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CANTÁNDOLE AL AMOR por Himitsu furikou Akira

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Notas del capitulo:

Hola, he estado nerviosa ultimamente por este capitulo, aun no se me da bien algunas cosas asi que espero que puedan entenderle y que les guste, gracias a mi amiga GISE por ayudarme cuando no entiendo si esta bien lo que escribo, espero y les siga gustando la historia.

Mi hermano camina de un lado a otro por su habitación, ahora mismo estoy planeando varias posibles rutas de escape, me escanea y tiemblo, estoy empezando a ceder ante la presión.

— ¿Quién?

— ¿Quién qué? —Me hago el desentendido, no pienso revelar nada. Estoy seguro de que si sigue insistiendo, le diré incluso que fui yo el que se comió su postre cuando tenía 8 años.

— ¿Estás enamorado, verdad?

— ¡No! ¿C-Como crees?

— ¿Es esa chica por la cual decías que serias el número uno en algo?

— ¿He? —Ladeo la cabeza intentando recordar cuando es que dije eso. Ah, ya, es verdad. Lo dije al inicio del ciclo escolar, cuando entre al equipo. Creo que solo fue porque no sabía que decir, tal vez si me gustaba un poco esa chica, pero… ahora creo que fue egoísta de su parte pedirme eso. Me doy cuenta que el amor debe de ser incondicional, debe de amarte tal y como eres, sin pedir que cambies o te adaptes a alguien más, con tus virtudes y tus defectos.

Mi debate mental no pasó desapercibido por mi hermano mayor, y fiel a su amor sobreprotector casi me destroza los brazos en un fuerte abrazo.

—Bueno, Kouta ve-veras… —Le arrebato las hojas, y huyo a mi habitación. Escucho a Kouta correr tras de mí. Llego a mi cama, y me lanzo a ella intentando protegerme con mi cobertor, mi hermano intenta sacarme de debajo de mi acolchada protección.

—Kouta, creo que debes de conseguirte una novia.

Si no le digo algo que le convenza, no dejara de molestarme en un buen tiempo, hasta que empiece a seguirme a la escuela, es tan capaz.

—No te preocupes mi querido Kou, no permitiré que nadie te arrebate de mi lado, ya descubriré de quien se trata. —Un aura pesada rodeaba a mi hermano, una muy parecida a la de Kuroko esta mañana. ¿Qué les pasa, que andan de tan mal humor?—. No temas, tú querido hermano solo le destripara un poco, por intentar poner sus ojos en ti.

— ¡Él no ha puesto nada, he sido yo! —Le grito— ¡Ni siquiera sé si me corresponde, es más ni siquiera me nota! —Me quedo callado, dándome cuenta de que ya hable de más.

—Has… dicho… ¿El? —Mi hermano me descubre lentamente la cara, yo no le veo, no puedo, temo a lo que dirá—. No, hey, mírame. Está bien, eres mi pequeño hermano, no te dejare de querer por eso.

— ¿No piensas que es ra-raro? —Le digo, aun sin mirarlo. No dice nada, así que cuando me animo a verlo, me sobresalto—. Ko-Kouta, ¿Por qué ti-tienes esa expresión? Parece que quieres matar a alguien.

— ¿Quién es el tonto que no ha podido apreciarte? Siempre te he dicho que eres lindo. —Hago un puchero, molesto por ser llamado así, pero sé que mi hermano solo quiere que me sienta seguro conmigo mismo—. Vamos, dile a tu hermanito mayor de quien se trata.

—N-no necesitas saber eso, por-por favor. —Pongo la cara más chantajista de mi repertorio.

—Lo averiguare tarde o temprano… —Su cara es seria, llena de determinación.

Se va de mi habitación lentamente, caminando hacia atrás sin dejar de mirarme. Choca con la pared, y se hace a un lado cerrando la puerta lentamente.

Demonios, cuando mi hermano se propone algo, suele cumplirlo. Pero, es bueno que se tomó bien eso de que me guste un chico. ¿Qué hará si sabe quién es? Akashi-san viene a mis pensamientos muy seguido.

                                                                         &

Llego el  fin de semana de la reunión. Aún tenía algo de tiempo, por lo cual me encontraría con Takao para explicarle bien el favor en el que necesitaba su ayuda. Confió en que podrá hacerlo.

Justo estoy pensando en él, cuándo casi soy tumbado al suelo en un abrazo.

— ¡Kou-chan! Puedo decirte Kou-chan, ¿Verdad?

—Supongo que no hay ningún problema, Takao-san.

—Mooo, pero no me llames así, que me da escalofríos. Llámame más bonito, Kazu-chan estaría bien.

