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No puedo dormir por SweetCupcake

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5. Pensando, fantaseando.

 

 

Pov. Lavi

Un mes y medio antes.

 

 

Está bien lo admitía. Fui yo quien en parte, puso un muro entre los dos, hablo sobre Allen. Lenalee llevaba bastante tiempo acusándome sobre ello a lo cual me negaba, no tenía pensado hacerlo publico este malestar que tenía por él… pero supongo que fui demasiado evidente desde un principio. Alma sabía de sobra que anteriormente había recibido con disgusta la noticia de que empezado el curso, se trasladaría un nuevo chico salido de la nada, tendría que convivir con la idea de poder traerme cuando quiera alguna chica al cuarto, pero bueno, esa ya era un tema a parte… el caso es que no podía a convencer a mi mejor amiga, Lenalee de que el verdadera problema era Moyashi, no yo ¿qué más podía hacer? Faltan cinco meses para mi graduación y el menor de mis problemas debía ser tener diferencias con mi reciente, caído del cielo, compañero de habitación.

Yo no elegía ser amistoso por que sí, simplemente mi forma de socializar se construía en base al trato de la otra persona, y si no era de mi agrado, mi mayor arma era la indiferencia y la distancia, así de simple, poniendo un ejemplo claro estaba Chaozi Han, ese tipo con una anatomía extraña en cual consistía estar petad al mismo tiempo gordo, ese pecoso… ¡me caía para la mierda! Y luego por otro lado estaba Yu, estar con Yu era igual a diversión, con él era imposible no reírse a carcajada o intentar tocar su sedoso pelo, y probar a hacerle diferentes peinado mientras meditaba, aunque a veces se enfadaba un poquito y me amenazaba a mi, a mi perro inexistente y a toda mi familia incluida con su Mugen pero... solo es porque Yu es muy cachondo y tenía un humor negro… eso creo.

 

 

 

 

 Temprano en la mañana Lena me había pedido mi ayuda para un examen del álgebra, ascendí encantado, nuestro código de estudiar juntos era muy estricto ya que intentábamos levantar lo menos posible las sospechas de su hermano. Después de clases busqué mis mejores apuntes y los reuní, hasta que me di cuenta que el libro que estaba leyendo no lo tenía, me pareció raro, comencé a buscar entre mis cosas y las del moyashi, en una de esas levanté su colchón y descubrí desgraciadamente por accidente su escondite secreto. Su pequeño santuario de comida. – Joder. – En esos momento el Moyashi estaba en una de sus clases extras – iba fatal en los estudios, por cierto – , de hecho, solo lo veía en el almuerzo a veces y por las noches, bajé el colchón blanco como un papel y creedme, si hubiera resultado ser otra situación gustoso me hubiera reído a carcajadas, grabado un video para futuros chantajes y tema de burla para los futuros meses pero... nada, absolutamente nada de eso se me veía apetecible, y hacerle bullying así sin más a Allen con nuestra parte tan comunicativa, no iba a resultar ni la mitad de gracioso, solo quería hacerlo enfadar de esa forma tan adorable que se ve con Kanda cuando le llama Moyashi... pero como dije anteriormente, el resultado era nulo.

Ahora bien, intenté olvidar a toda costa mi reciente descubrimiento y ponerme a pensar severamente dónde había dejado mi libro. –  Alma. –  Le llamé cuando me lo crucé en la fotocopiadora. –  ¿Sabes donde dejé me libro?

–  ¿Cuál? –  Se rascó la cabeza. –  ¿El que siempre lees? –  

– No ese no, El chico que perdió su corazón (1) – Se quedó pensado un buen rato para luego encogerse de hombros y suspiré. Luego me fijé en lo que estaba haciendo y le pregunté.

–  Oh, tengo que hacer un par de encuestas. –  Sacudió el papel sobre la mesa y me olí venir. A Alma le gustaba mucho socializar con todos, era demasiado bueno y en su clase solían aprovecharse de su entusiasmo y bondad.

–  Alma... –  Suspiré. –  ¿Otra vez? –  Solo infló los mofletes molesto, él ya había leído mis pensamientos.

–  ¡Esta bien! ¡Yo me ofrecí voluntario...! No es como si alguien me lo haya pedido expresamente...  No me creía nada de eso, pero en cambio, lo vi darme la espalda mientras comprobaba el número de páginas contándolo. –  Además, Allen me prometió que me ayudaría, no es a para tanto.

