Los dos mayores se veían a los ojos como si estuvieran hablando por sus mentes. El pelirrojo entendía muy bien a su amigo así que suspiro y los dejo solos mientras el iba afuera a tomar algo de aire.
El rubio y castaño seguían abrazados mientras el primero acariciaba el cabello suave de su pequeño hermanito para calmar los sollozos.
Giotto sintió como el menor se removia en seis brazos y lo soltó un poco viendo como subía su mirada topandose con la suya.
—se que eres mi hermano.... pero....no se tu hombre...
Pestañeo varias veces y después soltó unas carcajadas antes de volver a ver la mirada avellana.
—Giotto, Giotto Di Vongola.
—es un hermoso y fuerte nombre Giotto san.
— Tsunayoshi quitale el san, al fin y al cabo somos
hermanos.
—digame Tsuna, entonces....
Tsuna se mordió los labios pero después sonrió angelical.
—Gio nii!!!
La sorpresa se marcó en el rostro de para después darle paso a una sonrisa que dejaba a cualquier mujer desmayada.
Se quedaron hablando un poco más hasta que G volvió. Tsuna se le quedó viendo como queriendo preguntar algo, lo cual Giotto se dio cuenta.
—Tsuna el es G, mi mejor amigo y mano derecha.
Se saludaron y dieron la mano para que después el ojorojo viera a su amigo.
—Giotto debemos ir a hacer las demás vueltas.
—disculpen mi intromisión ¿Qué deben hacer?
Veía hacia su hermano y al otro chico.
—debemos ir a recoger los papeles de cuando estudiabas y también ir al registro Nacional para pasar tu patria potestad a mi nombre.
—¿Por que van a hacer eso?
Pregunto curioso y ladeando su cabecita como cachorro, logrando sonrojar a los mayores ante tal escena llena de ternura.
—p....Para que vayas con nosotros a Italia.
—No quiero ir.
Eso fue una sorpresa para los italianos, pensaban que el no diría que no y se iría con ellos fácilmente.
—¿Tsuna por que dices que no?
—aunque no lo parezca, aquí tengo a mis amigos, son pocos pero siguen siendo mis amigos que tanto quiero....si me voy estaré lejos de ellos y no quiero.
—Tsuna....
—mi palabra siempre será la misma, no.
Sentenció estando serio y dando a entender que tenía genes Vongola, era claramente al ver que tenía esa aura de jefe cuando se lo proponía.
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—el jefe me matará, me dejaras inmóvil y me tirara a los perros para que me coman viví.
Se lamentaba un hombre en una habitación dando vueltas por ella mientras se agarraba su cabello.
—oye ¿a ti que te pasa?
Dijo otro hombre entrando a la habitación.
—el jefe me matará.
—¿Por que? ¿Qué cosa tan grave hiciste como para ganarte que el jefe te mate?
—el niño quedó vivo...
—¿Niño? ¿Qué niño?
—el segundo hijo de Sawada Iemitsu...
—ohh ya veo...... ¡¿QUEEEEE?!
—así que el niño quedó vivo.
Los dos temblaron y voltearon a ver a la persona que menos esperaban, a su jefe.
—quiero que en este precioso instante lo busquen y lo traigan a mi, no lo maten, tengo mejores planes para ese chico.
Sonrió malévolamente mientras veía a los dos hombres salir corriendo.
—Vongola caerá, yo seré quien los desaparezca del mapa.
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—Tsuna por favor.
—ya dije que no.
Los italianos seguían batallando con el menor para que aceptará. Ya habían pasado tres dias y no lograban avance alguno, y no querían obligarlo ya que se les escogería el corazón ver al chico un mar de lágrimas como les paso el día anterior
Flashback
El rubio ya no discutiria más con Tsuna así que lo había agarrado de la mano y cintura obligándole a subir al auto.
Lograron subirlo pero apenas pusieron el auto en marcha el menor se atacó a llorar rompiendoles el corazón.
Tuvieron que comprar un pastel de chocolate con fresas para calmarlo más algunos abrazos.
Fin flashback
Giotto estaba tratando de hacer razonar a Tsuna pero este no daba su brazo a torcer. No quería irse y dejar a sus mejores amigos en Japón.
—Tsuna y si los vienes a visitar de vez en cuando o les pagamos el boleto a ellos para que te visiten.
—Gio nii no quiero alejarme de ellos, entiende por favor..... Kyoya, Takeshi Ryohei lo son todo para mi.
La intuición de Giotto lo hizo recordar algo importante.
—nee Tsuna ¿por casualidad sus apellidos son Hibari, Yamamoto y Sasagawa?
G lo volvió a ver estupefacto y le iba a decir algo pero se abrió los despojos al notar la sorpresa en el rostros del castaño.
—¿Cómo sabes sus apellidos?
—creo que el problema está revuelto... ellos son los hermanos menores de mis amigos, hablaremos con ellos para que llamen a sus hermanos para que vayan a Italia con nosotros.
El rubio cayó al suelo ya que Tsuna se había tirado encima de el mientras le sonreía angelicalmente.