Capítulo 23: Secuestro
-Frio…tengo…mucho frio…frio…Tai…Dai…mis amores…papi lo extraña…
Kuroko cayó en la inconsciencia de nuevo, al parecer el fármaco termino siendo más fuerte de lo que Kise pensaba, probablemente era una reacción propia de Kuroko a la droga, de cualquier forma y tras revisión constante el rubio comprobó que su vida no corría riesgo, sencillamente le tomaría más tiempo recuperarse, con suerte estaría mejor pronto y no volvería a drogarlo a menos que fuese necesario.
-Ah Kurokocchi, das un poco de complicaciones, si recobras el conocimiento por completo espero que estés tranquilo cuando te transporte, odiaría tener que inyectarte de nuevo y entregarte en este estado. Eso siempre puede causar problemas y con un cliente tan exigente e importante como este, es algo que quiero evitar a como dé lugar.
Kise dejo a Kuroko nuevamente solo en la habitación mientras iba a revisar su papeleo correspondiente, después de todo, esto de ser un pescador para este mercado, se le daba bastante bien, se había hecho de una buena fama en este mundo y aprovechaba su don para encantar a la gente al máximo, así mismo estaba revisando el contrato con Akashi Seijuro, así como sus correos, pues todo indicaba que ya tenía nuevos objetivos luego de entregar el que poseía actualmente.
-Bien, siguientes en la lista, am, vamos a ver, vamos a ver, Shoyo Hinata y Tsukamoto Tsukushi, ofrecen más dinero por el segundo, además vive más cerca que el primero, bien me encargare de este primero y luego iré tras de Shoyo, creo que después de la paga por ellos dos, así como la que recibiré por Kurokocchi finalmente podre conocer el caribe jajaja es divertido hacer esto y esos tontos chicos donceles siempre caen, en serio que esto es demasiado fácil, de saber que esto era tan sencillo lo hubiera hecho desde hace mucho, ¡Ya sería rico ahora!
Kise comenzó a pensar en todos los inocentes chicos que había engañado, secuestrado y entregado a completos desconocidos, que por una u otra razón estaban obsesionados por ellos, por un momento se preguntó que habría sido de ellos, seguramente esos sujetos los tenían prisioneros dentro de alguna mansión aislada o escondidos en alguna habitación oculta en sótanos.
-¿De verdad será tan bueno tener un doncel? Mmm, esa sí que es una buena pregunta, tengo a Kurokocchi para comprobarlo pero, este cliente fue muy específico con no colocar ni un dedo sobre él una vez que lo tuviera bajo mi cuidado. Y no parece que vaya a tener oportunidad de jugar con alguno de los próximos… supongo que tendré que conseguir uno propio.
Kise continuo con sus actividades, revisando próximos objetivos, mientras pensaba en obtener uno para sí mismo, todos presumían de lo bueno que era el sexo con donceles y de que eran muy prolíficos, en definitiva obtendría uno para si en cuanto estuviera libre. Kuroko por su parte permanecía en el suelo de la siguiente habitación, estaba recuperando sus sentidos y pensaba en todo lo ocurrido.
-(¿Por qué?... ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas a mí?... Solo quería una vida tranquila y normal, ¿Acaso fue egoísta pensar eso? ¿Fue malo pedir una vida feliz? Estoy condenado a pasar por desgracias… ¿Solo por ser un doncel?... ¿Acaso un doncel no puede vivir en paz?... Esto no es justo, en verdad que todo lo que me está pasando es una crueldad, no he hecho nada malo para merecer esto, siempre he sido una buena persona, hacia todo bien, siempre escuche a mis padres sobre tener cuidado y ser discreto, y ahora… parece que voy a terminar como en esas horribles historias que me contaban. Ah… Dai, Tai, bebes, papi los ama, ustedes saben eso, que de ser por mí, jamás los habría dejado, perdóneme por no estar con ustedes).
Kuroko lloro en su lugar dejando inundar por el mar de tristeza, tristeza que tenía acumulada dentro suyo desde hacía mucho tiempo y que justo ahora en el momento más bajo, trágico y profundo de su vida, salía a la superficie. Tal parecía que por fin estaba en ese punto de quiebre en el cual nadie puede hacer nada más que lamentarse a sí mismo, generalmente la ayuda de alguien, siempre sirve para salir de esa desesperación, pero nadie vendría a socorrerlo y eso era algo que el padre sabia perfectamente.
-(Que alguien me ayude…que alguien me salve…Dai, Tai… Aomine, Kagami…Daiki, Taiga… sálvenme por favor).