–  ¿Allen? –  Decir su nombre me provocó desconcierto, a lo tonto me había mal acostumbrado a llamarle de la otra forma - la más molesta - y  me pregunté cara pondría si un día de estos le dirijo la palabra con su nombre...

Aunque supongo que estará igual... Me rasqué la frente sintiéndome confuso. –  Últimamente sois como uña y carne. – A lo que Alma me sonrió maliciosamente.

–  ¿Celoso de que Allen se a mi nuevo mejor amigo?

–  ¿Celoso, yo? No... –  Me reí. –  Pero creo que a Yu no le está gustando ni un pelo verlo siempre juntos. –  Recordaba como la semana anterior lo encontramos tomando su soba como de costumbre, aprovechando la oportunidad en que raramente coincidíamos todo el grupo – porque Yu solía usar su tiempo libre en entrenar con Mugen – por lo que le invitamos – le obligamos– a sentarse con nosotros. Cuestión que Yu fulminó al moyashi con su mirada, una técnica en la cual era muy bueno y todo un experto pero que curiosamente resultaba ser inmune en Allen a diferencia de otros mortales –yo incluido – y luego hizo breve comentario acerca de que ver a Allen atragantarse con su comida le hacían querer vomitar. Fue muy divertido, como se lanzaban veneno mutuamente, como si fueran culebras, cada cual más ingenioso que el anterior... -y la verdad yo no entendía esa manía que tenía de concluir cada amenaza con un bonito rapado al cero y venta del cabello ajeno- Hasta que a Allen se le ocurrió doblar su cuchara repleta de puré como un tirachinas y asestar con tal precisión sobre el bonito flequillo de Yu para luego escurrirse lentamente por su cara. Una vez más parecía que Allen Walker se había ganado el silencio y todas las miradas del comedor, solo que lo siguiente que vi a continuación fue como Kanda clavaba uno de los cuchillos sobre la mesa y se subía solo para levantar la camisa del Moyashi mientras gritaba aun más blasfemias, hasta ese punto, no solo estaba seguro de que Allen iba a morir si no que algún desgraciado -como yo- caería también victima de aquella feroz batalla, la multitud que venía de todos lados no ayudaron mucho, animando a la pelea a puños limpios. Todo el mundo quería ver sangre, menos, Howard Link, el jefe de estudios quien casualmente pasaba por allí logro intervenir con éxito y llevarse a rastras a ambos. Él resto de la historia nunca lo supe. Yu era una tumba, mientras yo, ni corto ni perezoso, le dirigí la palabra exclusivamente a Allen para que me pasara la información, pero como presupuse, estaba con demasiado mal humor para siquiera notar que le estaba interrogando cansinamente, y me mandó de una forma muy sutil a la mierda.

El caso es que Alma estaba ahí, y se disculpó cientos de veces ante Allen por la actitud de Yu. Ahora mismo bajó los ojos con tristeza mientras suspiraba su nombre. –  ¿Has hablado con él?

– ¡Yo...! –  Me imaginaba que no. Como si fuera un escudo anti-Yu, puso los papeles a mitad de su rostro, todo sonrojado.

–  Tienes que hablar con él, Alma, no puedes seguir huyendo.

–  ¡Y tú! –  Me incriminó. –  ¿¡Por qué no hablas con Allen!? –  Si lo que intentaba era desviar el tema, lo hizo a base de bien, me quedé con paralizado con una media sonrisa en la cara.

–  ¿Qué? ¿Qué rayos tiene que ver el Moyashi en todo esto? ¿Y porqué tendría que hablar con él?

–  ¿¡Pregúntatelo tú mismo!? –  Volvió a gritar aun más sonrojado y salió corriendo. No entendía a Alma, a veces... actuaba como una chica – por muy raro que sonase–. Yu y Alma se conocen desde que ambos eran unos críos, cuando lo conocí, recuerdo perfectamente como Alma todo tímido se escondía detrás de él... y Yu lo sobre protegía de todo, hasta tal punto que muchos lo acusaban de gays a ambos... más las burlas de su timidez o incluso hacia su propio nombre de chica, Alma, generó que Yu se metiera en peleas volviéndose poco a poco más arisco con el mundo, con si no lo hubiera sido originalmente así. Era tan antisocial que solo escuchaba y le hacía caso a Alma. Obviamente Alma no quería nada de eso para Yu, un día se lo dijo terminando en una acalorada pelea verbal – y algún que otro golpe, ambos eran un poco brutos… no entiendo tanta violencia –, se echaron muchas cosas en cara y terminaron alejándose poco a poco hasta llegar a lo que son ahora. Alma prometió nunca más depender de Yu y me dijo que era capaz de hacerse de cualquier otro amigo, muchos y muy buenos, mejores amigos llevándolo con su inocencia y amabilidad a ser el blanco de gente aprovechada.

