Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La maldición de los D por Vamp

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—VIII—

 

—¡¡Torao!! —Luffy gritó al ver entrar al ojigris y se abalanzó para abrazarlo; llevaba la gabardina que solía utilizar al trabajar— ¡Estás bien!

Law permaneció inmóvil, no era extraño que Luffy le diera la bienvenida con un abrazo, lo que sí era raro era decir que se encontraba bien aunado a la cara de preocupación de su hermano mayor.

—¿Y Sabo? —Ace preguntó un tanto desesperado. El ojigris lo miró interrogante— Se supone que iba a venir aquí.

—Nunca llegó —contestó—, después de medio día decidí ir a trabajar.

Luffy se giró para ver a su hermano; Ace permanecía en silencio y bastante quieto. Law se mantuvo en la entrada, por experiencia sabía lo difícil que era lidiar con Luffy cuando se ponía en plan vampírico así que con el mayor prefería guardar las distancias.

—¡Ace, debemos buscarlo! —Al escuchar a su hermanito el pecoso relajó los hombros, pero el semblante serio no desapareció.

—No. Lo primero es ponernos a salvo. Sabo sabe defenderse.

—Pero…

—He dicho que no, Luffy —interrumpió la protesta de su hermanito. Law permaneció escuchando atentamente la discusión, ahora ya sabía que algo malo le había pasado al otro hermano. Ace pareció reparar en el ojigris—. Sígueme —ordenó y lo llevó a su habitación.

 

Trafalgar observaba la gran mancha de sangre justo al lado de su lugar para dormir; parecía tranquilo, sin embargo desde que llegó a su casa y lo recibió el par de hermanos vampiros se había mantenido respirando profundamente para tratar de tranquilizar sus nervios; ahora con esa evidencia de haber estado un desconocido en su propia casa y posiblemente herido a alguien, una fuerte opresión se instaló en la boca del estómago.

—No sé si es de Sabo —comentó el pecoso después de mandar a Luffy a revisar el apartamento, específicamente no quería tenerlo ahí para que no se alterara más e hiciera una locura—. ¿Alguien más iba a venir?

Law negó con la cabeza, sentía que si hablaba iba a tener un ataque de ansiedad. Ace lo miró, entendía el temor combinado con confusión que seguramente lo estaba atormentado; no trató de ayudarlo, era algo que debía de aceptar por sí mismo o no lograría sobrevivir a lo que seguramente los esperaba.

—Debemos de ir a otro lado. Quedarse aquí es peligroso. —Ace salió de la habitación— ¡Luffy, nos vamos!!

Law escuchó a ambos hermanos hablar; poco a poco sus voces se oían más lejanas, no era que hubiera más distancia entre ellos más bien la mente le Law se negaba a seguir escuchando. El ojigris no había movido un músculo, pero ya no veía la mancha de sangre, sus pensamientos se perdieron entre las palabras de Ace: su propia casa era peligrosa. Su hogar había dejado de ser eso, un hogar, ahora solo era un lugar donde podían atacarlo fácilmente. Había comprado el apartamento con dinero ilícito en la etapa de su vida en la cual creía que podía tener el mundo entre sus manos y no le importaban las reglas; pero cuando asentó cabeza y deseó formar una verdadera vida su apartamento pasó a ser su hogar: su propio mundo bajo sus gustos, transformándose conforme su propio pensar cambiaba; era el único lugar de su vida en el cual no se adaptaba sino al contrario. Y ahora eso también se lo habían arrebatado.

Su seguridad, su hogar, la cordura de conocer un mundo normal… ¿Qué más le iban a arrebatar los vampiros?

Una mano tibia se enredó entre sus dedos, el ojigris giró la cabeza encontrándose con Luffy que lo veía preocupado.

—Torao, vámonos. Ace nos espera abajo.

—Mugiwara… —La voz del ojigris parecía una súplica. Le había dicho que iba a ayudarle, pero todo sucedía tan rápido y repentino, dudaba. Odiaba dudar. Luffy permaneció en silencio, sus ojos abatidos por no saber sobre su hermano le rompieron el corazón al moreno. Law dudaba, pero ver a Luffy con tal desasosiego era mucho peor— Nada —concluyó.

El ojigris soltó a Luffy y sacó una pequeña maleta donde acomodó ropa para tres días; hacerlo para más solo le indicaba que aceptaba la condición de ser prácticamente un prófugo. Luffy lo esperó mientras hacía la maleta así como al cerrar la puerta principal; ambos bajaron en silencio.

