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Between Angels & Insects Edited por urumelii

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Notas del capitulo:

No les encanta como me tardo??? XD perdón u.u

 

lo peor es que ya los tengo escritos, pero se me atravesó el trabajo y las vacaciones wi!!! en mi defensa no me habia ido de vacaciones en años, no exagero. 

 

bueno ya, les dejo el capitulo. Espero les guste y si me dejaran un review sería un bonito detalle, no se si les gusta y sobretodo no me motivo de más para actualizarles mas rapido T_T 

 

 

Sakito miraba la forma en que su esposo se arreglaba para salir a una posible batalla. Habían recibido noticias del Portal. Aquello era sumamente importante para todos los demonios, pues se decía que el Portal era la llave hacia los Desterrados, los verdaderos poseedores de la verdad del mundo; los únicos que podían resarcir el nombre de los demonios y explicar cuál era su propósito en el mundo. Sólo que había un pequeño problema, los Desterrados querían desatar el Apocalipsis. 


 


 


Tanto él como Shou, conocían mucho sobre el tema, pues habían dedicado la mayor parte de su existencia a limpiar el nombre de los demonios y a parar la masacre que mermaba a los de su especie al pasar de los años. Eran una especie de activistas, y como tal, se enteraban de muchas cosas, pues se movían en mundos olvidados por el hombre e incluso por los ángeles; siempre en busca de una respuesta ¿por qué los demonios debían castigar a los humanos? ¿por qué podían ejercer cierta influencia sobre ellos para orillarlos a pecar? Si los ángeles los protegían. 


 


 


El rubio se sabía la historia oficial de memoria, pero también conocía la verdadera razón de por que los demonios protegían a la madre tierra. Lo que no entendía era por qué entonces los humanos existían, por qué hacían lo qué hacían y no merecían una penitencia, si ellos mismos la pregonaban. 


 


 


Milenios atrás, Luzbel había caído al enamorarse de Gaia, la protectora de la tierra. Renunció a sus derechos de ángel cuando se dio cuenta del daño que los humanos le ocasionaban a su amada y en cambio, Gaia le concedió poderes especiales para castigarlos, los cuales pasó a su progenie y a aquellos que lo habían seguido en su caída jurandole lealtad. 


 


 


Se decía que los Desterrados tentaron a Luzbel para unirse a ellos, pero este se rehusó y fue entonces cuando los ángeles se enemistaron con los demonios. Incluso si compartían características similares como el uso de elementales y la pareja única. 


 


 


-no quiero que vayas -  dijo Sakito finalmente agarrando fuertemente la camisa de Shou.


 


 


-ven conmigo entonces - le respondió serio, sin mirarlo a los ojos. 


 


 


-estoy harto de esta estupidez, vivimos una vida tranquila, soy feliz ¿por qué debemos de insistir con lo mismo? - se zafó y caminó por la habitación. 


 


 


Se giró a mirar a su pareja - esto no es una vida tranquila, esto no es vida. Yo también estoy harto Sakito, estoy harto de tener que ocultarme, de tener que armar una pelea cada vez que un ángel se nos cruza en el camino. Quiero vivir tranquilo, quiero que esos idiotas comprendan que nosotros no somos los malos, estoy harto de vivir en las sombras. Y si esta es la única forma de lograrlo, entonces voy a hacerlo, lo hago por ti, por nuestra familia - le acarició la mejilla. 


 


 


-Shou¿estás consciente que la Organización se pondrá histérica y nos perseguirá aún más si nos hacemos de ese portal? - cerró los ojos ante el contacto, dejandose envolver por el tacto de su esposo.  


 


 


-lo sé, pero es la única forma de demostrar que nosotros no somos los malos- le dio un beso en la frente. 


 


 


Sakito abrió los ojos - si esto sale mal....podríamos provocar una catástrofe-.


 


 


Él se alejó - no saldrá, te lo prometo ¿vamos? - él suspiró y asintió. 


