-¡Bummie, despierta! –Hablé fuerte. A sabiendas de que no le gustaba que lo llamara así y menos a los gritos. No era mi intención pero mi resolución mental me dejo molesto, aunque tuviera razón… Eran años ya teniendo claros mis sentimientos por este zorrito juguetón que lleva por nombre Kim Kibum, alias Key.
Una respuesta al fin. Se removió debajo de las sabanas alzando ambas manos al aire para luego llevarlas hasta sus ojos y restregarlos para luego clavar su afilada mirada en mí. -¿Cómo me llamaste? –Dijo con una voz suave pero profunda, lo suficiente para crisparme los nervios. –Sabes que no tienes permitido llamarme así, mucho menos a los gritos y en las mañanas, cachorro greñudo. –Un tic se formó en la parte superior de mi ceja izquierda. ¿Greñudo? ¿Qué se supone que significaba eso? Mi cabello estaba ordenado, al menos ahora.
-¡Woo! Parece que alguien se levantó con las ideas revueltas hoy. –Solté cantarín. Tal vez jugaba con mi suerte. Tal vez no. –Y pensar que consideraba que te veías tierno durmiendo. –suspire dándole drama a mi oración fingiendo limpiarme un lagrima.
-¡Que dices! No soy tierno en las mañanas, soy un ogro. –Rió para luego estirar los desperezarse de forma particularmente felina. –En fin, ¿Qué hace el señor Kim en mi habitación?
-¿Señor Kim? –Parpadee varias veces tratando de comprender lo dicho. Buscando la ironía en su voz tal vez.
-Sí, señor Kim quiero decir, tu cumpleaños se aproxima, ya eres un adulto y hasta te has mudado haciéndote de responsabilidades propias. Eso te hace maduro, en pocas palabras “un señor” –Hizo comillas con los dedos. Lo observe sin comprender del todo lo que trataba de decirme.
–Olvídalo, digo cosas sin sentido en las mañanas. Sólo dime qué haces aquí, hyung.
-¿Qué hago aquí? Pues, despertándote… Minho dijo que lo hizo hace más de una hora y casi lo echaste de la habitación. –Mencione encogiéndome de hombros restándole importancia. –Por cierto, Jinki hyung y la rana fueron a comprar para el desayuno. Taemin todavía no llega así que tienes tiempo aun para vestirte o lo que sea.
–Diablos, me dormí de más. -Dejo escapar un suspiro. –Tae debe haberse dormido o entretenido como siempre… Qué más da.
Levantó las sabanas sacando sus piernas de debajo de estás. Llevaba puesto un pantalón de tela fina algo flojo pero aun así me daba una buena vista de sus piernas y muslos además de una camiseta -Mía- negra suelta que me daba una panorámica de su blanquecino hombro. Se desperezo nuevamente sólo que ahora de pie frente a mí que ahora estaba sentado en la cama. Está vez y gracias a la gravedad la camiseta se elevó dejando al descubierto la zona abdominal.
“Diablos Bum, vas a infartarme”
“No, no dormiré en una semana”
“¿Una semana? ¡Qué digo!”
“¡Esto cuenta por lo menos un mes!”
-Estás muy flaco. –Intente sacar un tema para serenar mi mente pero mi tono de voz salió como si de un regaño se tratara sin intención consciente. -¿Estas comiendo bien o es otra de tus dietas?
-¿Qué, ahora me controlas? –Sonrío bajando la camiseta. Adiós bella vista. –No es nada, baje de peso por tanta repetición de los ensayos culpa de alguien. –Ahí estaba. La mirada acusadora número uno, esa que tiene mi nombre y apellido en ella.
-Perdón…
-Es broma, tonto. Sólo resultó así porque todos estamos nerviosos y quisquillosos en el tema de perfeccionar todo. Éste será nuestro gran concierto en Japón, ¡Y hasta nos luciremos en nuestros propios Solos! –Sus ojos brillaban como estrellas, hace mucho no los veía así. Al menos para mí. Se acercó colocando sus manos en mis hombros para zarandearme despacio.
