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8. El turno de E.Den por dayanstyle

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Notas del capitulo:

helllooooo... nenessss.... graicas por sus rw los adoro a todosssss...

 ese Rasa es un testarudo, le va a dar mas de un dolor de cabeza al pobre E.den...

a leer

Rasa justo acababa de meter un quiche al horno y encendido el tiempo, cuando oyó la puerta giratoria que comunicaba con el comedor. Levantó la vista y vio a E.Den parado en la cocina. Rasa regresó la vista al horno, no sabía qué decir.

— Hola —E.Den habló primero.

— Uh, hola. —Rasa se enderezó y miró hacia el mostrador para ver quién estaba viendo. Hyosung estaba en una mesa, tomando unas órdenes y no prestaba atención.

— Nadie me vio entrar. —E.Den se frotó las manos en sus jeans. Rasa se alegraba de no ser el único nervioso como el infierno.

— Realmente no deberías estar aquí. —Se arrepintió de sus palabras tan pronto como las dijo. La expresión de E.Den se cayó.

— Está bien, siento molestarte. —E.Den se giró para irse.

— Espera, Yo─Yo termino alrededor de las nueve. Quizás podamos ir a algún lado. —Rasa se sentía como de dieciséis años de nuevo, buscando las palabras, no estaba seguro de qué decir. Pero supo que había dicho lo correcto cuando los ojos café oscuros de E.Den se iluminaron.

— Está bien, entonces regresaré. —E.Den salió con una gran y tonta sonrisa en la cara.

Rasa sonrió. Para ser un gran hombre, estaba seguro de que era inseguro. A él le agradó eso. Eso hacía que E.Den se viera menos intimidante.

Silbó su canción favorita, mientras siguió trabajando en la cocina el resto del día, deteniéndose ocasionalmente para oler las hermosas rosas que E.Den le había enviado. El tiempo parecía moverse lentamente, quizás porque él no podía dejar de ver el reloj de la pared.

— ¿Cómo estás, Rasa?

— Hasta ahora, todo bien. No había anticipado tanta gente. Cuando dijiste que había movimiento, esperaba la mitad de lo que ha llegado. —Rasa se rió mientras limpiaba la cubierta de mármol de la isla.

— Por eso renunció el anterior cocinero. ¿Estás seguro de que puedes manejarlo? Necesito saberlo. Antes de que llegaras, Baekho estaba cocinando, y déjame decirte que eso era aterrador. —Jae Suk se encogió de hombros.

— No, puedo manejar a esta gente. Me tomó un momento tomar la rutina, pero no es tan difícil. —Rasa envolvió el pollo que marinaba para la comida y lo guardó en el refrigerador.

— Lindas flores. —Jae Suk señaló con la cabeza el florero con las rosas amarillas de Rasa.

Todo lo que pudo hacer fue encogerse de hombros. Él no iba a explicar nada, especialmente cuando aún estaba tratando de imaginar lo que sucedía. — Gracias.

— Te dejaré trabajar. Solo quería revisarte y saber cómo te estaba yendo.

Rasa apoyó la cadera contra el mostrador. ¿Qué podría querer E.Den hacer esta noche? El hombre no había mencionado nada, y Rasa no conocía la ciudad. Jae Suk podía haber dicho que era una ciudad amigable con lo gay pero Rasa no estaba listo para demostraciones públicas de afecto frente a otra gente. Ni siquiera estaba listo para la atención que E.Den le daba.

Cuando los números rojos del reloj marcaron las ocho y media, Rasa cerró la cocina y apagó las luces. Se apresuró a subir la escalera y prepararse. Tenía treinta minutos hasta que E.Den llegara. Debería ser tiempo suficiente para quitarse la ropa con olor de comida y ponerse presentable.

Se quitó las botas pateándolas, y se apresuró a quitarse la camiseta sobre su cabeza. Una vez que reguló el agua se quitó los jeans, ropa interior y calcetines y los dejó en una pila. La ducha le tomó un momento. Estaba nervioso por lo que le deparaba la noche.

