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La maldición de los D por Vamp

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—XIV—

 

En la oscuridad sintió un agudo dolor. Poco a poco su mente comenzaba ser consciente del ruido a su alrededor: el crepitar del fuego, el sonido del agua caer y los gritos de varias personas difuminados por el sonido de diversas sirenas. Trató de abrir los ojos, pero sus párpados se negaban a levantarse; exhausto era poco para su condición, era como si su energía estuviera siendo drenada y ese resquicio de lucidez en su consciencia fuera la última alarma que le indicaba lo cerca que estaba de fallecer.

No lo iba a permitir.

Se obligó a abrir los ojos. Las butacas del auditorio que tenía enfrente estaban en llamas, podía ver chorros de agua cayendo del techo y las ventanas; la puerta principal temblaba a causa de los intentos que muy posiblemente los bomberos hacían en su afán de abrir, pero estaba bloqueada con grandes y pesados muebles de sonido. Por un segundo los ojos de Ace se concentraron en los haces de luz roja y azul que se adentraban através de los cristales empañados con humo; giró la cabeza hacia el lado contrario, el pasillo hacia la parte trasera del auditorio estaba limpio.

«Sabo»

Al recordar a su hermano una oleada de adrenalina le brindó la fuerza suficiente para mover el cuerpo y tratar de levantarse; recargado sobre sus codos buscó a su hermano con la mirada, no lo encontró. Con dolor y esfuerzo logró sentarse y supo porqué estaba tan cansado: la diminuta herida de su pecho no dejaba de sangrar; en el suelo ya había una gran mancha roja, además los cortes del último ataque de Doflamingo estaban curados, con ello gran parte de su fuerza se había consumido.

Ace consiguió ponerse de pie, tambaleante dio el primer paso, sin embargo sus piernas flaquearon y tuvo que poner la rodilla en el suelo. «Sabo… Luffy…». No podía dejar a sus hermanos solos, no podía rendirse. Cosas peores vendrían, tenía que ser fuerte, por él, por su familia. Volvió a levantarse y caminó hacia la parte trasera. En la bifurcación del pasillo encontró la puerta de salida también bloqueada y del otro lado las escaleras para llegar al sótano, se dirigió hacia abajo. En la oscuridad sus ojos escarlatas refulgían, el aroma de la sangre de su hermano lo llamaba, pero sabía que no estaba ya ahí, la sangre olía a vieja, sangre seca del lugar dónde lo tuvieron retenido.

En el sótano se encontró con las gotas de sangre que teñían las paredes y el piso. Ace se mordió la lengua al pensar en lo que le hicieron a su hermano; la cólera se atoró en su pecho, sus colmillos crecieron al máximo, parecía una bestia acechando en la penumbra de un lugar solitario dispuesto a atacar y despedazar a quien sea que tuviera enfrente por el simple hecho de desahogarse. Sus instintos salvajes captaron un sutil aroma a sangre que no era de su hermano, siguió esa pequeña huella y encontró una trampilla en el piso debajo de trastos y ropa, la abrió y bajó por las malolientes escaleras llegando al drenaje de la ciudad.

Ace levantó la tapa de la coladera y salió a la calle; varias personas lo miraban con curiosidad murmurando cosas de su persona. El pecoso bajó la cabeza tratando de ocultar lo más posible su rostro, aunque ya había replegado sus colmillos y sus ojos eran normales, el hecho de tener un sangrado que se negaba a cerrar en el pecho daba mucho de qué hablar, lo menos que necesitaba era llamar la atención. Caminó hasta un pequeño callejón donde se perdió en la oscuridad, se recargó en la pared y trató de descansar, necesitaba toda la fuerza necesaria para llegar a Luffy y advertirle de todo lo que estaba sucediendo.

—Hey, ¿estás bien? —Un hombre se acercó al pecoso. Llevaba la cabeza rapada a excepción de los cabellos rubios que asomaban en la parte superior al estilo mohicano— ¿Necesitas ayuda?

La cercanía del hombre puso en alerta a Ace, sus instintos vampíricos trataban de dominarlo, la necesidad de sangre era demasiada para mantener el control.

