—Eres muy joven—había dicho Cara sorprendida en su primer encuentro.
No queria que la otra pensara que era una niña y replicar era precisamente la clasede cosa que hacían los niños asi que se había mantenido callada, aunque no había podido reprimir el ceño fruncido.
—Se que eres estudiante y estas ocupada pero ¿Seria mucho pedirte venir diario a mi casa? Tengo algo preparado para ti.
Y entonces el ceño se había transformado en un sonrojo.