Sasuke retuvo un gran gruñido al ver a su rubio tan excitado, esa inocencia, que no dejaba ver su libido completamente, lo estaba volviendo loco, apenas lo había tocado y ya estaba tan húmedo. Su lindo Omega, necesitaba más de él.
Naruto miró a Sasuke entre suspiros, después de haberse besado tanto sus labios dolían, las mordidas nada sutiles que Sasuke le daba los habían dejado rojos, y, de una u otra manera, habían acabado en el suelo, donde Sasuke lo tenía firmemente retenido entre el piso y su cuerpo duro y caliente.
Solamente llevaba puestos los pantalones, su piel había sido dulcemente torturada por la boca de Sasuke y sabía que tendría bellas marcas amoratadas después de esa noche, ahora sabia porque Dan tenía marcas parecidas.
Se estremeció completamente cuando Sasuke olisqueó su cuello, provocando que lo presionara más contra sí mismo, topando sus torsos y sintiendo la piel caliente del contrario, a través de la cual podía sentir el ronroneo que Sasuke producía. Cerró los ojos y levantó un poco las caderas para hacer fricción consiguiendo que Sasuke lo apretujara más, haciendo presión entre las pelvis, por lo que comenzó a gemir.
—Hueles tan bien amor —dijo en su oído respirando pesadamente.
—Tú… tú, igual —dijo a medias olisqueando a su Alfa.
Sasuke desabrochó los bonitos pantalones que Naruto traía puestos, evitando romperlos, y metió su mano para agarrar ese lindo pene que se sentía duro contra su palma, acariciándolo suavemente. Sabía que a los Omegas les gustaba suave, conocía bien los puntos correctos donde tocar, él era un buen amante —había tenido parejas antes—, y aunque a veces no se sentía suficiente para su dulce Naruto —ya que él había sido virgen hasta que se entregó a el—, sabía ser un buen jugador en la cama, y, sin prisa, ni efectos del celo, quería hacerlo suspirar y llegar tantas veces como fuera posible, no solo con la penetración… a veces eso no era necesario.
Naruto gimió largamente cuando él apretó un poco y comenzó a mover la mano con lentitud, Sasuke sonrió cruel contra los rosados pezones erectos, su rubio estaba tan húmedo en ambas partes.
Sus labios picaron por besar esos bonitos botoncitos, no se contuvo y pasó su húmeda lengua por esa zona. Su mano no paró el suave movimiento, dejando a Naruto ansioso, luego se quitó de encima y se recostó a su lado, mordisqueando y disfrutando de su pezón.
—Ayúdame —murmuró el azabache, quitando con una mano su pequeño bóxer, a lo que Naruto le ayudó con manos temblorosas, entonces Sasuke pasó sus manos lentamente por las piernas estiradas de su novio y cuando llegó a sus muslos hizo que los separara de un solo movimiento, con cuidado apresó sus tiernos muslos y Naruto gimoteó pegándose a él, Sasuke resopló contra su cuello mientras sentía su piel transpirar y los espasmos que su pequeño cuerpo tenía con cada caricia.
—Que buen chico eres —su voz sonó ronca, haciendo que Naruto lo mirara deseoso.
Cuando Sasuke tocó su humedad, Naruto arqueó la espalda y el Alfa aprovechó para besar suavemente su hombro y su mejilla, luego metió suavemente un dedo y lo escuchó respirar entrecortado. Buscó de inmediato su punto dulce para poder acariciarlo y hacerlo llegar tan solo con sus dedos.
Encontró la pequeña protuberancia que se sentía tersa y apretó un poco, automáticamente Naruto abrió más las piernas y Sasuke aprovechó para besarlo lentamente, metiendo su lengua con sensualidad en la boca contraria, jugando con la inexperta de su rubio, mientras seguía acariciando esa zona tan sensible.
El gemido que compartió con Sasuke entre sus bocas fue por el segundo dedo que ingresó y que se movía fácilmente en su interior al estar tan húmedo, su pequeño pene estaba listo para venirse, lo sentía palpitar y Sasuke no estaba haciendo nada más que continuar tocando su próstata.
