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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

hola!!!

aquí vengo con el penúltimo cap! si  como lo leíste bien! el otro sera el ultimo.

de verdad agradezco a todos por seguir la historia hasta aquí, me alegra saber que tuve fieles lectores hasta el fin y sin ustedes yo no estaría por finalizar este proyecto, les quiero mucho y creo que lo saben.

JDO fue un trabajo innovador para mi y fue difícil en un nuevo sentido, me gusto mucho poder trabajar una temática como el omegaverse-este fue mi primer fic de este modo- así que fue todo muy nuevo y me alegra saber que no falle.

aqui el cap.

El tiempo era cruel para muchos, otros, en cambio, disfrutaban sin problemas, mientras que el resto no tenían motivos para vivir.

 

 

Levka se arrodilló en el frío suelo y limpió con sus manos la lápida frente suyo, quitando la nieve que se acumulaba en la piedra grabada de su padre.

 

 

Descansa en paz, querido padre y esposo.

 

 

Su pecho se oprimió un poco mirando como Zarya acompañaba a Mika en su camino hasta él, hasta donde su padre descansaba. Habían pasado muchos años ya, 5 años desde que todo sucedió, ahora él tenía 22, era todo un hombre y procuraba seguir los pasos de Kakashi.

 

 

Sin importar nada, él nunca iba a defraudar a su padre.

 

 

Zarya se arrodilló a su lado y miró fijamente la lápida.

 

—No estaría arrodillada si no se tratara de él… —dijo entre dientes.

 

 

—Guarda respeto —dijo Levka fuerte y Zarya le gruñó, era difícil tener tantos Alfas en la familia, todos eran muy territoriales, más aún cuando habían sido criados para ser quienes eran.

Su pequeño hermano Mika miraba con tristeza la tumba, mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas, por lo que Levka tuvo que apartar la mirada.

 

 

Se sentía profundamente arrepentido desde aquel día en que todo pasó. Todo por su descuido, si no hubiera sido tan débil…

 

 

Quitó la mirada completamente cuando escuchó a Mika sollozar, sabía bien que tendría que enseñarle que un Alfa no podía dejar ver sus emociones, por lo menos no cuando estaba dentro de la Bratvá.

 

 

—Aquí…

 

 

Levka levantó la mirada topándose con la figura de su padre, su cabello plateado se veía tan descuidado como su barba, sus ojos bicolor estaban muy apagados, y él más que nadie sabía cuánto le había costado a su padre superar la muerte de su papá.

 

Tomó las flores que Kakashi le ofrecía para luego ponerlas en la tumba.

 

 

—G-gracias —murmuro Mika.

 

 

Kakashi asintió y jaló suavemente a Mika para que se levantara, el chico entendió y siguió sus pasos.

 

 

Era el quinto aniversario de la muerte de Iruka, y, sin él, la vida había sido muy difícil. El lazo que, una vez hubo entre ellos, estuvo a punto de matarlo, y por ello su Alfa resultó gravemente herido, tanto, que durante todo ese largo tiempo no había podido sentir a su lobo, incluso llegó a pensar que iba a morir. Ahora sabía porque el hecho de romper un lazo mataba a Omegas.

 

 

Después de una pequeña caminata, llegaron a una tumba y Mika cayó arrodillado rápidamente, limpiando la superficie con un poco de desespero, por lo que Kakashi se mordió los labios y apretó los puños.

 

 

Todo había pasado tan rápido, que incluso, a veces pensaba que era él quién debía estar ahí…

 

 

De un momento a otro, el chiquillo rompió a llorar fuertemente y Kakashi se sentó a su lado, atrayéndolo y dejando que Mika se aferrara a él con fuerza, mientras mojaba su camisa, luego le hizo una seña a Shikamaru y este lo entendió de inmediato, ordenando a sus hombres que se alejasen lo suficiente para darles privacidad.

 

 

Hace 5 años, cuando estaban por destruir a Akatsuki, las cosas se habían descontrolado. Si él no se hubiera descuidado en el momento en que vio a su hijo a punto de caer, nada de eso habría sucedido y Mihail no estaría muerto…

 

 

—¡Papá, no! — escuchó a Levka gritar.