Al llegar al estacionamiento Ace los esperaba recargado en el automóvil de Law quien prefirió no preguntar como es que el pecoso sabía cual era su coche. El ojigris quitó la alarma y el seguro, Luffy se metió en el asiento trasero, Ace en el del copiloto y Law al volante. Nadie habló cuando salieron a la calle.

—Conozco un lugar donde pueden quedarse. Es seguro —dijo el pecoso e indicó cómo llegar.

—¿No vas a estar con nosotros? —preguntó el pequeño.

—No, buscaré a Sabo. Y no, Luffy, te vas a quedar con Law —le contestó anticipando la petición de su hermanito—. No sé si Sabo te lo haya comentado —le habló a Trafalgar—, la situación es más complicada de lo que parece, estamos en guerra. Una guerra entre vampiros. Necesitamos toda la ayuda posible y eso incluye a Luffy con la fuerza total de un vampiro. —Law lo observó un instante y regresó la atención al camino; no habló, presentía que Ace le iba a decir algo malo— ¿Qué sabes sobre las dos formas que necesita un vampiro para alimentarse?

—¿Dos?

—Veo que nada —suspiró, no sabía como explicarse—. Los vampiros necesitan de la sangre para poder moverse, la sangre es lo más básico que requerimos, sin ella podemos morir deshidratados, es algo así como el motor de nuestro cuerpo físico. Pero para poder tener mayor fuerza, velocidad y algo que llamamos haki necesitamos de otro tipo de alimento —Ace guardó silencio mirando a Luffy por el retrovisor, respiró hondo, no le agradaba nada lo que iba a decir—. Nosotros sacamos la fuerza sobrehumana del sexo.

Law perdió el control del automóvil por un instante mientras que Luffy asomaba la cabeza entre ellos.

—¡Sí! ¡Me gusta tener sexo con Torao!

—¡¡LUFFY!! —Ambos gritaron al mismo tiempo. Ace lo agarró de la cabeza empujándolo para que se volviera a sentar.

—¡Quédate ahí y cállate! —le ordenó.

El pequeño solo hizo un puchero y se dedicó a ver por la ventana. Ace carraspeó para volver a tratar el tema. Por su parte Law estaba sudando frío, hablar de ese tema mientras conducía y llevando dos hermanos vampiros era un poco peligroso.

—Cuando se tiene sexo —continuó— el vampiro se alimenta de la energía que desprende el sclav.

—¿La energía sexual? —preguntó incrédulo.

—No. Es difícil explicarlo, ni yo lo sé bien; no es propiamente lo sexual en más como la energía de la persona en sí…

—¿Cómo la vida…? —Esta vez hizo la pregunta con cautela.

—El alma si hay que llamarlo de alguna forma.

Law siguió manejado en silencio. Era complicado entender aquello; igual y necesitaba vivirlo para poder comprender las palabras de Ace así como le sucedió con la explicación que Sabo le hizo sobre la «unión» que conllevaba darle sangre a un vampiro. Pero había visto a Luffy «dormir» siendo prácticamente un cadáver: con el cuerpo frío y sin escuchar los latidos de su corazón; bajo esas condiciones tener sexo con él era algo que no… se le antojaba.

—Entre más pronto ambos se acostumbren a esta nueva forma de vivir, será mejor para todos —concluyó el pecoso.

—¿Me estás diciendo que debo de tener sexo con Luffy para poder alimentarlo?

—Sí —contestó de mala manera.

—¿Ya?

—Lo más pronto posible.

—¿Y la sangre?

—Generalmente las dos cosas van de la mano.

—¿Juntas?

—Sí. La mordedura de un vampiro casi siempre es extremadamente placentera. —Law y Luffy se removieron en sus lugares. Al verlos Ace respiró hondo, en seguida supo que ya lo habían experimentado— Con frecuencia un vampiro utiliza ese placer como preámbulo para alimentarse por completo.

—¿A qué te refieres con «casi siempre»? —Law trató de cambiar el tema, el ambiente se estaba poniendo demasiado tenso.

—Depende de la intención que quiera dar el vampiro puede ser placentera o dolorosa.

Trafalgar afirmó recordando la sensación que sintió al ser mordido por Luffy, primero de dolor para finalizar con un placer casi a la altura de un orgasmo.

—Le enseñé a Luffy a diferenciar ambas mordidas…

—¡Sí, la primera vez me dolió mucho! —Una queja de Luffy interrumpió al pecoso.

