-Amber te juro que vas a hacer un hoyo en el piso si no dejas de andar de un lado para otro- vi como Angie me miraba entre entretenida y preocupada- desde que nos levantamos haz estado inquieta- no es mi culpa.
-No puedo evitarlo, en quince minutos no vamos al médico y después de eso veré a mis padres aun no sé qué decirles- Angie me sonrió y se paró frente a mí.
-Se que estas nerviosa, pero ya te dijimos que estarás bien siéntate y toma tu café que se enfría, además seguro que tus exámenes estarán bien, se que no hemos cumplido mucho con lo del reposo y eso, pero no te haz sentido mal y honestamente el que puedas caminar de un lado a otro solo demuestra que tu cuerpo se esta recuperando-
-Angie no podría importarme menos el estado de salud de mi cuerpo en este momento estoy preocupada por lo otro, me ha quedado muy claro que estoy bien y que no tengo ninguna complicación salvo los moretones, aunque es verdad que no he tenido días tranquilos, pero eso es mi día a día después de todo, estoy acostumbrada a una vida agitada, pero no se como voy a enfrentar a mis padres, no recuerdo si alguna vez han estado enojados o si alguna vez me han regañado, quiero decir se que hace un año quisieron estar conmigo cuando estuve hospitalizada y yo los rechace y cuando regresaron me regañaron por la imprudencia pero no fue un regaño severo, quiero decir hasta el doctor parecía mas molesto conmigo que mis padres y ahora están regresando porque mi abuela regaño a mi padre- me senté y suspire- no se que estoy sintiendo y no se que hacer para que este sentimiento se detenga- tome un sorbo de café.
-se que nada de lo que diga ahora cambiara el como te sientes, pero no olvides que siempre puedes llamarme y estaré contigo en cualquier momento- se sienta a mi lado y toma mi mano.
-Siento que desde que me conociste perdiste tu normalidad, lamento darte tanto trabajo- sonrió nerviosa
-Estas de broma ¿verdad? - me mira muy seria- es verdad que desde que te conocí me han pasado muchas cosas y que muchas de esas terminaron contigo metida en problemas y en la oficina de la directora, pero también es verdad que desde que te conocí mi vida es mucho mas divertida, eres alguien impredecible, eres alguien impulsiva y totalmente densa, pero no puedo decir que me arrepiento de haberte conocido mejor, así que no quiero que pienses que no disfruto estar a tu lado, enfrente a Susana algo que jamás habría hecho antes, he tenido el valor de hacer cosas que antes no habría hecho y te agradezco por eso- note como me sonreía
-por qué será que siempre logras calmar mis inseguridades- note que llegaba la madre de Angie así que nos levantamos para ir al hospital.
Fue un viaje bastante silencioso, a pesar de que sabia que probablemente mi diagnostico sería positivo no podía no sentirme intranquila, Angie parecía que entendía que no quería hablar y se puso a revisar su celular.
Finalmente llegamos y fui a registrarme.
-Amber que gusto verte de nuevo- la enfermera que me atendió la última vez estaba aquí… ¿Cuál era su nombre?
-Amm si hola- Angie negó.
-Enfermera Gutiérrez un gusto volver a verla-Aun no se como es que logra acordarse de los nombres de las enfermeras.
-Amm vengo por mi chequeo- la enfermera sonrió y tecleo algunas cosas en el pc y me miro.
-Ve a la sala de espera el doctor te llamara en unos minutos- Asentí le di un gracias y fui con Angie siguiéndome de cerca.
Cuando llegamos trate de distraerme con el celular pero me era imposible, mire a Angie que se veía tan nerviosa como yo o peor, no me pregunten por que pero tome su mano suavemente, Angie me miro y por alguna razón se acurruco en mi hombro, pasaron los diez minutos mas largos de mi vida, y cuando me llamaron tanto Angie como yo saltamos, entramos a la sala Angie no parecía querer soltarme la mano.
-Amber te esperaba, tomen asiento- Obedecimos al doctor y nos sentamos delante de el- Bien la ultima vez que estuvieron aquí, fue contigo Amber, que caíste de una gran altura, tenias múltiples moretones y lo que nos preocupaba era que tuvieras una conmoción cerebral verdad- Yo asentí- bien primero que nada dime, ¿has vuelto a tener mareos?
-En estos últimos dos días no he tenido ninguno- El doctor asintió.
- ¿Angie dime que tal ha estado descansando Amber? - Vi como Angie estaba nerviosa.
-Los primeros días dormía bastante ahora ya esta un poco mas regulada con su horario de sueño- El doctor asintió y anoto algo en una hoja.
- ¿Como ha estado su apetito? –
-Ha estado comiendo normal- Bueno si he estado comiendo bien.
- ¿Ha hecho algún esfuerzo como, estudiar, jugar videojuegos o algún ejercicio? -
-Ayer fuimos a ver a su abuelo, pero fuimos en auto, y salimos a caminar un poco para que respirara un poco de aire fresca- Lo de la caminata es una mentira, yo fui a buscarla ya que cuando la llame me contesto Diego y pensé que algo malo le había pasado.
-mmm Amber levántate y muéstrame tus moretones- me levante y me quite la ropa de la parte superior- ¿Amber te has vuelto a golpear? - Claro que se daría cuenta.
-Con la perilla de la puerta el otro día- No le diré que Angie me golpeo para alejarme de ella.
-mmm tus otros moretones están progresando y ya casi desaparecen, bien ahora veamos que tal están tu visión- tomo un lápiz y lo puso delante de mí moviéndolo de un lado a otro, luego de eso se puso en una esquina y me hizo caminar en línea recta- Bien podemos descartar daño a tu visión o a tu oído medio, además no te has mareado.