 

 

Volteó rápidamente la mirada y observó que un Alfa estaba apuntándole. Supo de inmediato que moriría, sin embargo, en ese momento todo pasó muy rápido, el peludo cuerpo de Mihail —en su forma de lobo—, se interpuso entre él y las balas, recibiéndolas en su lugar para que luego ambos cayeran al suelo, lugar en donde la sangre comenzó a brotar sin control del cuerpo de Mihail, él se levantó con dificultad y Shikamaru llegó de inmediato a ayudarles.

 

Después de eso, Mihail no apartó su mirada de Kakashi mientras este presionaba sus heridas.

 

 

—Espera —bramó Kakashi con desesperación—. ¡No! ¡No! ¡¡Espera!!

 

 

No podía verlo morir, no así…

 

 

Iruka, Mikaela… ¡Él no podía dejarlos!        

 

 

Su corazón latió rápidamente, sin embargo, en los ojos claros de Mihail ya había un contundente mensaje que Kakashi supo leer a la perfección. Puso su cabeza contra la de Mihail y ambos cerraron los ojos en un calmado silencio que fue roto por la voz del peliblanco.

 

 

—Lo prometo —dijo finalmente Kakashi.

 

 

Luego de eso, él mismo había matado a los hijos de puta, quedándose sin fuerzas y con un gran rencor en su pecho, después de todo uno de los lobos de su manada había muerto.

 

 

Se transformó y aulló, informando la noticia, y de inmediato recibió la respuesta, dejándose escuchar los aullidos de la Bratvá a través del viento.

 

 

Kakashi cargó con Mihail todo el camino de regreso, se le daría un entierro digno, él había arriesgado su vida —otorgándola al fin de cuentas—, no sólo salvando a su hijo, sino a él también.

 

 

Lamentablemente, ese sólo fue el comienzo del infierno.

 

 

Cuando llegó a la Bratvá y comenzó a bajar el cuerpo de Mihail, Iruka se abrió espacio entre todos, histérico, y, al ver a Mihail inerte, rompió a llorar fuertemente cayendo al piso en el proceso.

 

 

—Ayúdalo —demandó Kakashi, después de todo, debido al lazo, lo que sentía Iruka lo sentía él también.

 

 

Sin demora, Shikamaru corrió hacia Iruka, tratando de darle soporte.

 

 

—No, no, no, no… —sollozaba sin poder detenerse, así que Kakashi dejó el cuerpo, acercándose al Omega, que apenas podía respirar.

 

 

El peliblanco lo sabía, sabía que la muerte de su alma gemela sería muy difícil…

 

 

Después de ello, Iruka entró en depresión, ni siquiera pudo asistir al entierro de Mihail sin que Kakashi lo marcara con sus feromonas, por su parte, Mikaela entendió todo lo que pasó y sufrió por ello, después de todo, Mihail había estado en su vida siempre, y lo había cuidado como su cachorro sin aparentar de ninguna manera, razón por la cual Kakashi le concedió, en su momento, el permiso de que le dijera que era su padre verdadero.

 

 

Con el tiempo, él intentó que Iruka reaccionara, después de todo, la actitud de su Omega había mejorado mucho, dejó de ser un Omega insensible y aprendió a ser mejor esposo y madre, y, aunque quizás fue algo tarde para Levka y Zarya, para Mika había sido alguien mejor. Ahora su pequeño lo necesitaba, pero Iruka apenas y se levantaba para comer.

 

 

Unos meses después, Kakashi vio a su Omega morir entre sus brazos.

 

 

Un día de tantos, Iruka se cortó las muñecas, y, para cuando Kakashi lo encontró, estaba mortalmente pálido y su sangre era abundante en el piso. Entonces, el Alfa lo alzó y lo acurrucó contra su pecho, mientras que Iruka apenas tuvo fuerzas para abrir los ojos y darle una pequeña sonrisa.

 

 

No pudieron decirse palabras, no en el estado en el que estaba el Omega, sin embargo, al fin, después de tanto tiempo, Kakashi sintió paz y amor en el lazo, supo que Iruka estaba agradeciéndole, por lo que el peliplata se mordió la lengua.

 

 

—Cambia —demandó, ya que, si cambiaba a su lobo, Iruka tendría la posibilidad de sanar, al menos tendría una leve posibilidad de salvarse, pero el Omega negó suavemente, siendo terco hasta el final…

 

 

Así fue como, una vez más, se vio obligado a organizar un nuevo entierro y ser fuerte para Mika, que había perdido a sus dos padres en tan poco tiempo.