El pobre los había llamado por su nombre, cosa que nunca hacía, así de desesperado y sin esperanza estaba que pedía ayuda a aquellas personas, que de una u otra forma eran responsables de la tragedia que era su vida y de la que estaba viviendo ahora. En un lugar lejano Ogiwara estaba dentro de la estación de policía, mientras los otros dos cuidaban afuera de los pequeños, finalmente el castaño salió siendo notado por todos.
-(Kagami) ¿Y bien? ¿Qué han dicho?
-Primero que investigar esto por nuestra cuenta, no es nuestro asunto y que se lo dejemos a los profesionales.
-(Aomine) Típico y seguro ellos están sin hacer nada.
-Además de eso, agradecieron lo que descubrimos y han puesto a Ryota como uno de los objetivos principales de detención inmediata. También están siguiendo la pista de los casos anteriores donde ha estado involucrado, tratan de averiguar algo, cualquier indicio que le diga donde poder encontrarlo y de esa forma localizar a Kuroko en el proceso antes de que… de que sea demasiado tarde.
-No me gusta cómo se escucha eso.
-Dicen que hay un tiempo en el que pueden actuar, un tiempo en el que pueden localizarlos y salvar a Kuroko, una vez excedido ese lapso, las posibilidades de rescatarlo se vuelven menores. Pues tomando en cuenta que el solo consigue los objetivos, una vez que los entregue, ha de ser casi imposible saber quién lo tiene.
-(Kagami) Pues tiene que tratarse de alguien con mucho dinero, tienen que continuar investigando.
-¿Y tienes idea de cuanta gente poderosa y con los recursos necesarios para pagar hay? No pueden investigar a cada persona con dinero en el país, esa gente sabe cómo cubrir sus delitos para que no sean notados, además de que no sabemos si quiera si es alguien de aquí quien lo quiere, en estos casos hasta podría ser algún extranjero.
-No estamos quedando sin opciones Aomine.
-Lo se Kagami y cada segundo que pasa, es un segundo más en el que podemos perder a Tetsu definitivamente.
-¿Dónde está papi?
-Van a encontrar a papi ¿Verdad?
-Lo van a traer conmigo y con Dai de nuevo ¿Cierto?
-(Ogiwara) Descuiden pequeños, haremos todo lo necesario para encontrar a su papi, ya verán que estará de vuelta en muy poco tiempo.
-No mientas tío, Tai y yo no somos tontos como ellos.
-(Kagami) ¡Oye enano!
-(Aomine) ¡Estamos aquí! ¡¿Lo sabias?!
-(Tai) Solo queremos que papi regreso con nosotros, es todo, pero no queremos… que nos mientan… queremos saber que le está pasando a papi.
-Hay mis pequeños, entiendo que estén tristes, tío promete que no volverá a mentirles, ¿De acuerdo? Déjenme darles un abrazo.
Los pequeños de inmediato se lanzaron al mayor, solo entonces Kagami y Aomine se percataron de lo realmente terrible y estresante que debía ser esto para los niños, si ellos la estaban pasando mal, no se imaginaban que tan terrible debía ser para los pequeños, pues estaban perdiendo a su padre, lo único que tenían en el mundo, quien les daba amor y seguridad en sus vidas, todo eso podían perderlo si Kuroko no era rescatado. Al notar que ambos niños estaban dejando salir lágrimas, sintieron una terrible opresión en sus corazones, después de todo, esos niños de ahí, eran sus hijos y alguien que no tenían ni idea de quien era, lo estaba haciendo pasar por una situación insufrible. No solo harían sufrir a ese sujeto por lo hecho a Kuroko, sino también por haber lastimado de esta forma atroz a sus pequeños.
-Tenemos que encontrarlos Aomine, por el bien de todos. Tanto a Kuroko, como a esos sujetos.
-Eso haremos, ¿Pero dónde comenzamos a buscar? Ese es el principal problema es todo esto.
-(Ogiwara) Puede que yo tenga una idea, note algunas cosas mientras investigaba sobre Kise antes de darles toda información a los oficiales.
-¿Qué tienes en mente?
-Primero que nada Aomine, creo que lo mejor será que me lleve a los pequeños a mi casa, toda esta situación no es adecuada para que un par de niños la estén pasando. Lo mejor será dejarlos en un lugar seguro y entonces podrán comenzar a buscarle.
-¿Y las autoridades? ¿Qué dirán si te encuentran con ellos? No eres su verdadero tío, ¿Lo recuerdas no?
-Claro, ya arregle ese asunto adentro, no habrá ningún problema.
-(Kagami) Dejemos a los niños en su casa y luego continuemos la búsqueda. Después de todo no podremos buscarlo si los llevamos con nosotros todo el tiempo.
