Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amantes de mentira por ami4alice

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, bueno, aquí la segunda parte y el final de esta dulce historia.

Después de aquel evento, como sucedió con las manos, comenzaron a suceder de vez en cuando. Ninguno de los dos le molestaba el hecho de besarse, más bien lo encontraban más cómodo de lo que se imaginaban. Los besos tuvieron el mismo resultado que las manos, ambos comenzaron a realizarlo más seguidamente. Con la llegada de los besos se podía ver más el hecho de que eran amantes, aunque para ambos, aquello continuaba siendo solo fingido. Su relación de amantes de mentira continuó un tiempo más.

El segundo evento que hizo aumentar su relación fue en época de febrero, cuando el amor se encuentra más en el aire. El catorce de febrero fue el segundo evento que fortaleció un poco más su relación. Ambos, estaban tan ensimismados en su amor imposible que no se daban cuenta de cómo su propia relación iba avanzando lentamente. Lento pero seguro, como bien se dice. Era unos días antes de san Valentín cuando comenzó el suceso que de nuevo mejoraría su relación.

Estaban teniendo una cita. Habían decidido salir a comer solo porque les había provocado, ahora sus citas tenían menos excusas, simplemente las tenían porque le gustaba pasarla juntos. Era algo irónico, pues antes ni siquiera cruzaban alguna palabra, era dos completos desconocidos y ahora, estaban tan unidos que no se daban cuenta como su amor tomaba otra dirección. La comodidad con una persona no venía por nada. Estaban saliendo del puesto de comida donde estaban, dando una opinión de cómo había sido.

-Fue realmente muy buena, no creí que un local como ese tendría tan buena comida –comento un rubio con sorpresa.

-Para que veas que uno no debe dejarse llevar por las apariencias –dijo Yuuri con una pequeña risa, tomando la mano de Wolfram como de costumbre.

-Eso es verdad. Hablando de eso, comer en ese lugar me ha hecho tener un interés por la cocina. Yuuri ¿Comerías lo que yo prepare? –pregunto con emoción.

-¿Tú cocinas? –soltó con sorpresa.

-Eso es cruel, aunque nunca he cocinado, no porque no pueda, sino porque no me han dejado…

-Oh… Las mujeres se morirían por tener un plato de comida de tu parte –se burló obteniendo una reprimenda de parte del otro.

-¿Entonces? ¿Lo comerías? –pregunto con duda.

-Por supuesto que lo haría, también sería todo lo sincero del mundo contigo. Si esta horrible te lo diré.

-Me siento bien y a la vez no con esas palabras –soltó el rubio en un suspiro.

Luego de eso continuaron con su camino como de costumbre. Wolfram tenía en su cabeza el hecho de prepararle algo al moreno, nunca había tocado la cocina, pero se debía más a que su tío no le dejo nunca, según el mayor ese no era lugar para un hombre. Mientras se decidía qué sería lo que le daría, se dio cuenta que estaba cerca el día de san Valentín, así que decidió hacerle un chocolate. Reviso muchas revistas y recetas que decían paso a paso lo que debía hacer, se compró todos los ingredientes para estar listo.

Para su mala suerte, la cocina no era tan fácil como se aparentaba. A pesar de que le ofrecieron ayuda no quiso aceptarla, quería hacerlo con sus propias manos, aunque sus manos no eran tan buenas para sostener los utensilios. Cuando vino a ver había realizado veinte intentos, cinco en cada día hasta que llego el día de san Valentín. Sus manos eran un desastre de tantas veces que se quemó, pincho y corto en el trayecto. Había logrado hacer un chocolate, aunque no le había dado oportunidad de probarlo. Las pruebas anteriores siempre habían quedado con un detalle resaltante.

El primero le había echado poca azúcar, quedando demasiado amargo, el segundo se pasó de azúcar, y eso parecía más azúcar con chocolate, que el mismo chocolate. A los siguientes se excedía con otro ingrediente, Wolfram descubrió la fuerza que necesitaba para poder preparar un simple chocolate, mentalmente se disculpó con todos aquellos chocolates casero que le dieron en los años pasados. Wolfram era el tipo de persona que no aceptaba nada que viniera con sentimiento, después de todo siempre supo que jamás los iba a corresponder, le parecía cruel darle esperanza.

Ya era catorce de febrero cuando el rubio tenía entre sus manos el chocolate envuelto en un bonito papel que había escogido una de las veces que fue a comprar ingredientes. Ahora el asunto era dárselo al moreno, por alguna razón se sintió extrañamente nervioso. Esa sería la primera vez que le daría un chocolate a alguien, era una nueva y extraña sensación para el rubio. Mientras se encontraba en la esquina donde siempre se cruzaba con el moreno, respiraba de manera profunda para calmar sus nervios. El chocolate lo llevaba bien guardado en su bolso, sus manos estaban unidas rozándose levemente, Wolfram no dejaba de ver la cantidad de curitas que ahora tenían.

A partir de ese momento Wolfram tomo una rara admiración por las mujeres que sabían cocinar, la cocina era un campo de batalla difícil de enfrentar. Saco su celular del bolsillo para ver la hora, el moreno estaba llegando tarde, cosa extraña de él, Yuuri jamás llegaba tarde a ninguna de sus citas. Darse cuenta de aquel hecho le preocupo, sin esperar marco el número del moreno para poder saber los motivos de su tardanza. La llamada termino cayendo de una vez en el buzón, eso produjo que se enojara, lo volvió a intentar varias veces pero tuvo el mismo resultado. Suspiro de manera larga antes de decidirse a llamar a la casa del moreno, era bueno que le hubiese pedido el número de su casa para las emergencias. Luego del tercer tono logro escuchar como la llamada entraba.

-¿Sí?

-Buenos días, soy Wolfram, estoy preguntando para saber de Yuuri –no pudo evitar ser formal.

-¡Ah! ¡Wolf-chan! –pudo reconocer la voz de Miko, la madre de Yuuri -. Ah… Yuuri ahora mismo no puede contestar el celular, esta mañana repentinamente despertó con una alta fiebre.

-¿Fiebre? ¿Se encuentra bien? –pregunto preocupado.

-Sí, sí, ahora mismo está durmiendo de nuevo, tal vez por eso no pudo contestarte, está durmiendo plácidamente. No te preocupes, yo cuidare a Yu-chan, así que ve tranquilamente a clases.

-Esta bien… -dijo no muy convencido antes de despedirse y terminar la llamada.

El rubio inicio su camino al instituto luego de haber guardado su celular en el bolso. El moreno le había dado fiebre, eso significaba que no lo iba a ver en todo el día hasta que terminaran las clases, por alguna razón le invadió un sentimiento de soledad. Todos en el instituto se sorprendieron de ver llegar solo al rubio y más en ese día, era el día de san Valentín después de todo. Era el día para estar más romántico de lo normal.

