Tempestad.
Las tres semanas que pasaron, fueron las más difíciles para Akihito debido a los acontecimientos recientes, sus hijos preguntando por su padre, los inversionistas buscando explicaciones y parte de las ganancias, afortunadamente Mikhail le ayudo con ese asunto a su vez presento al nuevo guardián.
—Akihito, se que no es buen momento pero debes conocer a una persona —dejandolo entrar a la oficina— él es Akira Yemon, Asami lo contrató específicamente para ser tu sombra en caso que algo llegase a sucederle.
La misma altura y complexión que su amado esposo, sus ojos azul grisáceo y el cabello de tonalidad identico al cielo a punto de anochecer, ese azul obscuro que cautiva, se puede decir que es el sueño de toda mujer. —Ryuichi es un idiota — dejándose caer en la silla acolchonada, conteniendo las lágrimas— me negaría a aceptarlo pero no tengo ánimos de discutir —dandole una carpeta con especificaciones para construir de nuevo el club— más grande o mas largo, decide cómo lo quieres, pasarás algún día tiempo en ese lugar.
—En ese caso me retiro, supervisare la reconstrucción, necesitas algo —en unos meses tendría a su bebé, en esta ocasión lo tendrá solo— Fei vendrá por la tarde.
—Estoy bien, me quedaré a esperarlo mientras termino de organizar los proyectos —mirando fijamente al escolta— que tan cerca debe estar de mi.
—Lo más que se pueda sin que afecte tu día a día —despidiendose de su amigo, los dejo para que se conozcan.
—Tome asiento o cuide afuera, no se quede ahí parado —señalando la silla frente suyo— no me sorprende que este aquí, siempre ocultaba cosas y ahora que ya no está, comienza a relucir todo —tenia en sus manos dos demandas por la supuesta paternidad del mayor— te preguntaré algo, si yo renunció al apellido, dejo la casa y la fortuna de esta familia, seguirías siendo mi guardián.
—Durante años me pagaron para que llegado el momento estuviese cerca suyo sin importar lo que haga —su voz grave proporcionaba un sentimiento de calma y seguridad— mi deber es protegerlo de todo, hasta de usted mismo.
—Eso ya lo veremos —sentencio más por diversión que amenaza.
Tendria su prueba en cuanto el camaleón atacase directamente. Día con día la carga emocional iba aumentando igual que el trabajo, Akira no perdía detalle de sus actividades ni la evolución de su embarazo. En esos meses inauguraron el club, para distraerlo Kuroda le confío los preparativos de su boda, siendo una de las más hermosas en lo que iba del año, aunque ese matrimonio era con fines políticos y también para guardar las apariencias. Faltando un mes para el alumbramiento, se llevó la peor noticia de su vida.
—Akihito-sama, llegó esto para usted —extendiendole la carpeta— Miwa-sama quiere hablarle, de hecho está por llegar.
Al leer los papeles sus ojos se llenaron de lágrimas —ambas pruebas son positivas, Asami es el padre de esos niños —recargando la cabeza en el escritorio, oculto el hecho que lloraba al verse herido.
—Le puedo asegurar que eso no es posible —Kirishima leía esas pruebas una y otra vez— él siempre evitaba la paternidad, incluso Kuroda-san intervino un par de veces para que ninguna mujer lo tratase de chantajear, es un error.
—Por supuesto que es una equivocacion —la matriarca del clan Asami hacia su entrada en la pequeña oficina— si me prestas atención yo te diré lo que verdaderamente paso.
Miwa contó que tras la renuencia de su nieto por tener un heredero, lo convenció de congelar algunas muestras, así en un futuro y por medio de un vientre de alquiler el apellido continuase, cuando supo que tenía pareja y encima de eso tendrían un hijo, pidió a las clínicas de fertilidad deshacerse de las muestras ya que no serían necesarias sin embargo una de ellas con tal de salvarse de la bancarrota vendió todo lo que tenían, así fue como esas mujeres se embarazaron y ahora quieren reclamar parte de la fortuna familiar.