 

 

Por su parte, Levka se encerró en su mundo, sintiéndose —de alguna manera—, culpable por todo lo que había pasado. En cambio, Zarya fue más fuerte en ese aspecto, para ella, Iruka nunca sería su papá, por lo que su muerte no fue difícil de superar.

 

 

Levka, simplemente tenía un corazón noble, algo que Kakashi siempre le inculcó.”

 

 

Ahora estaban ahí, visitando la tumba de ambos tal como lo hacían cada año en su aniversario, se merecían eso y mucho más. Nunca serían olvidados.

 

 

Poco después, Mikaela dejó de llorar enrollado a su cuerpo mientras Kakashi acariciaba suavemente la larga cabellera, él sabía bien que Mikaela amaba a Mihail y que nunca podría llenar el espacio que el Alfa había dejado, sin embargo, él sólo esperaba darle un poco de apoyo.

 

 

Cuando sintió a sus hijos mayores a sus espaldas, los dejó con el pequeño y fue su turno de ir a la tumba de Iruka, arrodillándose mientras guardaba respeto.

 

 

Al final de cuentas, le había fallado al viejo Ikkaku, no fue capaz de cuidar totalmente a Iruka, y la culpa lo carcomía de a poco.

 

A veces sentía que ya nada podía afectarle, que había dejado de sentir, pero ser el jefe de la Bratvá era lo que le mantenía aun en pie.

 

 

*

*

*

 

 

Sasuke estaba completamente estirado en su terraza viendo el mar y oliendo la rica comida que Naruto preparaba, sin embargo, mantenía paradas sus orejas, pendiente de todo, de pronto, sintió una bola peluda blanca poniéndose a su lado y mordisqueando sus orejas, así que bufó ligeramente y abrió su hocico para capturar la tierna cabecita de su cachorro, este chilló un poco y luego clavó sus garritas, dulcemente, en la piel de Sasuke, haciendo que este lo soltara y comenzara a lamentarse, entonces, su cría se lanzó contra él lamiéndolo en la “zona lastimada”, al verlo, Sasuke sonrió para sus adentros, sabiendo que su cría sería una hermosa persona. Se restregó suavemente contra él y lamió la cabeza de su cachorro, por su parte, este ronroneó pegándose contra él.

 

 

La vida le había dado una hermosa familia.

 

 

Con movimientos elegantes, pudo notar a sus gemelas corriendo de un lado a otro, queriendo atrapar al lindo zorrito que jugaba con ellas, luego miró al otro lado de la casa, ahí donde Naruto estaba cocinando con la ayuda de su amigo pelirrojo, Gaara, y con cierto recelo miró como Sai se paseaba de un lado a otro cerca de su esposo. Bufó con molestia y apartó la mirada cuando Sai lo miró divertido.

 

 

Era la segunda vez que la lagartija de Sai se dejaba ver ante su presencia, y, aunque no quisiera, tenía que hacer ojos ciegos y oídos sordos cuando la pareja aparecía, ya que, siendo Sasuke un policía, sabía bien de quién se trataba Gaara y por supuesto que también sabía quién era Sai, pero… el lazo que había entre ellos y su Omega, no podía ser roto, por lo que procuraba manejar todo con cuidado.

 

Además, aunque tampoco quisiera admitirlo, Sai había sido su amigo, compañero de trabajo y había salvado su vida, claro que eso no quitaba que fuera un pesado, aun recordaba la primera vez que le vio después de mucho tiempo de lo ocurrido.

 

 

“–Vaya, vaya, ¿quién diría que volvería a verte, lindo Omega?..

 

.

Sai se acercó a Naruto y este se sonrojó al ser apreciado por otro Alfa que no fuera Sasuke, en cambio, Sai sólo lo miró de cerca logrando que el Omega desviara la mirada en busca de Gaara o Sasuke…

 

 

—¿Por qué no contestas, Omega? —dijo en susurro cerca de su oído y Naruto se estremeció.