-Oh, oh, ¿el príncipe se siente solo? –escucho cerca luego de haber soltado un suspiro.

-¿Eh? Ah…solo eres tú, el amigo de Yuuri… -fue lo que contesto sin ánimos.

-Murata, Mi nombre es Murata Ken, por favor recuérdalo –dijo en un suspiro, pero dejo de insistir cuando vio que el otro no andaba animado -. ¿Extrañas a Shibuya?

Aquella pregunta le tomo no solo desprevenido, sino que también había dado en el blanco. Sin poder evitarlo se sonrojo hasta las orejas mientras sostenía la puerta del casillero de sus zapatos. Aquel chico lo había atrapado, pero era demasiado orgulloso para admitirlo.

-¡P-por supuesto que no! –dijo intentando tapar su sonrojo -. ¿Por qué extrañaría a un enclenque como él? Él es un gran, gran enclenque por dejarse ganar por una fiebre. ¡Es un gigante enclenque!

Antes de que pudiera tener una respuesta cerró la puerta de su casillero para sin más terminar de entrar e ir rápidamente a su salón, no quería estar más ahí, sabía que aquel chico lo iba a seguir descubriendo. Mientras caminaba llevo su mano a su rostro, era imposible que se sintiera solo sin el moreno. Murata quien había quedado solo en la entrada soltó un suspiro.

-Ah, ah… que difícil será que esos dos admitan que han olvidado que es una mentira.

Murata Ken sabía perfectamente del avance del amor de los otros dos, pero no era una asunto que a él le debía de preocupar, después de todo, era de los que pensaba que los principales protagonistas debían darse cuenta por si solos de su avance. Aunque él sabía que si las cosas no avanzaban, metería su mano en aquella mentira.

Las clases pasaron de manera normal, en realidad Wolfram las sintió como en aquella época donde no estaba saliendo con el moreno. Como en aquel tiempo, comió solo, pues no le gustaba comer con las chicas que le invitaban, si aceptaba una, debía aceptar a todas y eso solo se convertiría en algo escandaloso que le cansaba. Todo el día se la paso preguntando el cómo estaría el moreno, así a la final decidió que iría a visitarlo cuando acabaran las clases. Al fin y al cabo debía darle el chocolate que había hecho.

Sin ninguna duda se fue a casa del moreno cuando escucho la campana de salida. No le importo ni siquiera el hecho de que le habían pedido verse detrás del gimnasio, le importaba más el moreno que cualquier otra cosa. Había recibido chocolates como todos los años, pero gran parte los rechazaba, solo aceptaba los que sabía eran solo de amistad. Ahora se encontraba frente a la puerta de la casa del moreno, decidiendo si tocar el timbre o no, para su suerte la mujer de la casa iba llegando cuando el rubio aún se decidía si llamar o no.

-¿Wolf-chan? –soltó la mujer con sorpresa, Wolfram por reflejo se tensó.

-Ah… Buenas tardes… yo, yo solo venía a ver como estaba  Yuuri –soltó mirando en otra dirección, aunque ya había estado antes en esa casa no podía evitar seguir nervioso.

-Yu-chan estaba durmiendo, tal vez ya está despierto, le toca la medicina. ¿Por qué no pasas a verlo? –dijo de manera animada mientras empujaba al chico a los adentros de la casa.

-No, no, yo solo quería saber si estaba bien… yo… -se negaba pero aun así termino en la sala de la casa.

-Esta bien, esta bien, Wolf-chan es ahora parte de esta familia, no debes preocuparte –comento con una risa.

Wolfram aun dudaba sobre la aceptación que habían tenido los padres del moreno. Luego de decirle a Conrad y al tío de Wolfram, vinieron los padres, tenían que hacerlo, después de todo se iban a enterar en algún punto. Por su parte Wolfram sabía que su madre no tendría ningún problema, estaba preocupado por los del moreno, pero estos lo recibieron gustosos, tanto que asusto un poco al rubio, aun a esas alturas seguía teniendo el mismo sentimiento.

-¿De verdad le parece bien? –murmuro con duda mientras estaba en el sofá. Como estaba todo en silencio la mujer pudo escuchar la pregunta.

-¿Qué nos parece bien? –pregunto ella dándole un poco de jugo al rubio. Wolfram desvió la mirada unos minutos.

-Que su hijo salga con otro hombre… -Wolfram normalmente se mostraba seguro, pero delante de aquella dulce mujer no podía evitar sentirse nervioso.

-Te mentiría si dijera que no me sorprendió, después de todo Yu-chan siempre llegaba contando sobre las niñas que le gustaban –dijo la mujer con una mano en la mejilla -. Pero, ¿Qué tiene de malo? Lo importante es que sean felices, si ustedes lo son, ¿Por qué habría de molestarse? Los padres siempre buscamos que los hijos consigan su felicidad, si la de Yu-chan está contigo, no puedo enojarme, solo puedo rezar por que su felicidad continúe por muchos años.

En ese momento Wolfram entendió porque se sentía nervioso delante de aquella mujer. Era tan amable y sincera que por eso se sentía nervioso, pues no quería mentirle a tan dulce mujer, que desde el inicio lo trato como parte de la familia. Por un momento se sintió un poco mal, después de todo, que él y Yuuri fueran amantes era una gran mentira.

-Además… -le escucho hablar de nuevo -, Wolfram es un hermoso hombre, hasta yo me emocione cuando Yu-chan dijo que estaban saliendo, pensé que mi hijo tenía un buen gusto –dijo la mujer entre risas.

-Muchas gracias por el alago –comento con una sonrisa. Miko tomo una de las manos del rubio y la acaricio con suavidad.

-Wolfram, ahora eres parte de esta familia, así que no te sientas cohibido de decir o hacer cualquier cosa que desees. Si tienes algún problema, no dudes en contar con nosotros –dijo la mujer con suavidad y una pequeña sonrisa.

A Wolfram se le comprimió el corazón con aquella acción, aquella mujer era demasiado amable. Era demasiado para Wolfram, aquella sinceridad, aquel trato, era demasiado para él, quien sabía que todo aquello era una mentira. Después de todo ni Yuuri ni él estaban enamorados del contrario.

-Yo iré a ver a Yuuri.

En mitad del nerviosismo y el dolor que comenzó a sentir se levantó de golpe diciendo aquella excusa para escapar de esa situación. Wolfram por un momento pensó que la persona que iba a terminar al lado del moreno iba a ser afortunada, porque iba a tener el apoyo de aquella maravillosa familia. Un nuevo dolor en el pecho comenzó, pero era diferente al que antes estaba sintiendo.

-Llévale la medicina por mí –Le escucho decir a Miko. Tomo la medicina y sin agregar algo más subió por las escaleras al segundo piso.

-No puedo creer que le estés diciendo esa clase de palabras, no es como si ellos fueran a estar juntos para siempre –Dijo Shori quien estaba en el marco de la entrada. La mujer soltó un sonido de exclamación antes de reír levemente.

