le aseguraba que no sabia nada y este le creía, sería grandioso. Pero el de cabello de cacatúa estaba seguro que Shisui, aunque se tragara el cuento, no dejaría de meter sus narices en el asunto. Había visto claramente sus ojos, y la decisión de llegar hasta el final de todo estaba muy claro en ellos.

—¿Y si…? — Sai balbuceo, al principio había estado seguro de formular la pregunta, pero titubeo un poco. Los chicos clavaron su mirada en él, por el que el menor inhaló hondamente y prosiguió —. ¿Y si le decimos?

—Estas loco, ¿verdad?

—Piénsalo, Sasuke — Naruto decidió mantenerse en silencio, escuchando la explicación. Si lo convencía quizá y podía hablar con el Guardián —. Shisui sabe del Guardián por que él bajo su guardia momentáneamente. Pero a partir de ahora podemos estar seguros que no volverá a ocurrir. Así qué, ¿De que le serviría a mi hermano saber que tiene razón, si no puede demostrárselo a nadie?

—¡Exacto! ¿No te das cuenta? Si ya le demostramos que el Guardián es real y aun así él no puede hacérselo saber a nadie, porque no tiene pruebas, ¡hará eso! Buscara pruebas hasta debajo de las piedras. Y no piedras de cualquier lugar, si no de aquí, del bosque. Meterá sus narices donde sea, no nos dejara en paz, ni a ti, ni a mi y mucho menos a Naruto. ¿¡Es que no viste como me amenazo!?

Sai observo a su primo con los ojos entrecerrados. Ciertamente tenia un punto, si se referían a cualquier otra persona… pero estaban hablando de Shisui.

—Aun sin saber nada, no nos dejara en paz y lo sabes — Sasuke solo hizo una mueca —. Además, estaba muy alterado, todos estábamos alterados, por lo que la presión fue lo mejor que se le ocurrió para que hiciéramos lo que él quería… Y olvidaste lo más importante. Es Shisui.

Naruto arqueo una ceja. Sai lo dijo como si con ello se explicara todo por si solo.—C

—Con saber y ver que tiene razón le bastara, es mejor ello a que este carcomiéndose se el cerebro. De todos modos, si le explicamos porque no debe de decir nada, él entenderá y dejara el asunto por la paz — su primo lo observo no muy seguro ahora de lo que él mismo había dicho, pero meditando las palabras del menor —. Vamos, es mi hermano. Lo conozco.

—¿Puedes asegurarlo? — El rubio intervino en la conversación. Si Shisui era realmente como Sai decía, a Naruto no le parecía mala idea decirle. El chico seguro ya estaba carcomiéndose mucho la cabeza tratando de obtener alguna explicación lógica, así que le alegraría ayudarlo. Claro y por supuesto, si el Guardián lo permitía.

—Incluso si solo es con palabras, te lo aseguro. Conozco a mi hermano.
Naruto se llevo una mano el mentón, en pose pensativo.

Sí, solo era la palabra de Sai, pero él también estaba seguro que el chico sabia de antemano que no podían exponerse si había algún peligro, porque lo que, si decía que su hermano no diría nada, era porque no lo haría. El rubio se decidió entonces.

—Me parece lo mejor.

Sasuke observo a su novio durante algunos segundo, buscando en sus ojos si realmente estaba de acuerdo con lo que Sai recomendaba. Ciertamente pensaba que Shisui era un gran tipo por lo que, en ese momento, él tomo su decisión a base de la explicación del peli-negro menor y lo que pensaba de su primo.

—Pues ya esta decidido — dijo.

—Bueno… aun no.

Los primos observaron a Naruto, con la interrogante en la mirada.

—Si el Guardián no esta de acuerdo, no podemos decirle nada a Shisui.

«Entonces, andando». Kurama volvió a tirar Sai hacia un lado cuando se levanto. Los chicos se vieron entre ellos antes de asentir y caminar hacia el claro del Guardián.

 


Gaara se sentía como un idiota. No en el mal sentido, si no todo lo contrario.
Cuando le hablo a Sai de su pasado, no mintió en ningún momento acerca de lo que pensaba de los humanos. Que los despreciaba por la crueldad que poseían y lo egoístas y avariciosos que eran. Por supuesto también sabia que no todos eran así. Naruto, Sasuke y el Sai mismo lo demostraban.… ellos eran chicos grandiosos.
El peli-rojo desde lo ocurrido con sus padres, siempre había estado seguro de su decisión. Jamás había sentido la necesidad de salir del agua y tener una vida como un humano. Nunca había querido caminar tomado de la mano con alguien.
Y sin embargo allí estaba, usando la camisa de Sai, la cual le quedaba un poquito larga, fuera del agua y tratando de mantenerse en pie.