Rasa maldijo cuando tropezó con su maleta. Necesitaba calmarse. Levantándola del suelo se dirigió a la cómoda.

— ¿Por qué estoy actuando de esta forma? —preguntó a su reflejo en el gran espejo. Decidiendo que no quería impresionar al gran hombre, Rasa solo tomó unos jeans y una camiseta de su maleta. Realmente necesitaba desempacar.

Listo para irse, Rasa tomó su Stetson del gancho y se lo colocó sobre la cabeza, dándose una última mirada ante el espejo para asegurarse de que se veía presentable. Apagó las luces y bajó las escaleras.

 

 

 

E.Den se paseaba por detrás del restaurante. Eran apenas las ocho y media, sabía que era temprano, pero estaba demasiado emocionado para estar sentado. Se había bañado y rasurado tratando de verse lo mejor posible para su pareja. Las luces en el restaurante se apagaron y las manos de E.Den sudaban sólo de pensar que pasaría un tiempo a solas con Rasa. Media hora pasó y E.Den estaba más agitado. Entonces, la puerta trasera se abrió.

Pudo ver que Rasa se había bañado y usaba ropa limpia. Se veía absolutamente impactante. Sus ojos brillaban cuando le sonrió a E.Den. Maldición, E.Den tenía urgencia por pasar su lengua por todo el cuerpo de su pareja. Le tomó toda su fuerza de voluntad no tomar a su pareja en sus brazos y asaltarlo sexualmente detrás del restaurante. Eso no ayudaría a su causa.

— Hola. —Rasa salió y se dirigió directo hacia E.Den, viéndolo a través de sus largas pestañas.

— Hey. Uh, ¿Quieres ir a caminar? —E.Den se frotó las manos en el frente de sus jeans de nuevo, sus palmas se humedecían cuando estaba alrededor de este chico.

— Está bien. —Rasa se acercó y E.Den notó que Rasa tenía la altura perfecta, la cima de su cabeza alcanzaba los hombros de E.Den.

— Oí que eres de Jeongseon. ¿Qué te gustaba? —Caminó con Rasa hacia la plaza de la ciudad, manteniendo una respetable distancia. Por ahora.

— Espacios abiertos, y mucho lugar donde montar tu caballo.- Rasa suspiró— Extraño eso. Extraño salir temprano en la mañana y montar a mi caballo.

— Nunca he montado un caballo. ¿Es difícil?

— No, solo tienes que aprender a manejarlo. Ellos sienten lo que sientes, tienes que estar calmado junto a ellos. —Rasa se relajó visiblemente. E.Den no hizo ningún movimiento hacia él. Esto era como dos viejos amigos charlando. Sin presiones. E.Den planeó permanecer de esa forma hasta que su pareja se acostumbrara a él.

— Quizás uno de estos días, podrías enseñarme. —Ellos circularon alrededor del gazebo que estaba en medio del parque, caminando lentamente, disfrutando la compañía del otro.

— Seguro, me gustaría eso. Sería agradable volver a estar en el lomo de un caballo. ¿Puedo preguntarte algo? —Rasa se detuvo y miró directamente a E.Den.

— Está bien.

— ¿Qué sucedió ayer cuando me tomaste y dijiste que yo era tuyo? ¿Qué querías decir?

La escena se reprodujo en la mente de E.Den. Él no podía decirle al hombre que ellos eran pareja. Sabía que podría hacerlo en un futuro cercano, pero justo ahora sólo quería disfrutar del momento que pasaban juntos sin complicarse. — ¿Puedes esperar hasta que logremos conocernos mejor para que te conteste? —Hasta que tuviera el valor de decirle a Rasa acerca de su lobo.

Rasa lo estudió por un momento, entonces asintió.  -¿Prometes que lo contestarás?-

— Lo prometo. Ahora, ¿puedo preguntarte algo? —E.DEn metió las manos en los bolsillos del frente de sus jeans.