 


 


-x-


 


 


Reita nunca se había sentido tan aterrado en toda su vida, corría por el callejón detrás de la iglesia. Había escuchado decir que los demonios lo habían encontrado, pero nunca habría esperado ver a esa gente, gente con enormes alas, atacandose las unas a las otras. Sintió un jalón, Kai lo jalaba para conducirlo hacia la derecha, no tenía idea si los seguían, pero no había ninguna duda que lo buscaban a él ¿por qué?  


 


 


Siguió corriendo, con Kai delante de él, no estaba muy seguro a donde iban solo tenían que alejarse lo más posible de la iglesia. Sin embargo tuvieron que detenerse en seco, pues un chico rubio les obstruía el paso. Vestía pantalones pegados negros y una camisa del mismo color. 


 


 


-Perdón pero no puedo dejar que pasen - dijo con voz melodiosa, el muchacho era hermoso, pero había algo en él que hacía que Reita se sintiera incómodo y estaba seguro que no tenía nada que ver con las gruesas capas de delineador en sus ojos. 


 


 


-Demonio - dijo el sacerdote con puro desprecio en la voz. 


 


 


Él chasqueó la lengua - solo quiero que vengan conmigo - no sonaba ni una pizca amenazador. 


 


 


-ni que estuviéramos locos - contestó  cubriendo a Reita con el cuerpo. Por un momento se sintió ridículo, no se supone que un padre lo debería de estar defendiendo de otro chico, pero en ese momento estaba tan asustado que ni siquiera podía entender que debia o podía hacer. 


 


 


El demonio giró los ojos - yo sé como hacer que las voces se callen - dijo con paciencia. Reita abrió mucho los ojos.


 


 


-no lo escuches, los demonios saben engañar a la perfección, son mentirosos por naturaleza y él es un demonio del engaño - Kai seguía cubriéndolo. 


 


 


El mencionado entrecerró los ojos con rabia - algún día haré que te tragues tus palabras - escupió con furia - ahora solo deja que el portal venga conmigo y no armemos mas escándalos - alzó el brazo, tendiendole la mano.  Un cuchillo salió de la nada, en dirección al brazo del chico, sin embargo fue lo suficientemente rápido para quitarse de en medio, el cuchillo se clavó de lleno en la pared de ladrillos, haciendo pequeñas grietas en la pared, debido a la fuerza - eso fue muy maleducado de tu parte - dijo mirando fijamente detrás de Reita. 


 


 


-considero que es de peor educación no invitarme a la fiesta - contestó una voz suave - ¿y Shou? digo, eso de mandar al esposo a hacer los trabajitos sucios - se fue acercando - no me digas que tres demonios no pueden en contra de un sacerdote - se burló y entonces Reita lo vio de cerca. 


 


 


Era un chico, a simple vista podría decir que de su edad, tenía el cabello negro y una mirada bastante insolente, vestía unos jeans y una camiseta de color gris con una gabardina de color negro y cargaba una especie de espada detrás de la espalda. Tenía perforaciones tanto en su labio como en sus orejas y sus ojos lucían bastantes oscuros. Lo observó con detenimiento, parecía salido de un sueño, como si lo conociera desde antes, en su infancia tal vez. 


 


 


<< Aoi Shiroyama>> dijo una voz rasposa dentro de su cabeza. Reita parpadeó varias veces ante la intromisión a su mente <<quiero>> dijo otra voz. << No puedes, pronto>> lo regañó la primera voz. Reita había contado mas de cinco voces diferentes en su mente, pero era muy raro que tuvieran una conversación entre ellas, generalmente gritaban y cuando lo hacían, perdía el conocimiento << ahorita, Sakito es mas peligroso>> el rubio entendió que hablaban del demonio. 


 


 


-lo que haga o no mi esposo, no es de tu incumbencia, además son ustedes los que mandaron todos esos ángeles a defender la iglesia - dijo con desdén. 