-Sí, sí. Hablando de Solos… ¿Qué es lo que decidiste hacer durante el tuyo? No nos has dejado ver tus ensayos ni nos dices nada. –Pude sentir los músculos de sus manos tensarse sobre mis hombros.
-Es un secreto. Lo verán durante el concierto… ¿Qué harás tú, cantaras algo de tu álbum solitario? –Muy astuto Key, cambia el tema y finge que nada paso.
-Sabes que cuando sea tu turno nosotros estaremos tras bastidores alistándonos y no podremos verte, ¿Qué escondes? –Alcé una ceja y lo sujete del antebrazo.
-¿Por qué tendría que esconder algo? Sólo no quiero decirlo para no atraer la mala fortuna a mi presentación. –Era un hecho, algo había allí y no me diría nada. Preferí no indagar más. –Como sea, puedes soltarme. Quisiera vestirme. –Noté que no había roto el contacto anterior e hice lo que él pidió.
-Gracias que amable. –Sin más se alejó unos pasos hasta su bolso que yacía en el suelo y comenzó a sacar ropa además de una bolsa llena de cosméticos y demás.
-¿Qué vas a hacer, gatito? –Dije juguetón acostándome en el colchón con la vista dirigida a él. Obtuve un seco “¿Eh?” como respuesta. –Dije que qué vas a hacer, gatito. –Remarqué esto último intencionalmente.
-¿Qué? ¿Qué es eso…? –Dijo haciendo una mueca graciosa.
-Gatito, ya sabes, el animal de cuatro patas felpudo pero más pequeño.
-Ya sé lo que es un gatito hyung. –Bufó molesto. –Te pregunto el por qué me dices así. –Colocó sus manos a los lados en su cadera una vez dejo la ropa a un lado en el piso.
-Bueno, la forma de desperezarte cuando te levantas y tus ojos en este momento me recuerdan a un gato así que… -Me miró sorprendido agachándose rápidamente a su bolso buscando algo. Segundos más tarde sacó un espejo de bolsillo para verse en él. –Oye, no lo dije de mala manera. –Dije acomodándome en mi lugar. –Los gatos son bonitos. –“Tal y como tú”. –Siguió mirándose en el espejo para luego hablar.
-Ah ya veo, tienes razón. ¡Mis ojos parecen felinos en la mañana! –Rió sonoramente y comenzó a golpear despacio su regazo. Tomando aire luego de sus carcajadas tan características. –Oye, ¿Quieres practicar algunos pasos antes de desayunar? – ¿Acaso estaba proponiendo él ensayar solos? Creí que estaría molesto por arruinar sus planes del libre pero no parecía ser el caso.
-¿Sí o no, Jonghyun? Una mirada no es una respuesta.
-Pues ya que estas tan amable hoy, aceptaré tu idea Kibum. –Tomó sus cosas nuevamente y salimos, yendo a la sala donde tiró nuevamente lo que llevaba en brazos, sólo que ahora al sofá.
-Pensé que te cambiarías… -dije confundido.
-Nop, si me cambió ahora, sudaré y tendré que comer sudado. Me quedaré así y antes de comer me baño. –Dijo desganado. –Te he estado viendo en los ensayos, tu problema es en algunas coreos no más. Eso es porque vas fuera de tiempo en unos pocos pasos que te retrasan en las últimas partes. –Como era de esperarse de un amante del baile, todo un experto. Ni siquiera yo había notado mi descoordinación y todo se debía a mi distracción constante, debía arreglar eso en este último mes antes de la importante fecha.
-Oh… Ya veo. Trataré de corregirlo. –Reí y rasque mi nuca para disimular mis pensamientos de forma rápida.
-Por ejemplo… -Se dirigió al centro de la amplia sala y comenzó a bailar, pude distinguir que eran los pasos de “Evil”. –En esa parte tensas mucho los brazos y hombros, si suavizaras un poco tus movimientos serían más precisos por lo tanto mantendrías el tempo sin problema.
-Trataré de hacerlo…
-Trataré, trataré, no trates sólo hazlo. –Silencio, incómodo y largo silencio. -¿Qué no vas a mostrarme que tal lo haces?
-Oh… Sí.