— Está bien. —Rascándose la parte de atrás de su cuello, su pareja se veía como que no quería contestar ninguna pregunta personal.

— ¿Qué sucede con Hyosung?

Una expresión de alivio se formó en la cara de Rasa. — ¿Eso es tan obvio? —Rasa se rió— Creo que ella está tratando de hacerme su papi.

— ¿Qué? —E.Den explotó.

— Wow, gran amigo. Dije tratando. Ella tiene una docena de ellos corriendo alrededor del lugar. Ella cree que yo no lo sé. Y quizás sea un pueblerino, pero no soy estúpido. —Rasa se rió.

E.Den podría escuchar su risa durante horas y nunca se cansaría de ella. — Entonces, ¿no estás interesado en ella?

— No, no es mi tipo. —Ellos caminaron de nuevo, de regreso al restaurante.

— ¿Cuál es tu tipo? —Por favor di que soy yo.

— No estoy seguro, pero ella no lo es. —E.Den podía decir que él estaba escondiendo el hecho de que era gay. Jae Suk le dijo que le había informado a su pareja que la ciudad era amistosa con lo gay. Bueno, la mayoría en la ciudad. Él recordaba la riña que tiempo atrás las parejas tuvieron en los cuartos de baño de un restaurante. Cuatro vaqueros de un rancho local parecía que tenían problemas con las preferencias sexuales de otros y querían que las parejas fueran un ejemplo. Niño. Ellos se habían sorprendido cuando las parejas se defendieron por sí mismas. Infiernos, E.Den también se había impactado.

Ellos terminaron de regreso en la entrada del restaurante, E.Den deseaba que hubieran tomado una ruta más larga. Él no quería dejar ir a Rasa. Maldición, ¿Por qué no solo podía tomarlo, llevarlo a casa y reclamarlo? E.Den quería patalear como un niño de cinco años teniendo una rabieta. Eso no era justo.

— Bueno, fue una linda charla. Supongo que te veré en el restaurante. Gracias por las rosas. —Rasa se giró para irse, pero E.Den no lo podía dejar. Jaló a su pareja a sus brazos, chocando sus labios suavemente e incluso saboreándolo. Rasa gimió y se inclinó hacia E.Den, luchando por la dominación. E.Den tumbó el Stetson de Rasa y tomó un puño de su rubio cabello, jalando la cabeza de su pareja hacia atrás y profundizando el beso.

Rasa quebró el beso. — E.Den.

E.Den detuvo la protesta de Rasa besándolo de nuevo, su sabor era como la fresca lluvia de una mañana de verano. E.Den se perdió en la dulzura de la boca de su pareja.

E.Den podía decir que Rasa quería alejarlo, pero su pareja lo sorprendió cuando en lugar de eso tomó su cara. E.Den llevó su mano a un lado del cuello de su pareja, jalándolo más cerca. Eso debió ser demasiado porque Rasa se alejó mirándolo con una mezcla de lujuria y confusión.

— Rasa. —E.Den trató de alcanzarlo pero Rasa se alejó.

— No puedo, E.Den. Yo solo…no puedo. —Rasa abrió la puerta y subió corriendo.

E.Den se quedó ahí, impactado. ¿Qué había hecho mal? Levantó el sombrero de Rasa, le sacudió el polvo e inhaló el aroma de su pareja.

Había pensado que las cosas iban bien. Rasa parecía un chico realmente agradable, un chico que E.Den quería conocer mejor. Su corazón estaba en su mano por el chico, preguntándose cómo sería el negar lo que realmente eres.

Nunca en su vida E.Den había pensado en mentir acerca de ser gay. Incluso cuando su manada le dio la espalda. Él se puso de pie orgulloso, con la cabeza en alto y los dejó atrás. Ser echado de tres ranchos debió haber sido devastador para el vaquero. E.Den no podía ni siquiera imaginar que alguien le dijera que se fuera. Él dejó su manada por su muy propia y libre voluntad.

