La salida de la primavera traía con sigo un aire frío que el las noches como aquella helaba el cuerpo y tiraba las hojas de los árboles, arbustos y flores que embellecian el área verde en la mansión Wayne. Una de las cosas que más disfrutaba Damian era sentir el aire gélido sobre su rostro, era una acción que le agradaba ya que le recordaba las montañas cuando estuvo con su madre y abuelo. Razón por la que le complacía entrenar en el exterior, pero en esos momentos hubiera preferido estar dentro de su habitación golpeando el saco de box que colgaba sobre uno de los rincones de su espaciosa guarida. Aunque de poco le serviría estar adentro, ya que su brillante hermano mayor le había prohibido el acceso a la baticueva y obviamente no tendría acceso a la única arma que lo mantendría a salvo de un kriptoniano.
Jamas habia sido tan débil como para llorar enfrente de alguien, y menos si era un desconocido, aun así el repentino rechazo de Dick lo había descolocado de forma que no imaginaba posible, era la primera vez que veía esa decepción en sus ojos. Dick estaba decepcionado de él ¿como ese golpe no podría dañar su corazón?. Era una sensación que detestaba con todo su ser, hace cinco años notaba ese descontento en los irises de su padre, y ahora los volvía a observar en la persona que quería.
Conner permaneció estático unos segundos hasta que logró salir de su pequeña ensoñación. Opto por cambiar la postura a una mas simpatica y a hablar suave mientras se presentaba.
-Hola… yo amm… mi nombre es Conner soy… un amigo de Tim.
-Eres su novio lo sé- no planeaba que su voz sonara tan alterada a causa de la respiración alterada que tenía- ¿por qué no está padre aquí?- dijo más para sí mismo mientras nuevas lágrimas caían por sus cachetes colorados levemente por el frío.
Si había algo que caracterizaba a los Kent era su tierna ingenuidad. Cuando el kryptoniano escucho ese último murmullo pensó que lo que Damian quería decir era un “quiero a mi papá” una expresión por demás enternecedora, cuando la realidad era que se refería a un “si mi padre estuviera aquí este intruso ya estaría muerto”.
-Bueno si- estaba sorprendido que conociera su relación, después de todo Tim era cuidado y discreto en ese aspecto de sus vidas- estas… estas bien?
-Como voy a estar bien si he peleado con mi hermano y luego un sujeto llega volando y me…
“Asustas” pensó en sus adentros terminado la frase incompleta “genial Conner, espantaste a un niño”
“Molesta” hubiera querido decir Damian, pero era joven no estúpido, y en sus condiciones lo mejor era no hacer enfadar al clon del hombre más poderoso de la tierra (después de su padre claro).
***
En la cornisa de un alto edificio Nightwing mantiene vigilancia sobre las calles y la ciudad. Las luces opacas iluminaban escasamente sus alrededores, pero no hacia falta, en el prominente cielo la luna brillaba como testigo de la oscuridad. Hubiera deseado tener a su querido Robin a un costado de él, pero tenía que ser firme y no sucundir ante sus sentimientos. Dami debía aprender que las acciones traen consigo consecuencias, Dick aun desconocía las que traería el mismo por la decisión de castigarlo, no obstante lo hecho, hecho está.
Que gran error el haberlo dejado solo en casa precisamente esa noche.
***
Una expresión confundida reemplazo la primera, por alguna extraña razón el Super chico se esforzaba por mostrarse amigable cuando su entrada inicial claramente tenía otra connotación. Lo miraba de arriba hacia abajo examinando con primicia las acciones un tanto torpes del mayor.
Le explico que estaba ahí porque necesitaba hablar con Dick (lo que menos deseaba era sobresaltarlo por tal motivo omitió sus verdaderos propósitos), el joven Kent sonreía carismático esperando cualquier reacción.
En la liga de los asesinos Damian adquirido muchas habilidades que lo aseguraban como el mejor de todos los guerreros, y teniendo en cuenta que en sus venas corría sangre Wayne y Al Ghul el resultado era una mezcla de sensualidad peligrosa. De su madre aprendió a mirar con astucia con esos inmaculados ojos que le había heredado, fácilmente noto que le mentía así que con una velocidad envidiable creo varios escenarios de posibles explicaciones. Sus reflexiones giraron en el mismo contexto cuando comprendió la razones ocultas.