-¿Estas celoso de Wolf-chan por qué te está quitando a Yu-chan? –dijo la mujer con una risa.

-¡Claro que no! –comento con un leve sonrojo el hermano mayor de Yuuri -. No sé cómo lo sigues aceptando aun sabiendo que es una mentira.

-¿De qué estás hablando? –soltó riendo de nuevo la mujer.

-Tu mejor que nadie pudiste darte cuenta que ninguno de ellos dos está enamorado del otro, es imposible que Yuuri este enamorado de otro hombre –dijo con seguridad el hombre.

-Por supuesto que me di cuenta cuando Yu-chan me mintió esa vez, pero… -e hizo una pausa donde suspiro -. Yu-chan es feliz con Wolf así que, ¿Por qué molestarme? Además… Su mentira está dejando de serlo…

-¿Eh? ¿De qué estás hablando? –soltó Shori sin entender.

-Ja, ja, nada, nada, cosas mías… -dijo entre risas la mujer.

“Yu-chan me mintió, por supuesto que me daría cuenta. Después de todo, se quién es la persona que Yu-chan ama, también se el sufrimiento por el que ha pasado, por eso…Esta bien seguirle esta pequeña mentira… al fin y al cabo, es la primera vez que Yu-chan ha llamado a alguien más, que no sea a mi o Julia-san. Yu-chan, date cuenta pronto de a quién de verdad quieres ahora…”

Una mujer con más de una década de experiencias se había dado cuenta de la verdad. Sabía que desde un comienzo su hijo le había mentido, pero en vez de molestarse le siguió el juego, pues en aquel momento ella se percató de algo que nadie más notó. Tal vez por qué conocía muy bien a su propio hijo fue que se dio cuenta. Se percató de que aquella mentira en un punto iba a dejar de serlo. Una madre siempre sabrá sobre las cosas de sus hijos.

Wolfram termino subiendo teniendo la medicina en las manos. Estaba ahí parado frente a la puerta de la habitación, no había visto al moreno en todo el día, así que tal vez por eso sentía un extraño nerviosismo. No es como si fuera la primera vez en aquella habitación, respiro hondo para llevar su mano al pomo de la puerta y así abrirla. Al hacerlo pudo ver como la habitación estaba algo oscura y el moreno seguía acostado en la cama con un pañuelo en la frente.

Entro sentándose a un lado de la puerta, al lado de la mesa donde estaba el envase con agua. Tomo el pañuelo notando como estaba ya caliente así que lo llevo al agua para remojarlo un poco, al acabar lo regreso a la frente del moreno. Le miró fijamente viendo como le costaba respirar aun estando dormido, Wolfram no sabía qué hacer en ese momento, quería ayudarlo a salir de ese malestar, pero él no sabía cuidar de una persona enferma. Apretó un poco sus manos sintiendo como apretujaba algo, las abrió para darse cuenta de la medicina.

-Yuuri… -Le llamo con suavidad, ¿Cómo era la mejor manera de despertar a un enfermo? -. Yuuri, es hora de que te tomes la medicina, despierta…

No obtuvo respuesta, era evidente ya que el moreno estaba dormido. Llevo sus manos al cuerpo ajeno para removerlo un poco, por un momento un miedo le invadió de pronto.

-Yuuri…. Yuuri…vamos, despierta…Yuuri… -un llamado con un toque de desesperación en la voz –. Yuuri…despierta.

-Así que no era un sueño el hecho de que escuchaba tu voz… -la voz del moreno le sorprendió, pero se sintió aliviado cuando pudo ver sus ojos.

-¿Acaso crees que es un sueño? Deberías agradecer que alguien tan importante como yo venga a verte mientras estas enfermo –dijo con orgullo tratando de tapar lo preocupado que estaba antes.

-Sí…-dijo con una risa que fue interrumpida por la tos que de pronto le dio.

-¿Estás bien? –Pregunto el rubio luego que dejara de toser -¡Ah! Cierto… tu mamá te mando la medicina para que la bebieras…

Le mostró la medicina al moreno luego de decir aquello, no sabía que decir o hacer en esos momentos. Las veces que Wolfram había estado enfermo lo habían cuidado las sirvientas en la mayoría de veces, por eso no sabía que debía hacer.

-¿Me ayudas a sentarme? Me cuesta un poco hacerlo por mí mismo…

El rubio asintió con la cabeza cuando escucho aquellas palabras levantándose del suelo para ayudar al moreno a sentarse en la cama. Cuando estuvo sentado este le indico que le pasara un vaso de agua para beberse la medicina, al ya haberlo hecho regreso a acostarse en la cama.

-Supongo… Supongo que es hora de que me marche, para que descanses mejor –dijo Wolfram en un suspiro, su ida fue detenida cuando sintió la mano del moreno en su brazo.

-No es necesario que te marches, quédate un poco más… -dijo con suavidad antes de toser un poco.

El rubio lo dudo un poco, pero al ver como el otro se lo pedía y como de manera torpe le tomaba el brazo termino por hacer que decidiera quedarse. Regreso a sentarse en el suelo mientras afincaba sus codos en la cama.

-Está bien, me quedaré hasta que te duermas –dijo con una sonrisa mientras tomaba la mano del moreno.

El moreno asintió levemente con la cabeza mientras sentía la mano del otro. Sin más fue cerrando los ojos, ahora le estaba empezando a dar sueño, tal vez era la medicina que había tomado antes, quería quedarse un poco más despierto para poder seguir viendo el rostro de Wolfram, pero sus ojos perdieron la batalla y se quedó completamente dormido luego de aquello.

Pasaron las horas mientras el moreno dormía. No fue sino hasta que el reloj dio las nueve que el moreno de nuevo despertó, había dormido un largo rato si contaba que cuando se tomó la medicina eran apenas las cuatro de la tarde. Se removió un poco para darse cuenta que su mano aún seguía siendo sostenida. Se sentó en la cama notando como Wolfram dormía en el borde de su cama, se había quedado todo ese rato mientras estaba durmiendo.

Por reflejo sonrió llevando su mano libre al rostro del otro removiendo uno de sus mechones para ver lo bien que se veía ahí dormido. Rio por lo bajo mientras se inclinaba un poco para darle un corto beso en la frente. Su felicidad fuese continuado si no hubiera sido por su madre quien entraba en la habitación encontrándolo en aquella escena vergonzosa. Su madre soltó una risa bajo la mirada avergonzada de su hijo.

-Había venido a colocarle una cobija a Wolfram… -dijo entre risas la mujer.

-¿A estado todo este tiempo así? –pregunto recibiendo la cobija de su madre.

-Creo que sí, cuando subí hace unas horas lo encontré profundamente dormido, cuando lo vi de esa forma no pude despertarlo. ¿Por qué no le dices que se quede? Ya es tarde para que vaya a su casa –comento Miko con una sonrisa.