Él tenía la urgencia de ir a Jeongseon y patearle el culo a todos los que hubieran ofendido a su pareja.

Viendo hacia el departamento, E.Den se debatió, entre regresar a su casa o tocar la puerta y reclamar lo que era suyo. Negó con la cabeza sabiendo que realmente no podía hacer eso.

Con un suspiro. E.Den caminó lentamente de regreso hacia su camioneta.

 

 

 

Rasa se paseaba por su pequeño departamento, pensando en el mejor beso que había tenido en su vida. Sintió la pérdida cuando se alejó de E.Den, y eso le asustaba. Rasa presionó el botón del estéreo y se oyó a “Free” de Faith Hill, dejándose ir con la melodía.

La imagen del gran Clydesdale (N/T: Raza de caballo) de hombre hacía que le doliera la ingle. No podía apartar de su mente ese beso. Él nunca había tenido uno --o dado uno, para el caso-- con tanta pasión como ese.

— Oh, hombre. —Rasa se dejó caer en el sofá— Estoy atrapado —gruñó fuerte. Se levantó y recordó que había dejado el sombrero abajo. Ese era su sombrero favorito. Rasa lentamente bajó los escalones, escuchando por cualquier señal de que E.Den siguiera ahí.

Cuando no oyó nada, abrió la puerta. Buscó en donde había caído durante el asombroso beso, pero no estaba.

— Maldición —dijo suavemente. Se sentía desnudo sin él. Eso era todo lo que le quedaba de su mamá, y lo quería de regreso. Su madre se lo había comprado cuando cumplió dieciocho años un año antes de que ella muriera, y eso le traía consuelo. Eso le hacía sentirse más cercano a ella, como si él aun tuviera una parte de ella con él.

— No es muy tarde como para que un humano esté afuera.

Rasa miró sobre su hombro para ver a dos hombres parados en las sombras. ¿Humano? ¿De qué infiernos estaban esos dos hablando?

— Serías un lindo aperitivo. —Uno de ellos se reía.

— No sé de eso. Mi piel es muy gruesa. —Rasa giró la cara y cuadró los hombros. Él no huía de nadie, menos de todos los cobardes que acechaban a gente inocente desde las sombras.

— No importa, lo vas a ser. —Ellos se adelantaron y sus colmillos brillaron a la luz de la luna.

¿Colmillos? ¿Qué demonios estaba sucediendo aquí?

Rasa retrocedió, tratando de dirigirse a un lado del edificio para tener más espacio para tratar con esos…lo que sea.

— No corras. No queremos lastimarte…mucho.

Rasa llegó a la esquina del restaurante y corrió hacia su camioneta. Necesitaba el lazo que había dejado en la caja de su camioneta.

— Me gusta la cacería. —Uno de ellos se reía con alegría.

— Entonces ven a cazarme, no eres bueno para intimidar.- Rasa llegó a la camioneta y llevó la mano a la caja. Gracias a los dioses que la había dejado ahí.

— ¿Qué sucede, Rasa?

Rasa giró la cabeza y vio a E.Den parado junto a su camioneta con su maldito sombrero en la mano. Caminó hacia él y se detuvo frente al gran galoot.

— ¿Qué has hecho, esperar a que te diera la espalda para robármelo? —Rasa tomó su sombrero de los dedos de E.Den.

— Espera un minuto. Tú lo dejaste en la tierra. Yo iba a regresártelo en la mañana —E.Den se defendió.

— Linda historia —Rasa argumentó. Sacudió el sombreo como si los dedos de E.Den lo hubieran manchado y se lo llevó a la cabeza.

— ¿Qué quieren ellos?

Rasa miró sobre su hombro para ver a los dos hombres que rodearon la esquina y caminaban lentamente hacia ellos. Él los señaló. — Maldita sea, no tengo ni idea. Algo acerca de un aperitivo- Rasa miró de nuevo a E.Den, molesto con el hombre que le sonreía— Este sombrero es especial para mí, no me gusta que nadie lo toque.