Yo solo le veía algo incómodo por el nivel de confianza que me tenía.

—Bueno, ¿De que se trata tu problema? ¿En qué puedo ayudarte?

Empezamos a caminar al lugar de la reunión, mientras yo le comentaba lo necesario. No es tan grave mi problema, y fue una buena casualidad saber que podría recibir su ayuda. Takao solo asentía a lo que le decía, poniendo una sonrisa cada vez más entusiasmada conforme avanzaba en mis explicaciones. Al final solo espero su respuesta y sus preguntas.

—Wow, eso es genial, Kou-chan. Eres un buen hijo, veras que ganaremos. ¿Quién escribe las canciones? ¿A quién estoy cubriendo y por qué? ¿Les has dicho a los demás? ¡Todo el mundo tiene que saberlo! —El grito de Takao bien se podría escuchar en toda la cuadra.

— ¡N-No! Aun no, veras… Kuroko sospecha que escondo algo, y no es como si no confiara en ellos, pero era algo entre mi hermano y yo, y pues…

—No te preocupes, Kou-chan. Te entiendo, te entiendo, tranquilo.

—En si ya estamos en la final, y respondiendo a tus preguntas… —Baje la mirada algo avergonzado, sería la primera vez que le decía a alguien más que se me daba un poco la música—. Y-Yo escribo las canciones, y pu-pues, un amigo de mi hermano era quien nos ayudaba, pero al parecer reprobó casi todas sus materias, y está más que castigado.

—No te avergüences, todos tenemos diferentes talentos. ¡Muero por escucharte! Pero no lo entiendo… —Me dijo tocándose la barbilla en señal de que no comprendía.

— ¿Qué es lo que no entiendes?

— ¿Cómo es que pasaron a la final?

—Oh, eso, bueno… La convocatoria pedía un video con mínimo tres canciones, y de ahí se sacaban los finalistas. Tampoco éramos tantos grupos, de los participantes solo quedaron cinco a la final, y solo, como te dije, serán pocas canciones. También se pedirá al público que se presente, que vote por quien le gusto más, así que no pienso que sea fácil de ganar.

—No te menosprecies, por algo es que han quedado. Mira, ya llegamos, los demás nos esperan. —Me señalo el parque en el cual estaban todos los demás. Me entro un nerviosismo que Takao no pasó desapercibido, ahí estaba Akashi-san, al lado de Midorima-san, por lo cual Takao frunció el ceño. Eso al parecer no le pareció, y a mí tampoco la verdad, pero no es como si pudiera hacer algo al respecto.

—Por cierto… —Me dice Takao, pasando uno de sus brazos por mis hombros atrayéndome a el—. No te preocupes, no le diré nada a Kuroko o Kagami, de eso te encargaras tú después.

Si hubiera puesto algo de atención, me habría dado cuenta de la mirada que me dio Midorima-san, y del gesto poco agradable que le dio Akashi-san a Takao cuando me toco.

— ¡Furi! —El grito de Kagami casi me deja sordo. Ya estábamos cerca, no había necesidad de gritar— ¿Por qué ustedes dos llegan juntos?

— ¿Furihata-kun está saliendo con Takao-kun? —Me sobresalto un poco ante la repentina aparición de Kuroko, pero es algo que puedo manejar ya con el paso del tiempo.

— ¿Qué? No, no es eso. Solo le pedí un favor, y por eso llegamos juntos. Solo somos amigos.

— ¿Cuándo es que se volvieron tan cercanos, Bakao? —La pregunta nos descoloca a todos, pero Takao muestra una enorme sonrisa—. No es como si me interesara mucho lo que haces.

Todos queremos reír ante tal intento de excusa, pero Takao se adelanta.

—Claro que no salgo con Kou-chan. Shin-chan es el único para mí.

—Cállate Ba-Bakao, no digas tonterías. —Midorima-san respondió algo cohibido, e intento arreglar sus lentes en un intento de evitar que viéramos su sonrojo.

Un poco separado de la conversación, se encontraba Akashi, viendo como transcurrían las cosas. Sentía una ligera incomodidad, la sintió en cuanto vio llegar al castaño de Seirin y al amigo escandaloso de Shintaro. No tenía porque, pero le intrigaba. El que pasara sus brazos por sus hombros le irrito, el que le llamara de esa manera tan afectiva, le molesto. Pero sobre todo, lo que le hacía pensar tanto es que, desde la fiesta de cumpleaños de Tetsuya, no podía sacárselo de la cabeza. Siempre venía a su mente esa sonrisa avergonzada.