-Sí, eso haré –dijo Yuuri con una sonrisa. Luego de comprobar el estado de su hijo Miko se retiró de la habitación dejando a los otros dos solos.

Yuuri observo de nuevo a Wolfram quien dormía plácidamente al borde de su cama. Sus manos aún seguían unidas así que sin poder evitarlo la levanto para besar con suavidad la palma de la mano de Wolfram. Un sentimiento desconocido lo comenzó a invadir, el hecho de que el otro se quedara con él todo ese rato que estuvo con fiebre, que se quedara ahí hasta el punto de quedarse dormido, le hizo sentir un extraño sentimiento que no reconoció.

-Wolfram, vamos, Wolfram despierta…

Le llamaba con cierta suavidad en su voz, más bien le estaba llamando con un toque de dulzura. La voz del moreno llego a los oídos del rubio a lo que lentamente, soltando un par de quejas fue despertando. La mano libre la llevo a su rostro pasándola con suavidad mientras terminaba de despertar.

-¿Yuuri? –soltó cuando estuvo más despierto -. ¿Ya te sientes mejor? ¿No tienes fiebre? ¿Necesitas de algo? –sin poder evitarlo soltó muchas preguntas de golpe.

-Sí, estoy bien, me siento mucho mejor –dijo como respuesta calmando al rubio -. Gracias por quedarte conmigo todo este rato.

-¿Eh? –soltó para mirar un momento la hora -. ¡No es que me quise quedar o algo así! –soltó en defensa el rubio, grandemente avergonzado.

-Está bien, está bien –dijo con una pequeña risa -. Mi madre dice que te quedes a dormir, es muy tarde para que vayas a casa ahora.

-Sí, eso mismo haré. Los llamaré deben de estar preocupados –dijo para al fin soltar la mano del moreno y comenzar a buscar en su bolso el celular. Mientras estaba en mitad de su búsqueda se topó con el chocolate.

-¿Qué sucede? –pregunto Yuuri al ver como el otro se había quedado en silencio unos minutos.

-Ah… nada, simplemente se me había olvidado –comento el rubio sacando el chocolate -. Lo había hecho para ti. Feliz san Valentín enclenque –dijo con una sonrisa.

-¿Un chocolate para mí? –pregunto con un toque de sorpresa.

-Si no lo quieres me lo puedes devolver –dijo refunfuñando el rubio.

-No, no, es simplemente que estoy sorprendido, será la primera vez que reciba un chocolate en esta fecha –comento rascándose la nuca.

-¿De verdad? Entonces es algo bueno –dijo con una pequeña sonrisa.

-Lo probare entonces –comento con una sonrisa. Comenzó a quitarle el envoltorio para sin más romper un pedazo y llevarlo a su boca.

La cara que hizo Yuuri luego de saborear el chocolate fue todo un espectáculo. Se le veía en la cara lo horrible que le había parecido el sabor de aquel dulce.

-Esta horrible… -dijo viéndosele la cara verde.

-¿De verdad? –soltó el rubio sin creerse -. A ver… -Y tomo un pedazo del chocolate para llevarlo a su boca.

Ahora ambos se encontraban teniendo la misma expresión. ¡Había quedado horrible ese chocolate! A cualquiera que se lo entregara lo primero que pensaría era que quería matarlo. Wolfram llevo su rostro a las sabanas para usarlas para tapar su rostro. ¡Que vergüenza! Se había esforzado tanto haciendo ese chocolate para que le quedara horrible. En ese momento en que Wolfram no le mostró su rostro fue que Yuuri notó las vendas en sus manos.

Llevo sus ojos negros un momento al chocolate y de nuevo a las manos de Wolfram. Así que se había esforzado por darle un buen chocolate a pesar de que le dijo que jamás había cocinado. Se le veía el esfuerzo que había tenido, Yuuri dejo el chocolate en la mesa de noche donde estaba el envase con agua para tomar las manos de Wolfram quien levanto un poco su rostro para verlo.

-Hagámoslo juntos el próximo año. Así yo también te daré un chocolate a ti.

Wolfram le miró con duda, pero cuando vio la sonrisa que Yuuri le regalo mientras sostenía con ternura sus manos simplemente suspiro antes de también sonreír. Asintió con la cabeza ante aquellas palabras.

-Bien, es un trato… -dijo antes de soltarse del agarre para subirse a la cama del moreno.

-¿Eh? –soltó Yuuri sin entender la acción del otro -. ¿Qué haces Wolfram?

-¿Acaso no lo ves? Ya es tarde y tengo sueño, me esforcé mucho esta semana para hacer ese chocolate asesino, así que quiero dormir… -dijo mientras se acomodaba en la cama del moreno.

-Si es así entonces podemos llamar a mi mamá y… -antes de poder terminar la frase el rubio lo tomo por la camisa y lo jalo de regreso a la cama.

-Está bien así, somos amantes, no se les hará raro vernos así.

Soltó Wolfram mientras se acurrucaba aún más en la cama del moreno, ocultando su rostro en el pecho del otro, respirando el olor que desprendía. Estaba bien de esa manera, el calor y olor del moreno le calmaba en muchos sentidos. Yuuri termino suspirando resignado aceptando la proposición del otro. Sin más le rodeo con los brazos para cerrar sus ojos de nuevo. Así ambos se dejaron llevar por Morfeo al mundo de los sueños.

 

 

 

 

 

 

 

Su amor iba creciendo cada vez más, siendo ellos ajenos a ese hecho. Tanto estaban tan pendiente de su amor no correspondido que no se daban cuenta que no les causaban la misma sensación. Yuuri ya no sentía su corazón acelerado, ya no deseaba oler la esencia de Julia, es más, cuando la veía no sentía el mismo sentimiento de antes. Antes Yuuri de inmediato se daba cuenta cuando llegaba Julia, también la podía encontrar en la multitud, pero ese hecho se estaba perdiendo, el moreno ya no se daba cuenta cuando llegaba la chica. Por otro lado si se daba cuenta cuando lo hacía Wolfram.

Por su parte Wolfram ya no extrañaba tanto a su tío, este de vez en cuando venía de visita y ya no sentía la misma emoción de antes cada que lo veía. Las personas a su alrededor si se daban cuenta de esos cambios, pero los involucrados eran ajenos a ellos. Reaccionaban, más no se percataban de que lo hacían. Ambos seguían confiando en el hecho de que seguían teniendo aquel amor no correspondido, cuando hace un tiempo lo habían dejado muy atrás. Pero no se darían cuenta de ese hecho, no lo harían porque eso significaba que su amor no era amor verdadero, aunque eso era lo que creían ellos.