Con el poco aire que le quedaba se zafó del beso y respiró entrecortadamente mientras cerraba los ojos y gemía ya sin aire al sentir más fuerte las caricias en su tierno botoncito, así que sin poder contenerse arañó la madera del suelo.
—Acaba —dijo tan ronco, ocupando, ligeramente y sin intención, su voz de mando y Naruto se contrajo sintiendo una fuerte corriente eléctrica atravesarlo. Su orgasmo llegó arrasador, dejándolo sin fuerza contra el suelo y sollozando suavemente—. Que buen Omega tengo.
—Ummhh, sí —sollozó más al aun sentir como Sasuke no le daba tregua, logrando que su pene pronto volviera a la vida—. P-para…
—¿Por qué? —Sasuke volvió a abrir sus piernas y se puso entre ellas aun sin sacar sus dedos.
—Mi cuerpo cosquillea.
Sasuke sonrió y besó el miembro erecto saboreándolo gustoso, luego gimió con el pene en su boca y Naruto volvió a contraerse.
Chupó con algo de fuerza sintiendo la presión que Naruto hacía en su cabello, y gruñó con intensidad casi salvaje al sentir el pasional jalón en su cabeza, levantó su mirada y lo vi ahí, completamente sensible y con la mirada perdía por la pasión.
No paró, chupó y jugó con su lengua en la sensible punta y cuando volvió a tocar su punto dulce fue todo para que volviera acabar, le semilla de Naruto era tan dulce que Sasuke iba a ser adicto a eso por mucho tiempo.
Subió su boca a la cadera y mordió fuertemente, sacándole un sollozo a Naruto, luego se levantó como un animal y lo miró entre la oscuridad con los ojos peligrosamente salvajes y una dulce sonrisa.
Naruto incapaz de negarse a nada expuso su cuello y lo sintió moverse, sacando sus dedos, para luego escuchar la cremallera de Sasuke ser bajada y sentir la presión en su entrada sensible.
Lo sintió entrar y Naruto se encogió en su lugar.
—Ahhh —gimió libremente al sentirse lleno.
—Te sientes tan bien —dijo Sasuke ronco.
—Sí… —dijo a media voz—. ¡Sí!
Sasuke aumentó un poco sus embestidas notando lo hermoso que Naruto se veía en medio de la bruma del sexo, besó la mandíbula bajando poco a poco, y con su pene entrando en esa dulce cavidad que tan bien lo acogía, el chapoteo comenzó a escucharse.
—¡Sasuke!
Sasuke mantuvo el ritmo constante, sin ser brusco, sus movimientos de cadera pasaron a ser sensuales golpeteos y Naruto tuvo que admitirlo, era un arte lo que Sasuke hacía, parecía bailar un ritmo erótico contra su pelvis.
El Alfa agarró otra vez el sonrosado pene de su Omega para volver a darle cariño, luego se alzó y tomó con su mano libre el muslo de Naruto apretándolo y afirmándolo en su lugar, los empujes fueron un poco más fuertes, ya que planeaba llevarlo hasta el final de esa manera. Lo vio hacerse pequeño y temblar con los certeros golpes y la sobre estimulación, pero él no iba a parar hasta sentir la semilla caliente de su rubio, sólo quedaría satisfecho con eso.
—Ya no puedo más —gimoteó.
—Si puedes —sonrió sensualmente, mordiéndose los labios y presionando sin cuidado sus caderas.
El entrar y salir eran deliciosos, tanto que Naruto se contrajo y se arqueó expulsando su semen de nuevo, y, esta vez, le resultó difícil salir de la bruma del orgasmo.
Sasuke salió de él y revisó que todo estuviera bien, no había querido ser tan brusco con Naruto, sin embargo, este suspiró y lo miró con ojos lagrimosos.
—P-perdón.
—Tranquilo —ronroneó—, todo está bien —Naruto se acurrucó contra él y Sasuke le besó la frente—. Sólo déjame terminar, ¿sí?