E.Den movió su dedo frente a la cara Rasa. — Te dije que iba a regresártelo.

— Seguro que lo harías. —Rasa palmeó la mano de E.Den alejándolo de su cara.

Los dos hombres mostraron sus colmillos, rodeando al par que discutía.

— Rasa, entra a mi camioneta, yo trataré con los vampiros.-  E.Den empujó a Rasa al lado del pasajero de la camioneta.

— No soy una maldita chica, puedo defenderme contra… ¿vampiros? —Rasa vio a los dos hombres que se acercaban, sus dientes largos y agudos salían de sus bocas.

— Si, vampiros. Ahora, deja de discutir y entra. No voy a permitir que mi pareja salga de alguna manera lastimada. —E.Den de nuevo empujó a Rasa para que entrara.

— ¿Puedes dejar eso? —Rasa palmeó la mano de E.Den— Te dije que no soy una chica, y ¿qué es esa mierda de pareja que te sigo oyendo? Te juro que te golpearé si dices algo acerca de Inglaterra.

— Maldición. Soy un lobo, y tú eres mi pareja. Quería esperar y decírtelo cuando creyera que podías manejarlo. —E.Den puso sus manos en las caderas, parecía exasperado de que Rasa fuera tan difícil. Bueno, tan malditamente molesto.

— ¿Pareja? ¿Qué infiernos significa eso?

— Eso significa que te reclamaré y entonces me pertenecerás.-  E.Den entrecerró los ojos— ¿Vas a seguir discutiendo conmigo por eso?

Miró a E.Den, con el ceño fruncido. — ¿Reclamarme? No quiero ser reclamado por nadie, pareja, mucho menos de un Neanderthal como tú —Rasa señaló con su dedo la cara de E.Den.

— Rasa —E.Den gruñó advirtiéndole.

— Ningún Rasa. —Rasa se giró y conectó el primer golpe en la mandíbula del vampiro. Solo porque estaba discutiendo no significaba que no prestara atención a lo que esos dos estaban haciendo. El tipo se tambaleó y eso fue todo lo que Rasa necesitó. Él golpeó una y otra vez, no dejando que se levantara. Vio que estaba teniendo poco efecto en el tipo, pero sabía que si se detenía, estaría perdido.

— Maldición, Rasa. Ven aquí, para que pueda protegerte.-  E.Den le gritó irritado.

— No. —Golpe— Necesito. —Golpe— Tú. —Golpe— Protección. —Rasa golpeaba al tipo. Miró sobre su hombro brevemente para ver a E.Den que tenía al otro vampiro del cuello apretándolo con un agarre de muerte.

— Cuidado —E.Den señaló al vampiro con el que Rasa estaba tratando.

Se giró para ver que el tipo se recuperaba. Rasa subió a la caja de su camioneta y tomó la soga, bajó a la banqueta con el vampiro cerca de él. Se detuvo, giró la soga en el aire y se la lanzó al vil jodido. Rasa ató el lazo alrededor del tipo, sabiendo que no iba a detenerlo por mucho tiempo.

Rasa jaló al tipo de nuevo hacia E.Den y lo lanzó al suelo. Se giró hacia la montaña de hombre, con los labios delgados. — No voy a ser reclamado, E.Den.

— ¿Por qué no? Seré gentil. No dejes que mi tamaño te asuste.- E.Den le dio una suave mirada.

— ¿Gentil? ¿Dices que vamos a tener sexo? —Rasa puso su bota vaquera sobre el pecho del vampiro evitando que se levantara.

— Bueno, sí. Es así como puedo reclamarte. —E.Den lo miró como si eso fuera algo obvio.

— No soy el chico pasivo de nadie. Yo estoy arriba. Eso es lo que yo hago. —Rasa colocó sus manos en las caderas, resoplando para retirar el cabello que había caído sobre sus ojos.