Un amor que es fingido, o una historia llena de una mentira, eso jamás terminaría en un final donde ambos se entregaran mutuamente. Para dos personas que solo fingían, no iban a poder llegar nunca al final de aquel amor, no iban a poder ser uno con la persona que verdaderamente aman. Puede suceder que en un punto lo hagan, pero como no hay amor de por medio, jamás se sentirían llenos con aquella acción, incomodidad es lo que tendrían al final. Una gran incomodidad.

Eso mismo fue lo que pasó con Yuuri y Wolfram, la única diferencia era que en ambos no quedo la incomodidad, quedo un sentimiento que no quisieron admitir que tuvieron. La primera vez que Yuuri y Wolfram durmieron juntos fue unos meses antes de cumplir el año con aquella mentira. Ya les faltaba poco para llegar a tener un año con aquella mentira de ser amantes, ya iban a tener un año con aquella mentira en sus labios. El motivo por el que llevo a ambos a dormir juntos fue la noticia que recibieron un día.

Yuuri y Wolfram se encontraban en la casa del segundo. El rubio había invitado al otro a comer aquel sábado del mes de agosto por insistencia de su madre. Se encontraban en la casa, Chery, Gwendal, Conrad junto con Julia y el tío de Wolfram que estaba de visita, claro está, además de Wolfram y Yuuri. Habían tenido una agradable comida cuando de pronto el tío de Wolfram llamo la atención de todos.

-Sé que es repentino lo que diré ahora mismo, pero… -comenzó a decir Waltorana bajo la mirada de todos -. Hace un tiempo conocí a alguien y bueno… Hemos decidido al fin casarnos.

Al oír aquella noticia todos de inmediato felicitaron al rubio mayor por la noticias, todos estaban contentos menos dos personas. Yuuri se vio sorprendido por aquella noticia pero lo primero que pensó fue en Wolfram, así que llevo su vista a este que miraba a todos en shock por la noticia.

La persona que ama está enfrente de él diciendo que se iba a casar pronto, evidentemente cualquier estaría en shock. Yuuri por reflejo iba a realizar la misma acción que tantas veces hizo, iba a tomar la mano de Wolfram, pero, ahora sería él el shokeado. Wolfram rechazo su acción. El rubio se había dado cuenta de lo que estaba haciendo el moreno, por eso aparto su mano a un lugar donde no la podría tomar. Por primera vez Wolfram le había rechazado.

Se quedó mirando fijamente al otro sin decir absolutamente nada, ¿Qué iba a decir? Con eso de nuevo Yuuri recordaba que aquello era fingido, entre él y Wolfram no había nada, todo aquello era una gran mentira. De nuevo caía en la realidad en ese tipo de situaciones. Por su parte Wolfram salió de su shock y en su rostro se formó una pequeña sonrisa.

-Felicidades por tu compromiso –Pronuncio lo suficientemente alto para que los otros lo escucharan.

-Muchas gracias Wolfram, lo mejor que puedo recibir es tu aprobación –comento con una amplia sonrisa Waltorana.

El resto del día lo único que se escucho fue las historias de Waltorana sobre cómo conoció a la persona, el cómo tomaron aquella decisión, entre muchas otras cosas a lo que los demás parecía emocionarle. En todo ese rato Yuuri solo miraba a Wolfram quien tenía una sonrisa en su rostro riendo cada cierto tiempo. Al moreno le preocupaba aquella reacción.

Se hizo la hora en que el moreno tenía ya que marcharse así que todos se despidieron de este. Wolfram indico que lo iba a acompañar, así que también se despidió de todos los presentes. El camino fue completamente silencioso y Yuuri ni siquiera pudo tomar la mano de Wolfram puesto que el otro llevaba sus manos dentro de los bolsillos. Esa fue la primera vez que un silencio le parecía tan incómodo, normalmente eran agradables, pero aquel era particularmente incómodo.

Terminaron al fin de llegar a la casa de Yuuri, quien se dio cuenta solo en ese momento que Wolfram le había acompañado todo el camino. Ni siquiera se había dado cuenta cuando habían pasado el cruce donde se separaban. Yuuri miró un momento su casa completamente oscura, no era extraño si su hermano se había quedado en la casa de un amigo y sus padres se habían ido a las aguas termales por el descuento que habían ganado. Esa noche el moreno la pasaría solo en su casa.

-¿Quieres pasar por algo de beber? –pregunto mientras abría la puerta de su casa.

-Esta bien –fue lo único que tuvo como respuesta.

Yuuri no sabía porque, pero sentía al otro más disperso que lo normal, tal vez la noticia si le había afectado como lo pensó en aquel momento. Sin agregar más nada abrió la puerta cerrando cuando Wolfram entro a su casa. Luego de cerrar camino rápido a la cocina dejando atrás a Wolfram quien duro parado en la sala unos minutos.

-Sé que no sabrá como el de mi madre, pero ya verás que quedara sabroso… -no sabía de qué estaba hablando, pero no quería continuar con aquel silencio.

Wolfram no contesto ni opino nada sobre el asunto, en realidad de nuevo los invadió el silencio lo que le hizo sentir grandemente incómodo. Escucho un ruido, pero antes de que pudiera girarse para ver que había sido era tirado al suelo dejando caer las ollas que tenía en sus manos. Cuando se vino a dar cuenta estaba en el suelo con Wolfram encima. El rubio llevo una de sus manos a la camisa del moreno, por su parte Yuuri no entendía lo que estaba pasando.

-Wolfram… ¿Qué estás haciendo? –pregunto con cierta preocupación.

-Yuuri… -al fin luego de tanto rato escuchaba su voz –. Yuuri…tengamos sexo.

Aquellas palabras le dejaron sin habla. ¿De verdad le estaba pidiendo algo como eso? No se lo podía creer. Era una mentira, era una mentira lo que estaba llegando a sus oídos.

-Wolfram ¿De qué estás hablando? –pregunto, aunque quizás ya se sabía la respuesta.

-Quiero olvidar… -escucho murmurar al otro -. Quiero olvidarlo todo Yuuri.

El moreno no supo de qué estuvo más sorprendido, de las palabras o del hecho de que en su rostro comenzó a caer algo húmedo. Wolfram estaba llorando. El rostro lamentable que le mostró lo estaba haciendo dudar.

-Yuuri… -y el rubio fijo sus ojos verdes en el moreno -. Yuuri, hazme olvidar todo y a todos… Quiero olvidar por un momento sobre todo a mi alrededor…Yuuri, haz desaparecer todo…

-Sí…

Yuuri termino aceptando aquella loca proposición. Llevo una de sus manos al rostro ajeno para pasarla y limpiar un poco aquellas lágrimas que estaban arruinando tan hermoso rostro. Con aquella mano atrajo el rostro ajeno a su propio rostro para así besarle.