La verdad siento pena por Alma, y por Yu... lo veo tan solo como nunca, lo veo tan preocupado por Alma. No es que crea en los rumores de si son o no son gays resentidos, pero el vínculo y los sentimientos tan fuertes que hay el uno por el otro... son completamente envidiables, yo nunca he sido capaz de entenderme e involucrarme así con nadie, muchas veces me pregunté ¿cómo sería... poder estar con alguien y saber que puedes contar siempre con esa persona para lo que sea? La confianza, la fortaleza, el sentimiento de querer darlo todo...

Normalmente uno pensaría que algo así solo puede darse en el amor, que algo así, solo puede ocurrir entre un chico y una chica, yo mismo pensaba así. Pero conocerlos a ellos me hicieron reflexionar sobre muchas cosas, y el hecho de que esta sociedad haya logrado echarlo a perder me da un sentimiento total de impotencia, realmente, no me sobran las ganas de meterlos a los dos en un armario y que se arreglen como hombres, ya sea golpeándose hasta que no puedan más, hablando como personas civilizadas o... de otro forma más homosexual.

Y entonces llegó a Allen - ¿Por qué parece que siempre que hablo de él marco un antes y un después? - No digo que sea mal chico, no puede serlo, de hecho, se ve en su mirada que es tan honesto como Alma y Alma fue capaz de encontrar alguien nuevo en quien poder conversar y apoyarse nuevamente, ese alguien no era ni yo ni Lenalee... quienes somos lo más cercanos y fuimos capaces de conocer y verlo todo desde más de cerca, puede que sea por esa misma razón, puede que Alma siente que puede empezar desde cero con el Moyashi, quien desconoce de su historia, de lo que era antes para olvidarlo, despreocuparse de todo... Pero para los ojos de Yu ya es otra historia, Yu se siente usado, aunque no lo diga, se siente completamente dejado de lado y... solo, muy solo.

Comprendo la situación, puedo verlo, pero no puedo hacer nada... estoy algo cabreado porque, aunque a Alma le hace bien ese nuevo cambio nunca... será como su relación anterior con Yu, y yo si tengo que elegir por alguien me quedo del lado de Yu, creo que él realmente lo está sufriendo todo, en silencio, y me es difícil creer que Alma conociéndolo aun mejor que yo no sea capaz de ver el daño que le está provocando. Yo realmente no quiero culpar a nadie, no quiero...

Tampoco tengo el apoyo de Lenalee, ella se siente muy confundida al respecto y se siente culpable por no haber hecho nada, ella también era de las que afirmaban  "Lo bonita pareja que hacía ambos" y lo sé, sé que no lo decía mal intencionalmente - por muy perturbador que pueda ser ese mismo pensamiento - hacer cualquier movimiento o inclinarse por alguien la dejaría mal parada, sea lo que sea, porque siempre inconscientemente buscaría ese tipo de solución homosexual.

A estas alturas, ya nadie puede interrumpir, ellos mismo tienen que solucionar las cosas.

Eso, si no fuera porque Yu es incapaz de controlar su mal carácter y parecía atentar contra la vida del Moyashi en cualquier momento y cada oportunidad que veía, asegurándose y convenciéndose cada vez más que la causa de todos lo males era él.

Estoy sin palabras...

- I-Cant-Sleep-

 

La tarde se veía soleada, daban ganas de salir a dar una vuelta. Recibí  un wattsup de Lenalee aclamándome en la biblioteca, que estaba completamente vacía,  al parecer llevaba rato esperando y estaba a punto de llorar intentando resolver algunos problemas sola, acudí como héroe al rescate. – ¿Qué te tardó tanto?

– Me distraje. – Dije encogiéndome de hombros mientras preparaba los apuntes. Luego tras un silencio levante la vista y allí estaba ella poniendo cara rara. – ¿En que rayos estas pensando Lenalee? – Arqueé una ceja.