“Número uno: llegó más que cabreado justamente a encontrarme a mí, es un ser con sentidos superdesarrollados, el equivocarse es una falsedad absoluta. Número dos: el pareja sentimental de Drake. Número tres: Es hijo del hombre mas bonachon de la tierra (Superman) por lo tanto el también debe ser una amalgama de sentimentalismo. Número cuatro: en los informes que hay en la baticomputadora se especifica que también es temperamental… Eso quiere decir que por la culpa del imbecil de Drake este fastidioso clon vino a tomar venganza por su princesa en apuros…” hizo un intervalo momentáneo y continuó con su madeja de razonamientos “... ¿pero porque ese repentino cambio de personalidad?... tal vez por el número tres” una sonrisa siniestra se asomo por sus finos labios, fue tan rápida e imperceptible que no fue notada con semejante significado. Su retorcida mente ya había compuesto la venganza perfecta para esos tontos que tenía como hermanos, ahora con ayuda de ese desconocido de cabellos como la noche, sonrisa perfecta y cuerpo escultural la orquestaría como un diestro maestro del violin.
Las siguientes semanas fueron una tortura; si algo tenía el demonio como para regalar, era orgullo. Cada vez que se encontraban por los pasillos de la casa, Damian se limitaba a mover la cabeza en un casi insignificante saludo. No le dirigía la mirada y mucho menos la palabra. Aun así notaba algo cambiado en su actitud, no supo bien qué era esa misterioso aura que desprendía, se creado un extraño tira y jala. Dick sentía como si en algunos momentos lo incitara solo para después irse dejando un camino de escarcha a su paso, algo frustrante ya que con la ausencia de Bruce pretendía estar el mayor tiempo posible junto a él y no precisamente como su compañero de batalla.
-¿Nada nuevo Alfred?- pregunto cuando se halló a solas con el mayordomo.
-Solo que el amo Damian aun no aprende a lavar apropiadamente la loza- bromeó el hombre mayor- ¿que le preocupa joven Dick?
-No lo sé… notaste que se viste demasiado bien como para no salir.
-Tal vez sea una etapa, recuerdo cuando el joven Jaison pasaba horas frente al espejo para encontrar el mejor peinado.
-Él no es así… ¿seguro que no se escabulle?
-Con las mejoras en el sistema de vigilancia que colocó el amo Bruce es imposible. Solo el señor Kent sería capaz de evadir los sensores- el mayordomo se giró para tomar una charola con postres y ofrecer algunos al inquieto héroe que nadaba en un mar de dudas- debería relajarse, está haciendo lo correcto. El joven Damian ayuda con algunas labores en la mansión y después entrena en el jardín trasero.
-¿Ha intentado bajar?
-A la cueva. No que yo sepa joven.
-Deacuerdo… mi imaginación ha estado muy despierta últimamente… eh?, tú preparaste esas galletas Alf?- señaló con la cabeza mientras mordía un chocolate.
-Las hizo el amo Damian- dejo la charola a un lado- las primeras fueron un pequeño fracaso pero es persistente y ahora es capaz de preparar de diferentes formas como estas.
Los postres que reposaban sobre una bandeja de plata eran sencillos pero agradables a la vista, su olor fresco y sus colores despertaban el apetito. Ahora si que estaba llegando a su enterese de control, si había algo con lo que había fantaseado por mucho tiempo era una comida casera preparada por esas tersas manos que aferraban con maestría la espada.
Las galletas eran de diferentes figuras geométricas, entre círculos, triángulos, cuadrados, rectángulos y alguno que otro polígono, aun asi lo que las hacía especiales era que todas venían con diversas expresiones, sonrientes, tristes, enfadadas y varias más.
Era inusual ver tanta cordialidad, de no haber estado tan emocionado tal vez hubiera sospechado que eso delicioso manjares no eran para nadie más que su nuevo “amigo” que le visitaba constantemente siempre en el jardín trasero.