—Sí, puedes ayudarme —dijo tomándolo de la nuca y acercando su cuerpo a él. Clavó los colmillos al momento que tapaba la boca del hombre con la mano. No recordaba la última vez que se había alimentado de alguien que no fuera Sabo, la sangre le supo amarga y dulce a la vez; reconocía que ese hombre tenía verdadera fuerza interior, pero Ace quería a su hermano, sólo a él. Dejó al hombre al borde del éxtasis en el callejón. La herida en su pecho aún no cicatrizaba, necesitaba una mayor cantidad de haki para ello, sin embargo se negaba a mantener relaciones con un desconocido, necesitaba a Sabo con urgencia o no sobreviviría mucho tiempo.

 

»«»«

 

Abrió los ojos con pesadez. Se llevó el brazo a la frente y soltó un ligero quejido cuando intentó sentarse; decir que se sentía cansado era poco. Con algo de trabajo consiguió sentarse en la orilla de la cama; un mareo lo asaltó, llevó los codos a las rodillas bajando la cabeza y esperando a que pasara. Respiró profundamente y se giró al escuchar un ronquido a su lado, como suponía, Luffy se encontraba plácidamente dormido a todo lo largo de la cama. Trafalgar sonrió con pesadez, no podía negar que el haber intimado con el pequeño fue de las mejores experiencias en su vida, si no que la mejor, además de haberse sentido tan unido como nunca antes lo estuvo cuando ambos se complementaron alimentándose de lo que cada uno podía brindar. Aun con todo, los restos de sangre que manchaban las sábanas lo regresaron a la realidad: pudieron haber estado unidos, ser uno solo, no importaba lo cerca que sus almas estuvieron, una parte de Law se sentía utilizada gritándole una y otra vez que sólo era el alimento. Suspiró. Luffy soltó otro ronquido, lo hacía a intervalos bastante prolongados, al parecer, cada vez parecía más un humano y lo hacía inconscientemente.

Law se levantó, se vistió y salió del cuarto, necesitaba descansar, pero requería con mayor urgencia respuestas.

 

»«»«

 

Abrió los ojos y el odio teñido de escarlata miraron a los soldados de la Marina que lo retenían en el suelo. Era humillante ser apresado, estar bajo el yugo de esos humanos, sentir el desprecio que Akainu le profesaba y, sobre todo, ser observado por aquellos ojos amarillos. ¿Era verdad que Taka no me lo había vendido? ¿El hecho de ayudarlo al alimentarlo fue una trampa para caer en las redes de la Marina? ¿Todo fue un engaño…? Shanks clavó sus ojos en los de Mihawk quien inmutable presenciaba  su captura hasta que el pelinegro le dio la espalda.

Lo traicionó.

Akagami no dejó de observarlo, dolido por esa actitud, colérico por saberse timado, impotente ante la situación. No le quitó la mirada de encima ni cuando lo esposaron con kairoseki, ni cuando lo metieron a una camioneta, tampoco dejó de mirar hacia su dirección cuando cerraron la puerta y el frío metal del auto le bloqueó la vista. Más que el dolor, la furia y la impotencia, se sentía frustrado por mantener una estúpida esperanza de recibir un gesto, una palabra, alguna señal por mínima que fuera de parte del aquel que consideraba su amigo. No hubo nada de eso.

Shanks sabía que llegando a los cuarteles generales de la Marina su camino estaba perdido, no saldría de ahí jamás. También sabía que Taka no me era un Ejecutor, a las órdenes de la Marina y con Akainu presente se encontraba atado de pies y manos y no podía ayudarle (si es que no lo había traicionado), por ello no tenía esperanza de ser salvado, su esperanza era que Mihawk lo considerara un amigo y se despidiera de él, una última señal de compañerismo. No hubo nada de eso.

Fue una verdadera traición.

 

»«»«

 

Al tocar la puerta de la habitación contigua Law fue recibido por Kid. El pelirrojo al verlo un poco más pálido apretó los labios tratando de mantenerse callado, le dio el paso y le tendió una botella de agua.