–  Jmmh… – Sonó a propósito pensativa. – ¿Qué tal te va con Allen? – Refregué la mano por mi rosto arrastrando la piel y parpados en un gesto cansino. Espero que y solo espero… que esta mujer no sea tan sádico – como su hermano– como para haber fingido tener problemas en lo estudios solo para cotillear, todo porque hacía más de un mes que no me asomaba por las habitaciones de las chicas, pero tras el último accidente apreciaba más mis huevos que otra cosa.

– Ya hemos tenido esta conversación, así que…

– No, no la hemos tenido. – Rio divertida, tenía razón. –  Tú distraído ¿Cuándo? Dormido quizás pero señor Bookman, tú distraído nunca.

– Sí Komui viera lo impertinente que es su adorada niña… – Cambio su rostro a uno sorprendido.

– No te atreverás.

– Pruébame. – Ella dio por zanjado el tema, no por que se lo tomara en serio, si no porque ambos estábamos jodiendo mutuamente, nos pusimos a estudiar. – Pensaba en Yu y Alma. – Solté repentinamente.

– ¿Crees que tengan solución?

– No lo sé. – Quisiera creer que sí. –  Por lo pronto, solo puedo apoyarlo desde lejos.

– No creo que nunca den el gran paso. – Ambos solíamos hablar mucho sobre esos temas de parejas, la confianza no escaseaba entre nosotros, ella siempre me hablaba de su relación con Back y yo de mis ligues de turno, también teníamos buen ojo para otras parejas del instituto y aunque nos divertíamos teorizando – e inventándonos el resto de historia que se acomodase a nuestras fantasías–  nuestra regla número uno era la de no intervenir, con anterioridad y por experiencia, sabía que involucrarnos a juntar una pareja siempre podía terminar saliendo tan bien como mal, y desde nuestra perspectiva honesta, preferíamos ganarnos el corazón de la persona indicada por nuestros propios medios. Ella lo había logrado, casi seis meses de noviazgo con Back Chan y no la tenía nada fácil, asegurar su integridad física incluía que la sola mención de su nombre fuera tabú. Por así decirlo, Back y Lenalee eran como los modernos Romeo y Julieta… solo que aquí nadie moría, y si se pregunten por qué tanto secretismo solo mencionaré “Komui” y me alejaré lentamente…

Mientras yo… bueno, yo prefería estar solo, así que si de alguna forma intuía de alguna chica que le gustara, prefería ignorarla hasta no estar seguro de que ella solo estaría ahí de pasada, honestamente, no me veía como novio de nadie, las relaciones suelen ser problemáticas – véase Lenalee y Back, teniendo que verse en secreto–

Volviendo al tema de Yu y Alma, cuando Lenalee hablaba del gran paso, se refería a una relación amorosa, sinceramente yo tampoco le tengo fe. Si ninguna era capaz de ver lo que sentían, era por su culpa, por mucha lástima que sienta, no pienso ayudar en nada.

De repente sentí un movimiento brusco en la ventana, desvíe la mirada por inercia y allí estaba ¿Aquello no era el golem del Moyashi? Timcampy salía huyendo posándose sobre una rama, en seguida, un gato gordo saltó hacia su dirección se armó un revuelo de hojas. Si Tim estaba ahí, solo podía significar una cosa.

Allen estaba cerca, acudí corriendo hacia la ventana y la abrí, mirando hacia afuera, a lo lejos vi a Alma que miraba hacia el árbol totalmente interesado, sí, definitivamente Allen debía estar cerca, pero no estaba a su lado, de repente la rama volvió a agitarse estaba vez con más violencia. – ¡Timcampy! – Oí el llamado y ahí estaba, Allen de cuclillas sujetándose de las ramas, pegó un impulso y con agilidad, atrapó a Koro, el gato del albergue que por cierto hacía rato que no aparecía, cualquiera diría que estaría en uno de esos viajes gatunos, o buscando gatitas… parecía que ahora le había dado el gusto también de perseguir goles tomado por presa a Tim. – ¡Te tengo! – Sonrió victorioso hasta que se fijó también en mi dirección, probablemente, se había sentido observado también y me encontró allí, siendo el principal espectador. Lenalee se asomó tras mi espalda también para saber que era lo que llamó mi atención tanto como para haber saltado de la silla.