— Uh, chicos. Ya no tengo hambre, así que déjenme seguir mi camino. —El vampiro amarrado en el suelo habló.

— Cállate —Rasa y E.Den dijeron al unísono.

— ¿No crees que necesitamos pedir respaldo? No voy a sostenerlo durante mucho tiempo —Rasa señaló hacia el que había capturado.

— Bien, pero esta conversación no ha terminado. —E.Den sacó su teléfono celular y habló rápidamente deslizándolo sobre su bolsillo del frente.

— Oh, ya hemos terminado. Lobo o no lobo, reclamo o no reclamo. No voy a hacerlo. No estarás arriba de mí. —Rasa se sentó en el pecho del vampiro y entonces lo golpeó en la cara.

— ¿Por qué fue eso? —el vampiro gritó.

— No te muevas —Rasa le señaló con el dedo.

— Sé razonable, pareja. ¿De qué otra manera se supone que te reclame? —E.Den se acercó con el otro vampiro aun en su mano.

— Supongo que si yo estoy arriba debe funcionar de la misma manera. —Cruzó sus manos sobre su pecho.

— No, no se puede. Tengo que estar dentro de ti cuando te muerda. —E.Den levantó las manos con frustración, levantando al tipo con el movimiento.

— ¿Por qué no puedo yo morderte? ¿Estaría dentro de ti? —Rasa soltó.

— Duh, tú no tienes caninos, al menos no tan largos. Además, no creo que funcione de esa manera.

Rasa cayó sobre su culo, cuando el vampiro reventó la soga y se puso de pie.

— Ya no estoy malditamente hambriento. —Se giró y salió disparado directamente hacia el bosque— Aquí hay gente loca, lo juro… —murmuró mientras desaparecía.

— Ahora, ¿ves lo que has hecho?

— ¿Lo que yo hice? Tú eres tan malditamente difícil. —E.Den lanzó a su capturado a tierra y se colocó pecho contra pecho con su pareja.

— Al diablo con esto. —El segundo vampiro se puso de pie y salió detrás del primero.

— ¿Yo? Tú eres quien quiere follarme. No hay manera, no así.-  Rasa se apartó y cruzó los brazos sobre su pecho. Diciéndole a E.Den en términos claros que eso nunca sucedería.

Luces de faros los inundaron, y tres grandes tipos bajaron de la camioneta con una expresión de desconcierto en su cara. Ellos vieron a E.Den y a Rasa, mirándose el uno al otro con sus ceños fruncidos.

— Por allá. —E.Den señaló con el pulgar sobre su hombro en dirección hacia donde los dos vampiros se habían ido.

Los tres asintieron y salieron corriendo, cambiando cuando entraron al bosque.

— ¿A dónde infiernos me mudé? ¿Al Mundo de los Hermanos Grimm? Lobos y vampiros. Lo siguiente que vas a decirme es que los troll viven en alguna parte bajo el maldito puente. —Rasa se apoyó en su camioneta y cruzó los tobillos— Parece que estamos en un callejón sin salida, E.Den. Lo siento, yo no estoy abajo.

E.Den frotó sus manos en su cabeza, viéndose como si estuviera listo para golpear a alguien. Quizás debió haber sostenido al vampiro un poco más y desquitar sus frustraciones con él. De cualquier manera parecía ser que Rasa no iba a moverse.

— Está bien, entonces solo una vez, ¿lo suficiente para reclamarte? Nosotros podemos discutir eternamente sobre quién está arriba después cuando lleguemos a casa —E.Den le pidió.

— No. —Rasa se separó de la camioneta y regresó al restaurante.

— Rasa —E.Den le gritó

— No. —Rasa gritó sobre su hombro mientras desaparecía.

— Joder. —E.Den gritó su frustración, suficientemente alto como para que Rasa lo oyera.

 

continuara...

Notas finales:

Rasa se dejara reclamar???

nos leemos nenenssss

dejen rw


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