—Necesitas hidratarte —dijo. Law cogió la botella y bebió hasta terminarla.

—¿Y Killer? —preguntó sentándose en el sillón. Kid se había parado frente a la ventana mirando hacia las concurridas calles.

—Está abajo fumándose un cigarro.

—¿Qué está pasando? —preguntó tratando de mantener la calma— Los hermanos de Luffy apenas me contaron una pequeña parte sobre… ellos. Pero ¿Qué hay del hombre que nos atacó? No era vampiro, creo.

—No busca a Luffy, sino a ti —comentó cerrando la persiana de la ventana y girando para ver a Law; lo encontró pasmado, completamente ido—. Hey, Trafalgar ¿sigues aquí?

—¡¿Por qué me busca a mí?! ¡No tengo nada que ver con los vampiros!

—¿Y mugiwara? —preguntó con burla.

—¡No tenía nada que ver con los vampiros hasta que los hermanos de Luffy se presentaron! —corrigió.

—Lo diré rápido para que la impresión no sea tan fuerte, escucha y pon atención: trabajo para uno de los vampiros originales más poderosos que existen, familiar de Luffy, su padre más específicamente, tu suegro —sonrió al ver la expresión de susto en Law—: Monkey D. Dragon. Es un pez gordo dentro de lo más bajo que hay en este mundo; tan influyente que la misma Marina le ha puesto una cantidad ridícula a su cabeza; aunque, claro, también se dice que los altos mandos de la Marina tienen negocios con él; corrupción como en todos lados…

—El padre de Luffy es tan importante —dijo sin ser pregunta más bien por tratar de comprender lo dicho por Kid; sabiendo como era Luffy le costaba creer la influencia de su padre.

—Y su abuelo también, aunque esa es otra historia. Dragon mando a Luffy lejos de su familia para protegerlo del vampiro malo que lo quiere asesinar… no solo a él sino a todos lo vampiros, y más que asesinar sería gobernar: Marshall D. Teach alias “Kurohige”. Todos pensamos que era una medida exagerada, pero desde hace un par de años, Kurohige ha estado ganando fuerza; pasó de ser un simple fanfarrón a una verdadera amenaza y lo peor es que rompió la primera regla de los originales: no se crean más vampiros a no ser que sea estrictamente necesario.

«Al crear más vampiros —continuó sentándose frente al ojigris—, el débil equilibrio que tienen ambas naturalezas, chupa sangres y vampiros se rompería; los humanos se darían cuenta de la existencia de vampiros y eso se convertiría en…

—Una caza de brujas —Law terminó la frase.

—Exacto. A los vampiros no les conviene que la gente sepa sobre ellos; además crear más vampiros es complicado, si algo sale mal en la conversión es común que el humano muera o en su defecto quedaría como un vampiro loco, y hasta Teach sabe que un vampiro loco no es buena idea. Como resultado: Kurohige necesita de muchos humanos para crear un puñado de vampiros de segunda clase.

—¿Entonces por qué lo hace?

—Porque puede y quiere, no le importa ser descubierto. Se hizo de un increíble poder capaz de destruir a los vampiros o humanos, con eso como respaldo la vale una mierda todas las reglas, además de burlarse de todos los vampiros originales dejándolos en ridículo.

—Si el tal Teach es una amenaza tan grande también para los humanos, ¿por qué la Marina no ha hecho nada?

—Equilibrio. Si no fuera Kurohige el que quisiera estar en la cima sería otro vampiro, la misma Marina o un humano; todas las fuerzas se necesitan entre sí para mantenerse a raya mutuamente. Teach está creando más vampiros, eso, como te dije, es un golpe bajo al orgullo de los vampiros así que los mismos vampiros se encargarán de ello ahora que todavía pueden, jamás se atreverían a pedir ayuda, lo mismo si las circunstancias fueran al revés. ¡Pero, obvio! Si la Marina puede sacar provecho con esto, estará más que dispuesta a estar presente. Se joden entre ellos, pero se necesitan para vivir, la política es un verdadero asco.