—Entiendes mi niño, tienes todo el derecho de estar en esa posición, ustedes se casaron, sus hijos nacieron dentro de un matrimonio estable, esas señoras no obtendrán nada, les ofrecí que los niños fuesen sobrinos de Ryuichi y así tener una pequeña parte de los bienes pero sus madres avariciosas se negaron, ahora nuestros abogados se encargarán, tu no te preocupes, eres y seguirás siendo un Asami al igual que esos angelitos, nada les hará falta.
Akihito tuvo un caos mental con tanta información, una organización cuyos negocios se llevan acabo bajo la fachada de ser empresarios, su líder actual murió pero el resto de los miembros no pelearon por ocupar su lugar al contrario parecía que seguía con vida y dando órdenes a todos. Esa misma noche el joven amo fue llevado al hospital ya que sufría fuertes dolores de abdomen, Soichi al revisarlo anuncio que su hijo nacería en ese preciso momento.
Lunes 20 de marzo, en la sala del hospital nació Asami Raiyu, el pequeño fue llevado a un cunero para que terminara de desarrollarse, en ese instante de dicha y felicidad, la luz en todo el lugar se apagó, cuando los generadores de emergencia se activaron, el paciente ya no estaba al igual que el recién nacido, como era eso posible, las enfermeras y el médico tenían un disparó en la cabeza.
—Ese maldito infeliz, lo pagará muy caro si se atreve a tocarlos —dejando salir su verdadera voz, golpeó la pared ante su incredulidad y su falta de respuesta— llamen a todos, debemos encontrarlo antes que lo saquen del país.
—Como ordene Asami-sama —su fiel secretario convocó a una junta, debían planear el contraataque recuperando a su pareja e hijo.
—Sabiamos que lo haría pero no tan rápido y el mismo día —Mikhail Arbatov se acercó a él agitado por corretear y atrapar a uno de los operativos— ese sujeto tiene una seguridad en lo que hace o cree que nadie lo puede tocar.
—Encuentrenlo a como de lugar, si es necesario cobraré los favores que me deben, los quiero de regreso —furioso era poco, después de planear todo a detalle, ese supuesto rey robó algo muy preciado para él— Bergén cree que estoy muerto, veremos qué puede hacer contra un fantasma.
Veinte largas noches paso encerrado en su nueva oficina, Akihito la diseño como si hubiese sabido que regresaría, contemplado la habitación entera el amanecer llegó y con ello un pequeño indicio sobre el lugar donde su adorado niño podía estar.
—Asami-sama, Yuki está con una persona e insiste en hablarle, dice que tiene algo muy importante —Kirishima le informo de ello como buen secretario que es— también Kuroda, Arbatov y Fei Long esperan su turno.
—Hazlos pasar, es tiempo que todos se enteren —quedandose sentado viendo directo a la puerta, observando a todos los asistentes.
—Akihito tiene buen gusto, también dijo que así sería más de tu agrado —Yuki fue la primera en hablar— el sabía que volvería a verte, contaba con ello y por eso envío un ángel para ayudarte.
El hombre junto a ella destapó la canastilla que llevaba dejando ver la preciada carga. —Mi nombre es Alger Von Fuerst, estoy aquí a petición de mi muy querido amigo —dejando el cesto sobre el escritorio— el es Asami Raiyu, Akihito me dió instrucciones de que hacer cuando mi hermano allá dejado este país.
Todos los presentes guardaron silencio, no esperaban verlo ahí, tan cómodo hablando. Las preguntas no se hicieron esperar pero solo la más importante fue respondida. —Akihito sabía que usted seguía con vida, continúo la farsa para mantener a sus hijos a salvo, también orquesto un plan en caso que mi hermano fuese por él.
—Porque tú, de todas las personas a su alrededor por qué te eligió a tí —Asami necesitaba toda la información posible, ya sea por las buenas o por las malas— quiero oírlo todo.
—En resumen, mi hermano mando a asesinarme cuando descubrí todo la verdad, con ayuda de unos amigos logré llegar al país, me puse en contacto con Aki contándole el plan de Bergén, fuí yo quien le aviso de las bombas y los traidores, al mismo tiempo me pidió cuidar a su hijo así que me metió al hospital como su enfermero de confianza, para estar cerca actuando en el momento justo, teníamos la sospecha que mi hermano atacaría a la hora del nacimiento así que yo debía escapar con los dos sin embargo su vientre estaba a medio cerrar por lo cual le dejé en la camilla y tome al bebé, la orden fue así, sino puedes sacarnos a ambos llévate a mi hijo, manténlo a salvo hasta que Bergén se vaya, solo entonces se lo podrás entregar a su padre
—No puedo creerlo, mi lindo gatito lo sabía todo y aún así se mantuvo firmé, no permitió que su enemigo llegase a sospechar —dudando un poco— si lo que dices es verdad, ese sujeto ya está de vuelta en su país.