Entendía que era lo sucedía con él, no era ningún tonto. Sabia porque de repente vivir en el agua ya no llenaba por completo ese hueco que quedo en su pecho desde que sus padres se marcharon. Aun continuaba anhelando el agua, deseando hundirse en ella y maniobrar en sus profundidades.

Amaba la vida dentro del vital liquido, adoraba su cola, pero desde que conoció a Sai… el agua ya no era suficiente.

Mientras continuaran viviendo en mundos diferentes, no podrían estar realmente juntos. Y Gaara lo deseaba. Quería que lo que tenia con Sai fuera más fuerte. Quería caminar de su mano, como una pareja normal. Entendía que no eran una pareja precisamente normal, pues eran dos chicos y al parecer en el mundo en el que vivía el peli-negro no eran tan bien visto; pero lo que Gaara deseaba era poder salir del bosque y pasear juntos, tener citas.

Todo lo que actualmente no podían hacer, por él vivir dentro del agua.

«¡Gaara, te vas a lastimar!». Una de sus hermanas grito en su mente. «Si tanto quieres aprender a caminar, ¿Por qué no le dices a Sai te enseñe?».

El peli-rojo, quien estaba sobre una inmensa roca a la orilla de la laguna, giro lentamente tratando de no caerse, para así encarar a su hermana.

—No puedes mencionarle esto a Sai. Ninguno de ustedes — observo a cada una de las sirenas y así mismo tritones. Todos lo observaban y ante sus palabras emitieron una sonrisita divertida.

«¿Por qué?». Cuestiono esta vez uno de sus hermanos. «Necesitó una razón válida.
Gaara no nudo evitar el sonrojo en sus mejillas ante la miradita divertida que todos le dieron.

—…sa — susurro muy bajito.

«¿Ah? No te escuche». El peli-rojo fulminó con la mirada su hermano. Obviamente lo había escuchado, pero el desgraciado estaba muy divertido ante la situación como para dejarlo tranquilo y no continuar divirtiéndose a su costa.

—S…a

«¡Que no te escucho nada!».

—¡Que es una sorpresa, maldición!

Las risas de sus hermanos resonaron en su mente, lo que provoco que el sonrojo en sus mejillas aumentara y así mismo apareció un tic en su párpado izquierdo. Esos bastardos. Gaara suspiró. De todos modos, ya se esperaban que reaccionara de esa forma. Desde que la relación con Sai era oficial, ellos se mostraban ariscos con el peli-negro, aunque Gaara estaba seguro que no lo desaprobaban y solo estaban tomando el rol de hermanos mayores; pues cuando estaba así, solo ellos, disfrutaban de avergonzarlo cada que tenían una oportunidad.

Estaban felices por él, el d ojos aguamarina lo sabía.

Gaara salió de sus pensamientos al unas voces entrar en sus canales auditivos. Giro hacia el lugar del cual provenían las voces y al darse cuenta que, desde luego, se trataban de Sai, Sasuke y Naruto, el peli-rojo se quito la camisa de su novio en un instante y la lanzo lejos para que no pudieran descubrirla y luego, de una voltereta hacia atrás, se lanzo al agua. Al salir a la superficie, su hermosa cola ya había remplazado a sus piernas.

—¡Gaara! — Sai se apresuró a llegar a la orilla de la Laguna, en sus labios había sonrisa. o

«Hola». Correspondió el gesto. Nado hacia la orilla para poder estar cerca de su novio. 

Una vez estuvieron frente a frente, Sai de rodillas e inclinado hacía el frente y Gaara con medio torso fuerza del agua, unieron sus labios en un dulce beso. Sasuke alzo las cejas ante dicha acción. ¿Qué rayos? ¿Desde cuando esos dos tenían ese tipo de relación? El azabache pensaba que solo eran amigos.

Por su parte, las auras amenazantes de los hermanos y hermanas de Gaara no se hicieron esperar. Pero fue algo que la pareja ignoro olímpicamente.

—¿Qué hacías? — susurro el de piel leche a su novio. Sus rostros solo se había separó lo suficiente para verse a los ojos.

Gaara se sonrojo ante la pregunta.

«N-Nada». Las risitas burlonas de las sirenas y tritones se escucharon en la mente de Sai, por lo que volteo a verlos, intrigado. Inmediatamente, las miradas de los hermanos y hermanas de Gaara fue fulminante hacia el peli-negro. Gaara también los observo a ellos con una mirada afilada. «Solo ignóralos». Dijo. La atención de su novio volvió a él, entonces los bufidos de la familia del peli-rojo se escucharon, y luego todos se sumergieron en la Laguna.