El rubio se sonrojó al llevar la vista hacia abajo y notar que Sasuke se tocaba sin pena alguna, masturbándose mientras lo olía, Naruto corrió la vista, sabía que si seguía viéndolo volvería a ponerse duro, y, sinceramente, él ya no podía, nunca se había corrido tantas veces y su pequeño cuerpo estaba por colapsar, sin embargo, los gruñidos de Sasuke combinados al pequeño meneo que el Alfa hacía, lo mantenían tieso y avergonzado, Dios mío, acaban de tener sexo y él estaba avergonzado por ver a su pareja masturbarse.
Cuando el cuerpo de Sasuke se tensó y sintió la corrida de su Alfa en el vientre, gimió, nunca Sasuke lo había marcado por afuera, sabía que ahora iba a llevar el aroma de Sasuke por mucho tiempo.
—Te amo —dijo con el aliento entrecortado por su orgasmo.
—Yo también te amo —dijo suavemente, dejándose abrazar por su Alfa mientras cerraba los ojos.
*
*
*
—¿Ya estás un poco más calmado?
—Supongo —dijo el pelirrojo viendo a Temari.
Había entrado en una crisis masiva que tuvo que ser calmada con feromonas que, aunque no eran de su Alfa —Kakashi—, habían resultado, por lo que se terminó desmayado para luego despertar hasta la noche, debido a eso Sai había estado ocupándose de todo, motivo por el cual no estaba presente, pero, su fiel Temari había estado a su lado y ayudándole incluso a comer.
Ella le informó que Sai se estaba encargando de todo y que le había ordenado no salir del cuarto mientras él no volviera.
El clan Sabaku era un desorden y Gaara lo comprendía, y, aunque aún no lo hiciera, tenía que estar bien. Rasa había sido un “mal padre”, pero ciertamente estaba desolado, no había llorado, claro que no, había aprendido a controlar bien sus emociones.
Ahora, en la mañana siguiente, estaba ahí en el baño echando todo lo que había comido mientras Temari le acariciaba suavemente la espalda, dándole confort, así que cuando escuchó la puerta siendo abierta agarró como pudo un arma y se limpió la boca rápidamente, aunque estaba mareado, no le importó y apuntó, pero se calmó y bajó el arma al ver que era Sai.
—Por lo menos sé que puedes protegerte —dijo frío, y Gaara se sorprendió al no ver la faceta juguetona que le había conocido hace poco—, ahora siéntate, hablaremos.
El Omega lo miró desgastado y con ojeras.
—Espero que sepas quién fue el culpable.
—Fue Akatsuki —dijo mirándolo a los ojos—, y no hace falta que te diga cómo fue.
—¿Qué? ¡Lo dices así! ¿¡Simplemente como si nada!? —dijo alterado.
—Cálmate —dijo más fuerte—, podrías afectar a la cría.
Esta vez Gaara lo miró sin palabras, ¿Sai sabía que estaba embarazado? ¿Cómo se había enterado? ¿También lo había olido? Puso una mano en su vientre y enseñó sus dientes, amenazante, por si Sai quería hacerle algo.
—No pienso hacerte nada —dijo suspirando—. Cálmate de una vez.
—No estoy comprendiendo ninguna mierda —bramó.
—Sé que tienes un Alfa Gaara, te vi, ¿recuerdas? También puedo olerte. Quiero aclarar las cosas.
—Bien —dijo no muy convencido.
—Tengo una Omega —dijo sin más y Gaara lo miró sorprendido y un poco dolido, pensó que esta vez iba a ser diferente—, la he marcado años atrás, por eso no puedo marcarte a ti, nunca mataría a mi destinada. Tienes que comprender, así como yo comprendo que ese niño en tu vientre es de tu destinado.
—¿Me engañarás? ¿Tendré que soportar eso?