La verdad, ni yo lo pensé bien cuando hice aquello, solo quería encontrar al chico que parecía un fantasma en la noche, porque últimamente a pesar de mí pesado resentimiento por él, no podía quitarlo de mi cabeza, como por ejemplo hoy, aun si Alma dijo que él lo ayudaría me quedó la duda de cómo aquello era posible, porque Allen tenía clases extra escolares de lengua – sí, me he memorizado su calendario, no es ningún problema para mí–  solo podía indicar una cosa, Allen se estaba escaqueando, no era la primera vez desde luego… y eso solo le traería problemas con el dos puntos de Jefe de Estudio, Howard Link, probablemente desconocía cuan severos podían llegar a ser sus castigos o lo maniático que era de tener un historial muy detallado de todos sus alumnos... Realmente no paraba de pensar en esas cosas – podía pensar cientos de cosas al mismo tiempo–  y las insinuaciones de Lenalee no tardaban en llegar, no generaban ninguna ayuda para el caso. Y ahí cruzando mis ojos contra los suyos, plateados. – ¿Lavi? ¡Ah! – Perdió el equilibrio, cayendo de la rama, con gato, golem y todo.

– ¡Allen! – Gritó Lenalee empujándome para asomarse ella y mirar hacia abajo, pero al parecer solo fue una falsa alarma, las rodillas de Allen se aferraron a la rama y solo acabó boca abajo. Koro no estaba tan de acuerdo con la nueva posición, maullando desquiciado y erizando toda su cola, escupió a Tim que voló hacia mí muerto de miedo mientras Koro hacía lo mismo corriendo en dirección opuesta. – ¿Allen estás bien? – En señal positiva alzó el pulgar poniendo esa sonrisa de mártir, Alma corrió hacia él también, preguntándole lo mismo que Lenalee. Tal si era porque estaba con los sentidos embotados pero juraría que cualquier día corriente estaría partiéndome de risa y burlándome del Moyashi en cambio no fue así, quizás era por mi falta de mi sueño o porque reflexionar sobre la situación actual de Alma y Yu siempre me ponía nostálgico, pues… no dije nada, incluso si Lenalee después me sonrió picaresca. Alma se estaba descojonado allí abajo. – ¿Lo ves?

Parpadeé confuso. – ¿Ver el qué?

– Eso. – Solo no podía parar en la hazaña de Allen trepándose al árbol como si fuera algún ninja, se veía genial.

– ¿El qué?

– Lavi. – Y lo graciosa que se veía su barriga al descubierto cuando estaba dado vuelta, con la frente despejada del flequillo para después con agilidad  soltar la rama, dar una voltereta en el aire y aterizar perfectamente de pie. Si el fuerte de Allen no eran lo estudios, en los deportes sobresaltaba magistralmente. – Solo te llamó a ti.

– No entiendo el punto. – Sonreí de forma no convencional, esta chica me daba miedo.

– Ah… sigues haciéndote el tonto. – Se apoyó sobre su mejilla, en el marco de la ventana.

–  ¿¡Qué cuchicheáis!? – Gritó Alma desde abajo, poniendo ambas manos en su boca. Lena le contestó copiando la postura.

– ¡Estamos estudiando! ¿Quieren unirse? – Puse gesto de que no era buena idea. Allen miró expectante a Alma como si estuviera a punto de aceptar pero el solo negó con la cabeza.

– ¡No gracias! ¡Solo devuelvan a Timcampy, no hagan que Allen se suba otra vez al árbol! – Era cierto, Tim seguía pegado contra mi cuello, temblando.

– Vamos Tim. – Le animé a salir de su escondite empujándolo con un dedo sin resultado, parecía muy a gusto en su nuevo refugio.  Tras un rato de que ambos estemos mirándolo Lenalee volvió a gritar desde la ventana. – ¡Parece que no quiere! – Abajo Alma intercambió algunas palabras con Allen que no se oían bien desde aquí y comenzó tirar del suéter gris algo desgastado –y lleno de hojas– indicando que ya se iban, pero él volvió a mirar con pena hacia aquí, caminó un poco para estar más cerca de la ventana y alzó su mano, realmente… se veía lindo. – Tim… – Dijo suavemente pero lo suficientemente audible, Tim levantó las alas y se asomó un poco, hasta que vio a Allen y fue corriendo hacia él hasta achucharse contra su mejilla.  