De esa manera, con suavidad, con lentitud, con torpeza, de esa manera por primera vez Yuuri y Wolfram tuvieron sexo. Unieron sus cuerpos para olvidar por un momento, quienes eran y de quienes estaban enamorados, olvidar todas sus penas, olvidar el amor no correspondido que llevaban por tantos años. Olvidarse por completo del mundo que estaban viviendo y solo centrarse en una cosa, complacer a su compañero. Wolfram lo había hecho para olvidar que su tío pronto se iba a casar, pero Yuuri dudaba sobre sus motivos de haber hecho tal cosa.

Era para olvidarse de todo, de eso se quiso convencer el moreno, pero en mitad del proceso dudo. Dudo si lo estaba haciendo para olvidarse de todo o por el simple hecho de que deseaba a Wolfram.

Lo dudo, y esa duda lo siguió durante todas las veces que durmieron juntos luego de aquella primera vez.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin darse cuenta la distancia comenzaba a aparecer entre ellos. Quizás se debía al hecho que comenzaban a darse cuenta de un hecho,  no era solo eso, en sus cabezas se formulaba una sola pregunta ¿De verdad aquel acto de amantes seguía siendo una mentira? Ninguno de los dos podía responder con seguridad un gran . Después de haber cruzado la línea y haber dormido juntos, ambos dudaban sobre ese hecho. Como tomarse de la mano, como besarse, el sexo también comenzó a ser algo que los dos disfrutaban, hasta varias veces habían tenido sexo sin ninguna excusa por delante.

Aunque sus mentes se estaban comenzando a quedar en el camino sus cuerpos no, cada vez que estaban a solas, cada vez que se daban besos o se mimaban, terminaban por acostarse juntos. Tan bien se sentían entre sí, que sin darse cuenta realizaban el acto gustoso, aunque la primera vez que lo hicieron no fue completamente un acto que hubiesen querido. Se deseaban, se comenzaban a desear de todas las maneras, no solo eso, se celaban, se enojaban, se peleaban. En un punto estaban comenzando a actuar como verdaderos amantes.

¿Acaso aquello todavía seguía siendo una mentira?

La respuesta era evidente para todos menos para los involucrados.

La situación que llevo a que aquella mentira dejara de serlo fue una que involucro a Julia, la novia de Conrad. Conrad y ella habían comenzado a vivir juntos, otra excusa que usaron para dormir juntos. Aunque la verdad era que el moreno le había dejado de preocupar aquel hecho, pero no lo iba a admitir, por lo menos por un tiempo más. Un día se habían reunido con Julia, quien les había pedido ayuda para poder comprarle un regalo al castaño. Aunque se quejó el rubio termino acompañándolo a los dos en su salida, no quería dejarlos solos, después de todo sabía que el moreno tenía su amor no correspondido por aquella mujer. Y algo en ese asunto le molesto.

Después de caminar un par de horas terminaron en una tasca donde comieron algo mientras la mujer pedía un poco de cerveza para pasar la rabia que tenía por no encontrar nada que se ajustara a sus deseos. ¿Ahora que iba a hacer? La mujer no lo sabía, así que ahogaría sus penas en alcohol. Los dos hombres que la acompañaban la veían mientras tomaba el primer trago de varios que bebería esa noche.

De vez en cuando los dos hombres cruzaban miradas mientras escuchaban los lamentos de la mujer. Cuando comenzó a estar borracha, comenzó a decir todas las cosas que le molestaban, de todo el mundo. En mitad de aquella larga historia que contaba Julia, Wolfram se excusó para ir al baño dejando a los otros dos completamente solos. Yuuri se reía de la actitud que tenía aquella mujer, lo que no se dio cuenta fue del asunto de que no estaba emocionado de encontrarse a solas con Julia. En una de esas la mujer hizo un movimiento que estuvo a punto de caerse, pero el moreno reacciono con rapidez atrapándola antes de que cayera al piso.

-Creo que han sido suficientes cervezas para ti Julia –le indico Yuuri en un suspiro volviéndola a sentar en la silla.

-¿De qué estás hablando? ¡Todavía puedo con más! Estoy en todo mis sentidos –dijo la mujer mirando en otra dirección de la que se encontraba el moreno.

-Sí, sí, pero es suficiente para ti –dijo con un suspiro terminando de acomodarla. Julia miro fijamente unos minutos al menor antes de atreverse a decir:

-Yuuri, eres un niño bastante considerado –dijo sorprendiendo al moreno -. Estoy segura que si no hubiese conocido a Conrad, seguro hubiese salido contigo. Eres un buen chico, estoy segura que aceptaría salir contigo si la situación se fuese dado –confeso la mujer.

Un silencio les invadió pues el moreno no supo que decir ante aquellas palabras. El shock no le dejo notar que un rubio escuchaba detrás de una pared aquella conversación.

-¿De verdad? –no es que quería una respuesta, más bien simplemente no supo que decir y soltó lo primero que se le ocurrió.

-Sí. Estoy segura que me hubiese enamorado de ti Yuuri. Seguro tendríamos un hermoso romance

Más que feliz Yuuri se sentía confundido. Y un rubio dejaba el lugar sin decir ni una palabra o interrumpir el momento, sintiendo una gran opresión en su pecho. Yuuri analizo un momento la situación, lo normal hubiese sido que se sintiera emocionado, la persona de la que estaba enamorada le dijo que estaba bien con él. Fue ahí donde se dio cuenta de un hecho.

¿Estaba?

En su mente el moreno había hablado en pasado.

-Si me lo hubieses dicho unos meses antes, quizás hubiera saltado de alegría –confeso sin darse cuenta con una pequeña sonrisa.

-¿Qué cambio de unos meses para acá? –pregunto la mujer con curiosidad, ya más sobria que antes.

La pregunta le tomó por sorpresa, pero aun así pensó en la respuesta que le daría a Julia. ¿Qué había cambiado? ¿Qué le había hecho cambiar? La respuesta estaba bien clara en la mente y corazón del moreno.

-A mí me gusta Wolfram –por primera vez estaba siendo sincero consigo mismo. La mujer sonrió levemente afincando su codo en la mesa.

-Entonces ve por él. Se sinceró con tus sentimientos Yuuri –dijo la mujer con suavidad acariciando la mejilla del menor -. No hay nada mejor que ser honesto con tus sentimientos.

-Sí. Eso haré, muchas gracias.

Yuuri ahora tenía todo claro. Eso era lo que había cambiado, ya no se sentía atraído a Julia porque se había enamorado de Wolfram, solo rezaba con todas sus fuerzas que el rubio se sintiera igual. Luego de unos minutos Yuuri se preguntó dónde se encontraba el rubio, había tardado mucho en el baño. Sin ninguna duda se levantó de su asiento para ir a los baños del local. Al llegar se encontró a un hombre desconocido saliendo de ellos, se preocupó aún más por la ubicación del rubio. Choco con una empleada a la que no dudo en preguntarle la ubicación del rubio.

-Disculpe, ¿Ha visto a un hombre rubio como de mi estatura? Estaba adentro del local conmigo hace unos minutos.