-Ah… bien tienen razón.
El grupo inicio el camino de regreso, al notar que los pequeños estaban cansados, Aomine y Kagami llevaron a su respectivo hijo sobre los hombros, permitiéndoles de esa manera comenzar a descansar, después de todo apenas estaban próximos a cumplir los seis años y todo lo que habían pasado en solo un día ya les estaba cobrando el precio a sus pequeños cuerpos. Como lo pensaron, estos cayeron dormidos al poco tiempo y no volvieron a levantarse en todo el transcurso a casa del castaño. Cuando pasaron junto a un edificio con cubierta de vidrio pudieron notar sus reflejos en el espejo, era asombroso el parecido familiar entre ellos, definitivamente era como verse a sí mismos cuando tenían esa edad. La única diferencia es que no había un pequeño Kuroko entre los pequeños, como cuando ellos eran niños.
Eso los hizo añorar aquellos viejos tiempos en que todo era felicidad, cuando se conocieron en preescolar, los buenos años en primaria, las divertidas travesuras en secundaria, así como su poco y breve tiempo juntos en preparatoria. Tal vez de haberle hecho caso en esa ocasión, nada de esto estaría pasando, seguirían los tres juntos y quien sabe, hubieran podido haber formado una feliz aunque peculiar familia. Pero todo eso ahora no era más que un sueño, una posibilidad que estaba destinada a no ser jamás, a menos que consiguieran recuperar a Kuroko de las manos de Kise, así como de las garras de ese misterioso comprado. En sus mentes, solo se preguntaban, ¿Quién estaría en verdad tras su pequeño ángel? ¿Quién era capaz de alejar a un padre de sus hijos? ¿Quién era capaz de tanto daño y sufrimiento, con tal de salirse con la suya?
Mientras tanto, en la lejana ciudad de Kyoto, en lo alto de un edificio, en una oficina personal, Akashi Seijuro terminaba otra junta directiva y mandaba fuera de la oficina a los jefes de piso. Una vez que estuvo solo, se tomó la libertad de recargarse a sus anchas en su silla.
-Ah, este trabajo está matándome, somos la mejor empresa a nivel nacional, pero parece que siempre tiene que surgir algo en algún punto. ¿No puedo relajarme un poco sin que estos incompetentes vengan con algún problema? Ahora están quejándose de que los sueldos nos son suficientes, mientras que pagamos más que la mayoría de los trabajos. No saben apreciar lo que tienen, podría despedirlos a todos, pero sería más trabajo para mí y lo que menos quiero ahora es tener más trabajo, no ahora que por fin estoy cerca de obtener lo que siempre debió ser mío.
Abrió un cajón sacando de su interior la fotografía de aquel que era su obsesión desde la infancia.
-Kuroko Tetsuya, tal vez no me recuerdes, pero muy pronto lo harás y cumplirás tu promesa de estar conmigo para siempre, porque no tendrás otra opción. Finalmente estaremos juntos como debió ser y no dejare que te alejes de mí jamás.
Akashi saco también del cajón un expediente, el cual al abrirlo tenía toda la información referente al chico, tal parecía que nunca le había perdido la pista, pues toda su información se encontraba dentro de ese expediente. Lo ojeo de forma repetitiva, leyéndose para sí la información.
-Escapo de casa, si tan solo hubieras venido a mí en ese momento, todo sería tan diferente ahora, no tendrías que haber soportado una vida tan difícil, podrías haber vivido feliz y con lujos, no tendrías que haber llevado a término… a esos engendros del par de monstruos que tenías por amigos.
Al ver una fotografía tomada por su investigador de los pequeños, sintió una profunda rabia en su interior, esos dos no solo habían conseguido tener la lealtad de Kuroko, sino que habían tomado su primera vez y si no era suficiente, habían concebido cada uno un hijo con su Tetsuya, ahora existían dos niños que no eran más que un problema en sus objetivos.
-No importa, tal vez no he obtenido su primera vez, pero habrá muchas otras y tendré mis propios hijos con él, hare que se olvide de esos dos niños. Eso me recuerda, que será mejor que me encargue de esos pequeños problemas de una vez, es momento de hacer otra llamada. Que lastima que Ryota solo sirva para secuestrar donceles, ahora tendré que contratar otra persona que tome a los niños, aunque pensándolo bien, su existencia no es del todo mala, serán la pieza clave, para asegurar nuestro futuro juntos. Oh mi querido Tetsuya, tus pequeños no unirán para siempre.