Que se hubiera desmayado nada más verle, le causo algo de gracia. Sabía que le había dejado una enorme impresión con lo que había hecho su otro yo con Taiga, pero además el que su otro yo se mostrara furioso con la escena, no lo comprendía.

Kou-chan, le ha llamado Kou-chan. ¿Quién se cree ese pajarraco para tomarse esas libertades? ¿Por qué me preocupo de cómo se llevan esos dos? Una voz le saco de sus pensamientos, y decidió dejar los cuestionamientos que le inquietaban para otra ocasión.

                                                                           &

—Oi, Bakagami, ¿Qué no vinimos a jugar?

— ¡Takaocchi! Tanto tiempo… —Grito con felicidad Kise-san, lanzándose a la espalda de Takao—. Kurokocchi, tú estarás en mi equipo. —Intento abrazar a Kuroko, pero Kagami no se lo permitió, alejándolo posesivamente.

—Kuroko va conmigo, Kise. —Estaban a punto de iniciar una pelea por quien sería la luz de Kuroko, a la cual se había sumado Aomine-san.

— ¡Silencio! —La voz de Akashi-san se escuchó entre las voces de todos, e inevitablemente mire en otra dirección. Ah, tan cerca y tan lejos, si seré masoquista.

Y así paso el tiempo, jugando pequeños partidos en los que sinceramente, tuve poca participación. No me sentía seguro entre tanto prodigio, aunque cuando Kuroko se cansó, me acompaño en las bancas mientras observaba a los demás divertirse.

—Furihata-kun, hay algo que me molesta. —Sabía que sucedería, ya se había contenido mucho tiempo. Kuroko es un buen amigo que se preocupa si ve que algo no anda bien—. Te veo diferente… — Tomo un poco de agua mientras él me observa como usualmente lo hace— ¿Te gusta Akashi-kun?

Escupo mi agua impresionado, y toso sonoramente, a lo cual me gano las miradas de todos. Como siempre, tan directo.

Kise-san estuvo a punto de gritar, pero Takao lo detuvo. Volteo asustado, y pálido a donde se encuentran. Se sientan a mi lado con risillas cómplices en sus rostros, solo puedo sonrojarme y bajar la mirada.

—He visto tu mirada, eres fácil de leer. Akashi-kun también te miraba, solo que es un idiota, al menos en este aspecto, en el amor quiero decir… —Kise-san aun con la boca tapada, afirma lo dicho por Kuroko. Takao al darse cuenta de que no metería la pata, lo soltó.

—Furihatacchi, ¿Por qué no le hablas? Da el primer paso.

—N-No podría, me desmayaría de nuevo, de hecho… —Sentí como Takao se colgaba en mis brazos.

—Las traes, ¿No? Las canciones, ¿Las traes?

— ¿Qué canciones, Furihata-kun?

—Bu-Bueno, precisamente quería hablarles de eso, pe-pero ahora no, aun no.

—Oh vamos Kou-chan, de todos modos les dirás.

—Pues sí, pero, pero…

Mientras  discutíamos animadamente, Midorima-san y Akashi-san se preparaban para tener un pequeño partido de shogi, y Aomine-san y Kagami jugaban un uno a uno, así que al estar lejos, no temo por que escuchen lo que hablamos. Mientras Kise-san y Takao leían las canciones que les había dado, Kuroko se acercó a mí.

—Bueno, y… ¿Qué es lo que has estado escondiéndonos todo este tiempo?

—No es que quiera esconderles eso, es solo que no encontraba el momento. Yo entre a un concurso musical, y pues, ahora Takao va ayudarme.

— ¿Una banda? No sabias que cantaras… ¿Creíste que Kagami-kun y yo nos burlaríamos? —Me dijo algo molesto.

—N-No, no es así, solo que no encontraba el momento adecuado, y todo fue muy rápido. Además de que no me gusta mencionarlo, no es algo en lo que sea realmente bueno, como en todo.

—No seas modesto, Furihatacchi. Todos tenemos nuestros puntos buenos y malos. Esto es realmente bueno, me gustan mucho en verdad.

Al mismo tiempo, Akashi y Midorima, sin admitirlo, estaban completamente distraídos. Tanto, que a penas y habían movido sus fichas en el tablero.

Midorima estaba algo molesto porque Takao estaba todo encimado al castaño de Seirin, el famoso chihuahua. No admitiría que su Bakao no debería ser tan afectuoso con los demás, ni bajo amenaza.

Los pensamientos de Akashi no eran tan diferentes. No sabía por qué tenía que dedicar parte de su tiempo y pensamientos en alguien tan, a su parecer, insignificante pero lindo. ¿Lindo? ¿Cómo podía pensar eso de un chico? Si bien creía que habían quedado en buenos términos en el cumpleaños de Tetsuya por lo pasado en la Winter cup, bueno exactamente no le pidió perdón, pero eso era algo que no haría. El chico debía de entender.