 


 


El ángel frunció el ceño, era obvio que no sabía de lo que estaba hablando - si diciendo eso te sientes mejor adelante, pero la verdad la organización solo necesita enviarme a mi - dijo con soberbia


 


 


Sakito abrió mucho los ojos - ¿qué? - miró a Kai, a Reita y por último a Aoi, finalmente se mordió el labio - tengo que irme - dijo con urgencia - Aoi, escúchame bien lo que te voy a decir. No puedes llevar al portal de vuelta a la organización - advirtió, frenando en seco frente al ángel. 


 


 


-como si te fuera a hacer caso - sonrió de lado. 


 


 


El demonio comenzaba a lucir desesperado por irse - es en serio, si el portal entra en la organización se desatara el fin del mundo - dijo un poco alterado. 


 


 


Aoi soltó una carcajada. 


 


 


<<dile que se calle>> Reita veía borroso cada vez que una voz hablaba en su cabeza << Aoi puede matarlo, dile a Aoi que lo mate>> opinó una tercera. 


 


 


-¡no! - dijo el rubio en voz alta. Los otros tres lo miraron con curiosidad. Se pegó varias veces la frente con la palma de la mano - cállense - dijo. 


 


 


Sakito se trató de acercar pero Kai le impidió el paso, lo miró desafiante - las voces quieren ir a la organización ¿verdad? - le preguntó con verdadera preocupación - no me tienes que hacer caso si no quieres, pero la organización está ocultando mas cosas de las que crees Aoi, si llevas a este chico frente a ellos, todos, incluso los humanos que defiendes estaremos perdidos - sonaba tan convincente. 


 


 


<< dile a Aoi que lo mate>> <<¡¡el fin no llegará sino se calla!!>> 


 


 


Se escuchó un ruido estrepitoso al final de la calle, justo donde estaba la iglesia, por lo que Kai pudo interpretar, el enorme tragaluz del techo se había roto. Los cuatro miraron al cielo, Reita casi se va para atrás de la impresión, por encima de los tejados había una persona, pero no cualquier persona, estaba cubierta por algo, no podía creer lo que veía, eran alas, alas que parecían hechas de onix con el reflejo de la luna, un negro que se atrevería a decir que jamás había visto en su vida.


 


 


-lo bueno es que solo te habían mandado a ti - espetó la demonio, unas alas negras salieron detrás de su espalda. Reita creyó que se volvería a desmayar - haz caso a tus instintos Aoi Shiroyama, no a lo que te dicen que hagas - extendió las enormes alas y alzó el vuelo, dirigiéndose hacia el otro demonio. 


 


 


Aoi tenía una expresión indescifrable en el rostro, como si las cosas más extrañas le hubieran ocurrido a él y no a Reita - vámonos, el camino a la Organización es largo - dijo suspirando. 


 


 


<<SII>>


 


 


-¡no! - volvió a decir Reita. Kai y Aoi lo miraron sin comprender - no iré ahí - dijo tajantemente.


 


 


El ángel pelinegro lo miró como si quisiera golpearlo - ¿por qué? - fue Kai quien preguntó, interrumpiendo la aparente ira del otro - es lo mejor para ti, dejarás de escuchar las voces si vas - le dijo. 


 


 


Reita negó - será lo que quieras, pero las voces están emocionadas por ir, creo que el demonio tiene razón - contestó. 


 


 


Aoi suspiró - Sakito es un demonio, no les creas ni una palabra de lo que dice, seguro solo dijo para que no fueras y poder llevarte después. Mira, yo no sé de que voces hablas, a mi me enviaron para llevarte y es exactamente lo que voy a hacer - se acercó a Reita pero este se hizo para atrás negando con la cabeza. - como que no, tu vienes conmigo - dijo en tono de enfado acorralandolo contra la pared. 


 


 


-basta - advirtió Kai - no lo puedes llevar a la fuerza y lo sabes 


 


 


El pelinegro se giró hacia el padre de manera brusca, casi violenta - convénzalo, dígale sus palabritas  esas que suenan bonito, quiero volver a casa a la hora de desayunar - se exasperó. 