-¿El hombre guapo que estaba junto a ustedes? A ese lo acabo de ver hace unos minutos tomando su abrigo y yéndose…

Sin siquiera terminar de escuchar la oración de la empleada termino por ir por sus cosas, despidiéndose rápidamente de la mujer quien no entendió la situación. A la salida tomo su abrigo para sin más salir del local, pensó en que posible camino pudo haber tomado el rubio y corrió en esta. No sabía los motivos por el cual el rubio se iba a ir del local donde estaban comiendo, pero una preocupación le invadió grandemente.

Duro un tiempo corriendo antes de poder visualizar la cabellera de Wolfram. Se sintió aliviado de poder encontrarlo a la distancia así que fue detrás de este, quien llevaba la mirada baja sin dejar de caminar. Cruzo en mitad del camino entrando en un callejón, terminaron saliendo a una calle secundaria donde no había tanta gente. El moreno agradeció que el otro hubiese tomado aquella decisión.

-¡Wolfram! –le llamo cuando estuvo más cerca, el nombrado se detuvo para girarse viendo al moreno detenerse a unos pasos de él algo cansado por correr.

-¿Qué sucede? –pregunto de pronto.

-¿De qué estás hablando? Eso es lo que debería de preguntar yo. Te fuiste de pronto ¿Qué fue lo que paso? –pregunto con duda mirando fijamente al otro.

-¿De qué estás hablando? –pregunto mirando en otra dirección -. Yo simplemente sentí que estaba demás…

-¿Eh?

-¿No estas feliz? La persona que te gusta te ha dicho que podría salir contigo, deberías estar con ella, no conmigo.

Las palabras del rubio no las sentía sincera, y más tenía ese pensamiento cuando el contrario no lo miraba fijamente. Estaba huyendo de su mirada.

-Wolfram…

-Deberías ir con ella, es lo mejor, es tu amor no correspondido… Seguro estas animado por eso, no debes de preocuparte por mí…

-Wolfram…

-Ahora es el momento de confesar tus sentimientos a ella, seguro tienes una oportunidad. Es tu momento enclenque, así que será mejor que vayas con ella y así…

-¡¡Wolfram!! –el grito que dejo salir el moreno le hizo tensarse -. No sé de qué estás hablando, ¿Qué quieres decir con eso? –pregunto con el ceño fruncido.

-Yuuri… Terminemos con esto

De nuevo las palabras de Wolfram lo estaban dejando en shock. ¿Estaba hablando en serio? ¿De verdad le estaba diciendo que terminaran con todo aquello? No lo podía creer… no, no lo podía aceptar.

-¿Qué?

-Yuuri, acabemos con esto. Ya no funciona, ya no funciona este trato, así que será mejor que lo terminemos…

-¿Eh? ¡¿Qué pasa con mi opinión?! –casi grito en su enojo.

-Es lo mejor para ambos, desde un principio esto era solo un trato… una mentira que era conveniente para los dos…

-¿Y ya no lo es? –su voz era suave a pesar de que seguía enojado.

-No… -dijo aun sin mirarlo fijamente -. Ya no es conveniente, por eso acabemos con el trato. Dejemos de ser amantes de mentira…

-¡¿Y yo no tengo derecho a opinar?! ¡¿Por qué decides por tu cuenta?! ¡¿Qué pasa si no estoy de acuerdo?! ¡Esto no es justo! ¡¡Esto es una decisión de los dos!! –sin poder evitarlo mostro su enojo en el tono de voz que uso.

-¡¡NO!! –Wolfram grito interrumpiendo las preguntas del moreno -. ¡Ya no tiene importancia nada de esto! ¡No lo tiene! ¡Por qué yo-! 

Wolfram se detuvo de golpe mirando al fin directamente al moreno. Tenía sus manos en su cabeza notándose en sus ojos verdes la confusión que tenía dentro de sí mismo.  Yuuri dio un paso adelante para poder calmar la situación, pero el otro le vio con pánico.

-Wolf…

-Yuuri, lo siento…

Antes de que Yuuri terminara de acercar su mano al rubio este se giró dándole la espalda y así irse corriendo del lugar. Yuuri lo hubiese seguido si no fuera porque estaban cerca de un paso del tren. Justo cuando Yuuri iba a correr la señal de que no podía pasar bajo viéndose unos minutos después el tren pasar con rapidez. Cuando de nuevo Yuuri vio el otro lado estaba vacío.

Yuuri de nuevo lo había hecho. Había dejado escapar a su amor por segunda vez.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un moreno se abrazaba a su mismo para poder calentar un poco su cuerpo, estar parado en mitad de una nevada no era bueno para su cuerpo. Su celular sonó de pronto haciendo que se tensara unos minutos antes de decidirse a contestar. Era una llamada de la persona con la que actualmente estaba saliendo. Sin ninguna duda llevo su celular a su oído para atender la llamada.

Unos cortos minutos duró la llamada pero fue suficiente para poder así ponerse en marcha. Antes de guardar su celular miró la hora, viendo que eran ya la cinco y media, entonces entendió el motivo de aquella llamada. Comenzó a caminar con paso lento sintiendo como su pie se hundía en la nieve que iba pisando. Su vista fue llevaba a la vitrina de una tienda donde estaba su reflejo. Pudo notar algo resaltante en su ropa, era aquel regalo, aquel que le habían dado una navidad muchos años atrás. Rio suavemente antes de continuar con su camino.

-¡Que frío! –se quejó mientras iba caminando.

Camino un par de cuadras mientras se calentaba a su mismo en el proceso, termino llegando a una tienda que vendía bebidas calientes. Pidió dos bebidas para llevar cuando al fin tuvo su turno en la caja, al parecer muchas personas habían pensado lo mismo, así que tuvo que esperarse unos minutos. Al salir de la tienda regreso en sus pasos al mismo lugar donde había estado parado una media hora.

Al estar cerca pudo notar como en el mismo lugar ahora se encontraba una persona parada, como él había estado minutos antes. Reconoció perfectamente a la persona que ahora estaba parada en el lugar. Era su pareja desde hace tantos años, por supuesto que lo iba a reconocer. Termino su camino llegando a un lado de aquel hermoso hombre que le sonrió cuando sus miradas se encontraron.

-Tardaste mucho enclenque –la dulce voz de su pareja no se esperó en llegar a sus oídos.

-¡Si tengo media hora aquí parado! Además, fuiste tú el que me pidió que fuera a comprar algo.

-Excusas, excusas, estas lleno de excusas enclenque –la risa del contrario le lleno de felicidad. Ver reír a su pareja le llenaba el corazón de alegría.

-Mira quien lo dice. Tú no te quedas atrás Wolfram –rio levemente antes de entregarle su bebida y así tener la mano libre para tomar la del rubio.

-Yo deje las excusas hace años… -canturreo con orgullo el rubio.