Allen sonrió reconfortado mientras lo acariciaba con los dedos, por su lado Alma seguía tirando más y más del sueter y  una sonrisa se asomó por mis labios. A pesar de que yo estaba aquí y él allí, sentía como que estaba más cerca que nunca, es decir, en ese momento no sentí ninguna pulsación de como era Allen por las noches o cuando ambos nos encontrábamos momentáneamente en el cuarto, casi ignorándonos, no… era como que estaba ahí, que era otra persona… una persona que nunca antes había visto – incluso más aun cuando me asusta sonriendo sádicamente cuando va a pelearse con Yu–  era alguien a quien deseaba conocer, alguien a quien daba gusto ver sonreír. Me pregunto qué pensará Allen realmente de mí.

Fue tarde que cuando giré la cabeza dispuesto a volver a los estudios una vez perdí toda la visión de Allen alejándose con Alma dentro del edificio, y me crucé con Lenalee, de brazos cruzados, y esa mirada pícara. – ¿Qué? – Dije sonrojándome un poco. Sé perfectamente lo ella pensaba sin que me lo dijera, era bastante obvio.

– Nada…

I-Cant-Sleep

 

Esa misma noche Allen se retorcía en su propia cama, ya no era novedad, tenía memorizado cada uno de sus movimientos. – Maestro~  – Una profundo enfado me invadió, ese idiota estaba teniendo una pesadilla con algún docente, me pregunto quien había sido capaz de amenazarlo de muerte para quedar tan aterrado, realmente era patético. – Ah… ronquido del Maestro, no es humano… En serio ¿qué clase de sueño estaba teniendo? Me incorporé completamente cansado de esto.

– Moyashi. – Le llamé entornando los ojos en la oscuridad para verlo, realmente estaba muy oscuro esa noche, no esperaba que reaccionase a la primera, a mala forma.

– ¡Ah, tiene pelos en las piernas! – Se levantó de golpe, sudando con los ojos desorbitados.

– ¡Cállate! – Le tiré la almohada con tal mala suerte en ese momento, que rebotó con su movimiento torpe y cayó por la ventana. Estupendo, ahora tendría que improvisar una almohada con una de mis mantas sobrantes.

No puedo dormir con este niño a mi lado, en serio. Y cuando se lo dije por primera vez a Lena suspiró mirándolo de un modo romántico, para nada, si supiera la realidad, el verdadero contexto con el que decía aquella frase.

Pero, estos pensamientos tan despectivos que tenía sobre Allen poco a poco se fueron des condensando, y a veces ni siquiera tenía idea de porqué ambos estábamos así, porqué se palpaba tanto la frialdad en el ambiente, porqué no podía tener alguna conversación amena con él, durante casi estos dos meses y media, ha sido como estar viviendo con un desconocido total y me hacía sentir bastante mal conmigo mismo… Porque Allen no era como Chaozi, no era desagradable ni mucho menos, en realidad, visto como era él desde lejos, fuera del dormitorio, se veía un chico muy agradable del no me hubiera importado hacerme amigo.

No importaba cuantas veces le diera vuelta dentro de mi cabeza, un día llegó aquella tarde común como cualquier otro, con la diferencia en que me quedé embobado viéndolo, descubriéndolo. Aquella sonrisa que evocó a Allen la cual nunca me di el lujo de conocer por cuenta propia, me pareció acogedora y… algún otro sentimiento que no logro clasificar… y no tuvo más que consecuencias adversas dentro de mí, como llegar a plantearme todo esto que estoy diciendo, desde sentirme mal conmigo mismo por ser incapaz de hacer algo, hasta desear verlo sonreír así, más a menudo. O incluso, ser yo la causa de esa sonrisa.

Más de una vez me encontré fantaseando con eso.

 

 

Notas finales:

(1) Como dato curioso, ese libro no existe, de hecho es el título de uno de mi doujinshis XD simplemente pensé en poner algo que se relacionara con Lavi, y que más o menos indicara el porqué le gusta, tiene que ver mucho con su forma de ser actual -como que nunca se ha puesto abuscar seriamente una novia, o nunca se ha enamorado realmente- 

Pasando al siguiente tema, con este cap doy finíquito a la larga introducción previa al primer cap y en el siguiente volveré al presente. Para mí era importante fijar todo esto antes de "esa noche" aunque parezca relleno (casi)

Por último, perdón si parece que escribo con los codos, ojalá tuviera una mejor forma de expresarme coherentemente UvU

¿Review?


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