Roy Swan por Eowyn Fitzgerald

Definitivamente algo malo le pasaba a mi cabeza si había aceptado tener una cita con Cullen... ¿En que maldito problema me había metido ahora? Buen trabajo Royal Swan, te prometes alejarte del tipo y terminas teniendo agendada una cita con él. Te felicito eres sumamente inteligente. Tanto es tu coeficiente intelectual que estarás a solas con Edward poniendo todo en riesgo.

—Soy un idiota debo encontrar una solución para esto ya.

La clase de lengua pasó tan rápida que ni noté cuando todo el mundo salió del salón, y para ser sincero tampoco noté cuando entré a clase ni que el asiento a mi lado había sido ocupado por Mike. Mi cerebro no quería concentrarse en otra cosa que no fuera Cullen y eso no era una buena señal: podía significar un traumatismo cráneo encefálico, un problema con mi conexión​ cerebral o que Edward comenzaba a colarse con más fuerza dentro de mi tren de pensamiento por motivos... ¿Románticos?, La primera opción sonaba genial, pero por desgracia no tenía tanta suerte de haberme dado un golpe decente en los últimos días.

En el almuerzo me dirigí al comedor pues ya no tenía ningún caso seguir evitando a los Cullen. Y fijé mi rumbo a la mesa de siempre, pero mi pasó fue detenido por una mirada divertida por parte de todos los que estaban en la mesa, y Rosalie me señaló otro lugar al extremo opuesto de la cafetería donde Edward se encontraba solo. Oh no, ¿además de una cita pretendía que nos sentáramos sólos? Que yo recordara no éramos novios ni nada, carajo. ¿Tenía tantas ganas de hacerme enojar? Seguramente.

Me miró como yo lo hago con el chocolate y con un dedo me hizo señas para que me sentara con él. Juro que casi me dio un tick en el ojo por eso, su cambio tan radical de intenciones y actitud me provocarían dolor de estómago. Al no tener más remedio cambié de dirección y me senté frente a él con la mejor expresión de indiferencia que pude hacer.

—¿Qué significa esto? —pregunté con fastidio— empieza a asustarme un poco tu cambio de intenciones conmigo y la forma en que intentas demostrarlo.

—Bueno, decidí que, ya puestos a ir al infierno, lo podía hacer del todo.

—Declaraciones demasiado fuertes para alguien que hace poco decía no poder ser mi amigo y que lo mejor es no tener contacto alguno.

—Me he rendido por completo, intenté ser bueno y darte el espacio que tanto me pediste desde el principio, pero no tenerte alrededor gruñendo fue insoportable. Ahora haré lo que quiero y eso es estar contigo, lo demás depende de ti, y si sigues siendo tan listo como siempre seguirás evitándome.

—No creo estar bien de la cabeza últimamente de todas maneras... ¿Si se supone que estoy sano por qué acepté tener una cita contigo y sentarme aquí? Es como si renunciara a los instintos más básicos de supervivencia, lo cual sabemos es una idiotez.

—Talvez también te cansaste de mantenerme lejos, talvez me extrañabas tanto como yo a ti.

—No es posible extrañar a alguien si lo miras a diario.

—Entonces responde a tu pregunta ¿que estás haciendo?

Touché

—No estoy muy seguro.

—Yo creo que lo sabes, pero te estás negando por miedo.

—¿Miedo a qué, según tú? No le tengo miedo a tus habilidades raras.

—No, a eso no. Eres más de los que estudian el peligro que de la que lo enfrentan o huyen. Tu verdadero miedo es—parecía muy entretenido— enamorarte.

—No seas ridículo...

Insisto ¿Por qué no podía fijarme en alguien más ordinario? Primero me fijo en un imposible y luego en un mutante (mi teoría sobre Cullen), ¿Qué seguía? ¿Un hombre lobo? ¿Un millonario con extraños fetiches? ¿un ángel caído? ¿un tipo raro con tatuajes?

—¿Haz intentando averiguar que soy?

—En lo absoluto, pero tengo una teoría.

—¿Cúal?

—Mutante. Es lógico porque la teoría de la mutación humana que es utilizada en X-Men podría ser probable, los humanos seguimos en constante cambio a pesar de ser la única especie que adapta su medio para sobrevivir y no al revés, y eso explicaría todo de ti, eres una especie de humano superior con más velocidad, más fuerza y mayor atractivo, incluso explicaría el cambio de color de ojos que tienes cada cierto tiempo y que nadie en esta escuela nota.

—Es muy interesante —Repentinamente sonrió con malicia— y eso es de alguien que me dijo no querer saber nada al respecto... ¿Piensas que soy superiormente atractivo?

—No quiero saber, no te he pedido que me digas si estoy en lo correcto o no, pero como fan de los cómics es imposible que no tenga una teoría de lo que pasó. Y nunca he negado que eres bien parecido, lo que pasa es que tu bipolaridad mata tu linda cara.

—¿De verdad? —Tomó mi mano por encima de la mesa y sonrió coqueto— ¿Qué pasaría si dejará esa actitud de lado? ¿te gustaría más?

—Solo pensaría que un extraterrestre te ha suplantado —hice que soltara mi mano y desvié la mirada a otro sitio,  noté que la gente ya había comenzado a abandonar el comedor— ha acabado el almuerzo y no he comido nada, genial. Deberías ir corriendo creo que falta poco para que inicie tu clase.

—Hoy no voy a ir a clase.

—¿Piensas hacer novillos?