«Se acerca una guerra entre clanes vampíricos, Luffy es indispensable para la batalla así como también lo es su fiel sclav para que lo alimente cada que haga falta —concluyó con sorna.

—Aún no me has dicho sobre el tipo que nos atacó —comentó enfadado por la burla en las últimas palabras del pelirrojo.

—Un Ejecutor: mercenarios que suelen trabajar para la Marina, algo así como el grupo que hace el trabajo sucio y la Marina les paga cerrando los ojos ante sus intereses personales. Muchos fueron cazadores y su nivel no puede compararse con el de un humano o un vampiro de segunda clase. Están entrenados para ser letales, un arma perfecta y para rematar pueden manejar haki como si de un vampiro se tratase.

—¿Haki?

—Podría decirse que es la energía vital de un ser humano, lo que mantiene vivo a una persona. Al estar muertos los vampiros pueden darse el lujo de usar esa energía como un arma de ataque. Algunos humanos somos capaces de controlarla también.

—¿También puedes?

—Por favor, Trafalgar, ¿por quién me tomas? Soy más fuerte de lo que te imaginas. —Law entrecerró los ojos, necesitaba pensar con cuidado todo aquello, pero aún tenía cosas por saber—. En fin, los Ejecutores son expertos en el uso de haki, ¡venga! Que son lo mejor de lo mejor entre los humanos.

«Quien te persigue se llama Donquixote Doflamingo mejor conocido como Joker. Jefe de los bajos fondos en gran parte de Shin Sekai; la Marina lo protege a cambio de trabajos que pocos se atreverían a hacer. Es fuerte, mucho, fácilmente comparable con un vampiro original; el que hayan logrado alejarlo significa que se confió, al fin nadie hubiera creído que ustedes pudieran herirlo.

—Aún no contestas mi pregunta ¿por qué me quiere?

—Porque lograste sobrevivir a la única enfermedad que puede acabar con un vampiro, pero a cambio te volviste completamente humano, Trafalgar D. Water Law.

Kid guardó silencio esperando que esas palabras se asentaran en la mente del ojigris. Bajo los gritos eufóricos de las personas a fuera, el tictac del reloj y la rápida respiración de Law que aumentaba con cada segundo, Eustass fue testigo de cómo bajaba la mirada tratando de mantenerse recto, sin colapsar. Un par de minutos pasaron hasta que los ojos grises volvieron a observarlo desesperados, pero con la misma determinación de siempre. Kid retuvo una sonrisa, siempre supo que Law era fuerte.

—Ese es tu nombre completo —continuó—. Eras un vampiro original hasta que el Síndrome del Plomo Ámbar casi te arrebata la vida. Lograste sobrevivir gracias al hermano de Joker, tu sclav: Donquixote Rosinante; con su ayuda te curaste, pero todas las células vampíricas de tu cuerpo desaparecieron de tu organismo. Ya no podías permanecer con los vampiros por tu condición tan peculiar así que te echaron a la calle para que vivieras tu humanidad. No me veas así, ni Ace, Sabo o Luffy saben algo al respecto. Tu caso es excepcional, el único que se ha registrado hasta ahora, sólo escasas personas lo saben.

—¿Quiénes? —preguntó, necesitaba saber si alguien cercano estaba consciente de su condición.

—Donquixote Rosinante —enumeró con los dedos—, te cuidó durante la infancia cuando el Síndrome del Plomo Ámbar acabó con los Trafalgar, los demás vampiros preferían no tenerte cerca. Donquixote Doflamingo, no estoy muy seguro porqué está tan obsesionado contigo, pero me imagino que es por lo extraño de tu caso. Monkey D. Dragon y Monkey D. Garp, padre y abuelo de Luffy respectivamente; Dragon fue quien decidió darte la oportunidad de vivir como un humano normal fuera del mundo sobrenatural. Y Sakazuki Akainu, el almirante general de la Marina. Nada más, bueno, yo me incluyo. Cuando las cosas empezaron a moverse, Dragon me mandó a protegerte y desde entonces estoy aquí, a tu lado.