—Era para que te dieras cuenta de lo distinto que son —le contestó sonriendo.

—Después me gustó mucho nishishishi…

Law sujetó el volante hasta que los nudillos se le pusieron blancos; conocía esa sensación tan satisfactoria y no le gusta nada que alguien (que no sea él) se la haya brindado a su Luffy, por mucho que ese alguien sea su hermano vampiro mentor.

—No tengo las heridas de la mordedura de Luffy —dijo el ojigris para continuar con la explicación, interrumpir a ese par de hermanos en la plática de placer que mantenían y recordarle a Ace que su Luffy ya le había mordido. Como supuso Ace hizo a un lado su sonrisa.

—La saliva del vampiro es tanto un analgésico como un potente cicatrizante; a no ser que el vampiro lo quiera nunca dejará marca.

—¿Y los estados en los que parece un depredador…? —preguntó mientras veía a Luffy por el espejo retrovisor. El pequeño le devolvió la mirada sonrisa esplendorosa incluida.

—Luffy… —habló Ace volteando a verlo— ¿no te dije que mantuvieras a raya tus instintos?

—Es muy difícil y más con Torao —rezongó. Ace exhaló.

—Discúlpalo, generalmente cuando se está con alguien que se desea morder los instintos salen por sí solos —explicó dirigiéndose al ojigris.

—Respiras… —comentó sin que fuera pregunta.

—¿Eh?... ¡Ah! Sí, aprendemos a parecer lo más posible a un humano normal: respiramos, comemos, nuestro corazón late, transpiramos, incluso nos gruñen las tripas.

—¡Y roncas! Nishishishi…

Law paseaba la mirada de uno a otro. Si tan solo Luffy hiciera lo mismo las cosas serían más fáciles.

 

«»«»

 

«Seguirlos, hablar con Trafalgar, convencerlo y, sobre todo, no morir en el intento… Seguirlos, hablar con Trafalgar, convencerlo y, sobre todo, no morir en el intento…»

Killer mantenía la vista al frente tratando de no perderle la pista al automóvil de Law; apenas y lo veía, pero Kid le había dicho que si se acercaba más era posible que el par de vampiros que iban dentro de ese coche se darían cuanta de su presencia. Se recordaba una y otra vez lo que Eustass le ordenó hacer más que nada para no pensar en el chupa sangre moribundo que traía consigo en la parte trasera de la camioneta, cada que lo escuchaba moverse sujetaba con bastante fuerza la navaja que Kid le había dado antes de dejarlo solo; su amigo le aseguró que Akagami se encontraba tan debilitado que era imposible recibir un ataque de él, aun así Killer prefería no correr riesgos y mantenía la navaja de quince centímetros con filo doble muy cerca de sí.

«Kid, si no muero en el intento, te mataré» pensó y maldijo el momento  en el cual llegaron al apartamento de Trafalgar justo en el instante que vieron a Law y los hermanos meterse al coche. Kid enseguida supo que el joven pecoso era Portgas D. Ace, hermano de Luffy; además de confirmar algo de lo cual ya estaba seguro, Luffy era un vampiro original hecho y derecho. Los iban a seguir, pero de la nada y sin razón aparente Kid le había dicho al rubio que siguiera a Trafalgar llevándose a Akagami con él. Killer se quedó mudo al escucharlo y se puso pálido al ver que se bajaba de la camioneta.

—¡¿A dónde vas?! —preguntó, la histeria había regresado.

—No quieres saberlo, créeme. No te acerques mucho a esos tres y cuando veas la oportunidad ya sabes qué hacer.

Dicho eso le dio la navaja y se perdió entre las sombras del estacionamiento que momentos antes el auto de Law había abandonado. Ahora Killer se encontraba siguiendo a dos vampiros y un sclav mientras otro chupa sangre lo hacía brincar del susto cada que se atrevía a moverse.