 


 


-¡¡Shou!! - el grito de Sakito se escuchó hasta el callejón donde se encontraban. 


 


 


-tenemos que sacarlo de aquí - advirtió Kai sin voltear al cielo. 


 


 


Aoi asintió - está bien, vámonos. No te llevaré a la Organización si no quieres, pero tienes que irte o los demonios te llevaran y eso no será nada bueno - le aseguró. 


 


 


Reita asintió y  caminaron con rapidez en dirección contraria a la iglesia, con el rubio escuchando un siseo en su cabeza. 


 


 


-x-


 


 


Uruha estaba...aburrido no era la palabra ¿Existía algo más que aburrido? bueno si lo había, él se encontraba así. Odiaba quedarse  en la mansión, solo por ser “el niño chiquito” que fuera el menor de la familia no lo hacía un niño. Toda su vida lo habían tratado así, como si se fuera a romper, como si deberían protegerlo de todo lo que estaba a su alrededor. 


 


 


Él y sus dos hermanos se habían quedado huérfanos cuando apenas tenía tres años de edad, hace ya muchos años, los ángeles los habían matado. Sakito había sido quien se había encargado de criarlos cuando la Liga les había ofrecido un lugar donde quedarse. Muchos años más tarde su hermano mayor sería quien vengaría la muerte de sus padres, en el gran incendio de Londres de 1666; en ese momento Sakito se volvió una leyenda por su uso del elemental de fuego y conoció a Shou, su pareja única. Después de la explosión del Krakatoa se volvieron los líderes de la Liga y los dos demonios más peligrosos clasificados por la Organización. Y Uruha, bueno, él era el hermano menor.


 


 


Lo peor era que todo el mundo parecía estar de acuerdo en tratarlo como si fuera un niño de cinco años, no le permitían salir solo, nunca había estado en otro lugar que no fuera los alrededores de la mansión. Y no conocía a muchos más demonios de lo que pertenecían a la Liga, y por supuesto, ninguno de ellos era su pareja única ¿cómo la encontraría estando todo el tiempo encerrado?   


 


 


Sin embargo aquella noche era diferente, sus dos hermanos estaban de misión y él estaba aburrido y sin supervisión real.  


 


 


-voy a salir - dijo por fin poniéndose de pie. Estaba sentado en la sala, en el sillón individual.


 


 


-¿crees que sea buena idea? - habló Hitsugi, otro integrante de la liga que vivía en la mansión.


 


Estaba sentado en el sillón mas grande con su pareja sentada en sus piernas - Shou dijo que la misión era importante, que debíamos estar alertas - sonrió de lado, pues su pareja le había mordido ligeramente el cuello. 


 


 


-mi cuñado siempre dice eso, además estoy aburrido, quiero salir a beber - hizo un puchero - ¿qué puede pasar? - parpadeó coquetamente - ¿puedo?


 


 


Hitsugi iba a replicar algo pero su pareja lo distrajo con otra mordida en el cuello, momento en el cual el demonio aprovechó para salir de la mansión sin un rumbo fijo. Tal vez iría a un bar, la idea de beber le sonaba atractiva después de todo, nunca había ido solo, pero siempre había una primera vez. 


 


 


-x-


 


 


La cabeza de Reita estallaba, necesitaba un trago y lo necesitaba ¡YA! Ahora no solo tenía que soportar a las voces haciendo semejante bullicio en su cabeza, también tenía que soportar las quejas del tal Aoi y las palabras del sacerdote para tratar de calmarlo. 


 


 


Habían perdido la iglesia varios minutos atrás y Reita al parecer era el que más conocía la ciudad. Sabía perfectamente a donde se dirigía. Iba ignorando a los otros dos que lo seguían de cerca sin dejar de discutir. 