—No soy un vampiro… —susurró el ojigris consternado. Su vida entera se derrumbó en esos minutos de declaraciones; los vampiros ya le habían arrebatado su pareja, su hogar, la lógica de una existencia que debería ser un simple mito y ahora hasta su humanidad. Del mundo que Law conocía ya no quedaba nada, de una a una todo fue desbaratado; Law ya no se sentía ser él mismo, ni siquiera tenía el derecho de reclamar su humanidad.

—No lo eres, ya no. Ahora eres un ser humano, igual que Killer o que yo, igual que las personas allá afuera; desde hace trece años perteneces a los humanos, tu lugar está con ellos —comentó el pelirrojo para ayudarlo a mantener la cordura.

—¿Estás diciendo que lo mejor es alejarme de los vampiros?

—Eso era lo mejor, sí. Pero también ya es algo imposible. No solo conoces demasiadas cosas del mundo sobrenatural, también Joker te encontró, no hay marcha atrás, tienes que seguir adelante.

 

»«»«

 

Ace entró al Mermaid Café, la fuerza rebosante de su hermanito lo había llevado hasta ese lugar, necesitaba enseñarle a ocultarla. Sin mirar a clientes ni meseras se dirigió a las escaleras. Mantenía su sed de sangre controlada, pero su energía se encontraba muy baja, a ese paso iba a tener que enrolarse con cualquier desconocido o pedirle ayuda a su hermanito; ninguna de las dos opciones le convencía, necesitaba a un humano fuerte para poder alimentarse y no quería mancillar a su hermano de esa forma.

Killer sacó el celular y marcó el número de Kid, había visto a Ace entrar al restaurante con expresión de desahuciado y eso no le gustaba nada.

 

Luffy abrió los ojos de golpe, sus colmillos estaba extendidos y la esencia del vampiro lo dominaba. Apenas y poniéndose algo de ropa salió del cuarto y caminó hacia las escaleras. A mitad del recorrido Law salió al pasillo, Luffy se giró para verlo y el ojigris se quedó petrificado ante su presencia.

—Ace está herido —dijo, la voz era modulada y grave, un tono jamás utilizado en Luffy.

—Lo sé, viene para acá —contestó acercándose lentamente al pequeño.

—Necesita ayuda, voy a ayudarlo.

Law se detuvo ¿a qué se refería con eso? ¿En qué sentido iba a ayudarlo?

—Chupa sangre, quédate aquí. —La voz de Kid sorprendió al ojigris. El pelirrojo se acercó a Luffy y lo jaló del hombro para que retrocediera y se acercó a las escaleras. Luffy hizo intento de atacarlo, pero Law consiguió retenerlo del cuello.

—Mugiwara, basta —dijo tratando de mantener al pequeño en su sitio; se sentía con más confianza al tener a Kid a su lado y ver que al pelirrojo no parecía afectarle esa presencia abrumadora.

Kid solo tuvo que bajar un par de escalones, Ace ya había llegado.

—Tú fuiste quien atacó a Akagami —dijo el pecoso—, eres el cazador que trabaja para el padre de mi hermano.

—Y por eso me veo obligado a ayudarte —contestó pasando el brazo de Ace alrededor de su hombro. Entre los dos subieron los últimos escalones.

—¡¡ACE!!

Law soltó a Luffy al escucharlo gritar, esa había sido una exclamación llena de angustia propia del pequeño. Luffy corrió a su lado, ya no parecía un vampiro sino un chiquillo preocupado.

—Lo siento, Luffy —habló el pecoso y se dejó caer en los brazos de su hermanito.

Notas finales:

Aquí acaba este fanfic, bueno, en este punto lo dejé… soy mala, lo sé u.u

Me faltó escribir sobre la muerte de dos personajes, la pelea Zoro vs Luffy, un lemon AceLAw >w< un enfrentamiento Mihawk /Doffy, la aparición de Dragon y un intento de batalla Ace vs Akainu.

*Suspiro* Sinceramente no creo escribirlo. Lo único que les puedo ofrecer es un pequeño resumen n.n

Muchas gracias por leer y por sus comentarios.


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