- ¿Entonces significa que Amber está bien? - Angie se paro y miro al doctor.
-Aun no es seguro, Amber necesito que mires y leas lo que te voy a mostrar, si te duele la cabeza avísame- yo asentí y mire el mensaje que ponía el cartel.
-mm “Con esfuerzo y perseverancia podrás alcanzar tus metas”- El doctor asintió y puso otra- “No eres lo que logras, eres lo que superas”- vi al doctor asentir una vez mas y mostrarme otro cartel que mostraba una frase mas larga- “Tienes que ser un guerrero en esta vida, porque te va a tocar duro y no será fácil el camino al éxito”- que onda con los carteles del doctor.
- ¿Bien que tal te sientes? -
-Pues… normal, no me siento cansada ni mareada- El doctor asintió indicándome que ya podía ponerme mi ropa.
-Bueno Amber tengo buenas noticias, ya que al parecer no tuviste una conmoción cerebral y si la tuviste ya desapareció- Tanto Angie como yo soltamos un suspiro de alivio enorme- pero, te recomiendo que mantengas el reposo por lo menos por tres días mas y nada de actividad física extenuante por lo menos por una semana, le dará tiempo a tu cuerpo de recuperarse al completo, podrán volver a clases apenas se termine la licencia y te recetare un medicamento en caso de que te duela la cabeza, Angie en caso de que veas que se marea o pierda el equilibrio tráela de inmediato- Angie asintió- bien chicas eso es todo, cualquier cosa vienen-Agradecimos al doctor y nos fuimos.
Apenas salimos de la sala las dos volvimos a suspirar y Angie me abrazo.
-Gracias a Dios estas bien- la abracé de vuelta y nos moví para no estorbar, me sentía aliviada muy aliviada.
-Angie… ¿podemos ir a comer? - dicho esto mi estomago sonó haciendo que Angie se separara de mi y se pusiera a reír.
-Nunca cambias… bueno vamos- Angie volvió a tomar mi mano y me llevo a un lugar que me traía buenos recuerdos.
-¿Angie te he dicho alguna vez lo mucho que te quiero?- Vi que Angie se ponía roja, pero no le presto mucha atención.
-No… no lo sé- deje de escuchar y me acerque rápido al mostrador para comprar comida-
-Vaya, pero si eres tu Amber no te he visto desde hace algún tiempo- note que la chica de la caja me miraba con una sonrisa.
-Amm si ¿qué tal estas? - ella me sonrió de manera muy amable, por que siento que se quién es.
-Pensé que habías dicho que no volverías a estar aquí- ¡Ya recordé!
-¡Ah! Es usted enfermera Ana…- Ella sonrió mas ampliamente.
-si, soy yo… pensé que ya te habías olvidado de mi- yo sonreí.
-No podría- me sentía feliz.
-Amber ¿no tenías hambre? -note que Angie me miraba muy seria.
Sentí un escalofrió mientras pedía mi comida, Angie también pidió comida y la verdad no se porque esta tan seria, nos fuimos a sentar mientras esperábamos nuestra comida.
-Amm Angie… ¿hay algo que te moleste? - note que me miro y suspiro.
-No esperaba que recordaras su nombre- ¿eh?
- Amm ¿no se supone que es algo bueno que lo recuerde? – note como Angie me miraba muy seria.
-Amber mientras estabas en el hospital se que ella era la que te ayudo con el tema de la comida, pero fuera de eso casi no la veía- es verdad Cuando ya tenia un mes en el hospital conocí a la enfermera Ana en ese entonces estaba en el turno de la noche, solía venir a dejarme la cena y fue cuando empezamos a conversar.
-Es por que tenia el turno de la noche que no la veías tanto, solía conversar con ella ya que no tenía compañeros de habitación- Angie asintió.
-Eso no me explica el por qué recuerdas su nombre- Perdóname no puedo hablar de eso.
-quien sabe…- trate de distráela con la comida.
Aun lo recuerdo… estaba teniendo una pesadilla bastante mala… y mi cuerpo estuvo apunto de entrar en shock, la enfermera Ana entro y trato de despertarme… desperté gritando y queriendo agredir a la enfermera, llegaron, el doctor y dos enfermeras mas me contuvieron para que no agrediera a nadie y no me lastimara yo, tardaron 15 minutos en hacer que yo volviera, tanto el doctor como las enfermeras me examinaron para asegurarse de que no me hice daño, recuerdo haberle dicho al doctor que no le dijera nada a Angie, acepto y pidió que alguien se quedara conmigo en caso de que sufriera otra pesadilla tan violenta, para mi sorpresa quien se quedo fue la enfermera Ana, se quedo conversando conmigo toda la noche e incluso jugamos black Jack, cuando llego la mañana y se tuvo que ir me disculpe y ella solo negó y se fue, después de eso, ella estuvo mucho tiempo durante sus turnos conmigo, cuando podía salir de mi habitación para ir a comer algo en plena noche ella comía conmigo, recuerdo que ella fue a una de las que les dije que no volvería… jamás pensé que regresaría… maldito Karma que me odia.
- ¡Amber! - sentí como Angie me sacudía y me miraba seria.
- ¿he? ¿Qué pasa Angie? – la mire
-Has estado los últimos 20 minutos muy callada y sonriendo a la nada- ¿enserio?
-no me di cuenta lo siento- le sonreí.
-no me preocupes así idiota- me reí suavemente- en fin, le dije a mi madre que ya habíamos terminado… ¿quieres ir a casa? - ¿a casa?
Por alguna razón en cuanto escuché la palabra casa recordé de inmediato mi incomodidad anterior, aun debo solucionar el tema de mis padres… aun no sé qué hacer.