—Eso fue raro — comento Sasuke —. En fin… — se encogió de hombros y luego fijo la vista en el novio de Sai. Lo recordaba de cuando fue por primera vez al claro, pero las otras veces en que había hablado con las sirenas y tritones, no lo había visto de nuevo, más que de lejos. Aunque, por supuesto, sabia que su primo era muy amigo de él, pues Sai lo había mencionado y, claro, él los había visto esa noche de la lluvia de estrellas —. Hola, soy Sasuke — se presento.

El peli-rojo le regalo una mirada irónica y divertida. Por supuesto que Sabía quien era. Todos en el bosque, sin excepción alguna, sabían quien era: el novio de Naruto. ¿Por qué él, Gaara, no lo sabría? Además, era pareja del de piel leche, Sai lo había mencionado más de una vez.

«Lo sé». Se burlo.
—Ah, es que... no habíamos hablado y creí que… — se rasco el cuello, un tanto avergonzado. Naruto reprimió un sonrisita.

«Soy Gaara».

—Hola.

Sai, con el entrecejo fruncido, sintió esa necesidad de meterse en medio de ambos e impedir que continuaran hablando.

¡Ah!

«Con que así se sienten los celos». Medito. Interesante. Justo en ese momento quería romperle el cuello a Sasuke… había olvidado la ultima vez que sintió ganas de ello.

«¿Podemos hacer, lo que se supone que vinimos a hacer?». Kurama parecía fastidiado con tanta escenita entre parejas.

Una idea cruzo por la mente de Sasuke en ese momento, por lo cual trató de reprimir una sonrisita, pero fallo estrepitosamente.

«Tú quieres que te vuele la cabeza, ¿no?».
El azabache se limpio una lagrimita que salió por la risa.
Naruto los contemplo a ambos respectivamente, ciertamente le dio mucha curiosidad el saber porque estaban en ese plan de burlarse del otro. Así que se dispuso a cuestionarle a su novio, sin embargo, la voz molesta de Kurama lo interrumpió.

«Se lo dices y te castro».

Sasuke ahogo una carcajada.

—El zorro rastre… Kurama tiene razón — el peluche esponjoso lo fulminó con lo mirada, o al menos Sasuke así lo sintió. Aunque, no es que le importara mucho.
Naruto suspiro resignado.

—Entonces vamos. Nos vemos luego, Gaara.

«Adiós».

Se giro para volver por donde había llegado. Sasuke observó como la hierva se aplastaba a un costado, en señal de que Kurama también lo seguía. El azabache se giro hacia el tritón y también se despidió, para luego correr hacia su novio y tomarlo de la mano…

Sai, por su parte, aprovechó para meterle la lengua hasta la garganta a Gaara. Él no era tan descarado como Sasuke y Naruto, como par hacerlo con tanto publico. Cuando se separaron, prometió que pronto iría a visitarlo, pero que por ahora tenían un asunto que resolver. El peli-rojo comprendió y le dijo que no se preocupara. Al fin, luego de comerse la boca una vez más, Sai corrió detrás de Sasuke, Naruto y Kurama.

Los chicos subieron hasta el puente de roca, por el camino que estaba a un costado, el mismo por que el habían bajado y el cual eran un tanto, muy, empinado. Al llegar hasta arriba, se apresuraron a plantarse frente al imponente árbol donde vivía el Guardián, y del cual no había bajado desde lo sucedido con Shisui.

Los tres estaban preocupados, todos en el bosque lo estaban. Jamás lo habían visto así. Desde donde se encontraban, eran capaces de observarlo. Su hermoso plumaje azul brillante, parecía opaco, y ocultaba la cabecita junto con esas plumas que parecían cuernos, dentro de una de sus alas. Se podría decir que estaba completamente dormido, si tan solo el tono de sus plumas fuera el mismo, y no lo rodeara esa aura de tristeza.
A Naruto le dolía el alma verlo en ese estado. Había querido ayudarlo, pero el Guardián se había aislado desde que el sentimiento que rebosaba su pecho adquirió nombre.

—¡Guardián! — le llamó —. ¡Guardián!

Pero la triste ave no dio indicios de escucharle.

—¡Mi hermano quiere saber quien es usted, Guardián! — Sai se atrevió a gritar. Tanto Naruto con Sasuke voltearon a verlo y, al entender cual era el plan del menor, dirigieron la vista hacia el ave, esperando alguna reacción de su parte —. ¡Le aseguro que él se encuentra bien! ¡Tanto, que esta buscándolo! — el Guardián no se movió ni un centímetro, pero Sai no iba a darse por vencido —. ¡Lo dejo muy impresionado!... Creo que le gusto — susurro.

Y fue ante esas palabras susurradas, que el ave al fin reacciono.