Yuuri jamás se arrepentiría de la decisión que tomo en aquel entonces. Jamás se arrepentiría de la decisión que tomo en la época de su juventud. Esa había sido la mejor decisión que tomo en aquel tiempo.

La decisión de perseguir a Wolfram.

 

 

 

 

 

 

 

 

Wolfram había terminado por huir. Luego de aquella conversación con el moreno termino marchándose con su tío a Europa, ni siquiera se los notifico a su familia, simplemente se marchó sin decir nada, había huido cobardemente de toda aquella situación. Y ¿Cómo no hacerlo? Estaba confundido, no sabía realmente que era lo que debía hacer, ¿Qué era lo correcto? ¿Qué mejor decisión pudo tomar? No lo sabía por eso decidió huir que era más fácil.

Por un momento tuvo la esperanza de que el moreno le siguiera, pero este nunca llego. Era inevitable si ni siquiera le había dicho sobre irse, simplemente lo hizo sin pensar en los sentimientos del moreno. Aun a esas alturas Wolfram creía que el moreno estaba enamorado de Julia. Wolfram, al momento en que estuvo de regreso en la casa de su tío y lo vio con su pareja se pudo dar cuenta de un hecho.

Ya no estaba enamorado de su tío, su sentimiento hacía su tío no era nada más que el de un sobrino. Por primera vez pudo felicitar a su tío desde el fondo de su corazón. Pudo desearle la misma felicidad que este le había deseado meses antes. Al final Wolfram termino confesándole todo a su tío, le dijo a Waltorana todo lo que había hecho los meses pasados. El mayor le hizo ver un hecho, se había referido al amor que sentía por su persona en pasado.

-No digo que lo que hiciste fue lo correcto, pero… -e hizo una pausa donde suspiro levemente -. ¿Estás seguro de la decisión que has tomado?

-Sí… -dijo con poca seguridad -. Es lo mejor, después de todo a Yuuri le gusta es Julia, y en dado caso, originalmente a él le gustaban las mujeres…

-Ya veo, si tú crees que es lo mejor entonces no te juzgaré. Solo no vayas a arrepentirte años después Wolfram.

Aquellas palabras de su tío le llegaron profundamente, obviamente no iba a poder cumplirlas, evidentemente en un punto se iba a arrepentir. Estaba huyendo de nuevo, como la primera vez, estaba huyendo del amor, pero se le estaba haciendo difícil permanecer al lado del moreno, solo fingiendo ser amantes. Wolfram ya no deseaba que fuera una mentira.

Para despejar su mente decidió salir un momento, así que camino por aquellas calles blancas, pudiendo ver el aliento que dejaba salir de vez en cuando. De nuevo se encontraban en diciembre, no era extraño si ya había pasado un tiempo desde aquella vez que huyo del moreno. Mientras estaba caminando llevo su mano al pecho encontrándose con aquel collar que la navidad pasada le había dado el moreno. Lo toco con suavidad mirándolo con una dulce sonrisa.

-¡Ahg! ¡Deja de pensar en eso! –se quejó de su propia reacción antes de entrar a un parque que había visto.

Para sacar la frustración que había sentido minutos antes comenzó a caminar por el parque haciendo figuras con la nieve. Debía sacarse de la cabeza el asunto del moreno era lo mejor, igual, lo más seguro era que el moreno le había olvidado por completo, era imposible que a esas alturas aun pensara en él. No solo eso, Julia le había señalado que tenía una pequeña esperanza, así que evidentemente iba a poner a la mujer por delante de él.

-Parece tener un gran problema joven –una voz completamente conocida llego a sus oídos -. Si es de esa forma yo le tengo la solución. ¿Por qué no sale conmigo para olvidar ese amor?

Wolfram se quedó en shock. Era Yuuri, la persona que tenía ahora enfrente era Yuuri. Wolfram aún no se lo podía creer, ¿Qué hacía en ese lugar?

-¿Por qué…? –aunque quiso formular la pregunta no pudo hacerlo.

-Wolfram… seamos amantes de verdad. Esta vez no será una mentira, no es para tapar ningún amor no correspondido. A la persona que ahora quiero a mi lado es a ti.

Y con cada palabra que dejaba salir el moreno una lágrima caía por la mejilla de Wolfram.

-¿Esta bien…? –de nuevo no pudo formular la pregunta.

-Sí, está bien. Al único que quiero a mi lado es a ti. No, al único que deseo a mi lado es a ti. Wolfram, te amo.

Sin contestar nada salió corriendo al moreno para abrazarlo. La fuerza que tomo fue más que la que previó el moreno así que terminaron cayendo al piso, luego de tanto, Yuuri pudo escuchar los sollozos de Wolfram. Había comenzado a llorar con ganas.

-Esta vez seamos amantes de verdad –soltó con suavidad mientras le acariciaba la cabeza.

-Yuuri… Yuuri… Te amo…te amo… -soltaba el rubio entre sollozos.

-Sí. Yo también te amo.

Aquella navidad fue cuando la mentira de ser amantes se convirtió en realidad. Ahora ambos eran amantes, amantes de verdad que se amaban desde el fondo de su corazón. Y ese amor continuaría durante muchos años después.

Porque el amor nace de los pequeños gestos que creemos menos importantes. Porque el cambia, toma otra dirección. Porque el amor está hecho para ser correspondido y hacer feliz a la persona que lo tiene.

Yuuri Shibuya tenía un amor por Julia.

Wolfram Bielefeld tenía un amor por su tío.

Y, en el proceso de aquella mentira que iniciaron, terminaron enamorándose del otro. Porque los pequeños gestos convirtieron aquel amor de mentira en real.

 

 

 

 

 

 

 

-Yuuri… -el mencionado se giró a ver al rubio -. ¿Te arrepientes de tu decisión? –pregunto de pronto Wolfram.

-No –contesto de inmediato y con seguridad -. Nunca me he arrepentido ni una vez de mi decisión, ni el de seguirte, ni el de haber aceptado ese loco trato. ¿Y tú?

-No. Tampoco me arrepiento, en realidad, agradezco que fueras tú a quien se lo pedí.

Un silencio les invadió mientras continuaban caminando por aquellas blancas calles tomados de la mano. Ya habían acabado su bebida dejándolas en un basurero que habían pasado minutos antes. No es que Wolfram dudara de los sentimientos del moreno, pero de vez en cuando le gustaba escucharle decir aquello.

Por parte del moreno era lo mismo, le gustaba no solo escuchar la respuesta de Wolfram, sino que también el hecho de decir con tanta seguridad aquella respuesta. Yuuri jamás dudo de su decisión. No se arrepintió ni un momento en esos siete años que llevaban juntos.

Esos siete años y todos los que le quedaban por vivir.

Notas finales:

Espero y hallan disfrutado del fic.. <3 

Feliz navidad a todos mis lectores.

Les agradezco pasarse por aqui a leer <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).