Akashi realizo una llamada bajo otra línea secreta, para contratar a la persona que se haría cargo de los pequeños. Por otro lado, en el departamento del rubio, Kuroko seguía recostado en el piso, Kise había pasado recientemente para alimentarle de momento, de cualquier forma él no tenía demasiado apetito, aún seguía lamentándose a sí mismo, poco le importo cuando el otro dijo que iría a descansar unas horas, solo permaneció ahí en el suelo, con la mirada completamente perdida.
-Dai… Tai... papa, los ama… por eso… papa hará todo lo necesario para volver con ustedes…
Kuroko concentro todo su sentido auditivo para percibir el movimiento dentro del departamento, con esfuerzo consiguió escuchar a Kise en la que debía ser su habitación, no paso demasiado tiempo antes de que percibiera que este se relajaba por completo, seguramente ya se había dormido. Noto que en la pared el rubio dejaba colgadas dos llaves, que seguramente eran de las esposas y los grilletes.
-Solo necesitare una.
Él era consciente de una cosa que Kise no, una cosa que estuvo manteniendo en secreto para actuar en el momento correcto. No sin dificultad logro zafar sus manos de las esposas, de inmediato se sobo por el dolor causado, pues hasta le dejaron marcas rojas mientras se deshacía de ellas, se arrastró con sus manos para evitar caer por culpa de los grilletes y despertar al rubio. Cuando llego a la pared, se incorporó con mucho cuidado hasta que obtuvo las llaves, solo eran dos y para su buena fortuna la primera que probó resulto ser la de los grilletes.
-Por fin, libre, ahora hay que tener cuidado.
Kuroko abrió con mucho cuidado la puerta de la habitación, evitando hacer más ruido del necesario, recorrió el bello departamento, reconoció la habitación donde debía estar Kise, así como la puerta que debía dar al exterior.
-Ya casi, pequeños pronto los veré.
Kuroko estaba por salir cuando noto un papel muy llamativo en la mesa, lo leyó un poco, tras comprobar lo que era, lo tomo, doblo en un pedazo muy pequeño y guardo dentro de uno de sus zapatos. Ahora era momento de escapar, se acercó a la salida con cuidado, las llaves estaban ahí haciéndole más fácil el escape, abrió lentamente la puerta sintiendo que rechinaba a cada movimiento, aunque realmente no lo hacía, cerro con precaución, para que el seguro de la puerta no se escuchara. Tras cerrar retrocedió despacio sin hacer ruido, notando que estaba en la parte exterior del edificio, era un clásico edificio de departamentos, lo que hacía más fácil saber en que dirección estaban las escaleras.
Camino con tranquilidad, como si fuera alguien más del lugar, hasta que estuvo a distancia del departamento y empezó a correr con todas sus fuerzas, intentando alejarse lo más posible de su captor y prisión, solo pensando en regresar con sus hijos y ponerse a salvo. Llego a las escaleras y comenzó a descender velozmente, se sentía confiado, todo estaba saliendo bien, estaba logrando escapar, podría llegar con sus hijos y denunciar lo que le sucedió.
-Falta poco, falta poco, pronto veré a mis niños, pronto podre estar con ellos, pronto podremos ser una familia de nue… ¡AAAAAGGG!
Sintió un terrible golpe en la cabeza, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera por las escaleras hasta detenerse en el próximo piso, ya ahí quedo en el suelo, notando un balón de basquetbol rodar un poco más allá de él. Escucho unos pasos descender por la escalera y al voltear vio justo a la persona de la que estaba escapando.
-Oh, pero Kurokocchi, ¿Qué crees que estabas haciendo?
-Ah… Kise…
-No debes salir mi pequeño amigo, eso es peligroso, alguien podría verte.
-No, Kise no…
-Descuida amigo, yo me encargare de cuidarte hasta que sea el momento de irnos.
-Déjame, por favor…
-Te mantendré a salvo y cerrare bien para evitar que salgas a los peligros de fuera.
-No, detente…
-Me asegurare de que tus seguros estén bien puestos ahora y te tendré bajo vigilancia conmigo, descuida vas a estar muy bien te lo prometo.
-No…mis hijos…por favor…
-Regresemos Kurokocchi…
Kise cargo a Kuroko como princesa, este estaba demasiado lastimado por el golpe y la caída como para defenderse, solo podía quejarse mientras subían de nuevo, cuando ingresaron al departamento sintió mientras Kise cerraba la puerta, que estaban sellando su portal a la libertad y hacia a sus pequeños, lo único que podía hacer ahora, era llorar, su única oportunidad, se esfumo frente a sus ojos, su única oportunidad y la perdió para siempre.
-Dai, Tai… perdónenme…