—No es así, Bergén planea ocultarse con su socio hasta que dejen de buscarlo, él está en Rusia, Nikolai Arbatov ofreció su casa y contactos a cambio de un dragón con cabello de seda, no supe más por qué discutímos, mientras Akihito este herido no le hará daño pero cuando se recupere si no se somete a sus órdenes y deseos, temo que terminara igual que las otras.
—Primero busquemos al soplón del hospital, de que otra forma supo el instante perfecto para atacar, alguna enfermera hasta el mismo doctor que lo atendió pudo dar esa información —Yuki analizando cada palabra dicha por Alger, llegó a esa conclusión— Aki-chan me pidió cuidar de ti y de tu hija, estarán a salvo en ese lugar, también tengo un mensaje para Asami —viendole directo a los ojos— dice que no debes cambiar ese look, te queda bastante bien y quita algunos años, espera verte una vez más así.
Fe, esperanza, confianza, certeza e incluso ilusión,, eso ocultaban aquellas palabras, debía apresurarse en ir a rescatarlo, tomarlo en brazos, mantenerlo ahí para que nadie se lo arrebate, sus hijos también lo necesitan. Ahora que conocían dónde se encontraban, Mikahil les dió indicaciones precisas sobre las casas y bodegas que servirían como refugio o un buen escondite. Regresando a sus hogares, el tigre ruso llevo a su pareja en brazos hasta la habitación, ahora conocía el pago que su hermano esperaba recibir a cambio de la organización, toda la noche se dedicó a mirarlo, beso cada milímetro de piel, rodeándolo con sus brazos, aferrándose a él, escuchar su nombre entre suspiros es algo que desea oír todos los días.
Los largos cabellos moviéndose a la par de las embestidas, imagen perfecta que perdurará en su memoria. —No pienses tanto, me quedaré cerca tuyo y nadie pondrá un solo dedo sobre tí, ese es mi privilegio —acariciando su espalda, le hablaba al oído— puedes bajar un poco tu presencia, quédate en casa un par de días, salir lo menos posible hasta que sepa bien donde encontrar a mi hermano y saldar cuentas.
—No soy tan frágil como lo sugiere tu comentario, puedo pelear mis batallas solo —sus palabras salían sin fuerza, el agotamiento por la actividad realizada estaba haciendo efecto, los hermosos ojos negros se cerraban solitos— quiero ayudar —fue lo último que dijo antes de perderse en el sueño profundo.
Dormir hasta la tarde siendo abrazado y despertar con una sonrisa en los labios, a ambos les es grato iniciar así el día lo único malo en todo eso era que su amigo se encontraba en manos de un loco obsesivo. En un gélido lugar, Bergén Von Fuerst llevaba el desayuno a su joven cautivo, ganarse su afecto y amor con pequeños detalles, esperaba que eso fuese suficiente de lo contrario tendría que actuar rudo y lastimarlo para que se comporté.
—Aki, hermosa esmeralda, despierta corazón debes comer, te recuperarás más rápido con alimentos nutritivos —dejando la charola sobre el mueble a lado de la cama— se un buen chico y obedece.
—No tengo hambre, ni esperes algo de mí, te lo dije antes y ahora lo repetiré —tirando de las cadenas que lo mantenían atado— prefiero morir antes que vivir contigo.
El golpe que recibió en el rostro le dejo inconsciente, gracias a ello no siento nada cuando su cuerpo fue profanado por aquel supuesto rey, dentro de sus sueños imaginaba la vida que estaría llevando junto a su esposo e hijos, ahí deseaba quedarse para no despertar y ver el infierno que le esperaba en aquella habitación, rodeado de mujeres sin vida con los rostros deshechos y la piel agujereada por las drogas inyectadas, ese era su destino si continuaba negándose a servirle como amante.