-PrincexPrince-
Su nombre era Zero solamente eso no importaba mucho conocer su apellido o eso era lo que ese chico rebelde poseedor de una voz tan angelical al cantar creía, toda su vida siempre vivió en aquel barrio pobre donde las personas se cuidaban entre sí, aunque a veces todos iban contra todos para conseguir algo tan simple como un pan.
Se encontraba caminando por aquellas calles lo único que le importaba era robarle a alguna persona daría todo para llevarle dinero a esa señora que tenía cuatro hijos después de todo ella prácticamente le había criado veía las personas caminar a su alrededor odiaba esa sensación cuando su cuerpo chocaba con otro realmente daba asco.
-Me pregunto quién será mi primera víctima.- Se dijo al mismo parándose en mitad de aquel lugar poniendo atención de las personas él se caracterizaba por ser alguien listo o eso le decían muchas veces.- Maldito Kaito me hace venir a mí solo porque ya lo han descubierto muchas veces a ver….¿a quién podría?...- Su mirada fue directamente a un grupo de chico pudo notar aquel uniforme de color blanco con esa insignia “Academia Cross” personas ricas fue lo que se atravesó por su cabeza enseguida.
Se disponía a hacer caer en su red de mentiras a esos chicos cuando vio a uno en especial: cabellos castaños, piel perfecta y además ojos vinotinos ese chico era nada más que Kuran Kaname aquel chico promesa de la música cuya voz era demasiado profunda según los rumores los que le habían escuchado cantar en vivo quedaban completamente enamorados de él. Sus recuerdos enseguida cruzaron por su mente siempre hace dos años pudo ver a ese chico cantar Kaito lo había llevado por su cumple años en ese momento su corazón cayo rendido a aquel joven de tan buenos modales.
-“No, no puedo hacer esto si él está cerca”.- Pensó de inmediato para darse la vuelta lo que nunca imagino es que aquello causaría un gran alboroto como si de un hechizo se tratase como si el destino estuviera escrito en una hoja de papel justo en ese momento al alzar su mirada se encontró con el mismo color que sus ojos poseían.- Amatista.- Murmuro un tanto confundido ¿había chocado con uno de esos señores que cargaban espejos o qué?. Se trató de organizar esperando que el “espejo” hiciera lo mismo pero no fue así aquello no siguió sus movimientos….¿Un fantasma?.
-¿¡Quién te crees para chocar conmigo!? Escoria. - Zero solo empezó a creer que ese espejo sabio insultar muy bien, pero, aun así él hubiera soltado algo mucho más inteligente que esas palabras sin fundamente.- Pero que mierda…….- Al parecer el espejo se daba cuenta que el no le prestaba atención.
-OI, Zero.- Pudo escuchar delante de él y decidiendo ignorar aquel extraño momento solo se dispuso a caminar tal vez solo fue mi imaginación pensó aquel rebelde chico empezando a caminar hacia la dirección de uno de sus amigos.
-Esperame.- Dijo algo cansado mientras que su espejo solo veía como ese chico se iba con otro.
-………
-ichiru, me alegra que nos acompañaras. - Se volteo mirando a ese joven de cabellos rubios y ojos esmeraldas le sonreía típico de el aun así hace unos momentos había estado frente a frente a un chico idéntico a el.- ¿Ocurre algo? Te ves más pálido.
-Takuma…….creo.- No pudo seguir hablando porque vio a Kaname realmente le gustaba ese castaño como nadie en el mundo aunque bueno si el había jugado con muchas personas en la academia aun así su corazón era solo de el.- No ocurre nada mejor vámonos los demás nos están esperando.
El primer error de aquellos chicos completamente iguales fue ignorar ese encuentro tal vez si se hubieran detenido a pensar su relación como hermanos hubiera sido buena y hasta hubieran evitado muchas de las peleas que tendrían.
Mientras tanto en aquella gran mansión que tenía en su entrada con el apellido “Kiryuu” se encontraba aquella pareja de esposos habían pasado diecisiete años desde el momento en que les habían robado una de sus pequeñas llamas de felicidad.
-“¡No! Por favor no se lleven a mi bebé hay muchas hoyas…..¡¡¡No se lleven a mi Zero!!!.”
La mujer de elegante vestido rojo y cabellera rubia solo miraba aquella fotografía la única que tenia de su hijo mayor cuando nació habían pasado tantos años desde entonces pero aún le dolía como si hubiera sido el mismo día. Pudo escuchar el suspiro de su acompañante su amado esposo que solo trataba de hacerla siempre feliz aun así hasta recuperar a su pequeño retoño ella no volvería a sonreír.
-Mitsuki, aún tenemos a Ichiru.- Se lo repetía mucho desde hace muchos años atrás.- Sabes que hay pocas posibilidades de que el este bien ya ha pasado mucho tiempo debes dejarlo ir.
-Odio cuando te pones así.- Respondió la hermosa mujer dejando aquella foto en la mesa de noche con cuidado.- Sabes todas las noches desde ese día he tenido la misma pesadilla donde mi pequeño Zero me dice “te necesito” pero tu solo te conformas con saber que Ichiru está bien.- El hombre quiso arreglar su error pero unos toques en aquella puerta los hizo mirar a esta de inmediato.
-Señores, el investigador les dejo un recado.- La mujer se sorprendió hace un año que el investigador parecía haber dejado el caso de su hijo perdido ¿entonces cómo?.- Dijo lo siguiente “Encontré a un chico que cabe en la descripción que hicimos de como sería el joven Zero”.- Aquellas palabras hicieron que el hombre de cabellera plateada se levantara enseguida mirando a su esposa.
-Zero……..- Pronuncio con su armoniosa voz mientras que seguía mirando a su amada.- Al parecer nuestro hijo perdido por fin apareció….- No pudo evitar sonreír.
-Volverá a su verdadero hogar.- Las lágrimas de la mujer sorprendieron al sirvienta que solo decidió irse al ver como los señores de la casa se abrazaron con felicidad.
Un hijo robado que pronto regresara a su hogar, una promesa que fue rota desde el primer momento del nacimiento y un chico que está dispuesto a que aquel castaño lo note todo apenas comienza en esta historia.
-Hey, espera ¿tú eres Zero?.- El chico de cabellos plateados que en ese momento solo comía un pedazo de pan se volteo al oír su nombre pudo ver aquella persona un hombre de gafas y cabellos largos.- Te tengo una propuesta.- Aquella sonrisa le daba mala espina al cazador.- Mi nombre es Cross…..
Continuara…..