 


 


Entró a un bar cerca de la universidad, uno bastante concurrido. Le gustaba estar en lugares con mucho ruido, así las voces perdían importancia entre todas las personas hablando y el sonido alto de la música. 


 


 


-no creí que los ángeles fueran tan insufribles - dijo al fin entrando y buscando una mesa para los tres. 


 


 


Aoi lo detuvo por los hombros -yo no sabía que lo humanos fueran inmortales, te estás arriesgando demasiado ¿no te parece? -le dijo desafiante.


 


 


-aquí podemos hablar con calma de qué hacer - le dijo ignorando el zumbido de la cabeza y sentándose en una pequeña mesa del fondo. 


 


 


-como quieras, luego no me vengas a llorar - se quejó y se fue al baño.  


 


 


Reita lo observó mientras se iba, no entendía cómo era que no se le veían las alas. Tal vez Aoi no tenía, pero, ahora que lo pensaba tampoco se las había visto a Sakito. 


 


 


-¿hace cuanto escuchas las voces? - Kai lo sacó de sus pensamientos.


 


 


El rubio lo miró fascinado, era impresionante como aquel chico desentonaba tanto en el bar, con su vestimenta y su actitud tan propia - desde hace tres meses aproximadamente - contestó con una sonrisa al ver que el chico no pasaba inadvertido por los demás. 


 


 


-vaya, debe ser horrible - comentó, al parecer no tenía ni idea de que todos lo miraban sin comprender que hacía en un lugar como aquel. 


 


 


Reita se alzó de hombros -no es algo a lo que te acostumbres....una cerveza por favor - le dijo a la mesera que se había acercado a pedir su orden - ¿va a querer algo? - le dijo a Kai quien negó de inmediato, la mesera se alejó - y después de todo lo que ha pasado dudo que lo vaya a hacer, creo que ya me volví completamente desquiciado - aceptó pasando los dedos por su cabello.


 


 


Kai se revolvió en su asiento - ¿de verdad te hablan del fin del mundo? - preguntó con un poco de miedo en la voz. 


 


 


Reita asintió - hablan más del ángel caído, de verdad no lo entiendo - negó con la cabeza. 


 


 


-existe una vieja historia que habla del ángel caído, mas allá de lo que uno podría creer, no hablan de luzbel - comenzó Kai- existen varias teorías acerca del fin del mundo, las que los humanos comunes conocen y las que conocen las personas que están en contacto con el mundo de los ángeles y demonios. Una de ellas habla de un ángel que se rebelará ante sus superiores y llevará al mundo a la desgracia. Como lo hizo Luzbel hace mucho tiempo- explicó. 


 


 


El rubio se sorprendió - ¿cómo sabe tanto? es decir, se ve joven - asintió cuando la mesera le trajo su cerveza y dio un gran sorbo, sintiendo un ligero alivio al sentir el liquido recorrer su garganta. 


 


 


-la orden a la que pertenezco se encarga de mantener el equilibrio entre el mundo del mas allá y el humano. Me criaron con estos conocimientos desde pequeño - contestó tranquilamente. 


 


 


Reita abrió mucho los ojos -es decir, que no eligió ser padre, simplemente nació para serlo - alzó una ceja


 


 


-algo asi, no me molesta, es una vida tranquila - sonrió asintiendo, como si tratase de convencerse de aquello.  


 


 


Reita se alzó de hombros - si usted lo dice. Entonces ¿qué se supone que hacen los ángeles? - ladeó la cabeza para poner atención. 


 


 


Kai se aclaró la garganta - varias cosas, Aoi es un ángel cazador, se encarga de pequeños asuntos que tienen que ver con demonios. Existen ángeles mensajeros, ángeles sacerdotes, de todo...


 


 


-ósea que todos los demonios son malos - afirmó recordando a Sakito. Recordó sus expresiones y la manera en la que hablaba, probablemente si no supiera que era un demonio jamás habría creído que le haría daño.  