—No —dijo firme—, yo dejaré de ver a mi Omega en la forma íntima, no tendré relaciones con ella y seré un esposo fiel. Sé cuál es mi obligación y pido lo mismo, respeto requiere respeto, y como tal, pido fidelidad. No quiero que veas a Kakashi después del nacimiento de este cachorro —Gaara tragó con dificultad—. Mi Omega podrá venir a vernos al igual que Kakashi podrá venir por negocios, pero será una relación de amigos, ¿entiendes? No quiero que ningún desliz vuelva ocurrir. Como nuevo jefe necesito mantener mi reputación.
—¿Me dejarás verlo durante este tiempo? —dijo con la voz baja y Sai supo a lo que se refería.
—No soy estúpido, sé que un embarazo sin una mordida es peligroso de llevar, pero si el Alfa que te embarazo está cerca, es más soportable y puede llevarse a cabo con mayor facilidad. Quiero que sepas que esa cría no será repudiada por mí, lo trataré igual que a los hijos que me des, pero no será mi heredero, Kakashi nunca permitiría que un hijo suyo lleve el apellido de otro Alfa.
—Pero… la sociedad.
—La sociedad se puede ir a la mierda, esa cría será mía bajo los ojos de todos, menos de este clan, ¿comprendes?
—Sí…
—Me darás hijos y me ayudarás en este negocio tal como quería Rasa.
—¿Y tú no tienes hijos?
Gaara pudo arrepentirse por haber tocado ese tema, al ver como los ojos de Sai se clavaban como dagas hirientes en su persona.
—No, no los tengo y no los tendré si no es contigo.
Gaara se sintió incómodo, así que apartó la mirada y se levantó del sillón donde se había sentado, su cuerpo estaba tenso, tenía que pensar con la cabeza fría por Dios, tenía que ser fuerte de nuevo para poder lidiar con toda la mierda que venía por delante.
—Bien —dijo al fin—. ¿Ahora podemos concentrarnos en la venganza?
—La venganza nunca te ha traído cosas buenas, y Rasa no lo querría así.
—Explícate —dijo al comprender que Sai se guardaba algo.
—Rasa comenzó a recibir amenazas hace tiempo, supo que tu error le iba a salir caro. Él de verdad quería que fueras su sucesor, pero simplemente no quiso dejarte solo. Rasa sabía que iba a morir —Sai no se contuvo y lo miró con reproche—. Akatsuki tomó venganza porque tú mataste a su líder, así que pagaron con la misma moneda. No hay venganza que cobrar, las deudas fueron saldadas.
—…
—Tu padre murió tranquilamente y sin dar pelea, aceptando su destino. Sólo ten en cuenta que él te amo tanto que decidió dejarte bajo mi cargo y protección, así que tienes que saber algo Gaara —Sai se levantó y se puso enfrente, agarrando su quijada y haciendo que lo viera fijamente—, nunca, nunca le fallaría a tu padre. Por eso decidí casarme contigo, aunque mi felicidad se cortara. Rasa respeto durante mucho tiempo lo que tenías con Kakashi, pero no pudo recurrir a él ya que sabía que estaba casado y había marcado a alguien más, y, además no pudo soltarte, no podía dejar que te llevaran a Rusia cuando tú sabes manejar el negocio mejor que nadie. ¿Ahora comprendes?
Gaara asintió y sus ojos se llenaron de lágrimas, las crudas palabras de Sai le habían golpeado muy hondo y lo que por tanto tiempo se guardó salió a flote, resquebrajándose frente a Sai, aun cuando este no había soltado su cara y lo miraba atento.
—Rasa siempre te quiso y te protegió a su manera.
Pudo escuchar el suave cambio de la voz de Sai, y, cuando el Alfa le ofreció su hombro para que llorara, no se alejó, por el contrario, se dejó tocar el cabello en un suave consuelo que no estaba seguro de volver a ver.
—Fue mi culpa —dijo con la voz rota.
—Ahora solo te toca perdonar a los demás y perdonarte a ti mismo, por todos los errores, incluyendo los tuyos.
Sai se alejó de él y salió del cuarto sin decir más, Gaara se quedó ahí, sollozante, deslizándose contra la pared para luego abrazarse a sí mismo, sintiéndose más solo que nunca.