3.Rabietas de diva.
Esto era realmente vergonzoso, ¿¡Cómo se atrevía a hacerle esto!? ¿¡En qué carajos estaba pensando...!? Esperen un momento... ¿¡En qué mierdas pensaba él al creer que aquel idiota era capaz de conectar dos neuronas!? Quería que se lo tragara la tierra, incluso podía sentir sus orejas arder por la vergüenza que lo embargaba. Pero era demasiado orgulloso para permitir que aquel ojeroso lo siguiera dejando en ridículo frente a toda esa gente. ¡¡Antes prefería estar muerto!! Suspiró mientras se acomodaba el cabello y se dio la vuelta para seguir caminando como si no hubiese escuchado nada, ni siquiera las risas de aquellas fastidiosas adolescentes. Sin embargo no alcanzó a dar dos pasos cuando su novio lo tomó del brazo para evitar que escapara, haciéndolo girar hasta dejar sus rostros a escasos centímetros, mirándose a los ojos hasta que sintió aquel par de cálidos labios besándolo suavemente. Al parecer por fin había notado su enojo y aquel tierno beso era una disculpa que lo hizo sonreír por unos segundos hasta que al otro se le ocurrió abrir la boca de nuevo…
- Entonces... ¿Vas a querer la de uso nocturno o... - hizo una pausa y giró hacia la señorita del mostrador, quien sonriente alzó el tarro cuyo nombre Elle leyó entrecerrando los ojos - la de jalea real multi acción?
- ¡¡Elle Lawliet!! ¡¡Se suponía que veníamos al supermercado por tus dichosos dulces!!
- Sí, pero ya que pasamos por este pasillo y tú utilizas como diez cremas diarias solo en el rostro pensé que tal vez querrías algunas - se encogió de hombros antes rascarse el tobillo sobre el pantalón con el otro pie. Y Light admitía que ese gesto de su novio era lindo ¡Pero no! ¿¡Cómo podía confundir sus costosos tratamientos de belleza con esas corrientes cremas de supermercado!?
- ¿¡En serio piensas comprarme cremas Avon!? ¿¡Alguna vez has escuchado marcas como Clinique, Lancôme o mejor aún Guerlain!? - espetó lo más bajo que pudo para no ser escuchado por los demás, cuyas curiosas miradas estaban puestas en ellos.
- Espero que sean marcas de repostería – le contestó llevándose el pulgar a los labios, sonsacándole un sonoro bufido al castaño – Señorita... - continuó, llamando la atención de la vendedora mientras sus enormes ojos ónice se encontraban fijos en las arrugas que se dibujaban en la frente de su novio al tener éste el entrecejo fruncido -Creo que viéndolo bien, mejor nos llevaremos el set completo Anti-Age.
¡¡Suficiente!! Giró furioso dispuesto a dejar el establecimiento porque Light Yagami podía soportar muchas cosas, como las manías poco saludables de su novio, su extraña manera de sentarse o hasta su poca capacidad para actuar correctamente en sociedad, pero jamás iba a permitir que lo llevasen de compras a una tienda corriente. ¿Es que acaso esperaba verlo con el rostro todo descascarado por usar cremas baratas y de dudosa procedencia? ¡No, señor! Esa piel tersa junto a ese cabello sedoso y brillante no se obtenían tan fácilmente, ¡para ello había que invertir un poco!, y lo que más coraje le daba es que su novio no escatimase en gastos si de sus dulces se trataba, ¿pero no podía comprarle la última línea edición limitada que Lancôme había lanzado al mercado por tal solo cuatrocientos dólares?
- ¿Señor...?, aquí está su compra — llamó suavemente la vendedora para llamar la atención del muchacho mientras le mostraba la bolsa que contenía todas las cremas, no dispuesta a perder este cliente aún cuando el otro muchacho había dejado el lugar indignado.
- ¿Usted cree que está bien que las compre?, es que creo que se enojó... —hizo un leve puchero mientras disimuladamente veía hacia el final del pasillo, esperando que su novio regresase por él — Quizá quería que le comprase otra cosa... — susurró más para él mismo, pero lo suficientemente audible para que la vendedora escuchase y una sonrisa surcase sus labios mientras tomaba unos pequeños botes de las gavetas de abajo para colocarlas sobre el estante.
- Estas son gotas relajantes, se aplica unas cuantas en los dedos para hacerse un masaje en las sienes antes de dormir, su aroma mentolado también ayuda para que tenga la mejor de las noches — explicó sonriente viendo en aquel muchacho una fácil víctima.
- ¿Y no tendrá también algo para el cabello...? — cuestionó fascinado — Light siempre se queja de que lo tiene opaco...
Y la vendedora empaquetó cada uno de los productos que cubriesen la necesidad que el muchacho le indicase, quien muy contento terminó saliendo con cuatro bolsas en cada mano para dirigirse hasta el auto donde lo esperaba su novio, quien casi se desmaya al ver "AVON" escrito en grande en cada bolsa que Lawliet traía...
- Mira todo lo que te compré, amor —dijo sonriente mientras alzaba un poco las manos, no obteniendo la reacción que la vendedora había dicho, ella le había asegurado que haría muy feliz a su novio si le compraba todas esas cosas, pero en cambio Light solo se había cruzado de brazos antes de ingresar al auto sin decirle nada.
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Light Yagami siempre obtenía lo que quería, tan pronto llegaron a casa Elle le prestó la tarjeta para que fuese a pedir sus productos en línea, era eso o estarlo escuchando quejarse por quien sabría cuanto tiempo. Sin embargo Lawliet había gastado un dineral por creerle a la vendedora del supermercado, no podía regresar las cremas y mucho menos botarlas.
Se encorvó levemente sobre el lavamanos para lavar su rostro luego de haber utilizado el set hidratante, irguiéndose luego para quitar el exceso de agua con una toalla, sin hacerlo muy brusco tal y como decía las indicaciones. Se pasó los dedos por las mejillas, sonriendo ampliamente al sentir la suavidad de su piel, así que igual de emocionado abrió el siguiente bote, ya ni sabia cuántas mascarillas se había aplicado desde que se encerró en el baño, lo único que sabía es que esto era muy divertido...