Cuando se desmayó, sus reacciones fueron tiernas.

¡No! Él no es tierno, bueno se ve que su mirada es hasta inocente, ¿Por qué Kazunari se le pega tanto?

—Akashi, presta atención.

—Tengo que retirarme. Despídeme de todos.

— ¿Seguro? ¿Te encuentras bien?

—Sí, estoy bien. Asegúrate de que tu novio no haga tonterías.

— ¡Bakao no es mi novio! —Le dijo completamente rojo de la vergüenza. Así que decidió contratacar en un intento de distraerle de su persona.

—Podría decir lo mismo de ti, Akashi. Parecía que devorarías al compañero de Kuroko, el castaño, Furihata.

—No digas tonterías Shintaro, no sé de qué hablas, me retiro.

—Como quieras.

Ambos chicos decidieron retirarse cada quien por su lado, pero antes, Midorima tenía que poner en su lugar a Takao, así que decidió acercarse a donde se encontraba con los demás. Pero ese pequeño grito, no había pasado desapercibido por el halcón, y estaba por tomar ese desliz a su favor. Si bien tenía buenos ojos, sus oídos no se quedaban atrás.

Se sonrojo, y contento, molestaría un poco a su Shin-chan.

—Shin-chan, ya te he dicho que admitas que amas todo mi plumífero cuerpecito. —Todos reían al escuchar las palabras de Takao, y de los intentos de Midorima de hacerlo callar. No pude evitar reír un poco.

Viendo como Akashi-san se retiraba, no sin antes dedicarme una mirada entre molesta y extraña, a lo cual me sonroje, y me estremecí al mismo tiempo. ¿Lo abre hecho enojar?

—Kise, vámonos. —Le llamo Aomine-san. Al parecer ya se había cansado un poco, dejando a Kagami algo enojado por no haberle podido ganar.

—Pero Aominecchi, quedemos un tiempo más… —Este solo le dedico una mirada, que supongo solo ellos entendían, ya que se sonrojo y volteo para tomarme de los hombros—. Furihatacchi, no dudes en llamarme. Te ayudare dándote mis sabios consejos.

— ¿Sabio tú? Antes se acaban las hamburguesas en el Maji. —Le dijo Kagami, algo divertido.

—No digas tonterías, Rubia. Vámonos.

—Mooo~ No me llames así, Aominecchi.

—Ya tienes mi número, Furihatacchi. Nos vemos. —Y así, Kise-san se fue, siendo arrastrado por Aomine-san.

—Kise-kun sabe lo que hace, Kagami-kun. Además, no sabías de qué hablábamos.

—Bueno, etto, yo quisiera hablar con ustedes dos.

—Oh, es la razón por la cual has estado tan distraído, Furi.

—Si.

—Me parece bien, pero… ¿Qué les parece si seguimos hablando en el Maji? Muero de hambre.

— ¡Tú siempre quieres comer en el Maji! —Dijimos Kuroko y yo al mismo tiempo, a lo cual no pude evitar reír un poco. Es agradable estar tan bien con mis amigos, creo que confiar en ellos será la fuerza que necesito para tener un poco más de confianza en lo que se viene de ahora en adelante.

 

Mientras esto ocurría, Akashi Seijuuro se preguntaba qué era lo que le había sucedido en la reunión, y es que no podía despegar la mirada de ese simple castaño, aunque algo debería tener para que le llamase tanto la atención. No solo a él, sino que también a su contraparte. Ambos estaban de acuerdo en que deberían hacer algo al respecto.

Podría decirse que Furihata Kouki tenía una mirada bonita y honesta. Decía lo que pensaba, aunque le costase un poco de trabajo debido a su naturaleza tímida. Aunque no dudaba que le podría dar un par de sorpresas, ya que en la fiesta, noto como el miedo que tenia se disipo poco a poco, aunque aún tenía ese ligero nerviosismo en él, le parecía interesante. Pero ahora, con el paso del tiempo y las reuniones a las que Tetsuya le invitaba, noto algo diferente; su corazón latía rápidamente al verle, y la molestia esa que surgía cada que quien fuera se le encimara, le toqueteara en abrazos demasiado cariñosos.

Debía averiguar que le sucedía con ese chico, y como buen Akashi, atacaría de frente.

Le envió un mensaje a Tetsuya pidiendo su información, misma que recibió inesperadamente rápido. Haría lo que nunca creyó posible, le pediría una cita.


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