La brisa entró por la ventana de un cuarto común de paredes azul pálido, haciendo revolotear las cortinas blancas, dos atrapa sueños y algunas hojas en el escritorio, el efímero sopló continuó su camino, hasta revolver suavemente los cabellos de un pequeño chico, el cual se encontraba en su cama revisando atentamente un diario con una sonrisa cálida instalada en su rostro.
El pequeño hombrecito pasó hoja a hoja, viendo detenidamente cada foto y cada frase que se conocía de memoria. A Suho le encantaba leer y ver ese diario, que es el último recuerdo que le dejó la persona que más ha amado hasta el momento.
JunMyeon aún recuerda vívidamente como actuó la primera vez que lo recibió, y como influyó en él haberlo recibido, en cierta parte ese diario tiene gran trascendencia en su vida, porque para poder recuperarse de una pérdida tan grande como la que vivió, necesitó de ese pequeño montón de hojas y fotografías.
Después de leerlo por primera vez había dejado de fingir estar bien, y lloraba cuando así lo necesitaba, no se aislaba y dejó que su familia y amigos lo ayudaran, incluyendo a los que una vez fueron amigos de Lay. El relacionarse con todos ellos nuevamente le había ayudado mucho, y al poder compartir libremente sus sentimientos de perdida el dolor fue disminuyendo. Incluso Chen se convirtió en un pilar fundamental en su vida, en aquel entonces.
Hoy, en este momento presente, el pequeño JunMyeon puede decir que finalmente está bien, que ya no le duele ver ese diario, ahora solo le causa una inmensa alegría tenerlo en sus manos.
Las páginas del cuadernito que el chico veía se volvieron a terminar, tal vez por vigésima ocasión en ese mes… la verdad Jun ya no sabe las veces exactas que ha repasado ese diario a lo largo de todos estos años, solo sabe que han sido muchas, demasiadas para seguirlas contando, él acarició la foto pegada por sí mismo ahí, en donde ambos ex amantes salen abrazados mientras sonríen y al pie de esta página se encuentra escrita una linda promesa.
“En la otra vida nos amaremos más”
Un sentimiento de cálida nostalgia se instala en su pecho, lo sigue extrañando, sí, lo sigue amando, sí, pero él ha continuado con su vida, como Lay siempre quiso, viviéndola al máximo y siendo feliz.
Sin embargo a pesar de vivir bien y ser dichoso en el tiempo actual, él no ha renunciado a ninguno de los recuerdos que le dejó su XingXing, por el simple hecho de que él siempre formará parte de su vida, porque Lay cambió la misma para bien.
El collar, sus fotografías, el diario, los atrapa sueños, todo lo conserva con el mayor cuidado posible, cada uno teniendo un significado muy especial para él, sobre todo el collar, que no se lo ha sacado desde que lo recibió, porque tiempo después se enteró que para Yixing ese collar significaba “verdadero amor”.
Ese pequeño pedazo de metal había sido regalado por el padre del chico, cuando este aún vivía, y solo debía ser entregado a quien verdaderamente amara, y Suho se sintió dichoso de ser la persona escogida.
La puerta de su habitación fue abierta con calma, y el muchacho en la cama giró tranquilamente en dirección a esta, e inmediatamente sonrió al ver a su novio parado en el umbral, con su característica sonrisa gatuna, pero tranquila.
—Suho, ya es hora de irnos. Tu madre me ha mandado a ver porque mi querido novio tarda tanto en bajar.
—Lo siento —Se disculpa, mientras sostiene en el aire el diario, indicándole al contrario que estaba haciendo—, me distraje.
Chen asiente quedamente sin decir nada acerca de ese cuaderno, mientras ve a su novio dejarlo en la estantería de su cuarto cuidadosamente como siempre. Suho es sorprendido cuando los brazos de su adorado gatito lo rodean por la espalda cariñosamente.
—Los recuerdos junto a él siguen siendo muy especiales para mí. —El más bajo recargó su cabeza en el hombro del contrario.
—Lo sé —Fue la respuesta susurrada que obtuvo—. Es bueno que ahora lo recuerdes sin llorar, y sonriendo.
—Fue el más grande amor de mi vida, así que ya no veo el motivo para llorar de tristeza, estoy muy agradecido de haberlo conocido.
Un tranquilo silencio se instaló entre ambos, y cada uno mantuvo su mirada fija en la fotografía sonriente de Lay, la cual se encontraba en la estantería frente a ellos. Chen acarició con un lado de su cara el collar que Suho llevaba puesto sin darse cuenta, pero cuando lo hizo una sonrisa triste apareció en sus labios.
Él sabía que JunMyeon conservaba cada una de las cosas que su hermano le dio, y no le molestaba, para nada. Incluso sabía que su novio aún amaba al difunto Yixing, sin embargo también sabía que el más bajó sentía algo especial por su persona.
La relación amorosa entre ellos dos, no tenía mucho tiempo de haber comenzado, solo unos tres meses para ser exactos, y aún ambos estaban viendo si las cosas iban o no a funcionar. Pero lo más seguro era que sí, ya que la pareja compartía un lazo fuerte, gracias al tiempo que pasaron juntos después de la muerte de Lay.
Chen le dio un beso en la cien a su novio y este apartó la vista de la fotografía, para verlo a él y sonreírle tiernamente.
—Te quiero.