Los jóvenes sonrieron victoriosos.

Observaron como, lentamente, movió la cabeza de entre su ala, abrió los ojos, y luego movió el cuello hacia ellos.

«¿Por qué lo dices?». Su dulce, amable y armoniosa voz se escucho triste al formular la pregunta.

—Lo vi en su mirada — Sai respondió, con una pequeña sonrisa —. Los ojos le brillaban cuando estaba relatando, al hermano de Sasuke y a nosotros — se señalo a él y al azabache —, lo que había ocurrido ese día.

«Tal vez estaba muy molesto».

—No — Sasuke tomo la palabra —. Es fácil darse cuenta cuando Shisui esta molesto — el Guardián asintió, lo había observado lo suficiente como para saberlo —. No estaba molesto, más bien… ilusionado.

—Ilusionado y muy desesperado — concordó su primo.

—Quiere encontrarlo — Sasuke hablo.

—Conocerlo — Sai aseguró.

El Guardián se mantuvo en silencio, meditando las palabras de los primos. Fueron minutos eternos, pero al fin observaron como su hermoso plumaje poco a poco fue recuperando su tono azul. El ave se levanto, extendió sus preciosas alas y luego se lanzo al vacío, en dirección hacia los chicos. Cuando aterrizo frente a ellos, ya no era más el ave, con su forma humano se mostro ante ellos.

Se encontraba un poco más delgado y unas feas ojeras se marcaban en su rostro. Pero continuaba siendo tan bello como lo era.

—¿De verdad? — cuestión con su suave voz, y una dulce sonrisa en sus labios.

Los chicos asintieron.

—Aunque, entendemos si usted no quiere verlo — Sasuke se permitió hablar —. Por lo que nos contó Naruto y mi primo, él se porto muy agresivo con usted.

—Yo también lo fui — y se encontraba tan apenado por ello.

Esos días se había sentido tan triste por lo que había hecho, y preocupado por supuesto. Pensaba en que Shisui lo odiaba por como había reaccionado y lastimado. Por lo que las palabras de Sasuke y Sai le hacían muy feliz.

—No fue la mejor primera impresión — Naruto dijo en tono amable y un tanto divertido, tratando de aligerar la pesadez del peli-azul. El guardián le dirigió una sonrisita suave y agradecida.

—Es por ello que no insistiéremos en que usted hable con él — el azabache retomo la palabra —, pero al menos permitamos contarle de usted.

—Sabe que usted es real — Sai dijo —. Pero se le están muriendo las neuronas tratando de explicarse de forma lógica los sucesos de ese día. Esta un poco desesperado y puede volverse incomodo si comienza a investigar en el bosque.

Naruto camino había el peli-azul y poso suavemente una mano sobre su hombro.

—Él solicito hablar conmigo — la interrogante se mostró los dorados ojitos del Guardián —, Sasuke y Sai dicen que sospecha que yo sé algo, por vivir en el bosque. Lo haré, hablare con él, por ello vinimos a solicitar su permiso para contarle de usted. Si nos permite, queremos explicarle todo. Aunque, claro, si no le parece lo mejor, puedo mentir.

—Pero yo le aseguro que mi hermano no dirá nada — Sai nuevamente intervino —. Nadie correrá peligro por decirle la verdad a Shisui. Él solo quiere saber de usted.

Se mantuvieron en silencio luego de ello, permitiendo que el peli-azul meditara la información y tomara una decisión. Pronto, observaron como un suave y lindo sonrojo apareció en sus pálidas mejillas, seguida de una sutil y bonita sonrisa en sus labios.

—Esta bien, pueden decirle.

Los chicos asintieron con una sonrisa.

«Entonces no hay que perder tiempo». Dijo Kurama, quien se había mantenido al margen de la conversación. Sin embargo, antes de que alguno dijera algo al respecto, el Guardián continuo hablando.

—Y… — mordío sumamente su labio inferior—, quiero ir con ustedes.

Y el sonrojo en sus mejillas aumento de intensidad.

 

Notas finales:

Yyyyyyyyyyyyyyyy,  eso es todo.

¿Que tal?

¿Que les pareció?

¿Les gusto?

Jdjxkdnxkdf uffff espero que sí. Después de esto comienza lo bueno,  jóvenes. Me van a odiar hahahaa.

¡¡Wahahahaha!!

Okay no.

Ojalá y el cap si les haya gustado. Ya saben que pueden hacérmelo saber en un lindo review. Y si no,  igual pueden decirle que les pareció. Solo no me insulte mucho que ya saben que mi negro shinzou es frágil.

Que ángel cuide de sus hermosas vidas,  mus lindos lectores. Besos y abrazos de oso.

Bye.


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