Comencé a mostrarle mi versión de los pasos que había hecho él anteriormente, al estar frente a frente podía ver sus gesto, gestos nada amables si puedo decir.
-¿Tal mal estoy?
-Desastroso es la palabra que yo usaría, ¿Qué hay con tu postura tiesa? –Se acercó a mí pasando a mis espaldas comenzando a apretar los músculos de esa zona, duele mucho. –Wow, estás tenso y muy contracturado es más, creo que ahora entiendo porque no puedes bailar… -Pasó su mano por mi nuca dándome un escalofrío a sentir el contacto de sus dedos contra mi piel. Me alejé del contacto dando unos pasos adelante. –Perdón, ¿Te lastime?
-No, pero no hagas eso por favor. –Use un tono de voz incomodo, espero no lo note. –No es nada, no he dormido bien últimamente así que descanso donde pueda y en las posiciones que pueda… Es por el estrés nada más.
-Eso no está bien hyung, si quieres puedo darte un masaje para liberar los nudos en tu espal-
-NO. –La idea de tener a Kibum tocando con sus tersas manos mi espalda al descubierto era tentadora, pero no para un masaje precisamente… -Quiero decir, no…
Silencio otra vez, uno breve ya que se fue de la habitación dejándome solo sin siquiera dejarme inventar alguna excusa. Está enojado eso es seguro.
Los minutos pasaron, me senté en el sofá de la sala dándole la espalda al pasillo por donde se había ido antes.
“¿Acaso soy idiota? Posiblemente está era la única posibilidad de acercarme a él como antes, sobre todo que ÉL se intentara acercar a mi primero. ¡Ah que idiota soy!”
-Ten. –Frente a mis ojos apareció de la nada una lata de refresco sacándome de mis pensamientos. –No digas nada, solo tómalo. –Hice lo que me dijo. Lo abrí comenzando a beberlo, se sentó a mi lado pero con su vista al lado contrario de la mía.
Más silencio, el no tener de que hablar se vuelve una molestia.
-Hyung, ¿Hice algo para molestarte?
-¿Eh?
-Seré directo, me evades todo el tiempo y no recuerdo haber hecho algo para que sea así pero siempre te alejas, cuando estamos a solas te quedas callado. No sé si es solo conmigo o es que tienes un problema en general pero… Contéstame, ¿Estás evadiéndome siquiera? Por qué así lo siento yo… -Su tono de voz apagado me hizo entender que estaba siendo serio, nunca pensé que llegara a pensar que estoy enojado con él.
-¿Qué? ¡No! ¡No, no es eso! –Se giró viéndome a los ojos.
-No mientas, sé que hay algo…
-Te juro que no, es que… Estoy estresado, mucho y la frustración de que no me salen las coreografías me estresan también. Me alejo de para no desquitarme con ustedes. –Mentí pero no puedo decirle la verdad.
–Ya veo… Entiendo que estés nervioso por el concierto, yo también lo estoy pero no por eso deberías actuar así o descuidar tu salud. Haciéndolo solo consigues preocuparnos.
-Lo sé, realmente lo lamento pero tampoco quería molestarlos con pequeñeces. Me desvelo un poco por pensar tonterías y mi insomnio no ayuda en nada.
-Hmm, debiste de confiar en nosotros, nos conocemos de hace muchos años como para saber que estamos para ti sin importar que tan pequeño sea.
-Perdón.
-No te disculpes, solo hazlo a la próxima. –Se levantó del sofá arrebatándome la lata vacía de las manos y se fue nuevamente por el pasillo que daba a la cocina.
Me hundí más en el cojín cubriéndome la cara con ambas manos frotándola en pequeños círculos. -Agh; Ahora me siento mal por él, no debo preocuparlo. Tengo que disimular más, no debe enterarse de esto pero tampoco es que lo haga apropósito… -Comenté bajo para mí mismo… Eso creí.
-¿Qué debes disimular sin preocupar hyung?
Me paralicé en mi lugar.
“Esto no puede estarme pasando”
Removí las manos de mi cara muy lentamente, está de pie justo a un lado mío.
-¿D-De que hablas Taemin-ah?