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Idempotente por BackAck

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El omega sonreía al ver a su amigo quien bailaba con una brillante sonrisa al lado de su ahora esposo. Del otro lado del salón se encontraba aquel idiota quien tenía hace un par de horas su pene atascado en la boca del omega. Es un asqueroso pervertido, no evitó sentir asco una vez más y solamente desvió la mirada de él. Al menos gracias al baño ya no tenía aquel aroma a celo que lo estaba molestando, aunque ahora estaba seguro de que tenía el aroma del alfa sobre su cuerpo, obviamente se sentía sucio.


Se despidió luego de que la cena de celebración acabara, no deseaba estar en ese lugar más tiempo y menos tener cerca a ese alfa asqueroso que había desvirgado a su boca. Natanael jamás se enteró de nada de lo que sucedió entre Jeff y Jack, solo hacía falta ver al omega para darse cuenta que había tenido un percance no agradable con el dueño del aroma que se había impregnado en su cuerpo. Simplemente no dijo nada y se despidió de su amigo pidiéndole que se vuelvan a ver algún día. El omega solo asintió, no quería que su amigo se deprimiera por el hecho de que Jeff realmente no desee reencontrarse con alguien que tenga que ver con el alfa.


Los días pasaron, y Jeff más que nunca empezó a preocuparse por sus estudios, no porque estaba mal en ello, sino porque quería quitarse de la cabeza aquellos recuerdos tan molestos que lo acosaban día y noche. Pero una vez más estaba ahí, con la mente en blanco y aquellas manos frías y temblorosas mientras que observaba a cuatro alfas que se encontraban sentados con anotaciones a su lado y aquellas miradas respectivas que le daban al omega quien se había quedado en blanco.


—Señor Applewhite —dijo uno de los hombres que se encontraba ahí—. Me sorprende de usted, ¿No puede responder?


—... —el omega estaba por romperse, no quería estar ahí, algo muy horrible le estaba pasando y era el hecho de entrar en pánico en medio de una exposición individual de histopatología.


—Volvamos al incio —otro de los hombres tomó una libreta—. Explíqueme qué es la hipersensibilidad tipo tres, cuales son sus efectos y qué respuestas a antígenos la caracterizan.


Lo peor de toda aquella vergüenza es que Jeff sabía aquella respuesta y era tan pero tan simple que no podía equivocarse, pero su voz no salía ¿qué le estaba sucediendo? ¿pánico? ¿en ese momento? Abrió un poco la boca para decir algo pero al instante recordó cuando hizo aquel oral de los Dioses al alfa que apestaba a almendras.


—¿Acaso no estudió? —¡sí lo hice!, quiso decir, pero nada salió de su boca, el pánico se había apoderado de cada una de sus células y en ese momento sentía que simplemente moriría por estar ahí sin poder decir una sola palabra.


—Por favor, que pase la siguiente persona —Jeff se rindió, aunque aún no salía de su ensimismamiento y tuvo que ser levemente empujado por uno de los profesores hacia la salida del salón, en el fondo escuchaba hablar a los alfas.


—Estos omegas son unos inútiles, no entiendo cómo es que aún tienen derechos y se les permite estudiar cuando deben estar pariendo alfas.


Y Jeff solo tomó su mochila, la puso en sus hombros y corrió hacia la salida del edificio. Jack miró al chico huír y quiso perseguirlo, pero debía pasar aquella materia que fue un verdadero dolor en el culo durante todo el año. Aunque aún así se preocupaba por el omega.


•§•


Bajo grandes edredones se encontraba un chico con la mirada perdida a la nada, aún se encontraba conmocionado por lo que había sucedido y no entendía muy bien cómo es que había fallado de tal manera, ¿qué era aquello que oprimía su pecho de tal descarada manera? ¿por qué se sentía terriblemente decepcionado de sí mismo por un simple error? Todos cometen errores, él lo sabía, pero no sabía cómo conllevar un fracaso cuando jamás había fracasado antes.


Estos omegas son unos inútiles.


Deberías dejar la carrera.


Deben estar pariendo alfas.


Cerró fuertemente los ojos, intentando que las palabras de aquellas personas no lo afecten. Le dolía más saber que su madre estaba entre aquellas personas, pero no podía hacer nada, ella tenía en la mente aquel pensamiento medieval que decía que los omegas solo sirven como amas de casa.


¡Pero Jeff quería más que eso! Quiere superarse y ser alguien en la vida, alguien a quien no vean como una fábrica de bebés. Odiaba a todas aquellas personas que le decían que no podría, le comentaban una y otra vez que no llegaría a nada estudiando algo y que debería conseguir un alfa antes de que envejezca y su belleza desaparezca. Lo odiaba con todo el alma, pero lo que más odiaba... era que tenían razón.


A sus veintiún años se encontraba en aquella lucha psicológica contra sí mismo, tantos años sosteniendo aquel instinto de omega que lo llamaban a hacer cosas indecentes, tantos años evitando a alfas y todo se arruina por un pequeño tropiezo. Solo una vez dejó salir aquel instinto y este se hizo de las suyas al momento de estar con Jack. Y el omega recordó aquella escena que le ponía los pelos de punta y lo había dejado más que traumatizado. Pero lo más traumático de todo el asunto era que el omega deseaba más ¿por qué deseaba humillarse?


Con aquel encuentro se volvió un verdadero idiota y lo admitía. Se volvió tan idiota que no podía si quiera quitar de la mente a aquel alfa que se encargaba de acosarlo las veinticuatro horas del día. Es un idio-


—Jeff, ¿te encuentras bien? —aquella voz detrás de esa puerta calmó al intranquilo omega, ¿estaba seguro de lo que iba a hacer? No, no lo estaba, pero era lo que todos querían, hasta su cuerpo lo quería.


Se miró al espejo, vestía aquellos cortos shorts verdes y una camiseta gris con un cráneo como logo. Se avergonzaba de sí mismo, pero era lo que todos esperaban de él, se aseguró de enjuagarse las lágrimas y luego fue a la puerta, la cual abrió para observar al alfa del otro lado de esta. El alfa observó al chico de pies a cabeza, vistiendo aquellos reveladores shorts que hicieron a Jack perder la cabeza.


—Ya te estabas tardando —susurró el omega para luego tomar al alfa de la camisa y empujarlo dentro del departamento.


Con un azote, la puerta se cerró y en el pasillo se podía observar la mochila negra que pertenecía al alfa quien ahora se encontraba dentro de aquel departamento.


 

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