«Puto Kid, dijiste que si me mantenía a tu lado me protegerías y ahora estoy solo… definitivamente te mataré la próxima vez que te vea…»

 

«»«»

 

Eustass Kid estornudó, se restregó la nariz con la manga de la camisa y siguió revisando el apartamento de Trafalgar. No había encontrado nada extraño más que la mancha de sangre en la habitación principal. Decidió irse para no dejar tanto tiempo solo a Killer; de sólo imaginarlo tan asustado posiblemente brincando del susto cada que Akagami se movía le hacía sonreír. Killer era lo más cercano a un amigo, había formado con él un lazo de hermandad y de ninguna manera pensaba darle la espalda o dejarlo a la deriva ahora que estaba metido en el mundo sobrenatural de los vampiros. Se encargaría de hacer su trabajo y proteger a Killer costara lo que costara. Por esa misma razón había preferido que siguiera a Trafalgar, bien sabía que Ace era conocido por ser un vampiro que no mataba sin una fuerte razón y Luffy, a pesar de haberlos atacado, era un buen chico, además Akagami tampoco se atrevería a tocarlo ahora que estaba al tanto de los contactos que el propio Kid mantenía con Dragon.

—Tal vez solo lo imaginé —habló y dio un fuerte suspiro. Atravesó el pasillo para dirigirse a la salida y al llegar a la sala supo que no se había equivocado.

Desde su lado derecho sintió una fuerza que lo empujó hasta hacerlo caer encima de la mesa de centro que no soportó el peso y terminó hecha pedazos bajo su cuerpo; los cristales crujieron cuando el pelirrojo se incorporó, miró hacia todos lados tratando de encontrar a su atacante, se agachó para tomar un cuchillo que guardaba en una de sus botas y esperó. El ataque no tardó en llegar, pero Kid ya estaba preparado, giró su cuerpo utilizando el arma para defenderse, sin embargo sintió que solo cortó el aire. Eustass trató de regresar a la posición anterior y la navaja salió disparada de sus manos hasta clavarse en la pared posterior de la sala, algo se la había arrancado de las manos. Sin tiempo para pensar en algo más, la misma fuerza que lo había aventado lo levantó del suelo, Kid sintió en diversas partes de su cuerpo un agudo dolor y supo quien lo atacaba. Con violencia lo estrellaron en la pared, no podía moverse y poco a poco sintió sangre escurrir de aquellos lugares donde sentía el dolor.

—Fufufufufu… Vaya sorpresa ¿un cazador? No recuerdo haberte visto en la Marina.

Eustass vio salir del pasillo a su atacante. Uno de los siete Ejecutores principales que tenía la Marina; cazadores que parecían más mercenarios, verdaderos profesionales y letales ante su presa. Donquixote Doflamingo.

—¿Qué buscas aquí? —preguntó el pelirrojo; el dolor en su cuerpo se intensificó, pero no dio señales de ello.

—¿Qué buscas tú aquí?

—Eso es obvio, señales sobre la existencia de vampiros en este lugar.

—Creo que ambos sabemos que aquí hubo chupa sangres.

—Vaya, gracias por la información, ¿qué más me puedes decir al respecto? —Kid se mordió el labio cuando el dolor aumentó varios niveles.

—Me parece buena idea —dijo al momento de sentarse en el sillón frente a Kid—, el que cambiemos información. Las cosas se están complicando y no puedo andar perdiendo el tiempo preguntándole a medio mundo qué es lo que sucede. Si sabes algo extra que me pueda ayudar dilo y yo no te mataré, así todos salimos ganando.

—Me parece un buen trato, ¿qué te parece si comenzamos por ti? ¿Por qué exclusivamente estás aquí? Si me contestas trataré de no matarte.

Doflamingo sonrió mientras observaba como Eustass se deshacía del agarre, alcanzaba la navaja de su otra bota y arremetía contra él. La cuchilla entró directamente en el cuello que se descompuso junto con todo el cuerpo en miles de hilos.

—¿Haki? Tsk.

Kid salió del apartamento consciente que el verdadero Doflamingo podía estar en cualquier otra parte y de nada servía pelear contra él. Había sacado suficiente información en ese pequeño encuentro para tener una idea de a quién buscaba. Necesitaba llegar lo antes posible con Killer si esperaba protegerlo.

 

Donquixote Doflamingo sonrió con mayor satisfacción al ver como Eustass dejaba el apartamento. Le parecía increíble que alguien tan joven como ese pelirrojo pudiera usar haki, aquella energía que a los vampiros les encantaba presumir y que solo pocos humanos podían dominarla sin necesidad de tomar la sangre de uno. De cualquier forma Doflamingo presentía que su mayor objetivo se encontraba muy cerca e iba a disfrutar cada segundo de persecución así como iba a saborear el momento de su encuentro. »Law» pensó mientras se metía en la habitación principal, mismo cuarto que le había pertenecido a Trafalgar desde hacía más de cinco años.

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).