—Es saludable de vez en cuando.

—Esto me hará ganar un premio por la peor asistencia en la escuela pero también me quedo. No pienso ir a ningún lado si no he comido apropiadamente, no quiero una úlcera gracias.

—No tienes porque explicarlo.

—Si no lo hago pensaras que me quedo por ti y dadas las circunstancias no puedo cometer ese error.

—¿Por qué es tan difícil para ti dejarte querer?

Tomé el almuerzo que la señora Cullen me había mandado y comencé a comer en silencio bajo la atenta mirada de Edward, era bastante incómodo tenerlo allí sin parpadear mientras yo ingeniería mi ensalada tailandesa, pero la incomodidad que hoy me causaba era diferente a las anteriores y no me hacía querer golpearlo para que se marchara...

No, no, no. ¡Concentración Royal Swan! ¡El plan es alejarte no enamorarte de él! Me sonrió descaradamente como si adivinara mis pensamientos y se levantó para colocar su silla justo a mi lado, pronto sentí mi estómago revuelto y la comida ya no quiso pasar por mi garganta.

—Edward...

—¿Si?

Ahora el bipolar era yo, venía con toda la intención de estar molesto pero como pueden ver  soy idiota, eso es lo que pasa, tal vez la mejor estrategia para mantener todo a la raya no sea enfrentarlo sino huyendo. Aunque puede ser bastante tarde para llegar a esa conclusión estando aquí con diez centímetros de distancia.

—Esto es incómodo.

—¿Qué es incómodo?

Por un instante me sentí como un pequeño ratón acorralado por un gato.

—Este aura extraña que intentas crear, tu repentino gusto por mi...

—No es repentino, esto es algo que me viene pasando desde hace más de dos años. Cuando anestesiado me pediste que me casara contigo.

—Me prometiste no sacar eso a la luz.

—Y nadie además de nosotros lo sabe. Pero el punto es que llevo bastante tiempo reprimiendome y estoy cansado, es por eso que...

—No sigas por ese camino Edward. No hagas más extraño de lo que ya es esta situación ¿Podrías ir más lento porfavor?

Lo voy a admitir, estaba un poco asustado.

—Claro Roy —me besó la frente y se rió— eres tan lindo.

¿Cómo debía reaccionar a eso? ¿Patearlo en la entrepierna y salir corriendo? ¿Besarle?... Hay no, ¡Concentración! Eres idiota no estúpido, te levantarás y tomarás camino a la biblioteca donde te encerraras con un libro de física aplicada para matar el libido.

Diez minutos después me encontré con Edward en su coche escuchando música en el estacionamiento.

—¿No tienes otro tipo de música además de la clásica?

—Has estado en mi habitación tú dime.

—Eso significa que no...

—Escuchar tanto rock pesado te matará las neuronas.

—Ya es tarde, seguro murieron hace un buen rato, y no es solo rock pesado... Yo escucho verdadero arte como AC/DC, Queen, Metallica... El que no entiende eres tú.

—También te gusta la música clásica.

—Si pero no me encierro en ella.

—¿Escogiste este tema de conversación para matar el momento verdad? —guarde silencio— eso creí. Roy no tienes nada que temer conmigo, iré tan lento como una tortuga si es necesario por ti.

—Me gustan las tortugas...

—Seré una tortuga entonces —me sonrió— ¿Te das cuenta que has aceptado ser mi novio en medio de toda esta conversación?

Maldita sea...

—Y tu aceptaste abstinencia.

—Puedo vivir con eso pero algo me dice que tú no.

—No te confíes, soy un friki lo cual significa que estoy biologicame preparado para ser virgen por el resto de mi vida.

—Ya veremos. ¿Quieres que te lleve a casa?

—¿Ahora? Pero la siguiente clase es gimnasia y yo la amo.

—Entonces será para la próxima vez.

—Supongo...

Bajé del auto y me dirigí al gimnasio golpeando mi frente, ¿En qué momento me atrapó? ¿Si iba tan concentrado en alejarme porque terminé de esta manera? Si, debía ir al médico para asegurarme de no tener un tumor que me estuviera empujando a hacer estas cosas. Como he dicho antes no soy una persona de plegarias pero le haría una ofrenda a Apolo para que la explicación fuera un tumor.

Entre al vestidor de los hombres y me cambié lo más rápido posible a pesar de que todavía faltaba un rato para la clase, el entrenador me vio y en lugar de correrme me dio el balón y dejó que me entretuviera haciendo canastas e intentando un par de patéticos intentos por hacer clavados.

Cuando el resto llegó ya estaba más relajado y después de mucho pude disfrutar plenamente de una buena victoria al tener a Bella sentada en una esquina con mareos.

—Roy —Mike se me acercó al final de la clase— ¿Piensas venir a la playa verdad?

—Claro, ¿Cuando he fallado a un viaje a la Push?

—Excelente, ¿Podrías ayudarme a que Bella no vaya a faltar? —Wow, eso no me dolió para nada imbécil— con esto de lo que le pasó en clase no se si estará bien para ir.

—Si lo que sea.

—Por eso eres grande, nos vemos.

Instrucciones para poner de mal humor a al tipo gay que siempre se ha fijado en ti.

Paso 1# Pregúntale por su hermana que esta buena y hazle saber que eres un insecto malparido.

Felicidades, usted ha completado el maldito tutorial.

Paciencia Roy, seguro tendrás un gran fin de semana con tu mejor amigo y todo se arreglará.