 


 


-se supone, los demonios, contrario a lo que se podría pensar no viven en el infierno o están bajo las órdenes del diablo. Simplemente son una raza a la que no les gustan los humanos, la creación de Dios. Se dice que están celosos de los humanos porque Dios los apartó a ellos del jardín del edén y luego creó a Adán. Desde entonces eliminan a aquellos que les robaron su lugar legítimo - continuó - se dice que Dios los apartó porque ellos no creían que el asesinato fuera malo, lo creían necesario, además de muchas otras cosas que se creen son inmorales.


 


 


-¿todas son creencias? 


 


 


Kai asintió - nadie tiene un registro, simplemente desde el principio de los tiempos, los demonios han odiado a los humanos y los ángeles los han protegido. 


 


 


-suena como una historia llena de huecos


 


 


Kai asintió - tal vez, pero quienes somos nosotros para meternos en algo que no comprendemos - le robó un trago de cerveza.  


 


 


-x-


 


 


Entró al bar con aires felinos, estaba acostumbrado a ser la atracción del lugar, era un demonio de la lujuria, por supuesto que todos lo mirarían. Sin embargo nunca miraba a nadie, así como los ángeles, los demonios estaban destinados a una sola persona; nadie comprendía ese proceso muy bien, pero ocurría. El momento en el que mirabas a tu par a los ojos ya no tenías visión para nadie mas. Su hermano decía que era como ver con mas claridad, como ver el sol por primera vez; algo irónico si pensaban que los demonios no tenían permitido salir a la luz, se delataban de inmediato y los ángeles los mataban enseguida. 


 


 


 


 


Se dirigió directamente al baño, tenía la urgencia de retocarse el maquillaje antes de pedir siquiera algo de tomar. Abrió la puerta, era mixto pero lo encontró vacío. Se miró al espejo acomodándose el cabello, en eso estaba cuando la puerta volvió a abrirse. Iba a girarse para anunciar su presencia, pero se sintió mareado de pronto, como cuando uno piensa que va a caer irremediablemente por haber perdido el equilibrio. Sintió un hueco en el estomago y una sensación extraña en el pecho que no había sentido jamás. Se giró para ver a la persona que había entrado....


 


 


Uruha jamás había visto el sol, pero supo de inmediato que no era tan hermoso como la luz que irradiaba la persona que acababa de entrar. Su respiración se cortó de pronto, le habían robado el aire, sus rodillas temblaron ante aquella visión y pequeñas descargas eléctricas recorrieron su cuerpo sin cesar. 


 


 


Aoi permaneció inmóvil, sintió que alguien le había quitado una venda de los ojos y por primera vez pudiera ver con claridad. Por primera vez la luz no pareció molesta, al contrario, quería fundirse en la luz que aquel precioso ser emanaba de forma natural. Sintió una enorme necesidad de no volverse a apartar de esa persona, nunca mas. Todo el ruido a su alrededor se había esfumado, sólo quedaba un pequeño zumbido en sus oídos. 


 


 


Recordó las palabras de su padre “Sientes como si te robaran el alma, y sin embargo te sientes completo, tranquilo, feliz”. Así se sentía en ese preciso momento “Los ángeles poseemos un nombre que todo el mundo conoce y un nombre que solo nuestra otra mitad sabe, ese nombre simplemente se deposita en tu mente como si fuese la cosa más normal del mundo y cuando lo pronuncias, quedas enganchado a tu alma gemela para siempre. Es decir, que aunque tu nombre sea Aoi, tu alma gemela te llamara de otra forma”.


 


 


-Kouyou, aequalis meus es tu - pronunció Aoi sin saber porqué.


 


 


-Yuu, tu es dimidia - la voz del chico chocó contra su oídos de una forma deliciosa. 


 


 


 

Notas finales:

Aquí hay muchas mas diferencias que en la versión anterior!!

 

espero les haya gustado muahahahahhaa

 

<3

 

les dare galletas por rvws!! 

 

*se esconde*


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