Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Idempotente por BackAck

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ese lugar aséptico era muy bien conocido por el omega de cabello castaño y ojos oscuros, llegando casi a traerle malos recuerdos ¿o buenos recuerdos? Quizás solo era algo que no deseaba recordar, pero no podía hacerlo. Cada maldito día recordaba al alfa y ni siquiera había pensado en intentar algo con otro para olvidarlo ¡y admitía que no quería olvidarlo! Porque él había representado algo tan bueno en su vida, solo existían cosas a las que quería cerrar ojos y oídos, fingir demencia mientras que mostraba una gran y ancha sonrisa, dolía demasiado... dolía tanto que prefería olvidarlo, pero su vientre siempre sentía la pérdida de su pequeño.


Ni siquiera pudo verlo... ni siquiera pudo ayudarlo.


Y luego de especializarse en el sistema reproductor de omegas, decidió regresar a su país. No era por egoísta ¿quizás sí? No lo sabía, solo sabía que necesitaba estar solo para llevar a cabo sus sueños y despejar su mente... quizás a expensas del dolor ajeno.


Y cuando vestía aquel guardapolvos blanco y lo llamaban "Doctor", se sentía una verdadera bestia por haber sido egoísta, dejar a Jack, al recuerdo de su pequeño y a su vida junto con él. Sabía que Jack seguro se había encontrado a otro omega, uno no tan quejumbroso, uno que le dé muchos hijos sanos y bonitos, uno con el que se sienta verdaderamente querido, porque a pesar de la cercanía que ambos tenían, ni siquiera un lazo se había formado y el cuello del omega seguía inmaculado.


Seguramente Jack ya estaba enlazado con un chico que no le haga pasar por tantos pesares como lo hizo él. Suspiró una vez más, su vida había cambiado demasiado y había llegado a entrar en una depresión descomunal a la hora de alejarse de su alfa, como si le hubieran quitado un pedazo vital de él, de su vida, su destino. En un momento de extrema ansiedad había intentado suicidarse, pero no era lo que creía correcto, su madre lo apoyaba y el recuerdo de Jack lo hacía fuerte.


Si regresaba... ¿acaso Jack podría perdonarlo? Se sentía la mierda más grande del mundo y sabía que no se merecía ni la mínima felicidad ¿por qué llegaría a merecerla si es que la negó desde un principio? Y era obvio que Jack estaría resentido por su huída, justo después de la noche en la que se había entregado en cuerpo y alma a él.


Solo quería tener un recuerdo.


Y al ver aquel edificio sintió unas terribles náuseas golpearlo, no sabía nada de Jack, ni siquiera sabía si había decidido terminar su carrera o en qué se había especializado, tantos años perdidos y tantos posibles recuerdos nunca vividos... Una vez más, se sintió vacío.


Ingresó al edificio y una enfermera que se encontraba en el pasillo se acercó a él.


—¿Usted es el Doctor Applewhite? —preguntó con una amplia sonrisa a lo que Jeff asintió—. Bien, acompáñeme, le doy la bienvenida y es un honor tener en el equipo médico a uno de los mejores en su rama —Jeff siguió a la mujer por un pasillo—. Los directivos de la institución le desean el mayor éxito en su nuevo trabajo y también desean que usted pueda tener una relación afable con los demás.


Llegaron a una oficina en el segundo piso que tenía el nombre "Dr. Applewhite" por una placa que dictaba también su especialidad "Ginecología y obstetricia de omegas". Jeff sintió una gran emoción por un momento, entonces supo que ya habían pasado muchos años y que ya no era un chico.


—Su oficina —la enfermera nunca borró su sonrisa, luego le cedió a Jeff una carpeta con varios folios—. Estos son los pacientes del antigüo doctor que trabajaba aquí, él se retiró por razones personales y sus pacientes ya estan al tanto de que habrá un cambio, por favor, lea los historiales de cada uno.


Luego de que Jeff agradeciera a la enfermera su ayuda, ingresó al lugar y una horrible avalancha de recuerdos sobrevinieron a su cabeza. No se veía como hace años, ahora el consultorio que visitaba con Jack durante su embarazo estaba aún más amplio y con muebles nuevos, el escritorio libre de papeles y con un ordenador.


—Qué recuerdos... —susurró, Jeff se sentó en el asiento de cuero negro y se sintió muy bien, pues recordaba cuando estaba sentado del otro lado y anhelaba el lugar del galeno.


Ahora lo tenía, pero no estaba orgulloso de ello. Observó con detalle el consultorio y reparó a ver las máquina de ultrasonidos y aquella camilla blanca en la que siempre se sintió tan pequeño, quizás aún se sentiría así.


Decidió despejar su mente y tomó la carpeta con folios empezando su trabajo, cuando estaba leyendo los historiales de sus nuevos pacientes un aroma extraño empezó a sentir por el ambiente... era un alfa que se acercaba por el pasillo.


Era cierto que Jeff siempre fue muy sensible a los cambios hormonales, su cuerpo no era considerado con su mente ni su vida a la hora de adelantar sus celos o producirle celos espontáneos. Siempre tuvo que tener cuidado con alfas luego de haberse mudado, aunque estos alfas parecían verlo como un obejo invisible ¿cómo si no poseía una marca? Pero el cambio más grande que notó Jeff fue que su sentido del olfato había terminado volviéndose loco, detectando aromas de alfas que se encuentren considerablemente lejos, como si su cerebro buscara algo o a alguien.


Y ahora que ese aroma tan peculiar a almendras se colaba a través de la puerta entreabierta, sentía cu cuerpo desnudo ante las sensaciones. Se levantó rápidamente del asiento, ¿era Jack? ¡Sería la persona más feliz del planeta solo si lo viera una vez más! Casi las lágrimas se juntaron al pensar en verlo una vez más, el dolor en el pecho era mucho para él, su alfa, su Jack estaba ahí, y se sentía tan arrepentido por haberlo dejado, quería recuperar el tiempo, quería abrazarlo una vez más, quería disculparse por haber sido un idiota egoísta.


Quería intentarlo de nuevo.


Aunque sea una sola y triste vez, quería verlo sonreír intentando quitar una sonrisa del rostro del omega.


Pero sus ilusiones cayeron cuando salió al pasillo y se encontró con el alfa, era el mismo de siempre, quizás más alto, vestía un guardapolvo igual al suyo y abrazaba a un chico de cabellos rubios que orgulloso frotaba su vientre con una gran sonrisa de lado a lado.


Jeff ya lo sabía, sabía que ya lo había perdido, solo no quería aceptarlo.


—¿Jeff...?


 
Notas finales:

Soy una drama queen xD

¡¡Nos leemos en el próximo capítulo!!

Esta historia ya está llegando a su fin </3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).