Capítulo 6
Horrible cumpleaños
Los días volaban borrando cualquier rastro de tristeza. Ambos disfrutaban estar juntos el mayor tiempo posible y todos en la mansión evitaban interferir en su arraigada rutina, pero una tranquila tarde mientras leían cuentos en la biblioteca apareció un intruso; Mahiru con el pretexto de no entender la tarea de álgebra se acercó al mayor.
El pelinegro rápidamente se negó argumentando que él tampoco había comprendido el tema, le aconsejó que buscara otro tutor y se disculpó por no poder ayudarla, esa explicación fue suficiente para que ella se marchara y antes de salir le sonrió angelicalmente. Le había mentido, él era muy bueno en matemáticas, sin embargo no se atrevía a entablar una amistad con ella, le daba un mal presentimiento.
Observó a Shinya; lucía nervioso. Mahiru siempre lo trataba mal, así que supuso que tenerla cerca era aterrador, para tranquilizarlo acarició su plateada cabellera.
Pasó media hora antes de que la puerta fuera abierta de par en par, Kureto entró caminando con porte altanero. Sin temor al rechazo invitó a su hermano a la inauguración de una exposición de fotografía.
Shinya cambió su inexpresivo rostro por uno de alegría, con una tierna mirada le preguntó a Guren si podía ir, este se limitó a asentir.
Sintiendo algo de decepción vio a Shinya desaparecer.
El cielo que lentamente se tornaba anaranjado aumentaba su sensación de soledad. No le gustaba estar entre tantos libros sin la compañía del niño, dependía completamente de alguien cinco años menor.
De mala gana recogió sus útiles y se marchó directo a su habitación. En cuanto llego se lanzó a la cama, cerró los ojos e inmediatamente imaginó a Shinya riendo al lado de ese ruin ser humano llamado Kureto.
"No es justo que a la primera oportunidad te haya abandonado. Tú has rechazo tantas oportunidades de acercarte a Mahiru" le dijo su conciencia. Revolviéndose el cabello trató de callarla, aunque no sirvió de mucho pues no supo cuál fue el momento exacto en donde sus pies se movieron automáticamente con dirección al cuarto de ella.
Tocó e inmediatamente le abrieron.
-Sabría que vendrías- dijo haciéndose a un lado para que pasara
Después de aquella tarde todo se volvió caótico; dejaron de tener tiempo para verse. Guren y Mahiru se habían vuelto inseparables, en la escuela incluso se rumoraba que eran novios, por otro lado Kureto y Shinya vivían encerrados en el estudio, les gustaba escuchar jazz a todo volumen.
Ninguno notó como tres meses se esfumaron.
El cumpleaños de Guren llegó; ese día despertó llorando, era la primera vez que su mamá no le diría lo guapo y alto que se estaba poniendo.
Casi todos lo felicitaron, a excepción de Kureto ,Seishiro y Shinya.
Cuando llego al colegio algunos compañeros le dieron pequeños obsequios, pero en el fondo algo le inquietaba, no se sentía del todo contento.
Todo ese día transcurrió tranquilo hasta que cenaron; Tenri había organizado una celebración sorpresa, sólo Tenri, Mahiru y Guren comieron pues los demás aún no llegaban.
Un pastel de chocolate fue puesto frente al cumpleañero y la canción de feliz cumpleaños comenzó a sonar.
Nostálgico miró el lugar del peliplata, le dolía inmensamente que esa angelical voz no le estuviera cantando. Él no quería regalos ni pastel de alguien que no fuera Shinya.
-Pide un deseo- le dijeron felizmente
"No tengo nada que desear " pensó mientras soplaba
Fingió disfrutar el resto de la velada y una vez terminada subió al cuarto del niño, quería disculparse por ignorarlo tanto tiempo.
Acostado esperó media hora, la puerta se abrió lentamente dejando ver una pequeña figura.
-Buenas noches hermano- se despidió tiernamente al mismo tiempo que cerraba
-Shinya- dijo levantándose
Asustado el niño encendió la luz
-Tranquilo. Soy Guren-
-Ah- respondió indiferente- ¿Necesitas algo?-
Lo seco de su repuesta le caló.
-Necesito disculparme por ser un idiota-suspiró hincándose para quedar a su altura- Es que no puede evitar sentir celos cuando me cambiaste por Kureto. Sé que es tu hermano pero... no me gusta que me abandones. Eres lo único valioso que tengo-
Lo miró en silencio y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos azules.
- Tú comenzaste a buscar a Mahiru y parecía que se llevaban muy bien entonces pensé que ya te habías aburrido de ser mi niñera. Sí me alejaba no te estorbaría.
-Soy un verdadero imbécil por lograr que te sintieras de esa manera-
-Yo también soy mala persona. Hoy es tu cumpleaños y no te regalé nada-
-Tu perdón es mejor que cualquier cosa-
-Iba a felicitarte pero creí que ibas a rechazarme. No me hablabas y tampoco me buscabas... sólo te veía pasar por los pasillos pero tú no volteabas a verme-
Intentó abrazarlo pero recibió un manotazo.
-¡Sí ya no me quieres sólo dímelo!- lucía tan frágil
-Shinya quiero que siempre recuerdes lo que te voy a decir- tomó su rostro entre sus manos- Yo te cuido porque te quiero.-
Los sollozos del niño aumentaron de tono
-¿Aún puedo felicitarte?- pregunto limpiándose las lagrimas
- Me pondría a llorar sino lo hicieras- sonrió
-Feliz cumpleaños Guren- susurró abrazándolo
-Gracias- besó su tersa mejilla
Tener al pequeño entre sus brazos era confortable; desprendía un ligero olor a colonia. En aquel instante ambos expresaron los sentimientos que habían guardado en esos dos meses oscuros.
-¿Sabes qué quiero de regalo?- se separaron
-No-
-Quiero que vuelvas a dormir conmigo ¿Podrías regalarme eso?-
-¡Sí!- volvió a abrazarlo de felicidad-
-Entonces vayamos a dormir-
-Adelántate. Iré a despedirme de mi papá-
-Claro. No te tardes-
Guren caminó hacia su habitación. Se puso el pijama y lavó sus dientes, preparó la cama y se acostó. Sonreía tranquilamente.
Shinya llegó, ya iba listo para dormir. Cargaba una pequeña caja, subió a la cama y le dio a Guren el regalo.
-No era necesario pequeñín-
-Esto te ayudara para que vuelvas a vivir normal-
Confundido lo abrió, era un celular bastante lujoso.
-Es el mismo número también todos tus archivos están a salvo-
-Gracias- tartamudeo
-Cuando llegaste aquí mi papá te sugirió desconectarte del mundo y tú le pediste que guardara tu teléfono sin embargo el momento de afrontar la realidad ha llegado-
-Lo usaré después ahorita me interesa más platicar contigo-
-Úsalo ahora. Tienes muchos mensajes que responder- se volteó dándole la espalda- Aparte yo no quiero platicar. Buenas noches-
EL hecho de recordar a sus amigos volvió a inquietarlo. Nunca imaginó que llegaría a extrañarlos tanto, pero ignorarlos significaba olvidar como era su vida antes de que su mamá muriera.
Para empezar de cero debía suprimir aquella época, debía dejar atrás todos los hermosos recuerdos.
-Afrontar la realidad- susurró- Tal vez he sido un cobarde por largo tiempo-
Dudoso encendió el móvil, volvería a vivir normal y llamar a su mejor amigo sería el inicio.