 

 

En ese momento, Sai vio venir a Sasuke a toda prisa y sonrió con burla, alejándose rápidamente del tierno Omega y levantando las manos al aire, entonces Sasuke frunció el ceño abrazando a Naruto contra él, gruñendo y marcando territorio, por lo que Sai sonrió.

 

 

—Es bueno volver a verte a ti también, gato estúpido…

 

 

—Sai…”

 

 

Y ahora estaban ahí, todos reunidos. Gaara había traído a sus hijos, así que Ringo andaba jugueteando en su forma de zorro con las gemelas y Tadashi estaba ayudando a Manato a cocinar con sus madres mientras que, el pequeño que colgaba del cuello de Gaara, estaba muy pendiente de Naruto.

 

Cuando escuchó a su Omega llamarlo para comer, cambió de inmediato —tendiendo cuidado de no despertar a su cría que se había quedado dormido contra él—, se puso un short que estaba cerca para no andar desnudo y cargó a su cachorro.

 

—¡Kaoru, Kaori escuchen a su madre! —dijo Sasuke parando a las gemelas, quienes tenían 4 años, mientras que el pequeño que llevaba en sus brazos tenía tan sólo uno.

 

 

Por supuesto que, estaba claro que Sasuke no perdía el tiempo.

 

 

—¿Tatsuma se quedó dormido? —preguntó su risueño Omega, Sasuke asintió y dejó que Naruto lo cargara, al verlo Manato corrió hacia él y Sasuke lo levantó, sentándolo en la mesa.

 

 

Cuando miró a todos los niños reunidos en el comedor junto con sus amigos de verdad, agradeció a la vida por ser tan buena y proveer de muchas cosas a su familia.

 

 

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Naruto miró con diversión como Kaori y Kaoru tenían una extraña fijación por el hermoso hijo de Gaara, pero había que admitir que Ringo era hermoso, y no era de extrañar que sus niñas se sintieran ¿atraídas? Por él, sin embargo, eso sólo hacía que temiera que sus dulces niñas fueran Alfas y que se pelearan por él…

 

 

Un rato después, los Despidió desde la puerta y cerró cuando los vio desaparecer. Estaba feliz de que Gaara quisiera continuar su amistad, y, aunque eran pocas las veces que se miraban, valían la pena.

 

 

Segundos después de cerrar, vio a las gemelas corriendo hacia la sala para mirar su programa favorito, por lo que él regresó a la cocina para limpiar, pues ya había dejado a Tatsuma dormido en el pequeño nido donde le daba de amamantar y Manato estaba tomando un baño con supervisión de Sasuke.

 

 

Estaba un tanto cansado, pero al final de cuentas también estaba feliz.

 

 

De pronto, fue estampado contra la pared provocando que soltara un jadeo mientras veía a Sasuke mirarlo con depravación, entonces lo sintió restregarse contra él y supo que estaba marcándolo con su aroma, por lo que sonrió dejándose hacer y exponiendo su cuello, haciendo que Sasuke presionara sus pelvis y gimiera.

 

 

—Hueles a él… Maldición, mataré a Sai.

 

 

—¿Ah sí? —dijo un poco atontado, tratando de olerse a sí mismo.

 

 

—Lo hace para joderme.

 

 

—Y lo ha logrado, Alfa —dijo juguetón y Sasuke agarró su cuello atrayéndolo casi con violencia contra su boca.

 

 

Naruto jaloneó el largo cabello de su Alfa, atrayéndolo hacia él e inmediatamente, las posesivas manos de Sasuke pararon en sus caderas mientras su lengua se adentraba en su boca, dominando el beso.

 

 

Poco a poco el ósculo se fue calmado, terminando en un dulce roce. Sasuke se alejó un poco para besar la marca de su lazo, sintiendo la emoción de su Omega y el cómo su corazón latía muy rápido, sintiéndose orgulloso de hacerle sentir eso, a pesar de que ya tenían mucho tiempo juntos.

 

 

—Te amo —murmuró.

 

 

—Yo más… —dijo Naruto.

Notas finales:

Espero les gustara y que aclarar algunas dudas.

imagenes del capitulo-dar clik para ver.

sasuke y cachorro

sasuke y naruto

 

Igual si tienen alguna pregunta, por favor hacerla.

Así veo yo a sasuke en el momento cuando sai llega, un alfa muy territorial!

 celos- dar clik para ver.

Nos vemos.


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