—Yo también te quiero. —Se dieron un pequeño beso en los labios que no duro mucho, solo lo suficiente para demostrarse un sentimiento sincero, que poco a poco empezaba hacerse más fuerte—. Es mejor que bajemos, tu madre y Minseok se enojaran mucho si llegamos tarde a la boda. Además debes calmar al loco de Tao, esta con los nervios de punta porque su prometido no va a poder llegar siquiera al final del evento.
—No seas exagerado —dice divertido Suho, mientras rodea a su novio para poder tomar el abrigo que usaría en la boda de Minseok y Sehun—, Tao es la persona más tranquila en el universo.
—Te lo juró, parece que va hacer un hueco en el piso de tanto que se da las vueltas, además al tipo le deben estar ardiendo mucho los oídos, Tao lo está insultando en todos los idiomas que se sabe.
—Chen, en todo caso tú ni siquiera sabes más allá del coreano como para que sepas lo que Tao está diciendo. —replica JunMyeon.
—No, pero suena feo.
Suho simplemente niega con una sonrisa plasmada en su rostro, su querido Chen, suele exagerar bastante las cosas. —¿Cómo me veo? —dice mientras gira en su sitio, cambiando sutilmente de tema.
—Espectacular, y ¿yo? —pregunta mientras realiza la misma acción que su novio.
—No voy a subir más tu ego, Chen. —El mayor se ríe de la mueca infantil que puso el de sonrisa gatuna, y decide darle una leve caria en la mejilla cuando está nuevamente cerca de él. Seguidamente se gira a la foto de Lay, a la cual le da un beso indirecto, toma la mano de su novio y lo empieza a arrastrar fuera de su habitación. La cual se queda completamente sola por unos minutos, pero no pasó mucho tiempo en ese estado, ya que Chen ha regresado al lugar.
Él se para directamente en frente de la estantería y recoge del suelo su celular. —En serio, debó dejar de andar llevándolo en la mano, un día de estos lo voy a perder definitivamente sin darme cuenta. —murmuró para sí mismo. Cuando levantó la vista, su mirar se perdió nuevamente en la linda sonrisa de Lay.
—Te extraño hermanito. —Su voz salió en un hilo lastimoso.
Chen cerró los ojos por un momento y amargos recuerdos vinieron a su mente, atormentándolo por su fatal decisión, pero todos en ese momento pensaron con era lo mejor, solo Tao se había opuesto a ese plan, sin embargo el galeno había callado una vez todo fue hecho.
Sí tan solo ese día él hubiera escuchado a Tao o hubieran aguardado un poco más, tal vez hubieran podido tener a su hermano más tiempo, pero sin dolor; porque sí, a la final él se terminó enterando que Suho había ido ese día más temprano para pedirle a Lay que dejará la quimioterapia y que regresara a su antiguo tratamiento, aquel que lo dejaría irse en paz, pero a su debido tiempo.
Chen sacudió la cabeza, tratando de olvidar aquello, esos eventos que después de cinco años lo siguen atormentando, él cada noche tiene pesadillas, sueña con ese día, sus manos temblorosas teniendo una jeringuilla y un fármaco transparente enfrente de su querido hermano, él en ese tiempo solo quería que Lay dejara de sufrir.
—Te amo Xing. —Dejó escapar esa frase al aire mientras se giraba para salir del lugar, pero todo movimiento por parte de él se congeló cuando una suave caricia se posó en la parte trasera de su cabeza, tal y como se las sabía dar Lay.
Miró hacia un lado por el rabillo del ojo, y creyó ver una luminosa mano reposada en su hombro, se dio la vuelta rápidamente no sabiendo que esperar, pero al hacerlo no encontró nada, detrás de él solo estaba la estantería con la foto de Lay. Las cortinas de repente fueron azotadas sutilmente hacia el exterior por una leve brisa, y por un momento Chen en su tonta mente pensó que alguien había salido de ahí.
—Cariño —Una dulce voz llamó su atención, él regresó a ver hacia el umbral de la puerta, donde su novio estaba parado con una leve mueca de preocupación—, ¿qué es lo que pasa?
—Nada —Es la débil respuesta del contrario, mientras una sonrisa pacífica se instala en sus labios.
Su novio no se ve muy convencido, pero a la final asiente y una sonrisa suave aparece en su rostro. —¿Vamos? —pregunta mientras extiende una de sus manos hacia Chen, quien solo sonríe animadamente y tan veloz como puede, toma la mano extendida para ahora sí salir definitivamente del lugar.
Cuando un ser querido parte siempre será difícil, nos dolerá, nos lastimará y muchas veces nos destruirá, pero la vida sigue para los que quedan en la tierra, y lo único que podemos hacer es tratar de superar ese dolor y vivir lo más felices que podamos. Sin embargo no por eso significa que olvidemos a los que alguna vez formaron parte de nuestros días, podemos volver amar y volver a reír después de una muerte, pero no hay que negar, que los que partieron siempre ocuparan un lugar muy especial en nuestros corazones y mentes, y eso está bien, siempre estará bien.
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A SHORT LOVE es la frase perfecta que define el amor de Suho y Lay, fue corto el tiempo que se amaron, sin embargo fue tan intenso que ambos se dejaron huellas permanentes uno en el otro, las mismas que duraran por toda la eternidad, ellos no tuvieron un final feliz, pero por el amor que ambos vivieron valió la pena cada segundo de su vida.
FIN.